sábado, 31 de agosto de 2024

Al servicio de quien me quiera: A uña de caballo

 

Sábado, 24 de agosto
CAMPO DE MINAS

---¿Cuándo acabas las vacaciones? Estoy deseando volver a leer tu diario. Seguro que tienes muchas cosas que decir sobre la guerra interminable de Ucrania, la masacre de Gaza, el clavo ardiendo al que se han agarrado los demócratas cuando por fin lograron librarse de Biden, el nuevo guirigay de los barones socialistas a propósito del concierto o desconcierto catalán…

            ---Ni estoy de vacaciones ni tengo nada que decir sobre esos temas. La guerra de la OTAN contra el genio del mal, o sea, Rusia, en Ucrania, durará mientras sea un lucrativo negocio; la masacre de Gaza continuará, si depende solo del gobierno de Israel (que cuenta con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos del país: quede constancia para la historia universal de la infamia), hasta que no quede en la zona un palestino vivo; el clavo ardiendo da igual que se llame Kamala Harris o Kim Kardashian, tiene garantizado al cien por cien el voto de los que detestan a Trump, la duda está en si son más o menos que sus partidarios en media docena de estados clave. Y en cuanto a si el acuerdo para investir a Illa es galgo o podenco, concierto o no (parece que el concierto es un invento diabólico que vascos y navarros lograron colar en la sacrosanta constitución), pues estoy a la espera de que se concrete. ¡Pero cómo habría aplaudido Maquiavelo la jugada maestra con que se logró que las juventudes de Izquierda Republicana, que estaban en contra, votaran a favor! Fue tanto el griterío, a derecha y a izquierda, de que se hundía España, de que sin el dinero de Cataluña no se podrían pagar las pensiones en Asturias o pasarían hambre en Extremadura, que no tuvieron más remedio que cambiar el no al españolista Illa por el sí. “¿O sea que de nuestro dinero vive el resto de los españoles? ¡Pues que se vayan a buscar la sopa boba a otra parte!”. Esto es lo que me imagino que dirían los independentistas al escuchar al manchego Page y a otros Jeremías. El gobierno, en ese tiempo, no dijo ni mu. Y así logró que quienes estaban en contra del pacto le ayudaran a sacarlo adelante. Una jugada maestra. Pero ni yo estoy de vacaciones ni suelo hablar de política. Nunca voy de vacaciones y ese es uno de mis lujos. Si tienes niños, ¿cómo evitar pasar quince días cerca de la playa? Las vacaciones para los que trabajan. Como dijo una vez mi amigo Martín López-Vega, yo no trabajo, juego a que trabajo. Y nunca hablo de política, no me gusta hablar por hablar, sin posibilidad de cambiar las cosas.

            ---Claro, a ti lo que te gustaría es tener un peso decisivo en la política nacional e internacional, ser asesor de Putin o de Maduro.

            ---No, eso es lo que piensa mi amigo Abelardo Linares. Yo preferiría ser el Kissinger de Trump o Harris (del que gane) o el Miguel Ángel Rodríguez de Pedro Sánchez.

Domingo, 25 de agosto
HACKER

Paso por Lerma e, inesperadamente, me la encuentro llena de homenajes a José Zorrilla. Parece que pasó aquí algún tiempo y han dado su nombre a la calle en que vivió, puesto una placa en la casa, escrito versos suyos en varias paredes.

             Frente a una iglesia, toma el sol en el bronce de la inmortalidad, sentado y con la pluma en la mano. Continúo paseando y en el mirador sobre el Arlanza, bajo el corredor que unía el palacio ducal y la iglesia, varias placas recuerdan versos suyos. Qué envidia. ¿Se acordarán así de mi en Aldeanueva del Camino cuando yo muera? Sospecho que no. Me hago una foto junto a Zorrilla para luego subirla a Facebook y ver si así le sugiero la idea a alguien de por aquellas tierras. Quiero acompañarla de alguno de los versos que aparecen en el mirador y en las paredes, pero no hay nada que merezca la pena, nada. Y como no tengo ganas de ponerme a buscar algo menos ripiosamente inane, escribo yo mismo un poema suyo:

“Allá en Lerma, la del Duque, / tuve yo un gran amor. / Se llamaba… callo el nombre / que con otro se casó. / Si era noche y sonreía, / salía de pronto el sol. / A la vera del Arlanza, / una tarde me besó, / una sola, que con otra / me convertiría en Dios. / Aunque un poco de amargura / en el alma me dejó, / es luz que nunca se acaba / y en mi vida lo mejor”.

            La verdad es que soy un falsificador nato, un hacker de la poesía. Ayudo a detectar los eruditos a la violeta que citan de Internet sin cerciorarse de la autenticidad de la cita. Algún poema de José Hierro que circula por ahí es mío, también alguna frasecita de Einstein o alguna ironía de Oscar Wilde. Y no digo más.

Lunes, 26 de agosto
SI NO FUERA ESPAÑOL
 

Nací en un pueblo que pertenecía a dos reinos, el de Castilla y el de León. Una calle, la antigua vía de la Plata, hacía de frontera. Pero cuando yo nací eso ya era historia, aunque aún cada parroquia pertenecía a un obispado distinto, el de Plasencia y el de Coria. Una vez coincidió el día de la Confirmación en las dos parroquias y el pueblo fue visitado a la vez por ambos obispos.

Qué sorpresa al viajar hacia Braganza y encontrarme de pronto con que hay un pueblo que es a la vez español y portugués: Rionor. Franco quiso diferenciar claramente el povo de cima, el español, del portugués y lo llamó Rihonor de Castilla (debería ser de León, pero esa es otra historia). El río se quita la hache al pasar a Portugal y esa es toda la molestia que se toma: sigue siendo igual de hermoso en uno y otro país.

La parte española parece más abandonada. Yo me asomo al pequeño cementerio, junto a la iglesia de Santa Marina. Debió de haber una cierta endogamia en este remoto lugar al pie de la sierra de la Culebra: en varios de los panteones aparece el apellido Prieto. En el más destacado descansa don Manuel Prieto Ignacio que falleció el 7 de julio de 1943. La vida parece haberse detenido desde entonces en este puñado de casas.

El Rionor portugués está más vivo. Sigue siendo una aldea de régimen comunitario: sus habitantes comparten un horno, ciertas tierras y un rebaño. Supongo que aunque legalmente sean ciudadanos de otro país también dejarán participar de esos bienes a los pocos habitantes que quedan en la zona española.

Hay algo de juego infantil en este estar tan pronto en un país como en otro y con la sensación de estar lejos de todo, aunque a un lado tengo a Puebla de Sanabria y al otro a Braganza.

Si yo no fuera español, me gustaría ser portugués. Y de alguna manera lo soy.

Martes, 27 de agosto
EL ALEPH DE PIPILOTTI

Casi me quedo dormido en el Musac. La instalación de Pipilotti Rist cuenta con una especie de colchonetas, diseñadas por la propia artista, en las que uno puede tumbarse para contemplar imágenes entremezcladas del cuerpo humano y del mundo vegetal. Suena una música agradablemente hipnótica.

Cierro los ojos y estoy en Venecia, en la iglesia de San Stae, donde se estrenó. Cierro los ojos y lo que se entremezclan son estampas del reciente viaje: la apacible lámina de agua de la playa del Confín, en O Grove, y el mar furioso que se traga la playa y golpea contra los acantilados en As Catedrais; Pontedeume, con su puente y su torre de Andrade y su biblioteca dedicada a un amigo olvidado, Ramiro Fonte; aquel negro cuervo que planeaba sobre los bañistas en Vilanova de Arousa; el parque do Pasatempo, la fantasía filantrópica y enciclopédica de los hermanos García Naveira, cerrado e invadido por la maleza, como tantos de mis sueños, en Betanzos; el Burgos de 1971, al que fui a recoger mi primer premio literario, superpuesto al de hoy; el azul entre los pinos de La Toja y la gota de agua que se oye caer incansable en el húmedo silencio de las cuevas de Valporquero… Un Aleph de bolsillo, la instalación de Pipilotti Rist en el Musac. Casi me quedé dormido, relajado y feliz, entremezclando imágenes de mi viaje a uña de caballo, que es como a mí me gusta viajar.  

Miércoles, 28 de agosto
NO SOY UN LIBRO
 

A menudo recuerdo los versos de no sé qué poeta alemán: “No soy un libro hecho con reflexión, / sino un hombre con su contradicción”.

Me gusta viajar, pero no soporto estar mucho fuera de casa. Tres días si el viaje es por Europa, una semana si por otro continente. Viajo siempre agotando a la cabalgadura sin que yo me canse nunca. Como no sé conducir, dependo de la buena voluntad de los amigos. Recuerdo aquel viaje a Braga en que dejé a los samaritanos que me habían llevado hasta allí descansando en el hotel y yo, tras dar una vuelta por la ciudad, me subí al coche de otro amigo para acercarme hasta Aveiro. “La vida que no es una gran curiosidad inteligente no vale la pena”, subrayé en un libro de Fernández Flórez. Podría ser mi lema.




 

6 comentarios:

  1. Rionor es un solo pueblo aunque en la Revolución de los Claveles los portugueses pusieron una cadena simbólica para que no los invadieron "os faxistas espanhois". En el confinamiento, al cerrar las fronteras, se dio un caso de lo más grotesco. Hay portugueses que tienen fincas en el lado español y viceversa porque, como supones, las familias están mezcladas y la endogamia, no sólo en ese pueblo sino en toda Sanabria, Tras-os-Montes y Aliste, era habitual. En el confinamiento, decía, tuvieron que regular unas horas para que los portugueses pudieran pasar a sus fincas españolas y los españoles a los portugueses.

    Como sabrás, en Rionor, como en otros pueblos de Tras-os-Montes, todavía se habla una modalidad de asturleonés (o Mirandés o Rionorés), un idioma que estudió o dio a conocer Leite de Vasconcelos. Alguno de mis bisabuelos nació en la parte portuguesa de ese precioso pueblo.

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  2. Qué interesantes observaciones, Benito. Gracias.

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  3. "La verdad es que soy un falsificador nato, un hacker de la poesía. [...] Algún poema de José Hierro que circula por ahí es mío, también alguna frasecita de Einstein o alguna ironía de Oscar Wilde. Y no digo más."

    Una manera como cualquier otra de reciclar la mala poesía que se escribe (o los aforismos muy mediocres en el caso de O.Wilde o de Einstein). Lo meritorio sería escribir un gran poema y atribuírselo a un autor desconocido. Pero eso no lo hace nadie...

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  4. Lo hizo el autor de la Odisea, lo hizo el autor de la Ilíada.

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  5. Ni la Odisea ni la Ilíada tuvieron autor, sino autores. Y sobre todo entonces, como usted sabe mejor que yo, la "autoría" no era lo que es hoy (creo, incluso, que en aquella época no había internet en general y facebook en particular).

    En cualquier caso yo no le veo el interés a escribir poemas y aforismos mediocres y atribuírselos a autores conocidos. Entre la gente que sin proponérselo cita de memoria mal a Wilde o a Einstein, y la que copia traducciones macarrónicas de citas de ambos, todo buen lector sabe ya que las citas que se encuentran en internet de los dos hay que comprobarlas sistemáticamente. Lo mismo pasa con los haikus o con los poemas chinos (con frecuencia traducidos de otras lenguas que la original y convertidos en textos anodinos).

    Pero lo peor de todo para mí es publicar poemas mediocres atribuidos al muy mediocre José Hierro (¿y por qué no a Valente, peor poeta aún y muy fácil de parodiar?). Lo interesante sería imitar a los grandes poetas y hacer dudar a los especialistas, como fue el caso de "La Chasse spirituelle" de Rimbaud, poema del que Pascal Pia (autor de falsos poemas de Baudelaire y Apollinaire) publicó fragmentos en 1949 en "Combat", uno de los grandes periódicos franceses de la época, y el poema entero en la célebre revista literaria Mercure de France.

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  6. Si se logra que la gente no se fie de lo primero que encuentra en Internet, ya los apócrifos cumplen su función.

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