viernes, 16 de diciembre de 2022

En la retaguardia: Destino manifiesto

  

Jueves, 8 de diciembre
OLIVO Y LUNA

El azar es el mejor guía, como dijo Paul Morand y a mí me gusta repetir. Salgo del hotel y lo primero que me encuentro es un olivo que parece una caricatura de olivo: bajo y rechoncho, con un corto ramaje como crespa cabellera. Me acerco y en una placa leo su edad: unos ochocientos años. Ya estaba aquí en el siglo XIII, cuando los bárbaros de la Cuarta Cruzada arrasaron, saquearon Constantinopla y crearon el Imperio Latino. Y, por supuesto, fue testigo de los hechos aciagos de aquellos días de mayo de 1453, cuando un eclipse de luna anunció la caída de una ciudad que había durado más de mil años y resistido docenas de asedios. Miro a mi derecha: ahí están las murallas que la defendieron, las murallas de Teodosio, un prodigio de arquitectura militar, con sus tres anillos y sus altas torres. Por aquí, o muy cerca de aquí, entraron los otomanos, siguiendo el cauce del río Lycus. Y aquí, o muy cerca de aquí, murió luchando bravamente Constantino XI, el último emperador (otros, en cambio, dicen que lo mataron cerca del Cuerno de Oro, cuando buscaba un navío para huir). Cuánto podría contarme este olivo de aquellos días. A la memoria me vienen las palabras de uno de los últimos defensores, según las recuerda Juan Luis Panero: “Escucho griterío de mujeres, carreras enloquecidas, golpes de puertas, aullidos de la soldadesca, mandobles y agonías, eructos de borrachos. Aún podría escapar, ocultarme en el húmedo sótano disimulado, como aquella otra vez. Pero ahora todo está perdido. Sé bien que esto es el fin. Salgo a la calle, maldiciones, estruendo, sollozos, humo pestilente. En la hoja, con gotas de sangre, de un afilado alfanje, miro, tercamente, por última vez, el rostro de este pobre pecador abandonado”.

Sobre las murallas, una media luna en la roja bandera y otra, rodeada de estrellas, en el alto cielo.

Viernes, 9 de diciembre
ESE OTRO LIBRO

Paso la mañana en Kadiköy, frente al mar de Mármara. Antes he cruzado en metro hasta la zona asiática de Estambul. Siento una emoción casi infantil en este paso de Europa a Asia, aunque en este punto no haya diferencias entre una y otra. Desde la terraza del Starbucks, diviso las siluetas de la Mezquita Azul y de santa Sofía y, abajo, el ir y venir de la gente en este cruce de calles, junto al puerto. A un lado, el monumento a un Atatürk convertido en profesor que, ante una pizarra, enseña el nuevo alfabeto. Muy cerca, bajo los porches, se suceden las librerías de viejo. Hay un hondo pasaje que me atrae especialmente. Me pasaría en él la mañana descubriendo maravillas. Si supiera turco, claro, porque apenas hay títulos en un idioma que me resulte familiar. Pero temo que son solo nostalgias de otro tiempo. Ya, cuando viajo, apenas compro libros (nunca he sido coleccionista). Ahora —si estoy lejos de casa— prefiero trastear por la biblioteca de la memoria y leer el libro de la naturaleza y el de las calles y las gentes.

Sábado, 10 de diciembre
LA RELIGIÓN VERDADERA

Tras recorrer el Gran Bazar y el pequeño bazar de los libros, otro paraíso vedado para mí como el de Kadiköy, me descalzo y entro en la mezquita cercana. Hay unos pocos fieles meditando al fondo y soy el único infiel curioso. Trato de no pensar en nada, de dejarme acariciar por esta paz. Pero me fijo en un estante con folletos que se ofrecen gratis a los visitantes. Se trata de una Breve guía ilustrada para entender el islam en varios idiomas. Hojeo la versión española y lo primero que me encuentro es un dicho de Mahoma: “Los creyentes con la mejor fe son aquellos con mejor carácter. Y los mejores de entre ellos son aquellos que mejor tratan a sus esposas”. Luego doy con un cuentecillo: “Un hombre que caminaba por un sendero se sintió muy sediento. Al llegar a un pozo, descendió por él. Bebió hasta saciarse y después salió. Entonces vio a un perro con la lengua colgando y jadeante, tratando de lamer el barro para saciar su sed. El hombre se dijo: Este perro está sintiendo la misma sed que yo sentía. Entonces volvió a descender al pozo, llenó su zapato con agua y ascendió para dárselo al can. Dios mismo se lo agradeció. Alguien le preguntó al profeta: ¿Acaso somos recompensados por tener bondad con los animales? Y él respondió: Existe recompensa para quien tiene benevolencia hacia cualquier criatura viviente”. Y me explico entonces que esta ciudad esté llena de perros y gatos callejeros (yo soy especialmente amigo de los segundos).

            Pero luego leo el folleto completo y veo que dedica la mayor parte de sus páginas a demostrar “científicamente” que el Corán es verdadera palabra de Dios. Y lo hace con una ingenuidad candorosa, como los Testigos de Jehová cuando explican la verdad de la Biblia.

            Yo creo que todas las religiones —respuestas a preguntas que no tienen respuesta— son verdaderas si nos ayudan a ser mejores, y falsas en caso contrario.  

Domingo, 11 de diciembre
LA PEOR PESADILLA

El sultán que tomó Constantinopla, animó a sus soldados prometiéndoles tres días en que podrían saquear libremente. Pero hubo saqueos peores, antes y después, aunque alguno piadosamente quiera ser borrado de la memoria. Paseo por la calle Istiklal, la antigua Grand Rue de Pera, entro en el rincón veneciano que preside la iglesia de San Antonio de Padua, tan semejante a Madonna dell’Orto, con su estatua a Juan XXIII, “amigo del pueblo turco”, y de pronto, al salir, en una rara alucinación, veo la calzada llena de objetos —lavadoras, vajillas, juguetes, muebles— destrozados minuciosamente. En septiembre de 1955, cuando los ingleses abandonaron Chipre y Grecia quería anexionarse la isla, hubo un supuesto atentado contra la casa en que había nacido Atatürk en Salónica. Los periódicos alentaron el afán de venganza y durante dos días ningún no musulmán —pero especialmente los rumíes, los descendientes de la antigua población bizantina— pudo tener su vida segura. Lo cuenta Orhan Pamuk, en su libro sobre la ciudad, que he estado releyendo estos días: “Mucho más tarde se supo que para poner en marcha a aquellos asaltantes que aterrorizaron la ciudad y que convirtieron Estambul en un sitio más infernal que la peor pesadilla orientalista de los cristianos y los occidentales en general, miembros de ciertas organizaciones apoyadas por el Estado les habían dicho que podían saquear con entera libertad”.

Lunes, 12 de diciembre
VIEJOS VERSOS

En 1972 publiqué mi primer libro, Marineros perdidos en los puertos, del que pronto me arrepentí, y que no he vuelto a releer. Sin embargo, cuando asoman en una de las orillas las torres del castillo de Rumeli, construido por el sultán Mehmed para facilitar la toma de Constantinopla, me vieneN a la memoria algunos de sus versos: “Vivir en un castillo junto al Bósforo, / viendo pasar los barcos y la historia”. Los barcos siguen yendo y viniendo como en aquel poema de hace medio siglo, y la historia sigue pasando por aquí.

Martes, 13 de diciembre
NO, GRACIAS

Vuelvo a casa y me encuentro con que José María Mohedano —un veterano comunista, luego socialista— me envía un manifiesto para evitar de nuevo que se rompa España. “Antes roja que rota”, leí en un cartel falangista de los años setenta. “Antes facha que rota”, gritan hoy antiguos adalides de la izquierda. Pues lo siento mucho pero para mí, si se rompe España, es como si se rompe la comunidad castellanoleonesa. Si los leoneses se alzan en armas contra Valladolid y crean una comunidad propia por la fuerza, me parecería mal. Si votan a partidos que desean esa separación y esta se logra por decisión libre de los ciudadanos, me parecería muy bien. Si los catalanes crean un ejército clandestino, como en Argelia, y buscan la independencia por la fuerza de las armas, entonces sí tendríamos un gravísimo problema, pero si deciden votar a partidos independentistas y estos alcanzan una mayoría suficiente, lo que hay que hacer es negociar con ellos, lo mismo que Castilla con León, para que ninguna de las partes salga perjudicada. ¿Que España no es una artificiosa comunidad autónoma, sino otra cosa, una unidad de destino en lo universal, con unas inmutables fronteras trazadas por el dedo de Dios al comienzo de los tiempos? Habrá quien crea en esos cuentos, pero yo hace tiempo que tengo uso de razón. En una democracia son los ciudadanos quienes deciden con sus votos la organización política de su país, los que hacen las constituciones y los que las reforman o las cambian. ¿Encarcelar a los que desean con la sola fuerza de los votos conseguir la independencia? Eso sí que me parece un grave delito, por el momento impune.

Miércoles, 14 de diciembre
LA PROFECÍA

“Cuídate de la gente que quieres, es la que más daño puede hacerte”, me dijo una vez una adivina a la que alargué la mano por broma en una caseta de feria. Y desde entonces su profecía no ha dejado de cumplirse.

 

19 comentarios:

  1. Me parece que la decisión de separar o no un territorio de España no tiene nada que ver con la de modificar las fronteras del mapa autonómico. La primera corresponde al conjunto de los españoles que son los que detentan la soberanía sobre todo el territorio y los únicos que pueden tomar esa decisión; la segunda, no. La democracia también consiste en establecer contrapesos que impidan la dictadura de las mayorías y para eso, entre otras cosas, esta la ley. Porque tengas los votos no puedes decidir lo que te apetezca.

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    1. !/ Está claro que en un matrimonio los únicos que pueden tomar la decisión de seguir juntos o no son los cónyuges. Pero si uno de ellos quiere divorciarse, al otro solo le queda llegar a un acuerdo sobre el reparto de los bienes y la custodia de los hijos. Un país (o región o comunidad autónoma no puede formar parte de un Estado en contra de la voluntad expresa de la mayoría de sus ciudadanos, a menos de convertirse en un territorio ocupado.
      2/ Si tienes los votos suficientes, puedes reformar el código penal y los jueces no tienen más remedio que aplicar la nueva ley les guste o no.

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    2. No me parece correcta esa comparación con un matrimonio. La nación es indivisible y por lo tanto Cataluña pertenece por igual a un extremeño que a un catalán. Si un grupo de personas no quiere compartir un territorio que no es suyo en exclusiva, la única salida que tiene es convencer al resto de los españoles para que se lo cedan o largarse a vivir a otro país. No hay nada que dividir.

      Con los votos se pueden modificar leyes siempre que no vayan en contra de una ley que está por encima que es la constitución. Una comunidad autónoma no puede, aunque la mayoría lo desee, abandonar la UE o aplicar la pena de muerte en su territorio.

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    3. 1/ "La nación es indivisible", ¿y eso qué es, un dogma de fe? Pues bien que se dividió Checoslovaquia y Yugoslavia y tantas otras naciones, una veces por la fuerza y otras por el acuerdo entre las partes. Eso de que Cataluña pertenece igual a un extremeño que a un catalán (o a un senegalés) es rigurosamente cierto si todos ellos son ciudadanos de Cataluña con derecho a voto en esa comunidad.
      2/ La constitución se puede modificar con los votos, todas las constituciones se modifican (la española ya se modificó, aunque poquito), una constitución no son las tablas de la ley entregadas por Dios a los hombres. Es una norma que se dan los ciudadanos de un país, que se aprueba en un congreso constituyente y que puede ser cambiada en los términos que ella misma establece (el principal que llegan al parlamento suficientes diputados de los partidos que quieren cambiarla).

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    4. La nación española es indivisible porque así lo decidieron todos los españoles en el referéndum de 1978, también los residentes en Cataluña. No es un dogma de fe, se puede cambiar siguiendo los mecanismos establecidos en la Constitución, que implican, entre otras cosas, consultar a TODOS los españoles. Cataluña pertenece por igual a un catalán, a un extremeño o a un gallego, viva donde viva. Eso quiere decir que yo, como español, tengo la posibilidad de irme a vivir a donde quiera, dentro del territorio nacional, sin ser considerado extranjero. Si me voy a vivir a Cataluña, como es mi caso actualmente, y soy español, podré, entre otras cosas, votar en las elecciones autonómicas (no sé qué pinta aquí un senegalés). El único okupa, por tanto, sería el que viviendo en una casa común decidiera por su cuenta, sin consultar al resto, quedarse con una parte.

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    5. Bueno, ya hemos llegado a un acuerdo. La nación española es indivisible porque así lo decidieron los españoles en un referéndum en 1978; en otro referéndum, en 2023 o 2078, pueden decidir otra cosa.
      Eso de que Cataluña "pertenece" por igual a un gallego, a un extremeño o a un catalán viva donde viva es una afirmación sin fundamento alguno; de hecho, solo los ciudadanos de Cataluña con derecho a voto pueden decidir quién la gobierna (no sé si eso es "pertenecer"). Y esos ciudadanos de Cataluña son blancos o negros, han nacido en Senegal o en Perú, en Córdoba o en Manresa... Lo único que tienen en común es que están censados en Cataluña y allí viven y trabajan (o buscan trabajo).
      En fin, qué ideas tan curiosas han metido en la cabeza de algunos nacionalistas (españoles, por supuesto)..

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    6. Pues sí, estamos de acuerdo en que todos los españoles pueden modificar la constitución siguiendo los pasos establecidos, y que por lo tanto eso que decía usted, comparando una nación con un matrimonio, de que “…si uno de ellos quiere divorciarse, al otro solo le queda llegar a un acuerdo…”, no es cierto.
      La soberanía sobre Cataluña la tienen todos los españoles, vivan o no allí, a eso me refiero cuando digo que Cataluña es de todos los españoles, de la misma manera que el Museo del Prado o La Alhambra no son propiedad de la Comunidad de Madrid o de Andalucía. El sintagma “Ciudadanos de Cataluña” al que usted es tan aficionado, no tiene ningún valor jurídico, como no lo tiene hablar de ciudadanía asturiana o de Vitigudino. El único requisito para votar en las elecciones generales y autonómicas catalanas es ser ciudadano español y tener la residencia en Cataluña, si han nacido en Senegal o en el Perú y no tienen la nacionalidad española, no pueden votar. En las municipales basta con estar empadronado en el municipio correspondiente, seas español o extranjero. Ser eso que usted llama “Ciudadano de Cataluña” no es ni sirve para nada. Yo por ejemplo vivo en Cataluña y soy ciudadano español, nada más.
      A mí lo que no me sorprende es que alguien compre la mercancía averiada de los nacionalistas periféricos, comparta sus ensoñaciones y esté dispuesto a renunciar a sus derechos, utilizando además términos como “territorio ocupado”, cuando los únicos okupas serían en todo caso aquellos que en contra de la mayoría de los españoles pretendieran, como pretenden, apropiarse de un territorio que no les pertenece en exclusiva. Y no me sorprende, porque aquí en Cataluña el “charnego agradecido” es un tipo humano bastante frecuente. En fin, qué ideas tan curiosas han conseguido meter en la cabeza los nacionalistas (periféricos, por supuesto) en las almas cándidas.

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    7. Vamos llegando a acuerdos.
      1/ Cualquier modificación de los títulos fundamentales de la Constitución debe ser ratificada en referéndum. Lo que en ese caso decidan los españoles es algo que no se puede profetizar. Esperemos el momento, que no será inminente. En cualquier caso, tanto en los procesos de independencia como en el matrimonio, el primer paso es que uno de los cónyuges pida el divorcio.
      2/ Y para saber si una comunidad autónoma quiere o no la independencia no hay más remedio, una vez que el gobierno autónomo está formado por partidos independentistas, que consultar a la ciudadanía. Una consulta perfectamente constitucional si es aprobada por el gobierno central (ya ocurrió en Andalucía y hoy es su fiesta, creo recordar, la fecha de ese referéndum).
      3/ El que haya una ciudadanía europea (países de la UE, con acceso diferenciado en los aeropuertos) no niega que siga habiendo una ciudadanía francesa, española. Los ciudadanos de Cataluña son los ciudadanos españoles censados en esa comunidad.
      4/ En España hay museos y monumentos de propiedad estatal o autonómica (y la Mezquita de Córdoba pertenece al obispado).
      5/ No se preocupe usted, si Cataluña un día se convierte en república independiente (con todos los trámites legales y referendos necesarios), usted podrá seguir viviendo en Cataluña y siendo ciudadano español. No notará la diferencia, salvo que no podrá votar al Jefe de Estado catalán (tampoco al español), pero sí al presidente del gobierno de España.
      Me gusta llegar a acuerdos.

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    8. Esa disyuntiva que plantea usted entre propiedad estatal y autonómica no existe. Las autonomías forman parte del estado español. Por lo tanto, la Generalidad de Cataluña es estado español, aunque los independentistas, y parece que usted también, lo soslayen. Toda propiedad pública en España pertenece al Estado español, es decir, a todos los ciudadanos españoles, vivan donde vivan.
      El referéndum de Andalucía no tuvo nada que ver con el que proponen los independentistas. Este último cuestiona un artículo fundamental de la Constitución y por lo tanto no se puede convocar si antes no se reforma la Constitución siguiendo los trámites previstos.
      Los ciudadanos de Villafranca del Bierzo son los ciudadanos españoles empadronados en ese pueblo, ¿y?. ¿Les da derecho eso a tener un pasaporte, un dni en el que conste su condición de villafranquinos?
      Yo no me preocupo, espero que los independentistas catalanes sean tan demócratas, en el sentido que usted da a esa palabra, como para permitir, en el imaginario referéndum que nunca se celebrará, que aquellos territorios catalanes donde el independentismo sea minoritario (presumiblemente Barcelona y zona metropolitana, muchos pueblos de la provincia de Tarragona, incluida la capital,…etc.) puedan, si así lo desean, seguir formando parte de España.
      Pero tampoco tiene que preocuparse usted, don José Luis, aunque la republica catalana no se proclame, yo propondré personalmente que se le nombre Cónsul Honorario de la Republiqueta Catalana Imaginaria de Cataluña en Oviedo.
      Me alegra estar de acuerdo con usted en casi todo.

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    9. 1/ La Generalidad de Cataluña es Estado español, ¿y que tiene que ver eso con que haya propiedad municipales, autonómicas, estatales? El ayuntamiento de Oviedo está negociando con el Ministerio de Defensa que les ceda los terrenos de la antigua Fábrica de Armas. Costará muchos millones, que se pagan permitiendo edificar en ciertas zonas. Y si el Ministerio de Defensa quiere hacer un cuartel en terrenos municipales ha de firmar un convenio y la cesión puede ser gratis o no. A eso me refiero yo con la propiedad. Otras vaguedades -- eso tan infantil de que "como soy español todo lo que hay en España es mío"-- no me parece que entren en el debate.
      2/ Un referéndum puede ser consultivo o vinculante; si es consultivo, basta con la autorización del gobierno central (lea la Constitución)
      3/ Los ciudadanos de Villafranca del Bierzo tienen el derecho, y solo lo tienen ellos, de votar en las elecciones municipales de su localidad. Los ciudadanos de Cataluña tienen el derecho, y solo ellos, de elegir el gobierno de Cataluña, aunque ese gobierno busque la independencia.
      4/ Las votaciones valen en el ámbito afectado por la votación. Si son municipales, el alcalde es el que elige la mayoría de los concejales, y es alcalde de todo el municipio, también de los barrios que han votado a otro partido. En fin, ese sofisma de que si una zona no vota independentista (en un hipotético referéndum), debería no serlo si somos demócratas no se sostiene a poco que piense uno.
      5/ Afortunadamente no todos los "demócratas" españoles piensan imponer su razón por la fuerza si las apelaciones a una imaginaria constitución inamovible no les bastan; yo tengo mejor opinión de mis compatriotas.
      Y por eso predico pacientemente racionalidad y cordura.

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    10. Es infantil en efecto decir eso que aquí nadie ha dicho: "como soy español todo lo que hay en España es mío". Lo que no es infantil es decir que la propiedad pública en España es de todos los españoles y que cuando votan también están decidiendo cómo se administran esos bienes públicos.
      La constitución dice que “Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de TODOS los ciudadanos”. Por lo tanto, en un asunto en el que una parte quiere quedarse con algo que es de todos, votamos todos.
      Los ciudadanos de Cataluña no tienen derecho al voto en las elecciones autonómicas porque ese concepto no tiene ningún valor. Tienen derecho los ciudadanos españoles que viven en Cataluña y por eso les piden el dni o el pasaporte españoles. Vaya usted diciendo que es ciudadano de Cataluña y que quiere votar, ya verá lo que le responden.
      El único sofisma es decir que si la mayoría de los ciudadanos de Cataluña están a favor de la independencia, hay que concedérsela, aunque el resto de españoles estén en contra y el ámbito de votación, como no puede ser de otra manera, sea toda España; “a menos de convertirse en un territorio ocupado”, añade. Y sin embargo, sigo con su argumentación, no hay que concederles a los territorios que forman parte hoy en día de la comunidad autónoma de Cataluña la posibilidad de que puedan seguir, en el hipotético caso de que se celebrara un referéndum de independencia, formando parte de España. No veo mucha cordura, francamente, en esta manera de razonar.

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    11. !/ Hay distintas votaciones. Cuando votan en Euskadi están decidiendo cómo se administran los bienes que dependen de esa comunidad; en las elecciones nacionales, los que dependen del gobierno central.
      2/ La constitución también dice que las decisiones que afectan a una comunidad podrán ser sometidas a referéndum previo acuerdo con el gobierno central. Y es claro que para saber si los catalanes quieren o no ser independientes hay que preguntárselo solo a los catalanes, no a los andaluces. Otra cosa sería la pregunta sobre si hay que concederles o no la independencia. Hay que ir paso a paso, no confundir los trámites.
      3/ No conviene enredarse con las palabras. Los asturianos son asturianos y a la vez son españoles, eso de decir que no son asturianos que solo son españoles de Asturias es una tontería. Los ciudadanos españoles se dividen por comunidades y en una elecciones votan solo los que los de esa comunidad: un ciudadano europeo vota en unas elecciones, un ciudadano francés en otra, un ciudadano andaluz (y europeo y español) en otras. Enredarse con las palabras no me parece una buena manera de razonar.
      4/ Pues ya me dirá usted cómo hay que considerar a un territorio que forma parte de otro en contra de los deseos de la mayor parte de sus habitantes. Ser español es un honor, no una obligación. Las comunidades autónomas españolas se sienten españolas, esto es, se sienten así muy mayoritariamente sus habitantes. Salvo las excepciones que plantean un problemilla.
      y 5/ Soy muy paciente, lo explico de nuevo. El resultado de un referéndum, o de una elección, es válido para todo el territorio en que se aplica. Pedro Sánchez es el presidente del gobierno español y es presidente también de las comunidades que votaron mayoritariamente a Casado. Si el ámbito del referéndum es España y el resultado es no aceptar la independencia de Cataluña esa independencia no se concede aunque en Cataluña se vote mayoritariamente a favor de ella. Habrá que intentarlo otra vez o buscar otros medios de solucionar el problema.

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    12. Aunque seguimos discrepando en algunos aspectos, don José Luis, le agradezco el tiempo que amablemente me ha dedicado, que me imagino que con tantas lecturas y ocupaciones no le sobra, y la clara exposición de sus argumentos. Las ventajas de las redes sociales es que alguien como yo, un don nadie intelectualmente, puede dialogar con gente como usted. Un saludo.

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  2. En fin, cada uno escribe lo que se le ocurre, pero pensar un poco antes de hacer públicas las propias ocurrencias --bastante tontas en algunos casos: ¿qué es eso de que Gijón se independice de Oviedo?-- resulta bastante recomendable.

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  3. Confundes Oviedo con Asturias, amigo Joaquín. Cosas de la edad. Gijón y Oviedo son ciudades de Asturias que no dependen una de la otra, que ya son independientes entre si.

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  4. Iba a poner un comentario, pero es manifiestamente inútil. JLGM seguirá, se le diga lo que se le diga, no sólo encastillado en sus posturas, sino manipulando la realidad a su conveniencia, convencido además de que no lo hace, de quienes lo hacen son quienes no piensan como él. "Encarcelar a los que desean con la sola fuerza de los votos conseguir la independencia", dice.
    Los dirigentes catalanes encarcelados NO lo fueron por "desear" nada; los deseos no delinquen, delinquen los actos. Pero ocurre que sí llevaron a cabo (aunque JLGM prefiera ocultarlo) algunos actos. Dejaré que sea Amnistía Internacional quien lo explique:
    "Los actos cometidos por los altos cargos catalanes en el ejercicio de sus funciones oficiales para celebrar un referéndum ilegal no estaban protegidos ni por el derecho a la libertad de expresión ni por ningún otro derecho humano establecido en el derecho internacional". Y también: "Amnistía Internacional no ha calificado a los altos cargos catalanes en prisión de presos o presas de conciencia*, pues la organización utiliza tal expresión únicamente para las personas que no deberían ser castigadas en modo alguno pero están privadas de libertad sólo por el ejercicio de sus derechos humanos (o por ciertos elementos de su identidad) y, por tanto, no han hecho nada que pueda interpretarse legítimamente como delito". De donde se sigue inevitablemente que, si no los califica de tales, es porque en efecto han hecho algo que "puede interpretarse legítimamente como delito".
    Ahora, lo que al respecto dijo la Comisión Europea, dirigiéndose precisamente al independentismo catalán: "Se pueden cambiar las leyes, pero no incumplirlas". Que es exactamente, según la explicación que antes he copiado de Amnistía Internacional, lo que hicieron los dirigentes independentistas; y lo que, a pesar del descarte reciente por parte del Tribunal Supremo inglés no sólo de un nuevo referéndum secesionista, sino de uno meramente consultivo («Esta corte concluye de manera unánime» que el Parlamento escocés «no tiene potestad para legislar sobre un referéndum de independencia de Escocia»; y el supuesto referéndum meramente consultivo no es tal, ya que "tendría consecuencias políticas importantes", fuera cual fuera su resultado). También ha descartado la apelación del independentismo escocés al supuesto "derecho de autodeterminación", ya que tal derecho "solo puede ser invocado en excolonias o por pueblos que son oprimidos por la ocupación de una fuerza extranjera".
    Pero todo eso da igual. Los dirigentes catalanes fueron encarcelados por su deseo de conseguir la independencia, puesto que lo dice así JLGM, también conocido por La Voz de la Verdad, y lo que digan Amnistía Internacional, el Consejo de Europa, el Tribunal Supremo inglés o quien sea 1) es antidemocrático, ya que no coincide con la dicha Verdad (única) democrática 2) es una mera opinión a la que no hay que hacer caso alguno, mientras que a la de JLGM, o la Voz de la Verdad, hay que hacerle todo el caso del mundo.
    Pues a pesar de todo eso, decía, los independentistas escoceses "respetan" (así lo han dicho) esa decisión, aunque seguirán luchando (exclusivamente dentro de la legalidad) por sus ideas. Lo que, aclaro, me parece muy bien.
    Pero es que son más tontos, o más cobardes, que los independentistas catalanes; no hay duda de eso. ¡Respetar la legalidad democrática; a quién se le ocurre!

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    1. Uf, y eso que no ibas a poner un comentario, Jose. ¡Pues si llegas a ponerlo!

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    2. Tienes razón; me he dejado llevar. Intentaré corregirme. Un saludo.

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  5. Lo de JM Mohedano siempre me ha fascinado. Apellidarse Mohedano, casarse con una judía y ser hijo de un dirigente de Acción Católica es como un homenaje a América Castro. No se puede ser más español

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