Sábado,15 de enero
LETRAS DE ORO
Una grata comida
con amigos termina con el mejor de los postres. Vamos a tomar café a una
terraza de la Plaza, uno de mis rincones preferidos de Avilés, y de pronto me
fijo en un cartel puesto en la puerta de la cafetería: “Ante la exigencia por
parte de la administración de solicitar el pasaporte Covid a nuestros clientes
para poder consumir dentro de nuestro establecimiento, la dirección decide
suspender el servicio de cafetería en el interior mientras dure esta medida
para que ninguno de nuestros clientes se sienta discriminado. Les atenderemos
con mucho gusto en la terraza”.
Aquí sí que aplaudo con gusto, no
como cuando nos tenían encerrados en casa, en contra también de la
Constitución, y nos hacían salir a las ventanas.
Cuando se cuente la historia de este tiempo de mentiras y de infamia, esas palabras brillarán con letras de oro.
Lunes, 17 de enero
DILEMA
Paseo por los alrededores de Oviedo, como tengo por costumbre, entretenido con el canto de los pájaros, las esquilas de las vacas y la música de mis pensamientos, cuando de pronto, de detrás de unos arbustos, surgen dos feroces enmascarillados. Uno se parece sospechosamente a Adrián Barbón, el otro a mi sabio amigo Martín Caicoya (el sueño tiene estas incongruencias). Cada uno de ellos lleva una jeringuilla en la mano y gritan al unísono: “¿Vacuna o inyección letal?” Y yo respondo aterrado: “Vacuna, vacuna”.
Martes, 18 de enero
MIRA CÓMO TIEMBLO
Quienes me conocen
saben que no soy precisamente un pusilánime, pero hace falta tener nervios de
acero para leer cada día el periódico sin ponerse a temblar. Hoy, si no quieres
caldo, toma dos tazas. Una información sobre el tenista serbio avisa: “el cerco
sobre él y aquellos que no aceptan ponerse la inyección contra el coronavirus
se estrecha”. Hasta ayer mismo, podría jugar en el Ronald Garros, pero sin que cambie
la situación sanitaria, sin que haya el menor riesgo, el presidente Emmanuel Macron ha decidido dar
otra vuelta de tuerca para “joder” –él lo dijo en francés-- a los no vacunados. De urgencia, aprueba una
ley que impida a Djokovic jugar y a miles de franceses asistir a cualquier
evento cultural o deportivo. Y la ministra de Deportes, una fiel sirvienta que
a principios de mes decía que todo estaba previsto para que se pudiera celebrar
el Ronald Garros sin riesgo ninguno, ahora dice que se esforzará por ser la
embajadora de estas medidas a nivel internacional.
Lo de Grecia no es menos siniestro.
Con multas a los no vacunados nos vienen amenazando desde hace tiempo, pero
parece que es el primer país que las aprueba. Desde esta semana, los mayores de
sesenta años serán multados con cincuenta euros la primera ves, con cien si son
reincidentes. De momento, no se anuncia cárcel, pero se deja caer la
posibilidad.
Las razones del gobierno griego para
ello son las que escuchamos habitualmente, pero no por eso a mí –y supongo que
a todos los que conservan un atisbo de cordura en esta crisis-- dejan de
sorprenderme. La primera es que han aumentado las muertes y las
hospitalizaciones, “en gran parte de personas no inmunizadas”. Y yo me
pregunto, dando por sentado que eso es cierto (y no lo es: un no vacunado joven
y en buen estado de salud que se contagia de Covid tiene tantas posibilidades
de ir al hospital como un vacunado joven y de buena salud y muchas menos que
un vacunado anciano y con enfermedades previas), ¿por qué no se multa a los
fumadores, que tienen muchas más posibilidades de tener cáncer de pulmón que
los no fumadores? No se les multa, se les advierte y se les deja decidir por su
cuenta si no ponen en riesgo la salud de otros. ¿Ponemos en riesgo la salud de nadie
los no vacunados que tomamos las medidas habituales de seguridad: mascarillas
cuando son necesarias, distancia, evitar aglomeraciones? Hasta ahora nadie se
ha atrevido afirmarlo.
Pero la segunda razón del gobierno
griego para multar a los ancianos –si hemos de hacer caso a la información
periodística-- es aún más aterradora: se debe “a que la cobertura vacunal en
Grecia es inferior a la media de la Unión Europea”. ¡En la Unión Europea –Dios nos coja
confesados-- hay una competición para ver quién vacuna primero a la mayoría de
los ciudadanos, no quien acaba primero con la enfermedad!
Ojalá esté equivocado, pero me da la
impresión de que, obsesionados con vacunar a cuanta más gente mejor, no tienen
inconvenientes en aprobar más y más medidas dañinas para la ciudadanía que no
contribuyen a disminuir la propagación de la enfermedad, pero sí fuerzan a
vacunarse a los que se resisten a ello.
Nos hicieron creer, cuando tras la
derrota de Trump en las elecciones (no antes, por si acaso) dieron la buena
nueva del descubrimiento de las vacunas contra la Covid que el dilema era
“vacúnate o te contagiarás”, ahora ya se han quitado la careta –Macron fue el
primero-- y el nuevo lema es “vacúnate o te machacaremos”.
(Por cierto, entremezclado con la noticia de las multas grietas, sin titulillo ni destacado especial, se nos informa que el gobierno de Israel ha comprobado que la cuarta dosis de refuerzo no es válida para la variante ómicron, que es la mayoritaria, pero sí para la Alfa, en extinción: Seguro que lo hacen así para no quitarLe la ilusión a la ministra de Sanidad, que ya ha comenzado aquí con esa inútil nueva dosis de refuerzo.)
Miércoles, 19 de enero
DOY MIEDO
Mi amigo Enrique
Bueres, que vive aterrado desde marzo de 2020, se pone, medio en broma, medio
en serio, una mascarilla para hablar conmigo en la tertulia virtual. “¡COmo no
estás vacunado, eres un peligro!”, dice.
Lo suyo podrá ser broma, pero mucha gente, gente normal, se lo toma en serio. En Facebook no se pueden sobrepasar los cinco mil “amigos”. Cuando yo tengo muchSs solicitudes a la espera, me basta decir en un post que no estoy vacunado para que, antes de una hora, ya haya más de cien bajas. Son personas que, como han oído hablar de virus informáticos, y la famosa ómicron es un virus, piensan que dando “me gusta” a las publicaciones de un no vacunado pueden contagiarse. Antes me reía de ellos, pero desde que tengo la costumbre de leer las disposiciones del BOPA para protegernos de la pandemia pienso que, comparados con las autoridades sanitarias del Principado, son un modelo de racionalidad. Y al menos ellos no hacen daño a nadie ni incumplen la Constitución.
Jueves, 20 de enero
CONFESIONES INCONFESABLES
----Si hubiera
elecciones ahora, ¿a quién votaría?
---Dudaría entre votar en blanco y no votar.
----¿Cuál considera que es su mayor defecto?
----Creerme más listo que los demás.
----¿Y lo es?
----Creía que no, pero últimamente me están entrando dudas..
----¿Se arrepiente de algo?
----Me arrepiento del daño que hice sin querer. Queriendo me parece que
solo he hecho daño a la vanidad de innumerables poetastros y poetastras, y de
eso no me arrepiento.
----¿Le gustaría haberse casado?
----Me gustaría haber tenido hijos y, sobre todo, nietos. Pero no estoy
seguro de no haber tenido los primeros y estoy seguro de tener los segundos.
----¿Es vanidoso?
----Un poco, pero solo un poco, por encima de la media.
----¿De verdad cree que sus libros se seguirán leyendo dentro de cien o
doscientos años?
----Tengo fe en ello y ya sabe usted que tener fe es creer lo que no
vemos o en mi caso lo que no veremos.
----¿Cuál es el defecto ajeno que más detesta?
----Dudo entre la estupidez y la dureza de corazón.
----¿Cuál es la mayor humillación que ha sufrido?
-----A mí me ofenden sobre todo las ofensas a la inteligencia. Siempre
las tomo como un ataque personal.
----¿Es de los que creen que todos los que no piensan como usted están
equivocados’
-----O están equivocados ellos o estoy equivocado yo, por eso son mis
interlocutores favoritos. Me gusta rectificar.
----¿Pero no cree que eso de tener o no tener razón es algo muy
subjetivo?
---- Yo debato sobre hechos e ideas, no sobre sentimientos y creencias.
----Hablemos de su vida sentimental.
----Fidel Castro, en una entrevista con Ramón Chao, ante una pregunta
semejante respondió: “Amé y me amaron y eso es todo lo que puede decir un
caballero”. En mi caso: “Amé y no me amaron y eso es todo lo que puede decir un
caballero”.
-----¿No fue amado?
----No de la manera que a mí me gustaría por quien a mí me gustaría. Cambiemos
de tema.
----Pues paso a una pregunta que sin duda nunca le ha hecho nadie. ¿Por
qué no se vacuna?
----Me he vacunado siempre que lo que he creído necesario. En el Servicio
de salud de la Universidad tienen mi historial.
----Me refiero a las vacunas con mayúscula, a esas que no parecen
proteger de ninguna enfermedad, pero que permiten jugar al tenis, ir al cine,
tomarse un café calentito…
----En la pregunta está la respuesta.
Viernes, 21 de enero
DATOS, DATOS
Parece que dentro
de una semana volveré a ser libre (si a nuestras autoridades político-sanitarias
no les da otro ramalazo de tontuna). Este domingo será el último en que podré ir a ver Duelo al sol, de King
Vidor, al teatro Filarmónica, pero no al estreno que me interesa en Los Yelmos.
Como el primero es gratis, deberé esperar media hora o una hora de cola, donde
nadie guarda las distancias, y el aforo estará completo; como el segundo cuesta
sus buenos euros, y la película que me interesa no es de superhéroes, estaríamos
cuatro gatos en la sala. Barbón, Barbón, ¿podrías explicarme porque en un local
gratuito no soy un peligro para la salud y en el de pago sí? Se quedará
perplejo, el buen presidente, pero un asesor, que para eso cobra su sueldo, le
susurrará: “Es que en los Yelmos alguien puede estar comiendo palomitas”.
El País (un diario que lleva
ya no sé cuántos editoriales acusando de irresponsable a Djokovic), publica un artículo de Javier Sampedro, su
habitual colaborador científico, en el que se lee: “Una vacuna contra la
variante ómicron se puede hacer, pero no acaba de hacerse. Las factorías de
vacunas están dedicadas por completo a producir la inyecciones actuales, todas
ellas diseñadas contra la versión original del coronavirus, y dedicar esas
instalaciones a fabricar vacunas contra ómicron solo puede hacerse a costa de
reducir el suministro de las que están ahora en uso”.. En pocos meses se puede
tener una vacuna eficaz (o más eficaz que las que hay) contra la variante
responsable de los contagios y muertos actuales, pero –hay que leerlo dos veces
para creerlo-- “las empresas dudan ante
la magnitud de unas inversiones que pueden irse a la basura si surge una nueva
variante posómicron, y los gobiernos tampoco están demandando el producto”.
Nunca se ha escrito nada más contundente contra estas vacunas, nunca se ha
dicho tan claro que los gobiernos siguen imponiendo, casi manu militari, unas vacunas obsoletas para que quienes las fabrican no pierdan
dinero.
Le envío el artículo a Martín
Caicoya y él me dice que ese Javier Sanmpedro no tiene ni idea de la materia. Y
para contrarrestar me envía la última actualización de datos del ministerio de Sanidad.
Entre el 18 de octubre y el 12 de diciembre de 2021, murieron de Covid 632
personas; de ellas 511 estaban vacunadas con pauta completa, 17 con pauta
incompleta y 124 no estaban vacunadas (mayores de ochenta años, que entre 12 y 19 años murieron 4, de los cuales solo uno no estaba vacunado). Si las vacunas, según se
nos dice ahora (al principio se afirmaba otra cosa), no protegen del contagio,
solo evitan que la enfermedad sea grave, ¿qué les habría ocurrido a esas
personas que murieron tras contagiarse de Covid, más de medio millar, si no hubieran estados
vacunadas? ¿Qué les habría ocurrido, Martín Caicoya? ¿Habrían muerto dos veces?
¿O quizá tres?
Los perpetradores de estos
disparates contra la salud y la
inteligencia --leo en un artículo de
Alejandro Baer-- “no son necesariamente sádicos o fanáticos, sino meros
funcionarios con afán de ascender en la escala administrativa, técnicos y
especialistas que ejecutan órdenes con una población obediente e indiferente”.
Claro que él no se refería a la campaña masiva de vacunación con vacunas que se
saben obsoletas (en sus dañinos efectos secundarios, no entro), sino a “la
solución final” y en esa drástica manera de acabar con los no vacunados todavía
no ha pensado nadie, ni siquiera ese Macron que sueña con joder a buena parte
de los franceses o aquel ministro alemán que declaró que al final de este invierno
todos los ciudadanos de su país estarían “o vacunados o muertos”.
Ya ni hay comentarios. El monotema aburre, la obsesión cansa.
ResponderEliminarTiempo al tiempo, Javier.
ResponderEliminarParece qué soño existe el virus... No entiendo la animadversion contra. El gran tenista y personnas que han optado por no vacunsrse mientras entran a cientos por el sur. O les hacen las pruebas? Mayor Thompson
ResponderEliminarNo sólo aburre el monotema y cansa la obsesión, sino que, para mí, la actitud de JLGM respecto a esto hace toda discusión inútil.
ResponderEliminarUn ejemplo: no hace mucho, decía él en estos foros que, dentro de un año, andaremos por la sexta dosis.
Si así fuera, tendrá razón. Si no fuera así, no será que él se equivoque (cosa absolutamente imposible), sino sólo que no se han atrevido a llegar tan lejos; pero él siempre tendrá razón.
O sea: si sale cara, gano yo; y si sale cruz, pierdes tú.
Una pérdida de tiempo, vaya.
Yo profetizo el abismo a que nos acercamos para ver si se desvía la ruta. Si dentro de un año, no hay sexta dosis y hemos salido del embrollo en que nos han metido (con tu aplauso), pues qué bien.
ResponderEliminarEnhorabuena por volver a cines y cafés. Pero yo de ti no volvería a "Los Prados".
ResponderEliminarHay perros peores que sus amos. Pongo un ejemplo.
Un día de estos entro a tomar algo en un pequeño bar al lado de donde vivo, me conocen de sobra.
-¿Qué te pongo, Victor? Supongo que tendrás pasaporte.
-Sí, me alegro que me lo pidas- dije sinceramente- así no lo he descargado en vano. Dame una caña-y ya sacaba mi móvil.
No, no, no. Me basta con que lo tengas.
Mientras daba un trago, contesté:
-Bueno, esto se acaba en unos días. Parece que no ha servido de mucho.
-Para que la gente se vacune. Tendrían que pedir pasaporte en comercios, panaderías, etc; ya verás cómo se vacunan.
Tomé la caña y me fui. Con un simple "ya".
Victor Menéndez
No entiendo nada. ¿Qué tiene que ver lo que me cuentas con no volver a Los Prados, Víctor? Con esa manera de razonar cualquier día te nombran consejero de Salud del Principado. Das la talla.
EliminarDisculpa, ¿fue en las Salesas?
ResponderEliminarTengo más altura de miras, que la de Consejero.
Venga, un saludo.
Víctor Menéndez
Ah, ya entiendo. Te referías a Los Porches, en Las Salesas, donde el primer día me pidieron el pasaporte después de lleva un rato sentado en la mesa (tardaron en atenderme), lo que era ilegal. En la "disposición" de la Consejería se afirmaba que solo se podía solicitar a la entrada. No volveré, por supuesto. Soy alérgico a los ayudantes voluntarios del verdugo. A Los Prados, a mi rincón del lectura y al cine, espero volver a partir del viernes.
ResponderEliminarHola, Martín. Voy a escribirte un comentario, pero antes —discúlpame— permíteme ir a buscar una mascarilla, que se me ha olvidado y no quiero ponerte en peligro...😉
ResponderEliminarEstá bien que te caricaturices tú mismo, Enrique Bueres, eso indica que ya estás comenzando a salir de la zona de riesgo para la salud mental.
Eliminar¿Ningún comentario acerca del sentido cívico y comercial (han perdido dinero, pero sin duda han ganado clientes) de la dirección de la cafetería de Avilés (entrada del blog Letras de oro, 15 de enero de 2022)? Lástima que no se diga el nombre del local. La publicidad bien entendida, antes que herramienta al servicio del negocio, es difusión de aquello que pueda resultar de interés público, incluido el de ciertos comentaristas de esta entrada a los que, según parece, el “monotema” no les permite ver el tema en cuestión (con respecto al pasaporte covid): Que su imposición las pasadas navidades en Asturias, más que una medida de “prevención, contención y coordinación” (Bopa), era ante todo una medida de coacción: “Barbón considera un éxito el pasaporte COVID en Asturias porque ha 'obligado' a 5.000 personas a vacunarse”.
ResponderEliminarCadena SER - 21 de enero de 2022
https://cadenaser.com/emisora/2022/01/21/ser_gijon/1642792973_863022.html
¡Bravo por ese hostelero de Avilés (quienquiera que sea)!
La cafetería-pastelería de Avilés se llama El piano de Santa Mónica.
ResponderEliminarOtras cafeterías se limitaron a no pedir el pasaporte.
Honra y honor para todas ellas. Y que todo el peso de la justicia caiga algún día sobre quien hacer alarde de ser un chantajista.
En esas declaraciones Adrián Barbón I, titular de la monarquía barbónica, acepta en público que cometió un delito de coacciones.
Eliminar1. El que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados.
Cuando la coacción ejercida tuviera como objeto impedir el ejercicio de un derecho fundamental se le impondrán las penas en su mitad superior, salvo que el hecho tuviera señalada mayor pena en otro precepto de este Código.
Qué acertada cita, Kovaliov. La repetiré en la próxima entrega del diario. Pero nadie se dará por aludido. En esta democracia sanitaria en que vivimos ya las leyes han dejado de tener efecto (el "pasaporte" se aplicó nada menos que con el aval del Tribunal Superior de Justicia de Asturias)
EliminarMuy “acertada” la cita de Kovaliov, José Luis, pero yo no diría que Barbón “no está legítimamente autorizado”, más bien al contrario: Fiscalía, Tribunal Superior, Comisión Interterritorial, presidencias autonómicas de todos los colores, ministra Darias, presidente Sánchez… No sé yo si en nuestras cárceles va a haber sitio para todos…
EliminarPues no, no lo está. El "pasaporte Covid" necesitaba una justificación sanitaria, evitar los contagios, y de eso se trataba en las 15 folios que acompañaban al acuerdo. No se justificó, a mi entender, pero desde luego alardear de que no se pretendía evitar contagios, sino de coaccionar a los no vacunados --que tienen todo el derecho a negarse: la vacuna no es obligatoria-- es alardear de un presunto delito. Claro que eso solo si el código penal en la nueva "democracia sanitaria" sigue plenamente vigente o le ha ocurrido lo que a la Constitución.
EliminarCierto lo que dices, José Luis, sobre todo lo del alarde de presunto delito, que llegado el caso tal vez pudiera considerarse como circunstancia agravante... Pero recuerda que el Bopa del pasaporte covid (24 de diciembre de 2021) no viene firmado por el presidente Barbón. Permanezcamos atentos.
EliminarMe han gustado sus comentarios de su blog, y su título El cerco del terror, a estas alturas, muy acertado. De esos cercos (físicos) y cercos del terror (psicológicos) están llenos los libros de historia y de ellos han sacado réditos los Grandes Beneficiados al grito de ¡sólo existe el virus!.
ResponderEliminarEn las contestaciones se dice que el monotema, aburre; la obsesión, cansa (?); la "discusión" es inútil (creía que era un diálogo, del que, pienso, siempre se saca algo bueno). Creo que el monotema está en este blog y más en la TVs/radios y en la calle porque los Cui Bono así lo han decidido, mientras se habla de ello no se habla de otros asuntos.
Sí, hay bastantes personas obsesionadas y creo que de este estrés postraumático no van ya a salir algunos, así que mejor no hablarles de EudraVigilance (encargada oficial de la C.E.E., de los efectos de esta terapia génica) y mucho menos de lo que se "cuece" en las riberas del Mar Negro.
Ah, yo me he puesto vacunas cuando debía hacerlo y mis hijos, cuando eran niños, también, pero si Israel va por la 4ª y sigue teniendo contagio de nuevas variantes...; dicen ciertos virólogos que a más dosis más variantes. No sé si nos dará con Omega. A ver como "las fuerzas vivas" y paniaguados de la OMS, tapan todo ésto.
Un cordial saludo, Rafael Vega
Bueno, como aquí somos cuatro amigos y se tratan temas de actualidad, podríamos incluir en el orden del día, la amenaza de Rusia a Ucrania o viceversa.
ResponderEliminarYo no me lo tomo en serio. JLGM creo que es proruso, al menos considera Crimea península rusa. (Habría mucho que discutir).
Hemos mandado una fragata, muy bonita, da pena. Para contentar a Podemos, podíamos haberla enviado pintada de colorines, con el lema "paz y amor".
Salud. Víctor Menéndez
Amigo Víctor, aquí se comentan los temas del diario, no es un lugar para debatir cualquier asunto de actualidad.
ResponderEliminarAmigo Martín, volvamos al monotema, aunque poco nos queda por decir.
ResponderEliminar1. Claro que es coacción. Las restricciones para incrementar el número de vacunados. Señalaba Amelia la "noticia" de qué el 60% de los ingresados en la UCI no estaban vacunados. La noticia sería que el 40% lo estaban. Hay que leer todo.
2. Las repercusiones que han tenido las restricciones ocasionadas por el coronavirus, están por evaluar: ¿se acuerdan uds de los ancianos abandonados en las residencias?, ¿del colapso de la atención primaria?, ¿de las enfermedades dejadas de tratar?
Esto también ha producido muertos, aunque de momento las estadísticas no nos hablen de ellos.
No soy optimista. En el futuro dirán, ya lo dicen, que las vacunas han salvado vidas.
Los otros muertos no cuentan.
Victor Menéndez
Ojalá, Víctor, pudiéramos leerlo todo… Con respecto al artículo señalado y publicado en El País (18 de noviembre de 2021), nos conformaríamos con recordar a la ministra Darias que los datos de su ministerio no son de su propiedad.
Eliminar“Los datos del número de personas con covid vacunadas en España son una incógnita. Fuentes sanitarias aseguran que de los más de tres millones de diagnosticados en los 10 primeros meses del año, 300.000 tenían la pauta completa. Pero es un dato muy difícil de interpretar, ya que en los primeros meses había un porcentaje muy bajo de la población inmunizada.
A diferencia de otros países, como Italia, Dinamarca, Suiza o Reino Unido, que los publican periódicamente, el Ministerio de Sanidad no publica esa información y tampoco la ha facilitado a este periódico, que los ha reclamado en varias ocasiones.”
18 NOV 2021
Seis de cada diez ingresados en UCI por coronavirus están sin vacunar
https://elpais.com/sociedad/2021-11-18/seis-de-cada-diez-ingresados-en-uci-por-coronavirus-estan-sin-vacunar.html
Con respecto al pasaporte covid, hay quien prefiere llamarlo incentivo en lugar de coacción. Lo que no se niega en ningún caso es su más que dudosa eficacia para evitar la transmisión del virus.
Eliminar“Por otro lado la única alternativa que parece contemplarse es la tercera dosis, cuyos resultados siguen siendo imprevisibles en cuanto a mayor protección de la población, y es probable que su eficacia sea solo marginal, así como la vacunación de la población infantil cuyos beneficios todavía no están claros. Algo parecido puede decirse del pasaporte covid, que es más un incentivo para que las personas se vacunen y para luchar contra los negacionistas, que una garantía para evitar la transmisión del virus.”
Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid
De nuevo la pandemia. (¿Exceso de confianza?)
Las autoridades sanitarias parecen seguir empeñadas en un mensaje optimista que no se corresponde con la realidad
22 de noviembre de 2021
https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/pandemia-covid-nueva-ola/20211122143859192909.html
No sólo doy la razón a JLGM, sino que voy mucho más allá. Hace mucho tiempo que el INSS, pensado para atender a enfermos y discapacitados, se ha convertido en el IN de las SS. La Gestapo de la "democracia" sanitaria.
ResponderEliminarEl fascismo que viene. Nunca nos libraremos de nuestros fantasmas.
Así, que amigo Martín, allí constaras como "perro judio", no vacunado.
Lo sé por experiencia. Y el médico mirará el ordenador y preguntará ¿ por qué no se ha vacunado? Como ahora preguntan si eres fumador.
Victor Menéndez