Sábado, 1 de enero
EL HUEVO DE LA SERPIENTE
A pocos kilómetros
del pueblo en que nací y pasé mis primeros años, Aldeanueva del Camino, hay
otro con el que desde siempre ha mantenido una relación de rivalidad. El
insulto favorito de los niños de Aldeanueva cuando nos peleábamos con los de
Hervás era llamarlos judíos y repetir un dicho que habíamos oído a nuestros
padres: “En Hervás, judíos los más”. Y ellos nos replicaban de inmediato: “Y en
Aldeanueva, la judiá entera”, esto es, la judiada, la judería entera. Han
cambiado los tiempos y el pasado judío de Hervás ya no es un baldón, sino un
orgullo y uno de sus principales atractivos turísticos.
Cuando leí a Américo Castro, que encontraba
antecedentes semitas en la mayor parte de las grandes figuras del siglo de Oro,
de Santa Teresa a Fray Luis, de Fernando de Rojas a Cervantes, me obsesioné con
investigar entre mis antepasados a ver si encontraba huellas de sangre judía.
No encontré nada, y bien que lo sentí, y más cuando me enteré que mi admirado
Pessoa descendía de judíos portugueses.
Pero también la verdad se inventa. Y
quizá por eso uno de los momentos más emocionantes de mi vida fue aquella
tarde, al comienzo del Sabbat, en que me acerqué por primera vez al Muro de las
Lamentaciones. Sentí entonces en lo más profundo de mi corazón que yo era uno de
ellos.
Se puede cambiar sinceramente de
religión, pero no se cambia tan fácilmente de costumbres. Teresa de Jesús se
aficionó a leer porque su madre leía, algo que los cristianos viejos tenían por
un desdoro (ya se sabe, como dicen unos versos de la época, que los libros
“llevan a los hombres a la hoguera / y a las mujeres a la casa llana”, esto es,
al prostíbulo). Yo nací en una casa sin libros, pero a los tres años ya sabía
leer –sin que nadie me enseñara-- y desde entonces no he dejado de hacerlo. En
la biblioteca escolar había muy pocos libros. Antes de que emigrara a Asturias
–primero vino solo mi padre, luego se trajo a la familia--, a los nueve años,
ya los había leído todos. El maestro, muy preocupado, avisó a mi madre: “Tanto
leer no puede ser bueno”. Ella se encogió de hombros: “Si eso es lo que le
gusta…” . El maestro era cristiano viejo (creo que también falangista). Mi
madre, quizá no.
También desde muy niño he sido
aficionado a discutirlo todo. Debía de tener seis o siete años cuando demostré
la inexistencia de los Reyes Magos por un razonamiento lógico. “¿Cuándo me
dejarán los juguetes los Reyes?”, “Esta noche, mientras duermes”, ¿Y a los
niños de Hervás, si hay alguno que haya sido bueno?”.. “También esta noche”. “¿Y
a los de Madrid?”.” También”- “¿Y a los de Barcelona?”. “No seas pelma, hijo,
esta noche les dejan juguetes a los niños de todo el mundo”. “¿Y cómo pueden
estar en tantos sitios a la vez?”. “¡Y yo qué sé! Son magos. ¡Qué preguntas
hace este niño!”
Muchas veces discutí con mi maestro,
mi mejor maestro, don José Ramón, que a punto yo de cumplir diez años, les dijo
a mis padres que debía estudiar y que él se encargaría de prepararme para el
examen de ingreso del bachillerato y de solicitar una beca. Don José Ramón era
el único maestro (había también una maestra) en aquel barracón improvisado en
Valliniello, al lado mismo de Ensidesa --jugábamos durante el recreo entre
residuos tóxicos--, donde se amontonaban cerca de cien niños (nos dividió en
dos turnos, daba clases mañana y tarde cobrando un solo sueldo) llegados de
todos los puntos de aquella España famélica y miserable.
Don José Ramón tenía mucha paciencia
conmigo cuando yo le discutía la solución de algún problema de matemáticas (de
esos de pensar, que eran lo que me gustaban) o mi obsesión favorita: si los franceses eran los malos en la Guerra
de la Independencia, los españoles no podían ser los buenos en la guerra de
Marruecos.. “A veces me haces pensar en cosas en las que nunca se me había
ocurrido pensar”, me dijo una vez y ahora lo recuerdo con orgullo. Le volví a
ver, ya pasados los noventa años, pero con su inteligencia intacta en un
encuentro en el Atrio que preparó mi añorado José Manuel Feito. “Usted fue mi
mejor maestro”, le repetí. “Ya te lo he leído. Muchas gracias. Y tú fuiste uno
de mis mejores alumnos”, me dijo sonriendo con ironía porque sabía que yo
esperaba que dijera que había sido su mejor alumno. “Tuve alumnos muy buenos
–aclaró--. Tuve esa suerte”. Y me habló de algunos de ellos.
Todo lo que soy se lo debo en buena
parte a él. El instituto estaba lejos, no había autobús. Me recuerdo, niño de
diez años, caminando unos cuantos kilómetros, en el frío del invierno y antes
de amanecer cruzando el puente Azud, con la cartera y la tartera de la comida.
Había clases mañana y tarde, pero el Carreño Miranda no tenía comedor. Los que
vivíamos lejos llevábamos nuestra comida. Luego fueron siguiendo el mismo
camino mis cuatro hermanos. Mis padres no habían acabado la escuela, pero todos
sus hijos fueron a la Universidad y tres de ellos se doctoraron. Eso me parece
muy judío.
¿Pero por qué cuento yo ahora de
esto? Una de mis frases favoritas (yo
soy muy de hacer frases) dice: “Nunca hablo de mis humildes orígenes. No me
gusta presumir”.
Hablo porque de pronto me he sentido
extranjero en mi tierra. A poco de llegar Hitler al poder, hubo manifestaciones
contra él en varias ciudades del mundo y se pidió que se decretara el boicot
económico a Alemania. Hitler respondió boicoteando los comercios de los judíos.
Durante un día nadie entró a comprar en ellos. Ni siquiera los clientes
habituales, los amigos de toda la vida. De un día para otro, el mundo cambió
para medio millón de alemanes. Algunos intuyeron lo que se avecinaba y
emigraron, otros no lo hicieron porque no pudieron o porque pensaban que no era
para tanto. El partido comunista todavía era legal, el holocausto no estaba en
la mente de nadie, ni siquiera en la de Goebbels.
El día en que, sentado en la misma mesa de Los Porches en que me sentaba desde hacía cuarenta años, el camarero se negó a servirme el café si no le demostraba que era ario, que no era judío, esto es que tenía el pasaporte Covid, el mundo cambió para mí. Alguien había comenzado a empollar en Asturias el huevo de la serpiente. Y basta con que dejemos que asome su lengua bífida para que no haya marcha atrás.
Domingo, 2 de enero
PATRIA QUERIDA
Un estudiante chino, que pasó algún tiempo por la tertulia, se enfadaba cuando le confundían con un japonés. “En mi país hay muchos locales con un cartel que pone: Se prohíbe la entrada a perros y japoneses”, decía. En mi Asturias, patria querida, acabo de tropezar con un bar en el que un cartel advierte: “Se prohíbe la entrada a perros y no vacunados”.
Lunes, 3 de enero
DELINCUENTE FRUSTRADO
Hoy me iba a
convertir por primera vez en un delincuente. Hoy iba a incumplir por primera
vez deliberadamente una ley. Una ley, por cierto, que muy dudosamente es una
ley, que no es más que una resolución de la consejería de Salud del Principado
de Asturias que viola nada menos que la Constitución española y vulnera los
derechos humanos. Pero aún así no fui capaz de incumplirla. Está claro que no
valgo para político ni menos aún para jefe del Estado español (que puede hacer
de su capa un sayo y pasarse el código penal por debajo del puente colgante,
según los fiscales y los “expertos” constitucionales). El delito que estuve a
punto de cometer es muy menor, cualquiera se reiría de mis escrúpulos.
---Tú, que has estado en las
cárceles de la democracia orgánica, la de Franco, ahora me sales con esas,
Martín, no te puedo creer.
---Cierto, estuve siete días con sus
siete noches incomunicado en una celda de la Dirección General de Seguridad,
tres meses en cárcel de Carabanchel en la galería de los presos más peligrosos,
seis meses en libertad provisional, teniendo que presentarme cada semana en el
gobierno militar. ¿Algo habría hecho? Nada. Cuando el caso pasó de la justicia
militar al Tribunal de Orden Público, lo primero que hizo el juez fue sobreseer
el caso. Volví a mi trabajo (estaba en suspensión de empleo y sueldo), me
pagaron los haberes de esos meses y en mi expediente figuran como si hubiera
trabajado. Ningún delito, ni por acción ni por omisión, ni siquiera de opinión
(entonces estudiaba y trabajaba y no tenía tiempo para ninguna actividad
política).
----¿Y te torturaron, Martín?
----Me reservo mi opinión. Aún
recuerdo las palabras que me dijo un sonriente inspector, o lo que fuera, la
primera vez que entré en la sala de interrogatorios: “Compórtate, tío, que
parece que te vas a cagar de miedo. Aquí no se tortura a nadie, eso son
inventos de los comunistas, aquí con un par de hostias bien dadas todos cantan
la tarara”.
----¿Y tú cantaste?
----Yo no delaté a nadie, lo cual no
tiene mucho mérito porque no tenía a nadie a quien delatar. Más mérito tiene
que me negara a firmar una declaración amañada en las que acusaba a personas
que solo conocía de nombre. Pero estas son batallitas que tienen que ver con
aquella democracia orgánica. Lo que importan ahora son las que tienen que ver
con esta democracia sanitaria que nos ha caído encima. Entre los perseguidos
siempre se crean redes de solidaridad. Nada más publicarse la disparatada
disposición de la consejería de Salud, me llegaron varias listas de cafés y
restaurantes donde se negaban a solicitar el pasaporte. Y, más importante, tres
desconocidos solidarios me enviaron su pasaporte. Uno de ellos, compartía
conmigo nombres y apellidos (lo comparte más de uno en Asturias, así que no
delato a nadie), son las ventajas de tener un nombre tan vulgar. Una amiga,
católica practicante, me envío textos de Santo Tomas y de toda la
jurisprudencia cristiana que avalaba el negarse a cumplir leyes injustas. Lo
tenía todas a mi favor. Paseaba bajo la lluvia, estaba empapado, necesitaba ir
al servicio, vi a través del ventanal una cafetería iluminada y calentita y con
solo un cliente en la barra. Trato de entrar. “¿Tiene usted el pasaporte
Covid?”, me gritó el camarero. “Sí”, le dije. Saco el teléfono del bolsillo,
pero antes de enseñárselo me di la vuelta y seguí caminando bajo la lluvia.
Cada uno es como es. Qué le vamos a hacer. Yo no podría ocupar nunca el cargo de consejero de Salud del Principado de Asturias. Me moriría de vergüenza antes de firmar ciertas disposiciones que solo sirven para chantajear a los ciudadanos (“vacúnate, hombre, que contagiarte podrás contagiarte igual –esta maldita Ómicron--, pero por lo menos podrás ir al cine y tomarte una cervecita a cubierto”), o solo con dar una vuelta –lo que debería ser mi obligación-- por los Centros de Atención Primaria. Sé de qué hablo: acompañé el otro día a una amiga durante las horas que tuvo que esperar bajo la lluvia antes de que la malatendieran en el Centro de Salud de Pumarín y tuve ocasión de escuchar muchas historias..
Martes, 4 de enero
SOBRE TODO
De pronto me viene
a la memoria un verso de Marina Tsvietaieva, glosado por Eugénio de Andrade:
“Todos los poetas son judíos, / todos marcados / por una estrella negra, / sea
rosa o amarilla”.
Todos los marginados, maltratados, excluidos, todos los chivos expiatorios son judíos. Sean homosexuales, negros, inmigrantes o no vacunados, sean hombres o mujeres o ambas cosas o ninguna de ellas, sean asturianos o palestinos. Sobre todo si son palestinos.
Miércoles, 5 de enero
EN CASO DE NECESIDAD
No estoy yo muy
seguro de que, a pesar de todo, no acabe cometiendo un delito. Leo el nuevo
tomo del diario de José María Souvirón en una cafetería cercana a casa,
disfrutando feliz como en los buenos tiempos de este apacible rincón de mi
biblioteca. La camarera no me ha pedido ningún pasaporte al entrar. Pero sí se
lo pide a una señora mayor que se levanta de su mesa de la terraza y entra
preguntando por el servicio. “¿Tiene usted pasaporte?”, “Sí, pero me he
olvidado el teléfono en casa”, “Pues entonces no puede pasar”. “¿Pero por qué se lo pide a ella si no me lo
ha pedido a mí?”, le digo. “Es que a veces me olvido, que una no puede estar en
todo, para quinientos euros que me pagan”.
La democracia sanitaria es tan democracia como la democracia orgánica o la democracia popular, Resulta bastante menos sanguinaria, pero en compensación es bastante más ridícula. Me reconforta tener en el bolsillo, aunque no lo haya usado nunca, el teléfono con el pasaporte de otro José Luis García Martín. A veces compro un libro y busco un lugar donde sentarme inmediatamente a leerlo. Antes, tras salir de Cervantes, lo hacia en Los Porches, a donde quizá no vuelva jamás, ahora lo hago en una terraza. ¿Y qué pasa si de pronto siento una urgencia diurética, algo muy propio de cierta edad? ¿Tendría que buscar una esquina o arrimarme a un árbol como un perro? Aunque eso sea lo que soy para las autoridades del Principado (con el aval del Tribunal Superior de Justicia, no lo olvidemos), prefiero incumplir la ley y entrar en la cafetería en busca del servicio a morirme de vergüenza. Porque los perros no vacunados, los perros judíos, todavía somos humanos y sentimos dolor y vergüenza. Vergüenza ajena, sobre todo, señor Pablo Ignacio Fernández Muñiz, todavía consejero de Salud del Principado de Asturias. Cuando no se sabe qué hacer para frenar una cadena de contagios desbocados a pesar de las vacunas, se dimite y se deja el sitio a otro que sepa hacer algo, pero no se hace el ridículo ni se maltrata a ningún ciudadano.
Jueves, 6 de enero
RÍNDETE
Después de una
maravillosa mañana de Reyes, acompaño a Yara, a Martín, a sus padres y a unos
amigos, con sus tres niños, a la puerta del restaurante (un Burger King, por cierto, que no están los tiempos para muchos despilfarros). Allí los dejo, yo no
puedo acompañarles. Cuando salgo del Coviran, a donde he entrado para comprar
algo y comer a solas, me encuentro con un amigo.
----Desengáñate, Martín, no patalees más, acomódate como todos. Esto va
a durar más que la guerra de los treinta años. Las vacunas que, hace unos meses
parecían la solución, ahora son el problema. Si la pandemia remite y se
convierte en una especie de gripe que nos visita todos los años, se acaba el
negocio de las Pfizer y las Modernas, un negocio tan suculento que deja en calderilla
las ganancias de Pablo Escobar, y completamente legal, con dinero que no
necesita ser blanqueado para sanear las arcas del Partido Demócrata en Estados
Unidos y centros de investigación en todo el mundo que avalen la necesidad de
vacunar a todo el mundo, niños y no natos incluidos. La diferencia entre
vacunar cada año a los que lo necesitan –pongamos que un veinte por ciento-- y
vacunar a toda la población dos o tres veces al año es tan inconmensurable que
no van a dejar que se les escape el negocio. Haz como yo, Martín, tápate las
narices ante el hedor, y da tu brazo a torcer. Por cierto, no sé si te dije,
que he dado positivo. Pero yo, como estoy vacunado, puedo contagiarme, no
sentir ningún síntoma, o sentirlos y tener que ir al hospital sin que nadie me
eche en cara nada. Pero imagínate que el que te contagias eres tú (también los
no vacunados pueden contagiarse, aunque sea poco probable si toman las
precauciones elementales), entonces te pondrán en la picota de los periódicos,
se burlarán de ti, incluso es posible que te impongan el copago de los gastos
sanitarios. Vacúnate y podrás volver al cine. Esto va a durar. No creo que los
que tenemos más de veinte años nos libremos de la obligación de usar mascarillas
cuando son y cuando no son necesarias ni de vacunarnos cada cuatro o seis
meses. No puedes hacer nada, la mayoría lo acepta agradecida. Prefieren morir
de cualquier cosa a dar positivo, aunque sea asintomático. No podemos hacer
nada. Tardará en pasar, pero pasará esta pandemia de estupidez colectiva.
Mientras tanto, carpe diem, humíllate lo imprescindible y vive de la mejor
manera posible”.
Viernes, 7 de enero
SIN COMENTARIOS
El gobierno de Asturias toma medidas –véase el BOPA del 27 de diciembre de 2021-- que ofenden la inteligencia y la dignidad de los asturianos, pero la mayoría de los asturianos no se sienten ofendidos
Querido José Luis, como sabes siempre te leo con sumo placer pero hoy es uno de esos días-no muchos- en los que te muestras más tú y en los que te he sentido más próximo. Me refiero a toda esta espléndida introducción con la que nos llevas allá donde, al fin, quieres llegar. Esa memoria sentimental que has compartido me ha parecido sencillamente espléndida. Del resto, ya tendremos oportunidad de hablar. Un abrazo grande
ResponderEliminarLo suscribo. Es como esos restaurantes en los que uno come espléndidamente con el aperitivo. Cuando llegan los platos ya solo se hurga un poco con el tenedor
EliminarEstimado José Luis: Como decíamos justamente ayer, 6 de enero de 2022, del Bopa, infame en tantos aspectos, imponiendo el pasaporte Covid en Asturias y firmado por el consejero Pablo Ignacio (y auspiciado por Tribunal Superior de Asturias a instancias del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España dependiente a su vez del gobierno de Pedro Sánchez, elegido, no lo olvidemos, democráticamente y sin necesidad de pegar fuego a las Cortes ni de acusar impunemente del siniestro a la pobre Yolanda Díaz, etc…), quizá lo más interesante de dicha imposición, decíamos, no sea la insistente, y a menudo banal, comparación con las leyes nazis: El requerimiento de certificado covid-19 es una medida, según la misma disposición, “de carácter temporal” y exigible en muy determinados establecimientos y actividades (punto vigesimosegundo). Pasaporte que, por el momento, no es requerido en las comunidades de Madrid, Castilla León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Rioja.
ResponderEliminar03/01/2022
https://www.foodretail.es/horeca/Pasaporte-covid-autonomias-aplicaran_0_1617138273.html
¿Más nazi, pues, Barbón que su compañero de partido (y médico de profesión) Fernández Vara? ¿Más judía Ayuso que Feijoo?
Como también comentábamos ayer, “el debate no es exclusivamente académico, pero conviene ser riguroso”.
Yo soy riguroso, Amelia. Y a mí eso de "mal de muchos, consuelo de tontos" no me va. Esa medida, en lo que a mí me afecta (y soy yo el que protesta) la ha firmado un determinado señor, a las órdenes de otro (al que yo voté, pero no para hacer cualquier cosa, no se le dio carta blanca). La prohibición de que yo entre en un cine --y en muchos otros sitios-- es una majadería si con ello se pretende impedir la difusión de la variante ómicron o de cualquier otra variante que contagie tanto a vacunados como a no vacunados si no toman las precauciones adecuadas (que yo tomo, por cierto, porque a nadie interesa más mi salud que a mí). Me gustaría que indicara alguna falta de rigor en mi argumentación. Y no me venga con que Macron es todavía peor. A mí eso no me vale. Yo defiendo la dignidad de Asturias y de los asturianos, que otros defiendan el honor de Francia.
ResponderEliminarComienzo por el final. El honor de los asturianos (y de los residentes no asturianos en Asturias: no nos pongamos supremacistas), de haberlo, lo defenderá cada particular de la manera que estime más conveniente para sus intereses y los intereses de Asturias, supongo. Y cuando digo supongo me estoy naturalmente refiriendo a esos asturianos (o no) que, defendiendo el honor y los intereses de Asturias, delegaron y/o malvendieron la electricidad del Principado, actualmente bajo el control de Total, con los resultados de sobra conocidos. En ese sentido lamento comunicarle, mi estimado José Luis, que también usted defiende escrupulosa y puntualmente el honor de la Francia con cada recibo de la luz.
EliminarTodo lo anterior, lejos de ser una divagación, viene “rigurosamente” a cuento del Bopa firmado por el consejero Fernández Muñiz (Herr Pablo), en el cual, y como usted bien señaló en su atinadísimo comentario del miércoles, 29 de diciembre de 2021 (Intermedio: Ahi queda eso), tampoco se entiende muy bien qué pintan en un boletín regional de una comunidad como Asturias, que se encuentra oficialmente bajo la jurisdicción sanitaria de la Unión Europea (ECDC), los informes de una entidad (SAGE) dependiente de un gobierno, Reino Unido, que ni siquiera pertenece a la Unión Europea.
https://cafearcadia.blogspot.com/2021/12/intermedio-ahi-queda-eso.html#comment-form
¿Por qué no considerar igual de interesante o más (por cuestión de proximidad geográfica) la evolución de la enfermedad en Marruecos, por ejemplo, y por extensión, en el resto de África (origen de esta última variante, ómicron), donde la vacunación es poco o nada obligatoria (desde el punto de vista sanitario) y casi “innecesaria” (desde el punto de vista económico)? O en China o en Rusia… ¿Por cuestión tal vez de patentes, de corso, Moderna (patente inglesa), etc…?
Como decíamos, José Luis, quizá lo más interesante del Bopa en cuestión no estaba en la imposición, con carácter temporal, del pasaporte covid. A veces la metáfora (Bopa de Herr Pablo con Leyes Nuremberg, Huevo de la serpiente, pésimo film, etc…) puede ser rigurosa y, sin embargo, inoportuna. Aguardemos acontecimientos:
“Sexto.—El Auto del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de 23 de diciembre de 2021 acordó:
2. La Administración deberá remitir a esta Sala un informe sobre la incidencia de la medida aplicada en la protección de los derechos fundamentales en el plazo máximo de diez días después de haber terminado el período de vigencia autorizado.
En consecuencia, a propuesta del titular de la Consejería de Salud y previa deliberación, el Consejo de Gobierno”
Por lo que respecta al “rigor” narrativo de su último post: Emocionante evocación de unos maestros ejemplares en tiempo abominables, en los que se condecoraba “en atención a sus méritos” a tipos como Billy el Niño. “Méritos” mantenidos ya en época “democrática” y reconocidos aún hoy en día en sede parlamentaria (tras más de 40 años de Constitución democrática) por determinadas fuerzas políticas autoproclamadas españolistas, para vergüenza de España y de su Parlamento.
EliminarViernes, 11 de mayo de 2018
El torturador Billy el Niño cobra una pensión vitalicia incrementada en un 15% por una condecoración franquista
https://www.elplural.com/politica/el-torturador-billy-el-nino-cobra-una-pension-vitalicia-incrementada-en-un-15-por-una-condecoracion-franquista_127649102
11/06/2020
Adolfo Suárez Illana se alinea con Vox y vota en contra de quitar las medallas a Billy el Niño
https://www.publico.es/politica/adolfo-suarez-illana-alinea-vox-y-vota-quitar-medallas-billy-nino.html
España es la memoria de aquellos maestros o no será.
1/ No hay ningún supremacismo al hablar de los asturianos (como tampoco lo hay cuando se habla de los catalanes o los vascos). Asturiano --legalmente-- es quien está empadronado y paga sus impuestos y vota en Asturias; lo mismo pasa con Cataluña: un catalán --con todos los derechos--puede haber nacido en Córdoba o en Senegal y así lo reconoce la Generalitat.
Eliminar2/ La mejor manera de defender el honor y la inteligencia de los asturianos, en este momento, sería que una mayoría se negara a enseñar el pasaporte Covid. Y que junto a los establecimientos que indican en un cartel "Aquí se pide el pasaporte Covid" hubiera otros --al menos tres o cuatro-- que colocaran otro cartel que dijera "Aquí se respeta la Constitución".
El pasaporte es temporal --un mes: yo cuento los días--, pero puede prorrogarse indefinidamente. Como nunca hubo una razón para ponerlo (solo fingir ante los tontos que se hacía algo), tampoco hay ninguna razón para quitarlo: pueden prorrogarlo indefinidamente ante la indiferencia de la mayoría de los asturianos, bastante más tolerantes que yo a la estupidez institucional.
EliminarMe veo en la embarazosa situación de rectificar nuevamente a nuestro anfitrión en su propio blog…
Eliminar1) No es cierto, José Luis, que en Asturias pasé lo mismo que en Cataluña o el País Vasco. Ni epidemiológicamente (en Cataluña estas navidades, además de pasaporte covid, se ha decretado toque de queda), ni administrativamente (el País Vasco fue una de la primeras comunidades en aprobar el pasaporte covid). Por no hablar de los impuestos pagados en Asturias… Le recuerdo que en Asturias no tenemos régimen foral, ni estatut que se le parezca.
2) Aunque algo de razón tal vez lleve con la cuestión de los carteles y el honor de aquellos que han sido celosa y humillantemente expulsados de bares, cafetines y demás antros infestados de virus y demás vida inteligente: a mí también me pasó que se negaran a atenderme una vez dentro del local. Si bien yo cambiaría lo de Constitución por lo de aquí se respetan por igual el derecho al contagio y la embriaguez glosado con magistral brillantez por El Roto en una viñeta de no hace tanto: Wines & Virus.
¡Salud y paciencia, José Luis!
La "embarazosa situación", Amelia, es que leas tan descuidadamente. En Asturias, como en Cataluña o en el País Vasco, es asturiano, catalán o vasco quien está empadronado en esa comunidad y tiene los mismos derechos (votar en las correspondientes elecciones o en hipotéticos referendos) haya nacido en Girona, en Córdoba o en cualquier lugar de Senegal. Y en Asturias se pagan impuestos, yo al menos los pago aquí, no en la comunidad de Madrid o en ninguna parte,como en anterior jefe del Estado. De eso habla mi comentario. REléelo, por favor.
Eliminar2/ El segundo punto es una demagógica tontería. Aquí no se respeta el derecho al contagio, ni nadie ha pretendido nunca tal cosa: yo, no vacunado, como los vacunados, mantengo un protocolo dentro del local (el que considera oportuno la autoridad) y fuera. Y lo del derecho a la embriaguez, está fuera de lugar. Ese no le se niega nunca a nadie, te permitan emborracharte dentro o en la terraza del local.
Un añadido: te repito que lo del mal de muchos consuelo de tontos, a mí no vale, aunque parece que sí le vale a muchos: al consejero de Salud, por ejemplo, que se dirá "yo he hecho el ridículo, pero más lo hacen en Cataluña o en Australia". Yo critico lo que padezco, lo que me afecta, de lo que estoy informado de primera mano (leo el BOPA, salgo a la calle, apunto las arbitrariedad de las normas); de lo que pasa en otras partes me entero solo por los periódicos y no puedo opinar con la misma contundencia con que opino de lo que pasa en Asturias, donde las autoridades vulneran la constitución con una disposición de la consejería de Salud que de ninguna manera sirve para aquello que supuestamente pretende (contener la propagación de la variante ómicron), aunque si pueda servir para chantajear (lo que es un delito) a los ciudadanos que, en uso de su derecho, deciden no vacunarse (sin que eso suponga --te cuenten lo que te cuenten-- ser insolidario ni poner en riesgo la salud de nadie).
Ninguna demagogia, José Luis, al menos por mi parte: Pruebe a colocar a la puerta de bares y establecimientos ese cartel que dice, "Aquí se respeta la Constitución”, y enseguida comprobará que no se entiende lo mismo en Asturias, Cataluña y País Vasco.
EliminarQué cosa. Yo no puedo colocarlo, solo entregarlo. No creo que ninguno se atreva a colocarlo, aunque la respeten. Temen que el chantaje se haga efectivo: o me pedís el pasaporte o pongo toque de queda o cierro el interior de los bares. Así estamos. Y ya digo que a mí no me gusta elucubrar, lo que pase en Cataluña o en el País Vasco no es de momento asunto mío. Ahora lo que yo dije, que los ciudadanos de Cataluña como los de Asturias pueden haber nacido en cualquier parte, que es de lo que se trataba, eso me parece que no es discutible.
EliminarLamento disentir de nuevo. Lo que viene pasando en Cataluña y muy especialmente en el País Vasco, en relación con el pasaporte covid, sí es asunto suyo y de todos los españoles.
Eliminar15 DE NOVIEMBRE DE 2021: Urkullu defiende que el uso del pasaporte covid sea "uniforme" en toda España.
https://www.cope.es/actualidad/sociedad/noticias/urkullu-defiende-que-uso-del-pasaporte-covid-sea-uniforme-toda-espana-20211115_1619146
¿Disentir de qué, Amelia? Que yo no comento las medidas en esas comunidades, que eso se los dejo para los que las padecen, como he repetido más de una vez. Yo me limito a las del conjunto de España y a las de Asturias, que son de las que estoy mejor informado (leo las disposiciones "legales" correspondientes, no solo lo que dicen los periódicos).
EliminarY no entremos en bucle, Amelia, que bastante me ha costado librarme de algunos comentaristas bucleiros dedicados a repetir aquí la información oficial que nos llega ya por todos los medios.
Estimable José Luis, no sé lo que diría al respecto su maestro don José Ramón, pero si alguien dice, usted por ejemplo, “lo que pase en Cataluña o en el País Vasco no es de momento asunto mío”, y alguien le responde, documentadamente, que lo que está sucediendo en dichas comunidades no sólo es asunto suyo, sino que está influyendo en estos momentos, de manera determinante además, lo que ocurre fuera de esas comunidades (imposición del pasaporte covid en Asturias, por ejemplo), a eso, al menos en la escuela a la que fui, llamábamos “disentir”.
EliminarCordialmente.
Qué pesadez, Amelia, la verdad. El pasaporte covid está vigente en varias comunidades españolas y en algunos países.Vale. Yo critico el de Asturias porque he leído el BOPA y no han sido capaces de justificar su aplicación. Supongo que en otras partes ocurrirá lo mismo. Pero yo soy contundente contra este consejero y quienes lo aceptan mansamente porque, en esta comunidad, en la norma que se aplica, he encontrado fallos graves que bordean la ilegalidad y espero que los recursos al respecto sean aceptados. Eso es todo.
EliminarHas entrado en bucle, lo siento. Pasa a hablar de otra cosa, si quieres seguir comentando aquí. Por favor. Los maltratados por la autoridad, con el aplauso de la ciudadanía, no tenemos mucha paciencia.
Qué obtuso, José Luis, en fin. Cambiando de tema, ¿le parece entonces que hablemos de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado del presidente Sánchez y de la nueva condición para su aprobación, impuesta por el PNV, para que sea la comunidad autónoma del País Vasco quien se haga cargo de la selección, provisión y nombramientos de secretarios, interventores y tesoreros de ayuntamientos?
EliminarNo, no me parece bien, Amelia. Creo que no te has enterado todavía de que este no es un lugar para el debate de los asuntos públicos en general (otros hay), sino un lugar en el que se reproduce el diario que JLGM publica semanalmente en la prensa (y luego en libro) y en que los comentarios se refieren a las entradas del blog. Solo eso.
EliminarEstá usted en su casa, José Luis, o como diría Jordi Pujol: Això avui no toca. Ocasión habrá. Un saludo.
EliminarMuchas gracias, Amelia.
EliminarDon jose luis cuando ha recordado a su maestro.. Me he acordsd de don Fernando.. Mi primrr msestro... Qué duros en Asturias.. Estoy en un misero pueblo del antiguo reino de león y tomando café.. He visti una del oeste.. Animo don José luis.. Qué grandes padres ha tenido... Aparte de hijos estudiosos.. Un doctorado no lo saca cualquiera... Muchas gracias por su diario.... Mayor Thompson
ResponderEliminar12:30 de la noche. Delante de mi casa hay una zona verde, un parquecito donde la gente lleva sus perros, con 2 o 3 bancos bordeándolo. En uno de ellos lleva tiempo sentada una mujer de treinta y tantos años, su perro al lado mientras ella manipula el móvil. Nadie más, ni un alma, no es calle de paso. Y qué gesto repite varias veces esta mujer? Ajustarse la mascarilla, colocársela bien. Repito, ni un alma, todo alrededor vacío. Y yo no me acostumbro, me entra un desasosiego, me acuerdo de una película, La invasión de los ladrones de cuerpos, donde las personas son sustituidas por réplicas de origen extraterrestre. Me pregunto si este seguimiento de una norma absurda llevado al extremo por una inmensa mayoría de la población es posible que lo hagan personas con una mínima capacidad de razonamiento, o que en realidad la calle esté llena de réplicas de sus anteriores habitantes. Buff!, sí, me da un poco de miedo. Porque además a estas réplicas las veo encantadas, les da igual cualquier medida sin pies ni cabeza con tal de que aplaque sus supersticiones. En fin, poco se puede hacer, rebelarse un poquito nada más. Gracias a blogs como este. Un saludo al autor.
ResponderEliminarEn este caso, García Martín, cuenta con un poderoso aliado, Novak Djokovic. Imagino a todos los lectores al cabo de la polémica entre el tenista serbio y las autoridades australianas.
ResponderEliminarCuando escribo esto, un juez ha dado la razón a Djokovic, permitiéndole salir del hotel de Melbourne donde estaba retenido, aunque está en mano de las autoridades federales poder ser deportado.
El conflicto, lo hemos visto, trasciende lo meramente deportivo, convirtiéndose en un conflicto diplomático entre Serbia y Australia.
Exagerando quizá, a Djokovic se le ha comparado con Espartaco y con Jesucristo. El número 1 mundial es conocido por sus manifestaciones ligadas a la ortodoxia cristiana y el nacionalismo serbio.
El partido se presenta interesante, y Djokovic la conseguido ventaja. Aunque no participe, o no gane, el Grand Slam, su papel no pasará desapercibido.
Subyace en todo esto la diferencia de trato entre personas; si a JLGM no le dejan entrar en cines y cafés, a Djokovic no le dejan entrar en Australia. En ambos casos se habla de humillación.
Así que aúpa Djokovic.
Victor Menéndez
No se trata de que Djokovic se haya evadido de las obligaciones generales impuestas por las autoridades australianas debido a que es un tenista famoso y millonario. Es más complejo, y el economista J Ramón Rallo ha estudiado a fondo lo que han hecho con Djokovic y lo explica aquí:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=SAooWSu-YSk
El comportamiento zigzagueante y marrullero de las autoridades australianas es como para dar mucha vergüenza. Enturbian y hacen confusa, a conveniencia, SU PROPIA norma. No lo liberan por famoso ni por millonario, pero es cierto que en caso de no serlo, no habría podido pagar al equipo de abogados que ha aireado y difundido por todo el mundo las arbitrariedades y caprichos de un gobierno con muy poquita decencia.
Efectivamente, Antonio. Lo que yo no sabía es que hay elecciones en mayo en Australia, país que ha sufrido severas restricciones.
ResponderEliminarAclarador el video.
Victor Menéndez
Uno de los aspectos más negativos de la pandemia es que está llevando a muchos, gobernantes y gobernados, a una especie de neurosis colectiva, de locura global. Sucede cuando no se sabe como solucionar un problema que se alarga con el tiempo.
ResponderEliminarEl colapso de la atención primaria es un ejemplo. Los centros de salud, encargados de expender las bajas, desbordados por los positivos covid. Cabría preguntarse, ¿a quién se le ocurrió que por dar positivo en un test de antígenos o PCR, siendo asintomático, se pueda pedir la baja laboral? La responsabilidad reside en el "paciente" que deberá extremar su cuidado y la distancia social. Si, como calculan, en marzo la mitad de la población europea habrá sido contagiada (independientemente de la vacuna), ¿quien irá a trabajar? A los directores de centros escolares les están llegando pruebas PCR o tests en lugar de bajas, no pudiendo pedir sustituto. En Asturias han encontrado una solución salomónica hoy mismo, la gestión de las bajas por el SESPA...Bueno.(sic).
Lo de Djokovic, con ser un señorito millonario y un tanto morrudo, es otro ejemplo de las contradicciones en las que caen las autoridades, en este caso australianas. Aún estando en las antípodas a mi sí me interesa lo que pase allí.
Contradicciones y paradojas. Evidentemente se violan los derechos fundamentales. Paradójico es que yo tenga que presentar el pasaporte covid para entrar en un bar, ¿se solicita para trabajar en la hostelería?, ¿todos los camareros han de estar vacunados? No, que yo sepa.
Lo lógico, lo menos lesivo, sería solicitar tal pasaporte en el ocio nocturno, y mantenerlo abierto.
Una locura producida por la impotencia con consecuencias que aún no podemos evaluar.
PD: Lo de Emmanuel Macron, prometiendo hacer la vida imposible a los no vacunados es impresentable. Los "parties" de Boris Johnson en pleno confinamiento, qué decir.
Alucinante y demencial.
Víctor Menéndez
Muy sensato, Víctor. Pero lo de las fiestas de Boris Johnson no creo que causara daño a nadie. Insultar a los franceses un presidente de Francia no había ocurrido nunca. A ver si lo paga en las presidenciales.
ResponderEliminarJosé Luis, sé fuerte. El que resiste gana. Es desolador el grado de seguidismo de esta sociedad cobarde, pero es el signo de los tiempos. Siempre que ha habido una crisis de este tipo, los resistentes son pocos y muchos de ellos caen en la lucha. Mira Francia durante la invasión nazi. Pero cuando se ganó la guerra, todos ayudaron a la resistencia, no había colaboracionistas.
ResponderEliminarSi necesitas buenos argumentos para enfrentar al conformista medio enséñales este enlace de la más importante asociación de médicos de familia: La SEMFYC. Si lo hubiera escrito otro cualquiera lo tacharían de negacionistas. Como son los médicos de familia, lo que hacen es ningunearlos.
Así vivimos: en la férrea censura. No hay nada que falte para que esto sea lo que es: una dictadura siniestra donde a nadie le importan las leyes.
https://amf-semfyc.com/web/article/3063#section-comments
No te preocupes, que no lo vas a encontrar en la portada de ningún medio de desinformación. Claro que esa gente no atiende a argumentos. El que está en la posición de la mayoría no necesita discutir. Lo que ocurre es que la mayoría siempre está equivocada, salvo cuando se trata de comida.
Kovaliov: “Si necesitas buenos argumentos para enfrentar al conformista medio enséñales este enlace de la más importante asociación de médicos de familia: La SEMFYC. Si lo hubiera escrito otro cualquiera lo tacharían de negacionistas.”
EliminarPues no parece especialmente negacionista el presidente de la SEMFYC. ‘Medio enseñar’ las cosas es lo que tiene…
«Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), explica que "quizás sí hay que intentar captarlos de forma más activa". Desde Atención Primaria, este médico de familia subraya que "podemos encontrar herramientas para atraerlos, a través de padres, abuelos... En los centros de salud, mal empleados e infrautilizados durante la campaña de vacunación, podemos hacer una vacunación más activa". Tranche manifiesta que pueden captarlos: "Aquí pueden venir por otro motivo e irse con la vacuna". Facilidades se han puesto muchas: unidades móviles, vacunódromos sin cita previa, horarios ilimitados... Pero, aun así, un porcentaje parece que se resiste.»
Viernes, 17 septiembre 2021
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2021/09/17/614392b1e4d4d8b8098b459f.html
Qué barbaridad, Amelia. Cómo puedes citar esas declaraciones sin sonrojarte. Vacunar se ha convertido en un fin, no en un medio para protegerte de una enfermedad. ¿No te das cuenta de que esas declaraciones son aterradores? Lo que importa es que todo el mundo se vacune, le sea útil o no, le cause daño o no, y si para para eso hay que recurrir a engaños pues se recurre. Tú vas a un centro de Salud porque te duele la garganta y sales con el dolor de garganta, pero vacunado en un descuido. Kafka no inventaría otro cuento absurdo más aterrador. Vacunarse es voluntario, Amelia, como hacer el amor. ¡Y hay gente que lamenta que haya mujeres que se resisten al más insistente acosador, con lo bien que se pasa! Y le sugieren nuevos trucos. Eso --no es no-- parece que no lo entiende ni ese Salvador Tranche ni tú, Amelia. Lo siento, pero dais miedo.
EliminarLo que da miedo, José Luis, es tanta histeria de parte y parte.
EliminarEn algún lugar de este blog creo haber comentado que a mí también se han negado a atenderme, una vez dentro del bar, por negarme a presentar el pasaporte covid.
¿Sonrojos? Aquí el único rojo (o medio rojo) es el camarada Kovaliov. La cita era sólo para completar su información. A cada uno lo suyo…
Salud.
La opinión de un señor no es una información. Aquí solo interesan las disposiciones con rango de ley (la famosa y vergonzosa del Consejero de Salud sobre el pasaporte sin justificación ninguna) o los informes realizados con todas las garantías (no esas confusas estadísticas con las que se presente justificar lo injustificable). Seguir vacunando con las antiguas vacunas cuando se buscan otras nuevas que sean eficaces para esta variante puede ser constitutivo de un doble delito: estafa y daño consciente a la salud. Algún día se investigará esto.
EliminarNo creo que con lo que he dicho se me pueda identificar como rojo o azul. No es ese el debate ahora puesto que los totalitarios están y siempre estuvieron en todo el espectro político. Y también los defensores de la libertad.
ResponderEliminarMe permito sugerirte estos vídeos que explican perfectamente como se ha llegado a la sociedad totalitaria y también que no va a ser fácil que desaparezca, al contrario, irá a peor y nos esperan largos años de lucha. Los mecanismos psicológicos y políticos han sido estudiados hasta la saciedad y se repiten una y otra vez en la historia de los últimos doscientos años.Freud, Bernays, Jung...y tantos otros han identificado y definido mucho antes de que nosotros naciéramos cuales son estos mecanismos que ahora son redescubiertos por los poderes que trascienden a los estados. Ademas, tipejos como Gates o Klaus Schwab no se esconden. Lo dicen y lo escriben desde hace décadas.
https://www.youtube.com/watch?v=8Ccpobip-Fs
https://www.youtube.com/watch?v=YQ6oMWrxcGw
Gracias por el mitin, Kovaliov, que a buen seguro suscribirían los “tipejos” citados, premio Príncipe de Asturias alguno de ellos. Pero la cuestión no era esa: La asociación de médicos de familia referida en su anterior comentario, SEMFYC, ¿negacionista o asociación de tipejos?
EliminarAmelia, dificilmente se pueden emplear tantas falacias lógicas en un párrafo tan pequeño. ¿A qué vienen aquí los Premios Príncipe de Asturias? No dan ni quitan nada a la discusión. Y esa pregunta del final tampoco es argumento de nada. Yo no llamé negacionistas ni tipejos a los miembros de la SEMFYC y conozco a algunos, así que no tengo por qué responderte. Cité ese comunicado porque me parece relevante viniendo de unos profesionales que están en el centro de la lucha contra esta enfermedad, así que algo tendrán que decir con más base que los ingenieros, los coroneles de infanteria o yo mismo. Como demuestras que no puedes mantener una conversación racional, no haces más que provocar y no te conozco de nada, no volveré a dirigirme a ti.
ResponderEliminarAy, mi falaz tovarich, ¿rojo, azul?, mira que eres sentío…! Con respecto a lo de no hablar con desconocidos, ¿cuántos añitos tienes? ¿Sabe tu mamá que andas metido en blogs de poesía y perdición? En serio: No se tome a mal todo lo anterior. Y si no quiere hablar con desconocidos, sus razones tendrá. Adiós, Kovaliov, fue bonito mientras duró… Pakah!
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