jueves, 3 de julio de 2025

Café con libros: Técnica del golpe de Estado

 


---¿Pero es cierto que te han amenazado, Martín, por participar en la Semana Negra? ¿Qué oscuros secretos vas a revelar? Yo que tú me lo pensaría dos veces. Mira lo que le pasó a Julian Assange.

            ---Solo voy a presentar un libro. Lo que parece cierto, según me avisó Xuan Bello, es que por las redes sociales circularon amenazadores insultos. Pero yo no los he leído ni pienso hacerlo.

            (Desde hace algún tiempo, desde 1980 exactamente, todos los viernes, a las siete en punto, voy a tomar café con libros y amigos en una cafetería que ha ido cambiando, pero pocas veces y por razones de fuerza mayor, a lo largo del tiempo. Los libros son el pretexto para una charla en la que no solo se habla de libros.

Algunas de esas tertulias andan por ahí impresas; a la mayoría de ellas, como debe ser, se las lleva el viento. Este verano, mis jefes en el periódico, me han pedido que las transcriba, aunque sea resumidamente, para solaz del lector curioso. Y yo acepto con gusto el encargo.)

            ---Solo voy a presentar un libro que ya se ha presentado varias veces. Es una obra que podrían haber escrito Leonardo Sciacia o Emilia Pardo Bazán, especialistas los dos en crímenes reales. De Pardo Bazán comenté muchas veces en clase un cuento sin ficción, “Como en las cavernas”, en el que anticipa la actual novela policíaca, tan lejana de los acertijos intelectuales y de los sospechosos encerrados en la biblioteca de una casa de campo a la espera de que llegue Poirot y lo aclare todo. El misterio de un crimen, decía Pardo Bazán, no consiste en que se ignoren los autores. “El misterio de un crimen es su psicología, los abismos del corazón que descubre, la luz que arroja sobre el alma humana, sobre el estado social de la nación”. ¡Y qué abismos del corazón descubre el libro que voy a presentar y cuánta luz arroja sobre una ciudad y sobre una universidad que en los años setenta todavía no había dejado atrás el clasismo y el caciquismo decimonónico! Pero mejor hablemos de otra cosa, Ángel. De esta nueva antología de Campoamor, que acabo de preparar, por ejemplo. Me parece que esta vez es la definitiva. Quien lea sin prejuicios De todo lo visible y lo invisible no tendrá más remedio que reconocer es uno de los pocos poetas del siglo XIX español ha resistido el paso del tiempo y que aún se pueden leer con gusto. El resto queda para los estudiantes de literatura.

            ---Exageras, Martín. No creo que se pueda poner al lado de Bécquer y Rosalía.

            ---Pues yo creo que sí. Y no es menos memorable: “Perdí media vida mía / por cierto placer fatal, / y la otra media daría / por otro placer igual”.

            ---Los poemas breves pase, pero no los “pequeños poemas”. Que no son, por cierto, precisamente pequeños.

            ---Están llenos de malicias y sorpresas. Incluso en uno de ellos se califica a un personaje de “bisexual”, yo creo que por primera vez en la historia de la literatura española.

            ---¡Parece mentira que propongas leer a Campoamor en estos tiempos! ¡Con la que está cayendo! Cerdán en la cárcel y Sánchez como si tal cosa.

            ---Como si tal cosa, tú lo has dicho, Daniel. Gobernando de manera ejemplar y dando ejemplo en unos tiempos en que los líderes de la Unión Europea, los presuntos modelos de democracia, miran para otro lado ante los crímenes de Netanyahu a la vez que corren “a besar el culo”, a Trump”, como él mismo afirma, guiados por el servil secretario de la OTAN.

            ---Eres maestro en el arte de desviar la atención. Ahora nos hablarás de las comisiones ilegales del anterior jefe del Estado y de sus amoríos financiados con dinero público. ¿No se te cae la cara de vergüenza al ver entrar en la cárcel a Cerdán, la mano derecha de tu admirado Sánchez y gestor de los pactos que le llevaron al poder?

            ---No es vergüenza lo que siento, sino indignación. Los jueces están para hacer justicia aplicando la ley, no para hacer política al margen de la ley.

            ---Cuidadito con lo que dices, que te estás metiendo en terreno pantanoso.

            ---Seré muy cuidadoso. Santos Cerdán no ha sido condenado todavía y es posible que no lo sea nunca. De momento se le está investigando, como a Ábalos y a Koldo. De estos dos últimos hay evidencias claras de conducta irregular. En Koldo, cuantiosos incrementos de su fortuna y la de sus allegados; en Ábalos, ciertos alquileres que le fueron abonados por integrantes de la trama corrupta que encabeza no sé qué empresario paseado y jaleado como un héroe por las televisiones. Sobre Cerdán hay muchos rumores, pero ninguno ha llevado a descubrir en él, hasta la fecha, nada presuntamente ilegal. Los dos primeros están en libertad. Al segundo, se le manda a prisión “por el riesgo de destrucción de pruebas”. ¿Qué pruebas va a destruir que no haya tenido tiempo de destruir entre la fecha en que apareció el informe de la UCO y la de su declaración? ¿No mandó registrar el juez la sede del PSOE para encontrarlas? ¿Por qué no hizo lo mismo con su domicilio si pensaba que en él se podía encontrar pruebas incriminatorias? Pues porque la sede del PSOE tiene un efecto político del que carece un domicilio particular. Se le manda a la cárcel, no porque hubiera ninguna razón para ello (Cerdán sigue siendo inocente hasta que se demuestre lo contrario), sino por el bombazo político que supone, como un disparo a la línea de flotación del gobierno.

            ---No sé por qué defiendes tanto a estos corruptos, si tú nunca has tenido ni aspirar a tener ninguna sinecura política.

            ---Defiendo la verdad y la justicia. En la Edad Media, las confesiones se obtenían mediante torturas. Ahora no. Aunque, si bien se mira, hay muchos modos de ablandar a un detenido, sobre todo si es un buen padre de familia que nunca ha pensado que pisaría la cárcel. Imagínate tú que a Cerdán le proponen un pacto. “Si colaboras, sales de inmediato en libertad”. Y que para colaborar no tiene que confesar ningún delito, solo decir que una vez, no sé dónde, oyó decir no sé qué, a un constructor que era amigo de otro constructor que conocía a Pedro Sánchez. Bastaría eso para que salga en libertad, se pasee por todas las televisiones. Sabe de sobra que no van a por él. Que la pieza que se quieren cobrar es otro, el que sostiene un gobierno de libertad y progreso que puede ser el último por muchos años.

            ---Las urnas son las que deciden, Martín.

            ---Pues ya veremos lo que deciden cuando toque y no cuando quieran los que buscan una especie de golpe de Estado. Antes eran los militares los enemigos de la democracia, ahora la han aceptado plenamente y son otros los que la amenazan.

            ---Hablemos de libros, Martín, que es lo tuyo. Esta novela, Misterio en el barrio gótico tiene muy buena pinta. ¿Por qué no la presentas en la Semana Negra en lugar de esa otra que saca a la luz viejas historias de familia?

            ---Porque no me lo han pedido. Es de Sergio Vila-San Juan, conocido mío, excelente periodista. Aún no la he leído. Parece la mejor lectura para una tarde de verano.

            ---¿Y ese otro libro tan curioso que tienes ahí? Euskaleriaren yakintza. ¡A ver si te van a acusar otra vez de colaborar con ETA!  

            ---Uno de esos regalos del azar. Procede del convento de las Pelayas, que están aligerando su biblioteca. El autor, Resurrección María de Azkue, obtuvo la primera cátedra de euskera en 1888 y entre sus contendientes estaban Sabino Arana y Miguel de Unamuno. Se publicó en 1935 y trata de las supersticiones y costumbres de los vascos, Está ilustrada por los mejores pintores del país, entre los que destaca Pablo Tillac. Esta dedicado a su madre, principal informante: “Mientras estando juntos en muchos años, frente a frente en una mesa, al comer y cenar, este vuestro hijo, aficionado a viejos datos, pareciéndole más dulces que la miel los que brotaban de vuestro cerebro, a cada momento sacaba del bolsillo algún papelucho y se ponía gozoso a escribir. Cuántas veces decía la madre a sus hijas, mis hermanas: ¿Para qué querrá nuestro cura estas cositas?”

            ---Qué curioso el capítulo “Seres terribles”, que incluye a los agotes y a los judíos junto al hombre-lobo y a las brujas.

            ---¿Tú crees en las brujas, Martín?, pregunta Aida.

            ---Yo, de todo lo visible y lo invisible, creo solo en el amor, que es increíble.



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