Sábado, 20 de
enero
ADIVINANZAS
Era
tan antipático que para conseguir algo necesitaba el doble de esfuerzo y de talento
que cualquier otra persona.
Nunca empleaba menos de seis páginas
para decir lo que cabía holgadamente en media, pero su retórica abrumaba.
Insistía tanto en su vanidad que
acababa resultando poco creíble.
Era un poeta muy sensible, en cuanto
dejaba de ser el centro de la conversación se deprimía.
Domingo, 21 de
enero
OTRA PELÍCULA
A
los pocos minutos de empezar, ya sospecho que La zona de interés, de
Jonathan Glazer, no es más que un pretencioso bodrio. Qué idea tan original.
Las autoridades encargadas de los campos de concentración no tenían cuernos ni
rabo, no comían carne cruda, no maltrataban a sus mujeres, querían a sus hijos.
Vivían incluso en casas con jardín y piscina, paseaban por los alrededores a
caballo. Y para que nos imaginemos el sufrimiento inimaginable de los que están
tras de los muros del campo al director no se le ocurre otra cosa que dejar
interminables minutos la pantalla en rojo o en gris mientras suenan sonidos
extraños.
Se aguante como se puede esta tediosa
versión descafeinada de la novela de Martin Amis, aunque hay algunos valientes
que se atreven a dejar la sala sin miedo a que los acusen de antisemitas. Yo me
entretengo imaginando otra película, esta sí provocadora y hasta quizá útil: el
eficaz comandante que cumple órdenes y disfruta todo lo que puede de la vida de
familia forma parte del ejército de Israel y al otro lado de los muros el campo
de concentración donde se masacra, por vengativas razones, a hombres, mujeres y
niños no se llama Auschwitz, sino Gaza.
Lunes, 22 de enero
MÁS ANÓNIMOS
---¿Has
leído el último número de Calle del Aire? ¿Qué te parece lo que se dice
de ti?
---¿Hablan de mí? Lo he leído, me
han interesado los poemas de Salvago y las minucias de Abelardo sobre Chaves
Nogales, pero no vi que hablaran de mí.
---Te dedican una de las reseñas
anónimas de “Mesa de novedades”. Yo no he leído ese libro, Ideas al vuelo,
al parecer una selección de tus aforismos preparada por no sé qué profesor,
pero me ha divertido mucho lo que dicen de Amazon. No sé lo que sabrá el
anónimo de literatura --a lo mejor sabe mucho, y acierta en sus palos--, pero
del mundo real sabe poco.
---Se tratará de Juan Bonilla,
resentido por algunos de los reparos que puse a sus novelas y otros trabajos
alimenticios.
---Pues a lo mejor como literato
vale algo, pero como analista del mundo contemporáneo mejor que se dedique a
otra cosa. Mira lo que escribe a propósito de tu libro: “Disponemos de dos
ejemplares, uno enviado por el editor y otro comprado en Amazon, que es el
único lugar donde se vende. El primer tomo es no solo digno, sino
sobresaliente: tapa dura, lomo cosido, buena impresión, buen gramaje de papel.
El segundo es un ‘print on demand’ (¿cómo traducir ‘print on demand’ sino
demandando al impresor?). Son una fotocopias en folio blanco, en tapa blanda,
en el que el corte de la guillotina casi se come la última letra del título,
lomo pegado que decuajaringa el volumen en cuanto se abre. Es evidente que
Amazon sirvió al editor una cantidad de ejemplares bien confeccionados y que
luego pone a la venta –bajo petición-- un apresurado proceso de impresión que
resulta denunciable”.
---¿De verdad ha escrito eso? Sería
la primera vez que un crítico, además del ejemplar que le regala el editor,
compra otro. Y es un comprador algo despistado, porque basta teclear el título
en Google para comprobar que el libro se ofrece en dos formatos: en tapa dura,
al precio de 22 euros, y en tapa blanda a 19,76 euros. Él pidió, si es que lo
pidió y no todo es autoficción, el ejemplar más barato y por eso no estaba
encuadernado, al contrario del que le regaló el editor. Por lo que cuenta, si
lo que cuenta es cierto, le llegó un ejemplar defectuoso y en lugar de hacer lo
que haría cualquier persona normal, devolverlo, elucubra una teoría sobre el
funcionamiento de Amazon y no solo la expone en la mesa del café, sino que
tiene el atrevimiento de escribirla con manifiesto desprecio de la inteligencia
de sus lectores (quizá por eso lo del anonimato): los libros que vende Amazon
constan de dos ediciones, una de lujo para el editor y una chapuza denunciable
para los compradores. ¡Menuda manera de hacer negocio! ¿Cómo se explicará el
bueno de Juan Bonilla el éxito de Amazon? ¡Una empresa que acaba con todos los
competidores a base de defraudar a los usuarios! Pensamiento infantil o
pensamiento mágico se llama esa figura.
---Mucho te odia cuando para
devaluar un libro tuyo no duda en hacer el ridículo.
---No lo creo, solo no le caigo
bien. Es un profesional que malvive de lo que escribe y yo de vez en cuando me
he permitido poner reparos a su mercancía. Pero no creo que mi opinión –al
contrario que la de Vargas Llosa que le hizo agotar dos ediciones de un libro
sobre Mayakovski con una página en El País— influya en las ventas de sus
productos.
---También dice que hay en ti “un
invencible narciseísmo, es decir, un gustarse a sí mismo con tal fuerza que
parece que el suelo le tiembla”. Y añade: “como decía Julio Caro Baroja de Juan
Benet, tiene tan alta opinión de sí mismo que es muy difícil estar de acuerdo
con él”.
---Qué bien me conoce. Mejor que a
Amazon.
Martes, 23 de
enero
YA ERA HORA
Me
encuentro con Felipe, hermano del Juan Manuel Pendás obsesionado siempre con la
literatura (y unos años conmigo), autor de centenares de cartas a los
periódicos, que una vez, en los primeros ochenta, me dedicó un artículo ditirámbico
--“El genio de Rivero” se titulaba (yo aún vivía en la casa a la que vuelvo
todos los sábados)-- que terminaba con una frase que me hizo mucha gracia:
“Solo hay una cosa que no comprendo, ¿cómo un hombre tan inteligente puede ser
socialista?”
La vida no fue demasiado amable con
él ni con su familia. Era sobrino de Juan Benito, el fundador de Tribuna
Ciudadana. Al padre de Juan Benito, al abuelo de Pendás (así le conocíamos
todos), lo asesinaron en 1937 por haber sido concejal de Izquierda Republicana en el
Ayuntamiento de Oviedo. Tenía la enfermedad que transmitió a varios de sus
descendientes. Un capitán médico firmó un certificado afirmando que estaba sano
y era asesinable.
Tras evocar viejas historias, Felipe me
dice de pronto:
---¿Te has enterado de que han
despedido a Savater de El País después de 46 años?
---¡Ya era hora!
---¿Te parece bien?
---Me parece que han tardado mucho. Hace
tiempo que no leía su columna de los sábados para no indignarme. Savater,
aunque seguía firmando así, hacía tiempo que había dejado de serlo. Intelectualmente
fue una de las víctimas de ETA. Una parte de su cerebro dejó de funcionar. Y por ahí
sigue, como un zombi, dando palos de ciego contra todo lo que suene a
progresismo.
Miércoles, 24 de
enero
PASEO SOLO
Para presentar un libro, llego a Avilés al atardecer, la hora más melancólica del día. Paseo solo por las viejas calles y me dejo asaltar por los fantasmas. Los reconozco a todos y los voy saludando por su nombre. Pienso que pronto (esperemos que no demasiado pronto) yo también seré uno de ellos, y un poco después, cuando nadie nos recuerde, ellos y yo nos desvaneceremos para siempre. No me pone triste ese previsto final. Hay que ir dejando libre el escenario para que lo ocupen otros.
Jueves, 25 de
enero
VANIDAD
Me
gusta alardear de defectos que no tengo para esconder mejor los que me
avergüenzan.
¿Soy tan vanidoso como aparento? ¡Ya me
gustaría! El vanidoso es un ser inseguro que necesita de continuo la aprobación
ajena. A mí me basta con mi propio reconocimiento, que no es fácil de
conseguir. Las medallas, los premios, los homenajes para quien los necesita. En
mi caso, serían un incómodo desperdicio.
Viernes, 26 de
enero
ORGULLO
No
todo son desventajas en esto de cumplir años. Se inaugura en Gijón una
exposición sobre la poesía española a partir de 1975. Todos los libros que se
exponen de algún interés los fui leyendo según aparecían; en bastantes de las
guerras literarias de esos años, participé; asomo en algunas fotos; apenas hay
poeta de algún nombre del que no tenga algo que contar, para bien o para mal.
Aunque yo figurara muy en segundo plano, la
historia de la poesía española del último medio siglo es también, de alguna
manera, mi propia historia. Suplente o titular, me alegra haber jugado en esa
liga, aunque las medallas se las llevaran otros. A mí me basta con formar parte
de un club del que también formaron parte Bécquer, Machado o Juan Ramón.
Texto remitido por Ricardo Álamo quien por motivos técnicos no puede comentar. Parte 1 de 2.
ResponderEliminar¡Qué bien se te da eso de inventarte diálogos! ¡Imaginar que te encuentras a un amigo, conocido o saludado es una de tus especialidades! La verdad es que en el género de la autoficción eres un maestro. Pero quienes sabemos que todos esos diálogos tuyos son puro invento, nos sonreímos. Lo que ya no nos hace tanta gracia es que aproveches esas invenciones tuyas para ningunearnos o desdeñarnos. Porque, ¿qué falta te hacía poner en boca de ese imaginario amigo, conocido o saludado tuyo eso de que no ha leído «Ideas al vuelo, al parecer una selección de tus aforismos preparada por no sé qué profesor»? Da la casualidad de que ese no-se-sabe-qué-profesor tiene un nombre que tú bien sabes (y, por tanto, sabe también tu imaginario amigo) y, además, te ha ayudado a saber (porque tienes muy mala memoria) en qué libro y en qué página está el aforismo que dice que «Quien no tiene hijos, no tiene padres», y que Juan Bonilla te critica en su reseña de Calle del aire, por no hablar de que en ningún momento de tu imaginario diálogo muestres una mínima gratitud hacia quien con tanto esfuerzo y dedicación ha llevado a cabo la edición de ese voluminoso libro de aforismos. Por otro lado, y como sueles hacer en tantas de tus apreciaciones —¿o habría que llamarlas, mejor, de(s)preciaciones?—, no tienes empacho en aprovechar la ocasión para darle palos a Bonilla afirmando malévolamente que «es un profesional que malvive de lo que escribe». Pero, ¿de dónde sacas que Juan «malvive»? Y, sobre todo, ¿es que tú crees que él vive sólo de lo que escribe? Me parece que estás muy mal informado: primero, porque Juan no vive únicamente de la escritura, y segundo, porque vive relativamente bien, con la tranquilidad que le da saber que no tiene que escribir a destajo para vivir. Y, además, lo llamas «resentido». ¿No se te ha ido un mucho la pluma? Si acaso podrías haberlo llamado «vengativo», si Juan fuese un pistolero de la literatura, pero ni es pistolero ni se resiente de nada. Lo que parece es que el resentido, más bien, eres tú, que no aceptas una mala crítica.
ResponderEliminarParte 2 de 2:
Y si tú crees que las malas críticas nacen del resentimiento, ¿qué habría, entonces, que pensar de ti?, ¿que eres el mayor resentido de la historia de la literatura española por la cantidad de malas criticas que has hecho a lo largo de toda tu vida? Tu deducción es pobre. Por último, porque parece que no te basta con esos desbarros, también aprovechas para meterte ¡otra vez! con Abelardo Linares, rebajando a «minucias» sus investigaciones y sus razonadas y razonables críticas a las obras biográficas de María Isabel Cintas y de Francisco Cánovas sobre Chaves Nogales. ¿Minucias? Tú sabes, mejor que nadie, porque has escrito muchísimas reseñas y críticas literarias, que lo que ha hecho Abelardo (crítica minuciosa y no exenta además de ironía, cosa esta última que muchas veces le faltan a las tuyas) es ponerle algunos reparos bien justificados a los libros de Cintas y de Cánovas. Pero, como no tienes en cuenta nada de eso, y como tu naturaleza es semejante a la del escorpión, prefieres, como en la fábula, ahogarte al mismo tiempo que ahogas a los demás, con tal de querer tener siempre razón. Y, en fin, no dejo de pensar que todo esto que da pie a mi réplica, lo publicas como parte de tus Diarios. Diarios que, por cierto, te parecen unos verdaderos Diarios porque te jactas de que están escritos en el día a día, con su fecha, no como los de Trapiello, de los que incontables veces has dicho que no son unos verdaderos Diarios porque están reelaborados y en gran medida ficcionalizados muchos años después. Pues bien, ese reproche que le haces a los Diarios de Trapiello se le podría hacer igualmente a los tuyos, que están también novelados, sólo que, a diferencia de los de Trapiello, los tuyos no necesitan unos cuantos años para la novelización: ¡con unas cuantas horas tienes de sobra para hacer de los «hechos» que cuentas pura y, a veces, muy cruel literatura! Así que, aunque no te ha gustado nunca escribir una novela, ya podrías haber presumido de que tus Diarios son tu verdadera y gran novela.
Respuesta a Ricardo Álamo, vía José María, 1 y 2:
ResponderEliminar---¡Uf! Últimamente no gana uno para sustos.
ResponderEliminarMe ha divertido mucho leerte decir (“por boca de ganso”: qué título tan apetitoso para un futuro diario tuyo) que quien se atreve o atreva a hacer una reseña negativa (es decir: devaluar) un libro tuyo tiene que odiarte mucho y que criticarte significa (quizás obligatoriamente) hacer el ridículo.
Que afirmes, precisamente tú, que una reseña negativa implica odio al reseñado… Que des a entender, precisamente tú, que ponerte reparos es querer devaluar lo indevaluable… Vamos, como querer devaluar a Homero, a Cervantes o a Pessoa.
Todo lo que pueda yo escribir sobre Chaves Nogales son minucias. Pero al menos tendrías que reconocer que para ti también Chaves Nogales no es sino una minucia que no merece atención mayor. Puede que desde tu literaria (y no reconocida del todo) grandeza buena parte de la literatura española de los siglos XX y XXI se vea, inevitablemente, como una prescindible pequeñez.
ResponderEliminarHablando de ¿literatura?, de ¿poesía?, dices: Suplente o titular, me alegra haber jugado en esa liga, aunque las medallas se las llevaran otros. A mí me basta con formar parte de un club del que también formaron parte Bécquer, Machado o Juan Ramón.
ResponderEliminarTeniendo en cuanta que los jugadores que citas son todos “locales”, el club del que hablas se llama España y cuenta actualmente con casi cincuenta millones de suplentes y titulares.
José Luis, nunca jamás te he leído quejarte de que no te hayan dado en toda tu ya larga vida el premio de Mister España o el Premio Nacional de Música, de no tener las llaves de Zaragoza o Toledo ni de no ser Hijo Predilecto de la Comunidad de Murcia, ni de no haber recibido jamás la medalla al mérito filatélico o la de emprendedor del año de la ciudad de Albacete.
ResponderEliminar¿No será porque reconoces humildemente (cosa que te honra y enaltece) que esos, para otros, apetecibles premios, homenajes y medallas ni fueron hechos para ti ni los mereces?
ALGUNAS OBSERVACIONES
ResponderEliminarPARA USO DE LECTORES DESATENTOS
En un diálogo, real o imaginario, del autor con otra persona las opiniones de esa otra persona, real o imaginaria, no son las del autor.
·
Cuando se comenta un texto, debe uno limitarse a comentar lo que aparece en ese texto, no lo desagradecido que fue el autor después de que le hiciéramos un favor que no había solicitado u otros asuntos privados.
·
Si un escritor se ha referido repetidas veces –en libros y artículos-- a sus problemas económicos tras la crisis económica de la prensa en que colaborada, ese es un asunto que deja de ser privado para convertirse en público.
·
Conviene distinguir entre una crítica negativa (aquella en la que el reseñista ve más errores que aciertos en el libro comentado) y una “mala crítica” (aquella en la que el reseñista no ha hecho adecuadamente su trabajo y da muestras de solo haber hojeado el libro que aprovecha para airear resentimientos). El anónimo reseñista de “Calle del Aire “solo ha hojeado “Ideas al vuelo”, ni siquiera se ha dado cuenta de que lleva una minucioso y utilísimo índice onomástico debido al editor (Ricardo Álamo) que le permitiría comprobar que los aforismos no se agrupan por temas. Y el editor intelectual no se ha dado cuenta de que los reparos del reseñista van más contra su acrítica recopilación y contra el editor comercial que contra el autor, que simplemente se ha limitado a dejar hacer como si tratara de un libro póstumo, según indica en el epílogo (que el reseñista tampoco parece haber leído).
·
Un buen lector distingue los géneros literarios y sabe que no es lo mismo una opinión expuesta en un diario personal (que puede depender del humor del momento y tiene un valor más subjetivo que objetivo) que el análisis riguroso que se busca en la reseña o el ensayo.
·
Manuel Chaves Nogales es uno de los escritores más notables de su tiempo. Hizo literatura en el periodismo, pero no todo lo que publicó en los periódicos es literatura, no todo merece ser rescatado de las hemerotecas. Él recogió en libro lo principal. Santificarlo e ir en busca de cualquier reliquia suya como quien busca el Arca de la Alianza es lo que yo critico, no su lugar en la historia de la literatura española.
Coraje y alegrìa.... alegría
ResponderEliminarJonatham Glazer... Jonathan
El segundo es un ‘print on demand’ (¿cómo traducir ‘print on demand’ sino demandando al impresor?).
"Impresión bajo demanda o publicación bajo demanda (POD) es una metodología de publicación en la que se produce un número determinado de ejemplares en el momento de recibir un pedido." (Wikipedia).
invencible narciseísmo... narcisismo
un gustarse a a sí mismo con tal fuerza... a sí mismo
También dice que hay en ti "un gustarse a sí mismo con tal fuerza que parece que el suelo le tiembla"... También dice que hay en ti un gustarte a ti mismo con tal fuerza que parece que el suelo tiembla bajo tus pies [sin comillas]
Las medallas, los premios, los homenajes para quien los necesita... Mejor: los necesite.
"Aunque yo figurara muy en segundo plano, la historia de la poesía española del último medio siglo es también, de alguna manera, mi propia historia. Suplente o titular, me alegra haber jugado en esa liga, aunque las medallas se las llevaran otros. A mí me basta con formar parte de un club del que también formaron parte Bécquer, Machado o Juan Ramón."...
La liga en la que usted ha jugado "la historia de la poesía española del último medio siglo", no es la misma en la que jugaron Bécquer, Machado o Juan Ramón (segunda parte del siglo XIX o primera parte del siglo XX). Para que su frase sea lógica, hay que suprimir "del último medio siglo".
me han interesado los poemas de Salvago y las minucias de Abelardo sobre Chaves Nogales.... Hay una contradicción en esa frase: de toda una revista sólo le interesan dos cosas y una son "minucias". ¿Qué será entonces lo que no le ha interesado y que sería menos que minucias, es decir, menos que nimiedades, naderías, bobadas?
minucia
1. f. Menudencia, cortedad, cosa de poco valor y entidad.
Sin.: menudencia, tontería, bobada, bobería, insignificancia, nimiedad, nadería, fruslería, bagatela, pequeñez, simpleza...
(DRAE)
Hay que distinguir entre las erratas ("m" por "n", una "a" que sobra) y las preferencias estillisticas particulares. Esas cada uno tiene las suyas y debe emplearlas cuando él escribe. Las citas literales de la reseña anónima no pueden cambiarse: "narciseísmo" es un neologismo del anónimo. Y en cuando a que hay que suprimir "del último medio siglo" para que la frase sea lógica parece más bien una sugerencia de IA. La liga en la que jugamos Bécquer, Machado, Juan Ramón y yo es la de la poesía española, cada uno en su tiempo. Eso está claro para una IN (inteligencia natural).
ResponderEliminar"Narciseísmo" debería ir en bastardilla, si es un juego de palabras. Si no, no se entiende. Y para mí su frase sigue siendo incorrecta: "un gustarse a sí mismo con tal fuerza que parece que el suelo le tiembla”.
Eliminar"La liga en la que jugamos Bécquer, Machado, Juan Ramón y yo es la de la poesía española, cada uno en su tiempo."
Precisamente porque eso es evidente sobra la frase "del último medio siglo". ¿O a usted le parece oscura la frase: "Aunque yo figurara muy en segundo plano, la historia de la poesía española es también, de alguna manera, mi propia historia. Suplente o titular, me alegra haber jugado en esa liga, aunque las medallas se las llevaran otros. A mí me basta con formar parte de un club del que también formaron parte Bécquer, Machado o Juan Ramón"? ¿Alguno de sus lectores ignora que es usted un poeta contemporáneo?
PS.
Yo le cito las erratas que veo cuando leo pero también mi impresión de lector. Lo que a usted pueda parecerle claro, puede no serlo para los lectores atentos y debería usted despreciarlo menos, dado que, en principio, escribe usted para ellos. Ante dos opciones: una ambigüa u oscura y personal y otra clara y ajena, debería usted, pensando únicamente en sus lectores, escoger la segunda. Pero sus lectores no parecen ser su preocupación primera...
No hay ninguna oscuridad en lo que escribo, me parece. Siempre pienso los lectores, nunca en el manual ni en el corrector de estilo. Tampoco lo hacía Cervantes, por cierto. ¿Por qué no se dedica a corregir el Quijote? Tendría ocupación para bastante tiempo.
EliminarPorque esa idea genial ya se le ocurrió a Trapiello. Gracias a ella tiene asegurado su paso a la posteridad - y un buen suplemento a su pensión de jubilación.
EliminarCorregir la sintaxis del Quijote no es "traducirlo" al español actual.
EliminarCuando a un columnista veas quitar, ponte tú a remojar. Espero que no en tu caso, pero alegrarse de que destierren a un colega...
ResponderEliminarUn colaborador en un periódico no es un funcionario que tiene la plaza fija, Jesús. Y lo de Savater... no tiene explicación. Denigrar el periódico en el que colabora y arremeter contra sus compañeros nunca se había visto antes. Si tuviera algo de dignidad, haría tiempo que habría dejado ese periódico y lo leeríamos en El Mundo, ABC o La Razón, que es su sitio. Pero prefería que le echaran. El victimismo es muy rentable. Ahora puede ponerse a subasta a ver quién le paga más.
ResponderEliminarNo me cabe ninguna duda de que Savater ha buscado su expulsión desde hace mucho tiempo. Ir a la contra y de victima ha sido siempre su estado natural. Como dice hoy I. Domínguez en "El País", "en un diario loco de derechas tendrá un vasto campo para ir a contracorriente, como le gusta, y será un placer verle desenmascarar sus trolas, y lo que callan". Para cumplir con su pulsión de sofista rompepelotas, ahora tendrá que simular que vuelve a ser progresista
EliminarPara terminar con Amazon, te cuento: Tu libro de aforismos en tapa dura (que es edición en imprenta digital, no impresión bajo demanda o “print on demand”) no es la primera opción que ofrece Amazon. La primera es un ejemplar en tapa blanda que sí se corresponde con impresión bajo demanda. El problema está en que los “print on demand” tienen que avisarse y no se pueden vender como si fueran ejemplares normales, está prohibido por la ley.
EliminarComo soy editor y librero esto lo sé de buena tinta. De muy buena tinta.
Creo que no entiendes nada, estimado editor. Ahí quedan tus palabras para la eternidad.
EliminarDespués de asistir a la tertulia esta noche (acaba de terminar ahora mismito), me doy cuenta de que todo lo que dices en tu diario acerca de la crítica a tus aforismos no es para quejarte sino para presumir. Después de todo esa ha sido la única reseña que se ha publicado sobre tu libro. Es de justicia que estés agradecido y orgulloso.
ResponderEliminarSiempre tan perspicaz, Abelardo. Qué bien te has dado cuenta de que aprovecho una patochada de un anónimo jerezano para hacer publicidad de un libro mío, preparado no por mí sino por Ricardo Álamo, del que se ha hablado poco.
ResponderEliminarDesdeñar un reseña (negativa por supuesto, lo que escandalizará, sin duda, a alguien como tú que, tú nunca has escrito una reseña negativa) porque quien la escribe gana poco dinero y malvive o es pobre de solemnidad o no llega a fin de mes o no es un ricohombre, un ricachón, un potentado… tú que siempre has presumido de socialista…
ResponderEliminarTerminarás diciéndonos que en España solo puede escribir reseñas literarias Amancio Ortega.
Afirmas en tu diario, sin que tu interlocutor, que también eres tú, te contradiga ni proteste, que Juan Bonilla “malvive de lo que escribe”. Juan Bonilla es un altísimo bibliófilo, coleccionista universal de Vanguardia (y de la Vanguardia universal) y de libros singulares. A mi me ha comprado muchos libros de centenares (si no miles, pero seamos humildes) de euros. Un cazador de libros es como un cazador (faltando unicornios) de elefantes africanos o ballenas azules. Un verdadero bibliófilo es como un coleccionista de coches de carreras. Es cierto que los coches de carreras suelen costar más. Pero es igualmente cierto que los coleccionistas de coches de carreras no tienen miles de coches, mientras que los bibliófilos sí atesoran o guardan o esconden miles y miles de libros.
ResponderEliminarVamos, que Juan Bonilla no malvive en absoluto de lo que escribe… o si malvive… es por culpa de la bibliofilia.
No seré yo quien le niegue méritos a Juan Bonilla, Abelardo. Me adhiero a todos tus elogios. Pero pensar que yo me "río" (es el término exacto) de su poco profesional reseña porque es negativa es no haber entendido nada de las contundentes razones que se dieron en la tertulia del pasado miércoles. Los otros participantes sí que lo entendieron.
ResponderEliminar