sábado, 16 de septiembre de 2023

Coraje y alegría: Nada nuevo, todo distinto

 

Sábado, 9 de Septiembre
MAESTRO SUPERIOR

"Era uno de los más elocuentes ejemplos de que el arte de la vida no estriba ni en el desorden ni en la irregularidad".

            Ayer, día de fiesta, encontré en un puestecillo de libros que no suele ser habitual, un tomo de las obras completas de Pereda, autor que tengo arrumbado en el desván de los trastos viejos. Lo compré porque llevaba un sello del anterior propietario, "Augusto Vázquez, maestro superior" y una fecha escrita a mano: 11-4-27.

            ¿Quién sería este "maestro superior" que en los años de las vanguardias seguía leyendo a Pereda. En Internet encuentro a otro Augusto Vázquez, "que formó parte de la guerrilla como internacionalista mexicano durante el conflicto salvadoreño de los años ochenta". En agosto de 2022, publicó en Puebla un libro, Huellas de la conciencia, con las fotografías que tomó entonces. También hay otro Augusto Vázquez, director de comunicación corporativa de una empresa petrolífera.

No hay nombre que no esté repetido, no solo el mío (hubo un tiempo en que coleccionaba "José Luis García Martín"), tan vulgar, tan poco hecho para la fama. ¿Se repetirán también las vidas? En la edición de 1922 de la obras de Pereda, la que yo he encontrado, al ultimo tomo se le añaden unos apuntes biográficos escritos a raíz de su muerte por varios amigos y publicados en un número especial del Diario Montañés, y ahí encuentro, para mi sorpresa, que teníamos mucho en común.

            "Sumamente ordenado, puede decirse que, en circunstancias normales y desde hace muchos años, hacía todos los días las mismas cosas, y que las hacía (sin mirar el reloj) a las mismas horas".

            Madrugaba, escribía, paseaba, leía, charlaba con los amigos, se acostaba pronto: "Y esto bastaba a aquel soberano artista, que por tan mansa manera sabía extraer a la vida su jugo poético, sin necesidad de buscarlo a sangre y fuego corriendo medio mundo o soltando el freno a pasiones que envilecen".

            En 1906, cuando murió, era una gloria nacional; hoy es una meritoria, y poco leída, si no poco legible, figura local. Me temo –me digo sonriendo—que yo no seré nunca ni lo uno ni lo otro. 

            Disfruto leyendo este minucioso panegírico por el que me entero de que escribía –literalmente—"con plumas de oro y brillantes en un mango de madera oscura, redondo y muy pesado"; también de que en su despacho tenía dos marinas y un dibujo de Galdós.

            Pequeños detalles de una vida, tan semejante y tan opuesta a la mía, quizá como cualquier otra vida.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

Domingo, 10 de Septiembre
YO, TRANQUILO

Tengo la buena costumbre de no escuchar noticias ni en la radio ni en la televisión, tampoco atiendo a las que se difunden en las redes sociales. Dos o tres diarios impresos, leídos con más o menos atención, me bastan para estar informado. Por supuesto, descreo de los titulares, casi siempre cuestionados por el cuerpo de la noticia, y en los artículos de opinión, antes de nada miro a ver quién es el que opina y la credibilidad que me merece. La mayoría de los escritores, cuando no hablan de literatura, y a veces incluso cuando hablan, ninguna. O sea que miro lo que está pasando con bastante distanciamiento, sin dejarme contagiar por el histerismo colectivo.

            Algún amigo quiere contagiarme su alarma ante esta España partida en dos mitades y parece que a punto de llegar a las manos. Yo no me preocupo demasiado. Es lo bueno de haber vivido.

            No ya a Rodríguez Zapatero, sino al propio Adolfo Suárez, le trataron peor que ahora tratan a Pedro Sánchez. Y no digamos a ese viejecito catastrofista que es hoy Alfonso Guerra. Escuchando sus últimas declaraciones, pienso con un poco de vergüenza en aquellos tiempos en que todos estaban contra él y yo era casi el único que le defendía públicamente. Pero tampoco tengo por qué avergonzarme. Con la edad, todos evolucionamos, aunque no todos para peor. 

Lunes, 11 de Septiembre
EN PRIMERA PERSONA

De los tres acontecimientos históricos que se conmemoran hoy, dos –el golpe de Estado contra Allende, el derribo de la Torres Gemelas-- los viví en primera persona. El otro no, porque la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas allá por 1714 ya me queda un poco lejos.

            Qué extraña sensación esta de comprobar cómo lo que fue nuestro presente se va diluyendo en las páginas de la historia.

Martes, 12 de Septiembre
TRASLADO

Me pregunta Paulina Cervero, que quiere hablar conmigo de un homenaje que se prepara a Víctor Botas, si a las doce estaré, como de costumbre, en Los Porches. Le digo que ya no voy por allí, que ahora estoy muy cerca, en Atípiko. "¿Cómo es eso?", me responde no menos sorprendida que los vecinos de Kant si un día le vieran cambiar de trayecto en su paseo habitual.

            ---Nada, que me echaron.

            ---No me lo creo.

            ---Pues créetelo. Dejaron de saludarme, soltaban bruscamente la consumición sobre la mesa sin siquiera mirarme, cosas así. Bueno, eso lo hacía el dueño, no los otros camareros, Íñigo y Jose, pero últimamente era el que me atendía (lo de "atendía" es un decir).

            ---¡Y yo que creía que te iban a poner una placa en el lugar en que te sentabas. ¿Cuánto tiempo llevabas yendo por allí?

            ---Cuarenta años. Pero la cafetería ha cambiado varias veces de dueño.

            ---La echarás de menos.

            ---En absoluto. El único inconveniente es que todavía hay quienes me buscan en las Salesas y al no encontrarme piensan que no estoy en Oviedo. Pensé en dejar una tarjeta con mi nueva dirección, pero no creo que les hiciera mucha gracia.

            ---Últimamente has perdido muchas rutinas: Los Porches, el despacho del Milán, la revista Clarín. Para alguien como tú, no debe ser fácil.

            ---Al contrario, soy tan rutinario que no tardo ni dos días en sustituir unas rutinas por otras.

Miércoles, 13 de septiembre
SOY ASÍ

Al finalizar la tertulia, más agradable ahora que ciertos veteranos cascarrabias han perdido la costumbre de asistir, tras horas de encendido debate, yo contra todos como es habitual, me despido con esta frase:

            ---Pido disculpas por ser tan listo, pero no lo puedo evitar. Soy así.

            Y luego, tras una pausa:

            ---Hablo en broma, por supuesto

            Pero me temo que la mayoría piensa que no hay tal broma, que eso es en el fondo, y en la superficie, lo que pienso.


Jueves, 14 de Septiembre
POR EL MOMENTO

Afirmaba Romanones que él, cuando en el congreso decía "¡nunca, jamás!", lo decía siempre por el momento. En eso era como todos los políticos.

Viernes, 15 de Septiembre
CAMBIO, LUEGO EXISTO

Me levanto y antes de ponerme a escribir riego las plantas. Es una nueva costumbre. Ahora creo que no podría vivir sin ese pequeño jardín que tengo en la terraza; antes me bastaba con las flores de papel de los poemas.

            Algo he cambiado, si no en lo esencial, sí en todo los demás. Creo que poco a poco me voy haciendo más contemporáneo y menos robot. Pero me temo que soy de desarrollo demasiado lento: necesitaría vivir unos ciento veinte años para llegar a ser completamente humano. Ya he aprendido a cambiar de opinión cuando tengo buenas razones para hacerlo. Algo es algo. Y cambio con cierta frecuencia, para sorpresa de alguno, en cuanto me percato de que estoy equivocado..

            ---Si de sabios es rectificar, yo muy sabio debo ser.

            ---Pero todavía no tanto como Pedro Sánchez.



4 comentarios:

  1. Leído por ahí, ja, ja, ja: «Hoy me ha dicho un compañero de curro que tener razón está sobrevalorado. Y es verdad, pero está más sobrevalorado cuando la tenéis vosotros que cuando la tengo yo». Lo hubieras firmado, ¿eh, Martín?

    ALH

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  2. Respuestas
    1. Pues ya hay dos personas que piensan lo mismo. La una eres tú, de la otra no diré el nombre.

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