Domingo, 24 de septiembre
UN CAMPO DE MINAS
Para ser feliz necesito pocas cosas. Me basta el cielo
azul de los primeros días de otoño, el paseo por el manso bullicio del Fontán,
el rebuscar entre los viejos libros, el café en el Dos de Azúcar con mi vaso de
agua y el periódico. Pero hacen falta todavía menos cosas para dejar de serlo.
No he pasado de la primera página, todavía dejo que el café se enfríe en la taza
antes de dar el primer sorbo, cuando recibo una llamada de Pablo Núñez: "¿Sabes
que esta noche ha muerto el director de El Comercio?"
No me lo creo del todo. En la página Web del periódico no dan la noticia, tampoco
aparece en ningún otro lugar. Durante un tiempo confío en que sea una estúpida fake news. Pero me lo confirma Xuan Bello, con un dato que añade desgarro al
desgarro: "La familia ha pedido que no sé la noticia hasta que no lo sepa la
hija, que está fuera". Se nubla el día, los ojos se me llenan de lágrimas.
No creo
que ningún otro director fuera más paciente y generoso conmigo, salvo Íñigo
Noriega, que fue quien me llevó a colaborar todos los domingos en el periódico
allá por 2005. "Tienes una página para ti", haz en ella lo que quieras. Y yo
hice de todo: autobiografía, ficción, traducciones de versos más o menos apócrifos. De esas páginas dominicales salieron muchos libros míos, entre ellos Jardines
de bolsillo, luego reeditado como Tres mil años de poesía, que es
uno de los que yo prefiero.
Cuando
Íñigo Noriega pasó a ser director de El Diario Montañésb, pensé que los buenos tiempos se iban a acabar, que nadie me concedería tanta libertad. Pero
me equivocaba. Con Marcelino Gutiérrez, me tocó vivir ciertas turbulencias de
la reciente historia de España. Los ciudadanos de Cataluña se empeñaron en
decidir su futuro, el PSOE expulsó a su
Secretario General porque se negaba a apoyar un gobierno del partido al que se
había enfrentado en las elecciones y luego llegaron los toques de queda, los
cierres perimetrales y otras medidas igualmente ineficaces o dañinas, de las
que nos libró la guerra contra Rusia en Ucrania. Mi postura fue, en todos esos casos
(ya se nota en la manera de referirme a ellos) contraria a la línea
editorial –que era la misma en todos los
medios de comunicación-- y sin embargo no hubo, no ya censura más o menos disimulada
(podían alegar falta de espacio), sino ni siquiera una solicitud de moderación.
El periódico abría muchos domingos con una entrevista de cuatro páginas al
presidente del Principado, y yo me reía en páginas interiores de quien creía
combatir el virus no dejando salir de casa a partir de las ocho de la noche o
impidiendo que los avilesinos se acercaran al mar porque, aunque estaba a dos
pasos, administrativamente pertenecía a otro concejo.
¿Alguien tuvo esos días de histeria colectiva la
libertad que yo tuve? En un diario impreso, creo que no. Los disidentes, los
herejes --ahora llamados "negacionistas"
o "conspiranoicos"--, tenían que refugiarse en las redes sociales o en la
Internet profunda y ni aún así podían siempre librarse del linchamiento público.
Marcelino
Gutiérrez no solo no me censuró, no solo no me pidió siquiera moderación, sino
que alguna vez me escribió para felicitarme, como cuando yo defendía el "no es
no" de Pedro Sánchez y el periódico aplaudía su defenestración y su sustitución
por quien durante un tiempo compartió con Rosa Díez el honor de ser el político
mejor valorado de España.
Me entretengo en estas consideraciones para sobrellevar el mal trago. Caminamos por un campo de minas y en cualquier momento podemos saltar por los aires.
Lunes, 25 de septiembre
QUÉ TIEMPOS
Soy muy mal cliente de las librerías de viejo. Quizá por
eso no tuvo mayor problema en expulsarme de la suya un librero del que fui cliente
habitual durante muchos años. No era yo de los compradores de rarezas bibliográficas,
sino de libros que han pasado de moda y han dejado de interesar.
En la
librería que tengo al lado de casa, compré varias ediciones de los poetas del
27, pero el libro que leo con más gusto, Mis memorias de Alejandro
Lerroux, solo me costó cinco euros.
Qué
personaje. Pasó de un extremo a otro, como tantos, pero en la extrema izquierda
o en la extrema derecha siempre fue visceralmente opuesto al independentismo
catalán, también como tantos españoles a machamartillo. A partir de la política,
hizo muchos y buenos negocios. Sin avergonzarse de ellos, por supuesto.
Funda un
periódico, necesita ganar más dinero y esta es la solución que se le ocurre:
"La imprenta podría trabajar para más clientela, que me parecía fácil de
conquistar, porque en no pocos Ayuntamientos de España tenía mi partido mayoría
y buena parte de los impresos que consumen las oficinas municipales podía
hacerse en mi casa, con el consiguiente beneficio".
Qué tiempos. Entonces esas cosas –que los políticos han hecho siempre-- no se hacían a escondidas y no había por qué ocultarlas en las memorias.
Martes, 26 de septiembre
NADA ES LO QUE ERA
"Todavía aprendo", como dice el título de uno de los
grabados de Goya. Escucho la conferencia de Luis Bagué Quílez sobre Ángel
González en el Aula Magna y, aunque he ido anotando continuas discrepancias,
cuando al final se da paso al coloquio consigo, buen esfuerzo me cuesta, no
decir nada.
Se lo digo a él después, en cuanto salimos al claustro. A Bagué Quílez le tengo un afecto especial. Dedicó su primer trabajo académico a la poesía de Víctor Botas y suyo es el primer libro a él dedicado, aparecido hace ya veinte años. Luego fue poco a poco cambiando las buenas maneras de estudioso que aprendió de su maestro, Prieto de Paula, por cierta vaga retórica, abundante en juegos de palabras, generalizaciones abusivas y comparaciones traídas por los pelos (buenos ejemplos nos dio en "Mantenga limpio el verso", la charla de hoy), que a mí me parece intelectualmente bastante inane, aunque resulte útil para ascender en el burocratizado escalafón universitario. Comenta un poema publicitario de Vázquez Montalbán --lo escribió para la inauguración del Drugstore barcelonés en los años sesenta-- como si fuera un alegato contra la sociedad de consumo, y ni siquiera alude a unos versos que en otro tiempo parecía normales y que hoy nos rechinan: "los camareros proceden de la Harvard University / las dependientas han triunfado / en casi todos los concursos de belleza". Ellos, qué inteligentes; ellas, qué guapas. Afortunadamente, solo los Alfonso Guerra elogian todavía así.
Miércoles, 27
de septiembre
SESIÓN CONTINUA
Cuando la sangre no llega al río, qué entretenida es la historia de España. No hay mejor folletón. Permanezcan atentos a la pantalla.
Jueves, 28 de septiembre
LA NOVELA DE LA HISTORIA
La historia, mi novela favorita. Mi último descubrimiento han sido las
memorias que Emilio Mola escribió en los años treinta, antes de convertirse en el siniestro personaje posterior. Había leído el segundo tomo, ahora el azar me
regala el primero, Lo que yo supe. Ya en las primeras páginas me entero
de que Primo de Rivera, "al verse forzado a abandonar el poder, creyó oportuno
aconsejar al rey la continuación del sistema dictatorial y hasta se permitió
dejarle una nota con varios nombres de personas que juzgaba convenientes para
continuar la dictadura". Se lo cuenta el general Berenguer, quien devolvió la
nota al rey y le dijo que solo aceptaba formar gobierno si podía nombrar
libremente a sus colaboradores. Esa solución "fue tan poco del agrado del
marqués de Estella, tan herido quedó en su amor propio, tan se creía árbitro de
los destinos de España, que a los pocos días buscaba colaboradores para llevar
a efecto otro nuevo golpe de Estado, con ánimo de asaltar el poder, obligar al
rey a abdicar e instituir una regencia bajo su personal tutela".
Pero, además de las mil y una peripecias de Mola en la Dirección General de Seguridad, el libro lleva consigo otra novela: un sello en el que se lee "Juventud Republicano Liberal Democrático. Biblioteca. Oviedo". El partido Republicano Liberal Democrático, que en su biblioteca tenía el libro de Mola, era el de Melquiades Álvarez, asesinado en el 36, también el de quien fue ministro, Alfredo Martínez, asesinado en Oviedo unos meses antes del comienzo de la guerra. A su nieto, otro Alfredo Martínez, lo conocí en Sofía cuando era consejero cultural en la embajada y organizó un homenaje a Víctor Botas.
Viernes, 29 de septiembre
NINGÚN LUGAR
Nos duele la muerte de los otros, no la propia. A la mía
nunca la he temido, si llega a su debido tiempo. ¿Falta mucho para ese tiempo?
Ojalá, pero a veces pienso que ya comienzo a estar de más, que ya he hecho todo
lo que tenía que hacer, que por muchos libros que siga publicando no va a
cambiar mi lugar en la historia de la literatura. Mi ningún lugar, añado
(aunque con la esperanza de equivocarme).
Que te escandalicen los dulces o quizás sarcásticos versos de M.V.M. sobre camareros y dependientas, pero no condesciendas a alabar o execrar otros que avisan: "Si usted no hace regalos/ le asesinarán", dice, de tu sentido estético, casi tanto como las ternezas que dedicas a Bagué Quílez, ese que no podido resistirse a pedir el Nobel, no para ti, para Raúl Zurita.
ResponderEliminarSorprende también que te mole hablar de los dos tomos de las memorias de Mola, que en realidad son tres. ¡Estás hecho todo un historiador!
José Luis, Felicidades. En Eslovaquia acaba de ganar las elecciones un político que piensa exactamente lo que tú piensas acerca de la guerra de Ucrania. ¡Qué hermosa coincidencia!
ResponderEliminar¡Se echaba de menos a don Abelardo! Aquí vuelve con nuevo bríos. Qué fácil me pone hacer lo que más me gusta: lucirme. Alma caritativa.
ResponderEliminar1/ Yo hablo de un poema que se repartió fotocopiado en una conferencia, no de la obra poética de Manuel Vázquez Montalbán.
2/ Y sí, siento un cierto afecto por Luis Bagué Quílez, que se fijó en la poesía la poesía de Víctor Botas muy tempranamente, pero me parece que queda claro que no comparto precisamente su posterior evolución crítica.
3/ En efecto, las "Memorias de mi paso por la Dirección General de Seguridad" constan de tres tomos, como sabe cualquiera que consulte la Wikipedia (y como figura indicado en el segundo tomo). Yo hablo de dos porque hasta el momento son dos los que me encontrado al azar de librería y mercadillos y he leído. Me gusta mucho el título "Tempestad, calma, intriga y crisis", tan barojiano.
Ah, y que asombrosa facultad de leer el pensamiento: hay un señor nada menos que en Eslovaquia que piensa exactamente lo mismo que yo sobre la guerra de Ucrania. Que Dios le conserva la clarividencia (no al político cuyas dotes psíquicas ignoro, sino a mi querido don Abelardo).
ResponderEliminar1. Los versos que citabas corresponden (hablo de memoria) a los cuatro poemas que tratan de "Variaciones sobre un 10% de descuento. En uno de ellos se hablará de camareros y dependientas, pero en otro se habla de que ni no haces regalos, te asesinarán.
ResponderEliminarSi no comprendes la relación de unos y otros, me sería dificilísimo explicártelo. Puede que imposible. Aunque no te lo creas, tienen relación.
2. Disculpe usted que hay comentado algo que, en el fondo, tiene que ver con "sus afectos". Qué raro son tus afectos y desafectos. Pero si Bagué se fijó tempranamente en Botas, se fijaría muy de niño. Eso tiene su mérito, lo reconozco..
3. Me alegro de que por fin hayas podido consultar lo que la wikipedia dice de Mola y de las memorias de su paso por la Dirección General de seguridad.
4. Retiro lo de "Exactamente". Exactamente era una exageración. Pon en su lugar: "piensa parecido". Si tú hablas mucho de algo, es normal que pueda parecernos a los demás mortales que lo que dices tú recuerda o se parece bastante a lo que otros dicen sobre un asunto determinado del que tú has dicho la última (exageración, te aviso) palabra.
5. Me encanta que te sea tan fácil lucirte y que te agrade tanto. En realidad, para eso te llevo la contraría, para darte una alegría. Comprendo que más alegría podría producirte hacerte una foto que discutir conmigo, pero algo es algo.
y 6. Supongo que si te horroriza que alguien relacione con humor, ironía o sarcasmo Harvard y los camareros, te horripilará también que alguien quiera dar muerte a una oreja con un golpe de monja o que quiera asustar a un notario precisamente con un lirio morado. Estás muy a la moda, muy woke.
1.-- Pero yo no hablo de memoria. Me refiero al poema que el conferenciante distribuyó fotocopiado y comentó minuciosamente comparándolo con otro de Ángel González que también repartió. Esos cuatro poemas, y el texto sobre la publicidad que los acompaña en una de las recopilaciones de artículos de Montalbán los he comentado más de una vez en mis clases sobre "Literatura y publicidad" (que esas cosas me tocaba explicar).
ResponderEliminar2.- No hay por qué disculparse de hablar de afectos. Todos tenemos nuestro corazoncito. Mejor disculparse por no entender que yo no elogiaba precisamente a Bagué Quílez.
3.- Yo consulto mucho la Wikipedia, pero los tres tomos de las memorias de Mola vienen ya indicados en el segundo.
4.- Pues yo creo que de ese algo (Ucrania y Putin) habla más cualquier periódico que yo, lo mismo que tú hablas más de un tal Maduro (al menos cuando hablas conmigo) que yo.
5.- No, no me es fácil lucirme, quizá por eso algunos comentaristas (como tú y Pablo Morales) me echan una mano siempre que pueden.
6.- ¿De dónde sacas, paciente amigo, que me horroriza que alguien relacione Harvard y los camareros? Lee con un poco de atención y no en diagonal, por favor. Lo que me sorprendió es que un comentarista minucioso no subrayara algo tan estridente --y tan de época-- como elogiar de los camareros la cultura y de las camareras la belleza. Deducir de ahí no sé qué de golpes de monja, notarios y lirios morados me parece de un surrealismo que ni tu admirado Zurita.
ResponderEliminarA. Lo importante de tu punto 1 no es un poema fotocopiado, sino tu fotocopiada indignación ante unos cuantos excelentes versos de M.V.M. (tampoco tiene tantos, pero estos sí son realmente excelentes y puede que visionarios, de un futuro aún lejano), de los que tú dices, casi gritas, que ANTES parecían NORMALES y que HOY te RECHINAN y a los que descalificas excretando sonora y escandalizadamente: “Afortunadamente, solo los Alfonso Guerra elogian todavía así”.
B. De acuerdo con el punto 2, para ti la perra con sobrepeso. No alabas a Bagué Quilez, ni tampoco (o también, nunca se sabe) a su reconocido maestro, el catedrático Prieto de Paula, que tantas cosas sabrosas ha deslizado sobre el profesor Antonio Méndez Rubio. Quizás uno de los poetas más ilegibles y elogiados por el mundo académico-universitario, que ha sido tantos años el tuyo.
C. Sobre tu punto tercero. José Luis, recuerda que yo soy librero de viejo. El que eres o eras profesor eres tú. Sobre lo que dices o aclaras o justificas: Excusatio non petita…
D. Sobre tu pu(n)to 4.: Hablo mucho contigo y puede ser, perfectamente, que haya sido yo el que haya hablado más de Maduro. Pero el que le y lo ha elogiado (y muy repetidamente) has sido tú.
E. Te agradezco especialmente tu punto 5. Tanto atacar a P.M cada vez que comenta algo en tu blog, tanto abominar de sus intervenciones, tanto despreciar sus garcianescos (más que gracianescos) comentarios y a la hora de la verdad no puedes vivir sin él, sin recordarle y echarle en falta.
F. Que te resulte “estridente” el que se cerebre y celebre la belleza de las camareras o de las mayorettes o de las practicantes de la barra libre en un poema, en una novela o en una obra teatral me parece (y puede parecerle a mucha gente) muy divertido. Pero el que aluda yo a unos versos, universalmente conocidos, de Pablo Neruda y a ti te suenen o resuenen a Raúl Zurita es ya desternillante.
G. Cuídate, que va a empezar el frío. Yo lo hago.
¿Hablamos de lo mismo, querido Abelardo? ¿Lees lo que yo escribo? Me temo que no, Respondes a lo que piensas que digo, no a lo que digo. Te recuerdo que estás leyendo un diario, no una reseña (esas están en otro blog), y que hablo de situaciones concretas.
ResponderEliminar1.- Yo no juzgo el poema de MVM ni para bien ni para mal. Mis reparos van hacia el comentario de Bagué Quílez en una determinada conferencia. Y es cierto lo que digo: esa afirmación que MVM hace como algo obvio hoy no la haría nadie salvo personas de una cierta edad que ya no admiten cambios en su manera de pensar. ¿Te imaginas una tertulia televisiva en la que el presentador elogie la cultura y la inteligencia de los contertulios masculinos y la belleza y la elegancia de los femeninos? Eso, ni en 13 Televisión.
2.- Yo dije lo que digo: que le tengo simpatía a Bagué Quílez y que le admiraba más como crítico que le admiro.
3.- No entiendo nada de tu punto C.
4.- En mi vida, creo recordar, he escrito sobre Maduro. ¿No lo confundirás con Hugo Chávez? Siempre me gustó su oratoria, que aquí tanto se ridiculizaba. Y más de una vez me he referido a cómo se tergiversó el famoso "por qué no te callas".
5.- Puedo vivir sin Pablo Morales (no sin Abelardo Linares), pero a los dos les agradezco que me den pretextos para parecer más inteligente de lo que soy.
6.- Lo divertido, querido Abelardo, es que no te hayas enterado que yo no critico que se celebre la belleza de las camareras (o de los camareros) ni que se elogie la cultura de los camareros (o de las camareras).
Eres ciego para un cliché machista ("qué hijas tan guapas tienes y que hijos tan listos"), pero no te preocupes, le pasa a mucha gente de tu edad (que es, por cierto, casi la mía), pero afortunadamente no a toda.
¿Y de dónde sacas que a mí esos versos me suenen a Zurita? Lo que me suena a Zurita --en el mal sentido de la palabra-- es tu manera de razonar. Exagero, pero poco: hasta el poeta más surrealista parece atenerse con mayor rigor al pensamiento racional.
1. José Luis, yo leeré en diagonal, en transversal o en paralelo, si tú lo dices. Pero en tu caso, parece que no lees o no entiendes lo que tú mismo escribes. Dices en un momento: ""Lo que me sorprendió es que un comentarista minucioso no subrayara algo tan estridente --y tan de época-- como elogiar de los camareros la cultura y de las camareras la belleza." Para mí, lo que entiendo es que estás haciendo un juicio moral y no un juicio estético. Buena prueba de ello es que también confiesas: "Yo no juzgo el poema de MVM ni para bien ni para mal". Y es verdad. No juzgas un poema, sino que de lo que te quejas es de algo tan previsible como el que un comentarista poco avisado (A.B.Q) no haga el comentario que tú hubieras hecho. Y yo tengo la completa seguridad de que tu hubiera dicho siempre lo que aquí has repetido varias veces: que en el poema de M.V.M. hay versos de dudosa moralidad, versos irritantes, rechinantes, que solo los Alfonso Guerra podrían elogiar, es decir, un juicio moral, una cancelación, una censura. Estoy seguro de que, si tu pudieras, si te dejaran, corregirías y mejorarías esos inconvenientes versos de M.V.M. Claro que a tu manera.
ResponderEliminar2. José Luis, pretendes excusarte diciendo que lo que has escrito aquí no es una reseña sino un diario. Estoy de acuerdo en que no esto no es una reseña, pero tampoco es un diario, sino un sermón, un sermón moral, apostando por lo bueno y condenando lo malo. También podría decirte que lo tuyo de ahora no parece un diario sino una acusación o atestado judicial.
3. José Luis, citas a Zurita, cosa a la que nadie te obligaba y pretendes escaparte diciendo algo tan peregrino como: "Lo que me suena a Zurita... es tu manera de razonar. ¿De verdad razono como razona Zurita, al que tú jamás has leído? ¿Cómo lo sabes?, ¿Dónde?, ¿Cuándo? Ponme, por favor, un solo ejemplo.
4. José Luis: Te devuelvo, contestada, la mejor pregunta que me haces: ¿Te imaginas una tertulia televisiva en la que el presentador elogie la cultura y la inteligencia de los contertulios femeninos y la belleza y la elegancia de los masculinos? Pues claro que me la imagino, buen José Luis Gacía Martín, admirador de Jorge Luis Vázquez. Pero no veo (como quizás tú si haces, por lo que parece) tertulias televisivas y no tengo, por lo tanto, interés ni en las tertulias ni en los realities.
5. José Luis, en tu punto 4, me dices: “En mi vida, creo recordar, he escrito sobre Maduro. ¿No lo confundirás con Hugo Chávez? Siempre me gustó su oratoria, que aquí tanto se ridiculizaba”.
Pero basta con que escribas, en tu propio blog, la palabra Maduro para que aparezca este apunte del 29 de noviembre de 2015: “Mi amigo Abelardo Linares me acusa siempre de defender al indefendible Nicolás Maduro. Y yo ni quito ni pongo presidente en Venezuela (eso que lo hagan los ciudadanos de ese país), simplemente me limito a no comulgar con ruedas de molino.”
Obviamente (al menos en mi opinión), esas ruedas de molino con las que no comulga J.L.G.M. son las críticas a la revolución bolivariana de Maduro.
6. Donde decías digo, dices ahora Diego. Quizás Diego Doncel, el que ayer no más, decía en no qué suplemento acultural, (mientras pedía, él también, el Nobel para Raul Zuripa) que R. Z. no quería ser poeta sino poema a sus setenta y tantos años. Cuando su cara ya es poema; justo como tuya o la mía, sin ir más lejos. Pues eso.
7. Nada más que añadir, señoría.
Uf! Renuncio a seguir con el bucle. Solo señalo una cosa que me ha hecho sonreír. Léase (punto 5) la vez en que yo he citado a Maduro en mi diario; resulta que lo he hecho, como en estas notas, porque don Abelardo me acusa de defenderlo. ¡Para mi obseso amigo hasta no comulgar con ruedas de molino es defender a Maduro!
ResponderEliminar"No, no me es fácil lucirme..."
ResponderEliminarPues, anda, que si fuera fácil, ¡ cómo sería ! ¿Habrá algún lector de estos Diarios que pueda no pensar que el objetivo único del autor en ellos es su lucimiento personal? (Estoy seguro que el propio JLGM lo ha confesado aquí él mismo en alguno de sus momentos de lucidez consigo mismo - pero hay que tener mucho tiempo libre para encontrar tal confesión).
"No, no me es fácil lucirme, quizá por eso algunos comentaristas (como tú y Pablo Morales) me echan una mano siempre que pueden.[...] Puedo vivir sin Pablo Morales (no sin Abelardo Linares), pero a los dos les agradezco que me den pretextos para parecer más inteligente de lo que soy."
Es impresionante la ingenuidad, por no decir la ceguera de JLGM. Está totalmente convencido de que la gente que le lee tiene la misma impresión sobre él que la que él desea dar, cuando no hay un solo lector suyo que piense sobre él lo que él mismo piensa. Ni uno.
"Abelardo Linares 3 de octubre de 2023
ResponderEliminar[...]
5. José Luis, en tu punto 4, me dices: “En mi vida, creo recordar, he escrito sobre Maduro. ¿No lo confundirás con Hugo Chávez? Siempre me gustó su oratoria, que aquí tanto se ridiculizaba”.
Pero basta con que escribas, en tu propio blog, la palabra Maduro para que aparezca este apunte del 29 de noviembre de 2015: “Mi amigo Abelardo Linares me acusa siempre de defender al indefendible Nicolás Maduro. Y yo ni quito ni pongo presidente en Venezuela (eso que lo hagan los ciudadanos de ese país), simplemente me limito a no comulgar con ruedas de molino.”
José Luis García Martín 3 de octubre de 2023
Uf! Renuncio a seguir con el bucle. Solo señalo una cosa que me ha hecho sonreír. Léase (punto 5) la vez en que yo he citado a Maduro en mi diario; resulta que lo he hecho, como en estas notas, porque don Abelardo me acusa de defenderlo. ¡Para mi obseso amigo hasta no comulgar con ruedas de molino es defender a Maduro! "
¿La vez? Las docenas de veces... Y basta saber buscar en un blog (desde fuera de él) para encontrarlas.
Algunos ejemplos:
"los editoriales [de El País] los dejan para arremeter contra Maduro e incitar, más o menos veladamente, al golpismo contra un gobierno democrático que no nos gusta."
(2013)
"Simpatizo con Nicolás Maduro, bastante más, por supuesto que con Felipe González (con quien ya solo coincido en la edad). Todo lo que ha hecho Nicolás Maduro (que cuenta con bastante más apoyo electoral que Mariano Rajoy) lo ha hecho de acuerdo con la Constitución de Venezuela y con las leyes vigentes en su país. Si los de Venezuela son presos politicos, ¿qué serán los de Cataluña?"
(2017)
"Cuba no es una democracia, Venezuela sí (por eso quizá corre más prisa derribar a Maduro que a Raúl Castro)."
(2017)
"F 6 de agosto de 2017, 21:48
-la bárbara agresión que sufre el gobierno de Maduro.
José Luis García Martín 7 de agosto de 2017, 7:47
Completamente de acuerdo en lo que al gobierno de Maduro se refiere."
(2017)
"Yo no digo que el gobierno de Maduro sea buenísimo ni la oposición malísima. Digo simplemente que es un gobierno democrático, tanto como el de México, el de Brasil, el de Turquía, el de Estados Unidos..."
(2017)
"Yo no simpatizo con golpistas ni con manifestantes violentos, simpatizo con la verdad. Maduro está en el poder porque ganó las elecciones, unas elecciones que la oposición trató siempre de boicotear, incluso con la fuerza. Porque los opositores venezolanos no le hacen ascos a la utilización de la violencia, ni a pedir fuera la asfixia económica de su país. [...] Maduro se limitó a aplicar la constitución venezolana, que da al presidente (como le da a Trump, que por cierto no ganó en número de votos las elecciones) unas atribuciones distintas que las del presidente del gobierno español. [...] Yo no defiendo a Maduro más que en lo que le defendería cualquier demócrata, critico a los que le combaten --en nombre de la democracia-- con métodos poco democráticos. "
(2018)
"Lloriquean los periódicos porque el Reino Unido abandona por fin la Unión Europea. Puede servirles de consuelo que hicieron todo lo posible por impedirlo.
––¿Y a ti no te parece un día triste?, me pregunta Abelardo Linares.
––A mí me parece un triunfo de la democracia frente a la estupidez.
[...]
––¡Tú es que hasta eres capaz de defender a la Venezuela de Maduro!
––Lo que no voy a hacer es ponerme del lado de quienes estrangulan económicamente a Venezuela..."
(2020)
Etc, etc.
Pablo, ¿por qué no te callas, rey? Visto lo visto, se te da mucho mejor la búsqueda y captura de "prosa sonajera" en los poemas en verso que, según tu hilarante y cómico método crítico, se perpetran por estos y otros lares. Aquí lo pongo, junto a un presente.
EliminarLA JAULA DE PAPEL PARA EL TAL PABLO
La irritante cotorra porculera,
de vecindona cháchara satírica,
acarrea un prejuicio y paja lírica
en su cogote: «Es prosa sonajera»,
rechista y no se calla. En su llorera,
repite el loro su canción, «Llorírica»¹.
Triunfa en su voladera, pero es pírrica
su gloria: vuela en jaula pajarera
su pajolera idea aquí y ahora.
A tenor de su afán de pajarraca,
tras la picada reja parladora
con su pico de oro y su matraca,
el poco alpiste que el papel decora
ya es tinta de su pluma, negra caca.
__
¹ N. del A. Cantinela del lloro lírico del loro
Nico el Maduro
La verdad es que no sé qué haría yo sin mis dos maduros comentaristas favoritos.
ResponderEliminar--¡Todo el día estás hablando de Maduro!, me acusa uno por milésima vez.
--Que no, que yo no hablo de Maduro, respondo. Y el otro comentarista anota que vuelvo a hablar de ese señor, del que no tengo nada que decir, por milésima vez.