viernes, 3 de septiembre de 2021

Elogio de la cordura: ¡Vacúnate, ho!

 

Sábado, 28 de agosto
PIDO UN MILAGRO

Con la música me pasa lo mismo que con el éxito y el chocolate (y añadiría que con el sexo, si uno no fuera un caballero y un caballero no habla de esas cosas), que me gustan, pero que no los necesito.

            Porque escucho tan poca música, porque no es en mí una costumbre, la escucho siempre con la emoción y el asombro de la primera vez. Un venturoso azar –en el que intervienen Steven Wright, que toca la viola en la Ospa, la poeta Dalia Alonso y, por supuesto, Javier Almuzara-- me lleva esta tarde de sábado hasta la catedral. La Misa de la Coronación de Mozart sonó por primera vez en la coronación de un emperador. Así me siento yo desde que suenan las primeras notas, como si el mundo entero girara en torno mío y el propio Dios viniera a sentarse a mi lado (respetando la distancia de seguridad, por supuesto) para escuchar agradecido.

            Agnus Dei, cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, canta la soprano, Beatriz Díaz, desde el púlpito.

            “Cordero de Dios, devuelve la cordura al mundo”, susurro yo a mi acompañante. “Difícil me lo pones, pero se hará lo que se pueda”, me responde mesándose la larga barba –se parece a Walt Whitman-- y guiñándome un ojo.

            Dios no existe, ya lo sé, pero existe en la música. Unos compases más y otra vez solos, como en el poema de Ángel González.

Domingo, 29 de agosto
YO, MERCACHIFLE

Salvo a la estupidez, soy alérgico a pocas cosas. Una de ellas, el regateo. Hasta hace unos días en León, solo había regateado dos veces en mi vida y las dos involuntariamente. En un puesto del Fontán encontré una primera edición de El Hotel del Cisne, una de esas  epigonales novelas barojianas llenas de destartalado encanto. “Dos mil pesetas,” me dijo el vendedor cuando pregunté el precio, Como llevaba la otra mano ocupada con libros, dejé la novela de Baroja para sacar la cartera. Al vendedor creyó que me parecía cara. “Mil quinientas”, dijo entonces.

En el otro regateo, el vendedor fui yo. El bibliófilo José Manuel Fuentes García, el mejor coleccionista de poesía española contemporánea, me preguntó si yo tenía un raro folleto de Miguel d’Ors, Canciones, oraciones, panfletos…, lo único que le faltaba para completar la bibliografía de ese poeta. Me pagaría por él doscientos euros. Le dije que lo tenía y que no tenía especial interés en conservarlo, pero que me parecía mal venderlo estando firmado y siendo un regalo del autor. “Pues si algún día cambia de opinión, le doy cuatrocientos euros”. Y se lo envié de inmediato, no por el dinero, que también, sino porque demostraba un interés mucho mayor que el mío.

            Dos éxitos involuntarios en el regateo y un sonoro fracaso. Pasé el otro día por el mercadillo de los sábados en León. Muchos menos vendedores de lo habitual y ningún libro de interés. Cuando ya estoy a punto de marcharme –no le dediqué ni cinco minutos--, veo en un puesto de quincallería dos tomos, uno de ellos algo deteriorado, de lo que me parece una novela por entregas de principios del siglo XX. Me atrae el título, La “Estrella Polar” en el Mar Ártico, que parece de Julio Verne, y el autor, Luis Amadeo de Saboya. Pregunto el precio. “Setenta y cinco euros”. “Veinticinco”, “Sesenta”. Dudo un momento. Me acuerdo entonces de mi amigo Daniel Rodríguez Rodero, que suele alardear en la tertulia de haber comprado aquí muchas primeras ediciones, algunas de ellas dedicadas, y de no haber pagado por ellas nunca más de diez euros. Como sé que va a pasar algo más tarde, le encargo por teléfono el regateo. “Seguro que me lo iba a dejar por cincuenta euros, a ver si consigues un precio menor”. No lo consigue.

            Cuando tengo los dos volúmenes en las manos, ya he indagado en Internet y ya sé que se trata de una rara maravilla y que el autor nació en el Palacio Real de Madrid y murió, desengañado de todo, en una cabaña africana abrazado a su último amor, una joven somalí.

            Hace unos días no había oído hablar de Su Alteza Real Luis Amadeo de Saboya, duque de los Abruzos, hoy podría dar conferencias sobre él. Uno es así de obsesivo.

Lunes, 30 de agosto
LUIS AMADEO DE SABOYA

No he encontrado referencia de La “Estrella polar” en el Mar Ártico en su original versión italiana. La traducción española, de Eduardo Tedeschi, se publicó en 1903, en la editorial Maucci, donde aparecieron muchas de las grandes novelas de principios de siglo. El libro cuenta con 243 ilustraciones, casi todas ellas fotografías, dos panoramas (fotografías desplegables de casi un metro de extensión), tres mapas y un plano. Se lee como una novela de aventuras llena de datos exactos y precisiones científicas. Me imagino a Julio Verne, ya al final de su vida, devorando la versión francesa, que apareció en 1904, y exclamando: “Este es el libro que me habría gustado escribir, esta es la aventura que me habría gustado vivir”.

            Cuando en 1899, el duque de los Abruzos organizó una expedición para alcanzar el Polo Norte, tenía solo veintiséis años, pero ya había dado dos veces la vuelta al mundo y realizado la primera ascensión al monte San Elías, en Alaska, de más de cinco mil metros.

            No fue él quien llegó lo más cerca del Polo que se había llegado hasta entonces, sino el comandante Cagni. La congelación de una de las manos y la amputación de dos dedos, le obligó a quedarse en el campamento base. Pero esa amputación no le impediría, pocos años después, la ascensión al K-2, en el Karakórum, ni lograr en el Chogolisa la mayor altura que ningún ser humano había logrado hasta la fecha.

            Fue uno de los mayores exploradores que haya existido nunca, pero no fue capaz de enfrentarse a su primo, el rey de Italia, que le prohibió casarse con la joven norteamericana de la que se había enamorado, Katherine Elkins, por ser una plebeya.

            Me gustan los regalos del azar. En un mercadillo de León descubrí, imprevistamente, a uno de mis héroes, nacido pocos días antes de que su padre, rey de España, abdicara hastiado de sus ingobernables súbditos..

Martes, 31 de agosto
YA LO DIJO MAQUIAVELO

Mete el miedo en el cuerpo de la gente y harás con ella lo que te dé la gana.

Miércoles, 1 de septiembre
RULETA RUSA

“Eres un irresponsable, Martín, te comportas como si tuvieras un revólver cargado con una bala en el cajón de la mesa en que escribes y, cada vez que te aburres, lo sacaras y te dedicaras a jugar a la ruleta rusa”.

            Tertulia virtual de los miércoles (la presencial es los viernes). Hemos leído con atención algunos de los poemas del último número de Anáfora –los de Sabina, Juaristi, Manuel García-- y apenas si les hemos dejado un hueso sano. Llegamos a la conclusión de que pocos poemas resisten una lectura atenta y la conversación, no sé cómo, recayó en los estrenos cinematográficos. Comenté que el domingo había visto Annette, el disparatado e hipnótico musical de Leos Carax, y que, una vez más, estuve solo en la sala. Enrique Bueres, uno de los contertulios habituales, el más dañado de todos por la tontemia de estos últimos tiempos, intervino entonces: “Seguro que aprovechaste para quitarte la mascarilla. Eres un irresponsable, Martín, te comportas como si tuvieras un revólver…”

            Yo me acogí a la quinta enmienda y me cuidé mucho de decir si en las dos horas y media que dura la película, solo en una sala de techos altos y de más de doscientas butacas, me había quitado algún instante la mascarilla. Sé en qué país vivo y no quiero darle la más mínima excusa a las autoridades sanitarias del Principado para que cierren de una vez por todas las salas de cine.  

Jueves, 2 de septiembre
YO, CONSPIRANOICO

Cada día me vuelvo más conspiranoico. Ahora no se me va de la cabeza la idea de que Joe Biden, ese abuelito torpón que manda drones vengativos contra vehículos cargados de niños, es una marioneta que alguien maneja a su antojo. A veces pienso que el candidato de Putin era él y no Trump.

Viernes, 3 de septiembre
CUALQUIER COSA

Estaba leyendo la correspondencia de Philip Larkin con Monica Jones, cuando de pronto suena el teléfono.

            ---Vacúnate, ho… Que ya solo me quedas tú para que Asturias alcance el ciento por ciento de vacunados. Figúrate qué éxito para nuestra comunidad. Daremos ejemplo al mundo. Vacúnate, por fa. Qué éxito para mí, un chico de Laviana superando a todos los líderes mundiales. Pedro no podría negarme nada, me haría ministro. ¡Vacúnate, ho!

            Confieso que al principio creí que era el propio Presiente del Principado quien me llamaba, como uno más de los ilustres asturianos –Sonia Fidalgo, Pablo Texón, no sé si Xuan Bello--  que participan en la exitosa campaña del “vacúnate, ho” o “vacúnate, ne”. Pero una súbita carcajada me hizo comprender que se trataba de una broma

            ----No te lo habrás creído, ¿verdad?

            ----Yo, a estas alturas de la película, ya me creo cualquier cosa.



44 comentarios:

  1. Don José Luis.. Adquirí por un euro.. El libro de fdo diaz. Plajael español y los pecados capitales

    Mayor Thompson.. Muchas gracias por su blog

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  2. ¿Putin manipulador de Biden (personaje ligado ya desde sus inicios al llamado complejo industrial-militar, que comienza su carrera política como senador por Delaware, estado donde tienen su sede importantes empresas colaboradoras con el Departamento de Defensa USA, como nuestra querida DuPont...? Ergo, ¿el Pentágono sucursal del SVR (ex KGB)…? Hmmm, demasiado conspiranoico incluso para Jiménez Losantos…

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  3. Luis Amadeo de Saboya, duque de los Abruzzos, sino está en la historia de la literatura, sí en la del alpinismo.
    No hizo cumbre en el K2, pero llegó casi a los 8.000 m. en la vía de los Abruzzos, así se llama.
    Era 1909, y la montaña una de las más difíciles y peligrosas del mundo. Tiene mérito.
    Reinhold Messner se refiere a él en alguno de sus libros.
    Un poco cara la compra sin embargo.
    Victor Menéndez

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  5. Creía que había llegado más alto.
    Gracias

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  6. Qué mal gusto eso de muere a causa... Es una ironía que se puede volver en contra de quien la dice. Hay que tener cuidado con eso. Ejemplos hay para batatas y lechugas.

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  7. Por si fuese pertinente te recuerdo, Pablo P., que todos podemos caer y que todos VAMOS A caer. Será de Covid, será de trombo posvacunal, será de ictus, de cáncer o de neumonía. Tú mismo, tan saludablemente gallito, podrías estar engordando un melanoma que te dejase prematuramente calvo en pocas semanas.
    Dicho lo cual: se considera de mal gusto (salvo que seas cura) andar restregándole a la gente esta banalidad por las narices. Desde Aristóteles acá ("Todos los hombre son mortales") el asunto ha quedado bastante claro y zanjado. Ha tenido tiempo.

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  8. A mí lo que me preocupa es la deriva del bueno de Pablo de P. hacia el negacionismo. Ya considera, si he entendido bien su comentario, que eso de la mascarilla, el gel hidroalcohólico y la distancia de seguridad es un puro cuento que no protege de nada. Cuidadito, cuidadito que se empieza por ahí, estimado Pablo de P, tan preocupado por mi salud, y se acaba siendo un Miguel Bosé al que apedrean en las redes sociales.

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    1. Queda claro lo que opino del amigo, afectado por la tontemia.

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    2. Y lo que opino de Pablo fe P, insensible a la ironía también. Si mascarillas, gel y distancia sirven de algo, ¿a qué la necesidad de vacunación totalitaria? ¿A qué esa obsesión porque alguien no lo haga? ¿Acaso las farmacéuticas van a contagiarte adrede para que sirvas de ejemplo?

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    4. "Apártate que me tizno", dijo la sartén al cazo. ¿Así que yo tengo problemas con la lógica, estimado Pablo P.? Vamos a ver, desde hace años todos los años, como perteneciente a un grupo de riesgo, me vacuno contra la gripe. Nunca vi que se arremetiera contra los no vacunados ni que se obligara a los jóvenes a vacunarse (por supuesto, no comparo la peligrosidad de un virus con la de otro). Estar contra ciertas vacunas y su manera de imponerse no es estar contra las vacunas. ¿Ha visto usted lo que pasó con la AstraZeneca? Sus efectos secundarios no eran mayores que los de otras vacunas, pero aparecían en los periódicos para alarmar a la población y obligar a prohibirla o casi prohibirla. La razón: que se vendía a precio de coste, unos dos euros frente a los casi treinta de la Pfeizer, lo que equivaldría a acabar con el gran negocio asociado a ciertas farmacéuticas (y del que se benefician muchos epidemiólogos, políticos y prensa como El País, que un día sí y otro no publica un artículo en defensa de estas vacunas). Ahora leo que la UE a comprar grandes dosis de AstraZeneca, pero para donarla a los países pobres. En fin, las vacunas son la nueva religión y en ellas la gente traga cualquier cosa. Primero bastaba el 70 por ciento para lograr la "inmunidad de rebaño", ahora dicen que el 90, pronto dirán que el cien por cien, y ya no dos dosis, sino tres, y quizá luego cuatro para que el negocio continúe. Ah, pero eso solo en los países ricos. En los pobres, andan por el tres o el cinco por ciento.
      En fin, allá cada uno con su lógica. ¿O sea que si todo el mundo llevara mascarilla, gel y guardara el metro y medio de distancia sobrarían las vacunas? ¡Pues qué suerte tienen las farmacéuticas y los políticos de los países ricos de que no sea así! Se arruinarían en caso contrario.
      En cualquier caso, deje de presentarme un panorama aterrador por no vacunarme mientras ignore si yo respeto o no todas las medidas de protección. Solo no he respetado nunca, al contrario que tantos, las manifiestamente estúpidas: en mis largas caminatas en solitario, lejos de la gente, respiro el aire de los bosques sin mascarilla. Yo cuido mi salud. Siempre lo hago. Tenga por seguro que, si enfermo, algo a lo que todos estamos expuestos, no será por culpa mía.

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  11. El bueno de Pablo de P. supone que es lo mismo la versión digital de
    la primera edición del Quijote que un ejemplar de esa primera edición. Supongo que no entenderá por qué alguien puede pagar cantidades fabulosas por la segunda mientras que la primera puede descargarse gratis. Pero hay muchas cosas en el mundo que no caben en su mente vacunada con todas las dosis habidas y por haber y con mascarilla a troche y moche.

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    2. No sigo, gracias, Pablo de P. Ahí queda eso para que quien no te conozca que te lea.

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  12. “El problema es que muchos de esos científicos trabajan para el Estado, son funcionarios, universitarios o miembros de organismos de investigación públicos que no tienen nada que ver con los laboratorios privados americanos (laboratorios que no deben de financiar a muchos científicos chinos o rusos).” Pablo de P., 5 de septiembre de 2021, 23:54.

    Si los laboratorios privados americanos (que nada tienen que ver con los organismos de investigación públicos) no financian a científicos chinos o rusos será porque no estudiaron en la universidad pública de Madrid…

    21 de junio de 2011
    Nueva Cátedra UAM - Pfizer
    https://www.universia.net/es/actualidad/orientacion-academica/nueva-catedra-uam-608998.html

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  13. Creo que aquí ya no se discute de la pandemia ni del virus. De estos ya se ha dicho y argumentado todo, y lo sabemos todo... en la medida en que tal cosa sea posible A PESAR DE los vaivenes, bandazos, correcciones y contradicciones de la "autoridad (in)competente" o al menos fluctuante. (No digamos ya de las farmacéuticas, que no han hecho más que ir cambiando a la baja el periodo de protección que supuestamente ofrecen).
    Por tanto, aquí se está ya en otra cosa, se trata de enfrentamientos entre estilos en el arte de conducir la vida y oposición de caracteres y personalidades. Hay la personalidad "de orden", obediente a la autoridad, cualquiera que sea el rumbo que esta tome, convencida del saber seguro de los "especialistas", seguidora fiel de las indicaciones oficiales, por cambiantes que puedan ser (ya que "sus razones tendrán", como suelen decir).
    Y hay por otro lado la personalidad insumisa dispuesta a discutir racionalmente las órdenes dadas si parecen arbitrarias, infundadas o inseguras y fluctuantes. Esta personalidad no está dispuesta a delegar el pensamiento en los "expertos" si ya ha descubierto sus debilidades, y fácilmente será tachada de arrogante, irreverente o engreída. El primer tipo de personalidad, por contra, está encantada con delegar el pensamiento en los especialistas; y con frecuencia será tildada de acrítica, de incapaz de pensar por sí misma y de sumisión al poder político o a la "autoridad científica", incluso cuando esta ha acreditado un conocimiento muy fragmentario e inseguro.

    No son conocimientos lo que aquí se opone. Son actitudes y estilos de reacción emocional.

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  14. Qué bien lo dices P. Se opone el súbdito sumiso al ciudadano libre.

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  15. Para terroríficos los apóstoles del cambio climático. Parece que cada día nos acercamos más al apocalipsis.
    Que la Tierra se calienta, nadie lo duda;que sea por culpa de la acción humana, algunos, aunque parece que van perdiendo la batalla.
    Pues de una lucha se trata, de un pulso.
    Me divierte leer la publicidad, publi-reportajes, de Endesa, liberando Canarias y Baleares de cualquier vestigio de pasadas y pesadas energías. De los puestos de trabajo no dicen nada.
    Nos libraremos de hierros y carbones, pero la gente de qué piensa que están hechas las placas solares, por ejemplo. Pues de otros minerales, más exóticos, más escasos y más caros que los antes mencionados.
    Viene a cuento porque, nada, esto del covid es un simple resfriado, comparado con lo que se avecina...Y las bestias invadiran la tierra. Que no lo dice el Apocalipsis, sino yo.
    Nos moriremos de malaria, según ellos.
    Pero, qué impotencia, qué malestar. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie?
    Para consolarme he vuelto a la Física, a la termodinámica. Se trata del calentamiento de un sistema entropico, por tanto, irreversible.
    En la escuela, en todas partes, el mismo mensaje. A mi plin.
    Victor Menéndez

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  16. Tontemia... Tontemia es la de quien niega la realidad, el que ve los detalles y no el conjunto, el que hace dejación de su responsabilidad ciudadana porque ya serán responsables los demás, a mí plin.

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  17. Disculpe el autor del blog mi nueva intervención.
    Sobre pandemias, populismos y demás, ha escrito Gaspar Llamazares, excoordinador general de IU, un libro, de sobria portada roja, con no recuerdo que colaboradores. Este hombre, fuera de la política, es un prolífico escritor. Supongo será un gran panfleto, pero interesante.
    No es persona sumisa Llamazares. Es vecino mío, compramos el pan en la misma tienda, y me cae bien. Me imagino que a él y otros, Pablo Iglesias les parecía más insoportable que Vox. De ahí que Yolanda Díaz (IU) intenté recuperarla perdida unidad.
    Por favor, si alguien lo ha leído, ruego haga algún comentario. Yo no tengo demasiado tiempo.
    Interesa porque abordará el tema de coronavirus, restricciones, vacunas y manipulaciones, al menos como un ciudadano libre, como desea JLGM.
    Víctor Menéndez

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  18. Tontemia, amigo José Luis Piquero, es exactamente tu comentario. Digno de estudiarse en las facultades de psicología cuando vuelva la cordura. ¿Qué realidad niego yo cuando subrayo los disparates que nos hacen y el daño a la salud que nos ocasionan las autoridades político-sanitarias con el pretexto de la pandemia, que nadie niega, pero que tiene otra dimensión y otras soluciones? ¿Cómo se puede ver el conjunto sin fijarse en los detalles? Los magos, para engañarnos, quieren precisamente eso: que nos fijemos en el conjunto y no en los detalles. ¿Yo que critico una y otra vez las barbaries que se ha hecho (el encierro de los niños, algo castigado por el código penal) y las que se hacen (desatención o peor atención sanitaria para cualquier dolencia que no tenga que ver con la Enfermedad que da y quita votos), yo, precisamente yo, soy el que hace dejación de sus responsabilidades ciudadanas? Amos, anda, que diría un personaje de Arniches. ¿Y de verdad te crees que tú, vacunándote con la vacuna que te toque y con todas las dosis que se vayan recomendando, me sacas a mí las castañas del fuego, me ayudas en algo? Eso ya pasa de tontemia oscuro. De mi salud me cuido yo y me río de quien ande por ahí presumiendo de que vacunándose él me protege a mí. Hasta el pensamiento mágico --ese que llevaba a yuxtaponer en los telediarios imágenes de un botellón en Tortosa y de muertos en una residencia de Torrelodones para que todos los Piqueros de este mundo creyeran que estaban relacionados-- tiene sus limitaciones.

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    1. Yo no te saco las castañas, sólo cumplo un deber ciudadano que tú no cumples. ¿No hace falta? Tampoco hace falta votar (¿qué es un voto entre millones?) y votas con orgullo. Lo que algún día estudiaremos los que te conocemos es cómo llegaste a las posturas que tienes ahora. Espero que todas tus filípicas se conserven con ese fin.

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    2. No me vengas con bobadas, José Luis Piquero. ¿Desde cuándo protegerse de una enfermedad (que es lo que supuestamente hacen estas vacunas) es un deber ciudadano y no un derecho del ciudadano? Tú no me proteges a mi vacunándote: te proteges, si te proteges a ti. A mi me protejo yo (y hasta el momento bastante bien) tomando las precauciones adecuadas para evitar contagios: mucho aire libre, evitar aglomeraciones, utilizar la mascarilla en los contactos interpersonales en que no se puede mantener la distancia de seguridad,etc.
      quienes no protegen la salud de los ciudadanos son esas autoridades politico-sanitarias que tú sigues con los ojos cerrados.
      esas que imponen la limitación de aforo en los cines o en los conciertos y no en los transportes públicos: las cinco o seis horas que dura el viaje de Oviedo a Madrid se hacen en aubuses llenos hasta bandera.
      Permíteme que te sea sincero: ¿de verdad tienes tan mala opinión de esta vacunas más o menos experimentales que te las pones por una obligación ciudadana y no por que creas que son útiles para tu salud?
      Dios mío, a qué extremos ha llegado la tontemia. Superas a Enrique Bueres.
      Y permíteme que argumente directamente porque esa acusación de no cumplir un deber ciudadano por no aumentar las estadísticas de los políticos, que sacan pecho por el gran número de ciudadanos que han logrado vacunar (como si eso fuera un mérito: pagan las vacunas con nuestro dinero, y a buen precio, y la mayoría las acepta encantada) es la mayor majadería, repito, majadería que he escuchado nunca. Y he escuchado muchas en estos tiempos en que el sentido común se fue de vacaciones. A ver cuándo me dejan debatir estas cosas, en la radio o en la televisión, con alguna autoridad político-sanitaria.

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    3. Pues yo en estos meses las mayores majaderías se las he oído a los magufos tipo Bosé y a los don erre que erre tipo Martín. No voy a entrar a explicarte lo que significa la inmunidad de grupo, es inútil con listos como tú. Has tenido suerte, de lo cual me alegro. Otros igual de listos no la tuvieron.

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    4. Pues deberías escuchar a Fernando Simón y no a Miguel Bosé, que el pobre hace tiempo que no dice nada (que yo sepa, no me llama por teléfono como parece que te llama a ti). El viernes, 10 de septiembre, en El País se publicaba lo que había declarado después de dos meses de silencio: "Ya no matamos moscas a cañonazo". El máximo responsable de la gestión de la pandemia en los meses primeros reconoce ahora lo que yo denunciaba una y otra vez (lo puedes consultar en las hemerotecas, pronto lo leerás, si quieres, en libro), que se estaban matando moscas a cañonazos, o sea que las medidas tomadas no hacían ningún daño a las moscas pero destrozaban a las personas. Y añadía algo que no sé si será verdad, pero que resulta contrario a lo que decís los tragacionistas: "igual en todas las olas, porque prácticamente todas las víctimas mortales de la covid son mayores de 80 años", aunque "también se mueren jóvenes" (pero menos que por suicidio o accidente de tráfico, esto lo añado yo). En fin, insulta un poco a Fernando Simón y déjanos a Miguel Bosé y a mí en paz, que digamos lo que digamos, al contrario que él, no somos autoridad y no podemos dañar la salud de las personas como las autoridades político-sanitarias que tú tanto aplaudes.

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    5. "Tragacionistas"... Te habrás quedado calvo de tanto ingenio. Pero en fin, no puedes ser tan tonto como para ignorar que Bosé es un artista con docenas de miles de admiradores dispuestos a escuchar sus teorías conspiranoicas y sus filípicas pseudocientíficas. Insisto, qué suerte has tenido (yo también) en esta pandemia. Me alegro por los dos. Otros no tuvieron tanta suerte y los discursos de los Bosés y los Martines son un insulto. Ya paso.

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    6. Haces bien en pasar, deberías haberlo hecho, y callar avergonzado, hace tiempo. Y el mérito de la palabra "tragacionista", tan precisa, que tan bien os define, no es mío, sino de Juan Manuel de Prada en uno de sus artículos del XL Semanal. No sé yo los miles de seguidores que tendrá Miguel Bosé, pero no he visto sus palabras reproducidas, si no es para denigrarlo, en ninguno de los medios de comunicación españoles, que un día sí y otro también predican la doctrina oficial, que es la tuya. Cierto que una vez le entrevistó Jordi Évole, pero la cosecha de insultos que recibió fue notable. Y lo mío no ha sido solo suerte, algo tiene que ver que, desde el principio, tomara todas las precauciones racionales contra el contagio (que nada tienen que ver con cerrar los bares hoy a las nueve y mañana a las ocho, con permitir a los avilesinos aglomerarse en el paseo de la ría, pero no acercarse a la playa desierta, a cien metros, porque ya está en otro municipio, etc., etc).
      Lo que mete miedo Piquero es que esas ideas tuyas, que como son las de un particular no hacen daño (como las mías no causan ningún beneficio porque no aparecen en los medios de comunicación), coinciden con las de los Fernando Simón y otras autoridades que tanto daño han hecho, y siguen haciendo, a la salud de los españoles (que no se limita al asunto del Covid, hay enfermedades mucho más graves de las que mucha más gente muere, y no siempre son muertes inevitables).

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    7. Vaya, conque Prada... la cosa mejora. Un señor que niega la teoría de la evolución y desde su página en un medio nacional defiende posturas creacionistas, algo que ya sólo hacen Bolsonaro y los fundamentalistas del cinturón de la Biblia. Qué buenos apoyos te buscas, Martín. Que te llame tragacionista alguien así es casi un honor.
      Mira, Fernando Simón, con humildad que le honra, se limita a reconocer lo que todos sabíamos: que eran medidas de trazo grueso, incluso muy grueso, las únicas posibles ante un problema que nadie sabía muy bien cómo tratar, ni aquí ni en ningún otro país de Europa. En temas de salud a menudo se actúa así para evitar males mayores (en un cáncer de mama maligno se extirpa el pecho entero; todo tratamiento tiene efectos secundarios, a veces graves). A la ciudadanía en ocasiones hay que pedirle que llegue a 100 para asegurarse de que al menos llegue a 50, porque hay muchos como tú tirando para atrás. Si no hubiera tanto burraco saltándose normas básicas, bastaría pedir 50 directamente. En fin, el virus se contuvo gracias a esas medidas y a la vacuna que tú te niegas a ponerte mientras sigues con tu bla bla bla.

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    8. Se te olvida añadir que, según me han contado, Prada escucha todas las noches, antes de dormir, a Miguel Bosé y además cree que la tierra es plana.

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  19. El otro día hice en fb un resumen de un artículo aparecido en Cambio 16, a cuenta de las conclusiones de una reunión de médicos, biólogos, sociólogos, etc., y no me dejaron publicarlo porque incumplía no sé qué normas. Como la censura no ha llegado aquí, copio algunas cosas:

    Si bien la higiene es un muy recomendable, la asepsia completa lleva a la hipertrofia del sistema inmunológico. Esos gel son muy agresivos con la piel.
    Confinar a toda la población y paralizar la economía llevan a la enfermedad, al estrés, la muerte o el suicidio.
    Los confinamientos debilitan a la población y evitan la inmunidad adquirida de forma natural.
    Las vacunas no sólo provocan efectos muy graves a corto, medio y largo plazo, sino que refuerzan la resistencia y adaptabilidad del virus, lo que lo hace más contagioso y agresivo.
    La vacunación no cumple con el código de ética médica... quienes promocionan y coaccionan para que se apliquen cometen delito humanitario.
    Proponen detener de inmediato la campaña de vacunación, especialmente la dirigida a los menores de edad; analizar con detalle los componentes de la vacuna y los efectos previsibles; prestar atención a medicamentos y remedios naturales... desvincularse de los lobbies farmacéuticos.
    También habla sobre el uso de las mascarillas.

    Yo no sé si todo es cierto, pero la censura (que ya no alcanza solo a los conspiranoicos) da que que pensar, pensar un poquito.

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    1. Muchas gracias, Jesús, `por compartir esas reflexiones. Algo de razón habrá en ellas cuando tanto se esfuerzan en que no aparezcan en los medios de comunicación.

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    1. Por si alguien no lo ha entendido bien el chulo de barrio ateo soy yo y el humilde que nunca da lecciones a nadie y se calla lo que piensa es don Pablo de P.

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    3. "Hay más cosas en el Cielo y en la Tierra de las que sueña tu filosofía", Pablo P.
      Hay expertos, inexpertos, pseudo-expertos y expertos sedicentes que mañana sostendrán lo contrario de lo que afirman hoy. Hay "chulos" tan chulos que intentan imponer una creencia a toda la población. Qué digo una creencia: una conducta sanitaria uniforme sin haber asegurado su conveniencia o su inocuidad. ¿Cabe más atrevida y lesiva chulería? ¿A esto llamas "amar el orden"?
      Cuando crezcas aprenderás también que hay muchísimos "fanfarrones vanidosos" creyentes, sin ir más lejos todos los clérigos inquisidores y censores que durante siglos han perseguido a Copérnico, a Galileo y su obra, a Darwin y su obra. Ahí ya tienes unos cuantos cientos de fanfarrones, ignorantes y creyentes.
      "Reconocer su insignificancia en este universo" es una frase engañosa, puesto que rechazar la trascendencia y la "otra vida" con frecuencia implica exaltar esta vida y, en ella, el gozo del instante: Carpe Diem, y he ahí entonces la gran Significancia, la Significancia Única, tal como aparece en la concepción de Omar Khayyam. Y entre estos puedes encontrar ateos a espuertas.
      Pero búscalos tú, oye, no te lo vamos a dar todo hecho.
      Y más te vale apearte de tus torpes generalizaciones. Perdona mi franqueza, pero no son más que invenciones descabelladas.

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  21. Es así, Pablo. Escribo primero en volapük y luego lo paso por el traductor de Google. Y no te preocupes por la respuesta. Ya la darás cuando te hagas un poco mayor.

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  22. Menefe bal, püki bal

    "—Permítanme que tercie en su conversación —dijo de repente un anciano muy ceremonioso que estaba junto a ellos—. No he podido evitar escuchar sus teorías. Soy Agustín Garrús, aquí tienen mi tarjeta.

    Les extendió un cartoncito de letras doradas:

    AGUSTÍN GARRÚS
    Catedrático emérito de volapük en la Univ. de Princeton. Presidente de la Sociedad Filantrópica Maruja Fitzwilliams. Dirección en España: Pza. de Alonso Martínez - Hotel Norte y Londres (Burgos)

    —Yo tampoco creo en la resurrección de la carne, mi querida señora, y opino como usted que es un desatino. Estoy convencido de que lo que opera realmente es una forma de me-tempsícosis —don Agustín enfatizó la esdrújula— que yo denomino "desencarnación". Me explico: la Historia, tal y como la concibo, es una marcha atrás, una madeja que se va desenredando, ¿entienden? No caminamos hacia delante, sino que retrocedemos. Cuando morimos, renacemos en los abuelos de nuestros abuelos y, así, sin que nos percatemos de ello, vamos descendiendo los peldaños que nos quedan hasta el barro primigenio. El futuro es en realidad el pasado, lo que juzgamos ruinas son el germen de las nuevas arquitecturas que vendrán, las crónicas históricas no son más que libros proféticos, pero nos falta perspectiva vital para darnos cuenta de estas cosas. Nosotros vamos descontando vidas y nos desencarnamos hasta agotar el tiempo que nos ha concedido el Supremo Hacedor, que no es otro que la edad del mundo. Yo tengo una curiosidad bárbara por saber qué pasará cuando lleguemos al primer estrangulamiento del flujo vital, que sucederá con ocasión del diluvio llamado "de Noé"."

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  23. El libro al que me refería de G. Llamazares se titula: "Pandemonium. Diario de pandemia y populismo", ed. Conscientes. Está escrito en colaboración con una psicóloga y otro médico, pues Llamazares es médico, si alguien no lo sabía.
    En el anuncio de su presentación en el Club Prensa Asturiana, de La Nueva España en Oviedo, se dice, más o menos ( cito de memoria) que en el libro subyace la idea de que la pandemia ha mostrado que no todos somos iguales...Nada extraño en el autor, per sería interesante ver qué razones da como médico y cómo político.Todo la hilo de lo que aquí se escribe.
    Por cierto, no cobro comisión ni me he hecho amigo de él. Simplemente comparto mi interés.
    Victor Menéndez

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  24. En su volumen titulado "Ensayos Liberales", Gregorio Marañón dedica un texto muy emotivo al Duque de los Abruzzos. Por eso me sonaba a mí.

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