Sábado, 27 de febrero
ASÍ FUIMOS
Cambian los tiempos,
y no siempre para peor. Leo un libro de entrevistas publicado en 1974. Lo
inicia un Vargas Llosa que aún no se había distanciado del castrismo: “Creo que
el lastimoso caso Padilla era algo que perjudicaba a la revolución cubana y por
eso lo critiqué y lo censuré. Fue una actitud de solidaridad con la revolución
cubana”. Antes había afirmado con rotundidad: “Tengo una posición que creo
revolucionaria respecto a los problemas de mi país y de América Latina. Creo
que la única solución válida para esos países es la revolucionaria”.
Augusto Valera Casas, publicó las
entrevistas que reúne en Diálogo
abierto en un diario barcelonés de
dieciochesco título, El noticiero
universal, y leerlas es viajar a
un país remoto, a la vez esperanzado y siniestro, en el que yo también he
residido más de un tercio de mi vida, aunque ahora me resulte difícil creerlo.
En la solapa, se lee que el libro “enmarca toda la escala social, desde un
ministro a un analfabeto, desde un príncipe hasta un subnormal”.
Nos frotamos los ojos. ¿Un
subnormal? Sí, y esa condición se proclama como un título. Debajo del nombre de
cada entrevistado se indica su profesión o el cargo que ocupa –Ramón
Castroviejo, oftalmólogo; José María Gironella, escritor; José María de
Porcioles, alcalde-- y tras “Arturo Rubinstein, concertista”, aparece
“Marcelino Torrebadella, subnormal”.
Leemos la entrevista con un nudo en
el corazón: “¿Cuántos años tienes?”, “Trece”, “¿Cuántos años hace que vienes al
colegio”, “Ocho años”, “¿Qué es lo que más te gusta del colegio?”. “Estudiar y
hacer dibujos”. Son las preguntas que les harían a cualquier niño, pero de
pronto, como un puñetazo: “Tus hermanos
son normales, ¿sabes tú que eres diferente de ellos? ¿Te preocupa?”, “Yo soy
subnormal y mi papá no me deja casarme con Conchita. Dice que los subnormales
no se casan”. Conchita, explica el entrevistador, “es una niña muy mona que
estudia también en el colegio Santos Inocentes y ‘son novios’. Dicen que cuando
sean mayores se casarán. Pero estos niños nunca se hacen mayores, ahí radica
uno de los más graves problemas”. Toma
luego la palabra el padre: “Para nosotros la palabra subnormal es corriente.
Hace ya cuatro años que le dijimos a Marcelino que él es diferente de los otros
niños, él lo sabe por sus dos hermanos. Él y todos lo saben, y se conforma”.
“Marcelino –escribe el
entrevistador--, que está muy interesado por mi magnetófono, se comporta con
una educación y un respeto que muchos normales no tienen. Marcelino es atento,
reflexivo y muy cariñoso”.
Yo no puedo evitar que los ojos se me llenen de lágrimas.
Domingo, 28 de febrero
SI YO FUERA RICO
Si yo fuera rico,
rico de verdad, claro, si yo tuviera unos miles o al menos unos cientos de
millones de euros, no cambiaría de casa, ni de modo de vida, simplemente
trataría de convertirme en accionista mayoritario de un importante grupo de
comunicación –un diario de alcance nacional, varios regionales, dos o tres
canales de televisión--, contrataría luego a los mejores y no sé si seríamos
los mejores, pero de lo que estoy seguro es de que jamás, jamás, jamás, los
medios de los que yo sería responsablemente propietario participarían del
pacto del silencio sobre los delitos de nadie, ocupara el cargo que ocupara, y
muy especialmente si ese cargo es el del jefe del Estado.
El anterior pacto del silencio –sabían, periodistas y ministros, que el rey y su nueva pareja iban por ahí utilizando su cargo para hacer negocios dudosamente legales y éticamente siempre reprobables-- duró cuarenta años, tantos como la pasada dictadura; el actual --tan dañino para para la salud pública-- esperemos que no dure tanto, aunque quién sabe.
Lunes, 1 de marzo
ME NIEGAN EL SALUDO
Soñé que en uno de
esos besamanos del Palacio Real a los que alguna vez asistí (yo fui de los que
creyeron que el joven Felipe, nuevo Hércules, iba a ser capaz de limpiar los pestilentes
establos de Augias), la reina Letizia me negaba el saludo.
Me desperté extrañado. Siempre creí
que lo que ella piensa sobre determinado personaje, de cuyo nombre no quiero
acordarme, es más o menos lo que pienso yo y lo que acabarán por pensar –aún
hay muchos intereses creados-- todos los españoles decentes, incluida la fiscal
general del Estado.
Martes, 2 de marzo
MIS JÓVENES AMIGOS
¿Cómo se las puede
arreglar para sobrevivir en un mundo como este, en el que no hay nada seguro,
una persona como yo que se angustia cuando le falla la rutina, que necesita
hacer todos los días lo mismo y a la misma hora? Pues teniendo una rutina de
repuesto, o dos o tres. Todas las tardes tomo un café en torno a las siete y
estoy un rato de charla con algún amigo. Por si los amigos no aparecen, llevo
conmigo algún libro recién llegado. Y si no hay libros nuevos, recurro a tres
contertulios que nunca fallan: Goethe, Napoleón o Berenson. Un tomo de las Conversaciones con Goethe, de Eckermann, publicadas por la Colección Universal
en 1920, o del Diario de
Santa-Helena, del conde de Las
Casas, en la edición de 1826 que compré en Bilbao, o los Coloquios con Berenson, de Umberto Morra, publicados en el Fondo
de Cultura Económica. Abiertos por cualquier página, me permiten tener a mi
lado al mejor interlocutor. Hoy –en el solitario Vetusta: estamos la dueña y
yo-- le toca el turno a Berenson, generoso anfitrión en su villa Tatti de las
afueras de Florencia, en las colinas de Settignano: “El padre de T. murió a los
noventa años y todos le habían faltado antes: se había quedado en el desierto.
Es necesario prepararse amigos jóvenes para la vejez y transferir el placer de
la vida de uno mismo hacia ellos”. Sonrío: yo siempre he tenido amigos jóvenes,
pero el placer de la vida de momento no tengo intención de transferírselo a
nadie; prefiero disfrutarlo por mi cuenta.
Miércoles, 3 de marzo
HE AQUÍ EL TINGLADO
¿Cómo es posible
que tantos callaran y que solo se atrevieran a hablar, y a investigar un
poquito, cuando la justicia suiza le sacó los colores a la justicia española y
se puso a investigar las cuentas de a quien, como a Al Capone, parece que solo
le van a pillar por los delitos con Hacienda? La respuesta está en Los intereses creados, esa obra de Benavente que yo puedo recitar
casi entera de memoria: “He aquí el tinglado de la antigua farsa…”. El pícaro
Crispín enuncia al final la moraleja: “Para triunfar, mejor que crear afectos
es crear intereses”. Todos acaban sabiendo que Leandro y Crispín son un par de
redomados estafadores, pero, si los denuncian, los poderosos de la ciudad que
han creído en ellos perderán su dinero; mejor callar, dejar que Leandro se case
con la hija del rico Polichinela y así podrá devolverles lo prestado. Con el
silencio, con no denunciar a la justicia, todos saldrán ganando. Mejor dejar
que Crispín y Leandra campen a sus anchas –se dijeron los González--, no se nos
vaya a venir abajo todo el tinglado.
Si yo fuera fiscal general del
Estado –no duraría ni un segundo en el cargo--, ahora mismo mandaría investigar
a quienes han “prestado” dinero para que el anterior jefe del Estado pague unos
millones de euros a Hacienda. Seguro que no tardaría en encontrar el rastro de
negocios raros y cuentas opacas.
¿La justicia es igual para todos? Yo
me conformaría con que a la hora de investigar la fortuna de cierta familia,
cuyo nombre callo, se pusiera la mitad del empeño que se puso en investigar a
los Pujol.
Jueves, 4 de marzo
SALAMANCA, 1937
Unos libros tiran
de otros y me gusta seguir ese hilo azaroso en mis lecturas. Diálogo abierto no solo me muestra sorprendentes detalles de época. En el Liceo
barcelonés, se entraba y salía y se charlaba durante la representación de las
óperas. “¿No es posible acabar con esa mala costumbre?”, le pregunta el
entrevistador al empresario del teatro. “Cuando se ha intentado establecer un
poco de orden, nos encontramos con inconvenientes tremendos”. Más de un
espectador respondía de malos modos: “Oiga, que yo también soy propietario y
entro y salgo cuando me da la gana”. A Ramón Serrano Suñer le pregunta: “¿Qué
opina sobre el libro Testimonio, de Manuel Hedilla?”. La respuesta es evasiva
e intrigante: “No opino, ha opinado sobre él quien fundamentalmente es su
autor, el historiador García Venero. Con relación a Hedilla, pese a sus actitudes
conmigo, recuerdo, naturalmente con satisfacción, haber sido el primero que en
los día de Salamanca me opuse a su ejecución”. Poco después de leer esas
palabras, paso por la librería que el Centro Reto ha abierto cerca de mi casa y
el primer libro en que me fijo es el Testimonio
de Hedilla. Al principio se da
cuenta del enfrentamiento entre el protagonista y el redactor del volumen, que
vendió el original sin su autorización a Ruedo Ibérico. Comienzo a leerlo con
creciente interés durante el primer café de la mañana en Noor. No sabía nada de
la conspiración para quitar a Hedilla de la jefatura de Falange. Ni que una de
las razones para ello era que sus discursos se los tenían que escribir otros.
Si esa fuera una razón, habría que cesar a todos los políticos. No sabía que
los falangistas, en la Salamanca de 1937, iban a visitarse unos a otros no solo
bien armados sino provistos de bombas. Daniel López Puertas, “fundador y jefe
local, en un tiempo, de la JONS de Mataporquera”,
y José María Alonso Goya, deciden intermediar para que Sancho Dávila, jefe de la
facción contraria, acepte entrevistarse con Hedilla. Entran en su cuarto, tras
enfrentarse a los guardaespaldas, que no querían dejarlos pasar, y se lo
encuentran acostado y a un guardaespaldas, apellidado Peral, en otra cama junto
a la suya. “Cordialmente –cuenta años después Daniel López Puertas-- expuso
Goya a Dávila el motivo de la visita y le incitó a que se entrevistara con
Hedilla, en el lugar que prefiriese, dándole palabra de que no se quería
cometer ninguna violencia. La respuesta de Dávila fue hablar duramente contra
Hedilla y pedir a Goya que abandonara al jefe de la Junta y se pasara al lado
del triunvirato. En esto, se oyó una explosión dentro de la casa. Goya se
dispuso a salir de la habitación, y apenas se hubo vuelto Peral le disparó un
tiro en la nuca, matándole. El arma estaba, pues, montada. Yo saqué mi pistola
y disparé contra Peral, quien fue tocado. Pero se me encasquilló el arma, lo
que aprovechó Dávila para abalanzarse sobre mí y morderme ferozmente. Para que
me soltara, con una mano saqué una bomba y le dije: Si no me sueltas, la tiro”.
Entraron entonces otros falangistas –Fernando Ruiz de la Prada, Aureliano
Gutiérrez Llano y Santiago Carral-- en el dormitorio y se encontraron a su
compañero muerto: “Tenía un tiro mortal con entrada por el occipucio y salida
por el ojo derecho. Junto a la pared, en camiseta y calzoncillos, estaban
Dávila, un jefe de bandera de su escolta y Peral, sangrando y que se iba
escurriendo lentamente”.
Viernes, 5 de marzo
DE UN MANOTAZO
“Mi reino no es de este mundo”, afirmaba Jesucristo. “Mi
mundo no es de este reino”, parafraseaba Bergamín. El mío también lo es cada
vez menos. Pero aún no doy la batalla por perdida, aún no ha llegado la hora de
que me encierre en mi biblioteca y me dedique a cultivar mi jardín, aún pienso
seguir dando guerra, aunque me temo que el único papel que me queda es el de
molesto moscardón con el que en cualquier momento se puede acabar de un
manotazo.
Lo que cuentas del niño calificado de "subnormal", te lo amplio. Hasta la LGE de principios de los 70, estos niños eran apartados del sistema educativo, sujetos sólo de una atención asistencial.
ResponderEliminarCon la citada ley se les reconoce el drcho. a la educación, eso sí en centros especiales. Se escriben artículos en revistas especializadas sobre "educación de subnormales", programas para atender "retrasados mentales"...
Ya llevo muchos años en la enseñanza. He tenido Sindromes de Down", una peculiaridad genética; autistas (ahora se denomina síndrome de Asperger), niños asociales, no juegan, no se relacionan...Y más.
No ha mejorado demasiado el trato a estos alumnos.
Empiezo a cansarme.
Víctor Menéndez
Yo tengo un contencioso con la Consejeria de Educacion y no lo tienen claro.
ResponderEliminarNo se puede tratar así a los niños. No puede una "orientadora", siendo yo tutor, este niño es tonto; este "superdotado.
Juicio y gordo
No es de lo que aquí se trata, Víctor.
ResponderEliminarBueno Martin, tampoco está demasiado de más. Los 25 años que viviste bajo el franquismo, y los 40 en general, siguen proyectando una sombra siniestra.
ResponderEliminarCierto que toda Europa sufrió esa represión, que el fascismo no ha muerto, que la Iglesia, por cínica, no es la solución.
Pero, en cuanto a la educación, contemplo un sombrío futuro, más con las medidas anticovid.
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ResponderEliminarSugerentes citas, Ángel.
ResponderEliminarAvance deportivo, minuto a minuto. ¡¡Goool, gol, gol!! Gol de Ciudadanos al PP en La Condomina, Murcia. Salta la sorpresa.
ResponderEliminarAtención, novedad en el Santiago Bernabéu, Diaz Ayuso, con un regate corto, provoca penalti. El árbitro está consultando al VAR.
Os mantendremos informados del Valladolid-Ponferradina, donde también hay novedades. Así como del resto de la jornada.
En algo hay que entretenerse, Martín
Pruebe con Hegel.
EliminarFENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU:
¡Endecasílabo!
Ya he probado, Manuel, bien lo sabe quien me conoce. Por cierto, hay un "sketch" muy bueno de los Monty Python que se llama "Partido de filósofos", juegan Grecia y Alemania.
ResponderEliminarPor Grecia, entre otros, Platón, Aristoteles (que no atraviesa un buen momento, dicen), Pitagoras, Socrates, Epicuro, etc.
Por Alemania, Hegel, Kant, Schopenhauer, Marx, Leibnitz, Engels, Nietsche (que es expulsado por juego violento) y ...Beckenbauer.
Gana Grecia por 1-0, gol de Socrates, creo.
Salud.
"¿Por qué está todo
Eliminaren vez de no haber nada?",
pregunta el godo.
Salud.
Ángel, la cita de Pi y Margall sobre "Las nacionalidades" no la suscribo.
ResponderEliminarCiertamente en el origen está la ciudad. Pero las relaciones entre ellas no eran precisamente pacíficas (Esparta y Atenas). Más recientemente, baja edad media, las navarrerias en Pamplona, que luchaban por barrios.
Luego la violencia no proviene exactamente de la creación de naciones (España, Francia, R.U....), estaba ya presente.
Un saludo. Víctor Menéndez