sábado, 26 de diciembre de 2020

Después y todavía: Pero el mañana es mío

 

Sábado, 19 de diciembre
EL ENTERO UNIVERSO

El entero universo no es más misterioso que el cerebro del anónimo viandante con el que te cruzas en cualquier esquina.

Domingo, 20 de diciembre
QUÉ POCO ME VA QUEDANDO
 

Vuelvo al cine, ahora con nuevas medidas de seguridad: no se venden comidas ni bebidas (¡una sala de cine sin palomitas!), las entradas hay que comprarlas tecleando en la pantalla y pagarlas con tarjeta. ¿El resultado de tanta seguridad? Que si antes del cierre éramos ocho espectadores en la inmensa sala ahora seamos cuatro. Había más gente el domingo pasado en Las Pelayas, éramos media docena, que hoy viendo Nieva en Benidorm, y las iglesias, por vacías que estén, no corren el riesgo de desaparecer.

            En la sala de cine, en cuanto se apagan las luces, soy como un niño al que le cuentan un cuento. Dejo fuera mi espíritu hipercrítico y me dejo llevar. ¿Que el protagonista es un inglés que, poco antes de venir a España, no sabe nada de nuestro país y que al día siguiente de poner los pies en España ya habla perfectamente español? Pues qué bien, son cosas que ocurren en los cuentos. ¿Que un carnicero que quiere entrevistarse con el hermano de su socio desaparecido, en lugar de llamarle por teléfono y pedirle que se pase por la tienda, prefiere secuestrarle y encerrarle en una cámara frigorífica? Nada que objetar, son cosas de los cuentos. Isabel Coixet nos cuenta una historia de amor que no me resulta ajena. Yo soy ese inglés pasmado al que acaban de prejubilar y que ha de cambiar todas sus costumbres. Ganas me dan, mientras dura el cuento, de irme a Benidorm a ver si yo también encuentro a una Sarita Choudhury que me saque de mis demasiado confortables casillas.

            Salgo del cine con ese toque habitual de mágica irrealidad. Todavía recuerdo la primera vez que entré en un cine, el que había en la plaza del Mercado, en Aldeanueva del Camino. No recuerdo de qué iba la película, pero sí que aparecía en ella el mar y un barco. Cuando salí del cine, le di la vuelta al edificio para ver dónde estaban escondidos, que a mí no se me engañaba fácilmente. Debía yo de tener cinco o seis años. Todavía la televisión no había llegado a España.

            ¿Cuántos domingos de cine, en las salas de cine, me quedan? Me temo que se pueden contar con los dedos de una mano. En casa, hace tiempo que no veo películas. Duran demasiado, en seguida cambio de canal o abro un libro. Pero la mayoría de la gente, que hace tiempo que no las frecuenta, ni lo notará. Quedarán, como los teatros, solo en las grandes ciudades. “Qué poco me va quedando / de lo poco que tenía. / Todo se me va acabando / menos la melancolía”.

Lunes, 21 de diciembre
JUGAR CON FUEGO

Siempre he sido un buen lector de periódicos. Ahora lo soy cada vez menos. Hojeo, en papel, tres o cuatro todos los días, pero procuro taparme la nariz para no intoxicarme y me fijo sobre todo en la letra pequeña y en el final de los artículos, que es donde suele refugiarse la verdad. De las opiniones, sean o no de especialistas, huyo como de la peste. Datos, datos, que ya los interpretaré yo.

            Cada día me gustan menos los diarios de hoy, cada vez me gusta más la prensa de ayer, mi manera de viajar en el tiempo y ver con ojos más lúcidos el presente.

            Entretengo el café de la mañana con un número del semanario Crónica, el del 12 de abril de 1936. En la portada, la foto de una guapa señorita y el siguiente texto: “Una belleza española. Maruja Sanchiz, que obtuvo el segundo premio de Crónica el verano último en el concurso de la bañista más bella y que ha sido proclamada ahora ‘Mis Teatro 1936’ en Barcelona”. En la contraportada, dos fotografías, una de Alcalá Zamora y otra de Martínez Barrio. Sobre ellas, “El Presidente de la República, destituido por las Cortes”, y en la parte baja: “En este número, amplia información de esta emocionante jornada política que puede marcar nueva orientación al rumbo de la República”.

            Vamos pasando páginas y se tarda en llegar a esa “amplia información” de solo dos páginas, menos de las que se dedican a un concurso de mises o al proceso de las envenenadoras de Granja de Escarpe. Antes que sobre esa “emocionante jornada política,” nos enteramos de que se va a rodar una película sobre las novias de Luis Candelas, de la información teatral, de la historia de los dos almirantes ingleses que sucedieron a Nelson, de la ejecución en la silla eléctrica de Bruno Richard Hauptmann, el raptor y asesino del hijo de Lindbergh, de la respuesta que varios escritores –Wenceslao Fernández Flórez, Alejandro Casona, María Martínez Sierra y los hermanos Quintero-- dan a una encuesta acerca de “cuándo se empieza a ser viejo”. Por fin llegamos a la información política. Tras la constitución definitiva del Parlamento surgido de las elecciones de 1936, se nombra a Diego Martínez Barrio presidente de las Cortes. Estas son las palabras de su primer discurso: “Estamos ante la coyuntura favorable para el país de que grandes masas de opinión aparecen confiadas en que la República atenderá sus peticiones y abrirá el cauce legal que les permita realizar los designios históricos a que estas clases están llamadas. Frustrar esta esperanza sería un tremendo error”. El primer acto que realizan las nuevas Cortes, inmediatamente después de constituidas, es analizar si la disolución de las anteriores se ajusta o no a lo dispuesto en el artículo 81 de la Constitución. Un primera proposición socialista afirma que sí, pero al poco tiempo presentan otras en la que afirman que no fue legal la disolución y que hay que destituir a Alcalá Zamora. “La sorpresa que produce esta proposición en la Cámara no es para descrita”, escribe el cronista. Un diputado, Joan Ventosa, de la minoría catalana, suscita una cuestión de procedimiento, considera que para tramitar la proposición que acaba de presentarse es necesario crear una comisión especial: “¿Es que vamos a seguir menos trámites para destituir al más alto Poder de la República que para resolver sobre una carretera o un ferrocarril”.

            Se siguieron menos trámites. Intervinieron varios diputados y luego se pasó a la votación. Votaron los diputados del Frente Popular, la oposición se negó a hacerlo. Y por 238 votos a favor y 5 en contra (la cámara estaba formada por 417 diputados) se decidió que Alcalá Zamora dejara de ser presidente de la República. Cuando fueron a comunicárselo a su domicilio particular, se negó a recibir a la Mesa de la Cámara alegando que estaba descansando y ningún precepto constitucional le obligaba a hacerlo. Se conformaron con entregar el acta a su secretario en el Palacio Nacional.

            No sé si con este sainete comenzó a arder la mecha que muy pronto  iba a hacer saltar a la República por los aires, pero desde luego no contribuyó precisamente a afianzarla.

Martes, 22 de diciembre
CUANDO SE TIENE SED
 

Todos los días, antes de ir a la cama, abro el gran cuaderno de páginas en blanco que me regaló Ana Vega y anoto unas cuantas reflexiones.

            Cuando se tiene sed, el mejor regalo es un vaso de agua.

            Si no tienes tiempo para aburrirte, es que no aprovechas bien el tiempo.

            Hay muchas cosas que mejoran con el olvido.

            Hay cosas a la vista de todos que nadie ve.

            A veces lo innecesario es lo que más falta nos hace.

            Una buena persona nunca está segura de serlo.

            Quien nunca se equivoca mucho yerra.

            El amor, si se cura a tiempo, no deja secuelas.

            Qué engañosas son con frecuencia las evidencias.

            Siempre nos enamoramos de seres imaginarios.

            Si se trata de desvariar, al menos desvariar con gracia.

Miércoles, 23 de diciembre
UN BUEN CONSEJO
 

“Lo que me atrevo a aconsejarle es que lea poesía con parsimonia –le escribe Unamuno a Gabriel y Galán-- y en cambio lea libros de ciencia, de filosofía (esto sobre todo), de historia, etc. Mediano dramaturgo es el que apenas lee más que dramas”.

            Y pésimo especialista el que solo lee libros de su especialidad, añado yo. Y así nos va, asesorados los políticos por epidemiólogos que nos tratan como a ratas de laboratorio.

Jueves, 24 de diciembre
CUENTO DE NAVIDAD

El tren sale de Madrid, la tarde noche del 24 de diciembre de 1974, vacío o casi vacío. Un joven va solo en su departamento. Por toda cena, un bocadillo de pan reseco, lo único que ha encontrado en la estación. A mitad del viaje, el tren se detiene. “Lo que faltaba, una avería”. De pronto, reaparece el revisor. “¿Quiere venir conmigo? Estaremos parados poco tiempo, creo”. Le acompaña hasta la cabecera del tren. Allí saca una botella de champán, tres copas y una bandeja de dulces. “Brinde con nosotros, no es bueno pasar la Nochebuena solo”. Un paisaje nevado, el cielo muy claro y lleno de estrellas. El revisor le señaló unas huellas cerca de la vía. “Son de lobo”, dijo. Una estrella fugaz se deslizó sobre las montañas. “Es la estrella de los magos”, dije yo sonriente. Esa misma mañana, cuando ya no lo esperaba, había visto cómo se había abierto la puerta de la celda y oí mi nombre y la frase mágica: “¡Con todo!”

Viernes, 25 de diciembre
BENDITOS BARES
 

----¿Qué te ha parecido el discurso de rey, Martín?

----Bien, pero podía haber sido mejor. Mi informante de la Moncloa, ya sabes que yo tengo espías en todas partes, me ha contado que al cepillarlo allí, eliminaron un párrafo en que citaba a Machado. “¡Los versitos para los premios Princesa, que aquí no estamos para florituras!”, dicen que dijo la vicepresidenta. “¡Y si por lo menos citara a Luis, que es de la casa, y no a un republicanote!”. El párrafo de marras no estaba mal, y a Felipe parece que le gustaba, pero quien manda manda. Te lo leo: “En estos días que tantos sacrificios nos exigen a todos, me gustaría recordáramos, en especial a los más jóvenes, los versos de Antonio Machado: ‘el hoy es malo, pero el mañana es mío’. No vivimos, por causas ajenas a nuestra voluntad, en el mejor de los tiempos, pero de nosotros depende construir un futuro de cercanía y abrazos, de prosperidad y confianza, un mañana enteramente nuestro que ya –gracias al esfuerzo de todos-- está al alcance de la mano”.  Por lo menos le dejaron defender los cines y los bares y darles así un tirón de orejas a esos politicastros, como el que en Asturias padecemos, que es lo primero que cierran en cuanto se levantan con el pie cambiado. Podía haber añadido una cita de Vargas Llosa: “Europa es ante todo un café repleto de gentes y palabras, donde se escribe poesía, se filosofa y practica la civilizada tertulia, ese café que de Madrid a Viena, de San Petersburgo a París, de Berlín a Roma y de Praga a Lisboa es inseparable de las grandes empresas culturales, artísticas y políticas de Occidente, en cuyas mesas de madera y paredes tiznadas de humo nacieron todos los grandes sistemas filosóficos, los experimentos formales, las revoluciones ideológicas y estéticas”.


23 comentarios:

  1. La literatura fantástica ya no es fantástica. La realidad supera a la fantasía.
    Con la vacuna ¿quién te dice que no te meten un microchip, como hacen con algunos animales, para controlarte?
    "A brave new world", la novela de Aldoux Huxley, no es Galdós ni Baroja, ni Dickens ni Balzac...pero resulta ser dramáticamente profética.

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  2. ¿Y qué coño hace un microchip en el tejido adiposo, o muscular? Pues absolutamente nada. Si es realmente "micro", pasará por el riñón, lo mearás como si fuera un cálculo renal, o lo cagarás como una pepita de uva. Vaya problema.
    ¿Y si es en vena? Pues será filtrado como cuerpo extraño, y vuelta a lo mismo. ¿O te crees que va a germinar en tu organismo y te va a crecer un macro-chip en el esternón, o un saurio en el pecho, como el bicho de Alien? Un poco de micro-sentido-común, por favor.
    Además, ¿para qué coño iban a querer meter un chip, cuando la mayoría de la gente sois ya robots manipulables a distancia, sin gastar un duro en micromemeces?

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  3. Víctor, eso que dices es una tontería que solo sirve para que se aprovechen de esas bobadas para no tener en cuenta las observaciones razonables sobre ciertas medidas absurdas que se han tomado con el pretexto de la enfermedad.
    Tienes mucha razón, Prudencio, pero razonar es una costumbre que no suele tener la gente. Los único riesgo de la vacuna son los posibles efectos secundarios aún no comprobados. Pero como de momento hay mucha más gente que quiere vacunarse que vacunas disponibles pues quien quiera esperar a ver qué pasa no tiene ningún problema.

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  4. Hombre, ya se que es una tontería Prudencio José Luis...¿Crees que hay gente que no se la cree? Lo mismo que la superstición anti-vacuna.
    Trabajo les costó a Galileo, etc. convencer de la teoría heliocéntrica, se reían de ellos.

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  5. Yo robot.
    Prudencio, se prudente. No se incluya ud. en los no manipulables, así sin más.
    No me has entendido el comentario
    Un saludo

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  6. Ya he comentado mi temprana afición por Asimov. La fecha de publicación es 1950. Recomiendo su lectura encarecidamente.

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  7. No está mal, Yo Robot. Pero es mucho más ambiciosa la trilogía Fundación, Fundación e Imperio, etc. Esta es casi una epopeya en plan Ilíada o La Caída del Imperio Romano. Asimov en modo gran historiador (de ficción).

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  8. Yo lo leí casi todo. Pero no seamos ingenuos, en los años 70 Asimov vendía como churros. Era una firma. Sus libros de historia son planos, algunos de divulgación científica, también.
    Pero reconozcamos su literatura. De "Fundación", "Fundación e imperio" y "Segunda fundación", hay que decir que están muy bien. Yo no he vuelto a ellos por temor a encontrarme "Star Wars".
    Pero los relatos cortos son magníficos, más que suficiente.

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  9. Nada, como no podemos ir a tomar un café, lo tomamos aquí, con el beneplácito de JLGM.
    Hablando de lecturas juveniles yo recuerdo la colección "Tus libros" de Anaya, para mi eran un tesoro. No sólo por los clásicos "juveniles"; allí leí por primera vez "Otra vuelta de tuerca", que me marcó.
    También recuerdo "El misterio del cuarto amarillo", problema policíaco que introdujo Poe en "Los asesinatos de la calle Morgue". La solución que da Gustave Leroux es muy diferente.
    Canso de teclear, felices fiestas.

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  10. Hablando de la vacuna. Puede sentarte fatal. Yo no tengo nada contra las vacunas, pero me niego a ser conejillo de indias.
    No se sabe que reacciones alérgicas provocará.

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  11. Que no te preocupes por la vacuna, Víctor, que todavía no hay ni para los que la están deseando.
    Y si pasas por Oviedo, no dejes de llamarme para tomar un café. Ahora es posible.

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  12. Muchas gracias por su blog Mayor Thompson

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  13. Acabo de zamparme «Ciudades de autor: Lisboa de Ramón y Colombine» (domingo, 10 de julio de 2016). Qué maravilla de entrada, Martín. Me haré con ese libro ya, pero ya. Fascinante. Me encanta que me hablen de Ramón (uf, qué gran personaje literario y vital) y practicar el 'ramonismo' como ejercicio de estilo.
    De hecho, cada 3 de julio me propongo siempre escribir unas cuantas greguerías como homenaje, y ya llevo unas cuantas.

    A ver qué os parecen:


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  14. HOMENAJE (JULIO, 3)

    Rímel: sobredosis de ojo, al mirarlas.

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    También un reloj roto es una biografía del tiempo.

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    Las estrellas fugaces son los botones sueltos de la noche.

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    EL lince es a Doñana lo que el violín a la música.

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    No pocas veces, la oscuridad es la mejor embajadora de la luz.

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    Admirables, las hojas parpadean y hasta parece que los árboles nos miran.

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    Cuando escampa te das cuenta de que los colores tras la lluvia no provienen de la lluvia.

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    Cada 1 de noviembre cumplen años también las cunetas sin flores.

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    Por noviembre, acuden a las tumbas los colores inéditos como los pececillos a la superficie.

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    Hay gatos que parecen ensayar un paso de baile cuando andan.

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    El silencio como un arte marcial.

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    La ropa negra como notas musicales en un pentagrama de cordeles. El viento como un Wagner de las azoteas.

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    Los retrovisores son los espejos más crueles: a medida que avanzas, te muestran lo que has dejado atrás.

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    La miopía es una timidez del ojo.

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    La tarde, en su caída, tiene ojos de príncipe cosaco.

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    La tarde, en ciertas calles, luce su silueta decadente de escritor inglés del XIX.

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    Ver a la abuela echar el agua a los jazmines valía mucho más que un título en botánica.

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    Solo el poeta sabe que el olor de la selva se mete cada noche dentro de los ojos cerrados del jaguar.

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    En el bikini azul, glup, glup, glup, tres gotas de agua como un haiku del océano.

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    También te toco, al doblar tu ropa y meterla en el cajón.

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    Si tu belleza es un país remoto, tienes un consulado en cada vestido que está sobre la cama.

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    Patinar sobre hielo es como acariciarle su cicatriz al agua.

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    «Ojalá no exista el Cielo», piensan los peces.

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    En el íntimo jardín de los escaparates crecen las flores de la lencería.

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    Hasta ciertos gusanos tienen un futuro de seda.

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    Cuando se poda un naranjo se poda también la conciencia del azahar.

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    Moriré entre juguetes: no descarrila un tren sin raíles.

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    Florecimiento: silencio tenaz.

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    Verja. Mientras me miras, para tus ojos negros no hay alambrada.

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    Cómo escasea el agua en la palabra agua.

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    Lagrimal: a la mínima, pintor de lluvias.

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    Para quien sabe ver, lo minucioso es una lupa enorme.

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    Menos su nombre, todo en Vero era inverosímil.

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    Dichosa la que descifra la palabra tuya en el miau de un gato.

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    Morir joven es devolver la vida, con intereses.

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    Hay vestidos de novia que se aferran a la piel como la niebla a las catedrales.

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    La noche como un negro condenado a muerte por robar algodón de la luna.

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    Es posible que el bisabuelo estuviese como la regadera, sí, pero nos mostraba la lluvia del revés.

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    Tras lavar a mano tus braguitas sucias me chorrean los dedos como si te recordasen, al escurrir con ellas mi memoria.

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    Desnudarte es una antología.

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    El carmín es una fábrica de labios.

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    Amarse es desgajar la naranja entera.

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    Hasta sin nadie, el silencio es coral en cualquier biblioteca.

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    Tarde de playa. Las únicas olas que no mueren en la orilla son los albatros.

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    El silencio como una boca de riego que salpica las palabras de cualquier idioma.

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    Como cuando nos anudaba los cordones del calzado, los besos de mamá también nos ataban a la vida.

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    No es de extrañar, los lunes los paraguas parecen marionetas a las que se les ven los hilos de la lluvia.

    *

    Apariencia. Hay vasos que se ahogan en una boca de agua.

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    Ilusa eternidad la del poeta, que en eso se parece al espermatozoide.

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    Más tarde o más temprano, en cualquier paraíso, las manzanas crecen envenenadas.

    *

    Desde la primavera hasta el ramo nupcial, todo es mentira, todo es verdad.

    *

    Cuando desnudarse también es esconderse...

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  15. Una copa menstrual para Margaret Thatcher, otra para Isabel II de España.
    Otra para M.Cristina, otra para Isabelit a Perón, otra para Isabel de Inglaterra, no creo que queden más.
    Ah si.Otra para Violeta Chamorro, otra para María de Maeztu, otra para Imelda Marcos, otra para

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  16. "Una copa..." Qué vergüenza, ¿ no?

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  17. "Los ojos del jaguar"... "al doblar tu ropa"... Quitando lo de bragas sucias (me acordé de la Susana de Manolito Gafotas) me gustaron las greguerías de Alejandro Lérida. Debería poner más.

    Feliz año nuevo a todos. A los que sí están bien y a los (demasiados) que no están bien en absoluto.

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    1. Alejandro Lérida2 de enero de 2021, 12:51

      Ja, ja, ja. Gracias, Boni. Muy amable. Pero me da que no tengo muchas más, ¿eh? He salvado estos pocos goterones de la propulsión a chorros —cómo no, el género se presta a ello, por decirlo así—, y ahora tampoco sé muy bien por qué. Por jugar un poco, supongo. Pues eso. A seguir jugando. Hasta que el buenazo de Martín nos mande a jugar a otra parte, claro. Nuestro juego de pelota (en plural también vale, considero ahora), a veces, resulta desagradable como un pelotazo en su ventana. Gracias por la paciencia, profesor de energías, una vez más.

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    2. "Cuando escampa te das cuenta de que los colores tras la lluvia no provienen de la lluvia". Hay mucho fondo en esa frase. Insisto, no cierres el grifo.

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  18. Assumpta Zillerman1 de enero de 2021, 14:42

    Unknown, aunque igualmente podrías firmar Wellknown: cuando has oído decir estos días "Nos tomamos unas copas", la cosa no iba en el sentido que tú apuntas. Puedes estar seguro.

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  19. Me meto contra un feminismo de salón.
    Como las abortistas, que razonan "mi cuerpo es mio". Como si fuesen esclavas.
    Lo que son es personas.

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  20. Mire Víctor, no creo yo que haya un feminismo de salón, otro de alcoba, otro de cuarto de baño y otro de calle abierta. Tampoco existen como tales "las abortistas" como mujeres que promuevan el aborto. El aborto no le agrada a nadie. Se le ve a usted desorientado. El aborto voluntario es una medida extrema para un imprevisto extremo. Lo que pretenden las feministas es DESPENALIZAR el aborto voluntario. O sea, no tener que ir a la cárcel por abortar a su libre elección. Fíjese: las feministas no pretenden imponer un aborto obligatorio; los obispos y demás gente que se cree con derecho a dictaminar sobre el cuerpo de las mujeres, SÍ QUE QUIEREN IMPONER un no-aborto obligatorio a las que no desean continuar con su embarazo. Y en ese sentido, SÍ, tratan a las mujeres como su propiedad o sus esclavas ¿No percibe usted diferencias de actitud? Si una mujer que tiene ya 4 o 5 hijos quiere seguir adelante y tener un séptimo, las abortistas no se lo van impedir (aunque pudieran existir razones poblacionales). Pero si la mujer pro-despenalización desea interrumpir su embarazo, ahí estará el Ku-Klux-Klan católico amenazando clínicas y mujeres.
    Y sin embargo es muy sencillo: el aborto no es obligatorio. Si lo rechazas moralmente, no lo practiques, y punto. Pero no me impongas TU moral, que es tuya, no universal.

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