Sábado, 26 de diciembre
LA NARIZ DE CLEOPATRA
Un elogio a
destiempo puede cambiar el rumbo de la historia. En 1931, recién estrenada la
República, Indalecio Prieto ofrece un almuerzo al resto de los componentes del
gobierno provisional en el palacio de la Zarzuela. ¿El motivo? Que conozcan los
terrenos en que se va a construir el nuevo hipódromo y comprueben que no
perjudicará al arbolado y la mutilación del parque natural sería insignificante.
Un día espléndido, la mesa para el almuerzo se dispuso fuera del palacio, a la
sombra de un inmenso cedro secular. Presidían la reunión Niceto Alcalá Zamora y
Alejandro Lerroux. A los postres, se habló de las recién elegidas Cortes
Constituyentes, que comenzarían a reunirse en breve. Se pasó revista a los
mejores oradores del anterior momento revolucionario y de la restauración
borbónica. Se aventuró el nombre de quienes podrían brillar en las nuevas
cortes. Varios coincidieron en Alcalá Zamora, que sonrió satisfecho. Lerroux,
sin desdeñar al presidente del gobierno provisional ni mucho menos, como se
apresuró a indicar, mencionó a Melquiades Álvarez. Y entonces ocurrió el hecho
de apariencia insignificante que cambiaría la historia de España. Prieto tomó
la palabra: “Quedan pocos oradores parlamentarios. Yo no conozco más que uno
que merezca el título de gran orador”. Hizo una pausa y todos quedaron
expectantes. “A la muda y breve interrogación general –cedo la palabra a uno de
los protagonistas-- contestó avanzando el dorso sobre la mesa, extendiendo el
macizo brazo izquierdo, señalándome con el índice de su mano episcopal que por
la postura en que se hallaba se retorció como un tirabuzón y, sin mirarme,
dijo: Don Alejandro”.
Cuando, pocos meses después, Alcalá
Zamora, ya presidente de la República, tuvo que formar gobierno, desdeñó al
candidato natural, Alejandro Lerroux, que llevaba más de treinta años al
servicio de las ideas republicanas y cuyo Partido Radical era la minoría
mayoritaria en las Cortes y se inclinó por un republicano de ayer mismo, Manuel
Azaña, y cuyo partido era de los que tenían menor representación. Alcalá Zamora
no había sido capaz de olvidar aquel almuerzo en la Zarzuela y no quería dar alas
al único político que podía hacerle sombra.
¿Fracasó la república por los celos
que Alcalá Zamora tenía de Lerroux? Eso es lo que este pensaba y así lo cuenta
en La pequeña historia, su libro de memorias escrito en Portugal
cuando habían pasado poco más de cinco años de los anteriores acontecimientos y
parecía que habían pasado cinco siglos.
Domingo, 27 de diciembre
EL PRECIO DEL DESEO
Una cita apócrifa
de Santa Teresa, la que Truman Capone pone al frente de su novela Plegarias atendidas, y uno de los cuentos de terror más
impactantes que yo haya leído nunca, “La pata de mono”, están detrás de la
historia que nos cuenta Wonder
Woman 1984, una de esas películas
nacidas para arrasar las taquillas y que yo veo en una sala desoladoramente vacía.
“Se derraman más lágrimas por
plegarias atendidas que por la no atendidas”, la cita de Capote, es una
variante de un dictum clásico: “Cuando los dioses quieren perder
a un hombre, le conceden todos sus deseos”.
“La pata de mono”, el cuento de W.W.
Jacobs, lo leí por primera vez en la Antología
de la literatura fantástica de
Borges. Todavía vuelve de vez en cuando a mis pesadillas.
Y me ha dejado secuelas: cuando algo me sale bien, demasiado bien, siempre me aterra pensar en el precio que me veré obligado a pagar por ello.
Lunes, 28 de diciembre
ESO ME BASTA
Soy de los que se conforman con poco. Para ser feliz me basta con tener un gran amor imposible y algún que otro pequeño amor posible.
Martes, 29 de diciembre
NO SIEMPRE
No siempre tengo razón, por supuesto. Solo casi siempre.
Miércoles, 30 de diciembre
A PENSAR Y A VIVIR
“Escribes
demasiado”, me repiten a menudo los amigos que tienen la buena costumbre de no
leerme.
“¿Demasiado? Una hora al día. Ahora, eso sí, todos los días y dedicando las veintitrés horas restantes a pensar y vivir lo que escribo.
Jueves, 31 de diciembre
HE SIDO FELIZ
Me entretengo,
antes de ir a la cama, en hacer recuento del año que acaba. Para el mundo en
general, no hace falta repetirlo, ha sido nefasto, pero ¿y para a mí en
particular? La verdad es que he salido bastante bien parado, casi tanto como el
gobierno central, al que parece que le tocó la lotería con la pandemia. Apenas
he salido del país –antes, anduve por Praga y Viena; durante el verano, por
Burdeos, Biarritz, Bayona--, pero apenas he parado en casa. Soy un hombre de
buen conformar: si no puedo viajar en avión, pues lo hago a pie y así he
descubierto cercanos paraísos. He añadido nuevos rincones a mi biblioteca: la
ermita de Santa Ana de Abuli, por ejemplo, en cuyo muro me sentaba al sol de
otoño con un libro de poesía en las manos y las lejanas cumbres y el perfil de
Oviedo al fondo. Soy un hombre tan de costumbres que, si me quitan mis
costumbres, a los dos días ya tengo otras que me gustan tanto como las primeras.
He cuidado, como siempre, de mi salud: no he pasado el día lavándome las manos,
no me he encerrado en casa, he caminado mucho, no he escuchado las noticias de
la televisión, no he interrumpido ni una sola semana la tertulia de los viernes
–presencial cuando era posible, virtual cuando no--, no he dejado de pasar un
solo día por mi despacho del Milán ni interrumpido otras actividades –que no
voy a enumerar aquí—imprescindibles para el equilibro físico y mental. He
tenido suerte, ya lo sé: mis ingresos –como los de los ministros y los
funcionarios que nos teledesatienden-- han seguido llegando con puntualidad y
no se han visto mermados por la situación. Podía haber sido tan feliz como de
costumbre, y todos los días he sido durante algún rato, a veces durante un buen
rato, feliz. También muy desdichado. Ha habido noches en las que no podía
dormir de indignación y rabia. No era capaz de comprender que se permitiera a
los perros salir a dar una vuelta y no a los niños, aunque fueran solos y de la
mano de un progenitor. Luché por acabar con ese estúpido, dañino, presuntamente
delictivo encierro, compartí peticiones al gobierno y nada me dolió más que
algunas queridas amigas –ganas me dan de escribir sus nombres para eterna
vergüenza-- se negaran a firmar esas
peticiones porque los niños “contagiaban cinco veces más que los adultos”.
¿También se creía tal bulo el ministro de Sanidad, que ahora parece que se
marcha a Cataluña despidiéndose con un “ahí queda eso”? Mi confianza en la
racionalidad del ser humano cayó entonces por los suelos y me espantó el nivel
de aturdida crueldad a la que pueden llegar las buenas personas. A los niños,
finalmente los liberaron de su encierro (previo el sainete, que habría causado
la rechifla y la dimisión de cualquier gobierno en un país serio, de dejarlos
salir solo al supermercado), pero el maltrato institucional de los ancianos ahí
sigue. Y la desatención a los enfermos.
A veces me avergüenzo de ser tan
egoísta. A pesar de tanto dolor, debido menos a una catástrofe natural –aunque
también, por supuesto-- que a decisiones tomadas por irresponsables con nombre
y apellidos, a pesar de ello ha habido momentos –y no escasos-- en que he sido
feliz. Sé lo que me espera, pero el tiempo inhóspito de la decrepitud aún no ha
llamado a la puerta, aunque puede hacerlo de un momento a otro: siento su
aliento cada vez más cerca.
Solo una cosa le pido al nuevo año: que para todo el mundo, no solo para mí, sea tan benévolo como el que acaba de pasar.
Viernes, 1 de enero
ENCANTADO DE CONOCERME
Mis amigos, más de los que merezco, y mis enemigos, ganados
a pulso, coinciden en que soy una de esas personas encantadas de haberse
conocido. No seré yo quien les lleve la contraria.
Al nacer,
reparten cartas para que juguemos la partida de la vida. No podemos cambiar las
que nos tocan, no nos queda más remedio que jugar con ellas. Las que me tocaron
a mí quizá no fueron de las mejores, pero podían haber sido peores-,En lugar de
quejarme, como tantos otros, he procurado sacarles siempre el mayor partido posible.
No seré el
hombre más inteligente del mundo, como dicen que estoy continuamente dando a
entender, pero siempre me he esforzado por mantener ágil, bien lustrada,
ejercitada de continuo, la poca o mucha inteligencia que me ha tocado en
suerte.
No seré el
mejor economista del mundo, pero desde que empecé a trabajar a los veintiún
años nunca he necesitado un préstamo y he llegado a los setenta sin dejar de
trabajar un solo día, sin despilfarrar un euro, sin un euro ahorrado y sin más
propiedades que el pequeño piso en que vivo.
No seré el
escritor más exitoso del mundo, pero siempre he podido escribir a mi aire,
llamar al pan pan y al barbón barbón, publicar todo lo que escribo, no
rebajarme a premios, no callar por miedo, no mendigar alabanzas.
En fin, que
amigos y enemigos tienen razón: estoy encantado de haberme conocido y creo que
he jugado de la mejor manera las cartas que me tocaron en suerte.
Y todavía
disfruto como un niño con el regalo que me encuentro, al despertar, cada primero
de enero: nada menos que un año nuevecito y por estrenar.
Siempre optimista, espero lo mejor del 2021, pero por si acaso me preparo para lo peor, que sé de sobra en qué manos estamos.
Entre las cosas buenas de 2020 están las visitas a este sitio (y a Crisis de Papel). Gracias.
ResponderEliminarEstupendo blog.. Gracias. Mayor Thompson
ResponderEliminarDe lo alto de un estante
ResponderEliminarMarguerite se tiró
sobre el mantel de brocado
y a cenar se convidó.
Al cenar de Yourcenar
Víctor Botas se sumaba,
con las suyas por delante
cayó sobre la ensalada.
Tentando con el bastón
llegó un ciego de prestigio
lamentando aquel retraso,
no haber llegado al principio.
Dando cuenta del cordero
se abatía don Andrés,
sin que ningún comensal
le diera su parabién.
Iban ya por el café
y llamaron a la puerta,
era mosén Almuzara
con una tarta de almendra.
Tan, tan, tan, tan, tan, tan tan,
tan, tan, tan, tan, tan, tocaban,
como doce linotipos
que en el alma se estamparan.
Con las doce campanadas
se esfumaba aquel prodigio:
regresaron a su estante
a esperar otro solsticio.
No te equivoques, compañero, están en el partido en que tu milita. Como en la película de Don Siegel, "La invasión de los ladrones de cuerpos".
ResponderEliminarHabrá que empezar a abrir tanta vaina pringosa
Yo no juzgo a las personas por el partido en que militan, sino por su actuación.
Eliminar"La pata de mono", vale. Sin embargo me impactó mucho más "El elixir del diablo", de E.T.A. Hoffmann, que no la incluye Borges porque es un poquito más larga.
ResponderEliminarDe aquella todo el mundo leía "El lobo estepario". Bueno, no está mal, pero yo también leí "Narciso y Goldmundo", desde luego una puerta abierta de par en par.
De "La pata del mono*, y con el título de "La Zarpa" hizo Ibáñez Serrador una magnífica adaptación dentro de aquella impagable serie "Historias para no dormir". Naturalmente, dormirás para el olvido en los archivos televisivos ante la furiosa acometida de tantos programas actuales de inmensa calidad. En algunas circunstancias se pude invocar el manido "cualquier tiempo pasado fue mejor".
EliminarSi, Luis, recuerdo aquella serie con gran nostalgia. El reducido presupuesto de los decorados y la precipitacion de los rodajes se paliaba con la gozosa interpretación de extraordinarios actores, que nos sumergían durante tres cuartos de hora en las simas de las tinieblas. Cómo olvidar a Lola Herrera, Paloma Valdés, Julio Nuñez, Paco Morán, Caffarel, etc etc. Cada semana un episodio, agridulce el sabor del miedo para los cerebros juveniles de entonces, tal vez ñoños, pero capaces de soñar sin necesidad de grandes aventuras.
EliminarMe refiero a Hermann Hesse, claro.
ResponderEliminarBlas de las calzas verdes:
ResponderEliminar"hasta que llegó Piquero
Y pies para que os quiero"
A pasarlo bien...dentro de lo que cabe. Ya nos veremos
Luis, calla, calla. Eso de "impagable serie" lo de Ibáñez Serrador. A ver si resucita y no dormimos otros 20 años.
ResponderEliminarLa nueva normalidad y como volverse un cabron.
ResponderEliminarDesde el inicio de la pandemia todos los trámites se han dificultado.
Una simple gestión bancaria, que antes solucionaba con una llamada; pues ahora, no, tiene que venir por la oficina (coño, se trata de no ir), pedir cita previa anteriormente, etc.
Un papelito que tienes que meter en el registro. Cita previa.
Que estas mal, necesitas ir al médico de cabecera. Bueno, ya le llamará.
Tenía razón "unabomber". Es peor que el vuelva Ud. mañana
Luis, sobre "Historias para no dormir", yo aún recuerdo la versión de "El caso Valdemar", de Poe. El final es cojonudo(yo ya había leído el cuento, no es de mis favoritos), aparecía una calavera de plástico devorada por angulas.
ResponderEliminarNo se a cuánto estaría el kg. de angula por entonces. Pero te partes de risa.
Dirigió "Quién puede matar a un niño". Infumable. A parte de "Un, dos, tres, responda otra vez". Otros buenos programas de tve.
Pero recuerda, de aquella Antonio Mercero había dirigido "La cabina", con J. L. López Vazquez.
Esa sí me inquietó.
O sea, no era lo mismo dejar las adaptaciones de Juan José Plans en manos de Narciso Ibáñez Serrador ("Quien puede matar a un niño") que de Mercero y José Luis Garci. (La cabina).
ResponderEliminarPor cierto , JJ Plans, a pesar, o por, sus irregularidades, es uno de los grandes escritores de literatura fantástica de los últimos años.
Ojo con Antonio Mercero, que no os sueñe sólo a "verano azul".
ResponderEliminarA principios de los años 70, Luis Carrero Blanco encarga al Dtor. de TVE (un tal Adolfo Suarez) la realización de una serie donde se plasme el buen funcionamiento del régimen: alcalde, maestro, cartero, médico, etc.
El proyecto acabó en manos de Antonio Mercero, que rodó, como en el mejor neorrealismo, ni más ni menos que "Crónicas de un pueblo".
"Yo no juzgo a las personas por el partido en que militan, sino por su actuación." Frase redonda.
ResponderEliminarSólo que elegir dónde se milita, y continuar militando, es toda una actuación, y no de las menores, señor Martín.
Pues yo sigo prefiriendo juzgar a las personas por su actuación y no por si tienen carnet de este o aquel partido político o si no tienen ninguno.
ResponderEliminarMartín, ni se engañe ni nos engañe, sus preferencias políticas están claras y las expresa sin el menor rubor. Yo creo que la categoría intelectual la confiere la objetividad, renunciando a banderías que, además, en este patético momento solo seducen a los pobres de espíritu. La izquierda de hoy es tan irresponsable, falsa y demagógica como la derecha. Y si los socialistas no viajan más no salen a cenar más a menudo y no se encaprichan tanto es, simplemente, porque su poder adquisitivo no se lo permite. Así que dejémonos de clasificaciones de los más corruptos y los más íntegros. Unos pecaron mucho y los otros no pudieron ni supieron.
EliminarNi engaño ni me engaño, Julio Touza, al menos intento no hacerlo. Soy una persona de izquierdas, pero en la coyuntura actual la izquierda española me ha defraudado. De haber elecciones hoy, me abstendría por primera vez en mi vida. Me parece que de lo que no se me puede acusar es de no hablar claro.
EliminarJosé Luis, no quiero presumir de listo, pero desde hace muchos años voto en blanco, como hacen civilizadamente los ciudadanos centroeuropeos cuando consideran que sus políticos solo merecen un bofetón. Aquí, al final, el dilema Se resuelve votando al Betis o al Sevilla como algo inevitable.
EliminarDe leerle a usted, Martin, algo tan irresponsable, la ministra Yolanda Díaz le retiraría la palabra. Un desbarre suyo de tantos, quiero pensar.
EliminarConviene, J. Estévez, referirse claramente a qué se refiere ese "algo". Yo he dicho muchas cosas.Y los comentarios se entrecruzan unos a otros. Conviene repetir aquello que se rebate para que nos aclaremos.
Eliminar¿Quién ha repetido muchas veces por aquí que los niños tienen poco que ver en la propagación de la epidemia del covid?
ResponderEliminar"Covid-19: les experts britanniques pointent le rôle inquiétant des enfants et des écoles dans la circulation du virus
Les scientifiques s'appuient sur l'observation des effets de la fermeture des écoles lors des vacances scolaires en Angleterre fin octobre.
La fermeture des écoles lors des vacances scolaires en Angleterre fin octobre a induit une baisse des contaminations dans les classes d'âge les plus jeunes, et une reprise à la hausse après le retour en classe.
D'après le dernier rapport du groupe d'experts scientifiques qui conseille le gouvernement britannique, l'ouverture des écoles et des collèges joue un rôle non négligeable sur l'accélération de l'épidémie dans le pays. Face à la flambée épidémique, le premier ministre Boris Johnson a d'ailleurs pris la décision lundi soir de reconfiner toute l'Angleterre, écoles incluses."
https://www.lefigaro.fr/sciences/les-experts-britanniques-pointent-le-role-inquietant-des-enfants-et-des-ecoles-dans-la-circulation-du-virus-20210105
En las escuelas no solo hay niños, "Baltasar". Están los profesores y los padres que los llevan y los traen. Sigue sin estar demostrado que los niños contagien o se contagien más que los adultos y nadie ha pedido disculpa por encerrarlos en España durante meses sin dejarles ni asomar la nariz al aire libre. Esa es la brutalidad que yo critiqué y que no se puede desmontar con una cita de las que hay miles en un sentido y en el otro.
ResponderEliminarEn cuanto a la interminable pesadilla del bicho vaticino que después de superar allá por marzo esta tercera ola, llegará una cuarta tras el disfrute desenfrenado de la Semana Santa y hasta una quinta después del verano. Lógico, hay que divertirse, para eso hemos venido a este mundo.
EliminarQué cosas, Julio Touza. Lo suyo es que, para evitar las olas, a partir de ahora el mundo entero haga penitencia. Divertirse es el gran pecado para los que tienen muy clavadita en el fondo de la conciencia la mentalidad penitencial cristiana. Esta vida es un valle de lágrimas y, por si lo habíamos olvidado, ahí está la Covid para recordárnoslo. Y lo terrible es que nuestros políticos son tan clarividentes como don Julio. Aviados estamos.
EliminarSeñor Garcia Martin, ardemos de impaciencia a la espera de una colaboración suya en esta Revista, que arroje luz sobre la problemática candente de una pandemia que nos aflige a todos.
ResponderEliminarSuyo atto, afmo y s.s., q.e.s.m.
Sir Zenon Waltheim Suárez, Intendente General de "The Hard Lancette" para la Península Ibérica y Norte de África.
Vaya con don Julio Touza:
ResponderEliminar"sus preferencias políticas están claras y las expresa sin el menor rubor". Por lo visto habría que tener algún rubor al expresar que uno tiene unos ideales, por ejemplo de justicia distributiva, frente a la ley de la selva del neoliberalismo depredador.
Y sigue: "Yo creo que la categoría intelectual la confiere la objetividad". Confunde Touza la objetividad, que se refiere a los hechos reales y al modo de describirlos honestamente, con la toma de partido y la moralidad, que no tiene nada que ver con los hechos y sí con los VALORES, o sea, con la clase de mundo y de sociedad que se desea.
Touza recuerda peligrosamente aquella postura de Franco: "haga como yo, no se meta en política". Y estaba metido hasta las cejas nada menos que en el fascismo y en el genocidio clasista.
A mi lo que más me molesta de Barbón es que, como no da la talla, va de duro.
ResponderEliminar"No me temblará la mano", "se tomarán medidas drásticas si es necesario"...
¿No puede cambiar el discurso? Ya sabemos que no es un"lider", hasta la alcaldía de Laviana le quedaba grande.
El otro día dice en la prensa que había salido a comprar unos libros en víspera de Navidad. Que había observado mucha gente en la calle...
La respuesta del alcalde de Oviedo lo puso en su sitio. Si Barbón sale a la calle, los demás también.
Además, si piensas la afirmación "a comprar unos libros", te das cuenta de la idiotez. Los libros, que falta le harán, es de lo más fácil de comprar "on-line", en Amazon, en la editorial y en Cervantes, etc.
ResponderEliminarO sea, lo normal es que salgas a comprar unas manzanas, el pan, tomar un café...
Dios nos coja confesados.
Lo que yo pienso de ese señor que nos malgobierna está muy claro, Víctor. Creo que coincidimos. No le gusta que haya gente en la calle, aunque lleve mascarilla y etc., etc. Parece que para él las medidas de seguridad no sirven para nada. Todo lo arregla con cerrar locales y encerrar a la gente. Y lo peor es que muchos le aplauden.
ResponderEliminarDa la impresión que la política regional no interesa a nadie, al menos en Asturias.
ResponderEliminarEste hombre no le llega a la suela de los zapatos a Pedro de Silva, Rguez. Vigil, Sergio Marqués, Tini Areces o Javier Fernández, por no hablar del cabron de Cascos.
El anterior alcalde de Pola de Lena, el socialista Hugo Morán se fue a ocupar un alto cargo en Madrid.
Esto no se si es bueno o malo. Bueno parece que no pues tienen competencias y nos chulean la pasta.
Admiro la flema y el comedimimiento de algunos asiduos y transeúntes de este blog cuando tienen (¿tienen?) que aguantar los efectos de la abrasadora inteligencia de García Martín, a la manera de quienes se chamuscan la epidermis por asumir el riesgo de exponerse, más o menos desnudos, más o menos camuflados, a la proximidad del Astro Rey. Pero ya se sabe que sarna por gusto no pica; ustedes mismos sufridores.
ResponderEliminarDecía que ante los malos modos y el descortés trato que acostumbra a dar a sus contradictores (tantas veces en posesión de razones mucho más solventes que las suyas) resulta hasta cierto punto inexplicable tanta contemporización.
Estamos entrando en la "tercera ola" de la pandemia, parece un hecho. Acabo de ver en televisión la masiva insensatez ciudadana de estos días... En Valencia, Barcelona y estoy seguro de que en muchas localidades más, multitudes hacinadas de adultos y niños presenciaban devaluadas cabalgatas de Reyes, bastantes de ellos sin mascarilla visible. Y eso no había Barbones ni Chimopuches que lo resistieran: cualquiera contrariaba a la plebe si se trataba de cabalgatas o papanoeles. Y los padres tan poco cautos ellos en la protección de la salud de sus pequeños... Estamos en España, qué remedio.
Martín dirá que peor sería mantener a los peques encerrados en el domicilio por un tiempo. Veremos.
Al señor Garcia Martín le falla algo sumamente importante a tener en cuenta antes de atreverse a pontificar sobre lo divino y lo humano: el conocimiento adecuado de la sociedad en la que parece que vive, sus usos y costumbre, su mentalidad y cultura.
En todo caso, debiera ejercitar más la educación y evitar los malos modos.
No estoy yo muy seguro de esas "multitudes" (¿las vio o se lo contaron?) contemplando las cabalgatas de Reyes. En todo caso, si han existido, será por dejadez de las autoridades correspondientes, no por culpa mía. Y esa dejadez no justifica su esfuerzo en encerrar a los niños durante los meses que siguieron a marzo. Dos reproches que hacerles, si el verdad lo que J. R. C. afirma.
ResponderEliminarhttps://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://www.elespanol.com/espana/comunidad-valenciana/20210105/cabalgata-reyes-valencia-congrega-multitud-muertos-comunidad/523698261_0.amp.html&ved=2ahUKEwj31K6vpIruAhVKUhoKHT57ACoQFjAEegQIChAC&usg=AOvVaw1LlCLQJ2ICkkoowxLb60e5&cf=1
ResponderEliminarYa he podido ver la polémica valenciana. Lo que se me ocurre es algo muy racional: se critica que hubiera cabalgata "en el día del mayor número de muertos", como si pudiera haber alguna relación entre una cosa y otra (está claro que esos muertos no se contagiaron en la cabalgata, sino días antes y probablemente muchos en una visita hospitalaria o en una residencia de ancianos) Por otra parte, he visto una foto y la gente llevaba mascarilla y en espacios abiertos, y si no se interactúa y se mantiene la distancia, no hay ningún riesgo de contagio. Ninguno (al menos en la literatura científica no hay ningún caso de alguien que se contagiara por cruzarse en la calle con otra persona sin detenerse a hablar con ella). Alarma infundada, interesada, desinformada, la suya y la de los politicos que aprovechan cualquier situación para lanzarse los muertos a la cara. Hay que tomar las medidas de seguridad necesarias(y si no se cumplen, para eso están las fuerzas del orden) y permitir que se lleven a cabo todas las actividades necesarias para la salud física y mental: ir a la ópera o a un concierto, comprar, pasear por la calle. Vivir, en suma, no malvivir (cosa, por cierto, que disminuye las defensas y aumenta el riesgo de enfermar).
ResponderEliminarMe da que algunos por aquí (no lo digo por hoy) confunden, como suele hacer la dicharachera hinchada en el fútbol, lo que pasa en las gradas (esas delirantes trincheras políticas, ay) con lo que sucede en el campo, es decir, en la realidad de la calle (por experiencia propia y por supuesto). Por otra parte, no se trata tanto de rendirle pleitesía a nadie como de darle la razón, sensatamente, cuando la tiene. Y yo a Martín se la doy, si no siempre, habitualmente. Pues eso. Será así porque llego normalmente a las mismas conclusiones que él, ¿verdad? Más que comparsista, soy aliado. Solo me interesa una cosa: detectar la mucha o poca calidad y el buen o mal juego del razonamiento de turno, más allá de la dicharachería política y la chaladura ideológica, con mayor o menor fortuna, claro. En resumen y para no complicar más las cosas: para mí, que en esto de la pandemia pienso como él, su actitud desde el principio me ha parecido, más que una plegaria o un rezo, una verdadera bendición. Y es justo, creo, agradecerle esto. Gracias.
ResponderEliminarA J.R.C.
ResponderEliminarParece ud. atribuir a JLGM poderes especiales: abrumadora inteligencia, Astro Rey...y suponer que los comentaristas que entramos en su blog debemos siempre indignarnos por sus opiniones. Pues tenemos otras cosas que hacer.
Con JLGM o con Pepito los palotes se podrá discrepar o estar de acuerdo, pero lo de llevar la contraria sistemáticamente ya hagaselo ver.
Dice que pontifica sobre lo divino y humano, que desconoce la sociedad en que vive...¿Tan en serio se lo toma Ud?
Desde luego culparle de la "tercera ola", de la cabalgata de Valencia y del raiv de Cornellá, me parece excesivo.
Yo lo tengo por más, como decir, normal y común
El razonamiento de JRC es tan espeluznante como sus premisas. La premisa es: somos un país de díscolos irresponsables, de indóciles insolidarios.
ResponderEliminarLa consecuencia: hay que cumplir sin rechistar todo lo que la autoridad ordene, pues solo con órdenes sobreabundantes y excesivas la población es capaz de someterse en el grado necesario. Insisto, todo lo que ordene la autoridad por absurdo que sea, por mucho que la misma autoridad se contradiga de un día para el siguiente, y que una determinada autoridad discrepe de las otras.
Este es un caso de Vivan Las Cadenas realmente patológico. Para empezar, JRC se confunde en la premisa, y es mal observador si no ha captado el pánico que se ha causado a un sector enorme de la población. Y para seguir, no está nada claro que los ciudadanos vayan a hacer más caso a las órdenes cuanto más estrictas y limitadoras sean. Estarán más inclinados a obedecer si comprenden la racionalidad de lo ordenado, mientras que en cuanto capten el absurdo de ciertos mandatos muchos dirán "que le haga caso su padre", y actuarán a su buen entender o recabarán información de fuentes independientes y menos desquiciadas.
Átese JRC con las cadenas que quiera, pero por favor deje en paz a los adultos.
Pues vaya por Dios, tanto leal furor subalterno le admira a uno, no acostumbrado a ver semejante incondicionalidad. Cosa que le debiera enorgullecer, señor García Martín, fuera de consideraciones más sutiles.
ResponderEliminarSigan con lo suyo, por favor.
Parece, amigo Martin, que hay gente que te tiene por un dios o por un demonio.
ResponderEliminarBueno. Cuando cité a Hugo Morán es porque era el más adecuado candidato a suceder a Javier Fernandez. De hecho ya había sido consejero, creo. No le interesó, se fue a Madrid.
De esto nada sabe JRC. Pues no discrepo yo nada contigo, el feminismo, la política, etc.
Cambiando un poquito de tema, pero sólo un poquito. Ya verás, JRC, que aquí hay discrepancias.
ResponderEliminarTodos hemos alucinado con el asalto al Capitolio de los fanáticos de Trump.
Pero es que el Pte. de USA, si aún lo es y no lo discapacitan, ha estado envenenando el ambiente político norteamericano, de teorías conspiratorias.
El covid19, lo llamaba el virus chino.
Se ha creado toda una teoría de la conspiración, el Q-non, donde una especie de Fu Manchu quiere acabar con la democracia, los EEUU, y ponernos a todos un bozal.
Ahí va
Es usted un buen tipo, Víctor. A veces hasta me divierte.
ResponderEliminarBueno, entonces le pediré a ud.prestados 1000 euros.
ResponderEliminarYa le daré la cuenta en próximas comunicaciones.
Un saludo
Echando un vistazo a las entradas del blog, aparece una de Sir Zenon W. S.
ResponderEliminarSe presenta como "intendente" de "The hard lancette", para la Peninsula Iberica y el norte de Africa. Invita a JLGM a colaborar en su publicación.
¿Conoce Ud, Sir, el significado de la palabra intendente?
Nada menos que la península ibérica y el norte de Africa.
Pues más claro, sir ud es idiota.