TIEMPO DE SILENCIO
Aunque parezco un tipo anodino y vulgar, en realidad soy
bastante extraño (como todos los tipos anodinos y vulgares, por otra parte).
Una de mis manías, ya desde la adolescencia, es hacer listas. Listas de todo.
Tengo
guardadas en el trastero docenas y docenas de libretas. Una de ellas se titula
“Gente a la que no le caigo bien”. Resulta bastante nutrida, y eso que he
dejado de anotar las enemistades literarias. Comento libros desde hace cuarenta
años. Habré reseñado unos dos mil, calculando por lo bajo. Descontando los
clásicos (Dante no se va a enfadar porque diga que nunca fui capaz de llegar al
cielo de su Divina comedia), quedan
por lo menos mil poetas y poetillas a los que alguna vez he tratado o
maltratado (en mi caso, viene a ser lo mismo). Y luego están aquellos de los
que no me he ocupado nunca, como Karmelo C. Iribarren, que ven en ello la peor
de las ofensas.
No me
preocupa demasiado. Lo único que se puede temer de ellos es que no te citen, no
te antologuen o no te inviten a este o aquel congreso, algo que no hace ni un
rasguño en la piel de elefante de mi vanidad.
Enemigos
verdaderos creo no tener demasiados: nunca he estado casado, nunca he litigado
por una herencia, nunca he ocupado cargos ni he estado en situación de hacer
favores.
También
preparo listas de las personas con las que puedo hablar de un tema y no de
otro, un poco como Aleixandre, que con José Luis Cano hablaba de sus
imaginarias novias y con Vicente Molina Foix de sus no menos fantaseados
novios.
La lista
más breve –solo consta de tres nombres– es la de aquellos con los que puedo
poner en solfa el sagrado dogma de la Inmaculada Concepción de la Patria.
Qué
sorpresas me he llevado. Hablo con un amigo, veterano militante del PC, de lo
injusto que me parece que se mantenga en prisión preventiva a los políticos
catalanes y él me suelta un “¡deberían haberlos fusilado!”. Sale en la
conversación con otro, concejal de Izquierda Unida, el nombre de Puigdemont y
él, espontáneamente, lo primero que dice es “¡ese payaso!”. Y si en la tertulia
trato de pontificar un poco –mi deporte favorito– sobre el tema, en seguida un
espontáneo de otra mesa interviene para defender la Sacrosanta Unidad de la
Patria. ¡Venciste, José Antonio!
Llevo
tiempo tratando de encontrar alguien más con quien poder hablar libremente
(pero en voz baja para no se ofendan los de la mesa de al lado) de la situación
política. Ya casi he desistido.
Menos mal
que ha venido a compensar esta situación Cristina Cifuentes con su Máster. De
ese asunto sí que puedo hablar con todos –de izquierdas o derechas– y siempre
acabamos echándonos unas risas. A mí ya me da un poco de lástima su berroqueña
catadura.
Sábado, 7 de abril
OLVIDO
Era tan popular entre sus compañeros que cuando organizaron
una comida con motivo de su jubilación se olvidaron de invitarle.
Domingo, 8 de abril
UN MAL SUEÑO
Voy contra mi interés al confesarlo, porque me quedan dos
telediarios para ser uno de ellos, pero estoy desarrollando cierta alergia
contra los jubilados. No contra todos, solo contra los escribidores. Parecen
dedicados, de la mañana a la noche, a promocionar sus versos y su prosa.
Cansan, pero nunca se cansan.
Hoy una
novela, mañana un libro de poemas (o dos) y siempre la misma petición: “Dime tu
opinión sincera, aunque sea negativa”.
Yo hojeo
los volúmenes –por lo general aparecidos en una de esas editoriales que se
dedican a la autoedición– y al día siguiente, mientras tomamos un café en Los
Porches, les dedico unas cuantas vaguedades elogiosas que no comprometen a
nada.
Tengo fama
de ser un crítico cruel, pero yo no me meto con nadie que no merezca la pena.
Por la
noche, en mis pesadillas, me veo a mí mismo, ya jubilado y descatalogado, yendo
de un lado para otro suplicando algo de atención. Me despierto sudoroso y tardo
en darme cuenta de que solo se trata de un mal sueño.
“Es difícil
envejecer sin un poco de gloria o un poco de amor”, escribió Gil-Albert. Si es
así, yo no debo de haber comenzado aún a envejecer porque me lo paso muy bien
sin la una y bastante bien sin el otro.
Lunes, 9 de abril
ENCUENTRO
He estado muchas veces solo en ciudades en las que no
conocía a nadie. Durante el día lo pasaba bien. Callejeaba, entraba en alguna
iglesia, compraba libros, me sentaba a leer en una cafetería con amplios
ventanales, miraba pasar la gente…
Pero, al
llegar la noche, qué angustia tener que volver al hotel. Me demoraba por las
calles del centro hasta que se iban quedando desiertas. En verano, no había problema,
pero en invierno anochece demasiado pronto y el frío parece que se te mete en
los huesos.
Una de esas
noches, en Catania, caminando de prisa por la Vía Etnea, aunque no tenía prisa
ninguna, oí mi nombre. Pensé que llamaban a otra persona. Volvieron a repetirlo
con insistencia. Me volví. Una mujer trataba de alcanzarme.
––Qué
rápido caminas. Estoy sin resuello.
Se puso a
caminar a mi lado sin presentarse, como si yo tuviera que conocerla. Quiso
cogerme del brazo y yo me aparté instintivamente.
––Disculpa.
Y luego me
miró con ojos tristes, se dio la vuelta y desapareció por una callejuela
oscura.
Me encogí
de hombros. Estaba seguro que era la primera vez que la veía. Pero de vez en
cuando sueño con ella y ya no estoy tan seguro.
Miércoles, 11 de abril
NO ME VENDO, ME REGALO
––Pero ¿todavía sigues en Facebook? – me pregunta un amigo
alarmado–. ¿Es que no te has enterado de la filtración de datos? ¿No te importa
que comercien con tu intimidad?
––No solo
no me importa, sino que me gustaría que me explicaran cómo lo consiguen.
––¿No te
importa que se aprovechen de lo que saben de ti para engañarte con noticias
falsas?
––Yo cuando
subo una foto, unos aforismos, un poema a Facebook lo hago, como cuando publico
un libro, para que se entere cuanto más gente mejor. ¿Que lo que yo comparto en
Facebook con cinco mil la empresa del señor Zuckerberg quiere compartirlo con
cinco millones? Pues muchas gracias. Yo, encantado. Pero sospecho que le va a
ser difícil conseguirlo. De esos cinco mil contactos, apenas cien son los que
ponen un “me gusta y de esos cien la mayoría lo pone sin leer lo escrito,
esperando simplemente que yo haga lo mismo con lo que ellos suben a la Red.
––Pero es
que también venden tus datos a terceros.
––¿Venden
mis poemas, mis fotos de Venecia, los selfies
en los que me esfuerzo en aparecer lo más favorecido posible? Pues ya me
gustaría a mí conocer quiénes son esos compradores, no para pedir comisión,
sino para agradecerles su interés por lo que a la mayoría de mis amigos no les
interesa ni regalado.
––¡Tomas a
broma lo que es un asunto muy grave! ¡La democracia está en peligro con los
robots que difunden noticias falsas!
––Las
noticias falsas no se inventaron ni siquiera cuando apareció el primer
periódico impreso. Nacieron con el ser humano. Los periódicos no se crearon
para difundir noticias verdaderas, sino noticias que interesaban al propietario
del periódico fueran verdaderas o falsas.
––No te
creo.
––Vete a la
hemeroteca de El Mundo, La Razón…
––Claro, para
ti solo los periódicos de izquierda dicen la verdad.
––¿Pero hay
algún periódico de izquierdas? Dímelo para que comience a comprarlo.
––Ese
papelucho que os gusta tanto a los progres, El
País, ¿no es de izquierdas?
––Sí, tan
de izquierdas como el presidente de Asturias, Javier Fernández, el político
mejor valorado por los españoles, según El País, cuando defenestró a Pedro
Sánchez para que Rajoy pudiera seguir en el gobierno.
––Pues
ahora bien que combate tu periódico a Rajoy.
––¡No es mi
periódico! Me dan grima sus titulares. Pero volvamos a lo de las noticias
falsas. El primer productor de noticias falsas es el cerebro humano, que a
partir de unos pocos datos se apresura a sacar conclusiones apresuradas y que
actúa como un abogado de la Mafia (como cualquier abogado, en realidad): no le
importa la verdad, sino lo que beneficia a su cliente. Por cierto, ¿no te
resulta extraño que las noticias falsas que se difunden en la red siempre
perjudican los intereses de quienes las denuncian? La Unión Europea, partidaria
de que el Reino Unido siguiera formando parte del redil, denuncia que hubo una
campaña de Rusia a favor del Brexit. ¿No hubo campaña a favor de que se
rechazara en el referéndum? ¿No se difundieron noticias falsas para
conseguirlo? Cuando quieras, te enseño yo unas cuantas publicadas en los
principales periódicos europeos, no en los perfiles de Facebook.
––¡Pero es
que la gente ya no lee periódicos, lo que se cree es lo que aparece en su muro
de Facebook, que además está manipulado por un algoritmo para que solo
aparezcan determinadas noticias, para que no se enteren de otras opiniones!
––Claro,
por eso las noticias falsas benefician siempre a nuestros adversarios, porque
las que van a favor de nuestros prejuicios las aceptamos de inmediato como
verdaderas. Te cuento una anécdota de esta tarde. Tomo un café en el Vetusta,
hojeo un libro. En la mesa de al lado, un grupo de señoras comentan que si
Cataluña, que si Cifuentes, que si las reinas. Una de ellas saca el teléfono y
lee: “El expediente académico de Pablo Echenique está falsificado. Aprobó la
asignatura de Educación Física sin presentarse a ningún examen”. De inmediato,
antes de que sus compañeras se rían de ese chiste sin gracia, la más tonta
exclama: “¡Es que ellos son los peores, los más corruptos, y luego quieren ir
por ahí dándonos lecciones!”
––No sé a
qué viene eso.
–-Que todos
somos, si no nos ponemos en guardia, como esa señora. Nos creemos cualquier
cosa que nos cuenten de Trump, sea o no verdad, o de Podemos, si votamos al PP,
o de los catalanes (Pedro de Silva ha escrito que la república que buscan no es
más que un invento de Richelieu). Tenemos cien ojos para detectar las noticias
falsas que nos perjudican mientras que las que nos benefician se nos vuelven
invisibles. Te repito mi aforismo favorito: libertad de prensa es poder elegir
el periódico que queremos que nos engañe. Para lo compramos, para que nos
confirme en nuestra opinión de que Puigdemont es el diablo.
––¡Contigo
no se puede hablar en serio!
––Pues
hablo muy en serio cuando digo que me encanta que alguien comercie con mi
intimidad. Yo la regalo todos los días en Facebook y a menudo tengo la
desoladora impresión de que nadie la quiere ni regalada.
Jueves, 12 de abril
ANODINO Y VULGAR
Soy un tipo anodino y vulgar, pero estoy lleno de secretos
que nunca cuento a nadie. O que les cuento a todos, que es la mejor manera de
que no se entere nadie.
Hola. Bueno, cuéntame entre tus lectores. Ya hasta te busco en fb. ¿Por qué no hablas de Karmelo C. Iribarren? ¿se puede saber? Ya lo nombraste una vez, contando una cena (o algo así) con el Rey.
ResponderEliminarLe dedica irónicas frases sueltas y algún párrafo "grueso", de vez en cuando. Pólvora mojada contra la indestructible poesía de Iribarren.
EliminarDe su poesía no digo nada. Le dedico "frases" al autor porque me divierte que se queje en comentarios a Facebook de que no hablo de su poesía. ¿Y qué le importará a él que yo hable o no cuando vende mucho más que yo y tiene muchos más admiradores que yo?
EliminarDos cosas.
ResponderEliminar1)"La lista más breve –solo consta de tres nombres– es la de aquellos con los que puedo poner en solfa el sagrado dogma de la Inmaculada Concepción de la Patria".
Personalmente, no sé si eso es un "dogma", ni para quién lo será.
El TC dejó claro en su momento que CUALQUIER aspecto de la Constitución puede modificarse (incluyendo, por tanto, el artículo 2 ("La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles"), siempre que haya mayoría suficiente para ello.
Ergo para la Constitución que él y yo aprobamos en su día, la "unidad de la patria" no es "sagrada", sino cosa perfectamente discutible, y modificable. ¿De veras eso le parece propio de los "dogmas", y en particular de los dogmas religiosos? ¿O más bien hay cierta irresistible tendencia a la demagogia que, en este asunto, le arrastra sin remedio?
2) Yo ni siquiera estoy, ni he estado nunca, en Facebook. Sin embargo, si hay (como parece que, efectivamente, hay) gente que comercia con datos personales que quien los puso ni ha introducido ahí para eso, ni menos autorizado a vender, me parece a mí que eso es claramente un abuso, y deben tomarse medidas para que no ocurra.
Porque lo otro es como justificar que alguien se desnude en su habitación, y que secretamente y sin advertírselo otro alguien le haga fotos y especule con ellas. La privacidad, y la intimidad, no son meras palabras vacías.
Debe ser "leS cuento a todos". ¡CONCORDANCIA!
ResponderEliminarEn la mente el "les" se asocia más a "secretos", así que si es secreto, singular, influye sobre el les... No sé si me explico.
EliminarY Carmelo quedó latente / o tú te lo estás pensando / y me tienes esperando / a ver lo que me contestes.
EliminarNo te explicas, Jesús. La concordancia exige "les" porque el antecedente es "a todos".
EliminarLa concordancia gramatical, Martin. Pero a veces la mente no sigue esa concordancia, y trastoca la gramática. Más claro es el leísmo.
EliminarEn "la lección que le dije a los alumnos", debería ser "les dije", pero el hablante ha evitado la redundancia (la frase es igual sin el "les"). Entonces lo ha relacionado, al emplear "le", con el complemento directo. Es como un puente entre el directo (creo que Alarcos le cambió el nombre) y el indirecto. Bueno, amigo Martín, son más bien dudas que tengo. No te vuelvo a molestar con esto.
EliminarAnónimo: he dudado un poco antes de corregir lo del "les". A mí en ese caso me suena bien que el pronombre permanezca invariable, quizá debería dejarlo como ejemplo para nuevas actualizaciones de la gramática española (son los hablantes los que mandan en el lenguaje: durante mucho tiempo se corregía el "a por").
ResponderEliminarPertinaz Jose: te doy la razón, la constitución no formula dogmas religiosos, pero para la mayoría de los españoles --no solo de derechas, ojo-- "la indisoluble unidad de España" es un dogma religioso anterior a la constitución.
EliminarPues no es mi caso, así que puede contarme entre aquellos con los que es posible discutir de eso, y de todo. Y me temo que tampoco es el caso de mucha gente, a la que tan sólo cierta tendencia simplificadora por parte de JLGM mete a la fuerza en ese grupo: o estás conmigo... La realidad es mucho menos simple, y simplista, pertinaz JLGM.
EliminarContinúo con Jose: la ley de protección de datos debe aplicarse a todos, en eso estoy de acuerdo, sea una Red social o una compañía telefónica. Y si la incumplen, pues se aplica la ley. Pero eso nada tiene que ver con lo que la gente se imagina que hace Facebook con las fotos o los poemas que uno da a conocer en esa red; hay quien piensa que comercia con ellos. ¡Qué tontería! De eso es de lo que yo me río. Tú decides quién puede ver tus publicaciones en Facebook, quién puede ser tu "amigo" o no. Yo decido que las pueda ver todos el mundo, como cuando publico un libro. Lo que me fastidia es que ese "todo el mundo" se reduce a un puñado de personas.
ResponderEliminarQuizá no precisamente las fotos o los poemas (aunque depende, sobre todo en el caso de las fotos); pero que se comercia con los datos personales es cosa, a estas alturas, que parece innegable. Véase aquí, por ejemplo: https://elpais.com/tecnologia/2015/06/12/actualidad/1434103095_932305.html. Y comerciar con algo PERSONAL sin autorización (ni conocimiento) del afectado no parece algo ni muy ético ni demasiado legal.
ResponderEliminarNo te creas todo lo que lees, Jose. Especialmente si lo lees en El País.
EliminarEn Facebook no es obligatorio estar. El servicio que presta gratuitamente es costosísimo. Quien se apunta a Facebook debe saber en qué condiciones lo hace. Y si se incumplen esas condiciones, denunciar. No está claro que el tratamiento de los "big data" incumpla siempre las leyes de protección de datos (otra cosa es algún caso concreto).
Lo que me parece poco correcto es hablar por hablar. El que alguien tome de Facebook una foto o un poema y luego lo reproduzca en otros medios sin citar procedencia ni pedir permiso no es problema de Facebook. Lo mismo puede ocurrir con una foto o un poema publicados en un libro. En ese caso la denuncia debe ir por otro lado.
Me parece bien. Pero lo de que "no es obligatorio" es débil como argumento. Tampoco es obligatorio estar ei ninguna asociación; pero eso no autoriza a la asociación en la que libremente estemos a servirse de nuestros datos personales (más todavía: a venderlos) sin tener siquiera el detalle de comunicárnoslo antes. Como JLGM probablemente no ignora, el propio Zuckerberg admitió fallos en la seguridad de la información que circula por esa red social, pidió perdón por ellos y prometió (todo esto ante el Senado USA) tomar y/o impulsar medidas para que eso no ocurra en el futuro. Luego no es sólo cuestión de "condiciones" de funcionamiento de esa red, sino de cosas que, según su propio jefe, se están haciendo mal por parte de dicha red.
EliminarNo es débil como argumento. Si aceptas las normas de una asociación, no puedes reclamar cuando se cumplen, sino cuando no se cumplen. Si se manejan millones y millones de cuentas de usuarios es lógico que haya fallos: que se denuncien y se corrijan. Mira lo que pasa con cualquier empresa de telefonía. Yo no hablo de eso, sino de las condiciones en que uno accede a Facebook y que acepta libremente. Si no se cumplen, debe reclamar, por supuesto. Pero los datos con los que comercia Facebook no tienen que ver con los poemas o las fotos que uno sube a la Red, sino con disponer paquetes de miles y miles de usuarios mayores de 60 años o interesados en los deportes de riesgo para que la publicidad vaya dirigida a los potenciales usuarios. En fin, que ese es un asunto, el del uso de los "big data", de los grandes datos (que nada afectan a mi intimidad), que debe ser regulado, pero ofrece grandes beneficios para todos, no todo son riesgos ni "que me espían en la ducha", como piensan algunos tontorrones (con perdón).
EliminarGracias por la alusión; supongo que Zuckerberg, quien ya expliqué en mi nota anterior que admitió su culpabilidad y prometió enmienda, también es un "tontorrón", aunque él -digo yo- tiene menos disculpa. No, no creo que el ingresar en Facebook suponga dar autorización para que se comercie libremente, y sin comunicármelo siquiera, con mis datos. Y si lo supone, mal, en mi opinión. Cuando yo me inscribo, y así lo he visto, en muchas empresas pòr internet, se me pregunta si quiero que mis datos puedan ser utilizados para envío de publicidad; si no lo autorizo no lo hacen, y si sí lo hago se me informa de cómo puedo revocar, caso de desearlo, dicha autorización. ¿No ocurre eso en Facebook? Pues, repito, me parece mal.
EliminarQué difícil es que entienda algo quien no quiere entender. Zuckerberg reconoció un error: que alguien se aprovechó de la vulnerabilidad del sistema. Prometió hacer lo posible para que no volviera a ocurrir. Pero es difícil que no se sigan cometiendo errores, como en toda obra humana y más de esta envergadura. Los tontorrones son los que piensan que Facebook gana dinero comerciando con los poemas y fotos que ponemos en la Red (un Anónimo, véase más abajo, cree que entre los tontorrones que piensan eso me encuentro yo: uno dice lo quiere decir y la gente entiende lo que le da la gana).
EliminarTienes razón en lo que el usuario debe dar permiso, lo que ocurre es que nadie lee la letra pequeña cuando comienza a usar Facebook: está demasiado impaciente.
¿Tanta amenaza de Facebook y luego todo el problema es que pueden enviarte publicidad no deseada? En fin, dejemos el tema. En lo que a mí respecta, Facebook me presta un gran servicio y no me perjudica en nada. A quien le ocurra lo contrario, que se borre o que demande a la compañía.
Discúlpenme si no me ciño al tema, perdonen si me marcho por las ramas, pero la urgencia impone su criterio. El concepto que tienen de justicia algunos majaderos imperiales va a revolucionar a los juzgados. Primero bombardean a los presuntos porque los imaginan ya culpables. Y días después, con seriedad suprema, acuden circunspectos los expertos a estudiar qué ocurrió sobre el terreno. He aquí a los ejemplares mandatarios que rigen los destinos de los pueblos. Los que mañana escribirán la historia, esos textos que han de estudiar los niños. Atacan sin informar a sus naciones y sin pedir permiso al Parlamento; se lo ordenó el gran jefe, el Gran Zumbado, y ellos son sólo perrillos falderos.
ResponderEliminarEn editoriales de ignominia, EL PAÍS aplaude complacido: "no se pueden cruzar las líneas rojas".
Qué grande es Occidente, compañeros. Y qué suerte, gozar su "Prensa libre".
Completamente de acuerdo, Andrea.
EliminarAmigo Martín: en el asunto Facebook confundes de modo pertinaz datos y contenidos. Con lo que comercian es con tus datos (tu dirección, a qué le das "me gustas" etc), no con tus fotos desenfocadas ni tus poemas tuiteros...
ResponderEliminarEso es exactamente lo que pienso yo, Anónimo. Y yo les doy mi permiso (si me lo piden) para que comercien con ello: de alguna manera tiene que sostenerse económicamente algo tan útil como Facebook. Lo que a mí me gusta no es ningún secreto: está al alcance de cualquiera que le interese.
ResponderEliminarO sea, que yo no confundo nada, Anónimo (hay que leer con más atención).
EliminarTe leo mejor de lo que tú lees a Trapiello, por ejemplo. Incluso mejor de lo que tú te lees a ti mismo, ya que probablemente escribes sin revisar. Te cito, para que quede clara la confusión:
ResponderEliminar––Yo cuando subo una foto, unos aforismos, un poema a Facebook lo hago, como cuando publico un libro, para que se entere cuanto más gente mejor. ¿Que lo que yo comparto en Facebook con cinco mil la empresa del señor Zuckerberg quiere compartirlo con cinco millones? Pues muchas gracias. Yo, encantado. Pero sospecho que le va a ser difícil conseguirlo. De esos cinco mil contactos, apenas cien son los que ponen un “me gusta y de esos cien la mayoría lo pone sin leer lo escrito, esperando simplemente que yo haga lo mismo con lo que ellos suben a la Red.
––Pero es que también venden tus datos a terceros.
––¿Venden mis poemas, mis fotos de Venecia, los selfies en los que me esfuerzo en aparecer lo más favorecido posible? Pues ya me gustaría a mí conocer quiénes son esos compradores, no para pedir comisión, sino para agradecerles su interés por lo que a la mayoría de mis amigos no les interesa ni regalado.
Pues a lo mejor me expliqué mal. Mis poemas valen poco, pero sospecho que mis datos (a quién doy "me gusta" y a quién no, por ejemplo) valen todavía menos. Ya me gustaría a mí que me explicaran cómo consiguen "monetizarlos". En cualquier caso, hay mucha gente que se asusta porque piensan que es lo que ellos suben a Facebook aquello que se vende a terceros; de eso me reía yo. ¿Queda claro, don Anónimo?
Eliminar(Cien veces he decidido no contestar a quien no se atreve a dar su nombre, y cien veces incumplo mi promesa: me puede mi deseo de aclarar las cosas. Pero espero ser capaz de no reincidir.)
Lo que queda claro que sigues usando tu forma favorita del silogismo: Si yo no tenía razón es porque tú habías dicho lo que debería haber dicho yo, así que digo yo lo que habías dicho tú y así ya la tengo :)
EliminarDon Anónimo
La Inmaculada Concepción de la Patria es una acuñación feliz para explicar a todos esos que consideran las fronteras españolas como una idea inmutable en el cielo de Platón. Saben que el mundo cambia, los países evolucionan, las fronteras se mueven, no cesan los reajustes, pero España debe ser talibánicamente inalterable y estática, forjada de una vez por todas, por los siglos de los siglos, amén. Y todo eso, a pesar de ser uno de los Estados del mundo con más tendencias disolutorias y centrífugas, y tan artificialmente recosido, que los periodistas Arsenio e Ignacio Escolar escribieron el recomendable libro "La Nación Inventada", para dar cuenta del proyecto, evidentemente fracasado según vamos palpando en la actualidad. Pocos países del mundo gastan tanto tiempo de debate parlamentario sobre la auto-identidad, ni sacrifican tantos recursos, tanta economía, tanta represión, tanto sufrimiento, en redefinir y recontemplar una y otra vez el propio ombligo. Y todo por no querer escuchar.
ResponderEliminarPor otro lado, recurrir a estas alturas a la Constitución como árbitro de nada es de un candor que conmueve. La Constitución acumula tal cantidad de incumplimientos, de derechos que son papel mojado, de desigualdades consentidas, que más bien parece un catálogo de agravios. Y el Tribunal que, se supone, debería interpretarla serenamente, se ha convertido en una especie de "Tribunal de Asalto" (igual que hay tropas de asalto) para cercenar iniciativas, impedir de urgencia sesiones parlamentarias catalanas, destituir y perseguir según lo manda el Ejecutivo, que ya está totalmente desvirtuado y solo creen en él los forofos a ultranza, completamente inasequibles al desaliento e impasibles ante lo que ven y lo que palpan, por abrumador que sea.
Que le cuenten la Constitución a la nueva oleada de desahuciados causada por la galopada de los precios de los alquileres. Inmaculada Concepción de la Patria. El caso es que es difícil dar con otra que junte más máculas.
Casi agota, este comentario, el listado de tópicos. Puesto que la Constitución no se ha cumplido siempre, está justificado saltársela. De donde uno puede saltarse a su gusto y conveniencia cualquier legislación; basta con que no siempre se cumpla. (Excepto, naturalmente, la Constitución catalana, si alguna vez llega a existir; que ésa, al contrario que todas las demás legislaciones humanas -pero ésta será sobrehumana- se cumplirá siempre al pie de la letra, y ni tocarle un pelo, oiga, que esto es muy serio).
EliminarPor otra parte, el mundo cambia, las fronteras se mueven. De donde se sigue que un Parlamento regional, con una mínima mayoría simple que ni siquiera refleja una mayoría de voto popular (los independentistas de ese Parlamento obtuvieron exactamente el 47,8% de los votos) puede legítimamente derogar de una tacada tanto el Estatut al que debe su misma existencia como la Constitución de la que el ordenamiento entero depende.
Cierto que las "leyes de desconexión" entonces aprobadas, al contrario que el resto de legislaciones, deben ser inamovibles: ésas no se tocan, faltaría más. Cierto que el propio Consell de Garanties Estatutaries dejó claro que el Parlament excedía sus propias competencias al actuar así. No importa. Cierto que el TC dijo lo mismo. Ni caso. Cierto que la Comisión Europea explicó que, cito, "Si estás en desacuerdo con una ley puedes protestar y luchar para cambiarla por métodos democráticos, pero no violarla ni ignorarla". Y añadió que "Si violas la ley, no puedes criticar a un juez por aplicar una ley democrática. Esa es la posición de la Comisión, y si no me equivoco, la de todos los estados de la UE". ¿Le importa eso a alguien? Por supuesto que no.
Aquí lo único que importa es la Nación (independiente) Catalana, que ésa no es "inventada", sino la verdad más verdadera del mundo mundial y de la Historia histórica. O más todavía, los Països Catalans, puritita Verdad incontrovertible. (Y si sus habitantes no están de acuerdo, que se pongan, que aquí no estamos para tonterías).
¡La Sagrada Nación Catalana! ¡Per saecula saeculorum, amén! Y a las leyes, que les vayan dando, que Cataluña Lliure, ciudad sin ley, está muy por encima de todo eso. ¿Estamos? Pues, si no estamos, a ver si nos vamos poniendo, que ya es hora.
Yo ya me he acostunbrado a leer el Russia Today, en defensa propia. Seguro que manipula, como todos, lo deja claro Martín. Pero no creo que llegue a la décima parte de manipulación que ElPaís o ElMundo. Se me ha hecho imprescindible.
ResponderEliminarLa ley es una pieza más en esta partida, y debe hablar donde debe hablar, en un juicio, donde podamos oir a las partes. Un uso tramposo de la Ley es más delito que los están en el tablero.
ResponderEliminarDebo insistir: La autodeterminación es un derecho básico que debe predicarse para todo colectivo humano, sin restricciones ni límites, y por tanto no sólo para las comunidades autónomas, sino también para las provincias, las comarcas, los municipios y las barriadas.
ResponderEliminarSobre su extrapolación a las urbanizaciones y comunidades de propietarios del podría hablarse también con fundamento. Pero lo que no tiene sentido es poner puertas al campo. Así pues, todos los años (o semestralmente) debe haber un referéndum de autodeterminación en cada ámbito territorial, pues la gente puede cambiar de opinión y por ello es progresista que no se coarte el ejercicio de tal derecho fundamental. ¿No creéis que esto que digo es totalmente lógico?
No, Ignatius, es una tontería. Quizá por eso te escondes bajo el pseudónimo.
EliminarPues yo creo que Ignatius lleva razón. No tiene lógica reconocerle el derecho de autodeterminación a Cataluña, y en cambio no a Tabarnia o al Valle de Arán.
EliminarLa cuestión es ¿hasta dónde?
¿Podríamos mi familia y yo declarar (democráticamente) Nuestra Casita estado independiente?
Más bobadas, con perdón. Usted puede declarar la república independiente de su casa después de comprar los muebles en el Ikea. Me niego a debatir sobre este sofisma. Ya estoy harto de, si dejamos a los catalanes decidir (los dejamos decidir el gobierno de la Generalitat), ¿por qué no dejar a Talavera de la Reina declarar su independencia? Si alguien cree que eso es razonar adecuadamente, pues allá él.
EliminarEs comprensible que, al no poder concretar racionalmente García Martín los límites de la llamada "autodeterminación", en vez de reconocerlo así (como haría un intelectual honesto) simplemente se niegue a ello.
EliminarQué bobada. ¿Cómo se determinaros los límites de las comunidades autónomas? Pues mediante debate y decisión de los ciudadanos. El mismo derecho tiene Cataluña que Andalucía o Navarra. Lo mismo se ejercita el derecho de autodeterminación cuando se quiere permanecer dentro de un Estado que cuando se trata de formar un Estado propio.
EliminarComo no puede razonar, insulta y descalifica.
EliminarEs notable el entusiasmo con que los autodeterministas defienden el "ius segregationis" de Álava respecto de Euskadi, o de Barcelona/Tarragona respecto de Catalunya.
La misma idea apoyaría a nivel local el esperable propósito de los barrios ricos (Chamberí o Salamanca, en Madrid) de no compartir territorialidad (léase fiscalidad y redistribución presupuestaria) con Carabanchel y Vallecas.
Porque en el fondo eso es lo que subyace, y por ello sólo los territorios más ricos quieren irse (segregarse de).
Es todo muy progre y muy izquierdista, como el propio García Martín, quien por cierto disimula sus carencias argumentales con denuestos. Pero eso ya lo sabemos todos.
Llamar bobabas a las reiteradas bobadas no es insultar ni descalificar. El señor CCay merece todos mis respetos, sus presuntos razonamientos ninguno.
EliminarBobadas, insisto, bobadas, por mucho que algunos las repitan. ¿Hay una mayoría de diputados de Álava que quiera independizarse de Euskadi? No. Pues cuando la haya hablaremos. ¿Hay un movimiento en el barrio de Salamanca que pida un referéndum para independizarse de Madrid? Pues cuando lo haya, hablaremos. El que dos núcleos urbanos próximos formen un municipio o dos es cosa que deben decidir sus habitantes, según lo que más convenga a ambos y tras los trámites preceptivos. Los barrios de Madrid forman parte de Madrid sin necesidad de que la guardia civil les obligue a ello (¿ha visto alguna vez a las fuerzas del orden apaleando a las señoras del barrio de Salamanca porque van a votar en un referéndum ilegal para dejar de formar parte de Madrid O a los Mossos apaleando a los barceloneses porque quieren votar para no ser catalanes?). Sus presuntos argumentos son una bobada, dicho con todos los respetos, señor CCay.
Más que bobadas, son maquinaciones fantásticas. Cada día trae su afán.
EliminarSe ve hoy a Jose irritado con las listas de tópicos, quizás porque piensa que, como hace él, se puede vivir a expensas de uno solo: "la ley es la ley y hay que cumplirla". Un tópico muy socorrido y amado por los dictadores. Es también un dislate del mismo tamaño que aquel otro: "los puentes son para que los ríos pasen por debajo". No, la función de la ley no es "ser cumplida". Los que se han opuesto al autoritarismo, los rebeldes que en el mundo han sido, han manejado más bien esta otra declaración: "ESA LEY está para no cumplirla".
ResponderEliminarDice Jose que la Constitución "no se ha cumplido siempre". Si se trata de un chiste, hace poca gracia. Se cumple más bien poco, salvo para prohibir, condenar y limitar. Es una norma cortada a la medida para ahogar reivindicaciones ciudadanas y penalizarlas gravemente. No puede extrañar, por tanto, que se generalice la falta de respeto hacia una legalidad retórica. Si la Constitución permite mantener en prisión "legalmente" a personas como Junqueras o Forn, es que algo muy grave le ocurre a la dichosa norma. Si permite forzar a los ciudadanos a que salven de la ruina bancos privados, es una norma abusiva. Si permite enviar a prisión a titiriteros y cómicos por el uso de la palabra, es una norma enfermiza y peligrosa. Y el problema no es de los catalanes ni de la Sagrada Nación Catalana. Muchos españoles están en lo mismo. Las manifestaciones en Madrid por el "derecho a decidir" reunieron un número de personas bastante considerable si se tienen en cuenta las amenazas administrativas recibidas. No se trata de Cataluña frente a España. Se trata de autoritarismo frente a diálogo. Se trata de optar entre ser súbditos obedientes al líder político, o ser ciudadanos libres SERVIDOS Y ATENDIDOS POR el líder político como funcionario público que es, pagado por ellos.
Constitución, Estatut, Garantías Estatutarias... los dirigentes catalanes han intentado apurar la legalidad existente para cumplir unas aspiraciones ciudadanas muy extendidas (aunque no se puede saber cuán extendidas, ya que España prohíbe preguntarlo). Dicha legalidad existente se ha quedado corta y el Estado se ha negado a negociar alternativas. Eso es lo que hay. Aquel que está en el poder con mentalidad despótica ordena, no negocia. Que esté bien pagado por los ciudadanos para resolver sus problemas, no ha importado nada. Y en esas estamos, para largo.
DC confunde la ironía con la irritación. No es extraño: confunde tantas cosas...
EliminarComo es habitual, Demetrio dice lo que muchos pensamos.
ResponderEliminar(Basado en un caso real)
Eliminar-¿Por qué atracó usted el banco?
-¿Atraco? No usé armas. Sólo le enseñé al cajero de la ventanilla un letrero escrito diciendo: “Esto es un atraco. Deme el dinero o aténgase a las consecuencias”.
-Pero eso es un delito igual…
-Mire: lo intenté por las buenas. El crédito que me ofreció el banco me convence, y yo tengo unos gastos... He intentado apurar la legalidad existente. Pero se quedó corta, y el banco se ha negado a negociar alternativas. En realidad, soy una víctima.
-No: es usted un atracador. Los demás también tienen problemas y no atracan.
-¡Fascista!
Je, je, je... ¡Y hay quien cree que ese chascarrillo refleja la situación de Cataluña! Lo más triste es que España está llena de españolistos así. No me extraña que desde el principio el independentismo catalán, si se deja la fuerza a un lado, lleve las de ganar.
EliminarLeo a Ilya Ehrenburg y como siempre a Borges; y me deprimo leyendo muchos comentarios de este blog.
ResponderEliminarEs claro que sólo el progreso científico es seguro entre los humanos. Ahí está esa red infinita de comunicaciones que es el email, o Facebook... gratuita. Más fascinante todavía para mí es Google Earth, poder ver cualquier punto del planeta con su relieve y sus bosques y sus casas, desde cientos y miles de metros de altura. Aplicación también gratuita. Un servicio así hace sólo treinta años habría costado unas cantidades inconcebibles, dispendios que pocos se podrían permitir.
Pero hay muy poco progreso moral. El ser humano no aprende, y cada generación tiene que partir de cero. Es muy desmoralizador. Tomó muchos años que las mujeres pudieran votar. Creo que fue en Finlandia por primera vez. Tomó muchos años, y mucha desobediencia a la ley, que un negro se pudiera sentar en un asiento para blancos. Hasta hace poco, en España se secuestraba legalmente a los jóvenes por un año para un llamado servicio militar. Hasta que algunos valientes se rebelaron, objetaron por conciencia. Desobedecieron a la ley, pagaron con cárcel. Hubo unos cuantos llarenas bien dispuestos a encerrarlos. Pero los objetores terminaron ganando la partida, el Estado no podía privar de libertad a miles o a millones. Este ejemplo debería ser por demás elocuente incluso para los cerebros peor ventilados.
Por definición, por mera lógica, sólo desobedeciendo se sale del statu quo, siempre blindado por la ley. Solo incumpliendo mandatos injustos y caducos cabe el progreso moral y político humano. Y claro que terminarán por imponerse los derechos de los catalanes, y más en un escenario de Estados más civilizados que el español. Ganarán su causa, como la ganaron los conscriptos, no me cabe duda.
En cuanto a los inductores de la República de Tabarnia o de Talavera, yo les animaría a continuar. Adelante, promuevan esos referenda. Será instructivo conocer la reacción ciudadana, y los resultados.
Ejemplo equivocado.
EliminarLos encarcelados eran los insumisos, que iban contra la ley directamente. Los objetores de conciencia eran quienes hacían una prestación social sustitutoria del servicio militar, es decir: sí respetaban el marco legal.
Por cierto, en la atrasadísima y antidemocrática Suiza la mayoría votó para mantener el “llamado” servicio militar obligatorio. Que, como las mismas armas, no es bueno ni malo, depende del contexto y el uso.
La mili obligatoria desapareció por mero ajuste del ejército a los tiempos modernos. Es decir, cuando la realidad socioeconómica favoreció el cambio. Lo mismo que la esclavitud en su momento. Nada que ver con una cuestión ética, ni mucho menos heroica de los “resistentes”.
Por definición, los "mandatos injustos y caducos" son... los que diga el independentismo que lo son. Los suyos, desde luego, no: están más allá de toda crítica. Por eso, si Cataluña llega a ser independiente algún día, basándose en eso de "desobedecer", es improbable que la admita la UE, o que obtenga ningún reconocimiento internacional de peso. Porque todo eso, la admisión en la UE, etcétera, supone la asunción de una serie de comnpromisos; y si alguien pretende que le admitan en algún sitio, dejando previamente muy clarito que en cuanto algo no le convenza, se saltará con todo descaro (y, según ellos, con todo derecho) cualquier compromiso que acepte, lo normal es que le digan que no. Todo puede discutirse, y cambiarse si hace falta, pero no saltándose los procedimientos que constituyen como tal a un estado de derecho. Y eso es exactamente lo que ha pretendido el gobierno Puigdemont. Por eso ningún gobierno democrático ha dado por válida esa actitud, ni lo hará.
EliminarA diferencia de García Martín, Miguel sí dice cosas razonables. Pero hay que objetarle que los cambios sociopolíticos a que alude (supresión de leyes raciales, antibelicismo del movimiento insumiso...) iban en la dirección del progreso y la igualdad, mientras que el nacionalismo y la fronterización son reaccionarismos desigualitarios y retrógrados. Hay que estar ciego para no ver la radical diferencia.
ResponderEliminarNo hay más ciego que el que no quiere ver, como no hay más sordo que el que no quiere oír. El nacionalismo solo es negativo cuando trata de imponerse, no lo es cuando solo trata de liberarse de nacionalismos ajenos. Qué tontería lo de la fronterización. ¿Es reaccionario y retrógrado que Letonia, Letoria y Linuania se separen de la antigua Unión Soviética? ¿Que Chescolosvaquia se divida en Chequia y Eslovaquia? En fin, CCy parece bien intencionado, quizá algún día aprenda a deshacerse de tópicos y comience a pensar por cuenta propia.
EliminarQuiero decir: Estonia, Letonia y Lituania.
EliminarDisculpen si no supe distinguir entre insumisos y objetores. Todos objetaban, en cualquier caso, a la dedicación militar.
EliminarEl carácter reaccionario de los nacionalismos (también del español?) era un viejo dogma, un esquema escolástico del leninismo y del estalinismo, pero no resiste la confrontación con los hechos. La extracción social de Herri Batasuna, por ir a un caso conocido, era mayoritariamente obrera. La de Ezquerra R la conozco menos, pero probablemente también lo sea.
El nacionalismo francés durante la ocupación alemana fue muy digno y progresista. Y lo mismo el yugoslavo frente a la ocupación soviética. No es lo mismo un nacionalismo para la liberación que un nacionalismo para la invasión y el sojuzgamiento. Los dogmas, sobre todo los viejos y heredados, no llevan a ningún sitio. Martín lo deja claro.
Siempre hay un “nacionalismo ajeno” del que “liberarse” porque a uno le molesta. A Hitler el “nacionalismo ajeno” de Polonia le molestaba mucho y lo resolvió invadiéndola. La fronterización sí es negativa, aunque no siempre pueda evitarse. Separar sin romper (economías, familias) es utópico, aunque al final se adapte uno al hecho consumado (qué remedio)
EliminarP.D. Es curioso cómo frivolizan con las rupturas los que menos las sufren. “Deja a esa mujer, no te conviene”. Qué fácil…
Bobada, bobadas, bobadas. A Hitler solo le molestada el nacionalismo polaco después de invadir Polonia. Es curioso cómo frivolizan las uniones los que no las sufren: "Sigue con tu marido, piensa en los hijos, de vez en cuando te maltrata, pero es su carácter, en el fondo te quiere bien".
Eliminar“Bobadas, bobadas, bobadas”
EliminarIba a ser más cruel, y ya le voy perdonando muchas cuando se pone a tiro fácil (es lo que tiene el pavoneo, que baja la guardia como el cuervo con el queso de la fábula). Tiene suerte de que yo no soy violento como usted. Ni tengo sus complejos.
Por respeto a sí mismo y sus lectores debería dejar la patanería cuando responda una opinión que no le gusta o que no sabe rebatir. Entiendo que es frustrante no ser un dios omnipotente, pero la mayoría asumimos eso al dejar la infancia.
“De vez en cuando te maltrata, pero es su carácter, en el fondo te quiere bien". Supongo que eso se dicen a sí mismos sus amigos. O eso piensa usted que dicen, y luego pasa lo que pasa…
Qué cosas. Un anónimo que se pone a dar lecciones de buen comportamiento y que se respeta tanto a sí mismo que ni siquiera se atreve a dar el nombre.
Eliminar¿Qué hay que rebatir en eso de que Alcobendas o Torrelodones, o mi comunidad de vecinos, también tienen derecho a la independencia si lo tiene Cataluña? ¿Alguien puede tomarse eso en serio? En Cataluña se presentan legalmente partidos independentistas, ganan legalmente las elecciones... Cuando eso ocurra en otras comunidades, tendremos el mismo problema. Mientras tanto querer desacreditar lo que está ocurriendo en Cataluña con tales argumentos me parece una ofensa a la inteligencia.
Quizá no sobre aquí.
ResponderEliminarTERNURA
Juan José Millás, hoy en EL PAÍS.
Sé de gente que mataría por llevar razón. Hay otros rasgos de carácter que se pueden corregir a lo largo de la vida, pero quitarse de llevar razón es como quitarse de la heroína: se puede, aunque con mucho sacrificio. Si vienes al mundo con ese declive, mueres con él. Te mueres llevando la razón, te incineran llevando la razón, llegas al infierno llevando la razón. Jamás discutas con personas necesitadas de llevar la razón. No conduce a nada, solo a la infelicidad. En las discusiones políticas es donde mejor se las distingue. Llevar razón constituye un modo de tapar heridas ancestrales, abandonos remotos. Llevar razón es una forma de vengarse. Si llevas razón, tu nacimiento no fue un error, tus padres te quisieron, la infancia triste y la perra juventud valieron la pena. El mundo ya no te debe nada, en fin. Si llevas razón, no necesitas ser sutil ni inteligente ni educado. Llevar razón te coloca por encima del bien y del mal. La frase “hablar cargado de razón”, pese a su naturaleza de lugar común, describe perfectamente esta patología. Para intentar convencerte de sus argumentos, los llevadores de razón subrayan sus discursos con gestos en los que expresan lo absurdo que sería pensar de otro modo. Conozco personas a las que quiero y admiro cuyo único objetivo en la vida es llevar la razón. Siento una terrible ternura por ellas porque me recuerdan épocas de mi vida en las que yo mismo necesitaba llevar razón a toda costa. Me quité de llevar razón porque me hacía daño a la salud, como el tabaco, aunque a veces recaigo y fumo un camel clandestino. Desde entonces, siempre que descubro a alguien llevando la razón me dan ganas de abrazarlo y de hacerle unas caricias al tiempo de decirle que no pasa nada por no llevarla.
“Llevar razón constituye un modo de tapar heridas ancestrales, abandonos remotos”.
ResponderEliminarExacto.
O ganar guerras post mortem como el Cid. O vengarse como el conde de Montecristo.
Alucino con la agresión gratuita de JLGM a Ccay y a un anónimo, más arriba.
ResponderEliminar“Llamar bobabas a las reiteradas bobadas (petitio principii, ojo al dato)” “no es insultar ni descalificar”. Vaya, ni siquiera es descalificar, qué cosas…
Pues yo no lo llamaría insulto, tampoco. Más bien es una total y zafia falta de respeto. Con el añadido cínico de decir “califico al argumento, no a la persona”, como si se pudiesen separar ambos del todo en una charla. Y como si una actitud así no pudiese ofender personalmente a cualquiera, se ofenda ese cualquiera también en lo argumental o no.
En ese último caso (la ofensa por lo argumental) sí sería un problema de piel fina de quien recibe el exabrupto. Pero no en el otro, Y VAN UNIDOS SIEMPRE, como el propio JLGM sabe muy bien. Pues quien opina (equivocadamente o no) es siempre una persona y no un robot, la inteligencia artificial no llega a tanto todavía.
Entiendo que a JLGM le divierta esa malicia (es malicioso). Lo que no se comprende es que pretenda que puede engañar a alguien con ella. Porque eso sí se aproxima mucho a un insulto (a la inteligencia ajena, en este caso). Patético.
Hay quien alucina por cualquier cosa, Julio Santos Pérez. No estamos acostumbrados a que alguien hable claro. Yo, que no me considero un bobo, también puedo decir de vez en cuando una bobada. Y si alguien me lo señala y me da las razones pertinentes rectifico y agradezco. En estos comentarios no hay trato personal: solo se debaten opiniones con gente que a menudo esconde su nombre.
EliminarSi le parece que en los comentarios no hay trato personal, que son un mero intercambio maquinal de información, entonces no debería subrayar que “algunos son anónimos” para minusvalorarlos como cobardía, etc. ¿Qué importa el nombre de una persona que no existe en la comunicación, que solo es texto, y a la que no se le le puede atribuir responsabilidad ética alguna?
ResponderEliminarPero es que no solo hay comentarios, hay conversación de dos (o tres, o más) y usted lo sabe. Los ciegos no se ven tampoco fuera de internet, y conversan entre sí lo mismo (y hasta se faltan al respeto, a veces).
Ni tampoco debería subrayar “califico al argumento, no a la persona”. Si la persona (anónima o no) ni tan siquiera está presente en la ecuación de esos calificativos, ¿para que matizar nada?
¿No capta sus contradicciones? (Por cierto, mi apellido es Suárez, no Pérez).
Está muy bien que acepte que le señalen un error. Aunque no le he leído reconocer ninguno importante, como no sean insignificantes u ortográficos, y sé que no lo hará conmigo en este caso. Y desde luego dudo que le agrade (salvo que usted sea masoquista) que le indiquen sus fallas antecedidas de un “bobadas, tonterías”, que es gratuitamente ofensivo y que usted usa con los demás sin despeinarse (y sin respeto).
Recuerdo cuando lamentó usted (incluso en prensa) un “mezquino comentario” que le dirigió aquío un “alma sucia”. Y no dudo que fuese tal como usted dijo (aunque no lo reprodujo usted, y es comprensible). ¿Ese sí era un comentario de (mezquino) trato personal, y los demás no?
Desde luego un “bobadas” no equivale a una bajeza cobarde, solo es chabacano. Pero no es algo que ayude a una comunicación sensata en el contexto que sea (digital o no), y tampoco habla bien de usted.
En todo caso y como ya señalé, usted sabe muy bien lo que hace, y sé que me entendió desde el principio y yo formo parte de su juego en el que he entrado ingenuamente. Triste juego por cierto, aunque le honraría (ya que va a seguir así) no disimularlo, al menos. Porque eso también es una máscara.
Una bobada es una bobada la diga Agamenón o su porquero, un oficinista o un premio Nobel, y yo me he ocupado de señalarlo más de una vez (a propósito de Facebook, de los libros últimos de Gimferrer o de cualquier otra cosa).
ResponderEliminarLoa anónimos me dan grima, no puedo evitarlo. Y me merecen poco respeto, ¿se nota?
Me enseñaron que uno debe ser siempre responsable de lo que dice y hace y para ello hay que dar la cara y firmar.
La firma forma parte del texto cuando se formula una opinión: no es lo mismo que quien diga que tal ley le parece inconstitucional sea un catedrático de derecho constitucional que un camarero en el bar de la esquina (con todos mis respetos por los camareros y los catedráticos).
Difícil que haya conversación seria cuando no se sabe si este Anónimo es el mismo que aquel, o si este nuevo interviniente enmascarado es o no nuevo (o es el de siempre que se cambia de disfraz).
En fin, que calificar de "bobada" a una bobada que uno se atreve a formular en público (y no la guarda en el secreto de su intimidad) no es insultar ni descalificar. Otra cosa es es que el que la califica así se haya equivocado y no haya entendido nada; en ese caso se le explica mejor.
¿Qué es insultar, qué es descalificar? Afirmar, por ejemplo, "eso que has dicho es una bobada y no me extraña nada porque, dada tu limitada capacidad intelectual, no eres capaz de otra cosa". Eso es descalificar, eso es ir contra la persona, no contra una afirmación concreta.
¿Queda claro, señor Julio Santos Suárez? Y mis más sinceras disculpas por haber equivocado antes uno de sus apellidos.
“Otra cosa es que el que la califica así (como bobada) se haya equivocado y no haya entendido nada; en ese caso se le explica mejor”.
ResponderEliminarAlucino. Ahora sí.
¿De veras cree usted que si le suelta sin más un “bobadas, tonterías” a alguien que a usted sí le escucho con educada paciencia, dicho interlocutor moderado se va a sentir con ánimos de “explicarle mejor” a usted un error que, además, ha dejado usted meridianamente claro con su respuesta brusca automática, que no estará jamás dispuesto a admitir (aferrado como lapa a su criterio propio), dado que le escandaliza en su inteligencia, incluso, la mera existencia del “ignorante argumento” que osa contradecir el suyo a priori? ¿Qué diantre importa que se exprese usted (de forma meramente retórica, por cierto) dispuesto a que “le aclaren a posteriori” que el equivocado es usted, si su actitud inflexible y brusca previa denota que no está sinceramente dispuesto a ello?
No cuela. Porque, de hecho, algunos (en su ingenuidad, como yo mismo ahora) se molestan en “explicarle mejor” a usted las cosas según su personal criterio (como Jose, por ejemplo). Con más razón o menos al hacerlo (nadie está en posesión de la verdad completa). Y sin embargo usted persiste en el ninguneo con ellos (parece que yo me libré hasta ahora, cruzo los dedos). E insiste usted entonces, en dedicarles su chabacano “tonterías”, cuando usted también está incluido en dicho “nadie en posesión de la verdad”. Aunque usted sí es alguien, claro… como todos.
"Eso que has dicho es una bobada y no me extraña nada porque, dada tu limitada capacidad intelectual, no eres capaz de otra cosa"
Esa frase es demasiado larga, hombre. ¿Por qué no resumirla con un “tonterías”? Más breve, ¿no? La opción de “bobadas” también sirve. O añada usted más vocabulario en adelante, y así nos divertimos todos.
“Con todos mis respetos a los camareros”
“Sus presuntos argumentos son una bobada, dicho con todos los respetos, señor CCay”.
No cuela. El respeto se demuestra, no se expresa a pie de texto con cínica retórica. Hacer eso no es sincero ni limpio en un debate. Y quien no sabe ver la diferencia, es que no sabe respetar de veras (aunque respete en parte). Lo de mis apellidos lo entendí como simple lapsus, por cierto, solo se lo aclaré (como le subrayan las erratas casuales). No ameritaba una disculpa tan formal (que le agradezco). Reduce usted el respeto a la cordialidad en lo accesorio, y lo olvida en lo importante, ese es su problema.
Piénselo, ya no insistiré más. Solo le dejaré algo de tarea:
¿Al rey de España le espetaría usted un irrespetuoso “¡tonterías!” en persona, por ejemplo ante su famoso discurso sobre Cataluña? ¿O, más bien, le diría –valientemente, eso sí- “Le seré honesto, majestad. Su discurso me pareció un grave error y me decepcionó profundamente”
Conteste lo que quiera. Pero los dos sabemos la opción que elegiría de verdad entre las dos, llegado el caso. Es usted republicano, pero no tonto. Solo recuerde que todos somos “reyes”, aunque no siempre nos traten como a tales. Y merecemos menos dicho trato cuanto más reyes nos creemos, ninguneando a los demás. Reflexione eso.
Ahora no digo "bobadas", solo digo: Bla, bla, bla.
ResponderEliminarCreo que este educado comentarista no se ha enterado aún de la diferencia que hay entre hablar con una persona cara a cara y que alguien (anónimo o pseudónimo por lo general) exprese sus opiniones (que nadie le ha pedido) en los comentarios de este blog. Que no es necesario leer, por supuesto. Que solo deben leer aquellos a los que les interesa lo que escribo. ¡Se pueden hacer tantas otras cosas en el mundo!
Dejémoslo aquí. Que los curiosos lectores (si los hubiere) saquen sus propias conclusiones.
“¿Les trato bruscamente? Bueno, nadie les ha pedido comentar aquí, y muchos son anónimos. Que los lectores sean curiosos y saquen conclusiones”.
EliminarJLGM, con la opción de comentarios activada (y para todo el mundo) en su blog. Escurriendo el bulto al animar al mismo tiempo a sus lectores a interesarse y a no interesarse por lo que se dice en dicho blog, cual esquizofrénico roquero abominando de (pero necesitando a) sus fans al mismo tiempo.
Si el Partido Popular hubiera tenido mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid, el asunto del Máster habría acabado con el nombramiento de Cristina Cifuentes como doctora honoris causa por la Universidad Rey Juan Carlos.
ResponderEliminarY es que en democracia las cosas no son como son, sino como decide la mayoría parlamentaria.
(Salvo que se trate, claro, de la democracia española y el parlamento de Cataluña.)
en lo referente al Parlamento de Cataluña, anda usted equivocado señor Garcia Martin. En este Parlamento tengo entendido que se toman decisiones por mayorías, incluso las incorrectas o las que no me gustan a mi. Deberíamos intentar no tergiversar las cosas, nos ayudaría a todos, como también ayudaría mirar de comprender a esas mayorías que tampoco nos gustan.
Un saludo de un valenciano que vive en Cataluña desde hace 30 años y nunca se ha sentido un extraño aquí.
Estimado Roberto, tengo la impresión de que no has entendido mis palabras. Conviene mirar la fecha: me refería a los frustrados intentos de aplicar el resultado de las últimas elecciones y nombrar un presidente de la Generalitat. Por fin parece que se van a poder aplicar. A ver si se respetan.
EliminarLas afirmaciones tienen sentido en un contexto.
Continuo pensando que las decisiones del Parlament de Cataluña se toman por mayorías. Y repito, nos pueden gustar a o no, como ocurre en las Cortes Españolas. No me han gustado muchas de la decisiones que se han tomando en Cataluña, como por ejemplo las de ayer, que entre otras cosas significa que todo un país está a merced de un señor que se encuentra a unos kilómetros de Cataluña. Que le vamos hacer. Continuaremos.
EliminarUn saludo.
Estimado Roberto, sigo pensando que no te has enterado de nada de lo que en este blog se dice. Mi comentario --fechado: se trata de un diario personal que previamente se publica en la prensa-- se refería a los momentos en que no se respetaban las decisiones del Parlament (varias investiduras frustradas, recurrir de inmediato al constitucional), no a la última elección. O sea que, en mi opinión, quien no respeta las mayorías en Cataluña no es precisamente el Parlament de Cataluña, sino otras instancias de fuera de Cataluña. ¿Queda claro?
EliminarTodo entendido. Tal vez mis escasas luces no den para más, por lo que pido perdón por mi obcecación y la consiguiente perdida de tiempo tuya. Haré por leer mas detenidamente lo que por aquí publicas.
EliminarUn saludo.
No es necesario leer lo que yo escribo (faltaría más), salvo si es para discrepar de ello. Creo que estamos de acuerdo en lo fundamental.
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