Sábado. 3 de marzo
ÓLIVER PUNK
El primer libro en el que aparezco como personaje se publicó
en París hace más de cuarenta años: Testimonios
de lucha y resistencia. Aparezco poco, la verdad. Solo se me oye gritar en las
celdas de la Dirección General de Seguridad, según cuenta una de las presas
entrevistadas. En nota se añade suspense: “No sabemos qué habrá sido de él”.
El más
reciente se titula Óliver Punk y está
escrito por los Patarrealistas Salvajes, un grupo de millennials que de vez en cuando aparecen por la tertulia de los
viernes. Yo intento llevarles por el buen camino literario y ellos se vengan de
mis tabarras convirtiéndome en víctima de un androide asesino en una novela
–por llamarla de algún modo– que es un cóctel de inteligencia y disparate (uno
a chorros, otra con cuentagotas, todo hay que decirlo). No conformes con ello
también me han metido en un documental que se estrena el día 17, durante la
Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo (SACO
para los amigos); habrá que verlo.
Gil de
Biedma no quería ser poeta, quería ser poema. A mí lo que me gustaría es ser personaje
de ficción: un blade runner en el
sombrío mundo de mañana o un Sherlock Holmes en un luminoso ayer que no ha existido
nunca.
Domingo, 4 de marzo
YO, ROBOT
Antes de venir al mercadillo del Fontán, he escrito una
reseña, bastante demoledora, sobre el más reciente libro de Jorge Wagensberg, Solo se puede tener fe en la duda. Al
hojear el periódico mientras saboreo un café, me encuentro con la noticia de su
muerte.
No le
conocía personalmente, pero la coincidencia me nubla el día y me hace sentir
culpable. ¿Soy demasiado cruel cuando hablo de la obra de los demás? Hay
quienes opinan que sí y quizá no les falte razón, pero yo cuando comento un
libro solo pienso en los lectores.
Soy como
esos tiburones que se excitan al olor de la sangre y de inmediato se lanzan
sobre la presa. Lo que en mí despierta los peores instintos son las tonterías dichas
con tono sapiencial.
Comienza Solo
se puede tener fe en la duda con una “Brevísima teoría del aforismo”. Se
afirma en ella que “es el género literario más científico”, ya que se ajusta
como ningún otro a los tres principios que fundamentan el método científico:
objetividad, inteligibilidad y dialéctica. Abierto al azar, nos encontramos con
el siguiente aforismo: “No conozco a ningún fascista que hable más de tres
idiomas”.
¿Eso es objetividad? Eso solo
quiere decir que nunca le han presentado, por ejemplo, a ningún diplomático
franquista.
Pero los
aforismos no hay que entenderlos al pie de la letra. Lo que quiere decir
Wagensberg lo aclara otro aforismo: “La escuela como fábrica de fanáticos:
enseñar dogmas en un solo idioma equivale a inocular un virus de por vida;
crear el hábito del espíritu crítico en tres idiomas equivale a una vacuna
permanente”.
¿Y no se puede enseñar el
espíritu crítico en un solo idioma o en dos? ¿Y no es posible enseñar dogmas en
tres idiomas o en cuatro? Conviene recordar aquella frase atribuida a Unamuno a
propósito de cierto prócer: “Es tonto en cuatro idiomas”.
Otras afirmaciones
de la introducción confirman que este divulgador científico no siempre practica
el rigor de la ciencia: “Una novela puede extenderse hasta mil páginas,
quinientas o doscientas, pero atendiendo solo a su peso, diríamos que la más
científica es la última”.
Nos
frotamos los ojos, volvemos a leer. No, no nos hemos equivocado: lo que menos
pesa es lo más científico y como “un cuento pesa menos que una novela, un poema
menos que un cuento y un aforismo menos que un poema” pues de ahí se deduce que
el aforismo es el género más científico.
Sin salir
de la introducción “teórica”, encontramos otras perlas: “El humor se lleva
francamente mal con la poesía y se dosifica con prudencia en los demás géneros
literarios. Pero un aforismo, por serio que sea, necesita cierta dosis de humor
para sobrevivir”.
¿Y qué pasa con Jon Juaristi, con
Miguel d’Ors, con los autores de
epigramas o con El Quijote, sin ir
más lejos?
No es
ciencia todo lo que reluce, bien se ve, pero no es hoy el momento de hablar de
estas cosas. Vuelvo a casa con mala conciencia. A veces me comporto como un
robot incapaz de sentir empatía por los seres humanos, esa rara especie que es
también la mía, aunque haya quien lo dude.
Lunes, 5 de marzo
DOS EJEMPLOS
El burro flautista de Iriarte (“Cerca de unos prados / que
hay en mi lugar / he visto un poetilla / por casualidad”) seguro que escribe
haikus o aforismos.
No hay mal
libro de haikus que no contenga alguno que no se pueda salvar; no hay centón de
aforismos en que el burro aforista no acierte por casualidad: “Dispersa el
viento / un montón de hojas secas / mi juventud”.
Entre una
tontería y una genialidad solo media el canto de un aforismo.
Martes, 6 de marzo
SOBREVIVIR
Mientras presento un libro de poemas me vienen a la memoria
los versos de Manrique:
“No se os haga tan amarga / la batalla temerosa / que
esperáis, / pues otra vida más larga / de fama tan gloriosa / acá dejáis”.
Yo no
necesito, ni en vida ni en muerte, una “fama tan gloriosa”. Pero me gusta
pensar que “non omnis moriar”, que no moriré del todo, que mis poemas seguirán
hablando por mí. Para eso los escribo.
Miércoles, 7 de marzo
OTRO PREMIO
“Como he leído en tu diario y varias anécdotas sobre los premios, te cuento
una más, por si te sirve para futuras entregas. En
noviembre envié un manuscrito al Premio de Crítica Literaria Amado
Alonso. Hace dos años ya había enviado un manuscrito que no obtuvo el premio.
Este año mandé otro, no sé si mejor o peor que aquel, pero más ajustado a las
bases del premio. Albergaba cierta esperanza porque el tema era atractivo y
porque pensé que el jurado podía valorar mi esfuerzo. Sin embargo, ayer vi la
noticia: había resultado ganadora Miriam Moreno Aguirre, esposa de Andrés
Trapiello, con su tesis doctoral sobre Ramón Gaya. En el jurado está Manuel
Borrás y el libro ganador se publica en Pre-Textos... No lo quiero denunciar
públicamente porque sé que no voy a sacar nada y porque, encima, se me van a
echar encima y me van a decir que es envidia, pataleo, etc. Te lo cuento,
simplemente, porque creo que conoces a todos los protagonistas de la historia.
No es difícil suponer que es Borrás quien habrá "invitado" a Miriam a
presentar un manuscrito que, por otra parte, le hubiese publicado de todas
formas. Y deduzco que será él quien habrá convencido al resto del jurado. Como
podrás imaginar, no me molesta que le hayan dado el premio e incluso, sin
haberlo leído, acepto que su texto pueda ser mejor que el mío; lo que me crea
la sensación de impotencia es haber participado en esto. En fin, que si
seguimos así va a haber un momento en que no tener premios va a ser un aval de
honradez intelectual”.
Me pide que
no diga su nombre, aunque no desvele ninguna ilegalidad. Solo se me ocurre responderle
con un aforismo (“Todos los concursos están amañados, salvo los que ganamos”) y
una observación: no tener premios en el currículum resulta elegante –la
elegancia es una actitud-- cuando no te presentas a ellos.
Jueves, 8 de marzo
SER MUJER
Al solicitar permiso para incluir a Ángela Figuera en una
antología, el editor recibe la siguiente respuesta: “Siento decirle que el
último poema que incluye en su petición, ‘Ser mujer’, que no pertenece a ningún
libro publicado por Ángela Figuera Aymerich, no tendrá nunca autorización para
ser publicado. Se trata de un poema que decidió que no se debía publicar nunca.
Por ello la familia solo ha dejado que sea consultado de forma confidencial y
con fines académicos. Así pues, le rogamos que destruya cualquier copia del
mismo que posea en papel, en ficheros electrónicos o en cualquier otro
formato”.
Pero ese
poema se incluye en sus Obras completas,
publicadas en 1986, a
dos años de la muerte de la autora, y en la segunda edición revisada de 1999.
En ambos casos, la nota preliminar es de Julio Figuera Andú, su marido.
¿No sabían
los herederos entonces que ese poema no se debía publicar nunca? ¿Y cómo puede
destruirse cualquier copia del mismo, en cualquier formato, si el volumen en
que se incluye está en las bibliotecas públicas y puede adquirirse por
Internet?
Una de mis
pesadillas favoritas es el heredero que, con la ley en la mano, decide que no
autoriza la publicación de esta o aquella obra literaria, unas veces porque el
editor no le cae simpático, otras porque el contenido le parece inmoral (la
hija de Gregorio Martínez Sierra, fervorosa católica, no autorizó la
publicación de una obra suya, que en realidad había escrito su primera mujer,
María Martínez Sierra, por su contenido presuntamente homosexual) o sencillamente
porque no le da la gana.
¿Y qué
terribles secretos nos cuenta Ángela Figuera en “Ser mujer” para que solo pueda
ser consultado “de forma confidencial y con fines académicos”? Ninguno. Pero la
concepción de la mujer que ese poema expresa es la tradicional (“Ser la paz;
ser remanso; / ser alivio y descanso; / ser impulso en el vuelo, / y en la rauda
caída, / consuelo”) y choca un poco hoy día.
Por una
vez, y sin que sirva de precedente, tiene razón la representante de los
herederos: ese poema sobra en una antología actual, aunque no en la obra
completa de una autora que nació en 1902. Lo de pedir que se elimine de todas
partes y ocultarlo como si fuera una vergüenza es pasarse un poco.
Viernes, 9 de marzo
CULPABLE, SEÑORÍA
Leo con sorpresa que Europa no está a salvo del problema de
las minas. En Croacia, Kosovo y Serbia hay más de ciento cincuenta mil sin
explotar. La mayoría son bombas de racimo que lanzó la OTAN contra escondites serbios.¿Por qué no se desactivan? Porque
desactivar cada una cuesta mil euros y la Alianza Atlántica tiene otras
prioridades.
Recuerdo lo
que me dijo Carlos Sahagún la última vez que nos vimos: “Os tengo apuntados a
todos los que defendisteis el sí en el referéndum sobre la OTAN”. Yo lo había hecho en un artículo de El Ciervo.
Me reí un poco entonces de sus
palabras, que me parecieron resabios de viejo comunista. Ahora no me reiría
tanto.
Cada vez
que una de esas bombas estalla y se lleva por delante la vida o la pierna de un
inocente algo de su sangre me salpica.
“Todos los concursos están amañados, salvo los que ganamos”
ResponderEliminarQué retorcido hombre de paja. La realidad es “Ha llegado a tal descaro la trampa en los concursos, que puede estar amañado incluso aquel al que uno se presenta limpiamente, ganarlo y no enterarse” Por ejemplo si a uno le dan el segundo premio y deduce ingenuamente que el primero fue limpio también. O incluso si le otorgan el primero por una razón de cuota sin que él lo sepa (nacionalidad, raza, sexo, estrategia editorial) sea o no su obra mediocre. Aunque con el primer premio (lo de las cuotas pasa poco) ya dijo Cervantes en el Quijote lo que suele ocurrir, el tema es viejo…
Nadie que denuncie la corrupción en los concursos piensa de verdad que absolutamente en todos ellos se haga trampa, salvo que lleve la (justa) denuncia al pataleo histérico (hay de todo). Ni siquiera que ocurra así en la mayoría (aunque la realidad sí se aproxima tristemente a eso). Pero sí es obvio que ocurre en una muestra lo bastante grande de concursos como para superar la corrupción residual que se da por hecho (y se acepta como mal menor) en todas las facetas de la vida (concursos y otras cosas) y darles merecida mala fama. De hecho, hoy día el porcentaje de amaño es más alto (y llega a casi el cien por cien) cuanto mayor es la cuantía económica del premio. No siempre fue así, antes los premios grandes (como el Nadal en sus inicios) aparte de la dotación tenían un prestigio para descubrir talentos (que perdieron).
Quizá la solución no sería la cómoda de “acabar con todos” (me recuerda a los que no van nunca a un estadio, diciendo que el fútbol debería desaparecer sin más porque embrutece a algunos forofos violentos y hay disturbios, como si el deporte y la promoción de los que lo practican no importase), sino sustituir la dotación económica por una beca para la publicación del siguiente libro. O simplemente, emplearla en publicar el que ganó el premio con una calidad mayor. Y centrarse más en la premiación de obras ya publicadas, y no inéditos (como es norma en otros países).
Es fácil sugerir la amputación cuando no son las piernas de uno, que las puede mover bien y con espacio.
De esa manera que cité dejaría de haber tantos “concursos basura” (que abundan). Tantos advenedizos que presentan ripios que ellos mismos saben que son ripios, tan solo “a ver si hay suerte” pensando solo en el dinero. Y también tantos escritores y poetas conocidos (y amiguetes) con más talento que ética, que también dejarían de prestarse a la trama si no hubiera dinero por medio. Presentando vergonzosamente ellos bajo (oculto) encargo sus borradores y descartes engordados para la ocasión, como quien contribuye a encenagar aún más la charca en la que bebe él mismo. Al mermar el nivel general de lo publicado con su triquiñuela, malversación y saboteo de oportunidad para el talento nuevo aparte.
"Es un embeleso comunista
ResponderEliminarel de apuntar a gente en una lista.
Placer perfecto
cuando quien la compone es "desafecto".
A pesar de todo Martín, yo creo que acertó. "Nadie es perfecto" como dice Osgood, al final de "Con faldas y a lo loco".
La mayoría de los que se presentan a un premio de poesía lo hacen porque es la única manera de publicar su libro. Y la mayoría preferiría no tener que hacerlo. Aun así, ¿hay menos elegancia en presentarse a ellos que en enviar educados correos "a la atención de" a sabiendas de que no serán respondidos? Quizá sea así para quien no necesite de los premios para publicar. ¿Cuántos excelentes libros de excelentes poetas quedan inéditos mientras los chuses y monteros, tanto monta, premian, hoy tú mañana yo, a gente de la casa, ya sea ésta Visor o Granada? ¿Y en qué lugar quedan los otros miembros del jurado de los que, a pesar de su buen hacer, se sirven los antedichos para dar pátina de objetividad a su teatrillo?
ResponderEliminar1. Dudo que haya muchos excelentes libros de poesía inéditos. Excelentes de verdad, no en opinión de sus autores.
Eliminar2. En un premio de poesía (como en una oposición, como cuando se trata de nombrar presidente de gobierno), gana el que obtiene más votos de los miembros del jurado (o de los diputados).
1. No existen "muchos" excelentes en nada... libros de poesía...cuadros...o protésicos dentales, pues si fueran muchos ya no serian excelentes (la excelencia es sinónimo de excepción) En todo caso subrayar que no hay muchos suena a excusa para quitar hierro al asunto, y lo tiene….
ResponderEliminar2. En un premio de poesía gana el que obtiene más votos...salvo que esté amañado. Lo cual no siempre ocurre, claro, pero obviar tal posibilidad sin mencionarla delata el disimulo protector de statu quo... no nos rasguemos vestiduras pero seamos serios.
Hablar en serio comienza por dar el nombre y no esconderse a la hora de denunciar corruptelas.
Eliminar1.Dije que no creo que haya muchos libros excelentes inéditos replicando a otro anónimo que preguntaba por ellos.
2. En los premios amañados también gana el que obtiene más votos. Lo contrario sería una chapuza de inmediato recurrible legalmente (el premio se le retiraría al presunto ganador y se le daría al más votado).
1- “¿Cuántos excelentes libros de excelentes poetas quedan inéditos?” Etc… Fue una pregunta retórica que le hicieron, subrayando la injusticia, no le preguntaron por la cifra.... fue usted el que se agarró a que no había muchos como excusa, como si (suponiendo que asi sea) eso quitase importancia al asunto.
ResponderEliminar2- “En los premios amañados también gana el que obtiene más votos. Lo contrario sería una chapuza”… La chapuza es amañarlos… y una votación manipulada no es votación ni es “ganar”, es otorgar a dedo que es distinto… De nuevo, usó usted la expresión “gana el de mas votos” dando a entender que los premios son necesariamente justos- Eludiendo que (como usted sabe bien aunque lo disimule ante acusaciones concretas) puedan no serlo…
“El que gana es el que gana y punto” vino usted a decir… pues sí, cuando hay un ganador y no una… chapuza.
Es curioso como a veces presume usted de denunciar lo que luego borra con el codo (o disimula con el lenguaje como ahora) cuando se lo plantean seriamente… lo lógico sería admitir que los premios en España huelen mal (como una excusa más para desaconsejarlos o regularlos –que no abolirlos- de paso). No entro en el motivo particular de esa esquizofrenia suya con el tema (usted sabrá)
Yo no denuncio "corruptelas" que son obvias y hasta usted ha denunciado alguna vez. Denuncio el hábito (tan español) de hacer la vista gorda en misa y repicando…
Qué confusión conceptual. Qué perdida de tiempo hablar de vaguedades. Hay premios corruptos y otros no. Las denuncias tienen que ser concretas y con pruebas (o al menos con algo más que las sospechosas sospechas de los no ganadores). La denuncia que me hace un conocido estudioso joven de la literatura española no indica que en el premio Amado Alonso hubiera ninguna corruptela. Los familiares de los amigos de algún miembro de jurado no tienen prohibido presentarse. Cada miembro del jurado defiende el libro que cree más adecuado y convence o no a los demás. Luego se vota y gana la obra que obtenga más votos. Eso es todo. Un premio no lo gana el mejor, sino quien el jurado (que puede equivocarse: está formado por seres humanos, no por máquinas) considera que es el mejor. Eso es todo.
EliminarAhora que caigo… subrayó usted como posible “chapuza” el que no se hiciese la trampa con suficiente habilidad y, debido a eso, se convirtiese el tongo en algo denunciable legalmente… La literalidad legal relativizando la ética… Si hay votos que certifiquen (aun manipulados) la decisión está bien ("como los diputados en el Congreso")… Si no se viola la ley de forma obvia, todo correcto… La única “chapuza” es violarla… Hum … no aplica usted ese baremo legalista en otras polémicas ¿verdad?
ResponderEliminarNo entiendo nada. Lo que yo digo es lo que es, no lo que debería ser. Si Rajoy obtuvo en la segunda votación más síes que noes, se convierte en presidente del gobierno de España, aunque la mayoría de los ciudadanos en las elecciones generales votaran en su contra. ¿Qué tiene que ver la ética con esto? Si en el Premio Nacional de Poesía (estuve en el último), un libro obtiene diez votos y otro cinco (en un jurado de quince), gana el primero y no el segundo y no se me ocurre hablar de corrupción aunque el segundo me pareciera mejor libro y yo votara por él.
EliminarY aquí acaba mi debate con este anónimo, aunque por supuesto si quiere puede decir la última palabra.
Permíteme opinar sobre esto. Es un asunto delicado y en Yo no me escondo... aunque se esconde, y abusa del lenguaje, su pregunta es clara: Si estás en un jurado y sabes que hay amañamiento ¿qué debes hacer?
ResponderEliminarLo de Oliver Punk me interesó más. Te quedas corto.
Renunciar y denunciarlo.
ResponderEliminar"Renunciar y denunciarlo"
ResponderEliminarLa denuncia incluye no negar el problema general, más allá de cada caso. Eso hace la iglesia con los pederastas.
Ahí va mi última palabra:
TRISTE
¿”Meras sospechas de participantes”?
¿Ciudad de Burgos con denuncia de seleccionadores, por ejemplo?
¿Usted mismo denunciando a un enchufado en un concurso con la expresión “eso es jugar con ventaja” en su narración detallada de un amaño, publicada en esta misma página?
¿Sí hay corrupción pero no la hay? ¿Es un infundio sin sustento aunque usted mismo lo denuncie?
¿?
No le digo que se aclare porque se aclara demasiado bien... y yo sí he perdido el tiempo mientras me lee con una sonrisa fría (no le pido que sea un héroe, solo que no niegue lo obvio pues su voz sí tiene eco).
P.D.
Bien que da charla y defiende a los pseudónimos (o anónimos) cuando son de su cuerda. Hasta sacó las garras por uno al que le criticaron (absurdamente, eso sí) una mínima errata.
Un anónimo (como un concursante de poesía) solo es indigno…si es indigno él en persona. No si denuncia la indignidad precisamente, y en inferioridad de condiciones.
Siga usted “dando la cara” sin mojarse en lo que importa. Y en lo que usted sí podría hacer mucho si quisiera. Si es que da usted la cara siempre, claro. Yo pienso que sí (créame) pero en este medio es imposible ver lo que hay tras la cortina (se le escapa siempre eso). En los concursos es muy obvio, aunque usted lo niegue… sabiéndolo.
Pues yo tampoco entiendo mucho al nomescondo o nomesconda este que me suena a resentido… pero creo que ha dicho algo sensato entre lo que he entendido…JLGM repite mucho que criticar que hay premios amañados es una pataleta si no se tienen pruebas etc… pero otras veces él mismo denuncia que los hay y además es vox populi… ¿Por qué negar lo evidente y ningunear a quien se queja (amigo incluso) cuando JLGM mismo lo denuncia cuando quiere? Es vox populi repito, la mierda que hay en los concursos y sin necesidad de poner ejemplos concretos-que los hay y muchos por el Sur de “ejpaña” como ya cito alguien arriba-. Cuando el rio suena a mierda es porque más que rio ya es una diarrea…aunque no creo que sirva de mucho denunciarlo cuando en la ppepera ejpaña todo va asi y nadie mueve un puto dedo.
ResponderEliminarAnónimo con jota, hay premios amañados, hay políticos corruptos, hay malos padres, hay jefes explotadores, hay banqueros que estafan, policías que maltratan a los detenidos, etc, etc. ¿No se había enterado hasta ahora? ¿Hacía falta que algún anónimo valentón lo denunciara? Que lo denuncien las víctimas o quien tenga pruebas, con datos concretos, y sin generalizar, que es tontería y solo sirve para que los corruptos se sientan tranquilos (Si todos roban cuando pueden, ¿por qué no voy a hacerlo yo?, se justificarán).
EliminarY termino: no todos los premios que dicen que están amañados quienes se presentan y no los ganan lo están (esos mismos suelen cambiar de opinión cuando ganan y entonces afirman que no hubo trampa ninguna). Es también muy humano el recurso a la pataleta.
EliminarEl tema no es que alguien denuncie que las corrupciones son obvias sino que denuncie que se intente hacer como que aquí no pasa nada… en eso es en lo que le di la razón al nomescondo y la tiene. No me abrió los ojos, señaló la mierda que desborda los premios ya hace tiempo sin que nadie meta mano auqnue para eso tampoco hace falta ser un genio, claro: es justo así y asi nos va en todo en este puto pais. Otra cosa: los corruptos no necesitan justificaciones... se justifican a si mismos cuando les dejan poner las botas sobre la mesa... y eso no lo consiguen de un dia para otro, requiere toda una red de clientelismo en las cloacas literarias y las otras.
EliminarContendientes, púgiles de la literatura, competidores más o menos olímpicos. Algo hay de chabacano y sonrojante en presentarse a un premio. Ese "mirad qué bueno soy", o quizás "ahora sin manos", les convierte a ustedes un poco en ciclistas, o en artistas de circo. Da bastante vergüenza ajena. Ahora hay muchos escaparates públicos, revistas y Webs, donde mostrar las obras y que el lector decida. Cierto que los jurados de premios son profesionales, pero eso mismo es una desventaja: amiguismo, compra-venta de favores, cercanía de editoriales. El campeonato nacional de 100 m lisos es muy vistoso, pero el de 100 páginas lisas en Times Roman es un disparate.
ResponderEliminarY además ¿por qué dinero? ¿Qué rayos tiene que ver el dinero con la excelencia literaria? ¿Por qué no una cita en el noticiario, un centro dedicado, unos pasquines con textos, una audiencia para la que leer?. Contra lo que digan, el dinero sí tiene olor. El dinero apesta.
ResponderEliminarNo todo es vanidad hay quien no tiene otra opción sobre todo cuando empieza. Apesta el dinero mal usado. La mejor opción sería cambiar el premio en metálico por una beca para publicar el siguiente libro o invertirlo en editar mejor la obra premiada. Por otro lado el “escaparate de Internet” si nadie te conoce previamente es como para un pintor exponer sus cuadros en la azotea de casa… Quizá algún pájaro las vea. O un antenista. O Spiderman.
EliminarEl dinero, impaciente y generalizadora señora mía, es un medio (de pago), nada más. Lo que puede estar bien, o mal, o, como usted prefiere, "apestar", es el uso que se haga de él. Cuando un trabajador recibe un sueldo razonable y bien ganado, ¿ese dinero "apesta"? ¿A quién, y por qué? ¿Preferiría usted que no lo recibiera?
EliminarDa la impresión de que el monto económico del premio determina el nivel de cinismo y mala conciencia, porque si estos millonarios planetarios (“Me tocó la lotería”, dijo Fernando Quiñones) parecen sentirse obligados a negar su connivencia, los premiados en concursos de menor cuantía pero mayor “marchamo” de calidad literaria ni se interpelan ni son interpelados sobre su participación en el tinglado. Nadie reconoce, aclara o proclama las interioridades turbias que le han llevado hasta el retribuido galardón. Cada uno de los premios –Nadal, Planeta, Anagrama, Primavera, Fernando Lara, Azorín, Torrevieja, Gijón, Jaén, etc..– parece conllevar su correspondiente declaración de inocencia, pudiéndose llegar al caso de que aquel autor o autora que hace tan sólo unos meses, antes del fallo, emocionado o emocionada, te contó que su agente le había negociado tal premio, llegado el momento posterior a la entrega niegue todo contubernio: “No, no, no estaba pactado para nada. Me dijeron que me presentara pero no me garantizaron nada”.
ResponderEliminarEs sorprendente que autores y autoras que desde sus tribunas públicas denuncian y se escandalizan de las corrupciones de políticos de tal o cual partido no se sientan aludidos o tocados por esa corrupción que sólo ven en el ojo ajeno.
La corrupción que el amaño de los premios representa se vive con tal naturalidad en los medios literarios que referirse a ellos es ganarse inmediatamente la vil condición de envidioso, resentido o frustrado. Quizá de ahí el mafioso silencio que acompaña a tan general práctica.
fuente:
https://ctxt.es/es/20170222/Culturas/11313/el-ministerio-premios-literarios-corrupcion-premio-planeta-literatura.htm
El dinero mueve el mundo. Y cómo, ya lo han dicho los poetas. Pero el olor que tiene depende de cómo lo ganamos y cómo lo gastamos.
ResponderEliminarPero si toda la vida cultural española está salpicada de enchufismo legalizado! Convocatorias para plazas en condiciones que solo reúne un cierto candidato, oposiciones para hacer fijos a los de casa... ¿Por qué iban a librarse los premios y los concursos?
ResponderEliminarCreo que Martin se toma demasiado a pecho las boutades descabelladas de Wagensberg. A mí me recuerda a aquel onanista mental que fue Bergamín.
En cambio Gil de Biedma ofrece una cercanía difícil de explicar para uno como yo, "de ciencias" y que leyó siempre por mero gusto. Gil de Biedma deja de lado con frecuencia el tecnicismo poético, rimas, métricas y todo eso, convenciones y artificios. Frente a Gil de Biedma yo no soy ya un lector, sino un confidente al que el poeta cuenta su amargura, que es por muchas cosas. Debió ser dura su vida, debió ser duro vivir en un país que odiaba y lamentaba, un país amenazante e inhóspito. Me gusta Gil de Biedma. Creo que fue un buen hombre. Sólo encuentro tanta proximidad y calidez en el último Miguel Hernández.
"La corrupción que el amaño de los premios representa se vive con tal naturalidad en los medios literarios que referirse a ellos es ganarse inmediatamente la vil condición de envidioso, resentido o frustrado. Quizá de ahí el mafioso silencio que acompaña a tan general práctica".
ResponderEliminarEl anónimo de arriba dio en el blanco. Ese podría ser el colofón del tema, la "omertá" mafiosa ante la naturalización de los chanchullos, que obliga a que se autocensure para no quedar aislado o marcado quien podría denunciarlos.
Y la solución final el chorro de una manguera a presión si alguien pusiera el cascabel al gato de una vez.
"EN 1945, cuando César González-Ruano se enteró de que habían concedido el premio Nadal a una joven desconocida llamada Carmen Laforet, reprochó a Ignacio Agustí que no se lo hubieran dado a él con estas palabras: «¿Es que no sabéis que en España los premios se han dado siempre a los amigos? ¡Dónde se ha visto que un premio sea para el libro que nos parezca mejor!». Han pasado más de setenta años desde entonces, pero la protesta del escritor continúa resonando en la cabeza de demasiados autores que, mientras echan pestes de la corrupción política, hacen sus tejemanejes para colgarse medallas que no se merecen. Y sé de lo que hablo".
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/cataluna/2018/03/02/5a993b08e5fdea53488b458e.html
Debe vagar el atribulado Jose como alma en pena por los etéreos ámbitos del Ciberuniverso. Resulta que en cosa de una semana se ha llevado dos reveses de tamaño familiar. Primero, la tuitera Cassandra es absuelta de sus chistes volátiles por el Tribunal Supremo, nada menos (¿tendremos el enemigo el casa, Jose?). Segundo, el Tribunal de Derechos Humanos ese, el de Estrasburgo, salta con que quemar imágenes del rey no es delito, sino libertad de expresión, siempre que el fuego no se lleve nada por delante, evidently. Y es que ya se veía que estos de Estrasburgo eran unos anarcóticos, aficionados la leyenda negra. ¿Dónde vamos a parar, Jose, con estos desmelenes?
ResponderEliminarPero no te preocupes, chicarrón, que ha de volver el orden y en unos días, con un par de detenciones (catalanes, plis), las pulsiones carcelarias de tu alma van a sentirse otra vez muy satisfechas.
En el ínterin, recibe mi más sentido pésame.
Salus Demenciorum parte de la idea de que quien no comulgue con sus ruedas de molino es porque necesariamente ha de hacerlo con ruedas de molino contrarias a las suyas. Otra cosa no cabe en su dura cabecita. De ahí sus cómicas burradas.
EliminarPara su (in)tranquilidad, la absolución de la tuitera a que se refiere me ha alegrado: yo hubiera hecho lo mismo. El mal gusto no es delito. Y respecto a Estrasburgo, digo lo propio: que cada uno combata sus frustraciones como pueda, siempre que no sea con daño de otros.
Hágaselo mirar, amigo; de veras que parece tener un serio problema de neurosis.
En contra de lo que sus muchos prejuicios le hacen pensar, o lo que sea eso que hace, no hay dos clases de personas, las que tienen razón por derecho de nacimiento, digan lo que digan y hagan lo que hagan (como usted), y las que cultivan el aprecio en bloque a todo lo que a usted le parezca mal. La realidad es infinitamente más rica, y más compleja, de lo que es capaz de aceptar su estrechísimo paisaje mental (y moral). Qué le vamos a hacer.
Sin entrar en sus ideas y la insistencia en defenderlas (cada quien defiende lo suyo) Jose se ha manifestado de manera sobria y civilizada siempre, sin denotar inquina ni malos deseos contra nadie. Dudo que tenga “pulsiones carcelarias”, o que sea un arquetipo zafio de una ideología reaccionaria, tal como da a entender Salus simplificadoramente (quizá cegado, él sí, por la ideología opuesta). Y también dudo que Jose sienta tanto como “resquemor” (si es que está en contra de ellas, siquiera) por las decisiones judiciales de Madrid o de Estrasburgo con respecto a un busto o una twittera, que nada tienen que ver con el conflicto en Cataluña en sí, y máxime siendo él tan legalista. No simplifiquemos ad hominem, please, que se nos ve el plumero.
EliminarPara que los enfermos recuperen la salud deben evitar incurrir en la obsesión, máxime cuando se trata de obsesiones de corte adolescente que practican el maniqueísmo ramplón.
EliminarInformar de que la señora Miriam Moreno ha conseguido un premio es un halago. Señalar que está casada con Andrés Trapiello es decir una verdad. Añadir que otro concursante codiciaba el premio es una perogrullada.
ResponderEliminarQue un halago, una verdad y una perogrullada puedan ser traducidos a "inquina y celos" revela una maquinación paranoica muy preocupante. Una mente dada a la cizaña.
Otra cosa muy distinta serán las suposiciones que los mal-pensados puedan hacer sobre posibles influencias o recomendaciones. Pero eso es ya estrictamente cosecha de los mal-pensados.
El Patronato de la Alhambra y el Generalife no volverá a permitir que el Premio de Poesía Americana, organizado por el Festival Internacional de Poesía (FIP) de Granada y la editorial Valparaíso, utilice el nombre del monumento. Así lo comunicó ayer esa institución, a través de un breve mensaje, en respuesta a una pregunta de IDEAL. La directora de la Alhambra, Mar Villafranca, no presidirá la entrega del galardón en su segunda edición, prevista para el próximo 8 de mayo en el Palacio de Carlos V, y «por motivos de agenda», ni siquiera asistirá al acto. La decisión se ha tomado después de que, a comienzos de abril, apareciera en internet una carta abierta a la Alhambra, bajo el eslogan 'No al fraude poético', en la que se denunciaban unas relaciones personales y profesionales entre algunos miembros del jurado y los premiados que, a juicio de los firmantes, «empañan el buen nombre» del monumento.
ResponderEliminarLa misiva, que finalmente fue enviada al Patronato, fue suscrita por 255 escritores españoles e hispanoamericanos, algunos de ellos de gran prestigio.
http://www.ideal.es/granada/20130425/mas-actualidad/cultura/alhambra-retira-nombre-premio-201304250155.html
¡Albricias y parabienes!
ResponderEliminarMe acabo de enterar con júbilo de que Jose ¡se ha alegrado de la exculpación de Cassandra! Take that one, my friend!
Añado que no me sorprende. Nunca dudé de las virtudes salutíferas de la muy didáctica WEB de Martín. Una WEB que actúa con gran poder como salus infirmorum y también (gracias Jose, por chivármelo) como salus demenciorum.
Y esto se pone prometedor. Porque si Jose ha entendido y asumido lo de Cassandra, se puede suponer que está a un paso de entender la democracia y el referéndum para Cataluña. Después de todo, entró en mi dura cabecita, ¿no? Cómo no iba a entrar en la suya cultivada y excelsa, finolis y sutil, serena y justiciera. Suerte tiene Jose de haber recibido una educación tan de lujo, no como estos fundamentalistas que creemos en el Bien y en el Mal, como la Biblia, esa antigualla.
El problema, mi buen pero architozudo amigo, no es que no entienda lo que usted me explica: es que no lo comparto, es que pienso de modo diferente al suyo. Ya sé que eso es demasiado difícil de entender para algunos, que creen que la democracia, la lucidez y la justicia consisten en apoyar su Pensamiento Único, y que quien no lo haga no es ni lúcido, ni justo, ni demócrata. Yo qué le voy a hacer.
Eliminar(Respecto a si la Biblia es o no una "antigualla", yo, que la he leído completa varias veces, y en dos versiones distintas, no sólo no lo creo, sino que recomiendo a cualquiera que guste de la lectura, y específicamente de la lectura literaria, que no deje de hacerlo. Y eso, al margen de cuáles sean sus creencias. Borges, como puede ver aquí, al final de la entrevista, http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/J_Luis_Borges.htm, pensaba exactamente lo mismo. Y siempre se dijo agnóstico).
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ResponderEliminar"...había resultado ganadora Miriam Moreno Aguirre, esposa de Andrés Trapiello, con su tesis doctoral sobre Ramón Gaya. En el jurado está Manuel Borrás y el libro ganador se publica en Pre-Textos... "
ResponderEliminarTrapiello ¿no es ese señor que da lecciones de moral y de honestidad intelectual a todo el mundo en sus artículos? Alguien con un serio sentido de la ética y que tiene amigos en un jurado no debe presentarse a un premio (o presentar a su mujer o a sus hijos). Eso, que en los países protestantes todo el mundo comprende muy bien, en los países latinos es muy difícil de comprender. Mi padre, que era protestante de padre alemán, no sólo no utilizaba su influencia, que era grande, para obtener cualquier favor para algún miembro de la familia, sino que nos prohibía terminantemente a sus hijos utilizar incluso la influencia de sus amigos (como por ejemplo para encontrar un buen trabajo de verano para tener dinero de bolsillo el resto del año). Rechazaba también sistemáticamente todos los regalos de la gente agradecida a la que había beneficiado por razones laborales en el marco de su trabajo. Viviendo gratuitamente en una casa que era de la compañía (americana) en que le empleaba y en la que no pagaba nada, nos prohibía también derrochar la luz o el agua (y no por razones ecológicas, sino de moral). Imagino lo que hubiera pensado de mí si yo hubiera presentado un libro de mi mujer a un premio en cuyo jurado hubiera amigos míos...
En esos asuntos, cada uno se comporta como cree más conveniente sin pretender dar lecciones a nadie, Der Wanderer. No hay ninguna irregularidad en presentarse a un concurso en cuyo jurado haya algún amigo, y de eso es de lo que se trata.
EliminarRespuesta de latino.
EliminarEn literatura, si llevas algún tiempo, raro es el jurado en el que no te encuentras con algún amigo o con algún enemigo. Con su regla, los escritores de cierta edad no se presentarían a ninguno (es lo que yo hago, pero no me pongo como ejemplo).
Eliminar(Rectifico, puse el texto incompleto):
ResponderEliminarHoy se fue un brillante sabio y luchador (uno de los pocos), entregado a su faceta específica. Eso nos deja más indefensos frente a la abundancia de "todólogos” cerriles, que en los foros públicos como este mismo, proliferan como (apagadas) estrellas.
El mejor homenaje que podríamos hacerle, es escuchar más y ser humildes.
Escuchar a la que fue su mujer, por ejemplo.
ResponderEliminarDe todo hay en la viña... y si un premio amañado favorece a una obra mejor que un premio no amañado, entonces ¿qué mal hay? Todo esto me recuerda el cuento de la Cenicienta, todas las pretendientes cortándose los dedos para tener el zapato de cristal (el premio), pero el premio se lo llevó... bueno, habrá que leer el libro.
Por respeto al aludido no contestaré nada. No debí mentarlo en una tasca, error mío.
EliminarY de paso, me morderé la lengua (yo me entiendo).
"Gil de Biedma deja de lado con frecuencia el tecnicismo poético, rimas, métricas y todo eso, convenciones y artificios".
ResponderEliminar¡Qué bueno como chiste!
Mi no menos tozudo y redicho amigo Jose, me apunto a mí mismo un par de Likes por haber acertado que eres un gran lector de la Biblia (quizás mejor: un gran consumidor de la Biblia). No tiene mérito, "lo de" vosotros suele ir todo en un mismo lote. "Lo de".
ResponderEliminarReconozco que es una gran obra para aprender lapidaciones, incestos, crueldades y violencia de género y número. Y las listas interminables de linajes son mucho mejores que contar corderitos. Pero yo soy más de la Ilíada y la Odisea, ya sabes, caballos de madera, Troya y todo aquello. Que también se las traen, no creas, pero en cuanto pruebes verás que no hay punto de comparación.
Salud (o sea, Salus) y República.
He leído también a Homero. No son, él y la Biblia, cosas comparables. Pero si de veras el amigo SI es incapaz de ver en ella otras cosas que las que cita, hará desde luego muy bien en escoger otras lecturas; para ésa, evidentemente, no está preparado.
Eliminar¿El caballo de madera está en la Iliada, en la Odisea o en la Eneida?
ResponderEliminarLa mención más antigua del caballo es de la Odisea. Pero la Eneida, que ya no es de Homero, sino de Virgilio, da más detalles.
EliminarLo digo de memoria, espero no confundirme.
Odisea de Homero, primero; breve. Luego, Eneida, de Virgilio.
ResponderEliminarSe supone un mito.
Yo sé que está en una marca de tragaperras. Si te sale el caballo de madera, el premio es importante.
ResponderEliminarSin salir de la Iliada, Canto XXIII…
ResponderEliminarEn unos juegos fúnebres (los concursos tienen algo de eso…), durante la entrega de premios Aquiles propone quitarle a Antíloco el segundo premio y entregárselo a su amigo Eumelo porque “tenía los mejores caballos” y merecía ganar (según él) aunque no lo hubiese hecho. Obviamente el legítimo ganador, el gran héroe de Troya Antíloco protesta, y Aquiles tiene que desdecirse y renunciar al amaño.
En otro momento se va a celebrar el concurso de jabalina, al que se presentan el célebre Agamenón y un tal Merión, el humilde y desconocido escudero de Idomeneo. Aquiles afirma que no hace falta celebrar dicho concurso siquiera, pues “todo el mundo sabe que el mejor lanzador es su amigo Agamenón”, o sea: el rey. Y se lo entrega por la cara. En este caso el insignificante escudero no puede rechistar (¿cómo podría?) ante semejante contubernio entre un héroe mítico y un poderoso monarca.
Definitivamente, el talón de Aquiles era el nepotismo. Menos mal que ya no pasan esas cosas…
Existen más libros en los que aparece el buen Martín, pero él no lo sabe. Claro que no es el buen Martín quien remolonea y se obstina por sus páginas, no... Farrell es uno de sus trasuntos; Merrell y Cromwell también. Y otros dos.
ResponderEliminarBrujas, Murano, Civitavecchia y Zarza de Granadilla son los escenarios de sus andares apaisados. Cuentos de estación fantasma a orillas del Ambroz-Canal Brujas-Ostende; obscenos de tabuco con pasillo cegado y mansarda que no le quita ojo al río dei Verieri; historia de un casón en Cordel de Merinas de Zarza de Granadilla, con vistas a Casas del Monte; historia de turnista metalúgico que teme que le burle su mujer, pero que "lleva" querida desde la Transición a aquella parte, transustaciada aquella de un pantalán de la ría avilesina a la Hostia de Anco Marcio.
Por estas.
Naturalmente, Ostia Antica.
ResponderEliminarEn su crítica de hoy en Bsbelia Jordi Gracia no tiene ningún inconveniente en calificar de novela a la "última entrega" de Muñoz Molina.
ResponderEliminarEs una curiosidad como otra cualquiera, desde luego.
Y perdón por lo extemporáneo del comentario
EliminarTambién dice que le sobran páginas
EliminarNo coincidir con Jordi Gracia no es algo que precisamente me moleste.
ResponderEliminarPor eso he hablado de "curiosidad".
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