domingo, 12 de marzo de 2017

Sin trampa ni cartón: Raíces profundas


Sábado, 4 de marzo
LLAMO LA ATENCIÓN

Estoy, como cada tarde, trabajando en mi rincón de Los Prados (me divierte llamar trabajo a lo que yo hago), cuando se me acerca una niña, de unos diez o doce años: “Perdone que le moleste. ¿Podría hacerle una pregunta? Es que a mi amiga –y me señala unas mesas en que varias niñas de su edad parecen estar celebrando un cumpleaños– le gustan mucho los libros y se ha extrañado de verle leer aquí, en McDonald’s, y le gustaría saber qué libro está leyendo”.
            Le enseño el libro que tengo entre manos, con la foto de un padre que le pasa la mano por encima del hombro a su hijo adolescente en la portada. La amiga interesada, al ver que yo respondo amablemente, se ha acercado también.
----Es una obra muy emocionante de Javier Gomá. Se titula La imagen de tu vida. Un hijo habla de su padre después de la muerte de este y de la imagen que cada uno de nosotros deja al morir.
----¿Es un niño quien habla? ¿Es el que aparece en la portada?
----Es ese niño cuando tiene cincuenta años –y les enseño la foto de la solapa. El libro se refiere también de lo que queda de nosotros después de la muerte o de lo que nos gustaría que quedara.
----¿Y puede concentrarse con tanto barullo?
----Claro. ¿No veis a esa gente que en cuanto se ponen a hablar por un móvil o a mirar la pantalla es como si desapareciera todo lo que hay a su alrededor? Pues a mí me pasa lo mismo con un libro, claro que no con cualquier libro. Y en la mesa de una cafetería, no mientras cruzo la calle en rojo o camino tropezando con todos, como hacen los del teléfono.


Domingo, 5 de marzo
EL MAL QUE HICIMOS

Veo Logan, la última aventura de Lobezno, el superhéroe de la Marvel, y como en el soneto de Guillén “me angustia una certeza”, no la del futuro del mundo, la de mi propio futuro.
            Le quito los episodios de reiterada violencia, tan poco convincentes en su fantasiosa explicitud de vídeo juego, ¿y qué me queda? Envejecer, morir, como el único argumento de la obra.
            Al antiguo héroe, que ahora trabaja como conductor de limusinas mientras cuida de su viejo maestro que padece alzheimer, le surge la oportunidad de una última aventura. Se niega a ella todo lo que puede.
            Como don Quijote lee sus aventuras en un libro, así él se encuentra con las suyas en las páginas de un cómic. Comprueba que están llenas de mentiras: las cosas nunca son como se nos cuentan.
            No existe el Edén a donde ha de llevar a Laura junto a los otros niños mutantes salvados de la matanza de los inocentes. Es solo un invento de fantasiosos guionistas. La enfermera Gabriela ha tomado la dirección del refugio seguro de un simple tebeo.
            No existe, o quizá sí, al otro lado de la frontera. Como Moisés, muere Logan al borde de la tierra prometida.
            En la habitación de un hotel de Las Vegas, Charles Xavier, el viejo profesor, ve Raíces profundas con Laura, la niña mutante. Desde ese momento yo veo dos películas: el viejo western sirve de trasfondo a las desventuras de Lobezno.
            Shane, el enigmático pistolero que ha salvado a una humilde familia del acoso del terrateniente, ha de seguir su camino solitario, no puede quedarse a disfrutar de una vida apacible. “El daño que hemos hecho nos acompaña siempre”, dice o creo recordar yo que dice.
            Pasa el tiempo y perdonar el mal que nos hicieron resulta fácil. Pero, por mucho tiempo que pase, qué difícil, qué imposible resulta perdonarnos el mal que hicimos.


Lunes, 6 de marzo
CIORAN EN VILLAVICIOSA

Para el hombre rutinario, y yo creo serlo más que nadie, todo se convierte en aventura. Por ejemplo, que un amigo me lleve, poco más de veinte minutos de coche, hasta el taller del pintor Guillermo Simón, en un pequeño alto frente a la ría de Villaviciosa. Entre sus nuevos lienzos, que algo recuerdan a los repetidos nenúfares de Monet, aparece, arrumbado contra la pared del estudio, un homenaje a Cioran.
----Hubo un tiempo en que caí bajo su maleficio –nos dice el pintor. En París estuve a punto de conocerle. Me señalaron la buhardilla en que vivía y yo llegué hasta el portal, pero no me decidí a subir. Me dio por pensar que si hablaba con él acabaría por robarme todo el interés por la vida.
            La tentación de existir se titula el homenaje. Pero yo pienso que la verdadera tentación, la mayor tentación de todas, es la de no existir. En una versión apócrifa de la Biblia, que Borges reproduce en alguna de sus antologías de la literatura fantástica, lo que Eva ofrece a Adán no es una manzana, sino un fruto venenoso, o quizá era una manzana,pero como la de Alan Turing, llena de cianuro. La tentación de la serpiente es el suicidio, ser como Dios, volver a la nada, el verdadero paraíso, manchado por la diabólica creación.
            Bajamos luego hasta la playa y los penumbrosos pinares de Rodiles. La anticipada primavera, el juego de las luces y las sombras, el ir y venir de las olas sobre la arena solitaria, me hacen olvidarme de Cioran y la tentadora oferta que reiteraban una y otra vez sus libros, oferta que él mismo siempre se negó a aceptar.
            Mientras regreso en coche a Oviedo, recuerdo uno de sus aforismos: “Nadie puede conservar su soledad si no sabe hacerse odioso”.


Martes, 7 de marzo
MINTIERON LOS PADRES DE LA PATRIA

Tras la lectura de poemas en la librería Cervantes, menos tediosa (o así me pareció a mí) de lo que suelen ser estos actos, discusión política con el poeta José Luis Argüelles. Le sorprende que yo me haya afiliado al partido en el que ponía y quitaba presidentes un tipo como Fernández Villa. “De esa España venimos”, le digo. “De una España en la que Fernández Villa era un héroe sindical y un personaje como el anterior jefe del Estado un admirado estadista.  Nos engañaron. Nuestros padres mintieron, como en el poema de Kipling que copia Juaristi. Nuestros padres, nuestros periodistas, nuestros políticos. Me gustaría hacer todo lo posible para que esas cosas no vuelvan a suceder”.


Miércoles, 8 de marzo
NO TE PREOCUPES

Voy con Martín, Cristian y Marta a visitar por primera vez a Ana, la hija de mi amigo Alfonso, la hermana de Ernesto. Como todo es relativo, Ernesto, que hasta hace menos de una semana era un niño, ya parece un adulto con su hermana en brazos, mirándola sonriente y protector, y el bebé Martín, que aún no ha cumplido medio año, parece un gigante, un orondo buda, comparado con la minúscula maravilla de Ana, ese ser de otro mundo mejor, recién llegado a este y que aún no se atreve a abrir del todo los ojos por miedo a que no le guste demasiado lo que ve.
            No te preocupes, Ana, aún te quedan algunos años antes de que puedas leer los periódicos, ver las noticias y darte cuenta del mundo injusto en que te ha tocado vivir. Disfruta hasta entonces, querida Ana, diminuta Ana.


Jueves, 9 de marzo
INCONVENIENTES DE LA OCIOSIDAD

Supongo que como para todo el mundo, los días no siempre tienen para mí el mismo número de horas. Unas veces, las menos, se me quedan cortos y otras parece que les sobran horas por todas partes.
Siempre hago lo que tengo que hacer en la mitad del tiempo que he previsto para ello y luego, claro, no me queda más remedio que aburrirme. He probado a ir más despacio, por supuesto, e infinitas veces, pero a menor velocidad todo me cuesta más esfuerzo y no por eso me queda mejor. O sea, que he terminado por acostumbrarme a mi tempo, siempre molto accelerato, aunque luego me sobre tiempo. Y ya se sabe que el demonio, o como quiera llamársele, prefiere la ociosidad para hacer de las suyas.
Había terminado de hojear los libros que me habían llegado esta mañana sin clases (todos de poesía, pero sin un sorbo de poesía que llevarse a la boca), cuando una desconocida, sin decir palabra, se sentó frente a mí y se quedó mirándome fijamente. "¿Nos conocemos?", dije por decir algo. Siguió mirándome, sin despegar los labios, sin fingir siquiera una sonrisa. Comencé a sentirme incómodo, iba a levantarme, a cambiar de sitio, cuando ella susurró: "Demasiado".
Entonces se acercó el camarero, Íñigo, a preguntarle si quería tomar algo. "Ya me iba", respondió. "He pasado solo a saludar a este canalla". Íñigo puso la misma cara de sorpresa que puse yo.
Cuando la mujer se alejó, me dijo: "Cuánta gente chiflada hay en el mundo".
Yo me quedé entre extrañado y asustado. Todos tenemos un pasado tapiado, encerrado con cien llaves, que solo vuelve en alguna pesadilla, pero estoy seguro de que aquella mujer no forma parte de él  ¿O sí? Mi memoria siempre ha sido pésima para lo que no me interesa recordar.


Viernes 10 de marzo
UN LISTILLO  MÁS

Voy contra mi interés en confesarlo, como dice Bécquer en la más campoamoriana de sus rimas, pero mi deporte favorito, el que nunca me cansa, consiste en tratar de demostrar que soy más listo que nadie.
            Como no es una actividad que ayude a triunfar ni a hacer amigos, trato de encontrarle alternativas. No se las encuentro. Nada me apasiona tanto como demostrarle a un catedrático de derecho constitucional que la constitución española no afirma que el jefe del Estado no pueda ser juzgado por los delitos que pueda cometer como ciudadano particular. Solo es inimputable en su actividad pública, de la que es responsable el gobierno. Nos mintieron en eso, como en tantas cosas.
            Me apasiona tratar de demostrar que soy más listo que nadie, pero está claro que no lo soy –solo un listillo más--, puesto que no soy capaz de disimularlo.


           




45 comentarios:

  1. "Shane", acá "Raíces profundas"... Era niño cuando vi este western inolvidable y, no obstante ello, ya me fijaba por entonces en un efecto acústico que contravenía lo que la Física de primaria me enseñaba en la escuela. Me explico. Cuando el niño Joey (Brando de Wilde) corría detrás del flemático Shane (Alan Ladd), que se iba al trote en dirección a las Montañas Rocosas (aún sentía en el muslo el calor del cañon del colt recién vaciado) y gritaba su nombre con lágrimas en los ojos -"¡Shane!"-, el telón de fondo de las montañas lejanas devolvía con una demora de cosa de un segundo el eco de la voz del niño: ¡Shane!...¡Shane! Esta anomalía se repite tanto en la versión original como en el doblaje en español: lo acabo de comprobar (lo sugerentes que pueden llegar a ser los blogs literarios). Confieso que mi escepticismo respecto de la pericia con que venimos haciendo las cosas los españoles (las galeras de Lepanto eran buenas, pero se notaba la gubia de los genoveses: ved una magistral en las Atarazanas de Barcelona) me hizo dudar del origen de esta pifia. Pido, pues, perdón a los excelentes equipos de doblaje, que ya por entonces hacían las cosas muy bien (José Guardiola, Antonio A. Vidal...).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María Miranda Taibo12 de marzo de 2017, 22:11

      Sí, el doblaje de las películas de aquella época es una delicia, se nota que está hecho con primor (las voces, las interpretaciones, los textos). El de ahora suena todo a estudio y, además, homonegeneiza las películas: todas las películas las protagonizan las mismas voces.

      Eliminar
  2. Demetrio Cárdenas12 de marzo de 2017, 16:56

    Seguramente Martín no es más listo que nadie, la listeza se ha puesto por las nubes y es muy difícil ser más listo que Sabrina Pastersky.

    Pero es lo bastante listo para haberse percatado de fraudes, deslealtades e incluso infamias que muchos supuestos enterados ni siquiera han olido. Debería ser suficiente. Tampoco hay que pasarse en exigencias ni en expectativas.

    ResponderEliminar
  3. Cuando morí adolescente de un tifus que creíamos vencido, pero que finalmente me venció a mí, mi severo padre, de pie junto a la cama en que yo yacía, acercó la cabeza y me dijo con voz grave:

    -Que sea la última vez que nos haces esto a tu madre y a mí.

    ResponderEliminar
  4. Creo sinceramente que JLGM es muy listo. Creo también que creerse más listo que nadie es una muestra de no mucha inteligencia; y empeñarse en demostrarlo, más. (También creo que es lo bastante listo como para saberlo).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, Anónimo: No sería tan listo como me creo si no supiera que no soy tan listo como me creo.

      Eliminar
    2. Es mejor hacer como los masones, que nunca hablan de política ni de religión porque separan a los hombres. Así luego todos parecen espías de la KGB.

      Eliminar
  5. Yo también me he preguntado muchas veces sobre esa "irresponsabilidad real", en caso de un acto cometido en el ámbito particular.
    Pero tampoco he sabido responderme a la manía tan extendida de calificar de inconstitucional o preconstitucional o anticonstitucional a la bandera con el águila y resto de aditamentos, que continuó vigente desde la misma firma de la Constitución hasta finales de 1981. Es decir, no durante tres meses de despiste burocrático o lenta implementación (palabra hortera donde las haya que procuro dejar en evidencia bajo cualquier pretexto, como, salvando las distancias con mi humilde voz, hace Javier Marías en su impagable "Lección pasada de moda")sino durante más de tres años. Se conoce que en aquella época de tanto tiro no se tiraba ni al pichón ni a la gallina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fácil respuesta a la segunda cuestión. Si la bandera con el águila dejó de ser constitucional en 1981, calificarla de tal antes de esa fecha es un error (tengan cuidados los novelistas y los guionistas de cine).
      Y más fácil la respuesta a la primera. Basta leer la Constitución, que solo habla de que el rey no es responsable de sus actos públicos porque estos carecen de validez si no están refrendados por el presidente del gobierno o el ministro correspondiente. De los otros actos, los privados, no dice nada. De donde se deduce que están sujetos al código penal como los de cualquier otro ciudadano. Nos engañaron al decirnos que el jefe del Estado puede cobrar comisiones, como un Roldán cualquiera (o pagar con dinero público sus amoríos privados), sin que tenga que responder ante la ley.

      Eliminar
    2. La respuesta a la que alude el sr. Martin como segunda cuestión no se corresponde con mi pregunta, que no busca aclaración (yo ya la doy) sino demuestra perplejidad ante "la manía extendida de calificar...", vicio muy frecuente en el que incurre la inmensa mayoría de españoles, sean o no novelistas, guionistas o sabihondos periodistas.
      Algo parecido ocurre con la segunda. A mí manera me hago eco y participo de su interpretación y comprendo el debate con el catedrático sobre la viscosa responsabilidad real.
      Parece que con tal de rebatir y poner la guinda, el sr. Martin se precipita aunque se opine como él, cuando a menudo se lamenta en este espacio de los insolentes correctores de sintaxis y menudencias.
      Un saludo de este capoamoriano confeso, aunque la coincidencia solo afecte al terruño de nacimiento. Buena tierra, Navia, denostada por su relativa proximidad a Galicia, como si la irrenunciablemente asturiana Llanes no estuviera más cerca de Unquera que Navia de Ribadeo. Siempre me llamó la atención esta distinción entre zonas híbridas y puras. Para algunos, hasta la misma Luarca es casi lucense.

      Eliminar
  6. Algunos artistas-artesanos plásticos tienen sagacidad para ver lo que el mundo sensorial ofrece a todos pero que pocos aprovechan (porque no lo valoran, naturalmente). La textura de una piedra, el desconchón de una pared, la forma de las nubes, las dendritas que brotan de las cosas aplastadas, el jardín botánico en miniatura que crece en un bardal, el tapiz de líquenes y musgos de una tapia, la caligrafía de ciertas maderas al secarse, las microfotografías orgánicas, los cristales, un raspón en una vieja puerta pintada, el discurrir de la pintura licuada por un lienzo... Simón tiene ojo para eso y, como dicen (y yo comparto) que el artista hace arte por el mero hecho de escoger lo que ya existe y le viene dado (la huella de un neumático, un botellero, el sillín de una bicicleta...), pues que va él y aprovecha esos azarosos efectos que se dan en la materia cuando se la golpea, raspa, amplifica, descompone o se la vierte diluida sobre un soporte, dejándola hacer pero controlándola también (eso que llaman vertidos)..., de manera que si se estrella la clara de un huevo contra un cristal oscuro ya tenemos la fotografía de una encalmada lacustre muy propia de la Estigia. Si no nos convence el resultado, estrellaremos huevos en cantidad indefinida hasta que digamos
    : este, sí. Por no hablar de ese fondo sin fondo de figuras procedentes de la manipulación digital, al alcance de todos quienes tengan interés y gusto por ellas. Esa manera de hacer es mucho más usual de lo que se piensa.
    Pero estos pintores dotados para la recolecta virtuosa de los efectos lumínicos, matéricos, gaseosos, cibernéticos..., suelen estar mal dotados para figuración. Hablando claro: ese cuadro de Simón, que representa a un guillotinado Cioran (es una simple copia de una fotografía que circula mucho por ahí) es un descender a los infiernos de la vulgaridad pictórica, que conecta con un torpísimo cartel conmemorativo de ciertas fiestas lugareñas que yo me sé. Porque no es lo mismo plasmar con acierto (aunque sin apenas meter mano en la harina, solo con elegir efectos que nos vienen a la mano), que embadurnar con manchurrones gratuitos una pintura creada (?) por uno -esta vez ex novo-, como es el caso de esta (no he visto el original, pero me basta la muestra) de la decapitación del bueno-malo de Cioran. Terrible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Defensa de Guillermo Simón: el homenaje a Cioran es antiguo, de sus inicios, y él lo tenía arrumbado en su estudio. No pretende exponerlo. Yo lo saco a la luz por el representado y lo que significa. Espero que el artista me disculpe. Y que los expertos en pintura (o eso pretenden hacernos creer) dejen su juicio estético para mejor ocasión.

      Eliminar
  7. Eso es para que te des cuenta de cómo duelen las críticas (honradas y atinadas críticas, por qué no) que haces a tus colegas. Y no tomes este comentario como censura porque las vengas haciendo, pues te equivocarías radicalmente: soy de los que piensa que, si queremos que lo bueno sea estimado por lo que vale, hay que despejar el panorama de lo que lo compromete y afea..., más o menos.
    G. Simón es un artista interesante, que experimenta y halla. Pero esas carencias que muestra en otros aspectos de su quehacer son evidentes y hasta desconcertantes: hay por ahí un reciente (y premiado) cartel conmemorativo que es un espanto. Lo que me choca es que quien acredita cualidades plásticas innegables, tenga un criterio tan laxo para ciertas otras cosas que viene haciendo y que tienen algo que ver con la valoración de su calidad pictórica. Porque son también hijas suyas, claro.
    PS.- No soy experto en pintura: soy artista.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No entro en discrepancias entre colegas. Solo digo que criticar por un antiguo cuadro desechado no es justo. Sobre carteles que no conozco, no opino.

      Eliminar
  8. Miguel el Entrerriano14 de marzo de 2017, 16:20

    Dadas las expectativas creadas, sus lectores nos merecemos que nos cuente qué diablos le hizo a aquella mujer, qué innombrable afrenta, para que ella se atreviera a calificarle de "canalla" desde el otro lado del velador. Y si esto es imposible, porque no hay nada que contar, que se lo invente, Martín, que idee una vejación merecedora de ese adjetivo, canalla, uno de los más arrasadores que se pueden dirigir a una persona en nuestra lengua.

    Y yo no me fiaría de esos enjambres de niñas que le interrogan en Los Prados, son perversas polimorfas, ya nos lo explicó Herr Sigmund, y yo siempre las imagino como la Caperucita Roja del conocido poema de Luis Alberto de Cuenca. No piensan más que en ser inauguradas por el lobo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tonterías, Entrerriano. A la mujer del "canalla" no la conocía de nada; recordé otras actitudes poco elegantes que tuve alguna vez (y que no voy a contar: mi historia algunos casos que recordar no quiero).
      Y no proyecte sus fantasías sobre los demás y las demás.

      Eliminar
  9. Estoy con El Entrerriano Dice Hitchcock: si en un fotograma sacas una pistola en algún momento hay que usarla (Más o menos; cito de memoria) Si JLGM cita ese "canalla" tendrá que explicarlo y si no hay explicación porque el insulto es gratuito debería haber dejado la pistola en el cajón porque crea unas expectativas que no se cumplen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En la realidad, al contrario que en las malas películas y en las novelas policiales de la serie B, no todo tiene explicación.

      Eliminar
  10. Miguel el Entrerriano14 de marzo de 2017, 23:40

    Intentaré seguir su consejo, Martín, pero es tan aburrido un mundo sin proyecciones...
    Quizás no resista.

    ResponderEliminar
  11. Sí, con el cierre de casi todos los cines nos estamos quedando sin proyecciones. Qué asco de mundo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no, Tancredo. Exactamente lo contrario. Hay más salas de cines que espectadores para llenarlas.

      Eliminar
  12. Los precios abusivos del cine (con un IVA disparatado) hacen que una familia mileurista se lo piense antes de ir. Así tiene fácil explicación que cierre tanta sala de proyecciones; apenas resisten los mastodontes de la periferia, a los que hay que ir en coche, como si fuese a una pequeña excursión. Y ,además, falta materia prima para fidelizar a una persona normal con el cine: por una película interesante diez para descerebrados o adolescentes.

    ResponderEliminar
  13. Martín, qué respuesta más desajustada la tuya; confundes los efectos con las causas: sobra aforo porque falta tela. Se ha empobrecido de tal manera a la gente que ya no pueden ir ni al cine; hasta en el franquismo atroz ir al cine estaba entre las cosas más asequibles (claro que existía la buena cosa aquella de los cines de reestreno). El lamento de don Tancredo creo que va en esa dirección que digo: nos estamos quedando sin proyecciones porque mucha gente no puede distraer diecisiete o dieciocho euros por pareja. Y sin contar el imprescindible macrotanque de palomitas: si uno no puede comprar palomitas no va al cine.
    Y claro, los que podemos pagar sin problema la entrada y las palomitas nos quedaremos sin cine, porque la inmensa mayoría lo tienen más difícil cada día. Y los cines que quedan, si Dios o PODEMOS no lo remedian, terminarán cerrando. De eso se trataba.

    ResponderEliminar
  14. Bah, bah, bah. "Con el cierre de casi todos los cines": falso, quedan cines más que suficientes para la demanda (y bastante mejores que los que había hace años).
    ¿Precio abusivo? Para decir eso habría que saber lo que cuesta cada proyección (local, empleados, pago de la película, impuestos) y dividirlo por la media de localidades ocupadas. Y hay ofertas y días más baratos y no todo el mundo tiene que ir el fin de semana. Pero de lo que no hay duda es de las cosas tienen su precio.
    Y si no todas las películas son buenas, mejor que mejor. Así seleccionamos, vamos al cine solo cuando hay una película de interés, disfrutamos y nos ahorramos el dinero que gastaríamos en bodrios.
    De lo de las palomitas, mejor no hablar. ¡Ahora resulta que algunos votantes de Podemos (o eso parece) piensan que son obligatorios! Me imagino que deben ser los votantes que eligieron a esa senadora que gana cinco mil euros al mes, vive en un piso social y se niega a pagar el alquiler.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Martin, Martín, Martín, (¿Te acuerdas de un regatista aragonés que se llamaba así, sin las comas?... No mezclemos churras con merinas. El cine es caro aunque lo diga un votante de Podemos. ¿Qué culpa tiene él de lo que hagan sus políticos? ¿O acaso alguien te acusa de la lamentable deriva de tu paisano Fernández?

      Eliminar
    2. La piqueta de la incultura de los alcaldes madrileños se ha llevado por delante auténticas joyas arquitectónicas, como suele hacer desde tiempo inmemorial con los vestigios del pasado que conforman nuestra historia. Cito, entre otros, los siguientes cines enterrados: Carlos III, Roxy A, Roxy B, Princesa, Bulevar, Urquijo, Amaya, Juan de Austria, y hasta Emperador y Palafox. ¿Debemos hacer lo mismo con nuestras bibliotecas, quemar los libros viejos porque el e-book no ocupa sitio, y es más barato, y es más inmediato, y se lleva de viaje?
      El comentario del sr. Martin está equivocado porque lo ha hecho de forma visceral, con su precipitación habitual cuando no encuentra causa de polémica.

      Eliminar
  15. En efestos, quedan cines más que suficientes para la demanda..., pero es que la demanda se ha jibarizado por lo caro que resulta ir al cine. Tienes tazón, sin embargo, en que los exhibidores solo perciben una parte del importe de la entrada, quedándose entre los dedos de distribuidores y fisco una parte sustancial. Pero eso no obsta para seguir afirmando que el cine es caro. Y decir que mejor que no abunde el cine bueno (o que se alegre uno de que predomine el malo, que viene a ser lo mismo), es como decir que qué bien que llueva y vente, que así no gastamos las medias suelas de los zapatos: quedemos encerrados en casa tan contentos, viendo la bazofia que nos echan, entre anuncios, en la tele. Hay que ver qué deducciones hacen los listos, coño...
    Sí, sí, maestro, no había caído en la pavada que es imponerse un cartucho de palomitas por sesión. Estaba pensando en proponer en una asamblea eso de "ni un pobre sin su cubo de palomitas cuando va al cine", pero creo que lo reconsidero.

    PS:_ Los diputados y senadores de PODEMOS no han renunciado a percibir sus respectivos emolumentos del Estado, pero se quedan con el equivalente a tres salarios mínimos en su bolsillo personal; cosa esta de una rareza inusitada entre los demás parlamentarios del arco Atlántico.
    PS 2.- A ver ese don Pedro...

    ResponderEliminar
  16. Miguel el Entrerriano17 de marzo de 2017, 1:44

    No, Martín, no todo queda respondido con Bah Bah Bah y con Tonterías Tonterias. Hay estudios económicos serios de Facua, por ejemplo. Ente 2004 y 2014 el IPC sube un 26.6% y el precio del cine un 45.2%. Lo que hay que preguntarse para hablar con fundamento es qué fracción del salario medio costaba una entrada en 1980 -digamos- y qué fracción cuesta hoy. O si no, por equivalentes: cuántas entradas se compraban en 1980 con el precio de un menú del día ordinario y cuántas se compran hoy. U otras equivalencias, cajas de leche o barras de pan. Con "precios abusivos" no se quiere decir necesariamente que los dueños del cine abusen. Más bien que el precio de las entradas deja tiritando los menguados bolsillos del asalariado de hoy día. Muchos no se pueden permitir el cine.
    Y por favor, no colguemos ahora las palomitas a Podemos por culpa de un par de memos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y comparar cuál era el presupuesto de una película de entonces y cuánto una de ahora. Al contrario que ayer, las películas nos llegan hoy gratis a casa por múltiples medios.
      Repito: bah, bah, bah. También para quejarse de algo hace falta un mayor uso del pensamiento racional.

      Eliminar
  17. Me gustaría estar presente cuando Martín vaya a Aldeanueva del camino y cuadre que decide cortarse el pelo en la barbería del pueblo. Me lo imagino porfiando con aquel hombre de manos de labriego de secano -que apenas si puede meter los dedos por los ojos de las tijeras- sobre si son mejores pastos los de la parte de Granadilla o si los magros de Casas del Monte son los mejor curados de la comarca. La conversación-disputa se puede embravecer si sale el tema de cómo tratar la sarna de los puercos. La temeridad en la porfía de Martín da para que ponga su pescuezo al alcance de la cizalla de un barbero aldeanovense enfurecido (que creo que son los peores). Y es que hay cosas que no tienen remedio: se nace como se nace.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo, estimado F, y otro para B. Alvarez. Me despido porque la mala educación enturbia algunos foros y produce sarpullido. El pelo de la dehesa se le pega a unos y no se les cae en toda la vida.

      Eliminar
    2. Miguel El Entrerriano17 de marzo de 2017, 13:34

      La barbería se llenaría de "bah, bah, bah" y de "Tonterías, tonterías". Sólo que la repetición de "bahs" te da la razón tanto como a las ovejas la repetición de "beees". Se tiene cuando se tiene. Manos mal que es buena persona, aunque le gusten las porfías más que a Trump los muros.

      Eliminar
  18. El cine es carísimo. Como todo el mundo sabe, hacer una película cuesta muy poco, casi tan poco como un folio y un bolígrafo, que actores, técnicos y demás familia trabajan gratis, y el material lo regalan. Con un euro de entrada van que chutan (digo no, que lo de chutar es, justificadamente, bastante más caro), y aun les hacemos un favor, diga usted que sí. Subvencionados, vendidos, izquierdosos de salón. Habráse visto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, qué cosa más rara: un anónimo irónico e inteligente. Se agradece entre tanto entrerriano.

      Eliminar
    2. Miguel el Entrerriano17 de marzo de 2017, 19:01

      Gracias, Martín, por desgracia -para usted- la inteligencia se muestra, se prueba, se exhibe. No se autoafirma. La autoafirmación solo mide la dosis de narcisismo en sangre. Pero da igual, no pasa nada cuando el Narciso ya lo ha contado (lo cuenta cada semana) y lo tiene a gala. En tal caso "todo está perdonado", como decía Reig.

      Eliminar
    3. Sólo ahora leo la respuesta de JLGM y el comentario del "Entrerriano". Dado lo peculiar de su redacción, no tengo claro si este último, con lo del "Narciso", quiere decir que mi comentario anterior no es mío, sino del propio JLGM. En caso afirmativo, no sería la primera vez que me confunden con él. Pues no, mire, yo NO SOY JLGM. Y a menudo le critico. Pero sólo lo hago cuando pienso (equivocadamente o no) que no tiene razón. Cuando creo que sí la tiene, me callo; o, si hay discrepantes y me estimulan lo bastante, le apoyo. Eso es todo; pero parece que es difícil de entender, o al menos de creer, para algunos.

      Eliminar
  19. T (que a veces cambia de sitio una guarda de la llave y queda T).17 de marzo de 2017, 12:22

    Aldeanueva del Camino, naruralmente.

    ResponderEliminar
  20. El comentario más bobalicón, pelotillero y carente de gracia es el que le gusta al señorito: pues qué le vamos a hacer. Este seguro que también es del PSOE, rama gallináceo-de Loyola.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo siento mucho, lamento repetirme, pero ¿cómo se pueden calificar las anteriores líneas de F. sino como "tonterías"? Desafío a cualquiera a que encuentre otro calificativo menos descalificador.

      Eliminar
  21. Dr. Gastón Froid-Chaud18 de marzo de 2017, 10:59

    "Las anteriores líneas" del brillante F. (a veces se pasa un poco en la exhibición de ese talento inaudito que tiene, pero es cosa habitual en los talentosos desinhibidos como él) son un dechado de objetividad y de buen razonar al lado de los absurdos que usted sostiene con una impavidez que, si no asusta, jode bastante. A mí poco, desde luego, que me pagan por aguantar monsergas de orate cada día y no hago cosa propia los deliquios cerebrales del prójimo en lo que pudieran referirse a mi persona, que no es el caso.
    Trabajé largos años en la Georg-August-Universität Göttingen (para dictaminar me hubiese bastado calentar banco en la más modesta Oviedo) y estoy en condiciones de hacer un juicio de valor sobre lo que el talentoso (y simpático, y hasta guapo, según los datos que poseo de él) F. escribió en su último comentario y que usted nos ofrece como material de evaluación.
    Pues bien, la primera parte del escueto comentario es consecuente a más no poder: la réplica del que se presenta como Anónimo es un claro ejemplo de sinuosa y servil conducta hacia alguien con quien se quiere quedar bien, apoyándolo en sus disparatadas opiniones que, precisamente por serlo, ponen de manifiesto y sin ambages y para que quede claro al destinatario -que no es tan tonto como para dejar pasar desapercibidas estas cosas- el guiño de complicidad. Este guiño (pido disculpas si mi disección de este nimio corpus delicti es algo farragosa, pero es del todo necesario cierto rigor, aunque puede que sea también deformación profesional); este guiño, digo, que tendría como objeto la indisimulable intención de congraciarse con alguien que puede favorecer al adulador, pudiera llevar encriptada la sibilina intención de hacerse grato a quien le pudiese favorecer en algo. Y, dado que el señor Martín es un acreditado (y temido y repudiado) crítico literario..., pues que la cosa va quedando clara: el sinuoso buscaría una crítica benevolente, cuando toque publicar alguna cosilla menor. Esta línea de investigación mía sí que se puede decir que enfila la vereda correcta (¿verdad discípulos míos, que sé que me estáis leyendo).
    Queda claro, pues, que se trata de un caso de adulación que busca justa correspondencia.
    En cuanto que el anónimo servil profese la fe del llamado "susanato de derecha golpista", decir que este doctorado por la Georg-August está en condiciones de afirmarlo porque identifica al sujeto en cuestión con quien ha ostentado esa perniciosa inclinación política reiteradas veces. La mención parabólico-metafórica que el señor F. hace a Íñigo de Loyola es una elegantísima píldora dirigida a quien tiene a gala ejercitar los modos propios de un jesuita, o en su caso de sacristán adjunto.
    Creo que haberle dado al señor Martín una lección de recto y sustancioso razonar, quedando él con en culo al aire (Esel in der Luft) en su pretendido (träumer) afán de justificar lo injustificable.
    PS.- Si harta a los mejores, que terminan yéndose, debiera el autoproclamado "listo del pueblo" hacérselo mirar. De momento queda herr F., que me parece el mejor... Veremos.

    ResponderEliminar
  22. El último anónimo es un genio y tiene más razón que un santo. Hacer películas es muy caro, y los beneficios a que aspiran las productoras son desmedidos y codiciosos, pero justos, oye, están en su derecho. Hay que poner las entradas del cine a 100 pavos, no vamos a consentir que Alomodóvar pase hambre o que los Metro, los Goldwin y los Mayer tengan que malvivir en sus mugrientas mansiones de Hollywood. Lo dicho, entradas a 100 pavos. El hecho de que luego casi ningún españolito pueda ir al cine es un inconveniente menor, qué se le va a hacer. Son los contras de nuestra maravillosa Sociedad de Libre Mercado. ¡Vaya película, Anónimo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vaya tontería, Sagredo! (Parece que "tontería" es mi palabra favorita, pero cada uno tiene los comentaristas que tiene.)
      No sirve de nada, pero yo lo explico (tengo vocación pedagógica): de los espectadores que acudan a las salas no solo viven los codiciosos productores y almodóvares, sino los maquilladores, los electricistas, los cámaras, los que venden las entradas, los que limpian los locales, los que los alquilan, etc, etc. La exhibición tiene un precio que tiene que buscar un justo medio: por arriba o por abajo genera pérdidas. Excesivo, bajan los espectadores; demasiado bajo, no cubre los costos.
      Pero también hay cine gratis (es un decir: se paga con los impuestos de los que van y los que no van) en centros municipales, culturales, etc Y cine gratis en las cadenas generalistas de televisión (se paga con la publicidad).
      En fin... allá cada uno con sus entrañables prejuicios a los que no permite que llegue la luz de los datos y el sentido común.

      Eliminar
  23. ¡Pero bueno, Martin! O sea que además de los Goldwin hay que pagar a electricistas, maquilladores y cámaras!

    Pues entonces con 100 pavos no vamos a ninguna parte. Entradas a 200 pavos más IVA.

    De todos modos ya empiezas a hablar de "justos términos medios" y a bajarte del borrico. Un mes más en el tema y terminamos tan amigos. Bonita película.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más bobadas, más. Qué razón tienen los que dice que los conocimientos económicos de los españoles (y los aritméticos) dejan bastante que desear (como su sentido del humor, que confunden con la chocarrería).

      Eliminar