domingo, 16 de noviembre de 2014

Nadie lo diría: A donde el viento me lleve


Domingo, 9 de noviembre
NI UNA PALABRA MÁS

Para que dos no vivan juntos, basta con que uno no quiera. Salvo en caso de secuestro, claro está.
            Y para saber si quiere o no, el único medio es preguntárselo.


Lunes, 10 de noviembre
VEINTE AÑOS DESPUÉS

Sonrío al pensar en lo mucho que le gustaría a Víctor Botas estar hoy aquí sentado, en el aula Leopoldo Alas, escuchando a doctos catedráticos compararle con Horacio y Marcial.
            ––Ya eres tú también un clásico, amigo Botas, ya te estudian en la Universidad, ya formas parte de la vida de los que no te conocieron. Seguro que no te extrañaría demasiado. Siempre estuviste seguro de ello, tú que nunca estabas seguro de nada.


Martes, 11 de noviembre
EN UNA ENCRUCIJADA

“Tengo miedo / de algo que existe y que no se ve”. Esos versos creo que son de Rosalía y últimamente me han venido a menudo a la cabeza. Las cosas que no se ven son las que dan más miedo. Al menos a mí.
            Para espantar ese miedo, trato de aturdirme. Bebo un poco, quizá demasiado. No me muestro muy exigente a la hora de aceptar determinadas invitaciones, duermo con frecuencia fuera de casa, yo que no solía hacerlo nunca.
            Es como si presintiera que la amenaza va a cumplirse de noche y en mi dormitorio. Ayer llegué tarde, casi al amanecer. Al ir a acostarme, vi la cama revuelta, como si alguien hubiera dormido en ella y acabara de levantarse. Me extrañó, pero enseguida pensé que quizá el día antes no me había acordado de hacerla. Pero entonces oí ruidos en el cuarto de baño. Parecía que alguien se estaba duchándose. Quizá me dejé la ducha abierta, pensé. Pero no acababa de decidirme a entrar y cerrarla. Me quedé quieto, sin saber qué pensar. Y entonces del baño salí yo, desnudo, terminando de secarme con la toalla. Comencé a vestirme con cierta prisa, como si temiera llegar tarde al trabajo, aunque a mí me parecía que era una hora muy temprana. No sabía qué pensar, salvo que me estaba volviendo loco. En aquel momento sonó el teléfono, el móvil, el que yo tenía en el bolsillo. Los dos nos sobresaltamos al escucharlo. Yo lo saqué del bolsillo de mi pantalón y aquel otro que tanto se parecía a mí lo busco en el bolsillo de los suyos, que aún no se había puesto, que estaban sobre una silla y acabó encontrándolo sobre la mesita de noche. Los dos contestamos casi al mismo tiempo: “Diga”. Y entonces me vio y puso una cara de asombro como la que yo había puesto al verle poco antes a él. Al teléfono no contestaba nadie, debía ser una equivocación. Nos mirábamos sin saber qué decir. Yo cerré fuertemente los ojos y pensé: “Esto no puede ser verdad”. Y al abrirlo me encontré sentado en la cama poniéndome los calcetines. Nunca antes me había ocurrido una cosa así.
            (Estábamos en la nueva cafetería-panadería que han abierto en la calle Argüelles; yo hacía tiempo hasta las siete en que debía moderar una mesa redonda sobre la poesía de Víctor Botas, con Rodrigo Olay, Pablo Núñez y Luis Bagué.)
            Ya sé, ya sé lo que vas a decirme, Martín, que debo consultar a un psiquiatra, pero no me atrevo. ¿Y si me confirma que me estoy volviendo loco? Seguro que eso de encontrarse con uno mismo es un síndrome de alguna enfermedad que ya aparece catalogada en los manuales de psiquiatría.
            (No me atrevía a darle ningún consejo, no me atreví a darme ningún consejo. Terminé mi café y me fui hasta el cercano edificio de la Universidad. Junto a los versos de Rosalía, hay otros, de Ángel González, que también me vienen a menudo a la cabeza: “Yo mismo me encontré frente a mí mismo / en una encrucijada”).


Miércoles, 12 de noviembre
DESPACITO  Y BUENA LETRA

Días de estreno por partida doble. Me llegan hoy los primeros ejemplares del nuevo libro de Víctor Botas, Carta a un amigo, y los de mi homenaje a Venecia, aforismos y poemas con ilustraciones de Elías Benavides. Del segundo me trae a casa el editor, Fermín Santos, la edición completa: es un libro de bibliófilo, de tirada muy limitada, que además de los grabados originales de Benavides, lleva en cada ejemplar un texto mío manuscrito e inédito.
            En la mesa de la cocina, la única libre de libros, y tras recordar a Antonio Machado (“despacito y buena letra, / el hacer las cosas bien / importa más que el hacerlas”), como un niño aplicado me pongo con los deberes.
            “En medio del más placentero sueño, me despertó el teléfono. Soñaba que estaba en Venecia y que tú estabas conmigo. Y al abrir la ventana, recién amanecido, Venecia seguía allí, y al volver a la cama para dormir un poco más tú seguías conmigo”.
            “Aquella noche en Venecia, al regresar al hotel por solitarias callejuelas, sentí unos pasos insistentes tras de mí, como si me siguieran. Me detuve sobre un puente y me vi pasar, con los ojos fijos en no sé qué obsesión”.
            “Al final de la fiesta, algo bebido, subo a la góndola que me espera a la puerta del palacio. Cierro los ojos y me dejo mecer por la aguas, acariciar por la fresca brisa de verano. Cuando los abro, contemplo frente a mí el muro y los cipreses de San Michele, la isla de los muertos, el portón que se entreabre sigiloso”.


Jueves, 13 de noviembre
TOMO UNA DECISIÓN

Cuando tomo una decisión, no hay vuelta atrás. He decidido no hablar más de la cuestión catalana para no aburrir a mis lectores, y no hablaré más. “¿Has leído el artículo de hoy en El País de tu amigo Andrés Trapiello?”, “Lo he leído”, “¿Y no tienes nada que decir? ¿No tienes nada que replicar a eso de que los catalanes tratan de privarte de tu ciudadanía y de tus derechos? ¿O a aquello otro de que el independentismo logró el 9-N en Cataluña en 12 horas lo que no logró el terrorismo en 30 años: liquidar el Estado?”
            Claro que tengo mucho que decir, pero no digo nada. Ni replicando a Andrés Trapiello –un gran poeta, pero quizá más dotado para el canto del mirlo que para el razonamiento lógico o el pensamiento abstracto (o eso pienso yo, soy de los que creen que siempre tienen la razón de su parte--, ni al presidente del Gobierno de mi país, que desvalorizó la consulta catalana diciendo que siete de cada diez catalanes se habían mostrado contra el independentismo (se descalificada a sí mismo: él gobierna con mayoría absoluta cuando, con las mismas cuentas sobre el total del censo, siete de cada diez españoles no le han votado). ¿Y para qué voy a decir nada y enfadar a nadie? Rajoy y Junqueras tiran cada uno para un lado, pero, por algún raro misterio de la mecánica, los dos hacen avanzar el barco en la misma dirección: la cada vez más próxima declaración unilateral de independencia. Yo he decidido no hablar más de esta cuestión y cuando yo tomo una decisión la tomo a rajatabla, aunque las tentaciones de abandonarla resulten casi irresistibles.

Viernes, 14 de noviembre
APRENDE, MONAGO

Alejandro Dumas consideraba vergonzoso para un hombre de su valía pagarse los viajes. De Cádiz a Argelia, en 1846, viajó en un barco de guerra La Veloce, puesto a su disposición por el gobierno francés. Aprovechó para darse una vuelta también por Túnez. Cuando se lo reprocharon, replicó altivo:

            –-Señor mariscal, he calculado con el capitán que desde mi salida de Cádiz el viaje ha costado once mil francos en carbón y alimentos al gobierno francés. Ahora bien, Walter Scott en su viaje a Italia costó ciento treinta mil francos al Almirantazgo inglés. Por lo tanto, el gobierno francés todavía me debe ciento diecinueve mil francos.



Sábado, 15 de noviembre
¿SABÉIS DE QUIÉN HABLO?

Los días eran para él fuente inagotable de maravillas y de felicidad. Nunca tomaba disposiciones para el porvenir.
            ––Vivo –decía– como los pájaros en la rama. Si no hace viento, me quedo en ella; si lo hace, abro las alas y voy adonde el viento me lleva.



21 comentarios:

  1. Magnífica descripción del señor Trapiello. Duele comprobar que cuando se sale de su "locus amoenus" para opinar de la cosa pública (o cualquier otra cosa que no sea literatura) sus discurso se empobrece hasta la grima.

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  2. Yo tampoco hablaré más de la cuestión catalana. Para qué recordar las carencias democráticas del 9N, la comparación que de ello hizo Joaquim Brugué (que lo conoce por dentro) con la situación en Guinea, el Código de Buenas Prácticas sobre Referendos de la UE y cómo el 9N lo incumple casi al pie de la letra, y tantas otras cosas. O de que las encuestas dicen una y otra vez que, preguntada la población catalana sobre si prefiere el mantenimiento del statu quo actual, una grado mayor de autonomía sin dejar de pertenecer a España o la independencia, la mayoritaria es la segunda opción, por lo que la Declaración Unilateral seria simplemente pasarse por el forro la voluntad de los catalanes. Y para qué recordar que JLGM no quiere recordar nada de esto. Yo, como él hace en su nota, no hablo, ya se ve, de ello..., aunque las tentaciones, ya se sabe.

    Respecto a lo que nos dice el señor Arguedas, me deja con la duda de si piensa que cualquier "discurso" contrario a la independencia catalana carga con el sambenito de "empobrecerse hasta la grima", o si eso es mal que aflige únicamente a los del señor Trapiello (o a los de los señores Azúa o Savater o Vargas Llosa, por ejemplo, para no hablar de Boadella -¡vade retro!-, y unos cuantos amenos ejemplos más que se me ocurren).

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  3. Mi comentario no tenía tanto que ver con la naturaleza del discurso (entiendo el malentendido) como con la puerilidad de su construcción argumentativa en artículos que no son literarios y que exigen, como dice JLGM, un mayor razonamiento abstracto. Repito, nada que ver con la cuestión catalana

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  4. Gracias por la aclaración. No obstante, debo decir que no estoy de acuerdo; tanto en artículos como en libros ha tratado AT, por ejemplo, el tema de la Guerra Civil y sus consecuencias, y no me parece a mí que en general les sea reprochable la "puerilidad argumentativa" que dice.

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  5. Es su opinión y no la discutiré. También fue la mía durante mi adolescencia trapiellista. Sí, he leído "Las armas y las letras" , casi una veintena de libros suyos y seguiré leyendo sus diarios. No obstante, mi comentario sólo pretendía alabar la capacidad de JLGM para dar en el clavo en este asunto. No me interesa polemizar, el autor de este blog tiene la lucidez y la valentía sufientes para defender sus opiniones sin ayuda.

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  6. Yo tampoco discutiré la suya; baste dejar señalado que lo de "empobrecerse hasta la grima", tanto por la forma como por el contenido, es afirmación con la que no puedo estar de acuerdo. Y me temo que yo no he leído menos (acaso más) a AT, y que mi "adolescencia", trapiellista o cualquier otra, queda ya, ay, un poco lejos.

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    1. Quizá el segundo anónimo no ha leído el artículo con concreto de Andrés Trapiello, "Viejunos", al que yo me refería. No tengo por costumbre hacer afirmaciones generales.
      Y a cuanto a lo de las "carencias democráticas" de la votación, le recuerdo al segundo anónimo (por última vez, lo juro) que no son achacables a los organizadores, sino a quienes se las reprochan. Nada les gustaría más a los catalanes que el que, ¡por fin!, se permitiera una consulta con todas las garantías posibles. Si el resultado fuera el que predice el incansable anónimo, desaparecería el peligro de una declaración unilateral de independencia. Los catalanes aceptarían el resultado, no lo dude. Pero el democrático gobierno español no permite esa consulta democrática con todas las garantías. Peor para él y mejor para Junqueras.

      JLGM

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  7. Jamás he hecho predicción alguna, ni pienso hacerla, sobre el posible resultado de la consulta de que habla JLGM. Tampoco creo que la descarada parcialidad de las autoridades catalanas en la publicidad de la pasada "consulta", o la elección de una doble pregunta claramente apuntada al "sí" tengan nada que ver conmigo, que se las reprocho, o con las autoridades españolas, que en nada han intervenido en una u otra cosa: son producto exclusivamente autóctono, como sin duda puede observar cualquiera que no tenga los prejuicios a los que JLGM se aferra tan obstinadamente. Y, por fin, mi comentario acerca de Trapiello se dirigía, como se puede ver simplemente leyéndolo, al señor Arguedas, no a JLGM, cuya estimación por la escritura de Trapiello me es bien conocida. Pero resulta difícil entenderse con quien lee, no lo que uno dice, sino lo que prefiere imaginarse él mismo, como lo de mis predicciones sobre el resultado del posible referéndum o mis referencias a AT. Y para terminar: la culpa de las muchas carencias democráticas del famoso 9N es, muy en primer lugar, de sus convocantes, que bien podrían haber hecho las cosas de muy otra forma: nadie (ni siquiera yo, pobre de mí) les ha obligado a ser tan descaradamente sectarios. Fue, el serlo, elección exclusivamente suya.

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    1. Qué desesperación, segundo anónimo. Y yo otra vez replicando, no sé quién es peor de los dos. Yo creo --vuelvo a ser un poco ofensivo, disculpa, pero me obligas a ello-- que eso de "una pregunta claramente apuntada al sí" es una tontería que, no por mucho repetida va a convertirse en verdad". La primera parte de la pregunta era "¿quiere que Cataluña sea un Estado?". Quienes no quieren que lo sea, ¿qué problema tenían para decir no? La segunda pregunta distinguía entre un Estado que formara parte de una España federal y otro independiente. ¿Qué inducía a nadie a optar por una decisión o por otra?
      Y no siempre es que no leamos lo que el segundo anónimo dice, a veces es que él no dice lo que cree que dice.
      Las posibles carencias democráticas de la consulta se deben (insisto) a la prohibición del gobierno español. Y si alguien lo duda, que ese gobierno permita una consulta con todas las garantías democráticas. Es lo que pide el gobierno catalán.

      JLGM

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. A mí no me "desespera" la tenacidad de JLGM; tengo paciencia suficiente para conllevarla. He explicado ya unas cuantas veces por qué entiendo que la(s) pregunta(s), en efecto, estaban claramente sesgadas en dirección al "sí"; y no sólo lo he hecho, sino que he citado en distintas ocasiones la opinión, coincidente con la mía, de Martínez Sospedra (véase, de nuevo: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/12/20/valencia/1387562124_871295.html?rel=rosEP), Walter Oppenheimer (idem: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/11/06/catalunya/1415308539_492177.html) o Stéphane Dion (idem: http://federalistesdesquerres.blogspot.com.es/2013/12/stephane-dion-en-canada-esta-pregunta.html).

    Respecto a lo de que "no digo lo que cree que digo", agradecería de veras a JLGM que me citase algún ejemplo de dónde he hecho yo predicciones sobre el resultado de, le cito, "un referéndum con todas las garantías"; porque, sin ello, y convencido como estoy de que eso jamás ha ocurrido, seguiré pensando que JLGM, acaso sin conciencia de ello, se inventa los hechos que mejor le acomodan para apoyar su argumentación.

    Que la absoluta parcialidad en la publicidad de la famosa "consulta" por parte de la Administración catalana, que contradice frontalmente las recomendaciones de la UE en su documento de 2009 sobre la legitimidad democrática (véase, de nuevo, el "Código de Buenas Prácticas sobre Referendos": http://www.venice.coe.int/webforms/documents/default.aspx?pdffile=CDL-AD%282007%29008rev-spa) sea cosa del "gobierno español" es afirmación que me parece posible sólo desde el arraigado prejuicio que al respecto indudablemente tiene JLGM, pero insostenible desde cualquier otro lugar.

    Pero, ya digo, a pesar de todo ello, uno no "desespera". La paciencia es una gran virtud.

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    1. A propósito de predicciones, basándose en encuestas, lea el primer párrafo del comentario del día 17.
      A propósito de la parcialidad de la administración catalana, le recuerdo que solo fue a favor de que se pudiera votar. Luego cada partido aconsejó el voto que creyó conveniente. Y hubo toda la presión del mundo --solo faltó que interviniera la policía, y hubo quien lo pidió-- para que no se votara.
      Estamos de acuerdo en lo fundamental: hace falta una nueva consulta con todas las garantías democráticas, sin amenazas de nadie, y con el compromiso de una parte y de otra de respetar escrupulosamente el resultado. En eso está Artur Mas, en eso estoy yo y parece que también (pero quizá entiendo mal) el Segundo Anónimo. La consulta o encuesta o lo que sea del 9N solo fue expresióndel deseo de la sociedad catalana de ser tratados como si fueran ciudadanos con todos los derechos, como los escoceses, uno de los cuales es poder expresar su opinión "con todas las garantías democráticas", sin amenazas.

      JLGM

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    2. Aludo al comentario del 17 a las 10.27.

      JLGM

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    3. He releído varias veces el comentario mío a que se refiere JLGM. Dónde haga yo en él, como afirmaba el suyo del día 17 a las 18.07 ("si el resultado fuera el que predice el incansable anónimo") alguna predicción sobre lo que podría ocurrir con una "consulta con todas las garantías posibles", sigue siendo un misterio para mí. Lo que yo digo allí es que, según las encuestas (no según mi opinión personal, que no tengo formada al respecto: mi vocación de profeta es sumamente escasa), la posición mayoritaria de la población catalana es a favor de un grado mayor de autonomía, pero dentro de España. Posición que ni contemplaba el famoso 9N, ni desde luego tiene en cuenta la voluntad repetidamente expresada por Junqueras (para no hablar ya de ANC u Ómnium Cultural) de declarar unilateralmente la independencia.

      Respecto a "una consulta con todas las garantías", ya recordé aquí, (y vuelvo a hacerlo: http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/espana-mas-normal-que-canada-3196689 ) la posición al respecto de Stéphane Dion, quien "afirma con convicción que Canadá y Gran Bretaña son una excepción y que en la mayoría de países estas cuestiones se abordan como en España. Allí la Constitución permite a las provincias los referendos... En muchos países la indivisibilidad del Estado es la regla".

      Aparte del hecho de que, como también he recordado repetidamente, la Ley de Claridad vigente en el Canadá prevé que, para un referéndum de secesión, es el Parlamento CENTRAL (no el quebequés) quien ha de determinar si la pregunta es clara (él ha dicho repetidamente que la doble pregunta catalana no hubiera sido admitida en Canadá), y cuál es la mayoría REFORZADA (no el 50% más uno, para no hablar del 25% de la última "consulta") necesaria para que el sí se de por ganador. Lo que, de ocurrir, no supondría además la proclamación sin más de la indepedencia, sino la apertura de negociaciones al respecto.

      No, no estoy de acuerdo con la convocatoria sin más de "un referéndum con todas las garantías democráticas". Tal como lo recuerda Dion, "la indivisibilidad del Estado es la regla" en la mayoría de los países democráticos (Inglaterra o Canadá, como él mismo lo recuerda también, son una excepción en ese sentido), y así ocurre también en España, según una Constitución aprobada por más del 90% de los votantes en Cataluña.

      Lo que procede hacer, en mi opinión, es dialogar entre ambas partes, el Gobierno catalán y el estatal, sin "líneas rojas", como que el referéndum para la secesión es irrenunciable o, por la otra parte, que la Constitución no puede tocarse: ninguna de las dos cosas es cierta. Y hacerlo teniendo en cuenta que el Estado, en el caso de que se acordara en efecto un referéndum (cosa que no tiene por qué ocurrir, y que difícilmente sería posible, a mi parecer, sin una modificación previa de la Constitución, que es clara respecto a la aludida indivisibilidad), tiene derecho (como en el Canadá) a determinar si la pregunta o la mayoría son aceptables. La exclusiva (y excluyente) "soberanía" catalana respecto a la convocatoria de un referéndum de secesión y la fijación de sus condiciones, y no digamos respecto a la proclamación unilateral de la independencia, es, jurídica y democráticamente, una pura quimera, simple demagogia para enardecer a quien se deje.

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    4. Respondo a don inasequible al desaliento.
      !/ decir que las encuestas prevén un determinado resultado es a lo que yo llamo hacer una predicción (las predicciones siempre se apoyan en algo).
      2/ la única manera de comprobar si esas encuestas son ciertas, si la mayoría de los catalanes quieren solo mayor autonomía, es realizar una consulta "con todas las garantías democráticas"
      3/ si esa consulta no es vinculante (como no pretendía serlo ya la primera consulta catalana) no afecta a la Constitución, o al menos no está claro que afecte (el Constitucional todavía no se ha pronunciado al efecto: se toma las cosas con calma)
      4/ si el resultado de esa consulta fuera el que las encuestas de las que se fía mi interlocutor afirma, se acabaría el problema, y dejaríamos de hablar de Cataluña
      5/ si fuera que una mayoría prefiere la independencia, entonces, y solo entonces, habría que ver la manera de llegar a acuerdos para modificar la Constitución de modo que permita un referendum vinculante como el de Escocia (por supuesto, tendría que ser pactado, tendría que haber un acuerdo sobre la pregunta y sobre las mayorías que permiten tomar una determinada decisión)
      5/ es la terca y obtusa negativa a aceptar el punto 2 lo que está haciendo cada vez más posible lo que hace poco parecía imposible: una declaración unilateral de independencia por parte de Cataluña, una ruptura con la legalidad española, que dejaría de aplicarse en el nuevo país soberano.

      JLGM

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    5. Por un viaje, sólo ahora he podido leer la respuesta de JLGM, que supongo se juzgará asequible a muchos desalientos, visto cómo me llama. No haré más que dos matizaciones a lo que dice. 1) Citar el resultado de una encuesta, o de varias, es sólo eso, citarlo, no hacer predicciones personales. Yo ignoro lo que podría pasar, y no pretendo disimular u ocultar esa ignorancia (que es sólo una más entre tantísimas como padezco).

      2) Dice JLGM: "si esa consulta no es vinculante (como no pretendía serlo ya la primera consulta catalana)". Enlazo aquí unas declaraciones de Oriol Junqueras a El País: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/31/catalunya/1414789028_571684.html. Y cito literalmente un párrafo de ellas: "¿Da la razón al Constitucional? R. Es evidente que era un referéndum. El voto de los ciudadanos lo convierte en vinculante". Como se puede ver, no es ésa la opinión de quien cuenta con mayores posibilidades (según esas encuestas que tan poco le gustan) de ganar las próximas elecciones en Cataluña. Alguna importancia tendrá su opinión, que como ve es clara y abiertamente contraria ya no sólo a la de JLGM, sino a lo que él afirma de que "no pretendía serlo ya la primera consulta". Para algunos, al menos, sí, oiga; y sucede que ésos "algunos" son actores importantes, acaso decisivos, de la actual situación catalana.

      Respecto (y termino) a que mi desacuerdo con el punto 2 sea "obtuso", ése es el problema fundamental que yo le veo a JLGM, y que le he señalado en otras ocasiones: su imposibilidad constitutiva de aceptar que otras personas puedan tener otra opinión que la suya, y no ser sin embargo tontos. Son muchas las personas que están en desacuerdo con ése punto 2; especialmente conocidos son los casos de Andrés Trapiello, Félix de Azúa o Fernando Savater, pero hay muchos otros. Éso no les (no nos) convierte en "obtusos", sino sólo en eso tan difícil de entender, o de aceptar, para JLGM: personas que tienen, legítimamente, otra opinión que la suya.

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  9. Siento romper el clímax. Me gusta leer sobre Víctor Botas. Gracias por el catálogo. Contiene recuerdos gratos.

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    1. Ya ha aparecido su nuevo libro "Carta a un amigo", cincuenta poemas inéditos.

      JLGM

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  10. Claro que estaba, Botas digo: la puerta se fue abriendo aparentemente sola cuando yo me iba acercando. Ya sé que hacía algo de vientecillo ese día, pero, claro, algo de eso tenía que haber para que no pudiéramos estar seguros del todo, su coña de siempre, cómo no.

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  11. Pues a mí el viento me ha traído hasta tu blog y me alegro. Leeré ese libro de Víctor Botas, poeta al que siempre citas con admiración y que todavía no conozco. Besos,

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