Sábado, 18 de mayo
POR EL PARQUE PASEAN
Cuando estuve en Pekín, un grupo de alumnos de la profesora
Catarina Valdés se fue turnando para hacerme de guía. Ahora soy yo el que hace
de guía de uno de esos alumnos de la Universidad de Estudios Extranjeros en un Avilés
pasado por agua. Desde que le recojo en la estación de autobuses hasta el
regreso a Oviedo no deja de llover ni un solo instante. Difícil hacer fotos sin
poder cerrar el paraguas, salvo en las calles con soportales. Afortunadamente
en Avilés abundan.
Miramos lo
mismo, pero qué distintas su fotos de las mías. Los ojos no ven, saben, decía
Jorge Guillén. Y los ojos de Da Zjo orientalizan el parque de Ferrera que se
asoma a los ventanales de la biblioteca. Miro su fotografía y a la memoria me
vienen unos versos de Tu Fu: “Muy juntas, / como buenas hermanas, / por el
parque pasean / cogidas de la mano, / la lluvia, las palomas / y la
melancolía”.
Domingo, 19 de mayo
TRANSPARENCIA
Ni he tenido tiempo para leer los suplementos literarios de
la semana. Lo hago en Los Prados, antes de entrar a ver El gran Gatsby. Anoto una lección de ética periodística que me da
mi admirado Luis María Ansón. Su “Primera
palabra” abre, como de costumbre, El
Cultural de El Mundo. En este
número dedica una encendida loa a Emilio Botín, “que ha sabido situarse en el
centro neurálgico de la vida española”, y al Banco de Santander. El artículo
termina con las siguientes palabras: “Sé que elogiar un Banco, hoy, significa
una provocación. Pero desde niño aprendí que la verdad es lo que nos hace
libres, y la verdad es que en España hay una entidad bancaria que en lugar de
engrosar sus beneficios dedica una parte de ellos al estímulo de la Universidad , por mucho
que eso moleste a cierto presidente mediático de acrisolada deslealtad y digno
de toda desconfianza”.
Pero cuando
tras leer el ditirambo damos la vuelta a la página, nos encontramos con que,
también a toda página, aparece un anuncio del Banco de Santander. Podía ir en
otro lugar más disimulado. Pero entonces no quedaría tan claro que lo que hace
el maestro de periodistas es publicidad y que como tal hay que tomarlo. Me
gusta su irónico guiño, su tácito aviso de que no tomemos en serio nada de lo
que dice. Transparencia se llama esa figura.
Lunes, 20 de mayo
UN CURIOSO OLVIDO
Mercedes Gallego entrevista hoy en La Nueva España a Joaquín Jiménez, magistrado del
Supremo que presidió el tribunal que juzgó y condenó a Garzón, y sus palabras
están llenas de sabiduría y sentido común, empezando por las que aparecen en el
titular: “Quien diga que la justicia es igual para todos es que no sabe de qué
habla”.
Pero como para demostrar ese
aserto la sensatez desaparece en cuanto se menciona al “mediático” Garzón.
Responde con una evasiva cuando se le pregunta si había “animadversión” de sus
compañeros hacia el juez condenado y justifica con estas sorprendentes palabras
la “unánime” sentencia condenatoria: “En todo proceso penal hay unas líneas
rojas y la confidencialidad en el derecho de defensa es una de ellas. La
comunicación entre el imputado y su abogado es un derecho absolutamente
blindado, no cabe excepción, máxime cuando el cliente está en prisión”.
Sorprendentes
porque son rigurosamente falsas. La comunicación entre un imputado y su abogado
no es un derecho “absolutamente blindado”. Se pueden intervenir esas
comunicaciones en algunos casos, los señalados en el artículo 51.2 de la LOPJ ,
tal como indica Garzón en su resolución “prevaricadora”: “Dicho artículo 51 en
su segundo párrafo recoge claramente el supuesto fáctico que aquí se denuncia,
estableciendo que las comunicaciones de los internos con el Abogado defensor no
podrán ser suspendidas o intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial
y en los supuestos de terrorismo”.
Una sentencia del Tribunal
Supremo (nº 538/1997, de 23 de abril) razonaba así esta excepción: “En
definitiva la regla general garantiza, en todo caso, la confidencialidad de las
comunicaciones de los internos enmarcadas dentro del ejercicio de su derecho de
defensa en un procedimiento penal, sin posibilidad de intervención ni
administrativa ni judicial. Ahora bien la máxima tutela de los derechos
individuales en un Estado de Derecho Social y Democrático no es incompatible
con la admisión de reacciones proporcionadas frente a la constatada posibilidad
de abusos en supuestos muy específicos y excepcionales. Concretamente, en el
ámbito de las actividades de delincuencia organizada en grupos permanentes y
estables…”. Por ello, “el art. 51.2 LOPJ
faculta para la intervención de este tipo de comunicaciones singulares”.
O sea, que,
en ciertos casos, sí se pueden intervenir las comunicaciones entre los presos y
sus abogados. ¿Era la red Gürtel uno de esos casos? El juez Garzón entendió que
sí, el Supremo que no, que la única excepción eran “los supuestos de
terrorismo” y que no se podía extender a otros ámbitos de la delincuencia
organizada e infiltrada en las máximas instancias del poder político.
Esa era la
cuestión, desmemoriado Joaquín Jiménez, una discrepancia en la interpretación
de la ley, no que no hubiera base en la ley para intervenir las comunicaciones
entre abogados y presos.
De otro
magistrado, el que presidió el jurado que absolvió a Camps, afirma Jiménez que
“no cumplió con su obligación de motivar la sentencia, de vigilar que el
veredicto no fuera arbitrario”. Un magistrado no cumple con su obligación, deja
sin condena a un presunto delincuente, y sin embargo nadie le acusa de
prevaricación, ni se le amonesta siquiera. Otro interpreta razonablemente –aunque
quizás equivocadamente– una ley y es expulsado de la carrera.
“Hay que
hacer justicia, y que parece que se hace”, afirma Joaquín Jiménez. Pues en el
caso de Garzón quizá se haya hecho justicia, pero desde luego no lo parece. Y
cuanto más se lee la sentencia condenatoria menos lo parece. Yo recuerdo bien esa
sentencia minuciosamente cargada de razones porque la he leído varias veces. Del
olvido que hacia ella muestra uno de los que la firmaron, Freud tendría sin
duda mucho que decir.
Martes, 21 de mayo
UN CONFORMISTA
Soy capaz de soportar cualquier cosa, salvo la injusticia y
las corrientes de aire.
Miércoles, 22 de mayo
ARTESANÍA Y MAGIA
Dios es, como el gran arte, como la gran literatura, una
creación del hombre superior al hombre. El demonio en cambio es un invento más
hecho a nuestra medida. Yo presumo de estar por encima de las supersticiones de
la religión, pero a veces pienso que no soy más que un católito desteñido. Que
habré dejado de creer en Dios, pero que sigo siendo inquisitorial y dogmático como
mis ancestros del siglo XVI.
Pienso estas cosas mientras
escucho a un torrencial, chispeante y paradójico Jesús Beades leer sus poemas. Al
igual que sus maestros, Miguel d’Ors, Julio Martínez Mesanza o Enrique García-Máiquez
–en este caso más bien un compañero de un curso más adelantado–, escribe
poesía, no ya religiosa, sino a veces muy directamente confesional, muy ligada
al catolicismo más integrista, al de ciertas organizaciones religiosas, como el
Opus Dei, por las que yo no siento precisamente mucha simpatía.
Pero qué poco importan todas esas
discrepancias ideológicas cuando un poeta lo es de verdad. Si no me importa que
Neruda fuera durante tantos años un aprovechado estalinista, ¿cómo me va a
importar que estos autores, además de escribir versos admirables, recen el
rosario? Otra cosa es que, como ciudadano, esté muy alerta para que las
organizaciones a las que son afines no pretendan imponernos por ley su personal
concepción del mundo.
De Jesús Beades y de sus
compañeros lo que más admiro es el buen conocimiento que muestran del oficio de
poeta. No pretenden ser genialmente originales, como tantos adolescentes de
cualquier edad. Respetan la tradición y aprenden de ella, aunque sepan de sobra
que eso no basta.
Artesanía y magia es la poesía.
La magia no depende de nosotros, pero la artesanía sí. Y sin artesanía no hay
poesía.
Jueves, 23 de mayo
LO QUE DE VERDAD ME GUSTA
Partir, partir… Interrumpir las gratas rutinas, subirse al
coche, devorar quilómetros. A un sedentario como yo nada debería molestarle más.
Y, sin embargo, qué felicidad. Y
es que lo que a mí me gusta, lo que de verdad me gusta, es llevar la contraria.
A todo el mundo y, más que a nadie, a mí
mismo.
Viernes, 24 de mayo
CALLEJEAR
Caminar por las calles de esta ciudad es como darse un paseo
por la historia de la literatura. Entre los versos de Garcilaso y la prosa de
Cervantes, entre la sutil melodía de Bécquer y el tantarantán de Zorrilla,
recuerdo de pronto una glosa de Eugenio d’Ors: “Conviene al que ha llegado a
Atenas y ha orado en la
Acrópolis , y tiene su alma en paz con la Razón y con el Orden,
llegarse hasta Santo Tomé de Toledo y ante El
entierro del conde de Orgaz sentir
toda la sabiduría del ímpetu y de la pasión”.
Mientras
camino sin rumbo por las callejuelas en cuesta me viene a la memoria Camino de perfección, la novela de
Baroja. También Fernando Ossorio, el inquieto protagonista, caminó sin rumbo
por estas callejuelas hasta encontrarse de pronto frente a Santo Tomé. La iglesia estaba a oscuras. El
cuadro del Greco, bajo su cúpula blanca, apenas se veía. No importaba. Lo que
no percibían los ojos lo completaba la imaginación: “En el ambiente oscuro de
la capilla el cuadro aquel parecía una oquedad lóbrega, tenebrosa, habitada por
fantasmas inquietos, inmóviles, pensativos”. Súbitamente ocurrió el milagro: un
rayo de sol atravesó los cristales de la cúpula y las figuras del cuadro
salieron de su cueva.
Mi
experiencia es muy distinta. Yo, en paz con la Razón y con el Orden, no recibo aquí el ímpetu y
la pasión que buscaba d’Ors ni la emoción del misterio que encontró el
personaje barojiano. La capilla del cuadro ha sido separada de la iglesia y
convertida en una fría sala de exposiciones. Al cuadro lo han cambiado de lugar
para que pueda verse mejor. Brillante, como recién pintado, parece una perfecta
reproducción, solo el tamaño le diferencia de las láminas de una historia del
Arte. Le faltan el alma y el aura. O eso me parece a mí mientras me martillea
los oídos la explicación que la guía da un grupo de turistas tópicamente
japoneses. No entiendo lo que dice, pero más parece una proclama militar que
otra cosa.
El arte, la
fascinación del misterio, lo encuentro mejor en la luz matizada por los los
toldos que anticipan la procesión del Corpus y serpentean sobre las estrechas
calles, en una ventana a la que se asoma fugazmente un rostro, en un caserón en
ruinas o en ese alto jardín del que me llega el rumor de una fuente.
Yo de Derecho no entiendo, pero llama la atención que en la misma entrada (si bien que en distintos apartados) hable Vd de Botín, del Santander y de Garzón.
ResponderEliminarLo relativo a la condena por grabar las comunicaciones (no telefónicas, sino en el locutorio de la cárcel) entre los presos y sus abogados, no sé si será o no delito. Pero (volviendo a Botín) lo de dirigirse a éste para pedirle dinero ("aportación" para pagarle a él el sueldo en EE.UU.) cuando al mismo tiempo lo tenía procesado en un asunto del que el propio Garzón estaba conociendo (y bajo esa velada amenaza: "O pagas o ya sabes qué va a pasarte..."), y llamándole incluso "Querido Emilio"...
(Y claro, en esas circunstancias el Sr. Botín apoquinó.)
En fin, ¿le parece a Vd muy ético? A mí no, y desde luego no me gustaría estar en sus manos. (Sobre todo si, procesándome a mí, alimenta su egolatría).
Creo que, si el Supremo le tuviera tanta tirria, también le habría condenado por esto, y sin embargo lo archivó (o sobreseyó, creo que se dice). Como también archivó lo de las fosas (esa osamenta de García Lorca, que -la muy desobediente- se negó a aparecer, y que tan famoso le habría hecho allende los mares...).
Créame, Sr. García Martín, que, gustándome leerle, alguna vez querría no discrepar de Vd, pero por más que lo intento no lo consigo.
"(…) por el parque pasean / cogidas de la mano, / la lluvia, las palomas / y la melancolía".
ResponderEliminarBendito panteísmo oriental. Hay que saber para "ver". Podría decirse, incluso, que no se "ve" sino lo ya visto y sentido de alguna manera: Platónicos somos, también, sin remedio.
Y este modo de mirar es muy propio de la poesía oriental, dura y acogedora a un tiempo. Como se muestra en este poema de Shih- te:
LA luna entre los pinos
se hiela de frío, se alzan ráfagas
de nubes y de niebla.
¿Cuántas sierras de montes
me circundan?
Mis ojos les siguen mil millas.
Agua quieta en la torrentera,
clara como un espejo hasta lo más profundo.
¡Qué maravilla
estar dotado de sentidos!
Las Siete Joyas
no se le comparan.
Conviene, estimada zUmO, enterarse de lo que se habla antes de hablar. Para opinar con algo de rigor no basta haber oído campanas en Internet y no saber dónde.
ResponderEliminarNadie acusó a Garzón de pedir dinero a Botín cuando lo tenía procesado (cuando los cursos de Nueva York estaba en excedencia como juez).
La broma sobre la osamenta de Lorca es de dudoso gusto y manifiesta una sorprendente insensibilidad sobre los familiares de asesinados que desean recuperar sus restos para enterrarlos dignamente.
Si queremos respeto para nuestras opiniones, conviene informarse adecuadamente y reflexionar antes de opinar.
JLGM
"Nadie acusó a Garzón de pedir dinero a Botín cuando lo tenía procesado (cuando los cursos de Nueva York estaba en excedencia como juez)."
ResponderEliminarSr. García Martín: Los datos no se discuten: se comprueban. Y le pido, por favor, que se documente, pues creo que el equivocado es Vd.
Efectivamente cuando Garzón estuvo en Nueva York se hallaba en excedencia, pero la petición a Botín ("Querido Emilio...") la hizo antes, ya que precisamente tenía por finalidad la organización de los cursos en EEUU. Finalmente Botín pagó, los cursos se organizaron, a Garzón le dieron la excedencia, y se fue a Nueva York. Por ese orden cronológico.
Ítem más: Aun en el caso de que fuera como Vd dice (que no fue así), el hecho de estar en excedencia no suponía que no volviese al juzgado. La excedencia no priva al juez de su plaza en el juzgado. De hecho Garzón, tras su estancia en EEUU, regresó al juzgado de la Audiencia Nacional: el mismo en que se tramitaba el asunto afectante al Santander y a Botín.
...
Lo de Lorca. No es una broma. Garzón inició un proceso penal sin base jurídica (así lo declaró el Supremo, aunque finalmente archivó dicho asunto), y ello con la finalidad de satisfacer su ego y afán de notoriedad. En esta actuación los restos de Lorca tenían gran importancia, pues (como usted, eminente literato, conoce perfectamente) el poeta granadino es muy admirado a nivel internacional (y sobre todo en EEUU por su poemario "Poeta en Nueva York"). La noticia de la exhumación (finalmente fallida, pero que se daba por segura) de sus restos le habría dado a Garzón el espaldarazo necesario para convertirse definitivamente en una celebridad (lo que después -por cierto- se traduciría en caché por conferencias).
En fin, sólo le pido que se documente. Que contraste los datos. Por mi parte, tengo la impresión de que a usted, más que razonar, le importa llevar razón.
Erre que erre, erre que erre... Pero como estos comentarios no son una charla particular, sino que los puede ver cualquiera, respondo por última vez, no a zUmO, sino a los posibles lectores y que sean ellos los que decidan:
ResponderEliminar1.- La carta de Garzón es una carta de agradecimiento a los patrocinadores de un curso en la Universidad Rey Juan Carlos de Nueva York. Fue la propia universidad quien solicitó esos patrocinios, habituales allí. El Banco de Santander colobora todos los años con esa universidad privada, antes, durante y después de que Garzón fuera profesor en ella. Los bancos patrocinan habitualmente los cursos de verano de muchas universidades y en esos cursos han participado numerosos jueces que ni siquiera estaban en excedencia (y nadie nunca vio nada raro en ello). El procedimiento contra Garzón era tan absurdo que el propio Supremo tuvo que dejarlo en nada.
2.-- La causa de Garzón sobre los crímenes de la guerra civil y la posguerra no tiene que ver con la búsqueda de los restos de Lorca (que, en realidad, eran los de los ejecutados y enterrados junto a él, puesto que la familia de Lorca no pidió que se buscaran) y para ella se basó en leyes internacionales que impiden las leyes de amnistía que tratan de hacer borrón y cuenta nueva con ciertos crímenes (por eso, tantos años después, todavía se detiene a criminales nazis). Es una causa que, de acuerdo con el Derecho Internacional, sigue abierta en determinados países. Y es probable que, más pronto o más tarde, todavía se reabra en España. Mientras haya desaparecidos, fosas comunes, el asunto está lejos de haber sido cerrado.
Conste que estas observaciones no son para zUmO, sino para el curioso lector. Y doy con ellas por cerrado este asunto.
JLGM
Es verdad: en lo demás no, pero en eso último sí estoy de acuerdo: los lectores son inteligentes y sacarán sus propias conclusiones.
ResponderEliminarPues va a resultar, don/doña Zumo de Poesía (?) que algunos lectores medianamente inteligentes (como el que suscribe se percibe, aunque quizá peque de pretencioso) no encuentran ni un ápice de razón en lo que sostiene a varias bandas. Lo más llamativo, su mezquina imputación a Garzón de moverse por ansia de notoriedad y relumbrón: sencillamente vomitivo.
ResponderEliminarLo que dice sobre las iniciativas que tomó respecto a las exhumaciones, rozan la procacidad fascistoide, tan habitual en estos días aciagos de la patria. Empequeñecer con insidias ignorantes la figura de uno de los más señeros combatientes porque la decencia se implante en este muladar llamado España, es sencillamente vergonzoso.
Es una muletilla -que ha creado género- que se acuse desde los medios ultramontanos de "estrellas" a quienes osen sacar la cabeza del hoyo para reivindicar las causas justas. Así los bautizan: jueces "estrella", políticos "estrella", presidentes de asociaciones "estrella"..., calumniándolos al dar a entender que sólo buscan el vil protagonismo.
Usted, don/doña Zumo acaba de exprimir uno de los más amargos que nunca hubiese imaginado (decepción). Que dios se lo perdone. Y Garzón, también.
PD.- Con la que está cayendo, dedicar un tiempo a vilipendiar a hombres como Garzón, referente para muchos de lo que es el compromiso con la causa de la justicia y de la libertad, es un ejercicio innoble, que coloca al maledicente del otro lado de la cama..., en que dormimos (si podemos) los demócratas full time.
Salud y buena poesía.
Zumos y humos. "Hunos y otros" (Unamuno u Otramotro). El gato se esconde tras la moto.
ResponderEliminar“No sabemos en qué otro mundo viven los gatos, además de este, pues es indudable, como lo revela su conducta extraordinaria, que participan de dos mundos. El otro puede ser el mundo de lo fantástico, pero también pudiera ser el de las ideas puras; aunque como su pensamiento no es discursivo, no pueden explicarse al alcance de todos.” (Vicente Risco)
Darse de baja de nuestro mundo y de nuestro otro mundo, y de alta en los dos mundos de los gatos, sean como sean.
No quería volver sobre esto, admirado F., pero me veo obligada. Y debo decir que Garzón, con su actuar, ha estado muy cerca de dar al traste con la instrucción del caso Gürtel, pues a los abogados les va a resultar fácil (ya lo han hecho) alegar la nulidad de las pruebas por haberse obtenido mediante vulneración de derechos fundamentales (recuerde que eso ya pasó con el caso Naseiro, que por cierto también afectó al PP y finalmente los corruptos se fueron de rositas). Así que flaco favor ha hecho el Sr. Garzón en este caso. (Espero, no obstante, que esa alegación no prospere, pues la corrupción, venga de donde venga, me hace vomitar).
ResponderEliminarAdmiro a los jueces que, discretamente, a la chita callando, van haciendo concienzuda y rigurosamente su trabajo, desentrañando madejas corruptas, y ello sin salir en la tele, sin que sepamos (muchas veces) cómo es su voz y su rostro. Son los verdaderos “héroes del silencio”.
En cierto modo Garzón ha sido una víctima de la Audiencia Nacional, que provoca que muchos jueces allí destinados se crean divos de la canción, como ocurre con Gómez Benítez (otro showman de la pasarela) y con otros que por allí pasaron. En mi opinión este órgano debe desaparecer, o cuando menos ser atendido por jueces que sólo permanezcan allí un tiempo limitado, y no vitaliciamente.
No hablaba de Gómez Benítez, sino de Gómez Bermúdez. Perdón.
ResponderEliminarCuando hace meses se planteó la cuestión de los "juicios de Garzón" recuerdo haber dicho aquí que lo de los cursos me parecía lo menos estético de todo. Creo haber leído el auto del juez que archivó el caso por prescripción pero en el que quedaba acreditada la petición de Garzón cuando estaba en activo.
ResponderEliminarRespecto al artículo 51.2 de la LOPJ como en tantas ocasiones ocurre con las normas no es un dechado de claridad ese "...y en los supuestos de terrorismo"¿se refiere a estos supuestos exclusivamente?
Volviendo a Garzón no se preocupen, pronto lo podrán votar.
Javier
Siempre la razón al lado de la poesía, entera, con su pulpa llena y jugosa... ¿hacer zumo con ella?, ¿puede haber mayor impostura?
ResponderEliminarJ.L.G.M, en "Dicho y Hecho", una de las entregas de sus diarios que ahora estoy leyendo, traduce del portugués de Helder algunos poemas populares japoneses; uno de ellos se titula "Las tres Claridades", y dice así:
"La luna al Este,
al Oeste las pléyades,
y mi amor en medio".
Sí, darse de alta también en el universo de las pléyades, que viene a ser lo mismo que dar, por fin, "A Dios, lo que es de Dios". Y al César, lo menos posible, en beneficio de la razón y la poesía.
Mira, Anónimo, no sé lo que quieres decir. A mí García Martín me gusta como escritor, crítico literario y poeta. Leo sus blogs y tengo muchas frases suyas anotadas. La última, procedente de la entrada de hoy: que la poesía es una mezcla de magia y artesanía.
ResponderEliminarPero muchas veces habla de asuntos que no domina: defiende la hidra nacionalista, lleva la contraria a un catedrático de Constitucional (el otro día), y viene a decir (en esta entrada) que toda la Sala de lo Penal del Supremo se confabuló judeomasónicamente para condenar a Garzón.
Y claro, discrepo.
Mi admirado Pessoa, que es (para mí) el mejor poeta de todos los tiempos (opinión esta que a algunos les causa gran rechifla), se ponía a menudo a escribir de política y de esoterismo... y en eso no estaba a la altura. Si Fernando viviera ahora y escribiera un blog, pues también le replicaría.
Yo participo en un modesto blog que diariamente y desde Granada cuelga un poema (seguramente no muy bien elegido), y aparte (como es lógico) tengo opiniones en otros ámbitos. Si el Sr. García Martín se limitara a hablar de poesía, hablaríamos sólo de poesía; pero como también opina sobre otras cuestiones pues es lógico que le contestemos/comentemos. Ya nos gustaría no llevarle la contraria, pero si disentimos de lo que dice, pues qué le vamos a hacer.
"Las personas capaces de ser objetivas en cualquier circunstancia dan la impresión de salirse de lo normal. ¿Qué se ha roto o pervertido en ellas? Imposible saberlo, pero se intuye un trastorno serio, una anomalía. La imparcialidad es incompatible con la voluntad de afirmarse o, simplemente de existir. Reconocer los méritos de los demás es un síntoma alarmante, un acto contra natura".
EliminarE.M.CIORAN
Pues vuelvo yo también a añadir algo, aunque no debiera. Primero, que no se preocupe zUmO que el "error" de Garzón, prontamente subsanado, no a va a hacer que se anule la investigación de Gürtel (se van rechazando todas las peticiones de nulidad de los abogados). Y sin Garzón es muy probable que no hubiera habido caso Gürtel (y eso lo saben muy bien en el PP).
ResponderEliminarSegundo, yo soy muy cuidado a la hora de distinguir entre los hechos (irrefutables) y las opiniones (libres y a veces muy poco fundadas). Y lo que yo hago en mi blog de esta semana es citar un fragmento de una entrevista con un magistrado del Supremo y señalar que lo que él afirma es erróneo, objetivamente erróneo, no en mi opinión. Y pongo en el blog la ley que fundamente esa observación. Eso es todo. Que alguien me diga si he citado mal, si he entendido mal. No si Garzón es o no bueno, que no se trata de tal cosa.
JLGM
Tiene "zUmO" cierta tendencia, en mi opinión, a ver conspiraciones en todo lo que no le gusta. La idea de que algo pueda no gustarle y, sin embargo, ser defendible (o la idea contraria, la de que algo pueda gustarle, incluso muchísimo, y sin embargo no guste, o no guste tanto, a otros, por razones también perfectamente defendibles) le es difícil o imposible de asimilar. Por lo demás, la orientación de sus ideas, con eso de la "hidra nacionalista", no parece difícil de intuir. Nacionalismo existe en España como existe en Cataluña o el País Vasco; hay nacionalismo español como lo hay catalán o vasco. Y a veces caen, tanto unos como otros, en la descalificación del adversario. Quien por convicción personal, de un modo razonable y pacífico, desearía ver independiente a su tierra -por ejemplo, Cataluña-, no forma parte con ello de ninguna "hidra": simplemente tiene una opinión tan legítima como su contraria. (Y conste que no soy catalán, ni independentista). Pero es que el zUmO tiende a creer, según parece, que quien no tenga su misma opinión es un escarnecedor o perseguidor de su Única Verdad, e incluso, me temo, personalmente un malvado. Pues no, oiga: la realidad, en contra de lo que parece creer, no es en blanco y negro, no está hecha de Buenos y Malos, ni su opinión es la Última Instancia que decide en qué bando colocar a cada uno: quien piense como zUmO es bueno, y lo demás, pura Hidra. Lástima, oiga, con lo sencillo que sería. Facilitaría la vida un montón. La de algunos, claro; pero eso, quién lo duda, es un pequeño detalle sin importancia.
ResponderEliminar«El tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensación turbia; la composición del conjunto del cuerpo, fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama póstuma, olvido. ¿Qué, pues, puede darnos compañía? Única y exclusivamente la filosofía. Y ésta consiste en preservar el guía interior, exento de ultrajes y de daño, dueño de placeres y penas, sin hacer nada al azar, sin valerse de la mentira ni de la hipocresía, al margen de lo que otro haga o deje de hacer; más aún, aceptando lo que acontece y se le asigna, como procediendo de aquel lugar de donde él mismo ha venido. Y sobre todo, aguardando la muerte con pensamiento favorable, en la convicción de que ésta no es otra cosa que disolución de elementos de que está compuesto cada ser vivo. Y si para los mismos elementos nada temible hay en el hecho de que cada uno se transforme de continuo en otro, ¿por qué recelar de la transformación y disolución de todas las cosas? Pues esto es conforme a la naturaleza, y nada es malo si es conforme a la naturaleza».
ResponderEliminarEn Carnunto, ciudad de Panonia situada junto al río Danubio, residencia habitual de Marco Aurelio durante la campaña de 170-74, en la que asumió personalmente las funciones de jefe del ejército.
MARCO AURELIO, "Meditaciones", Biblioteca Clásica Gredos.
Ladino, esto es ya un poco bostezable. El otro día dejé un comentario en el blog de mi admirado Andrés Trapiello, y te lo copiopego:
ResponderEliminarHay que ir a una dilución y abolición de banderas, himnos, escudos y, por ende, fronteras: manifestaciones del tribalismo atávico.
Todos sabemos que lo deseable sería un solo Estado en el mundo: un Estado que fuese, precisamente, el mundo. Una sola humanidad = un planeta = un Estado.
La supresión de fronteras (con la consiguiente extirpación del instinto territorial -piénsese en los animales que marcan el territorio con la orina-) no será un acontecimiento histórico. Será un acontecimiento biológico.
Sé que no lo veré, pero espero que alguna vez, dentro de algunos siglos, la humanidad acabe con el virus letal del nacionalismo: génesis de las guerras, fábrica de la injusticia.
Hay quienes reman a favor de esa corriente, procurando la supresión de fronteras y la progresiva supranacionalidad (caso de la Unión Europea). Y hay quienes reman en contra, como el señor Mas en Cataluña.
Espero que nuestros hijos (y los suyos) les juzguen como merecen.
Siento que detrás del escrito que me ha indignado estés tú, Em. Tenía la esperanza de que lo hubiese escrito otra persona. Lo siento, lo siento..., pero no me desdigo de nada de lo dicho.
ResponderEliminarTú has sido la Beatriz que me ha ayudado a transitar mis primeros y torpes pasos por anillo-cielo de la poesía. Ahora no te reconozco y, lo que me parece peor, no estoy seguro de quererte como guía cuando descienda a los infiernos.
Lo siento.
A mí no me parece mal la idea de la desaparición de las fronteras. No pienso, sin embargo, que la actitud nacionalista (que, en general, no es la mía) sea una atrocidad, ni necesariamente una manifestación de "tribalismo atávico". Puede ser, por ejemplo, que de haber salido los planes de Hitler como él pretendía, hubiésemos llegado a un único Estado mundial, unificado bajo el dominio nazi. La perspectiva no me resulta nada tentadora. Y, por otra parte, es esa actitud nacionalista la que hizo que Pessoa fuera portugués (como seguramente sabe el zUmO, y si no yo se lo cuento, Portugal fue en su momento parte de España), o Borges argentino, en lugar de ser españoles. ¿Es ello una tragedia? A ellos no se lo pareció.
ResponderEliminarMe temo que el zUmO confunde las cosas, y cree que, porque haya nacionalismos excluyentes y violentos, se sigue necesariamente que todos lo son. Se equivoca. Pessoa se sentía, por lo que podemos juzgar, muy portugués, o Borges muy argentino, sin que por ello pretendieran excluir, y menos agredir, a nadie. Es una cuestión de actitud; también es pensable un Estado mundial que, como el que pudo ser el nazi, fuese excluyente y violento. Sospecho que, como ya le dije, tiene el zUmO tendencia a la muy excesiva simplificación, a ver las cosas en blanco y negro. La realidad, afortunadamente, es muchísimo más rica y matizada que todo eso.
Sr. Ladino, personaliza y caricaturiza Vd el debate y lo importante no es lo que yo diga porque lo diga yo, sino las ideas.
ResponderEliminarLa supresión de fronteras es la única esperanza para la supervivencia de la humanidad. O la humanidad acaba con las fronteras, o las fronteras (que son carne de guerras –la historia lo demuestra-) acaban con la humanidad.
Lo de que Pessoa era portugués, Borges argentino (y yo andaluza de Graná, casi ná)…, pues mire Vd qué bien. Es estupendo que haya distintos pueblos, diferentes culturas. “Cada pueblo es un estilo de lo humano”. Pero eso nada tiene que ver con las fronteras políticas, que son también económicas y sociales.
Me llama la atención que haya partidos nacionalistas, como Esquerra Republicana de Catalunya, que se dicen de izquierdas. Y es imposible, porque “nacionalismo de izquierdas” es un oxímoron, una antítesis, contradicción en sus propios términos: es como decir “agua seca” o “nieve frita”.
Las personas de izquierdas deploran la injusticia, y les da igual que sea por razón de clase social, de nacimiento o de nacionalidad (a fin de cuentas, hechos del azar: nacer en una familia, en un lugar o de una etnia).
Fíjese que Esquerra quiere que los impuestos de los catalanes se queden en Cataluña, o sea, desean no compartir nada con las regiones (y personas) más pobres. Qué social, qué izquierdista… En fin.
Cuanto más cohesionado y compacto políticamente es un territorio, menos diferencias socioeconómicas hay entre sus habitantes, pues éstas se diluyen progresivamente según el principio “contribuir según renta, distribuir según población”, que es el eje vertebrador de todas las políticas redistributivas de izquierda.
Podría extenderme muchísimo más, pero le sugiero que se quede con esta sabia frase: “El nacionalismo es a los pueblos lo que el egoísmo es a las personas”.
Todo nacionalismo es reaccionario. Es más reaccionario aún tratar de ahogar la voz de los reaccionarios nacionalistas. Fusilarlos, mucho más.
ResponderEliminarPues no, señor, no todo nacionalismo es reaccionario por mucho que se repita el tópico. No eran reaccionarios los nacionalistas que independizaron Estados Unidos de Inglaterra, ni Bolívar, ni los liberales españoles que lucharon contra José Bonaparte (aunque sí eran reaccionarios muchos de los que lucharon contra él) ni los partisanos franceses que luchaban contra los nazis. No debemos confundir la crítica a los excesos del nacionalismo con la crítica al nacionalismo. Ni el nacionalismo imperialista, que busca someter a otros pueblos, del que solo busca la libertad del suyo sin oprimir a nadie.
ResponderEliminarJLGM
Sacudirse el yugo imperialista no es nacionalismo. La voluntad independentista de las colonias españolas de América; de América del Norte o la India respecto de Inglaterra, etc..., eso no es nacionalismo. Y no lo es porque esos territorios estaban sometidos y sus habitantes oprimidos (cuando no esclavizados), pues no tenían los mismos derechos que los ciudadanos de la metrópoli. Eran colonias o protectorados (¡vaya nombre este último!: cuánto cinismo).
ResponderEliminarPero en el caso de Cataluña o el País Vasco respecto de España, o de Flandes respecto de Bélgica, o de Escocia respecto de U.K. (por poner unos ejemplos), no hay nada parecido. Los ciudadanos de esos lugares tienen exactamente los mismos derechos políticos y sociales que los de otros lugares del Estado (de un Estado democrático). Así pues no pueden compararse, bajo ningún concepto, las situaciones.
A la postre el debate es un tanto bizantino. El Sr. García Martín viene a decir que los pueblos deben poder autodeterminarse, igual que un cónyuge debe poder divorciarse si no quiere seguir conviviendo en pareja. Bien, las situaciones no son idénticas pero se entiende lo que quiere decir. ¿Y quién podría negar eso? No podemos obligar a nadie "manu militari" a seguir conviviendo con nosotros. Sólo podemos confiar en la madurez, en el sentido común, en la altura de miras de la gente. Sólo eso.
En esto de la autodeterminación hay, además, algo que me intriga. ¿Dónde termina? Si Euskadi puede independizarse de España, ¿podrá Álava (a su vez) independizarse de Euskadi? ¿Y las comarcas? ¿Y los municipios (recuerden que Cartagena quiso independizarse de Murcia) -así que no es ficción-?
Al final (perdonen el chiste) terminarán haciendo publicidad a Ikea, por aquello de la "República independiente de mi casa".
Y con esto, queridos amigos/as, doy por concluida mi participación en este blog. Hasta siempre.
PD: Al Sr. F: No soy Emilia, sino Sandra Suárez. Saludos.
Bueno, amiga Sandra, o Emilia, o quien corresponda, que el firmar con un nombre colectivo tiene eso. Si "sólo podemos confiar en la madurez, en el sentido común, en la altura de miras de la gente" (cosa que ciertamente apruebo, aunque resulte un tantico imprecisa en su posible aplicación práctica), lo de la "hidra nacionalista" de antes no me parece a mí precisamente una muestra de confianza en nada de eso; más bien todo lo contrario. Es algo así como decir que "sólo podemos confiar", etcétera, etcétera, "pero que (algunos) no queremos". Vaya por Dios, oiga.
ResponderEliminarSandra, eso se avisa. A diferencia de algunos procaces que -de vez en cuando- cambiamos de mote pero venimos a decir las mismas paridas, escribir bajo el paraguas de un colectivo mueve a desagradables confusiones. Porque ahora no sé si doña Emilia A. es del mismo pensar que usted o piensa radical o parcialmente distinto. Me refiero, claro, a affair Garzón, que es lo que más me ha escocido. Que vivan en la misma casa no supone que hayan de tener las mismas aficiones ni las mismas querencias, por lo que conviene siempre darse a conocer como inquilino singular.
ResponderEliminarTodo ha sido muy desagradable para mí.
Bostezable, en efecto, Sandra, de tortura china.
ResponderEliminarAsí que nuestro amigo ahora es "A.Ladino", muy ocurrente.
Tantos seudónimos y total para qué si sólo tiene un discurso: Yo-personificación de la tolerancia; Yo-hombre de matices, diálogo y comprensión; Yo-la suma racionalidad; Yo-defensor implacable de la imparcialidad, la ecuanimidad, y el entendimiento entre los hombres; Yo que nunca insulto y, si no, repase, repase (y a ver quién tiene fuerzas); tú-y tus esquemas en blanco y negro (esa es una de sus últimas adquisiciones, para alguien que se define como hombre de izquierdas, es un adelanto); tú-que opinas que los que no piensan como tú son malvados; tú-que te atreves a cuestionar mi majeza, inteligencia, superioridad moral y gracia natural cuando dices que los nacionalismos son egoístas o que te pica el pie... Tú-mucho cuidado con lo que dices, que el Gran Hermano de la Tolerancia está al loro.
Estoy con usted en todo, doña Sandra, una intervención muy oportuna. Erre que erre, pues claro que sí, tan erre que erre como el estimadísimo Sr. García Martín.
Gracias al Anónimo por la magnífica cita de CIORAN.
¿Se puede saber cuáles son los otros psudónimos del ladino A. Ladino, sire?
ResponderEliminarA ver, que hable el oráculo.
A estas alturas todos sabemos que Ladino es un alter ego de JLGM. Obviamente
ResponderEliminarPuede el Anónimo 1, si es que no es el mismo que el 2, cuestionar todo lo que quiera mi "majeza, inteligencia, superioridad moral y gracia natural". Yo mismo no las cuestiono, porque para eso tendría que creer que las poseo, lo que no es el caso. Intelectual y éticamente, me tengo por un aprendiz, y así me temo que me consideraré siempre. Respecto a "majeza" y "gracia natural", bien quisiera; pero tengo un espejo en el cuarto de baño, y nada, que no traga, el muy cabrito. Y no, no soy un alter ego de JLGM, aunque que alguien pueda pensarlo sube grandemente mi autoestima. En realidad, soy un heterónimo de mí mismo; el problema es que todavía no me he encontrado el ortónimo. Si aparece, prometo contarlo.
ResponderEliminarPara dilucidar si A. Ladino es o no es JLGM (aunque creo que existen diferencias evidentes) bastaría con que contestase a una simple pregunta: ¿"Cree usted que "El País" está convirtiéndose gradualmente en un periódico de derecha neta?"
ResponderEliminarSi contesta que no, habrá dado al traste con lo que sostienen los que dicen que no son la misma persona, porque semejante ceguera sólo se explicaría en un obstinado -ante ciertas evidencias- como suele ser el buen Martín.
Pero, por otra parte, me iba a chocar porque la calidad literaria no es la misma. Y bascula del lado de Kurtz. El mismo A. Ladino lo reconoce, cosa que casi le honra.
"F., tenemos un problema", como decían en la película. Y es que yo no soy, efectivamente, JLGM, ni aspiro (Dios me libre) a compararme con él; no obstante lo cual, no creo que "El País...", etcétera. Me gusta menos el periódico de lo que me gustaba hace unos años; y eso no sólo porque haya cambiado yo, que también, sino porque el periódico mismo me parece haber cambiado, y no para mejor. Pero, dicho esto, no lo creo un periódico "de derecha neta", como quizá lo pruebe el hecho de que ciertos comentarios suyos, y me consta, siguen poniendo de los nervios a algunas personas que conozco, éstas sí (según confesión propia) "de derecha neta".
ResponderEliminarCosa que por lo demás no me parece mal; en un país civilizado, entiendo, deben convivir personas cuya visión de la vida sea "conservadora" con otras de visión "progresista" (las comillas son porque ambos adjetivos me parecen un tanto inadecuados, y necesarias muchas matizaciones que aquí no caben). Ambas tienen razones, aunque no siempre tengan razón, y cosas válidas que aportar.
Sólo lamento, de la derecha española, su poca disposición en general (hay bienvenidas excepciones) a aceptar esto mismo, o sea, que sus contrarios puedan serlo honesta e inteligentemente, y por tanto con toda legitimidad. Suele creer por el contrario, esa derecha de nuestros pecados, que es propietaria de la totalidad de la razón, y que el no pensar como ellos sólo puede justificarse por tontería o por maldad (o por las dos juntas, que no se excluyen).
Pero esa crítica, repito, se refiere a la mayoría de la derecha española; no a toda ella (ya dije lo de las excepciones), y menos aún a cualquier derecha, ya que el conservadurismo me parece en sí, como también dije, una opción tan legítima como necesaria.
(...) Al llegar a casa releo el artículo en que Azorín cuenta su visita a Rubén Darío cuando éste veraneaba en La Arena: "La bahía está en profundas tinieblas; sobre las aguas negras, muertas, rielan misteriosas luces allá en la orilla remota; un estrépito vago, manso, viene del mar. Y nuestra barca va marchando lenta, elástica, hacia la inmensidad. Y en la negrura, al chocar de los remos, salta un reguero maravilloso de chispas fosforescentes, lívidas, que brillan y desaparecen en un segundo".
ResponderEliminar(OJALÁ que de las insondables aguas negras de la vida, medio rezo al acostarme, me siga distrayendo cada día un reguero maravilloso de efímeras chispas fosforescentes.)
J.L.GARCÍA MARTÍN, " Dicho y Hecho".
Que así se cumpla, también, para todos nosotros, rogaremos a los dioses.