Domingo, 5 de
noviembre
ANÓNIMOS
Un
buen escritor puede ser una mala persona. A mí eso no me plantea ningún
problema: lo leo y no le trato. Lo contrario me preocupa más: alguien cordial y
generoso conmigo que es un pésimo poeta (con los novelistas tengo menos
relación). En casos así, se puede no juzgar, decir vaguedades, ir sorteando las
trampas, pero ¿por cuánto tiempo?
Lo mejor es no juzgar, limitarse al
me gusta, no me gusta, y que nos gusten todos los amigos o quienes nos pueden
ser útiles. Pero yo, por más que lo intento, no consigo ocultar lo que pienso.
Se me lee en la frente, no puedo evitar los subtítulos.
Y el adulador poetastro acaba
calumniándote o enviando amenazadores anónimos. Dicen que una bestia herida es
doblemente peligrosa. Yo estoy en condiciones de asegurar que, si las heridas
son en la vanidad, el riesgo puede ser mortal.
Bueno, exagero un poco. Llevo más de
treinta años escribiendo semanalmente de libros (y hablando claro en todas las
ocasiones) y aún no ha llegado la sangre al río.
Lunes, 6 de
noviembre
MIENTRAS SE ESPERA
El
que espera desespera. Semanas esperando el acuerdo que permita formar gobierno
y parar el golpismo de las togas y de quienes se amparan en ellas y no hay
manera de cuadrar las cuentas. ¿Pero no dicen por ahí que Pedro Sánchez está
dispuesto a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder? A mí más bien me
parece un duro negociador.
---¿Y qué me dices de tu admirado
Puigdemont? Como siga tensando la cuerda, se va a romper y corre el riesgo de
quedarse en Europa para toda la eternidad. Y a lo mejor más de uno tendréis que
ir a hacerle compañía. No deberías significarte tanto, Martín, que los
alborotos en la calle y quienes hacen de su toga un sayo forman un cóctel
peligroso.
---¡Y tan peligroso! La falsa
acusación al hijo del presidente del Constitucional tiene toda la pinta de ser parte
de un plan para deslegitimar a un tribunal que no creen favorable.
---Eso ya sería demasiado. Parece más bien
cosa de alguno que quiere ayudar a la causa y actúa por su cuenta.
Martes, 7 de
noviembre
LEER O NO LEER
---¿No
te ha dicho nada Anna Caballé después de lo de Impares, fila 13?
---Me ha escrito muy indignada: “¡Es
la segunda vez que me acusas de no haber leído una novela que sí he leído!”.
Tardé en acordarme de a qué se refería. Cuando yo publiqué El último pirata
del Mediterráneo, la famosa biografía novelada de Juan March escrita por
Manuel Benavides, le dedicó unas líneas de compromiso en El País. Echaba
de menos que no se ocupara de la última etapa de la vida del contrabandista
reconvertido en financiero (no se enteró de que era un libro de 1934 y que su
autor murió décadas antes que March). Y ni aludía a que se reeditaba de acuerdo
con la última versión, que tenía importantes cambios sobre la primera. En esas
condiciones, afirmar que no ha leído el libro que reseña (y ni siquiera el
prólogo) es lo más amable que se podía decir. Explica que atribuye al narrador
las palabras de un personaje en Impares, fila trece solo “por reducir el
contexto de la infame novela”. Y añade: “Tú sabes tan bien como yo –a poco
decente que seas-- que la intención de la novela es la que es. En fin, una
vergüenza lo que escribes”. Si soy poco o muy decente, no es cuestión que venga
a cuento. Lo que sí sé es que una estudiosa de la literatura que confunde al
narrador con el autor (a Watson con Conan Doyle o a Lázaro de Tormes con Alfonso
de Valdés) y que además atribuye al narrador las palabras de un personaje resulta
bastante más escandaloso. Por eso prefiero suponer que no ha leído Impares,
fila 13, que le han pasado unas páginas para darle munición contra García
Montero. Cualquier otra hipótesis la deja en mucho peor lugar.
Miércoles, 8 de
noviembre
QUIZÁ AHORA
Pasa
Xuan Cándano por Atípico para hacerme unas preguntas. El próximo año se cumple
medio siglo del atentado de la calle del Correo y lleva tiempo investigando el
tema. Yo poco puedo decirle. Cierto que me implicaron, pero ni tuve nada que
ver ni conocía a nadie de los que tuvieron algo que ver, directa o
indirectamente, salvo a Mariluz Fernández, mi compañera de estudios y de
prácticas en el colegio de San Pedro de los Arcos, con quien me unía una buena
amistad, basada en la común pasión por la literatura, sin ninguna connotación
política, porque yo entonces –trabajaba y estudiaba y leía todo y escribía-- era
completamente apolítico, hasta el punto que de los periódicos solo me
interesaba el suplemento literario.
Nada le puedo decir a Xuan Cándano
que le sea útil para su libro (yo pasaba por allí y de mis desventuras ya he
hablado demasiado), pero él a mí me informa de muchas cosas que no sabía. Una
de ellas es que, si estuve en la cárcel y me trataron como me trataron, fue
porque una persona me acusó a mí directamente
de ser quien había puesto la bomba en la cafetería. Me pregunta Xuan Cándano
si, una vez en libertad, hablé con esa persona que, “bajo torturas y malos
tratos, sin duda”, me delató con falsedad, y si me dio alguna explicación. Colaboré
en alguna de sus revistas literarias. No hablamos nunca de ese asunto. Años
después, con motivo de un comentario poco favorable sobre una exposición de
poesía visual en la que participaba, me escribió cartas insultantes. Luego ya
no tuve ninguna relación. No sabía hasta ahora que gracias a él podía haber
sido uno de los últimos ejecutados del franquismo. Menuda broma.
Pero es agua pasada. Yo hace tiempo que he
pasado página de lo que pasé en aquellos días.
Otra cosa que preocupa más de lo que
me cuenta Xuan Cándano. Me da el nombre de los dos jóvenes que colocaron la
bomba, uno de ellos de la misma edad que yo y ahora prestigioso filólogo en no
sé que institución. “La policía no tuvo tiempo de actuar contra ellos, porque
llegó la amnistía, pero sus nombres están en el sumario”.
Y yo quedo aterrado ante una
amnistía, concedida en democracia, que deja impune un atentado que costó la
vida a más de una docena de personas y heridas, muchas de ellas graves, a cerca
de un centenar. ¿No tienen derecho los familiares de las víctimas a saber lo
que pasó y a que los culpables sean castigados? No, no tienen ningún derecho, a
esas víctimas no se les puede sacar ningún rendimiento político.
En Argentina se revocó la amnistía que
amparaba a los militares porque hay crímenes que no pueden ser amnistiados.
Aquí, borrón y cuenta nueva ante un vil asesinato indiscriminado. Debería anularse
esa amnistía para que no amparara más que delitos políticos: asociación ilegal,
propaganda, cosas así... Y por otra parte, aunque yo no soy jurista, creo que sería
posible poner en cuestión su aplicación al atentado de la calle del Correo.
¿Tuvo motivación política? De sobra sabemos que sí, pero hasta 2018 en que lo
reivindicó ETA ninguna
organización política se declaró responsable. Era obligación de la justicia
llegar hasta el final y luego, en el juicio, si se demostraba que los asesinos
formaban parte de una organización “política”, y actuaban a sus órdenes,
aplicarles esa ley de amnistía.
Tan vergonzosa, esa sí, como la que
amparó a los militares argentinos. ¡Media España –es un decir-- se echa a la
calle por la posibilidad de que queden impunes quienes quemaron contenedores
durante los disturbios del procés y nadie dice nada porque unos asesinos
siguieran tranquilamente su vida sin molestia alguna. En la Wikipedia están sus
nombres. Y también los de las víctimas, los de quienes, tras un primer momento
de exaltación y lágrimas de cocodrilo, nadie se volvió a acordar: Antonio
Alonso Palacín, mecánico , había contraído matrimonio seis días antes; María
Jesús Arcos Tirado, esposa del anterior, trabajaba como telefonista… No sigo,
me salpica el dolor. Quizá ahora, cuando se van a cumplir cincuenta años de
aquel siniestro atentado, haya llegado el momento de hacerles justicia.
Jueves, 9 de
noviembre
POR FIN
Ya
tenemos pacto. Qué alegría. Pero la violencia sigue. Violencia en las calles
para protestar contra los que utilizaron la violencia en las calles para
protestar. Ya lo dijo Machado: el ser humano “es una bestia paradójica”.
Esperemos, por el bien de todos, que el rebaño rojigualdo, como antes el
estelado, sea devuelto al corral antes de que la sangre llegue al río.
Viernes, 10 de
noviembre
IMPUNIDAD
Me
dice Xuan Cándano que me pasará el material que encuentre sobre mí en el
sumario. No creo que haya nada en mis declaraciones que pueda avergonzarme. Yo
no delaté. Y no es que presuma de héroe: es que no sabía nada de aquel infame
asunto. Otros, bien que hablaron (“No te hagas el valiente, que la jefa, la
Tupamara, fue la primera que lo cantó todo”). Y hubo quien acusó en falso. No
le guardo rencor. Peor consideración me merecen los que dieron carpetazo al
asunto.
“Y yo quedo aterrado ante una amnistía, concedida en democracia...” JLGM
ResponderEliminarLo que de verdad aterra, José Luis, es escuchar decir a un exprofesor universitario que en octubre de 1977 España era una democracia... ¿Pero no habíamos quedado en que la actual democracia comienza en 1978 con la promulgación de la Constitución? Y luego dicen de la Logse...
Qué bobada. Y perdone que sea tan preciso.
EliminarSu falta de precisión querrá que le perdone, José Luis. Y su escasa finura (sin miramientos personales y ateniéndonos al texto, constitucional en este caso). Dime de qué presumes...
EliminarSigue, sigue, "Amelia".
EliminarAmén, «tiburón»... Pero como sigas en este plan (gracias por volver al tuteo), esto va a acabar pareciendo más una biografía de Villena que un blog politic-literari...
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=_tigIxtdCtA
La Ley de Amnistía entró en vigor el 17 de octubre de 1977; las primeras elecciones democráticas, tras décadas de dictadura, se celebraron el 15 de junio del mismo año, si no recuerdo mal. No sé muy bien, Martín, de dónde sale cierta gente que pulula por aquí, pero los hay que parecen auténticos fantasmas recién salidos —o no— de tus Navidades pasadas.
ResponderEliminarProgresas adecuadamente, Alejandro... Pero todavía no distingues bien entre antes («primeras elecciones democráticas» de 15 de junio de 1977 con Ley de Censura) y después (1 de diciembre de 1977). A ver si con unos tutoriales de repaso...
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=S0zKNHwZgTg
Alejandro Lérida, sé que no haces falta, pero si puedes no pierdas el tiempo con "Amelia".
EliminarEn Canarias el franquismo no pudo prohibir los carnavales. Se limitaron a cambiarle el nombre: Fiestas de Invierno.
ResponderEliminarAy, Martín, duro negociador dices: se lo ha concedido todo, y lo que no le ha concedido de manera directa se queda en puntos suspensivos (la autodeterminación), y la ley de amnistía que aprobarán será mas beneficiosa para el independentismo que la que presentaron en 2021 los de ERC. Duro negaciador. Les ha concedido todo, dispuesto a concederle todo. A nada de lo que le han pedido ha dicho no. Duro negociador. Me encantaría saber, ya que ya sabemos las condiciones del pacto, dónde ves lo de duro negociador.
ResponderEliminarQuien concede todo, no espera días y días para concederlo. Yo lo dije cuando todo estaba en el aire. Lo estuvo hasta el último momento. Es muy fácil hacer profecías a toro pasado. Podría no haber habido pacto, podía haber habido elecciones y en eso confiaron hasta el último minuto los tres partidos que cortejan la ruptura de la democracia: el PP, Vox y el Partido Judicial.
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