Domingo, 12 de
noviembre
DETECTIVE LITERARIO
No
soy un bibliófilo, no colecciono libros por su rareza, pero soy sensible al
valor de ciertas ediciones. Hoy, en el paseo habitual por el Fontán, me
encuentro con un muy fatigado ejemplar de La corte de los milagros, editado
por Nuestro Pueblo en la Barcelona de 1938, cuando quedaba poco para la
desbandada. La sorpresa viene cuando me fijo en el autor del prólogo, Antonio
Machado. Es uno de los últimos textos que escribió, al menos de cierta
extensión, y lo leo emocionado mientras tomo un café. No creo que lo haya leído
mucha gente, aunque aparezca en sus obras completas. Da noticias de
Valle-Inclán que no he visto en ninguna otra parte: “La ingenuidad madrileña, o
su inventiva, había hecho correr esta voz: Es el hijo de Julio Verne”..
Últimamente se acumulan la sorpresas
bibliográficas gracias a la que se ha convertido en mi librería favorita, la
del Centro Reto, en la calle Bermúdez de Castro. Abro la primera edición de Grado
elemental, de Ángel González, y en seguida me doy cuenta de que hay un
poema que falta en las siguientes ediciones: “Lección de literatura (a Antonio
Machado)”. Luego seria sustituido por “Camposanto en Colliure”, que no es una
reescritura, sino otro poema. En “Lección de literatura” se menciona a Di
Stéfano, quién lo iba a decir.
También Sobre el lugar del canto,
el libro desvanecido de José Ángel Valente, guarda sorpresas. A partir de 1966
(figura en la solapa de La memoria y los signos), no vuelve a
mencionarlo. Andrés Sánchez Robayna, en su edición de la obra completa de
Valente, solo lo cita en una nota, al incluir en apéndice un poema que no
figura en otros libros. ¿Por qué este empeño en borrarlo? Porque apareció en la
colección Colliure, que dirigía José María Castellet y que suponía la puesta de
largo de una nueva generación, la de los cincuenta, de la que Valente luego
abominaría, pero de la que fue uno de los primeros promotores. Maquillar el
pasado es una reiterada costumbre, no solo entre los escritores. El primer
poema de Sobre el lugar del canto se le escapó por cierto a Sánchez
Robayna –que quizá no ha visto ese libro repudiado-- y no figura en la poesía
completa de Valente.
Me divierte esta labor detectivesca,
que ayuda a ver la historia en su transcurso sin las falsificaciones
posteriores. Recuerdo a José Agustín Goytisolo, en un congreso de los años
ochenta, abominando de la poesía social y afirmando que él no había escrito
nunca el nombre de España en sus poemas. En público –me gustan esos golpes de
efecto-- saqué yo la antología de José Luis Cano El tema de España en la
poesía española y le leí un poema suyo incluido en ella. “¡Pero en las
siguientes ediciones cambié ese nombre por el de país!”, me replicó. Y siguió
con su falseadora tabarra.
No soy un bibliófilo, pero cómo me
emocionan ciertas ediciones, como esta de La redención de las provincias y
La decencia nacional, que también encontré en Reto. Contiene los artículos
que Ortega escribió en 1930, a la caída de la dictadura (entre ellos “El error
Berenguer”, que termina con “Delenda est Monarchia”) y la fecha del colofón
indica que se terminó de imprimir el 26 de marzo de 1931. Me imagino la emoción
con que esas páginas se leyeron entonces cuando todo era ilusionada esperanza.
Lunes, 13 de
noviembre
CLÁSICOS
Hojeo en la mesa de novedades una Historia alternativa de la felicidad, de Juan Antonio González Iglesias, y de pronto me encuentro con unos versos míos cerrando el capítulo que elogia la rutina. Como en la portada se lee “Redescubre las claves para una vida feliz de la mano de los clásicos”, pues me siento feliz en tan buena compañía.
Martes, 14 de
noviembre
DE QUÉ PRESUMO
Ando
siempre presumiendo de inteligencia (dime de qué presumes…), pero parece que
por lo menos la inteligencia emocional no es lo mío. Voy por ahí, como don
Quijote, tratando de deshacer entuertos y solo consigo poner las cosas peor que
lo que estaban. Y me empeño en no dejarme querer por nadie a la vez que me paso
las noches insomne y quejándome de que nadie me quiere.
Miércoles, 15 de
noviembre
TERTULIA
---¿No
sientes, Martín, un poco de envidia de Jordi Gracia? Dice de un promocionado
bodrio lo que todos piensan, que es lo mismo que tú haces todas las semanas, y
se arma tal escándalo que hasta la reina tiene que ir a consolar públicamente a
la autora.
---¡Eso es corrupción! –clama
Rodríguez Rodero---. No la pagamos con nuestros impuestos para que se dedique a
hacer publicidad de sus amigas periodistas metidas a escritoras.
---¡Tanto como corrupción! Tiene
derecho a su vida privada.
---¡No, no tiene derecho! ¡Los reyes
son reyes en todo momento!
---Sí, sobre todo cuando hacen
negocios raros, como el Rey de las Regatas y las Comisiones. Lo de Jordi
Gracia, Bueres, no tiene ningún mérito. Reírse del Planeta en los suplementos culturales ya es una
tradición. Y Lara, el fundador, enseñó a reírse de esas críticas. Los que lo compran
no son lectores de Babelia. Lo que llama la atención es que llama la atención,
uno por uno, a los ilustres miembros del jurado, desde la elegante Carmen
Posadas hasta el erudito, y en los últimos años ridículo poeta, Pere Gimferrer.
Cobrar sustanciosamente por avalar una novela que ni seleccionan y quizá ni
siquiera leen es un caso claro de corrupción. Ese sí, no el de doña Letizia con
el paripé de hacer cola para que una amiga le firme un libro, como si no
pudiera quedar con ella en cualquier momento para que se lo firme.
---Tú publicaste un artículo que se titulaba algo así como “¿Ha escrito Fernando Savater el último libro de Fernando Savater?” y concluías, con muy buenos argumentos que no solo no lo había escrito sino que ni siquiera lo había leído. Imagínate que lo hubieras publicado en Babelia. Se armaría tal revuelo que, la reina no, pero seguro que Santiago Abascal iría a visitarle a su casa para consolarle. Nadie te hace caso y ahí sigues, con más moral que el Alcoyano, como se decía antes, erre que erre todas las semanas desde hace por lo menos cuarenta años.
Jueves, 16 de
noviembre
ESPAÑOLES COMO YO
Hojeo
un libro en La Esquina del Peso, mi rincón de los jueves, cuando se me acerca
un desconocido.
---¿Puedo saludarle un momento? ¿Qué
va a decir usted de lo que está pasando? ¡Estoy deseando leerle el domingo!
---Pues si me lee, ya se imagina lo
que voy a decir. No puedo estar más contento. En la Transición, cuando Suárez,
el riesgo era que los tanques salieran a la calle, ahora la amenaza son las
togas. Salieron los tanques, salieron las togas, salieron bandas de patrióticos
matones, pero entonces y ahora se salvó la democracia.
---¿Y no le parece que intercambiar
una amnistía por tan solo siete votos es dar demasiado por muy poco?
---Me parece que quienes deberían
ser juzgados, y luego amnistiados tras pasar exilio y cárcel, son los jueces
que retorcieron la ley para dar un escarmiento, olvidándose de que deben
aplicar la ley, no sus prejuicios políticos. Y los políticos que los incitaron
a ello. No ocurre solo en España, ocurrió en Brasil, en Argentina, en Portugal.
La derecha ha encontrado un campo abonado en el conservadurismo natural de la
profesión, y en la vanidad de los jueces estrellas, para derrotar a sus
contrincantes políticos. Pero no me gusta escribir de estos asuntos. ¿Para qué?
Cada uno lee a quien comparte sus prejuicios. Para mí el resultado electoral
fue un regalo que ha permitido hacer justicia, justicia de verdad, no esa de
los jueces especiales, caducados y patrióticos (que no son todos ni quizá la
mayoría, por supuesto). Deberían enseñarles a respetar las leyes, cualquier ley,
incluso las que no les gustan. Y a no jugar con ventaja, a pedir la excedencia
si quieren meterse en política. Recuerdo que en el 2017, cuando unos querían
votar y otros impedírselo a toda costa, yo fui uno de los pocos que defendí,
fuera de Cataluña, el que Cataluña (lo mismo que Andalucía o Murcia) tenía todo
el derecho a decidir su futuro político. Pero resulta que mis lectores eran
patriotas a machamartillo. Los ataques fueron constantes y feroces. Pero hubo
una excepción. Alguien escribió: “Si hubiera más españoles como usted, en
Cataluña habría menos independentistas”. Yo creo que Gabriel Rufián, si fuera
sincero, se lo podría haber dicho a Pedro Sánchez en el Congreso. Pero no sé si
como un elogio o como todo lo contrario.
Viernes, 17 de
noviembre
SE RESPIRA MEJOR
Salgo de casa a las diez en punto, como cada mañana, tras haber concluido mi trabajo del día (“nulla dies sine linea”) y cruzo el parque de los Prados bajo un cielo más azul y luminoso que de costumbre. Hoy en España se respira mejor. El nuevo gobierno empieza reparando una injusticia.
Un habitual que firma "Pablo Morales" dice no entender la primera entrada, pero sin quererlo confirma lo que digo sobre que los escritores --como el resto de las personas-- tienden a maquillar su pasado. Al ejemplo de José Agustín Goytisolo se puede añadir ahora otro. Valente afirmó en una entrevista, incluida en el libro El ángel de la creación, que la censura mutiló su libro La memoria y los signos, del 66, impidiendo que se publicara el poema "John Cornford" que ya había aparecido en El lugar del canto, del 63. Pero eso no es cierto. La censura no mutiló nada. Adjunto pruebas.
José Luis, si hubiera más independentistas como usted, En España habría menos patriotas.
ResponderEliminarAbelardo, para escribir una frase ingeniosa no basta con darle la vuelta a otra frase, hay que añadir al menos una pizca de ingenio.
EliminarNo se trata de ingenio. Si se le da la vuelta a una frase, puede seguir significando lo mismo, pasar a significar lo contrario o mostrarse como una completa estupidez. Si mi frase te parece, aproximadamente estúpida y falsa, lo más probable es que la tuya también lo sea. Ahí quería llegar. Mil gracias.
EliminarMenuda lógica la tuya, amigo Abelardo. O sea que si a una frase se de la la vuelta y es una tontería o una falsedad ("todos los españoles son europeos" se convierte en "todos los europeos son españoles", ¿entonces lo más probable es que la primera también sea una tontería o una falsedad? ¡Hay que leer más a Aristóteles!
EliminarOtra bobada; si una cosa pertenece a un todo, pertenece a cada una de sus partes; por tanto, todos los españoles son italianos, franceses, etc. Las trampas de la lógica.
EliminarAhora, entre otros escollos, está la tabarra de Podemos exigiendo que Irene Montero siga de ministra.
ResponderEliminarA mi si me ha sorprendido el palo, casi ensañamiento, de Jordi Gracia. Y como soy muy mal pensado creo que se aprovecha un bodrio -supongo, no pienso leerlo- para dar caña a un medio rival.
ResponderEliminarPuede ser. Por mi pequeña experiencia (reseñé una antología suya de textos de Dionisio Ridruejo) es bastante vengativo.
Eliminar"También Sobre el lugar del canto, el libro desvanecido de José Ángel Valente, guarda sorpresas. A partir de 1966 (figura en la solapa de La memoria y los signos), no vuelve a mencionarlo. Andrés Sánchez Robayna, en su edición de la obra completa de Valente, solo lo cita en una nota, al incluir en apéndice un poema que no figura en otros libros. ¿Por qué este empeño en borrarlo? Porque apareció en la colección Colliure, que dirigía José María Castellet y que suponía la puesta de largo de una nueva generación, la de los cincuenta, de la que Valente luego abominaría, pero de la que fue uno de los primeros promotores. Maquillar el pasado es una reiterada costumbre, no solo entre los escritores. El primer poema de Sobre el lugar del canto se le escapó por cierto a Sánchez Robayna –que quizá no ha visto ese libro repudiado-- y no figura en la poesía completa de Valente."
ResponderEliminarEse confuso párrafo sobre el libro de Valente (el poeta español más sobrevalorado de la segunda mitad del siglo XX) sencillamente no se entiende. Primero se pregunta uno cómo es posible que un poeta renuncie a un libro publicado, tire a la papelera sus poemas, únicamente porque fue editado en una colección determinada. Luego se dice uno que si lo sacrificó para "maquillar el pasado" es porque debía de ser malísimo (como J.R.Jiménez intentó eliminar de la faz de la tierra sus muy mediocres primeros libros, con un afán tan ridículo como estéril).
Luego leemos que el primer poema de dicho libro se le escapó a Robayna y no figura en la poesía completa de Valente porque "quizá no ha visto ese libro repudiado". Pero si no ha visto ese libro repudiado, ¿cómo puede publicar todos sus poemas menos el primero?
Al final, acaba uno buscando explicación a tanta incoherencia en el libro de Valente "El ángel de la creación. Diálogos y entrevistas", en el que el poeta gallego dice: "la censura mutiló incoherentemente La memoria y los signos en el 66, prohibiendo el poema a
John Cornford, cuando ya había salido dos veces en España, en la revista Ínsula y en la antología Sobre el lugar del canto..."
O sea, que no se trata de un "libro desvanecido" sino de una simple antología eliminada - lo cual resta la mayoría del interés al asunto.
No es una "simple antología", sino un libro estructurado en tres partes con citas previas a cada una de ellas. Lo que ocurre es que sus poemas inéditos en el 63 se incorporaron luego a "La memoria y los signos", salvo dos: uno lo recuperó Robayna en la obra completa y otro no. Y no se fíe de lo que dicen los poetas, que a veces tienen mala memoria (como cuando reniegan de la poesía social después de haber participado en ella). Tengo delante de mí la edición primera de "La memoria y los signos" (Revista de Occidente, Madrid, 1966) y en sus páginas 89-91 figura ese poema, "John Cornford, 1936", que el desmemoriado Valente dice que le mutiló la censura. Hay que ir a las fuentes y no fiarse de todo lo que uno lee en Internet. "Ite ad fontes, Pablo Morales", que diría Erasmo.
Eliminar"Hay que ir a las fuentes y no fiarse de todo lo que uno lee en Internet."
EliminarEs lo que yo he hecho buscando la solución al enigma en el libro de Valente "El ángel de la creación. Diálogos y entrevistas" y no perdiendo el tiempo en internet. Pero para usted el propio autor no es una fuente fiable ("no se fíe de lo que dicen los poetas, que a veces tienen mala memoria"). Y por otro lado, usted que tiene al parecer todas las fuentes, nos ha explicado el caso de una manera que no se entiende.
Me gustaría conocer la versión de Robayna sobre este asunto.
Más bobadas. Yo tengo los dos libros de los que se habla. Y en "La memoria y los signos" está el poema que Valente dice que la prohibió la censura. Busque usted "La memoria y los signos", primera edición, y luego dígame si la razón la tengo yo o Valente. Hasta entonces, lo mejor es callarse. Vamos, creo yo.
EliminarUsted responde a objeciones que yo no hago. Y califica de "bobadas" lo que no digo.
EliminarCuriosa manera de discutir...
En cuanto a la política, cada semana está más claro (tan claro que no merece la pena discutir sobre ello) que JLGM detesta a España y que se alegraría sobremanera si llegara a verla descuartizada un día. ¿Una secuela de las injustas consecuencias que tuvo para él el atentado de la calle del Correo? Muy probablemente...(pero eso nunca osará decirlo públicamente).
ResponderEliminarQué bobada. España, si usted sabe algo de historia, ya está descuartizada: le falta Portugal (desde la época de Felipe IV), le falta Cuba (desde la Regencia de María Cristina), le falta Gibraltar (desde el tratado de Utrech). Todos esos territorios se consideraron una vez España. Y hasta el Sahara fue una provincia más, como Canarias, con procuradores en las cortes franquistas. España como unidad política (el Estado español) es una cosa y las tierras y las gentes que la forman es otra. Yo no amo menos Lisboa por ser capital de un país independiente ni amaría menos Barcelona si llega a convertirse --no parece probable, al menos a corto y medio plazo-- en capital de la república catalana.
EliminarCataluña, Andalucía, Murcia, tienen derecho a decidir su futuro.
ResponderEliminarLo que hayan de ser esas comunidades lo han de decidir sus ciudadanos.
Barcelona tiene derecho a decidir su futuro?
Lo que haya de ser España han de decidirlo sus ciudadanos?
Qué criterio adoptamos para otorgarle o denegarle a una determinada comunidad política el derecho a decidir su futuro en términos de soberanía?
Yo conozco el Derecho Constitucional de cada país y el Derecho Público Internacional.
Cataluña, Andalucía, Murcia y Barcelona (y Aldeanueva del Camino) deciden su futuro político cada cuatro años. Y si se presenta un partido político que pretende que Murcia sea independiente y gana las elecciones por mayoría absoluta, solo hay dos caminos: o iniciar los trámites legales correspondientes para que el deseo de los murcianos se haga realidad o imponer por la fuerza de las armas su continuidad dentro del Estado español. En un caso, más pronto o más tarde (más bien tarde que pronto) puede conseguir la independencia, a menos que los ciudadanos de Murcia cambien de opinión (que es muy posible); en el otro, inmediatamente deja de ser parte del Estado español para convertirse en un territorio ocupado militarmente (y eso al margen de que formalmente lo siga siendo). El Derecho Constitucional de cada país desarrolla la Constitución que han decidido los ciudadanos de cada país y ellos mismos pueden cambiarla. Y el Derecho Público Internacional lo ha decidido el conjunto de naciones que lo aplican cuando conviene (Ucrania sí, Gaza no) y que pueden cambiarlo cuando se pongan de acuerdo en ello. Nada está decidido para siempre. En política quienes hacen y deshacen son los ciudadanos. Dios en estas cosas no pinta nada.
ResponderEliminarSi no le entiendo mal, Sr. García Ma
ResponderEliminarrtín, su argumentación se deriva de una especie de Derecho Natural de las diferentes comunidades políticas a decidir sobre su soberanía. Es una afirmación bastante intuitiva, no lo niego. Pero creo que la cuestión sigue siendo la misma: cómo delimitados las comunidades?
Referéndum de independencia en Cataluña:
A Favor: Gerona, 65%. Tarragona, 52%. Lérida: 54%. Barcelona: 37%.
Qué hacemos? Cree usted que Puigdemont y Junqueras admitirían democráticamente una Cataluña independiente sin Barcelona? Yo lo dudo.
En 2 cosas estoy de acuerdo: Dios no pinta nada en esto y si Barcelona pasará a ser la capital de una Cataluña independiente yo seguiría apreciándola y visitando la con la misma alegría que ahora.
Yo no he hablado de "soberanía", Jose, que las palabras las carga el diablo, sino de elegir su futuro político, que en un pueblo es elegir al alcalde. Y ese problema de los tantos por ciento es un un problema más falso que Judas. Las elecciones tienen una reglas, definidas previamente, y los que participan en ellas las aceptan. Si es una consulta sobre si instalar o no nuevas farolas en el pueblo tal, pues la decisión es la del conjunto, no la de barrio por barrio. En fin, un falso problema. En la comunidad de Madrid, salen diputados los candidatos que más votos obtienen en la comunidad de Madrid independientemente de que en unas localidades les hayan votado más que en otras. Un falso problema, ya digo.
EliminarEfectivamente, Jose, la clave de la discusión reside, a mi juicio, en dos consideraciones: el concepto de «soberanía», que José Luis elude de manera un tanto cazurra («Yo no he hablado de "soberanía", Jose, que las palabras las carga el diablo, sino de elegir su futuro político»); y la titularidad de dicha soberanía.
EliminarY es el caso que el pueblo de Cataluña (así como los demás pueblos que conforman el Estado agrupados administrativamente bajo el nombre de comunidades autónomas, ‘históricas y no históricas’) no es una «nación» en el sentido político del término. Ni es, por tanto, titular de ninguna soberanía, competencia exclusiva del Estado.
A este respecto, la redacción del artículo 1.2 de la Constitución en vigor resulta meridianamente clara para cualquiera que sepa leer: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.»
Al hilo de lo anterior, con respecto al derecho de los pueblos a «elegir su futuro político, que en un pueblo es elegir al alcalde», y a fin de evitar posibles malententidos con la palabra pueblo, opino que es preciso distinguir entre pueblo soberano (art. 1.2 CE) y pueblo regido por un alcalde, comunmente llamado municipio.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pars_pro_toto
Para una mejor comprensión, léase el siguiente mensaje con el tono atiplado de Arias Navarro: "Españoles, Franco NO ha muerto"
ResponderEliminarPero todo el problema con Cataluña, cuya derivada de la Ley de Amnistía ha protagonizado y posibilitado la investidura de Sánchez, no va de elegir alcaldes, va de la aspiración (legítima) de una parte importante de sus ciudadanos a la independencia en términos, sí, de soberanía. Es evidente que España es una determinada comunidad política, Cataluña (incluída hasta ahora en España) también. Si los ciudadanos de Cataluña tienen derecho a decidir su futuro en dichos términos, por qué los de España no? Dice usted que la constitución de un país la cambian los mismos ciudadanos que la votaron: claro que sí: 233 escaños son necesarios para que el Congreso apruebe la convocatoria de un referéndum de reforma constitucional. Y no es privativo de la sacrosanta unidad de España: el derecho constitucional comparado muestra que las mayorías requeridas oscilan entre 2/3 y 3/5. Es un problema complejo, pero lo que no sr puede es, si no cumplo los requerimientos legales, tirar por la calle de enmedio como en el parlamento catalán en 2017. En fin, insisto: ojalá lleve usted razón y la situación mejore. A mí las "patrias" no me dicen nada. Yo también soy extremeño, nací y viví hasta los 9 años en Zalamea de la Serena (más literario imposible) y no me siento orgulloso de ser extremeño; me siento contento porque la gente es maja, como en todas partes, y su medio natural maravilloso. Exactamente lo mismo diría si hubiera nacido en Palafrugell.
ResponderEliminarLo que quieras, José Luis. Te regalo una frase, de las que podrían ser de las tuyas. Méritos, desde luego, has hecho: "Si tú no me llevases nunca la contraría, yo te daría siempre la razón". Pues eso.
ResponderEliminarMás mía es esta otra: "Yo no te daría la razón ni aunque no me llevases nunca la contraria".
ResponderEliminarA Pablo Morales:
ResponderEliminarLe ruego lea el apéndice ilustrado que he puesto en el blog a ver si así hay suerte y se entera de lo que cuento en la primera entrada. No es tan difícil. Y mis disculpas por ser un poquito impertinente. Es mi naturaleza.
¡Me has ganado, José Luis! La frase tuya real es mucho más tuya que la mía inventada.
ResponderEliminarFruta de postre, qué horterada... Podemita bolivariana tenía que ser...
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=tBtQTLOMrRs
Esta "Amelia" tiene pinta de ser "Amelio". No le hagas demasiado caso, Joaquín. Los comentaristas enmascarados dan un poco de grima.
ResponderEliminarPotasio en vena hmmm, qué bueno… Gracias por el consejo, Joaquín, pero vía oral está mucho más rico… A ver si se anima la ministra y lo incorpora al menú como aperitivo...
ResponderEliminarhttps://coctelia.com/daiquiri-de-platano/
Para abstemios contumaces como José Luis...
https://2.bp.blogspot.com/-qXf68tegZs8/V1rIXhBmGOI/AAAAAAAACpc/jmMWgS9Ywj0fmwAQu1JaUkhYPMTToFHvQCLcB/s1600/1906764-2419-atm14.jpg
Un dato sobre el libro desvanecido de Valente: de los 25 poemas que contiene 12 corresponden a los dos libros anteriores: A modo de esperanza y Poemas a Lázaro. Así se explica en la página 7. No veo forma de poner en duda lo que Sobre el lugar del canto fue.
ResponderEliminarEn cuanto al poema censurado, fue Robles Piquer quien, tras la petición que Valente le hizo, dio vía libre a la negativa que Ortega Spotorno le había trasladado inicialmente. Así lo cuenta Juan Anllo en "Dos 'raros' folletos"( El País, 1 de marzo de 1995)
ResponderEliminarExacto, Francisco Sánchez. Esto es lo que se lee en la página 7: "Los poemas 2 a 5 y 6 a 13 forman parte de 'A modo de esperanza' y 'Poemas a Lázaro'. El resto de las composiciones aquí recogida no se había publicado en libro hasta la fecha". El primer poema explica el título y el sentido de la recopilación: "Entre hombres de tierra y nombre extraños / no puedo hablar". Cada una de las tres secciones del libro lleva una cita. Así dice la primera parte: "... que hay muchas cosas que, pareciendo que existen y tienen ser, ya no son nada, sino un vocablo y una figura". El libro se concibió, con poemas publicados e inéditos, como una muestra de la poesía realista del autor. Luego los poemas inéditos se incorporaron a "La memoria y los signos" y Valente quiso dejar la mejor huella posible de su relación con la poesía social y la generación del cincuenta (a la que llegó a detestar).
ResponderEliminarY en cuanto al otro asunto, lo cierto es que la censura no mutiló el libro, aunque, según parece, tuviera intención de hacerlo.
ResponderEliminar