Domingo, 15 de
octubre
ALGO DE TEOLOGÍA
"El
cielo y el infierno están aquí", le escuchó decir a una campesina andaluza Blas
de Otero, según cuenta en uno de los poema de Que trata de España. Yo no
sé si el cielo está aquí, pero si está, tiene ventanas desde las que se divisa,
en vivo y en directo, los tormentos de quienes están encerrados en el infierno.
¿Y es posible ser feliz asistiendo desde
un palco de nubes al sufrimiento de los otros? De que ciertas personas puedan pasarlo
bien, no me cabe duda: las peleas siempre cuentan con un corro de espectadores,
para no hablar de los combates de gladiadores o las corridas de toros.
¿Los bienaventurados, en el cielo
católico, se vuelven insensibles al dolor ajeno, al sufrimiento de los que
dejan en la tierra o al de aquellos otros a los que un juez inflexible condena
para siempre sin posibilidad de amnistías? Siempre me ha sorprendido ese punto ciego
de la teología.
Se me ocurre pensar en estas cosas
mientras me salpica la sangre ajena y mahometana o cristina o judía y yo doy
mis crepusculares paseos –aún hay sol en las bardas--, si no por el paraíso,
por sus hermosos alrededores.
Lunes, 16 de
octubre
MAL POR BIEN
Hay gente que me quiere bien y gente que no, supongo que como le ocurre a todo el
mundo. Entre quienes yo conozco, afortunadamente, son más los primeros que los
segundos. Los que me odian, me odian más de oídas o de leídas que del trato
personal. Suelen ser poetas sobre los que he escrito cosas poco amables, o no
he escrito nada, lo que para algunos es peor.
Pero también soy poco delicado y puedo
herir sin querer a la gente que se me acerca, o peor, a la gente que quiero. En
eso sospecho que soy también como todo el mundo. Lo curioso es que el mal que
recibo no suele ser consecuencia del mal que hago, sino del bien. Hay quienes
perdonan antes las pequeñas ofensas que los grandes favores.
La piedad peligrosa tituló
Stefan Zweig una de sus novelas, o así la titularon en español. La piedad, la
compasión, puede ser una trampa, la más insidiosa. Yo he caído en ella varias
veces.
¡Qué reconfortante resulta hacer el bien,
compartir lo poco que tenemos! Por incurrir en esa vanagloria, ahora estoy atado
de pies y manos.
No tengas piedad de mí, lector.
Sálvate tú.
Martes, 17 de
octubre
BOUSOÑO EN NÁPOLES
Hojeo
con curiosidad el libro que Alejandro Duque Amusco ha dedicado a Carlos
Bousoño, de quien este año se celebra el centenario y lo primero que me sorprende
es la siguiente anécdota (antes nos advierte que Bousoño afirmaba que "siempre
había que mejorar las anécdotas cuando se contaban", pero que esta es veraz, hay
testigos): "Se encontraba una tarde en la bahía de Nápoles. A tres o cuatro
kilómetros de distancia, frente a la costa, la isla de Procida se ofrecía a los
turistas con su gracioso colorido. Sintió la tentación de llegar a ella
nadando, con la idea de volver luego en el ferry, como un turista. Se iniciaba el crepúsculo. Cuando llegó, el último ferry estaba a punto de salir, lleno al
completo, y no admitía ni un solo pasajero más. El piloto, viendo su cansancio,
le ofreció devolverlo a tierra sujeto por un cabo para que se lo atara y se
dejara llevar. Carlos aceptó de mala gana. Pero no bien zarpó se dio cuenta de
que el cabo era demasiado corto y corría el peligro de ser succionado por las
hélices. Tuvo que soltarse y volver a nado con las escasas fuerzas que le
quedaban. Llegó exhausto, después de haber flirteado con la muerte durante aquella
travesía, que se le hizo eterna".
Pero resulta que Procida no está a tres o cuatro kilómetros de Nápoles, sino a más de veinte. Mucha distancia para tener de pronto el capricho de acercarse a nado, por buen nadador que se sea. Y el "gracioso colorido" de esa isla cercana a Ischia no se divisa desde Nápoles, porque está al oeste, tras el virgiliano cabo Miseno. La que se divisa es la silueta de Capri.
¿Y dónde llevaba el nadador el dinero o el billete para el ferry? ¿Había tenido la precaución de atarse un billetero a la cintura? En ese caso, si no había sitio en el ferry, podía pasar la noche en un hotel de la isla. Lo que no podía ocurrir nunca –salvo en el mundo de los sueños y los cuentos de hadas-- es que el piloto del ferry le ofreciera viajar a remolque, atado por la cintura. ¡Menudo espectáculo! El resto de los pasajeros se pasarían el viaje en la popa haciendo fotos (al menos los que tuvieran cámara, que entonces no habría móviles). ¿Y tan corto de luces era el piloto al que se le ocurrió supuestamente tal disparate que le ofreció una cuerda tan corta que quedaba al alcance de las hélices?
Alejandro, Alejandro, no hay que creerse todo lo que nos cuenta el autor admirado. O no hay que escribirlo luego en un libro presuntamente crítico, que los lectores son muy burlones.
Pero no se vayan porque aún hay más. Bousoño, al parecer, creía en el espiritismo (yo le oí contar en un congreso en Jerez, no en charla particular, cómo una vez se le apareció un ovni cuando iba en coche por Ibiza con Claudio Rodríguez) y practicaba con la ouija junto a su mujer Ruth y algunos amigos de confianza. Un día en una de las sesiones se le manifestó el espíritu de su padre. El diálogo que mantuvieron (no nos dice Duque Amusco si el progenitor habla con voz espectral o señalando letra a letra) fue el siguiente:
---Padre, ¿dónde está? ¿Cómo se encuentra?
---Estoy bien, en un lugar plácido y
prodigioso.
---¿Y está con usted Juan Ramón
¿Jiménez?
---No.
---¿Y cómo es que no está?
---Él está en otro grado de luz.
"Quedó Carlos impresionado por
aquellas palabras y cada vez que relataba la insólita sesión de aquel día había
en su voz una misma vibración intensa y apasionada". En otro grado de luz le
parecía un buen título para un futuro libro y el fiel discípulo cumple ese
deseo titulando así su devoto homenaje.
Miércoles, 18 de
octubre
BIOGRAFÍA
Mañana
se inaugura en la Biblioteca del Fontán la exposición dedicada a Carlos
Bousoño. Dudo entre pasar o no pasar por allí. Estará la viuda, Ruth, que no me
tiene –y con razón-- demasiadas simpatías. Me la presentó el propio poeta, en un
curso de verano que dio en Oviedo, antes de que se casaran; entonces era solo
una alumna entusiasta que había venido de Madrid a escucharle. Dará una
conferencia Jenaro Talens, a quien no conozco, pero a quien admiré en mis
comienzos y con quien tuve alguna polémica hasta que dejó de interesarme. El
azar ha hecho que aparezca de pronto –no estaba colocado según el orden
alfabético-- su libro El vuelo excede el ala. La dedicatoria, "Para José
Luis García Martín de su amigo Jenaro Talens," está fechada en noviembre de
1973, dentro de unos días hará exactamente cincuenta años. No sé cómo pude
entrar entonces en contacto con Talens. Luego hablé de él en Jugar con fuego y una frase desafortunada en una de las charlas apócrifas con Víctor Botas
fue el motivo de la ruptura. Ahora me gustaría saludarle, pero no sé de su
capacidad para conservar rencores. Nos hemos movido luego en ámbitos literarios
distintos, aunque creo que de su obra poética tan profusa –y tan maleada por el
teórico, como en Bousoño-- se podría hacer una buena antología.
Hoy nos hemos reído un poco en la tertulia con la aplicación que Alejandro Duque Amusco hace de su concepto del "signo métrico" a un poema de Bousoño, "Biografía" ("Nació. / Salió. / Se capacitó", etc). "El poema –explica Duque Amusco– es un relato sincopado y además de un enigma". Y continúa: "Pero el enigma se resuelve enseguida si contamos el número de palabras que tiene el poema: cuarenta y cuatro, las mismas que tenía el poeta cuando lo compuso". ¿Y quién no sabe que el poema se escribió en 1967 o a quien no se le ocurre contar las palabras no descifra el enigma del poema? ¿Y qué añade a su valor –a mi entender, escaso-- esa ¿Coincidencia? Me temo que con estudiosos así, Carlos Bousoño tardará en salir del purgatorio en el que entró ya años antes de su muerte.
Jueves, 19 de
octubre
UNA OCASIÓN
PERDIDA
Hojeo
el catálogo de la exposición del centenario. Comienza con "Carlos Bousoño y sus
circunstancias", tres columnas –"Historia", "Biobibliografía", "Literatura"--
que enumeran cronológicamente los principales acontecimientos de su vida y su
tiempo. Veamos los acontecimientos históricos resaltados: "Dictadura de Primo
de Rivera" (1923), "Fundación de la Unión Patriótica. Francisco Largo
Caballero, consejero de Estado" (1924), "José Antonio Primo de Rivera funda la
Falange Española. Elecciones municipales" (1933). ¿Elecciones municipales en
1933? ¿Pero no fueron en 1931 y trajeron como consecuencia la Segunda República? Ese hecho no se considera importante, como tampoco el comienzo de la
Guerra Civil. La enumeración continúa así: "Revolución minera asturiana. Hitler
asume la presidencia del Tercer Reich" (1934), "Destrucción de Gernika por la
Legión Cóndor. Batalla del Jarama. Consejo de Asturias convertido en Consejo
Soberano del Norte" (1937). Todo son sobresaltos. El año 1982 ni se menciona,
pero en 1993 se señala que el PSOE gana las elecciones generales. En 2001 se
señala como único acontecimiento histórico importante: "Ley de Extranjería y
Plan Hidrológico Nacional". Y del 2005 hasta el 2015, en que muere Bousoño, no
hay ningún acontecimiento histórico que reseñar. El resto, por lo que leo acá y
allá, está a la altura de esta entrada que parece redactada por un poco
aplicado escolar. ¿No se encontró a ningún estudioso que pudiera hacernos una
lectura actual de la obra de Bousoño? Quizá no haya nadie menor de setenta años
que se interese por ella. Queda el recuerdo de aquel tiempo en que se le
situaba entre los grandes. Sic transit gloria mundi.
Viernes, 20 de
octubre
NEGRA Y ROSA
Me
llama un amigo para decirme que no le han invitado a ningún acto en esta
semana de los premios Princesa de Asturias. "¿Te han invitado a ti?", pregunta.
"No, no, yo hace tiempo que no tengo nada que ver, desde el 2017, cuando el
discurso del rey sobre Cataluña. Pero eso no me impide reconocer el acierto de la
Fundación: implicar en la entrega de unos premios, que podía haberse limitado a
una ceremonia protocolaria, a la mayoría de los asturianos. Gijón hizo algo
semejante con la Semana Negra, un encuentro de escritores convertido en una
fiesta. Oviedo ha replicado con la que yo llamaría la Semana Rosa, de signo
político contrario pero de igual éxito. Son dos perfectos ejemplos de cómo se
puede utilizar la cultura como parte de la industria del entretenimiento con
buen rendimiento político".
«Gijón hizo algo semejante con la Semana Negra, un encuentro de escritores convertido en una fiesta. Oviedo ha replicado con la que yo llamaría la Semana Rosa, de signo político contrario pero de igual éxito.»
ResponderEliminarEnhorabuena, José Luis. Comparar los Premios de Graciano con la Semana de Tini es un hallazgo literario al alcance sólo de los mejores diaristas...
Pensar que un piloto de ferry es capaz de hacer una barrabasada, totalmente ilegal, como la de arrastrar con una cuerda a un nadador en el mar durante kms, es sencillamente delirar (y desconocer por completo el código de honor de los marinos). Si hubiera sido verdad la historia, lo hubiera hecho montar a bordo (meter a una persona más en un ferry lleno es mucho menos peligroso, inverosímil e ilógico que arrastrarlo con una cuerda).
ResponderEliminar"Bousoño, al parecer, creía en el espiritismo (yo le oí contar en un congreso en Jerez, no en charla particular, cómo una vez se le apareció un ovni cuando iba en coche por Ibiza con Claudio Rodríguez)".
Los ovnis no tienen nada que ver con el espiritismo. Los ovnis son una realidad reconocida por muchos gobiernos y de las que hay miles de pruebas incontestables (para creer que estamos solos en el universo, que nadie en él está más avanzado que nosotros y que a nadie más avanzado que nosotros se le ha ocurrido la idea de explorarlo, hace falta más fe que para ser teólogo).
Al espiritismo (una de las creencias más antiguas de la Humanidad y que existe en todo el planeta) se dedicó también Victor Hugo. Sus conversaciones con espíritus están publicadas en edición de bolsillo "Le Livre des Tables: Les séances spirites de Jersey" (768 páginas). Y hay una selección de ellas en español: "Lo que dicen las mesas parlantes".
Pablo, Pablo, hay pruebas incontestables de objetos volantes no identificados, no de que haya seres en el universo más avanzados que nosotros y que de vez en cuando vengan por aquí a dar una vuelta (algo que los gobiernos nos esconden, según los teóricos de los antiguos alienígenas). Habrá vida inteligente en el universo, pero hasta el momento no ha dado ninguna prueba de que exista fuera de este planeta (si es que lo que aquí existe puede llamarse vida inteligente).
ResponderEliminarUuuy, vuelves a los catorce años. ¿Pruebas incontestables de objetos volantes no identificados? Creo que no hay vida en este planeta.
EliminarRespecto a los Premios de marras, no sé porqué deberían invitar a Xuan Bello ni a ti. Podrían invitar al presentador de "De folixa en folixa", que tiene más audiencia.
De folixa en folixa andamos.
Curiosamente la ciencia se acerca a la religión, cada vez más. Que haya vida en otros lugares del universo es posible, agua...Que haya aves, reptiles, mamíferos, etc., no. Parece un milagro.
ResponderEliminarY los científicos no encuentran explicación.
En esa época los visionarios de ovnis y los espiritistas estaban muchos en el mismo bando. Sobre la xenofobia, racismo, etc., no sé si es peor el xenófobo o las leyes que no le permiten serlo. ¿Cómo se llaman a los que niegan la visibilidad de los que son contrarios a sus ideas, emociones o sentimientos?
ResponderEliminarA mí no me metáis en esto, que no tengo nada que ver. La mayor vergüenza que sentí en mi vida fue cuando, a mi juicio, mi padre cometió una bajeza moral. García Martín no es mi padre, si no alguien de quien quise ser amigo; pero la vergüenza es igual.
ResponderEliminarYa has salido de esto, Xuan. Y disculpa.
ResponderEliminarBlas escuchó lo del cielo y el infierno en Almadén (según el poema), que no está en Andalucía. Muy cerca sí.
ResponderEliminar... Recuerdo que una tarde
ResponderEliminaren la estación de Almadén, una anciana
sentenció, despacio: «Sí, sí; pero el cielo y el infierno
'está' aquí». Y lo clavó
con esa 'n' que faltaba.
¿Cuál es la tesis de Kropotkin?
ResponderEliminarRespondo, como JLGM:
ResponderEliminar1.- A Xuan Bello, disculpa.
2.-A Joaquin Fernández. Las teorías evolucionistas, de las que hace gala Stephen Jay Gould, no explican nada.
Parece cierto que la combinación de proteínas y arcilla es el origen de la vida.
No sigo. Tiene razón el poeta "Clye is the Word and clye is the fresh" (Patrick Kavanagh)
Clay
ResponderEliminarVuelvo a Dublin.
ResponderEliminarNo digo nada que no haya sido escrito. Jay Gould es un divulgador científico, evolucionista, que seguramente te metieron en Historia de la Ciencia.
ResponderEliminarMe refiero al origen de la vida. La arcilla, materia inorgánica, pero con capacidad de duplicarse, se combina con proteínas y aminoácidos, orgánicos en su composición, pero no se multiplican.
A grosso modo.
Corto y cierro.
multiplican