viernes, 16 de septiembre de 2022

En la retaguardia: La máquina de pensar

 

Domingo, 11 de septiembre
DOS GALLOS EN UN CORRAL

Como yo soy más bien hipócrita, me divierten los escritores que no disimulan las ofensas a su vanidad. A Miguel Sánchez-Ostiz, una profesora de la universidad de Barcelona a la que no conoce de nada, se cuida de aclarar— le escribe mandándole la convocatoria de unas jornadas sobre Carlos Pujol con el ruego de que ayude a difundirlas. A Sánchez-Ostiz le fastidia —le “jode”, dice más expresivamente— no haber sido invitado, “a pesar de que le consta que he escrito sobre él y que mantuvimos en vida una buena relación”. Y concluye: “Obviamente le digo que no voy a ayudarle en nada y le pido que no vuelva a importunarme, cuando lo que de verdad tengo ganas de decirle es que se vaya a hacer puñetas, pero como me he hecho cortés, no se lo digo, solo lo pienso”.

            Recuerdo con una sonrisa esta anécdota al leer el libro Ejercicio sentimental, el homenaje a Julián Rodríguez que ha publicado la Editora Regional de Extremadura. Al lusista Antonio Sáez Delgado, que es el coordinador, le consta mi relación con él, pero a mí no me molesta ese olvido. De Julián Rodríguez me interesa más el personaje que el escritor y eso un escritor lo nota pronto y no lo perdona nunca. Cuando trabajaba para la Diputación de Cáceres, me invitó a participar en un ciclo de  conferencias. Acudió a recibirme a la estación de autobuses, me saludó, me pasó un casco y dijo: “He traído la moto”. No tuve tiempo de reaccionar. La moto subía a toda velocidad hasta el centro de la ciudad y allí iba yo, con la pequeña maleta sujeta con una mano, sujetándome como podía con la otra y temiendo salir disparado de un momento a otro. Así era Julián. Su vida tuvo mucho de novela picaresca (no fue mozo de muchos amos, como Lázaro, pero sí de mil y un negocios raros) hasta que triunfó con su último empeño, la editorial Periférica. Andrés Trapiello, en las páginas más divertidas de este homenaje, cuenta que le enseñó sus primeros versos y sus primeras prosas y que las segundas (los primeros no le parecieron destacables) me las envió para que se publicaran en Clarín. No fue en Clarín, sino en Reloj de Arena, donde aparecieron en 1994. Por entonces fundó una colección de poesía, Hotel Internacional, en la que me incluyó junto a Trapiello, José Carlos Llop y Abelardo Linares, que representaban el tipo de literatura que entonces admiraba. Luego la lectura de John Berger cambiaría por completo su manera de escribir. Esa nueva manera a mí me fue interesando cada vez menos, como supongo que a él la mía. Por eso hizo bien Antonio Sáez Delgado en no invitarme a este Ejercicio sentimental.

            En el distanciamiento con Julián, influyó algo más que el distanciamiento estético. Él era, o eso me pareció a mí, muy mandón y voluntarioso, siempre quería llevar la voz cantante, aunque hablara siempre en voz baja, y me temo que, al menos en eso, me parezco un poco a él.

Lunes, 12 de septiembre
EN EL DIVÁN

Últimamente ando un poco confuso. Creo que voy a tener que reanudar las sesiones con mi psicoanalista de cabecera. A él le cuento lo que no le cuento a nadie, ni siquiera a mí mismo. Bajo la luz del salón, me tiendo en el sofá, cierro los ojos y empiezo a hablar. Me escucho desde el sillón, un cuaderno en la mano en el que de vez en cuando finjo trazar algunos garabatos.

            —Empiezo a sospechar que no soy tan buena persona ni tan generoso como parezco. Ayudar a los demás es una manera de sentirnos superiores. Deberíamos estar más agradecidos a aquellos que nos necesitan que ellos a nosotros.

            —Suele ser así.

            —Lo sé. Y a mí no me importa que se olviden de uno en cuanto dejen de necesitarlo. De hecho, me temo que yo más de una vez me he comportado igual. Lo que me deprime últimamente, lo que me trae a mal traer, es que no siempre que queremos ayudar a alguien le ayudamos. A veces, con la mejor intención, contribuimos a hundirle más, a apretar la soga que lleva al cuello. Y eso es lo que lástima mi autoestima.

            —¿Duda de su generosidad? No creo que tenga motivo.

            —Yo no lo llamaría generosidad. Mi instinto de propiedad se reduce a lo necesario para satisfacer mis necesidades, que no son excesivas. Si tengo algo más, no es mío, solo soy su administrador. Empiezo a sospechar que no siempre he administrado bien y que no soy tan buena persona como creía. Pero eso puedo soportarlo. Lo que me jode —para copiarle la expresión a Sánchez-Ostiz— es que quizá no sea tan inteligente como pensaba. Y que queriendo ayudar a veces he hecho más daño que otra cosa.

Martes, 13 de septiembre
VELETA
 

Como una veleta que se mueve al menor soplo de viento, así mi estado de ánimo. Ayer negros nubarrones cubrían el horizonte, hoy ha bastado una sonrisa para despejarlo. Me hundo fácilmente en el abismo, pero no suelo permanecer allí mucho tiempo. Siempre alguien me tiende una liana y yo soy un hábil escalador. ¿Hasta cuándo? Prefiero no pensarlo.

Miércoles, 14 de septiembre
LÁRGATE, QUE APESTAS

Al final de la tertulia, me pregunta Enrique Bueres si he visto el último documental sobre el rey Juan Carlos. “Vale la pena”, añade.

            No, no lo he visto, pero me lo han contado. No pienso verlo, no lo soportaría. Cada vez que aparece una nueva información sobre las actividades de ese señor mientras era jefe del Estado es como si arrojaran un saco de mierda sobre la bandera de España. Y no hace falta simpatizar con la extrema derecha para sentirse asqueado, ofendido, indignado, menos con él (algo de patológico hay en su comportamiento) que con quienes no solo se lo permitieron, sino que fueron cómplices de sus desmanes ayudándole a financiarlos con dinero público, el mismo que utilizaron para callar a quienes tenían vídeos comprometedores. Y lo más humillante es que a varios de esos políticos, cómplices por activa y por pasiva, los voté yo.

            Pues yo creo —dice Daniel Rodríguez Rodero— que esta veda que se ha abierto contra Juan Carlos, no va propiamente contra él, sino contra la monarquía.

            —A mí parece más bien una operación de limpieza a favor de la monarquía. A fin de cuentas, en España, mientras la fiscalía seguía actuando como abogado defensor cuando llegaba alguna causa de Suiza, el único que se atrevió a leerle la cartilla fue su hijo, Felipe VI, que le dijo aquello —traduzco al sermo vulgaris— de “lárgate, papá, que apestas”. Y le acusó de acumular dinero sucio, al renunciar públicamente a heredarlo. Ya sé que esa renuncia no tiene efectos jurídicos, pero era la única manera a su alcance de denunciar el enriquecimiento ilícito mientras la justicia española miraba para otro lado. Este no es un debate entre monarquía o república, amigo Daniel, sino de simple decencia. Un rey puede ser un indeseable, como Fernando VII o Juan Carlos I, o alguien que cumple su trabajo de manera ejemplar, como Felipe VI.

            —¡Ya salió el adulador! Siempre se hace leña del árbol caído, pero se alaba al que está en el poder.

            —Martín, no te confíes demasiado—interviene Bueres—. Se ha roto el pacto de silencio sobre el padre, pero sigue vigente sobre el hijo.

            —No te preocupes, que este no va a salirnos rana.

            —¡Monárquico estáis!

            —Un nuevo Estado independiente, sea en Escocia, el Donbás, Cataluña o Kosovo, siempre será una república (en Escocia tengo mis dudas, puede pasar lo que en otros territorios de la Commonwealth), pero donde hay una monarquía, mientras esa monarquía funcione, no se cambia de régimen, algo siempre arriesgado. No soy monárquico, ya digo, pero uno de los políticos actuales que más admiro es Carlos III, un intelectual, un excelente empresario agrícola, un hombre comprometido con la defensa del medio ambiente.

Jueves, 15 de septiembre
GATO VIEJO

En la tertulia de ayer, faltaron los pesos fuertes, Abelardo Linares y Jon Juaristi. “Están cansados de que te metas con ellos”, dijo alguien. “Al gato viejo le molestan los otros gatos viejos, pero le encanta jugar con los gatitos”, dije yo.

Viernes, 16 de septiembre
VANA ASPIRACIÓN

¡Quién pudiera, como Sherlock Holmes, ser solo una mente pensante, no sufrir las turbulencias del sentimiento!

Más que un ser humano me gustaría ser un robot con sofisticada inteligencia artificial, una máquina de pensar que ni siente ni padece. No falta quien piensa que lo soy, o estoy muy cerca de serlo, pero yo sé que no, para mi desdicha.



48 comentarios:

  1. En la posible "historia" del narcisismo patrio contemporáneo tendrá, sin lugar a dudas, un lugar prevalente. Felicidades.

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    1. Patrio contemporáneo, foráneo y sideral... a la altura del galáctico David Beckham, My side (RBA), otro incomprendido y devoto de la "marca" Windsor...

      https://www.divinity.es/actualidad/20220917/lagrimas-david-beckham-despedida-capilla-ardiente-isabel-ii-12-horas-cola_18_07478169.html

      Y no es narcisismo, ilustre Carlos, es autopropaganda con memes... Don José Luis tenía tres gatos...

      https://www.youtube.com/watch?v=oM3dZJhbEWk

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    2. Obnubilan sus enlaces, como era de esperar de tan ilustrada persona.

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    3. Dependen de la hora y de la posología del resacón, Carlos de la Mar... Lo mismo que las opiniones "bélicas" de JLGM. Dicen que el Bloody Mary es lo mejor...

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    4. ¿Lo mejor? Visite El Prado, interrogue al pincel de Antonio Moro y, quizás, quizás, se aclarará. Sobre el origen de su primera respuesta le sugiero diversas vías -hay más-: "Breviario de la aurora", "Introducción al narcisismo", "Poética de la edición". Le extiendo mis iniciales felicitaciones.

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    5. Interrogar pinceles hmmm... y en público además... Más que resacón, lo suyo es un permanent hangover de reina madre (DEP too) y muy señor mío, ilustre Carlos... Descartado en su caso cualquier trago largo por redundante e insuficiente, le sugiero que se pase directamente a la pancita y como nuevo: ésta por José Luis, ésta por Putin, ésta por Charlie (the king)...

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    6. Disculpe, Amelia. Se me salía la zarzaparrilla del vaso y erré la tercera sugerencia. No se intitula "Poética de la edición"; se trata de "Una poética editorial" y en su página 139 se habla de "metaliteratura narcisista". En fin, ya ve, la vida es así de dura.

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    7. Estos intercambios de pareces --Amelia, Carlos, Carlos, Amelia, tanto monta...-- en La Codorniz se llamaban "Diálogos de besugos". Ahora, con la tiranía de lo políticamente correcto, no es posible

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    8. Ya, JLGM, los suyos, en sus distintos apareces mediáticos, son siempre de altura... ¡Ay, qué será del Eco!

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    9. Empezamos hablando de ti, José Luis, sobre todo Carlos de la Mar (ver primer comentario), y de tu lugar "prevalente" (sic) en la historia del narcisismo contemporáneo, al par del divino David Beckham, ese otro follower, como tú, de la marca Windsor... pero enseguida se agotó el tema, un guardia sufrió un desmayo en el velatorio de la reina y Carlos (de la Mar) se ha puesto perdido de zarzaparrilla...

      https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-impactante-momento-en-que-un-guardia-de-la-realeza-se-desmaya-frente-al-cajon-de-la-reina-isabel-nid14092022/

      Por cierto, José Luis, enhorabuena, Diálogo de besugos define a la perfección las charletas (Besugo's chat) mantenidas por Charlie, el rey nerdo, y sus panchitos, Ian Skelly y Tony Juniper, ¿tienes pensado dedicarle una entrada en Crisis de papel?

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    10. El libro de Carlos III ya lo comenté en su momento.

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    11. ¿En Crisis de papel? El buscador del blog no encuentra la reseña.

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    12. La reseña, titulada "El príncipe agricultor", apareció en mayo y está, por supuesto, en "Crisis de papel".

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    13. Muchas gracias. Metía en el buscador Armonía y príncipe Carlos pero no salía nada.

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  2. Tu Carlos III "el intelectual" no sólo se ha excedido a menudo en sus atribuciones intentando interferir en asuntos del gobierno que no le competen sino que es conocido por su pensamiento mágico y su apoyo a pseudoterapias tan tontas y peligrosas como la homeopatía o los enemas de café (sic). Como estos sean los intelectuales de la monarquía vamos guapos.

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    1. Qué bobada, Piquero. Como príncipe de Gales y ciudadano libre de un país libre, puede manifestar su opinión sobre cualquier tema y crear organizaciones para mejorar la vida de los ciudadanos. Las limitaciones constitucionales comienzan a partir de ahora. Despreciar lo que se ignora y creerse solo lo que confirma los propios prejuicios es una mala costumbre que suele tener cierta gente.

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    2. Todos los que conocen un poco la monarquía inglesa han sido unánimes al señalar que se ha pasado de la raya muchas veces. Una cosa son las organizaciones (todos los de la familia presiden una o varias) y otra tratar de influir en asuntos que competen al gobierno. Y en cuanto a mejorar la vida de los ciudadanos, apoyar la homeopatía, una pseudociencia peligrosa como lo son todas, no me parece mejorar nada. Esa es la verdadera bobada.

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    3. El sabio aprende, el necio desdeña cuanto ignora.

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    4. No puedo estar más de acuerdo, mira por dónde.

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    5. Claro. En lo que no estamos de acuerdo es en ponerle nombre al sabio y al necio.

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    6. Ya sé que no entras en los enlaces, pero que no se diga que es porque no los tienes. Aquí un destacado divulgador (quizá el escéptico más inteligente del momento, mexicano que lleva años viviendo, por cierto, en Asturias), Mauricio José Schwartz, pasa revista a la trayectoria magufa de tu querido Carlos III el "intelectual" y a su apoyo (abusando de su posición) a las más disparatadas y peligrosas pseudoterapias que se hayan inventado. https://www.youtube.com/watch?v=oVoqmNmwgto

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    7. Qué fatiga, Piquero. ¿Por qué, antes de opinar, no lees lo que él ha dicho y no lo que otros dicen que ha dicho? Ite ad fontes. Lo que ha hecho y dicho Carlos III cuando era príncipe de Gale, lo cuenta en un libro que puede adquirirse fácilmente.

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    8. Es curioso que JLGM acuda siempre a la respuesta "antes de opinar, léete el libro", pero él jamás (es una cuestión de principios, supongo) lea o escuche lo que se le propone, que da sistemáticamente por sabido o por irrelevante, o ambas cosas. Respecto a las "fontes", parece que piensa que lo que Carlos III diga de sí mismo tiene que ser por definición la verdad verdadera, pero lo que otros digan de él no goza de ese privilegio. En su libro, que no he leído, Carlos III no contará (no puede) todo lo que ha dicho; y lo que sí cuenta, acaso lo presente (es humano hacerlo así) a una luz más favorable de lo que pediría la estricta verdad. Es, pues, una fuente, pero no la única, ni necesariamente la más confiable. Cosa obvia que JLGM sabe perfectamente, pero que a veces le conviene olvidar.

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    9. Sí, claro. Y de paso me compro también el de Belén Esteban.

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    10. ¡Olé! Con ese ejemplo de rigor intelectual te superas a ti mismo.

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    11. Claro que peor me lo pone Jose, aunque parezca lo contrario. ¿O sea que, en su opinión, para saber lo que opina un poeta como José Cereijo sobre Borges se puede prescindir de leer lo que ha escrito sobre Borges porque él puede mentir y hay otras fuentes más fiables? Vivir para ver. ¿Quién será este Jose? O sea que de lo que ha dicho Carlos III sobre las terapias alternativas (homeopatía y demás) se puede prescindir a la hora de hablar sobre lo que opina de esas terapias. Mejor fiarse de lo que dicen por ahí sobre él en Youtube. Qué cosas.

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    12. Copio literalmente lo que yo decía sobre el libro de Carlos III: "es, pues, una fuente, pero no la única". Y ahora, lo que JLGM me hace decir: "de lo que ha dicho Carlos III... se puede prescindir... Mejor fiarse de lo que dicen por ahí sobre él". Como no parece razonable decir que JLGM no sabe leer, no queda sino pensar que lee no lo que uno escribe, sino lo que para su argumentación le convendría que uno hubiera escrito. O sea, el viejo truco de inventarse un maniqueo estúpido para refutar fácilmente al maniqueo. Muy honesto no parece.

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    13. No exactamente. Para saber lo que opina alguien sobre un tema, la fuente principal --por no decir única-- es leer lo que ha escrito o dicho sobre el tema. Y eso de añadir "pero no la única" es una obviedad o una tontería: puede haber cambiado de opinión (y entonces tenemos que saber lo que opina ahora) o haber sido arrancada esa opinión bajo tortura... En fin, una mente literal ignora cómo funciona el lenguaje, es incapaz de detectar los sobreentendido, todo aquello de lo que se ocupa la pragmática. Aclaro, para que lo entienda incluso la mente más literal: criticar a Carlos III por sus opiniones sobre las medicinas alternativas (es un ejemplo) y basarse para ello en lo que alguien dice en Youtube y no en lo que él ha dicho es una tontería indefendible. ¿Queda claro, Jose?

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    14. No, no queda nada claro. A veces razonas de una manera que yo no sé... Para saber lo que Cereijo opina sobre Borges habrá que leer su libro, pero para saber lo que opina sobre esto y lo otro el intelectual Carlos III no hace falta leer su libro, porque los medios llevan recogiendo sus palabras desde que tuvo uso de razón. No es "lo que dice alguien en Youtube" (aunque sea uno de los autores y divulgadores más serios y respetados) sino de lo que cualquiera puede decir en youtube, en la prensa, en libros y hasta en películas. No es que no sé quién diga, por ejemplo, que defiende la homeopatía. ¡Es que la defiende, es un hecho!
      En cuanto a la comparación con el libro de Belén Esteban, te recuerdo que el nivel de la discusión lo marcaste tú tratando de endilgarnos que Carlos es un intelectual serio. De todos modos conozco los motivos de tu defensa del personaje. Como no es muy allá y parece caer mal a todo el mundo, pues aquí estoy yo para llevar la contraria. Nivel.

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    15. Sostenella y no enmendalla, Piquero. Qué difícil reconocer que uno es esclavo de sus prejuicios y no le interesa nada informarse sobre un tema no sea que tenga que renunciar a ellos. La homeopatía la defiende mucha gente... y muy razonablemente, en sus justos límites. Como la acupuntura y tantas otras cosas (el efecto placebo entre ellas). Carlos III dice cosas muy sensatas al respecto. Se pueden refutar, pero hay que conocerlas. Y sí, Piquero, es un intelectual, no como tantos poetas. Su cultura es superior a la de cualquier miembro de su familia y de bastantes otras familias reinantes. Y eso nadie que hable seriamente de él lo pone en duda. Ni siquiera los ministros a los que ha criticado (cuando podía, no ahora). Lo que él comenzó a defender en los años setenta, hoy lo defiende todo el mundo. Mira el auge de la agricultura ecológica, la eliminación del automóvil del centro de las ciudades, etc. etc. Y sí, yo suelo llevar la contraria a la mayoría de la gente... porque la mayoría de la gente es como tú, repite cosas que ha leído por ahí sin reflexionar sobre ellas.

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    16. Vamos a ver. Para saber lo que piensa Putin sobre la guerra de Ucrania, ¿basta con leer las declaraciones del propio Putin, sin atender a otras fuentes? Por otro lado, cualquier otro punto de vista que no sea ése, el que el mismo Putin manifieste públicamente, ¿puede ser descalificado sin más diciendo que es "lo que dicen por ahí en Youtube"? ¿Es esa actitud propia de un análisis mínimamente riguroso? Pues si no lo es en el caso de Putin, ¿por qué sí ha de serlo en el caso de este otro personaje público?
      Por lo demás, y respecto a la homeopatía por ejemplo, en fecha tan reciente como 2020 fue nombrado patrón de la Facultad de Homeopatía de Reino Unido. Al aceptar ese nombramiento, no parece haber duda de su apoyo a la misma; lo que en todo caso podrá discutirse es si en la actualidad la sigue apoyando; aunque, no habiendo renunciado (al menos que yo sepa) a dicho patronazgo, lo razonable es pensar que, en efecto, sigue haciéndolo.

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    17. No sé que me inquieta más, si tu obstinación de que ese señor que vive intensamente sus hobbys es un gran intelectual o tu defensa de la homeopatía. En esto último al fin te has quitado la careta. Pues no, amigo, la homeopatía no tiene defensa posible desde fundamentos médicos o científicos, y la gente que la defiende (mucha, aunque menos que los que creen que la virgen de Guadalupe se le apareció al indio Juan Diego) no lo hace "razonablemente" ni "en sus justos límites". Aquí no hay prejuicio, hay pruebas y estudios (no los encargados por Boiron, esos no). Incluso examinada exclusivamente desde el sentido común, sin conocimientos químicos, la homeopatía es un tremendo disparate. Pero, en fin, vas avanzando grados en tu miguelbosismo. Ahora la homeopatía. Madre del amor hermoso...

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    18. Yo no defiendo la homeopatía, Piquero, ni dejo de defenderla. Parece que a algunas personas les hace bien (efecto placebo). Eso es todo. Y todos los informes nos indican que Carlos III es un intelectual, es decir, una persona que ha leído lo fundamental --y y que se preocupa (¡desde 1970!) de cuestiones que ahora importan a todos y que mejoran la vida de todos. No hay obstinación. Solo respondo a quien debía callar o decir educadamente: "Perdón, quizá me dejé llevar por lo que se dice por ahí, sin informarme ni reflexionar por mi cuenta".

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    19. Pertinaz Jose, lo que piensa Carlos III sobre cualquier asunto solo se puede saber leyendo lo que ha escrito o declarado sobre ese asunto. Me imagino que lo mismo le pasará a Putin, pero ese es otro tema. No demos saltos. Dejemos fuera a Putin y a Belén Esteban y a Miguel Bosé.Tan difícil es decir: "Lo siento, me he equivocado, cualquier crítica a las ideas de Carlos III sobre los muy diversos asuntos culturales que le ha ocupado debe partir de lo que ha escrito sobre ellos, en colaboración con Toni Júpiter e Ian Skelly, en el libro 'Armonía. Una nueva forma de ver el mundo'. Y complementarlo con lo que ha dicho en sus discursos y en sus declaraciones públicas".
      Y si ha apoyado la homeopatía, pues la ha apoyado. En los límites que él explica muy bien: léanse las páginas 185-186 de su libro.
      Léelo, por favor, o pasa a hablar de otro tema. No marees más la perdiz.

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    20. No mareo la perdiz; me limito a hacer constar que lo que una persona pública (o privada) diga públicamente pensar NO TIENE POR QUÉ ser exactamente lo que piensa; puede, por ignorancia o por interés, manifestar algo distinto de su verdadero pensamiento, o sus intenciones reales. A lo que parece, JLGM entiende que así puede ser (o, más bien, así es sin duda) respecto de cualquiera que en un momento dado aparezca como representante de "Occidente" en el conflicto ucraniano; pero no, de ninguna manera, respecto de Putin (lo que él diga sobre su pensamiento o intenciones TIENE QUE SER, sin más, la verdad verdadera), ni a Carlos III.
      Bueno, pues así será si él lo dice.

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    21. ¡Otra vez Putin no, por favor! Un político, un embajador, puede no decir exactamente lo que piensa para conseguir botos o no crear un conflicto diplomático. Pero aquí no estamos hablando de eso, sino de alguien que habla de agricultura, cambio climático, medicina alternativa y otras cuestiones sociales y culturales y que resume su amplia trayectoria en un libro. No dice cosas para quedar bien, muchas de ellas han provocado la burla y la rechifla de los listillos, fueron rechazadas en un primer momento y ahora son cada vez más aceptadas (no todas, yo mismo discuto algunas de sus ideas). Pretender que hay que investigar para saber cuáles son sus verdaderas intenciones, como si fuera un Zelenski o un Pedro Sánchez, es no entender nada. El problema en este debate, por llamarlo así, es que yo hablo de cosas que conozco, de asuntos concretos, y Jose y José Luis Piquero, generalizan y me traen a colación a Belén Esteban o al demonio, quiero decir, a Putin (menos mal que no recurren a los "terraplanistas"). Para rebatirme hay que saber de qué se está hablando en concreto y luego informarse un poco del tema antes de hablar.

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    22. Me parece que aquí el único desinformado eres tú, porque sólo has leído el libro de ese señor, en el que, naturalmente, enseñará el lado más favorable posible. En cambio yo hace años que le sigo el rastro a tu intelectual, porque ha tocado temas que nos interesan mucho en mi asociación, así que tenemos un buen archivo. En cuanto a la homeopatía, también ahí demuestras tu grado de desinformación. Eso de ni creo en ella ni dejo de creer suena a ni machismo ni feminismo, que todos los extremos son malos (permíteme el chiste). Pues infórmate, hombre, que eres persona de cultura y tienes una carrera. La homeopatía no es una cuestión de opiniones. En todo caso, te cedo la última palabra, porque discutir contigo es muy cansino.

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    23. Mira que me cuesta dar la razón a Martín, porque su tono arisco me rechina (lo confieso), pero es que la tiene casi siempre. Y paciencia no digamos.

      Lo que alguien diga (o escriba) en público no tiene por qué coincidir con lo que de veras piensa, y por eso hay que buscar más fuentes, cierto. Pero, dejando a un lado que (con fuentes o sin ellas) resulta harto difícil saber lo que un individuo (público o no) piensa de veras, incluso aunque lo conozcas en persona… ¿cómo intentar averiguar si dicha correspondencia entre lo pensado/sentido y lo expresado existe o no, sin consultar (en este caso leer) la fuente original primero?

      Y, si ya se ha consultado, ¿cómo rebatirla honestamente sin citarla de forma textual (aunque sea en parte) en el mismo acto de la réplica, ya se añadan o no otras fuentes a la misma?

      Salvo que quien desprecia a priori la citada fuente original, tenga un prejuicio particular contra quien la generó (en este caso el rey inglés), y dé por hecho que dicha persona solo puede decir o escribir tonterías (“Belén Esteban”). Ya sea por antipatía hacia el individuo o hacia su posición social concreta, o ambas.

      Al menos Martín rebate las opiniones tontas (o las que él considera como tales, esté en lo cierto o no), enfrentándolas in situ, y no las da por hecho en nadie. Otra cosa es su estilo arisco, que ahí no entro…

      No sé si el rey Carlos es un “intelectual”, signifique lo que signifique esa palabra. Pero está claro que no es tonto. Si lo fuera, aconsejaría ciertas terapias como alternativas (excluyentes) y no como complementarias, o sea: como apoyo de las convencionales, que es justo lo él que hace, ahí está el punto. Y lo digo sin entrar en la efectividad de cada una, porque sería largo eso.


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    24. Gracias, Bonifacio. Y no, Piquero, no has discutido conmigo. Para discutir de cualquier cosa hay que enterarse primero de lo que se habla. Y sospecho que ni te has enterado. En el libro de marras --que desconoces por completo-- el entonces príncipe de Gales habla de su trabajo, de su participación en distintas organizaciones y expone sus ideas sobre diversos asuntos. Muestra siempre un buen conocimiento de aquello de que habla y no es necesario estar de acuerdo en todo lo que dice para leerle con atención, provecho y, por supuesto, respeto. De esos tus ficheros, de esa organización que dictamina inapelablemente sobre lo que es verdad científicamente probada (como ciertas lavadoras) y lo que no, yo no digo nada. No la conozco y no tengo por qué menospreciarla ya que imagino que no todos los miembros serán como tú.

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    25. Sí, he discutido contigo, pero es como hacerlo con una pared. Estás incluso orgulloso de no saber nada de "esa organización que dictamina inapelablemente". Cuánto atrevimiento y no sabes lo mucho que te equivocas. Pero en fin, tampoco importa, porque tienes a tus pelotilleros llegando en el momento justo a darte oxígeno. À bientôt!

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    26. Solo un apunte, por alusiones. Yo hablo y pienso por mí y en singular, y no en plural sectario: “a ese (nosotros) lo tenemos fichado”. Y tampoco meto a nadie en listas negras. Ojo con ciertos plurales, que los carga el mundano Torquemada (no el mítico diablo).

      De los verdaderos magufos/estafadores/ vende-humos (que no de Carlos III), no se puede esperar sensatez alguna, cierto. Pero por eso mismo es triste que el escepticismo en su concreta y contemporánea vertiente cruzada/militante (pues escépticos, en diverso grado, somos todos) se haya convertido justo en lo que odiaba y sufrió antaño: en un rabioso perseguidor de herejes a la causa, que condena a la misma hoguera churras y merinas, y, de paso, cuela el mosquito tragándose el camello.

      En este tema concreto, el mosquito se cuela de forma sutil al meter (erróneamente) la terapia complementaria (como la quiropráctica, en la que se apoyan traumatólogos) en el saco de la literalmente alternativa, excluyente. Y luego meter (con acierto) el saco de la excluyente en el de la magufa, ese es el subterráneo error.

      P.S. Martín, me ofrezco como el mayordomo de tu sueño, soy meticuloso y limpio. Pero quiero mi casita propia con jardín inglés (no una de perro, ojo) al lado de la grande. Y también soy muy discreto: prometo no chivarme de nada a las visitas (lo de la pelota podemos negociarlo).

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  3. A los que saben inglés, ¿Carlos el intelectual o simply nerd?

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    1. Según me dice Mefistófeles, sin duda, lo segundo... Lo dicho, Amelia, la vida es dura...

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    2. “Eco influencer”, according to the satanitos of The Reason.
      https://www.larazon.es/gente/casa-real/20220506/crrmgr4lpneyzdm3bqz32maesu.html


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  4. Suele ocurrirnos a todos. "A veces, con la mejor intención, contribuimos a hundirle más, a apretar la soga que lleva al cuello".

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