sábado, 30 de octubre de 2021

Elogio de la cordura: Las maravillas del mundo

 

Sábado, 23 de octubre
FUEGO EN LOS HUESOS

El azar, al menos de momento, parece que me quiere bien. Como hoy no he ido a Avilés, termino mi ración de lectura en uno de los riñones favoritos de mi biblioteca –el McDonald’s de Los Prados--  antes de lo habitual. No sé qué hacer con el tiempo que me sobra, aunque estoy acostumbrado, desde la más tierna infancia, a que me sobre tiempo. Me acerco hasta la cartelera de los Yelmo y compruebo que dentro de cinco minutos comienza la transmisión de una ópera desde Nueva York. El título, Fire Shut Up in My Bones, no me dice nada. Nunca había oído hablar de ella, pero basta una breve consulta en el teléfono para darme cuenta de que no puedo perdérmela. Y qué emocionante desde el principio esta historia de humillación y superación. El libreto está basado en la autobiografía de Charles M. Blow, un periodista de The New York Times; el título procede de un pasaje de Jeremías: “Pero había en mi corazón algo así como un fuego ardiente prendido en mis huesos y aunque yo trabajaba para sofocarlo no podía”.

            Cuánta verdad, cuánta magia y cuánta fuerza en esa madre coraje, Billie, la soprano Latonia Moore, y cómo nos llega al corazón la fragilidad del niño Charles, Walter Russell III, objeto de abusos, demasiado delicado para la rudeza del barrio en que ha de desenvolverse.

            El músico de jazz Terence Blanchard ha sacado a la ópera del museo arqueológico y la ha puesto de patitas en la calle. ¡Ya era hora! Aquí en Oviedo piensan que modernizar la ópera es darles un teléfono móvil a los personajes de La flauta mágica o situar la Agripina de Haendel en un motel de carretera, algo así como si la pintura acabara en el siglo XIX y lo único que nos quedara hacer fuera pintarle bigotes a la Gioconda o repintar las Meninas con los personajes vestidos con ropa actual.

            El teatro neoyorquino estaba lleno –era la última función de la ópera que inició la temporada en septiembre--, pero la sala de cine casi vacía, al contrario de lo que solía ser habitual. Desde tan lejos, se ve mejor y con una propina añadida: nos dejan adentrarnos entre bastidores. Mientras entrevistan al director y a los cantantes, el coro masculino ensaya, o juega a ensayar, lo que yo llamo el ballet de las tentaciones, entre la danza, el encuentro erótico y el combate y ese borrador previo tiene tanto encanto como la representación posterior, con tenerlo esta mucho.

            En un cruce de carreteras, un joven se encuentra con su destino, y qué acierto que este destino lo representa una soprano en la que todo es hermoso: la sonrisa, la voz y el nombre, Angel Blue. Yo también estoy en una encrucijada de caminos. No es la primera vez. Pero no acabo de acostumbrarme.

Domingo, 24 de octubre
LINTERNA MÁGICA

Qué sucesión de maravillas. Ayer fue la música dolorida y vibrante de Terence Blanchard, hoy abrir los ojos asombrados, como cuanto era niño, ante la pantalla convertida en linterna mágica por Wes Anderson.

            No sé cuál de las tres historias que cuenta en La crónica francesa me gusta más si la burla del arte contemporáneo, si el homenaje a mayo del 68 o el thriller gastronómico-carcelario.

            ¿Cuántos años hacía que no me daban ganas de volver a ver una película nada más terminar de verla? El mundo de Wes Anderson es el mundo en que a mí me gustaría quedarme a vivir. Y La crónica francesa –o en su defecto The New Yorker-- el único periódico en el que me gustaría trabajar.

Lunes, 25 de octubre
ELOGIO DEL ERROR

Hay aciertos a los que solo se llega después de haberse equivocado mucho. Yo, que razono tan bien cuando de pura lógica se trata, en las cosas importantes de la vida suelo disparatar bastante. Pero gracias a uno de esos errores, a un afortunado error, estoy ahora donde estoy, que es donde siempre quise estar, aunque no lo supiera.

Martes, 26 de octubre
BIEN HECHO

Los días vuelven a saberme a poco y eso quiere decir que vuelven a saberme bien. ¿Por cuánto tiempo? De sobra sé que estos hermosos días de otoño, como los otros días, tienen los días contados. Pero de pronto eso ha dejado de preocuparme. Del mañana no hay certeza, pero hoy el mundo está bien hecho y se tiende frente a mí y se deja acariciar. 

Miércoles, 27 de octubre
CALLA, CALLA

Lo que tiene interés periodístico interesa mucho hoy, pero poco mañana. Lo que tiene interés histórico interesa siempre. Pero no siempre resulta fácil la distinción.

            ----¿Y por qué no hablas de la lucha por la oficialidad del asturiano, Martín? ¿No crees que tiene interés histórico?, me pregunta Xuan Bello.

            ----Hay muchas cosas de las que no hablo, aunque tenga opinión sobre todo, como todo el mundo.

            ----Tú estás obsesionado con el anterior jefe del Estado y siempre que puedes lo sacas a relucir, como si no hubiera otras cosas interesantes de las que hablar.

            ----Y otras de las que no se puede hablar si no quieres arriesgarte a que te echen del periódico, te cierren tu canal de YouTube o borren tus mensaje de las redes sociales. Y no importa que seas el presidente democrático de un país democrático, te pueden tratar de cerrar la boca igual.

            ----Eres un conspiranoico, Martín. ¿Lo sabías?

            ----¿Cómo no voy a serlo si leo los periódicos?

            ----Pues poco caso les haces. No habrás leído en ellos una sola línea en contra de las vacunas y, sin embargo, todavía no te has vacunado.

            ----Calla, calla. Eso es un secreto. ¿No querrás que me lapiden?

Jueves, 28 de octubre
EL LARGO VIAJE

Asisto a la entrega del premio Jovellanos a Anna Caballé con un cierto recelo. Hoy es la entrega, pero yo hace tiempo que he leído El saber biográfico y lo he reseñado y, como es habitual en mí, le he señalado todos los descosidos.

Pero me recibe muy amablemente. O no conoce la reseña o me conoce lo suficientemente a mí como para que no le sorprendiera. No es un Fernando Valls, a quien no le gustó algo que dije, y ahora aprovecha el prólogo a los diarios de Chirbes, donde enumera a todos los diaristas contemporáneos ,para silenciarme y hacerme así brillar por mi ausencia, uniendo a la mezquindad cierta candorosa ingenuidad.

            Anna Caballé se refiere a los diarios de Jovellanos –tan atentos a todo, tan prodigiosamente enciclopédicos-- y a la noche del 13 de marzo de 1801 en que fue detenido mientras dormía en esta misma casa en que ahora nos hallamos. Acudió a detenerle el regente de la Audiencia de Oviedo, Andrés de Lasaúca, que antes le había investigado sin encontrar nada en su contra. Pero ahora nada podía hacer para oponerse a unas órdenes que venían de muy arriba y que exigían el máximo rigor. Me imagino, mientras escucho a la escritora, aquella escena, que tan bien narró Ceán Bermúdez: “Sorprendido el señor don Gaspar en su cama, antes de salir el sol le hicieron vestirse y que entregase sus papeles. Se le prohibió el trato con sus amigos y parientes, que deseaban verle y consolarle, y solo se permitió el preciso con algunos criados, para disponer lo que había de llevar en el viaje y prevenir lo conveniente al arreglo de su casa. Estuvo encerrado en ella el día 13, presenciando el acto de cerrar su selecta librería y antes de amanecer el día 14 le sacaron de Gijón”.

            El viaje hasta Barcelona, en donde embarcó para Mallorca,  duraría nada menos que un mes y durante ese tiempo se hizo amigo de su carcelero, Andrés de Lasaúca, a quien convirtió en su amanuense. La artrosis le impedía usar la mano derecha. Gracias al regente de la Audiencia que lo acompañaba pudo seguir con su diario. En las últimas líneas es el copista, algo más que copista, quien habla: “La hora de nuestra separación se acerca. ¿Qué hado siniestro la ordena? Pero mi compañero seguro de su inocencia, se entrega en los brazos de la providencia divina y ambos concluimos este Diario, que en tan largo y molesto viaje nos ha ofrecido un honesto e inocente entretenimiento. ¡Denos el cielo algún día el placer de repasarlo juntos con la misma buena unión que lo escribimos!”

            Se despidieron, después de largos abrazos, entre lágrimas. Pocos casos hay de diarios en colaboración, y ninguno como este, concluye Anna Caballé. Pero de súbita amorosa amistad entre cautivo, o cautiva, y carcelero hay más de uno, pienso yo. Y recuerdo la historia del pintor y su guardiana en La crónica francesa.

Viernes, 29 de octubre
ILUSIÓN

“Te haces la ilusión de que sigues la marcha del mundo, pero hace tiempo que el mundo va por un camino y tú por otro”, me digo. Pero no acabo de creérmelo.



 

3 comentarios:

  1. Como siempre.. Estupendo muchas gracias Mayor Thompson

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  2. Me alegra que te haya gustado la película.

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  3. Respecto a la burla del "arte contemporáneo" no puede uno perderse los videos de la mejicana Avelina Lesper. Hay unos cuantos en Youtube. Es lista, es buena, es valiente, es contundente. Desmonta toneladas de estupidez y verborrea pseudo-cultural.

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