Sábado, 23 de noviembre
DE DÓNDE VENIMOS
“Hoy he tenido un rato de flirt con una secretaria del Instituto, muy buena moza, y a la que
nunca se me había ocurrido conquistar. De pronto se me metió la idea en la
cabeza –o no sé dónde–, la llamé a mi despacho, cuando ya se habían ido todos
menos ella y yo… y me puse joven y bárbaro. Las mujeres ahora andan tan
desnudas y provocativas, que es dificilísimo no sentirse desatentado con ellas”.
Estamos en
1960, quien escribe es un poeta de misa diaria, franquista de pro (el mejor
amigo de Rosales y Panero), directivo del Instituto de Cultura Hispánica. Lo
hace en un diario que corrige una y otra vez y en el que aspira a reivindicarse
para la posteridad.
Lo que nos
cuenta en esa breve nota, lo que él
califica elegantemente de flirt, solo
puede ser considerado, en el mejor de los casos, como abuso sexual (más bien
parece una violación).
Dos días
después de la anotación, que lleva la fecha del jueves 21 de julio, se marcha
de vacaciones a Málaga, y el domingo siguiente escribe: “Voy temprano a misa,
me confieso de mis bobadas madrileñas –no tan bobadas puesto que he debido
confesarme de ellas– y me quedo más tranquilo de lo que estaba, aunque aún
siento un aire de frivolidad interior que me orea peligrosamente”.
Domingo, 24 de noviembre
JEREMÍADAS DE OTOÑO
“Los viejos, por famosos que sean, tienden a quedarse
solos”, me dijo una vez Eugénio de Andrade. Había coincidido con Rafael Alberti
en un encuentro mundial de poetas y lo vio apartado en un rincón. Se acercó a
saludarle y charlaron ampliamente de la poesía española de los años veinte y
treinta, que Andrade conocía muy bien, y también de la lírica medieval
portuguesa y española.
“Es difícil
envejecer sin un poco de gloria o un poco de amor”, escribió Juan Gil-Albert en
un aforismo que yo repito a menudo. A él la gloria le llegó tardíamente, a los
setenta años. De pronto se convirtió en el escritor de moda. Todas las
editoriales se disputaban sus libros inéditos, escritos durante el exilio
interior de la posguerra. Pero vivió veinte años más y al morir ya nadie se
acordaba de él, y sus obras completas, editadas por la Diputación de Valencia,
se apolillaban –se apolillan– en un almacén.
Yo ya le
voy viendo los cuernos al toro y, la verdad, me aterran. No he sabido adular,
no he sabido hacerme querer. ¿Qué escritor que me conozca no tiene cuentas
pendientes conmigo? Siempre cito el caso
de Javier Rodríguez Marcos, que dejó de mencionar mi nombre en los diarios en
que hace información cultural, desde el mismo momento en reseñé su libro Frágil. ¿Cuántas veces no se han
enfadado conmigo Martín López-Vega, Lorenzo Oliván, Andrés Trapiello por mis
palabras sobre sus libros? Xuan Bello, que es un santo varón, todavía no, pero
todo se andará: siempre insinúo que, desde hace algún tiempo, se deja llevar
demasiado por las vacías volutas de estilo.
No he
cultivado las provechosas relaciones literarias. Y eso que he tenido, desde
siempre, buenos modelos. Yo podría haber sido un Vicente Gallego, no dejando
poeta o crítico sin dedicarle un poema o, en su defecto, un José Luis Morante.
Pero he
preferido ir de independiente e insobornable por la vida. Ahora, de viejo,
aprovecharán todos para echarme una paletada de olvido y vetarme en sus
cátedras, en sus congresos y en sus do ut
des.
Me divierte mucho que mi viuda
favorita, en sus diatribas contra mí siempre insista en que yo, al contrario de
lo que quiero dar a entender, nunca he sido “amigo íntimo” de Ángel González.
¿Pero de qué
escritor he sido yo amigo íntimo? Siempre me he esforzado en guardar las
distancias. Hace más de treinta años que conozco a Luis García Montero y
siempre me refiero a él como García Montero, nunca como Luis. Y Ángel González
fue siempre Ángel González, nunca Ángel.
Recuerdo un
poema de Cernuda, “Supervivencias tribales en el medio literario”, en contra de
esa campechanía, tan española, de hablar de Pepe Hierro en cuanto se le ha
visto dos veces. Yo nunca hablaré en público de la poesía de Carlos, como
aquella catedrática en un congreso en Jerez, sino de la poesía de Barral, de
Bousoño o de Carlos Sahagún.
Sospecho
que no he sabido hacerme querer. Siempre he dejado que los demás se acercaran a
mí (nunca demasiado, por supuesto), pero yo no me acercado a nadie, por mucho
que me conviniera.
Y encima,
para deprimirme más, estos días todos los periódicos hablan de ancianos que han
perdido el contacto con vecinos y familiares y mueren solos en sus casas. Al
principio, me parece que no hablan de mí. Pero leo los artículos y compruebo
que para ellos un anciano es una persona de más de sesenta y cinco años.
Ando con un
poco de gripe. Espero que pase pronto y estos negros pensamientos se
desvanezcan con ella.
A fin de
cuentas, en el mundo literario, es posible que no me quiera nadie –no tengo
“amigos íntimos”–, pero me odia mucha gente. Y ya se sabe que nada como ser
odiado para mantenerse joven.
Lunes, 25 de noviembre
VUELVE EL HOMBRE
16 de julio de 1958: “Los moros tienen motivos para rebelarse.
Pero son unos bestias, unos bestias sucios y sanguinarios que tienen que ser
contenidos. Los moros tienen razón, pero son unos animales que dejan parar las
moscas en los ojos con tracoma, sin moverse, por siglos, hasta que un día se
levantan a matar, a matar y a hacer crímenes”.
15 de marzo
del 59: “El francés es un ser suficiente, mamón y desagradable” (se refiere al
francés en general, no a un francés concreto).
17 de marzo
del 59: “Dos criados maricones nos ‘atienden’ con desplantes y groserías. Uno
de ellos, más asqueroso que el otro si es posible, lleva el pelo teñido y las
uñas desconchadas de pintura. Es procaz, cabroncillo y respondona. Estoy a
punto de darle una torta y dejarle para siempre de perfil, pero me contengo no
vaya a transformarse esto en una casa de putas”.
Termino de
leer el segundo tomo del diario de José María Souvirón, un poeta malagueño que
colaboró con Altolaguirre en las primeras publicaciones del 27, que luego se
hizo falangista fervoroso y fue, junto con Panero y Rosales, sus grandes
amigos, uno de los apoyos intelectuales del franquismo.
Era un
hombre culto, que conocía muy bien las literaturas inglesa y francesa. Su
diario está lleno de observaciones inteligentes. También de ataques contra los
poetas del 27 y contra Celaya y Otero. Aleixandre y Guillén, de quien se burla
inmisericordemente, son dos de sus bestias negras.
Es un
hombre preocupado por su familia (sus hijos viven en Chile), de misa diaria,
orgulloso de haber abandonado a los poetas de su generación para unirse a los
de la siguiente porque aquellos carecían de moral.
Es también
racista, homófobo y abusador sexual en algún rato perdido y no tiene
inconveniente en dejar constancia de ello a la menor ocasión. En eso se parece
a los nuevos españoles que acaban de entrar en el congreso, a los agresivos
cruzados contra el feminismo, los emigrantes y la dictadura progre.
Martes, 26 de noviembre
DIATRIBA Y HOMENAJE
Yo soy raro, eso lo tengo asumido desde siempre (y siempre
he estado orgulloso de ello), pero sospecho que ser raro es tan frecuente que
casi no constituye ninguna rareza.
Cuando voy
hacia la biblioteca del Campus para asistir al homenaje al profesor Antonio
Fernández Insuela (un paciente erudito a la antigua usanza y una de las mejores
personas con las que he tenido ocasión de tratar), me encuentro con un joven
poeta y doctorando cuyo último libro acabo de reseñar.
Espero que
aluda a ello, yo querría preguntarle por algunos puntos a los que no me referí
en mi artículo y que me han dejado intrigado.
Pero saluda
y pasa de largo. Parece que no quiere hablar del asunto.
Me extraña.
Lo habitual es dar las gracias, y más si la reseña resulta elogiosa. Quizá el
joven poeta, tan aplicado, no sea tan inteligente y valioso como a mí me
parece.
O quizá es
solo que yo soy un poco mal pensado.
Mal pensado
y cosas peores, exactamente lo contrario que mi admirado profesor Insuela: ni
un paciente erudito, solo un lector curioso, ni una de las mejores personas con
las que mis colegas han tenido ocasión de tratar.
Miércoles, 27 de noviembre
LE BENEFICIE O NO
La inteligencia es una navaja bien afilada. O la manejas con
cuidado o corres el riesgo de cortarte.
La
inteligencia es un arma de destrucción masiva.
Vale más
ser listo que ser inteligente.
El poeta,
cuando es listo, no alaba más que a quien puede devolverle redoblado el elogio.
El
inteligente busca la verdad, le beneficie o no.
El listo
solo si le beneficia.
Yo no sé si
soy inteligente o solo me lo creo, pero de lo que no tengo duda es de que no
soy listo.
Menudo elemento, el tal Souvirón, con su moral acomodaticia y plegable, representante perfecto de la actitud fascista. Por la tarde abusando y metiendo mano, y a la mañana siguiente a comulgar. Sin olvidar el gran prodigio de la religión nacional-católica, que le permite a uno ser un gusano despreciable 23 horas al día, y arrepentirse y salvar el alma en la hora 24. Cómo no iba a tener adeptos entre los que daban "el paseo", si les permitía morir en olor de santidad.
ResponderEliminarAnoche en La Sexta una gorda ultra e impresentable, muy cristiana, repitió una docena de veces que en Cataluña hubo un golpe de Estado; que los jueces hayan determinado que fue "sedición" carece de importancia para esta católica. Hoy ya habrá ido al confesonario y "sus mentiras le serán perdonadas". Hay religiones que son una bicoca.
Sergio, cómo ve usted esos programas, a esas horas no debería estar ya en la cama?
EliminarLo emplazo a que cuando le ocurra una desgracia, que seguro le ocurrirá, mire usted al cielo y pegue un sonoro corte de mangas. Ea.
Qué tontería, Sergio Costas. Mentalidad propia del que desconoce el perdón y quiere disfrutar con el castigo eterno de los otros. Lo importante es la intención, que solo Dios conoce. La Iglesia enseña, pero la responsabilidad última es de cada uno. Y, aparte de a los españoles, ¿también echaría a los gordos de la república catalana?
EliminarInma, los agnósticos tienen tanta seguridad en si mismos que solo oir la palabra muerte se echan a temblar. Ser tan inteligente y racional pasa esas facturas
EliminarEste Anónimo es como aquel cura que se inventaba un maniqueo estúpido para refutarlo fácilmente en sus sermones. No sé a cuántos agnósticos conocerá; yo, a unos cuantos. Y no son más temerosos frente a la muerte que los creyentes: la aceptan como un hecho, nada más. En realidad, son más bien algunos creyentes los que, temerosos de una eternidad de castigo, la encaran con, digámoslo suavemente, cierta prevención.
EliminarLástima, Inma, pero confundes el perdón con la impunidad y con hacer de tu capa un sayo. Según tú, se puede cometer cualquier abuso sobre los demás, como Souvirón, porque ahí está el perdón, a la vuelta de la esquina, en cualquier iglesuca que tenga un cura absolutorio. Gran chollo para el delincuente.
EliminarY no, a los gordos no hay que echarlos de ninguna república, que se quedarían pronto vacías, dado el sobrepeso general.
Mal razonado, José, la esencia de un creyente es el convencimiento absoluto en el más allá compasivo. El pánico lo monopolizan quienes niegan la existencia del alma y se burlan de los que sí creen en ella.
EliminarPues mire, yo he visto a varios familiares, muy soberbios, que después de una vida despreciando a los cristianos y sus fragilidades, cuando les llegó el momento se arrugaron y temblaron. Y me dio muchísima pena.
Cáspita, Anonym, ¿cómo te las arreglas para meter tanto tópico trasnochado en tan poco espacio? ¿Eres estibador?
EliminarAtreverse a sostener tales seguridades cuando no has hecho ni la más piojosa estadística revela un criterio tan sólido como el merengue y un rigor tambaleante cual borracho. Hay decenas de testimonios históricos de ateos muertos con toda tranquilidad y paz, y otros tantos de creyentes aterrorizados por lo que se les venía encima; y no hay creyente tan "absoluto" (salvo que esté un poco p'allá) que no mantenga un prudente resquicio de duda.
Ah, y no seas decimonónico, hermano, todo el mundo cree en el alma, pero todo el mundo sabe que es un nombre alternativo para el sistema nervioso. (Hablo de la gente del siglo XXI, no de ti). Estamos en la época de la neurociencia, lee a Daniel Dennett y no a los escolásticos, anda, ponte un poco al día, para que mueras en gracia divina y humana.
No tenga miedo de decirlo, Jose: temor de Dios. Y a este anónimo último: el sistema nervioso también ha sido creado, al igual que Dennett y los escolásticos. Un poquito de humildad .
EliminarSeñor Amiens: y usted confunde la Iglesia con la administración pública, como si todo fuera una cuestión burocrática. Obviamente hay que sentirlo, como los etarras que se arrepienten y escriben libros.
EliminarEl Anónimo de las 13.44 queda en evidencia de su triste condición agnóstica al defender la tranquilidad con que sus correligionarios abordan el trago final. Qué más le da lo que diga yo, si él va a disfrutar de ese inmenso privilegio de incorporarse a la madre tierra.
EliminarVale; los creyentes no tienen miedo de condenarse. Y a quien le falta humildad es a mí; que esa seguridad de ellos no es falta de humildad, qué va. Pues qué bien.
EliminarUn poco triste el aforismo de Gil-Albert, pero no por ello menos lúcido. La edad solo suele regalar compañia a quienes por ricos y gloriosos se ven rodeados por la hambrienta camada.
ResponderEliminarPero no nos deprimamos, Martin, seguro que usted, como yo, tampoco estaría dispuesto a darle la vuelta a la moviola pensando que cualquier tiempo pasado haya sido mejor.
En cualquier tiempo pasado éramos más jóvenes. Ese es el "único argumento de la obra"
EliminarEs un error adscribir la soledad a la vejez. En la adolescencia el sentimiento de soledad puede ser letal y llevar al suicidio.
ResponderEliminarLa soledad es una condición general e intrínseca del ser humano, aunque a veces se presente como soledad-a-dos, o soledad-multitud. Lo es, básica y principalmente, porque el conocimiento íntimo del prójimo es radicalmente imposible, y sólamente cabe deducirlo de las acciones o creerlo a partir de las declaraciones del mismo, que pueden ser erróneas, falsas, desorientadoras, exculpatorias, etc. La soledad, esa condición intrínseca y esencial, no siempre se hace patente, aunque resalta en la enfermedad y en las desgracias. De hecho, el aprendizaje concienzudo de la soledad, su constatación radical, es un aprendizaje que requiere la vida entera.
Alguna crítica desaprobatoria, y seguramente justificada, habrá hecho Martín a Luis García Montero para no lograr su amistad después de tantos años. Yo acabo de leer "Las palabras rotas", que está ahora en los escaparates. Algunas reflexiones interesantes, unas pocas verdades, pero siempre ese fácil deslizamiento hacia la redacción turbia, que termina por incomodar. Un ejemplo, que no se diga que hablo por no callar:
"El individuo interioriza la libertad como una energía aislante, desarticulada, proclive al egoísmo y la autodefensa, sin ninguna concesión a las dimensiones sociales del vivir, sentir y pensar"
Otro libro que acabo de leer, y recomiendo vivamente, es "Imperiofilia y populismo nacional-católico", del historiador y filósofo José Luis Villacañas. Se aprende historia y se aprende rigor y se aprende argumentación. El libro desmonta a placer "Imperiofobia", el penúltimo intento de desacreditar la Leyenda Negra, mostrando en este tales carencias, desinformación histórica y ausencias de rigor, que uno se pregunta como los editores le han dado vía libre. Pero está claro, son comerciantes, y el bodrio prometía mercadeo suculento.
ResponderEliminarO sea que usted atesora conocimientos suficientes como para afirmar que la teoría de Villacañas es la verdaderamente cierta. Asombroso. Yo creo, más bien, que a usted le seduce la Leyenda Negra y disfruta con quienes le dan incienso, como todos los miles de españoles acomplejados. Un francés reaccionaria al revés. Pero claro, estoy citando a quien no abjura de su sangre.
Eliminar¿La "teoría de Villacañas"? No hay ninguna teoría. Hay datos, cronologías, citas bibliográficas, solidez científica, frente a imaginación, imprecisión, confusión y suposición laxa. Pero no se preocupe, no hay censura contra la falsificación historiográfica y usted podrá seguir leyendo a doña Elvira Roca, aliviar sus culpabilidades imperiales y gritar con ella "qué benévolos, qué magníficos son los imperios". El tremendismo de "abjurar de su sangre", aggg, déjelo para el callejón del Gato.
EliminarFernando López Obrador compara con solvencia, analiza, contrasta con sus fuentes, pondera desde el conocimiento de causa y nos ilustra para que no caigamos en precipicios ideologicos. Qué envidia me produce esa lucidez que alcanza la objetividad desgarrada.
EliminarPudiera ser que don Fernando abjurara no de su sangre, sino de la cruel civilización que derramó -como si fuera zumo del maguey- la de los nativos, en las anchurosas plantaciones de las Indias Occidentales.
ResponderEliminarCaso ese, el de derramamiento y masacre masiva, que nunca concernio ni a ingleses ni holandeses, guionistas inmaculados de nuestra leyenda black. Tampoco gringos exterminaron a los suyos, sino que a los escasos supervivientes de su cólera los acomodaron en confortables reservas. Portugueses y gente así, por contra, siempre trataron al colonizado con escrupulosa atención, curando sus heridas con tirhitas e ibuprofenho, que para eso la H es muy aspirada y sana.
EliminarLo mejor es dejar pasar las tonterías sin entrar al trapo, pero lo de este anónimo (que también ha aparecido por aquí con diferentes nombres) clama al cielo. ¿De dónde sacará este buen hombre que solo se critican las barbaries cometidas por españoles? Los genocidios, genocidios son los cometan quienes los comentan. Da un poco de vergüenza tener que ponerse a debatir esto a estas alturas. Y también da un poco de vergüenza tener como lectores a ciertos anónimos o pseudónimos. ¿No encuentran otras cosas que leer más acordes con su categoría intelectual y moral?
EliminarEstoy contestando a Armando el precipitao y en parte al Fernando acorde con la Leyenda Negra. Lea usted antes de mesarse los siete cabellos que le quedan.
EliminarYa estamos... Estoy harto de tener el corazón helado
ResponderEliminarJavier Marías tiene el corazón tan blanco y ni está harto ni por ello es racista.
EliminarCreo que la mayoría de los españoles (lo de la ciudadanía me parece de un cursi apestoso) estarían conformes con un Gobierno presidido por Borrell en el que, previa abstención pepera, intervinieran socialistas y ciudadanos. Una simple suma de los votos emitidos en las elecciones me da la razón.
ResponderEliminarClaro, lo que propone usted es que haya OTRO "golpe de estado" en el PSOE que decapite a Pedro Sánchez y que digitalmente, sin consultar siquiera a las bases, esas que acaban de gritar que con la ultraderecha NO (el PP está considerado dentro de ese espectro, según criterio de los demócratas de la UE) les impongan al notable catalán anticatalanista. Lo malo es que, con la astronómica soldada que se lleva para casa por la acumulación de cargos comunitarios, no estará por la labor. Igual el señor Lambán, que tiene un carisma y un arranque quepaqué...
EliminarEs usted un exponente del pensamiento cínico y antidemocrático que ilustra (?) el quehacer de gente como la que acaba de derrocar a Evo Morales, a quienes solo conforma la democracia si son ellos los que la administran y manipulan: fascismo de ahora, de siempre.
Como cantaban los Mártires del Compás: «Evo Morales, Evo Morales, me gustan tus jerseys y me gustan tus modales».
ResponderEliminar"Un CGPJ en funciones nombra a 46 cargos, la mayoría afines a Lesmes y el PP, y condiciona la Justicia para los próximos 20 años".
ResponderEliminar(Diario Público.es).
Si palabras, me quedao sin palabras.
Lo acabo de ver, Tristán, y me sorprende que la gran prensa nos oculte la noticia, porque antes o después se acabará sabiendo...
EliminarAyer supe que Martin había presentado días atrás en el Cervantes la Poesía Completa de Manuel Machado.
EliminarUna pena no haberme enterado para acercarme a saludarlo.
Horreur!! Más jueces/Jose para la judicatura española??
ResponderEliminarPero no estaba ya el cupo cumplido? La noticia es pésima (laboralmente) para los jueces del T de Derechos Humanos, que no van a dar abasto. Si se ponen en huelga, el país está perdido. Especialmente el gremio de comediantes.
Pero no hagamos demasiado caso. Puede ser una nueva estratagema de la Leyenda Negra que, como se sabe, no descansa desde el siglo XV.
Puede ser, cuerdo Armando, que la Leyenda Negra nos llene de gozo a los demócratas, pero según lo digo me acuerdo de la frase de ese prestigioso psiquiatra llamado Rojas Marcos que también tiene la desgracia de ser español. Cuando comprobó que el atentado de Atocha sirvió para desunirnos un poco más y luego para mercadear como putas con las elecciones, diagnosticó que éramos un país enfermo, pues no de otro modo se puede comprender que el dolor lógico ante una masacre se convierta en odio en cuestión de unas horas. En fin, a ver si este tipejo también es de Vox...
EliminarEs difícil permanecer insensible ante tanta anónima bobada. ¿Qué frase es esa de Roja Marcos? Habría que citarla adecuadamente, y en su contexto, antes de sacar conclusiones. ¿Qué quiere decir que "una masacre se convierta en odio en cuestión de unas horas"? Una masacre siempre genera odio hacia sus autores e indignación hacia quien quiera manipularla políticamente.
EliminarClaro que no sé yo que hago perdiendo el tiempo con este anónimo que vuelca aquí unas obsesiones que no parecen haber pasado por el pensamiento racional. Mis disculpas.
Debería saber Martín, antes de discutir gratuitamente y con excitación ofensiva, como en él es habitual, que Rojas Marcos, con larga trayectoria en el sistema sanitario neoyorquino, era, precisamente, director de los hospitales públicos de esa ciudad cuando se produjo el atentado del 11S. Allí comprobó, desde su puesto y su condición de prestigioso psiquiatra, que por encima de cualquier consideración, la ciudadanía reaccionaba cerrando filas ante el horror que estaba sufriendo, dejando para momentos posteriores la lectura política que permitiera aclarar responsabilidades a sus dirigentes. Decía RM que aquella reacción unánime significaba un sano estado de salud mental colectivo que en cambio en España, tras su atentado de Atocha, no se había producido, sino que más bien había propiciado una confrontación ciudadana psiquiátricamente inexplicable.
ResponderEliminarTambién desconoce Martín, porque no vive en Madrid, que tras el hermoso acto de hermandad que supuso la grandiosa manifestación en la Castellana de repulsa contra el atentado, a las pocas horas esos "hermanos espontáneos" se dividieron en dos bandos enemigos porque el suculento plato de ganar unas elecciones, que la izquierda perdía en todas las encuestas, estaba al alcance de la boca si el agitprop se ponía en marcha. De ese modo, un nefasto personaje llamado ZP se subió al sillón. A los árabes y al torpe Acebes les debemos que semejante irresponsable nos haya conducido durante los peores años de nuestra época.
Lo siento, Anónimo, pero algo sucede en su cabeza, y no es de lo más recomendable para una cabeza. Alguien se lamenta de la profusión de jueces afines al PP y usted responde con los atentados del 11-S y el atentado contra los abogados de Atocha. Menos mal que no nos dice nada de la Lotería Nacional o del contenido proteínico del langostino. Porque poder, seguro que podría.
EliminarPor cierto, no voy a decirle que ZP sea mi tipo de político, pero fue ejemplar si se le compara con Rajoy, record mundial de mentiras por milisegundo en cada uno de sus discursos y promesas, gran culturón de "Marca", indecente rescatador de bancos privados con dinero público que iba a ser "puntualmente devuelto" al erario, pero que nunca lo fue. Insuperable especialista en sentarse y esperar sin hacer nada, rodeado de correligionarios imputados y corruptos. Hasta que la corriente lo arrastró del sillón. ¿Es ese el que le mola?
Por cierto, menos mal que va comprendiendo usted el impenitente cainismo español, manifestado incluso en los acontecimientos más luctuosos. Es un primer paso hacia la corrección de esa estúpida manía auto-glorificante del país, que usted y otros padecen (Ehpaña, Ehpaña, Ehpaña!!! -léase con palmas y música ratonera).
Yo estoy contestando a Fernando y después a Armando, el que no se entera es usted.
EliminarEn cuanto a ZP difícil será sufrir un grado de incompetencia mayor, hasta sus correligionarios se asombran de haber conseguido sobrevivir a su derrape cerebral.
Y no, hombre, no me provoque con Rajoy, si acaso con Abascal. Los niños se esconden tapándose los ojos y algunos adultos se resisten a dejar esa etapa de la vida.
Pidale a los Reyes una caja de moscovitas, que están riquísimos, aunque no tanto como los señores del Ibex35. Da muchísima pena.
PI, me estoy arriesgando a que Martín, contrariado porque le llevo la contraria, me invite a marcharme a foro contrario, que paeso aquí aceptamos abiertamente el debate aunque el osado no sea de los nuestros (ni de los otros, oiga)
EliminarEl idealista Javier Bardem salió de, su mansión, se despojó de sus caros ropajes, tomaría el metro de los pobres y ya ante los micrófonos, sucio y con aspecto de verdadero demócrata, se erigió en portavoz de millones de agraviados y hasta insultó a algunos con su valentía habitual. Lo que no sabemos es si a estas horas estará cenando en un chigre para continuar la pantomima o en un restaurante carisimo, como en él es habitual. Cualquiera sabe, en cualquier caso ha dejado una vez más testimonio de su compromiso con el bien y los buenos.
ResponderEliminarY la noria sigue dando vueltas engañando a tanto incauto tontorron que a veces hasta paga para que le hagan comedia. Lo triste es que quien se rebela ante la farsa sea lapidado por los estafados. Cosas veredes...y las que seguiremos viendo.
Inaguantable sa puesto el blos.
EliminarY al día siguiente el estúpido Javier Merdem pide disculpas. Qué referentes tenemos, compañeros, yo me quedo con Alejandro Sanz el de las mansiones y la chupa agujereada en los conciertos por la paz.
EliminarPobre secretaria, y pobre joven poeta y doctorando...
ResponderEliminarSr. García Martín:
ResponderEliminarEn el justo momento en que se nombra a Dios para negar su existencia, justo en ese instante se está afirmando su existencia. Es una paradoja, pero es así, tal cual.
Me conozco ese sofisma, señor sin rumbo fijo. Dios existe, claro que existe, como existen Apolo, las sirenas, los centauros y otras fascinantes criaturas mitológicas. Como existe don Quijote y existe mi querida Ana Ozores. Dios existe y es una de las más admirables creaciones humanas. Ahora creer, que Apolo está tocando la lira en un lugar del mundo real llamado Parnaso y Dios en el paraíso rodeado de ángeles, pues eso ya es otra cosa.
ResponderEliminar¿Me lo dice o me lo cuenta?
ResponderEliminarLas creencias son mentales y por lo tanto deficitarias por definición. Las vivencias son otra cosa.
No es lo mismo creer en Venecia que vivirla (usted lo sabe por experiencia). Cuando crees en ella, en su existencia, haces un acto de fe si no has estado en persona, al natural. Crees en ella porque te han dicho que existe una ciudad llamada Venecia y porque has visto unas imágenes fijas o en movimiento que quieren demostrar que existe dicha ciudad. Pero realmente solo existe en ti y es una realidad, subjetiva sí, pero una realidad, cuando has pisado sus calles, has paseado por sus puentes, cuando se ha producido el encuentro en persona con la ciudad de los canales, etc ...
Lo mismo pasa con lo Superior, con lo que vulgarmente llamamos Dios y que algunos creen que es un ser antropomórfico. La creencia es mental y deficitaria y te hace afirmar la barbaridad de que Dios existe o la otra barbaridad de que Dios no existe. Pero cuando vibras en la frecuencia adecuada para ti en la cual se produce la realidad, el encuentro no mental con lo Superior, te alejas inmediatamente de la falsa creencia de la existencia de Dios y de la otra falsa creencia de la no existencia de Dios. Las creencias son mentales e ilusorias. La mente es engañosa. Lo importante es la realidad de las frecuencias vibratorias, del nivel de desarrollo personal y espiritual alcanzado.
Qué cosas. De la existencia de Budapest tengo muchas pruebas, aunque nunca haya estado. Y si dudara (nadie en su sano juicio dudaría), no tengo más que tomar un avión y plantarme allí. De la existencia de Dios fuera de la mente de los seres humanos que lo sueñan no tengo ninguna prueba y si tuviera dudas sobre su existencia (no las tengo) nadie podría resolverlas presentándomelo o de alguna otra manera. Creer en Dios es cuestión de fe, afirmar que es una creación (maravillosa, por cierto) de la mente humana no lo es, como no lo es decir que Cervantes es el autor del Quijote.
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