Sábado, 19 de enero
UN VIAJE EN TREN
Uno de mis terrores infantiles, al entrar y salir de
Asturias, era que el tren, aquellos trenes todavía de vapor, se averiara en
Pajares dentro de un túnel y todos los viajeros muriéramos asfixiados.
Esa
fantasía mía estuvo a punto de hacerse realidad en uno de los viajes del poeta
José María Souvirón, según leo en su recién editado diario, tan representativo
por otra parte del recio ideario falangista de la época.
Viajaba en
el ferrocarril trasandino de Santiago a Buenos Aires para incorporarse al bando
nacional en la guerra civil española. En lo alto de la cordillera, cuando
atravesaban un largo túnel, la locomotora se detuvo, continuó echando humo y los
viajeros comenzaron a ahogarse. El revisor les dijo que no se les ocurriera
salir, que aguantaran.
En el
compartimento del poeta, salvo él, todo eran mujeres, así que, naturalmente, él
tomó el mando: “Yo me asfixiaba como cualquiera de ellas, y tenía tanto miedo
como cualquiera de ellas, pero tuve que hacer de tripas corazón y conducirme
como varón robusto y bravo”.
Las mujeres
gritaban histéricas. Una de ellas llevaba dos botellas de whisky en la maleta.
Se las bebieron y eso ayudó a calmar los ánimos. Bajaron del tren y a oscuras,
tosiendo y tropezando, comenzaron a caminar hacia uno de los lados. Por ninguna
parte se veía la salida, así que no supieron si habían elegido el camino más
corto.
Por fin
salieron al aire libre, entre montañas cubiertas de nieve y cuando comenzaba a
hacerse de noche. Morirían congelados, era lo más probable, pero al menos no
asfixiados. Aparecieron unos guardias con linternas y los llevaron a un
caminillo cerca de las vías.
Poco a poco
fueron llegando los otros pasajeros. Al encargado del restaurante, lo traían
entre cuatro. Se hicieron a un lado para que los demás no vieran que estaba a
punto morir. Al parecer había respirado demasiado humo tóxico.
Emprendieron
camino hasta un puesto de carabineros y allí les dieron pan y queso, lo único
que había. A la mañana siguiente llegó una caravana de automóviles en los que
se metieron apretujados. Pasaron casi más angustia que en el tren: el suelo
estaba resbaladizo y los coches patinaban al borde de aterradores precipicios.
Cuando
llegaron a Mendoza, el bueno de Souvirón, cansado de hacer de hombre fuerte, no
pudo resistir más, sufrió un desmayo y cayó al suelo como una señora histérica
cualquiera. Tardaron un día más en llegar a Buenos Aires.
Domingo, 20 de enero
MI FILÓSOFO FAVORITO
Mi filósofo favorito es el mismo que el de don Miguel de
Unamuno, que no era Kierkegaard, como cree la gente, sino Pero Grullo. Y de sus
irrefutables aforismos el que prefiero afirma que todo tiene sus pros y sus
contras.
Una de las
principales reglas del arte de ser feliz (o del de intentar serlo) consiste,
cuando no podemos cambiar una situación, en disfrutar de los pros y atenuar en
lo posible los contras.
“Disfruta
de lo que tienes, olvida lo que te falta”, me repito a mí mismo como un cansino
libro de autoayuda.
Pero qué
imposible olvidar a quien tanto me falta.
Lunes, 21 de enero
LO QUE HAY QUE OÍR
Recordé la frase de Woody Allen: “La realidad no imita al
arte, sino a las malas series de televisión”.
Estaba yo
sentado, como cada mañana a esa hora, en la mesa redonda de Los Porches,
leyendo un monográfico de la revista portuguesa Ler dedicado a Os Maias,
la inagotable novela de Eça de Queirós, cuando al otro extremo (la mesa es
colectiva, como en los viejos mesones) se sentó un tipo con un maletín, que de
inmediato sacó el teléfono y empezó a hablar con unos y con otros, al parecer
clientes.
De pronto,
no pude por menos que prestar atención. El tono obsequioso habitual había
cambiado a otro más tabernario. “¿Me estás amenazando? ¿Me estás amenazando?
Eso también puedo hacerlo yo. Si tú tienes tus matones, yo tengo los míos. Los
míos son mexicanos. ¿De dónde son los tuyos? Ya te he dicho que se te pagará,
lo que haya que pagarte, que no es lo que tú pides, después del verano. Y si no
estás conforme, te jodes, tío, y no me vengas con amenazas”.
Traté de
centrarme en la entrevista con Carlos Reis, experto queirosiano, que fue mi
profesor en Coimbra hace no sé cuántos años. Resultaba difícil, aunque la
discusión había terminado. Otra llamada y comienza a contar lo que ha ocurrido.
“Está muy exaltado el dichoso Méndez. No para de dar la tabarra. Pues que se
ande con cuidado porque vamos a tener que acabar cortándole las orejas”.
Y todas
esas barbaridades las decía en voz alta, rodeado de gente que tomaba
tranquilamente café, como si estuviera solo en su oficina de no sé qué negocios
raros.
Martes, 22 de enero
EN POCAS PALABRAS
Un libro que no leería nunca.
––El Ulises de
Joyce. Pero podría dar conferencias sobre él.
¿Qué frase se tatuaría si se viera obligado a ello?
––Me muero porque me quieran. Ya me la he tatuado. Con tinta
invisible.
¿En qué país le gustaría haber nacido?
––En la Grecia de Sócrates.
¿En qué país le gustaría morir?
––No me gustaría morir.
¿A quién envidia?
––A todas las personas más inteligentes y cultas que yo.
¿Cerveza, vino o whisky?
––Agua. Del tiempo.
La música que prefiere.
––El rumor de la mañana cuando la ciudad despierta.
Su fin de semana favorito.
––El que se parece a los otros días de la semana.
El lugar ideal para las vacaciones.
––Nunca tomo vacaciones si puedo evitarlo.
¿Cuál es la cualidad que más le gusta en una mujer?
––La misma que en un hombre.
¿Cuál es la cualidad que más le gusta en un hombre?
––La misma que en una mujer.
¿Y es?
––La inteligencia.
Algo que no le canse nunca.
––Ver vivir.
Una ciudad.
––Cualquiera donde haya alguien a quien quiera.
Un libro que no se cansa de leer.
––El libro de la vida.
Si no fuera quien es, ¿quién le habría gustado ser?
––Dios.
¿Cree en Dios?
––No, pero es uno de mis temas de conversación favoritos.
Algo de lo que no tenga ninguna duda.
––Que todo es dudoso, incluso que todo sea dudoso.
Su pareja ideal.
––El doctor Watson.
¿Qué libro le gustaría haber escrito?
––El que estoy comenzando a escribir.
Miércoles, 23 de enero
SECUELAS
Hacia tiempo que no recordaba días como estos, de lluvia
perpetua, de la mañana a la noche. Dan ganas de no salir de casa, encender un
buen fuego en la chimenea, y acurrucarse junto a ella con un inmenso novelón en
las manos, mejor Dumas que Dostoyevski, aunque tampoco sería mal momento para
decidirse a releer En busca del tiempo
perdido.
Pero a mí
esos deseos de encerrarme en casa para resguardarme del mal tiempo se me pasan
pronto. Afortunadamente, todavía no estoy jubilado, todavía tengo mis clases, y
cuando estas falten me quedarán mis tertulias, de las que nadie me puede
jubilar.
Por otra
parte, salvo por casos de fuerza mayor, muy mayor, me resultaría imposible
estar un día entero sin salir de casa. Mi amigo Marcos, me recuerda que una vez,
hace más de veinte años, estuve en la cama con gripe y él, Xuan Bello y Silvia
Ugidos se ocuparon de ir a la farmacia y prepararme un zumo de naranja. Pero no
creo que el fuera de combate durara más de un día. Luego me las apañé como
pude. De momento, he tenido suerte en el tema de averías. Una vez me quedé
afónico, pero coincidió con un periodo en que no había clases, sino exámenes, y
no tuve que pedir la baja.
No necesito
recurrir al psicoanálisis para averiguar de dónde viene esta fobia mía a quedarme
en casa, llueva o nieve, con fiebre o sin ella. Podían ser peores las secuelas
del encierro forzoso en tiempos de aquel general. No me quejo.
Jueves, 24 de enero
EL MUNDO AL REVÉS
¿Qué pasaría si Hillary Clinton, con las buenas razones democráticas
de que había sacado más votos que el otro candidato, se proclamara, en contra
de la Constitución, la presidente legítima de Estados Unidos, incitara a sus
partidarios a manifestarse violentamente y pidiera a los otros países que no
reconocieran al gobierno del suyo y que aplicaran sanciones económicas que
perjudicaran gravemente a sus conciudadanos basándose en el principio de que,
cuanto peor con Trump, mejor para sus intereses?
¿Qué
pasaría si en Francia un partido político decide no presentar candidato a las
elecciones presidenciales, por creerlas perdidas, y luego se dedica a deslegitimar
al ganador?
Pero esas
cosas –el mundo al revés– solo pasan en Venezuela. Allí los golpistas son
aplaudidos por los demócratas del resto del mundo. Allí la Constitución y las
leyes solo obligan al gobierno, los opositores pueden pasárselas por debajo del
puente colgante.
No entiendo
nada. O lo entiendo demasiado bien. Un movimiento de verdad revolucionario, si
triunfa democráticamente, se convierte en un ejemplo demasiado peligroso para
los otros países donde unos pocos viven cada vez mejor en sus confortables
recintos murados mientras la mayoría sobrevive sometida a la ley neoliberal de
la jungla.
Eso al
menos es lo que yo pienso en este día que me llena de vergüenza. Pero ya se
sabe, o eso al menos dicen mis amigos, que yo de política no entiendo nada.
He eliminado todos los comentarios. De vez en cuando conviene hacer limpieza, aunque paguen justos por pecadores. Quien tenga ganas de dar a conocer su opinión sobre cualquier asunto que abra su propio blog. Está al alcance de cualquiera.
ResponderEliminarNo se amohíne, señor Martín, por favor.
EliminarMe gusta leerle y quiero que usted escriba con toda la serenidad posible.
Si hace limpia es porque este blog no se cierra. Pero luego nos dice que quien quiera opinar que abra su propio blog.
ResponderEliminarEn qué quedamos?
Sabia decisión, la única acertada cuando los impostores, los enredadores, los suplantadores y los insultadores empiezan a hacerse con el control. Ahora ya saben que es facilísimo neutralizarlos. "Con un clic", como se suele decir.
ResponderEliminarYa empezamos, Epaminondas. Los comentarios a este blog son para comentar, con buenas formas, algún aspecto del blog: señalar algún lapsus o alguna errata (algo que siempre se agradece), discrepar con razones de algún punto, precisar algo, etc. No son para elucidar quién escribe mejor que quién o para debatir la actualidad. Y los comentarios deben ir firmados, sobre todo si expresan alguna opinión (si es para decir que en tal palabra sobra una letra o en otra me olvidé de poner una tilde, da igual que lleven firma o no).
ResponderEliminar¿Tan difícil es de entender esto?
Ahora está perfectamente aclarado, antes el texto era confuso, creo yo.
EliminarOjala se imponga la corrección y algunos renuncien definitivamente a la ironía cínica y faltona como método de debate que prodigan. Concursar para ver quién es el que contesta con más acidez para aplastar al "enemigo" es tan ridículo como infantil. Y desde luego impropio del blog de un famoso escritor. Creo que un debate es interesante cuando los comentarios son constructivos y aportan lo contrario a la cinfroconfron chabacana. Si aceptamos que Martín es un hombre culto, debemos ser coherentes.
No me parece buena práctica limitar tan dráticamente el contenido de los comentarios, a riesgo de convertir este foro en una tertulia soporífera y de escaso interés. Las derivadas de un post pueden ser infinitas y que en esa eventualidad esté la gracia. No me gusta que se penalice lo mismo al pelma o al porfiado de buena fe que al retorcido trolero: sería un mal ejemplo de equidad, tan necesaria en estos tiempos de sectarismo y abuso descarado. Por muy dueño de la finca que se crea el patrocinador de un blog, no tiene derecho a pasarse en dirigismos o mangoneos de la opinión de los comentaristas, a no ser que piense que estos tienen la obligación de plegarse a sus caprichos, en cuyo caso la deserción de la mayoría estaría servida.
ResponderEliminarCensurar el insulto, el maltrato verbal, las maniobras "troleras" o que supongan un sabotaje flagrante SÍ que vendrían a cuento. Pero eso es otra cosa.
Y no es precisamente usted uno de los que más se exceden con el "maltrato verbal y el insulto graciosillo"?
EliminarLo he leído varias veces y no pierde ocasión de soltar perdigones con gran entusiasmo, desconsiderando con desprecio la molestia que le pueda causar a su receptor. Hay mucha bilis en sus comentarios. Y le divierte ofender.
Pues sí fuera como dice usted, don Epa, que se me aplique el reglamento. Pero hablo de principios rectores, no de lo anecdótico. Aquí se mos está proponiendo (reconozco que no imponiendo) una especie de Ley Mordaza para que no traspasemos los márgenes de los comentarios chatos, lo de los modos parece que importa menos.
EliminarSe veía venir. La pulsión freudiana hacia el caos es irresistible en algunos.
ResponderEliminarSi la respuesta parece drástica es solo por haber esperado demasiado. El bulto era ya grande. Cuando el tumor está muy desarrollado la cirugía tiene que ser radical.
Llevé un blog durante un año, más o menos. Creo que es mejor actuar a la primera señal. En cuanto se capta que la intención de un sujeto es confundir, insultar o despreciar, bloquearlo de inmediato. El crecimiento maligno se detendrá y el remedio habrá sido moderado en vez de drástico.
Pero, Bernardino, este blog ha sido en ocasiones una plaza fuerte de la libertad asediada y en la brega se han leído algunas soflamas muy aguerridas y ondeado algunas banderas de muy buen ver. No todo ha sido metralla fascistoide..., como en casi todas partes.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el pensamiento de F. En el blog , el Administrador del mismo puede eliminar aquellas opiniones con injurias, descalificaciones, insultos. El resto, no hay porqué. Entonces, podría hacerse privado el blog e invitar a aquellos con los que comparte opiniones o le hacen sentir bien.
ResponderEliminarHay quienes, como usted los llama en su limpieza, "justos", que se han tomado el trabajo de leerlo y , además de comentarlo, empleando su tiempo que podrían haberlo hecho en otra cosa.
Un blog público, así, como usted lo plantea y ejercita, eliminando, de pronto, a todos, ya es censura.Y que quede lo que le agrada...
Humilde opinión.
El problema es conseguir de común acuerdo la definición objetiva de insulto. Aunque, como usted sabe, quien tiene por costumbre dedicar a los demás calificativos burlones e irrespetuosos, no suele aceptar que se los dediquen a él y los repele con ira agria.
EliminarLa cuestión, creo yo, se soluciona pidiendole a los Reyes Magos una docena de cajas de filtros para aplicarselos uno mismo a lo largo del año antes de echar el aliento en la boca del contertulio. Esa halitosis es la culpable de crear en los blogs un ambiente maloliente.
Y, si no, recordar que la buena educación es un concepto que goza de plena vigencia y debe servir para mantener una coexistencia civilizada.
Busquemos definición de "insulto" en la RAE y ya está. Hay varias acepciones, por lo general. Pero creo que, en general, la palabra es entendible entre adultos: Quizás entre adolescentes tengan otra connotación en el uso.
EliminarDurante mucho tiempo, varios años, he leído este blog y hubo discusiones y bastantes acaloradas y leer todos los comentarios me permitía conocer diversos temas por mi ignorados, especialmente, sobre política. Es por eso que lamenté la eliminación de lo que iba leyendo. Pero con respecto al último eliminado, sombreé y copié. Lo tengo en Word y voy viendo cómo discurría todo hasta la eliminación. Me alegré de haberlo hecho.
Agradezco toda la explicación del señor García Martin. Pero no le he encontrado diferencia, como arriba menciono, con respecto a cinco años atrás.
Yo no lo pude copiar, una pena, porque estaba haciendo un cuento con ese material, y Martín cortó el gas. Ya ocurrió otra vez. Limpió esto de todo comentario emitido. A mi me pareció bien. La literatura es como la cocina. Un poco de sal agrada, y mucha enfada. Salvo en las papas arrugadas. Que es lo que yo estaba haciendo. Por otra parte, se puede discutir de la censura. Mi sentir es que la censura es buena cuando la cosa se vuelve pesada. Aunque esta vez me haya dejado con el relato a la mitad.
EliminarVamos a ver si nos aclaramos. Desde hace treinta años escribo un diario que primero se publicaba exclusivamente en libros y que a partir de 2005 comenzó a anticiparse semanalmente en la prensa (primero en La Nueva España, luego en El Comercio). La creación del blog fue para facilitar su lectura a los interesados que no vivían en Asturias. Esa fue la razón, esa es la razón de que sigan apareciendo las entregas semanales en este blog (como en otro, Crisis de papel, aparecen las reseñas que publico en un suplemento cultural). Luego estas entregas se reúnen en un volumen. Ha aparecido hace poco "Sin trampa ni cartón", está en prensa "Hablando claro". Ese es su destino final, lo otro son anticipos y una manera de dejar constancia de que mis anotaciones no están modificadas a posteriori, como en tantos diarios.
ResponderEliminarPido disculpa por esta especie de publicidad. Pero es que hay que hablar claro para evitar confusiones. Este blog no es un espacio de debate ni un lugar para que algunos ociosos luzcan sus habilidades con la prosa. Hay otros foros para eso. Y quien no los encuentre, que cree el suyo (no se pide ninguna condición especial y resulta gratuito).
Señor García Martín, vuelvo por aquí, luego de releer su aclaración.Y me detengo en esto:"...ni un lugar para que algunos ociosos luzcan sus habilidades con la prosa".
EliminarCreo que no toma distancia y no ve lo que eso significa. Sus entradas, extensas, variadas, amenas y de gran contenido informativo , en particular para quienes no conocemos lugares de su país tal como usted los describe - diría, los cuenta - y muchas veces su texto me motivó es a escribir algo que no subí a su blog, simplemente lo guardé en un cuaderno con la nota: Café Arcadia, fecha tal, tema tal... como una guía para mí.
Otros, talentosos con la prosa y la imaginación, también se motivaron; lo he leído. Y debería estar contento por ello porque muchas veces ha resultado inspirador. No cualquiera.
Y su blog se destaca entre otros, por muchas razones, y ese consejo de que hagan su propio blog es poco generoso. (Usted me dirá que no tiene por qué serlo con su blog). Usted es muy leído y ¿cuántas veces algún talentoso con la prosa se lució por aquí?
No tiene idea de cuántas veces su blog fue el único puente, la única posibilidad de ayudar a alguien sumido en la tristeza; no es para explicar, pero no importa, lo fue. Había allí unas pocas líneas que, de pronto, no estaban más. No es que eso ocurriera con frecuencia. Quizás era sólo suficiente una vez.
Quien escribe mucho, y publica pierde la dimensión del lugar que tiene entre los que lo leen. No todos son críticos habituales, comentaristas, discutidores, correctores de estilo y otros. Hay otros invisibles para usted.
Y por lo que hasta ahora ha sido, una agradecida.
Para esos lectores invisibles es para los que escribo, María Teresa Valenzuela. Yo no escribo para todo el mundo: solo para aquellos a quienes les interesa lo que escribo. Pero algunos siguen sin enterarse.
EliminarSeñor García Martín, quien escribe y publica lanza al espacio su huella y ya no le pertenece.Sólo aquello que queda en la oscuridad de un cajón evitará ser susceptible de crítica, de análisis, de comentarios. No se sentirá molesto ni tendrá que hacer ninguna limpieza.
EliminarLas interpretaciones de cosas escritas corren por cuenta de quien las lee.Así lo pienso, por ejemplo, cuando leo lo que tal quiso decir en su poesía. Podrá analizar sus recursos, pero lo que quiso decir, interpretar su sentir - a menos que el poeta lo aclare - será una tarea recreativa pero inútil.
En el fondo de esa poesía, lo que no se ve, lo que hay debajo de cada palabra, es sólo de su historia y , diría, hasta aquello que surgió , por un instante, de su inconsciente.
No nos impida , -bah, no a mí que casi nunca participo - leernos, a usted, a todos, y si siente que alguien le falta el respeto, dígaselo, advierta y elimine ese comentario y no haga una barrida total.
Disculpas por errores cometidos en mis comentarios. Móvil y pequeñas letras y cuando he querido editar, desaparece todo lo escrito.
Gracias.Mi afectuoso saludo
Tarde nos llega esa aclaración, Martín, después de años de acaloradas discusiones sobre lo humano y lo divino en las que participaste con aplicación y hasta con ahínco (cosa que encuentro muy plausible). De modo que temas como la deriva del PSOE, el franquismo sociologico, la Monarquia (¡mira que los borbones fueron tema de debate!), Cataluña (un desmadre de tipografía), ahora Venezuela...
ResponderEliminar¿A estas horas venimos con aclaraciones que nos rompen los esquemas, supongo que a casi todos?
Un blog es un blog y este tuyo no se diferencia del resto de los
que promueven escritores y aficionados a la cosa. Tú verás; si eso es lo que quieres adelante con la cizalla: yo me paso al de la familia von Trapppp, que lo suyo está de moda.
Ps - Eres ofensivo hasta en lo nimio, como cuando llamas "ociosos" a personajes de los que desconoces casi todo: ¿qué coño sabrás tú referido a lo que les ocupa, además de garrapatear unos comentarios intranscendentes en tu blog?
Yo tampoco entiendo que después de multitud de debates y polémicas se aclare a estas alturas que este blog sólo pretende la lectura de sus diarios a quienes no viven en Asturias.
EliminarPues eso es lo que pretende este blog, pertinaz F. y despistado Marcos: que aquellos que no compran dominicalmente El Comercio puedan leer mi diario.
EliminarLas ideas de todo el mundo son tan respetables como las mías, pero yo no me meto en casa de nadie (ni en el blog de nadie) para exponerlas a quien ni las ha solicitado ni seguramente le interesan.
Es una explicación indigna de alguien que se tiene por tan inteligente. O así.
EliminarA ver: danos otra más convincente.
PS.- No se despiste la peña: la cosa no va de insultos si o insultos no, sino de si vuelo de Alcatraz bonito o de perdiz rechoncha.
Hay cosas que no tienen enmiendan y don Pertinaz F seguirá erre que erre. Paciencia y barajar.
EliminarPaciencia la tienes, buen Martín, no se te puede negar..., pero la administras mal.
EliminarVenga, que más se perdió en Andalucia.
Salud.
Por desgracia, las cosas no son tan sencillas. Los términos considerados "insultos" en muchos casos tienen una doble vida, una segunda función como descripciones fieles. "Ladrón" es insulto si el receptor de la palabra no roba, pero es mera descripción en caso de que robe. "Desaprensivo" puede ser insultante, pero es descriptivo si apunta a a quien defiende la esclavitud o el ataque armado a civiles.
ResponderEliminarLa Academia trata el insulto como la palabra que ofende o irrita, lo que hoy día resulta demasiado amplio. Depende de lo irritable de cada cual. Seguramente a Adolf Eichmann le irritaba y le ofendía que le llamasen asesino, pero se lo llamaban con todo derecho.
Y hay también una cuestión de estilo. A quien escribe en un tono inane, domesticado, untuoso, frecuentemente le molesta una escritura más incisiva y más vigorosa. Quisiera una sociedad reducida a hablantes inanes. Es bastante turbio todo este asunto del "insulto". Por contra las suplantaciones y las imposturas son mucho más fáciles de liquidar.
Miguel, creo que podría hacerse lo mismo con infinidad de palabras lo que usted hace ahora con la palabra "insulto".Es no sólo entendible lo que usted explica, es obvio.
EliminarEl meollo de la cuestión es ver qué molesta tanto a Martín desde hace un corto tiempo, porque, como ya dije antes, lo leo hace cinco años o poco más y hubo comentarios extensos e intensos, acalorados, pasionales...De eso se trata escribir y opinar. Habría quienes podían sentirse ofendidos; claro, según la interpretación de quien lo leyera o se pusiera el sayo.
¿Cuál es el problema de que se moleste quien tiene un tono o estilo inane, domesticado , como usted menciona, frente a una escritura mordaz, incisiva y vigorosa? Es problema es de quien se molesta, y de nadie más.
Importa su pensamiento, importa lo que trasmite, más allá de retóricas o grandilocuencias.
La explicación del comportamiento de JLGM es muy simple: a él (como él mismo lo dice constantemente) sólo le interesa un tema: él mismo. Que en su blog se hable de otra cosa sencillamente le joroba. Cada vez que en él ha habido una discusión que no le concernía, ha actuado de la misma manera - con diferentes excusas.
ResponderEliminarA JLGM no le divierte ser el "director" de una tribu de comentadores, como lo fue Antonio Muñoz Molina durante años en su blog , en el que se hablaba de sus artículos y sus libros, pero también de otras lecturas, de música, cine, política, viajes o de la actualidad. JLGM es un solitario al que sólo interesa lo que le concierne directamente. Y ello siempre que no se le discutan demasiado sus opiniones o se opine demasiado negativamente sobre sus textos.
Debería cerrar los comentarios de este blog y crear un mail dedicado únicamente a la gente que quiera señalarle las erratas de sus textos.
La explicación de mi comportamiento es muy simple: no escribo para todo el mundo, solo para aquellos a los que les gusta lo que escribo.
ResponderEliminarLa explicación del comportamiento de "Galindo" es más compleja, hace falta haber estudiado psicología para comprenderlo. ¿Con tantas cosas apasionantes como hay para leer en el mundo, cómo se dedica a perder el tiempo con los escritos de alguien que no aprecia lo más mínimo, que solo se dedica a hablar de sí mismo? Masoquismo se llama esa figura.
Vuelva, vuelva al blog de Antonio Muñoz Molina o a cualquier otro más de su gusto. O lea libros o lea El País, pero hágase un favor y no pierda más el tiempo por estos lares.
Se confunde usted totalmente (cosa que me extraña mucho). En sus dos blogs yo busco información literaria, que es lo que me interesa. Y si le leo desde hace muchos años es porque me parece interesante lo que usted escribe (no todo, claro). Creo que es usted uno de los pocos escritores españoles que habla sin pelos en la lengua y que es totalmente libre, cosa rarísima en España.
EliminarCasi nunca hago comentarios, porque sé que a usted le importan menos aún que a mí sus opiniones políticas o sus sofismas sobre la monarquía o sobre Cataluña. Casi nunca le señalo las erratas a pesar de ver muchas siempre (deformación profesional), por pereza y porque con su manía de querer hacerse el antipático da usted una excelente excusa para no hacerlo, que a mí personalmente me quita la culpabilidad (siempre me digo que señalar las erratas sería pagar un poco el provecho de leerle, pero a continuación me digo también que a causa de su antipatía con sus lectores, usted no lo merece - y me quedo tan tranquilo). A veces, como estos días con Marcos, me divierte destriparle el juego a algún "genio incomprendido" que va a los blogs a dar lecciones de literatura, ética, élegancia moral o de lucidez vital. Pero es muy raro, ejemplares como él escasean tanto como los críticos literarios españoles totalmente independientes.
El reproche mayor que yo le hago es que, leyendo tanto como usted lee y teniendo acceso a tantas novedades editoriales, no hable aquí más de literatura, sobre todo contemporánea, e incluso de la suya propia (publicando poemas y aforismos - cosa que antes hacía usted más). Dentro de 100 años, lo que más interesará a los lectores del siglo XXI en sus Diarios, no son sus opiniones políticas, que sólo comprenderán los historiadores, sino las literarias.
Leo los veinticuatro comentarios y experimento una profunda sensación de vergüenza propia y ajena. Al terminar, alargo la vista y descubro entre mis apreciados vinilos la Patética, de Chaikovski. La tarde se está poniendo fea por culpa de unas crestas azabaches que van anunciando lluvia. Me levantaré del sillon y pondré en marcha el Lenco. Siempre me sentó muy bien la musica.
ResponderEliminarHay un par de opiniones de Galindo que hacen muy poca justicia a García Martín. Una es que "sólo le interesa un tema: él mismo". No es así, en el blog hemos visto tratar de literatura, de biografías, de viajes, de ciudades literarias, de política, de películas, de premios literarios y del mundo editorial. Un abanico ciertamente amplio.
ResponderEliminarEn la misma línea: "Que en su blog se hable de otra cosa sencillamente le joroba". Pues si le joroba, lo viene disimulando bastante bien. Ha hecho gala de una tolerancia infatigable respecto a una amplísima dispersión de temas sacados por los lectores.
No es cierto que "JLGM es un solitario al que sólo interesa lo que le concierne directamente". Solitario o acompañado temporalmente (de eso nos habla a veces), a García Martín no le falta un punto de vista sobre nada que sea de actualidad, sean las redes sociales, la corrupción o la monarquía. Siempre con sentido didáctico, formativo. Por eso el blog interesa a muchos y trasciende la literatura.
Es "abjurar".
ResponderEliminarQue no nos quiten España. Es la única región, zona o área del planeta a la que permitimos que nos haga sombra. Tal es su personalidad, que no nos importa que ella se imponga a la nuestra. Con España somos españoles. Con el resto del mundo somos nosotros impregnados de nuestra españolidad. Hay toda una diferencia. ¿ No es cierto ?
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