domingo, 3 de septiembre de 2017

Acción de gracias: La historia continúa


Domingo, 27 de agosto
CÓMPLICES INVOLUNTARIOS

¿Se aprende algo con la edad? Yo, cosas un tanto deprimentes como que, cuando uno pretende tener razón frente al resto del mundo (mi deporte favorito), casi siempre está equivocado.
            Pero, a pesar de todo, mientras leo esta mañana los periódicos en mi cafetería habitual, no puedo dejar de pensar que quienes llevaron ayer al jefe del Estado a Barcelona le hicieron, con la mejor de las intenciones sin duda (no creo que los independentistas tengan ningún infiltrado en la Casa Real), una mala jugada. ¿Qué hace el rey encabezando una manifestación, expuesto a ser abucheado, a compartir cámara con pancartas ofensivas? ¿Necesita el rey de España demostrar que está en contra del terrorismo? ¿No bastaba una visita de condolencia a las víctimas?
            Pero, en fin, doctores tiene la Santa Madre Iglesia (o la Santa Madre Constitución) que sabrán lo que hacen. Quién soy yo para llevarles la contraria.
            No voy a comentar, ¿para qué?, el júbilo con que, según dejó constancia un informativo de Al Jazira, se siguió en las covachuelas sirias del Estado Islámico la manifestación barcelonesa. Ellos sí que no tenían miedo. Lo que había sido un fracaso –se pretendían cientos de muertos en varios atentados simultáneos– se convirtió en triunfo, en un acontecimiento de resonancia mundial, gracias a las multitudinarias protestas.
            ¿Creerá alguien de verdad que el que las autoridades y la gente común se manifiesten contra los atentados disminuye el riesgo de que se repitan?
            Lo disminuye la acción policial y las medidas preventivas adecuadas. El resto es echar leña al fuego.
            ¿No han oído hablar de Eróstrato, el personaje griego que quería hacerse famoso a toda costa y para eso quemó el templo de Diana en Ëfeso? Los fanáticos de la yihad quieren inmolarse, como Eróstrato, logrando la mayor repercusión posible. Y para ello no les falta ayuda. Esos que organizan multitudinarias manifestaciones, esos que hacen “arder” las redes con sus repulsas, son, lo quieran o no, sus cómplices: sin ellos no serían más que unos criminales detenidos o abatidos por la policía. ¿Qué mayor regalo para un adolescente fanático y con sueños de gloria que ocupar las primeras páginas de los periódicos con su acción suicida, que trastocar el día a día de un país, que perdurar como un héroe en la memoria de los suyos?
            Estas cosas pienso yo, mientras leo los periódicos en la apacible mañana dominical y tomo un café en el Fontán con Cristian y el pequeño Martín, pero el resto de mis compatriotas, de derechas o de izquierda, piensa –con las vísceras, no con la cabeza– algo muy distinto.
            Seguro que estoy equivocado (no voy a ser yo la única persona con sentido común), pero no lo creo.


Lunes, 28 de agosto
VACACIONES NO, POR FAVOR

“¿Cómo te puede gustar el verano de Asturias si en Asturias no hay verano?”, me reprocha mi amigo José Luis Piquero.
            Sonrío. Ya sé que hay gente, aunque parezca increíble, que disfrutan aletargándose al sol como los lagartos. Yo prefiero los lugares donde es posible la vida inteligente durante todo el año (y sin necesidad de aire acondicionado). Oviedo, por ejemplo. O Gijón. O Avilés.
            ¿Dónde has ido este año de vacaciones?, me suelen preguntar a finales de agosto Al mismo lugar que todos los años: a ninguna parte. Mis viajes son siempre de trabajo (claro que mi trabajo es dejar constancia en verso y prosa del enigma inagotable del mundo). Yo, cuando quiero descansar, me quedo en casa.


Martes, 29 de agosto
ORACIÓN

Cada vez anochece más temprano y ese simple hecho, al que debería uno estar acostumbrado, me llena de melancolía. Camino por calles apartadas, al margen de la rutina, me cruzo con desconocidos, me vuelven de nuevo los fantasmas de la adolescencia. Uno de esos fantasmas me saluda con tímida cortesía y me sugiere que le acompañe. Lo que ocurrió después ya lo he contado muchas veces, demasiadas, y resulta fácil de adivinar.
            De camino a casa, recordé un poema de Carver: “A la edad que tú tienes, / casi toda la gente que admiras ya había muerto; / a la edad que tú tienes / ser un superviviente es un milagro / (como a cualquier edad, por otra parte) / y dormir como tú duermes, / de un tirón la noche entera /  casi todas las noches, un milagro aún mayor. / Agradéceselo a un Dios desconocido / y que tal vez no existe, / pero que siempre te ha mirado con amor, / pídele que siga sosteniéndote, / alto sobre el abismo, / por algún tiempo más / con su mano de ausencia y niebla y nada”.


Miércoles, 30 de agosto
NO PIENSO DECIR NADA

––¿Qué te parece la idea de que dentro de un mes tengamos ya república en Cataluña? ¡Quién nos lo iba a decir ayer mismo, en tiempos de Zapatero! Pero unos se quedan quietos y otros van cada vez más de prisa. Estoy deseando que dejes de contar historias de Sherlock Holmes y vuelvas a meterte en harina y a hablar de lo que pasa en la calle.
            ––Sobre Cataluña no pienso decir nada. Se lo he prometido a una amiga que vive allí. Y yo, como no soy político, cumplo siempre lo que prometo.
            ––Pues sigue con Sherlock y las historias de fantasmas y manuscritos perdidos, ya verás con cuántos lectores te vas a quedar.
            ––Opinión tengo sobre el asunto catalán, como todo el mundo, y hasta alguna posible solución, pero ya hay bastantes opiniones. Lo que me gustaría tener es capacidad de decisión o de influencia. Como no la tengo, ni la tendré jamás, lo mejor es no contribuir a la confusión. Por eso me limito a mirar los toros desde la barrera (qué remedio), impaciente por ver cómo acaba una historia en manos de otros, no en las mías..
            –-¿Y no temes, para continuar con la metáfora, que uno de esos toros se salte la barrera y te lleve por delante junto a algunos espectadores más?
            ––Es un riesgo que hay que correr. Yo me limito a mirar y a callar y a votar cuando me dejan. Y espero poder aplaudir al final de la faena.
            ––¿Y no nos piensas decir a cuál de los dos contrincantes te gustaría aplaudir?
            ––Al toro, por supuesto.
           


Jueves, 31 de agosto
NO HABLAR NUNCA DE UNO MISMO
           
Subrayo una frase en el diario de los Goncourt: “No hablar nunca de uno mismo a los demás y siempre hablarles a ellos de sí mismos, en eso consiste el arte de agradar. Todos lo saben y todos lo olvidan”.
            Yo, el primero. Pero lo mío no es el arte de agradar, sino más bien el de tocar las narices y no dejar a nadie indiferente. Me divierte más. Y conozco un medio infalible para ello.



Viernes, 1 de septiembre
DE CHARLA EN LA COCINA

Me gustan las historias de fantasmas, no lo voy a negar. Y a los fantasmas parezco gustarles yo, siempre estoy rodeado de ellos. Vivir solo es lo que tiene, que casi nunca está uno solo.
            Ayer me desperté un poco después de media noche. No tenía ganas de volverme a dormir. Me levanté, fui a la cocina, me preparé un té y me puse a escuchar música, muy suave. Llamaron entonces a la puerta. No con el timbre, con los nudillos. Pensé que había oído mal, que era un ruido en algún otro piso. Pero volvieron a insistir. Intrigado, miré por la mirilla. No había nadie. En ese mismo momento, llamaron de nuevo. Sin pensarlo dos veces, descorrí los cerrojos y abrí la puerta. Me quedé a la espera, sin temor y sin sorpresa, como en un sueño. Un rato de silencio y luego dije:
            ––Si eres un fantasma, ¿para qué necesitas que te abra la puerta?”
            ––No soy un fantasma, solo soy invisible.
            La voz me era familiar, me hacía sentirme cómodo. Volví a la cocina, serví otro té y con un gesto la invité a sentarse frente a mí.
            ––¿Te gusta Bach o prefieres que ponga otra cosa?
            ––¿Por qué no te has casado? No es bueno que el hombre esté solo.
            ––¡Yo no estoy solo!
            ––No puedes dormir. Algo te pasa.
            ––Que no tengo sueño.
            ––¿Y crees que has cumplido ya todos tus sueños?
            ––Casi todos, pero afortunadamente no todos.
            ––No has tenido hijos.
            ––Pero he escrito libros y plantado árboles.
            ––No es lo mismo.
            ––No, es mejor.
            ––No has hecho feliz a ninguna mujer.
            ––Ni a ningún hombre.
            ––No has sido feliz.
            ––Todos los días lo soy, al menos durante un rato.
            ––Te aterra la vejez.
            ––No demasiado, más bien me intriga.
            ––Te asusta el olvido.
            ––No creas, estoy acostumbrado a que nadie me haga caso. Pero bebe tu té, se está enfriando.
            ––Me gustan las cosas frías. No olvides que estoy muerta. ¿Vas a llorar ahora? Con lo a gusto que estábamos aquí los dos solos, charlando de tus cosas.
            ––No lloro, se me ha metido algo en un ojo.
            ––Te dejo. Ya sé que no te gusta que te vean llorar. Que nunca muestras tus sentimientos en público, aunque te pases la vida hablando de ti mismo. Te gusta fingir, decir lo contrario de lo que piensas.
            ––O decir lo que pienso para que todo el mundo piense que pienso lo contrario de lo que digo. Es lo bueno que tiene tener fama de irónico, que se puede mentir con la verdad.
            ––No le digas a nadie que me has visto o que no me has visto, pero has hablado conmigo.
            ––¿Y qué más da que lo diga o no si todos van a pensar que lo he inventado?
            ––Habla de política, que es más interesante. ¿Es cierto que en el reino de España pronto va a brotar una república? Lo malo de estar muerta es que al otro mundo los periódicos llegan con mucho retraso y el Wifi falla continuamente. Disfruta tú que todavía puedes con ese folletón. Y no llores, hijo mío.


48 comentarios:

  1. Hay una cosa en la que estoy de acuerdo y otra que no. Estoy de acuerdo en que algunos deberían haber previsto que había encerrona, y por tanto el rey allí sobraba. Pero la manifestación era necesaria. Este tipo de actos funcionan como expresión del duelo, como catarsis colectiva, como digno de solidaridad con las víctimas y sus víctimas. Acompaña. No importa que en las covachuelas lo celebren. Lo iban a celebrar igual porque titulares del atentado no iban a faltarles. Pero que también vean titulares de que la gente no se acojona, no se encierra en sus casas muerta de miedo. ¿Por qué se hacen actos públicos de solidaridad incluso contra enemigos tan invisibles como el SIDA? Por lo que te he dicho. Y por eso era tan importante que la manifestación tratara sólo de las víctimas. Qué pena que algunos aprovecharan para hacerse la foto y llevar a primer plano su causa política.
    (Del verano no te digo nada: ¿para qué hablar de lo que no existió?)

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    1. El Sida, durante muchos años, fue visto como un castigo, una enfermedad propia de quienes se dedicaban a "la mala vida" (drogadictos y homosexuales). Salir a la calle, solidarizarse con las víctimas, evitar que fueran estigmatizadas, cumplía una función.
      En el caso del atentado terrorista de Barcelona, nadie dejó de solidarizarse con las víctimas, nadie defendió a los asesinos (alqo que, como tú sabes bien, ocurrió con atentados de otro tipo). Esa manifestación sobraba (o habría tenido sentido en Siria o quizá en Arabia Saudí, encabezada por el anterior jefe del Estado y sus amigos árabes) y no se hizo para manifestar ninguna solidaridad (para eso, tras el funeral, se da el pésame a las familias de los fallecidos y se visita a los heridos en los hospitales), sino con una intención política por parte de todos los organizadores: los que llevaron al Jefe del Estado (que no está para eso) y los de las pancartas sobre Arabia Saudí. Si sobran banderas, sobran todas; si no sobran, que cada uno lleve aquella con la que se identifique.
      Termino con mi cita evangélica preferida en estos momentos: es más fácil ver la paja nacionalista en el ojo ajeno que la viga nacionalista en el propio. Dicho con todos los respetos.
      ¡Y viva el verano de Asturias con su fresco aire acondicionado completamente natural y ecológico y con su benéfica lluvia que nos evita la masificación turística!

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    2. La misma función cumplen estas marchas que las del SIDA: demostrar talante, valentía, unión, que no va a ser tan fácil, etc. Como he dicho, cumplen una función catártica y sentimental necesaria. Y, sobre todo, que los únicos titulares que vean los terroristas (que los ven) no sean de la masacre que causaron sino de la respuesta que provocaron.
      De las banderas, ya paso. Yo no hubiera llevado ninguna. Pero si la gente quería llevarlas igual de bien me parecen la española, la catalana, la estelada o cualquier otra. Lo que no me gustó fue la utilización como plataforma visible para la causa soberanista. No es equiparable a que estuviera Rajoy (también estaba Puigdemont). En este caso sólo algunos fueron a hacer propaganda. Y cuidado con las vigas, que tú tienes una que no te deja ver del todo bien algunas cosas.

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    3. Amigo Piquero, qué mal me explico o qué manera tan diversa tenemos de ver la realidad. ¿De verdad crees que a los terroristas de la yihad les molesta el efecto que causan en la sociedad sus crímenes? ¿Crees que les molesta que cuatro adolescentes, un imán y unas bombonas de butano (o una furgoneta) puedan sacar un país a la calle, acentuar la islamofobia (el islám moderado es su mayor enemigo), etc., etc.? ¿No crees que es precisamente eso lo que buscan? Pero si de verdad lo crees así (y no es solo por pretender "sostenella y no enmendalla") que Santa Lucía te conserve la vista.

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    4. Don José Luis, estoy de acuerdo con estas palabras suyas:
      "Esos que organizan multitudinarias manifestaciones, esos que hacen “arder” las redes con sus repulsas, son, lo quieran o no, sus cómplices: sin ellos no serían más que unos criminales detenidos o abatidos por la policía."
      De multitudinarias manifestaciones puedo hablar. Estuve en la marcha del silencio 18F por el fiscal Nisman. Nada, todavía sobre ese asesinato. Creo que lo fue.
      Dejé de ir a las manifestaciones, como lo hacía siendo joven, hasta que vi. ¿Qué vi? Infiltrados, siempre...Rompen todo, queman, roban comercios. Destruyen la ciudad, los edificios y arrojan molotov o piedras a cualquiera. Encapuchados. Lo ví con mis propios ojos..Que no me la cuenten ya, a esta altura. En estos últimos acontecimientos por la aparición con vida de Santiago Maldonado estuvieron dos amigos,una mujer y un hombre. El, periodista de vocación, con experiencia en distintos medios y ahora , escritor; ella, una acompañante con convicciones. Lo que me contaron, lo conozco,lo vi durante muchos años, y muchas manifestaciones. Hoy, con las cámaras en vivo y en directo de distintos medios uno puede ver bastante. Lo suficiente para comprobar cómo venden lo que quieren y cuentan lo que quieren.
      Aclaro que quiero que sobre Maldonado se sepa toda la verdad y, sobre todo, que aparezca con vida.Como también quiero saber qué pasó con los 5.429 desaparecidos desde 2003. No olvidar a Jorge Julio López...
      Es probable que me tilden de "derechas" no lo soy. Soy de la derecha del voto, la Democracia y el respeto a la Constitución.Esa es mi "derecha".
      Creo que uno debe tener una conducta en todas las áreas de la vida; la honestidad, los valores, los códigos, la ética no sólo deben ser una bandera social y política, hay que empezar por cumplirla desde lo personal. Ese "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago", es una de las hipocresías más graves que alimentan la corrupción. La democracia nos da el poder del voto. Y luego, te guste o no, a respetar y a exigirle a quien elegiste que cumpla.
      Es sumamente complejo analizar en profundidad lo que sucede en un país, y hablo del mío. Hay intereses, conveniencias, pactos, "te doy y me das"," vos me das el voto para esto y yo te lo doy para..."
      Por sobre la ignorancia, por sobre los intereses de poderosos, debe prevalecer el respeto al voto de los ciudadanos.Y si el elegido no respeta, se lo saca en la próxima elección. No me voy a extender porque no es mi in terés hacer análisis de los partidos políticos, de los que gobernaron este país. La idea ya la tengo y bien pagada, con sacrificio, lucha y lágrimas.
      Le dejo una nota que leí y que tiene que ver con manifestaciones y que relata lo que mis amigos vivieron y me contaron.
      http://www.infobae.com/politica/2017/09/04/rompan-todo-pero-lleven-el-documento-correcto/
      Mi saludo cariñoso. Gracias

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  2. Qué buen gusto tiene usted, ponerle Bach a su fantasma.

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  3. Don José Luis, esa Oración de Carver no la conocía. Cuando la leí, me la dediqué; llega en un momento especial en mi vida.
    De tantas que conozco y de las que pudiese haber buscado, ninguna tan apropiada para mí.
    Mi saludo cariñoso. Gracias.

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  4. Higgins dijo...
    Ahora, tras una desgracia que nos cae cerca, se viene imponiendo la borreguil costumbre de cubrir el pavimento de de velitas y de flores, a la par que algún iluminado (por lo general iluminada) se sienta en el suelo y adopta la postura del loto con la mirada perdida en el infinito... Pienso que es una muestra más de mimetismo y de la falta de criterio de mucha gente, adormecida y vapuleada por los medios de información de masas, que divulgan e imponen maneras de "estar" en este mundo.
    Ese despendole lacrimógeno de cera, de cirios tan selectivos (malicio que no se iba a dar de no existir los telediarios), habla de la superficialidad sensiblera de tantos, porque existen ausencias clamorosas en otros duelos y eventos desgraciados, pese a que una ética consistente y sin demasiadas grietas hubiese exigido la misma o mayor concurrencia. Sin ir más lejos, la cruel muerte de siete mujeres africanas que perecieron ahogadas a pocos metros de la playa de Melilla, porque había que repelerlas, obedeciendo consignas de gente que vive muy bien, merecería algunas gabarras cuajadas de flores y de cera de abeja rifeña: los espigones del puerto, un ascua de luz.
    Y así, lo mismo con las mareas intermitentes de cadáveres que varan en la costa norte del Mediterráneo. Pero, como dice el bolero aquel, la distancia es el olvido; el vigor de la respuesta dolorida es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia de nuestra adocenada persona. Y, digan lo que digan, no es lo mismo que muera un anglosajón que un mantero mauritano.
    Tapiz de velas en la Rambla, olvido indiferente en Lampedusa. Bobos todos.

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    1. Supongo que Higgins no acude únicamente a los entierros de sus familiares y amigos sino a entierros de desconocidos en la otra punta de España.

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    2. Tan desconocidos de los barceloneses eran los alemanes que murieron en la Rambla como las "negras" que perecieron en Melilla. Kid Piquero debiera entender de ciertas sutilezas que no se cultivan en los gimnasios.
      Cierto que Higgins no viaja a los entierros de la otra punta pero tampoco pone candelas a los desconocidos que mueren cerca. Higgins entiende de la proporción debida entre las cosas.

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  5. ¿Está usted seguro, señor García Martín, de que el poema citado es de Carver?

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  6. Seguro, seguro... Pero siempre que se ha publicado se le ha atribuido a Carver. De eso sí que estoy completamente seguro.

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    1. O sea, que siempre que lo ha publicado usted se lo ha atribuido a Carver.

      (¿No tiene usted el proyecto de publicar una "antología" de sus poemas y aforismos publicados como si fueran de otros?).

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    2. 1. Yo no he dicho eso.
      2. También hay versos y fragmentos de otros publicados como si fueran míos. Mi gran ilusión es que algún día un minucioso erudito los identifique en nota a pie de página.

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    3. 1.- No, claro, eso no lo ha dicho usted. Eso lo he dicho yo. Pero ¿usted lo confirma o no?

      2.- Eso ya es más clásico. Y ya no hacen falta minuciosos eruditos para identificar los versos y fragmentos ajenos en una obra. Los programas anti-plagio (privados o públicos) que utilizan las universidades cada día son más eficaces. Y Google tiene el proyecto de digitalizar todos los libros publicados en el mundo (ya ha escaneado millones). El día que todo lo publiado esté en una base de datos, nada más fácil que encontrar citas ocultas y plagios.

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    4. 1.- Confirmo que no lo he dicho yo, sino usted.
      2. No tan fácil. ¿Pasar los miles y miles de páginas que yo he escrito por Google? No es precisamente tarea de una tarde. ¿Y qué ocurre si se trata de traducciones propias o de citas de memoria con abundantes variaciones? Mejor seguir confiando en la memoria y buscar solo (si hace falta) aquello que nos suene. La memoria del lector sigue siento insustituible, como en tiempos de Cervantes. Lo otro son solo ayudas o remediavagos.

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    5. 1.- En cualquier caso, para mí está claro de quién es el poema.

      2.- Conoce usted mal la tecnología, don José Luis. Google lleva años escaneado libros con máquinas que lo hacen automáticamente. Hoy cuando se busca en internet una cita aparece con frencuencia dentro de un libro escaneado por Google. Hay además bibliotecas, universidades y empresas privadas que lo hacen. Y además cada día hay más libros en venta en versión ebook, clasicos y modernos (en Amazon se podían comprar a finales del año pasado más de 5 millones). No cabe la menor duda de que muy pronto todos los libros (los suyos incluidos, cuando les llegue el turno en la Biblioteca Nacional de España) se hallarán en una gigantesca base de datos en la que los potentes algoritmos de los programas anti-plagio, que mejoran cada año, encontrarán todo lo que buscan. Y no sólo los libros, sino la prensa también. El mundo entero (no sólo la literatura) se está digitalizando a una velocidad vertiginosa.

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    6. Je, je, je, señor Sebastien. Me gusta mucho que alguien quiera dársela de listillo (yo lo hago con frecuencia). Para encontrar al instante lo que se busca lo primero que resulta necesario es saber lo que se busca. Es posible que algún día todos los libros del mundo estén digitalizados (falta para eso bastante más de lo que algunos piensan), pero no por ello será fácil averiguar qué citas ocultas hay en mis libros. Llevará su tiempo. Y no olvide que las máquinas son muy literales y si uno ha cambiado una palabra por otra (que más o menos significa lo mismo) la máquina no la reconoce, pero sí cualquier lector informado. En fin, que para que una cita aparezca en un libro escaneado por Google hace falta encontrar primero esa cita y eso supone ya (como en tiempos de Cervantes) la memoria del lector: si un verso nos suena a Blas de Otero, podemos averiguar si está o no en Blas de Otero. Pero ¿y si no nos suena por qué no hemos leído a Blas de Otero? En fin, que la digitalización supone la ayuda que supone, pero no más.

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    7. Don José Luis, comparto. Lo he puesto a prueba a Google, muchas veces. Como realizo tareas de investigación he usado el buscador y puede aportar algo; no es tan sencillo eso de la digitalización. Una palabra cambiada, por traducción, o ediciones diferentes de un mismo texto, falla la búsqueda. Se necesita al lector informado, con conocimientos y sus propios recursos. La tecnología aporta una ayuda, nada más.
      Y haciendo un recorrido por lecturas de ciencia ficción,menos mal que " Farenheit 451" es el resultado de la imaginación de Bradbury.
      Mi saludo cariñoso.
      Gracias

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    8. Basta buscar un poco en internet para aprender que Google, desde el año 2004, ha escaneado más de 100 millones de libros de 35 000 editores de más de 100 países y en 400 lenguas. En sólo 13 años.

      En cuanto a los programas anti-plagios, que se multiplican y mejoran de forma exponencial, creo que no se da cuenta usted de su sofisticación. De uno de ellos, dice su autor: "Coremo ha sido designado como el software más rápido en la detección del plagio más complejo, aquel que detecta el parafraseo (reescribir, traducciones o resúmenes) sobre el texto original. Coremo funciona tratando de convertir los documentos en «n-gramas contextuales». Esto es [...] «raíces de palabras muy cercanas en su contexto. Si se repiten muchas de esas agrupaciones, la coincidencia no es casual». [...] El programa está preparado para analizar traducciones (en español, inglés, alemán y francés, además de una reciente experimentación con el hindú) y pasos de activa a pasiva. El sistema tiene una precisión
      certificada del 92%, detecta al 100% el plagio literal y alcanza una cobertura del 75% en el plagio total de la red en sus modalidades más complejas."

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    9. Qué cosas, Sebastien. Busque la citas implícitas en mis textos (que es de lo que hablábamos, no si de un alumno copia un trabajo de la Wikipedia) y luego hablamos. Utilice los más sofisticados medios que conozca. Utilícelos y luego me dice. No se debe uno creer todo lo que lee. Y que Google digitalice todos los libros que quiera. ¿Sabe cuántos se publican al año? Sospecho que siempre tendrá libros sin digitalizar, por mucho que se dedique a ello. Un primer ejercicio. ¿En qué verso de un poema mío repito otro de Blas de Otero? ¿Y en cuál otro de Villamediana? Esa es la prueba de la verdad y no lo que lea por ahí sobre que "hoy las ciencias adelantan una barbaridad".

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    10. Sigo pensando que lo suyo no es la tecnología, señor García Martín.

      En 2010 Google calculó que había en el mundo casi 130 millones de libros únicos. Y según la UNESCO se publican cada año 2,2 millones de libros (contando las reediciones). Si Google no los ha digitalizado ya todos (puesto que puede digitalizar hasta 10 millones al año) es por problemas de derechos, porque algunos editores y algunas bibliotecas se han negado a ello.

      La tecnología para hacer una gigantesca base de datos de todos los libros que se conservan y de todos los que se publican cada año no sólo existe desde hace años sino que es bastante superior a la producción de libros en el mundo. Hace mucho tiempo ya que las posibilidades de la informática han superado los límites humanos. Los algoritmos que funcionan hoy en internet, para hacer un retrato comercial de cada uno de los utilizadores de la red (lo cual significa que TODO lo que cada uno hace en internet se conserva en bases de datos) o los que utiliza la industria financiera, son infinitamente más complejos que los que se necesitan para encontrar plagios en un texto.

      Y no estamos más que en el comienzo de internet (que sólo tiene 20 años) y en los albores de la inteligencia artificial. Dentro de otros 50 años los algoritmos harán cosas inimaginales hoy, como en 1967 era imposible concebir que un día hubiera internet o que existieran libros electrónicos y sitios piratas hispanohablantes donde se pueden bajar gratuitamente más de 115.000 ebooks en español. ¿Quién hubiera podido imaginar que en un disco duro externo de 1 Go, que vale 50 euros, se pueden almacenar más de 100.000 ebooks disponibles inmediatamente con 2 o 3 clics de ratón?

      En cuanto a los ejercicios de búsqueda que usted propone, ha olvidado adjuntar el dinero que cuestan las consultas en los mejores sitios.

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    11. ¿Quién será este Sebastien? Los psicólogos pueden encontrar en él un perfecto ejemplo de lo que se llama "sesgo de confirmación": aceptamos de inmediato la información que confirma nuestros prejuicios y olvidamos rápido la que los contradice.
      Solo dos observaciones: si ahora Google no puede digitalizar todos los libros por problemas de derechos, ¿quién le asegura que podrá hacerlo en el futuro? ¿Desaparecerán los derechos de autor?
      Segunda: que hace cincuenta años no nos pudiéramos imaginar realidades que ahora sean cotidianas, no quiere decir que cualquier cosa que imaginemos ahora será realidad dentro de cincuenta años. Ocurre más bien lo contrario: hay muchos futuros imaginados que hoy nos hace reír.
      Y el final es también una forma de salirse por la tangente que estudian lo psicólogos. Diga dónde va a llevar todos mis libros de poemas (digitalizados o no) para encontrar el verso mío que copia otro de Blas de Otero y cuánto le costaría la consulta. Luego hablaremos de los gastos.

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    12. No le entiendo muy bien, don José Luis: ¿por qué llama usted a informaciones objetivas, a hechos reales que cualquiera puede encontrar en internet "mis prejuicios"? ¿Los comunicados de Google sobre los libros que ha digitilizado o los de la UNESCO sobre los libros publicados son prejuicios míos?

      ¿Y qué es lo que contradice esas informaciones? ¿La información que yo también doy de que Google tiene problemas de derechos con algunas editoriales o bibliotecas? El asunto de los derechos de autor, que es un problema muy complejo, Google lleva años negociándolo con los estados y las instituciones. Y no cabe duda de que un día se llegará a un acuerdo global, puesto que no es más que una cuestión de dinero, de reparto de beneficios.

      Su segunda observació, no sé muy bien por qué la hace usted, puesto que yo hablo de cosas que existen ya, que se aplican ya, que funcionan ya.

      En cuanto al test que usted quiere hacer con sus libros, habría que saber si Google los ha digitalizado ya (habría que buscar con "Búsqueda avanzada" una frase de cada uno de ellos). Y luego hay que abonarse a uno de los grandes sitios de plagios que usan las universidades para hacer el test. Esos sitios, que son muy caros, no están hechos para los particulares, sino para las instituciones. Pregunte en su universidad si utilizan alguno para controlar los posibles plagios de las tesis doctorales por ejemplo y si es el caso, haga el test usted mismo o deme los códigos que me permitan utilizar el sitio para hacerlo yo.

      En cuanto al fondo del asunto, que un día toda la literatura estará en una base de datos y que se podrán encontrar inclusos los plagios más indirectos, eso es algo indiscutible. Se lo repito una vez más: la informática hace ya cosas muchísimo más complicadas.¿Sabe usted, por ejemplo, que todos los mensajes que ha escrito usted desde el primer día que entró en internet hasta los de hoy están grabados e identificados como suyos gracias al IP de las conexiones que ha usado usted? Incluso si publica usted un comentario anónimo en un blog la gente que se ocupa de las grandes bases de datos sabe que es de usted, puesto que el IP es el mismo que ya han identificado en su blog o en sus correos electrónicos. Lo cual significa que un día no sólo se conocerán sus plagios sino también todas sus actuaciones secretas en internet.

      Los de usted y los de todos.

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    13. Sebastien... eres tú!

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    14. Qué cosas, Sebastien. Cómo aprende uno el funcionamiento de la mente humana leyendo sus comentarios. Y lo más divertido es que no es el único que se cree a pie juntillas los artículos de divulgación (los hay que dicen incluso que, con la física cuántica, pronto podremos viajar en el tiempo y estar en dos sitios a la vez). Se ve que nunca ha utilizado Internet para realizar una investigación literaria ni nada por el estilo. Yo le he propuesto una sencillita. Yo la practico todos los días. Encuentro un verso que me recuerda a otro (en Blas de Otero o en Guillermo Carnero) y para comprobarlo lo pongo en el buscador de Google y así dar con la cita implícita (lo de "plagio" es una palabra que requiere muchas precisiones). Es un recurso muy frecuente en la poesía contemporánea jugar con la memoria literaria del lector. Eso, de momento, no lo puede hacer un cualquiera con un programa adecuado. Se necesita la inteligencia y la memoria humana. ¿Dentro de cincuenta años lo podrá hacer? No sé, ya veremos entonces.
      Usted me recuerda a aquel amigo mío que le aconsejaba a su hijo no seguir los estudios de Traducción e Interpretación porque ya hay traductores automáticos y dentro de muy poco no serán necesarios ni traductores ni intérprete: digitatizamos "Guerra y paz", la pasamos por el traductor automático y nos aparecen las ochocientas páginas en la lengua que deseemos.
      En fin, que le dejo con sus certezas. Afortunadamente para usted, como es muy caro ponerlas a prueba, no se desengañará nunca.

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    15. O sea que para usted la realidad actual, el hecho de que hace años que todas las universidades utilizan sitios anti-plagios para verificar la origininalidad de las tesis de sus alumnos y la empresa gigantesca de Google de digitalizar los menos de 150 millones de libros únicos que hay en el mundo, en la que ha gastado cientos de millones de dólares en 13 años, sólo son historias de "artículos de divulgación".

      Y me pone usted como prueba de ello que usted no encuentra las citas que busca con una Búsqueda Sencilla en Google (¿ha intentado usted hacerlo utilizando todos los recursos de su Búsqueda Avanzada? ¿O con programas específicos que hay para ello, como motores de búsqueda mucho más perfeccionados que Google o con metabuscadores que buscan la información simultáneamente en distintos motores de búsqueda?).

      Veo que conoce usted mal la informática en general e internet en particular (lo cual es normal, dado que no es su especialidad) y que a pesar de ello discute usted sobre sus posibilidades inimaginables (cosa también normal, puesto que reconoce usted con frecuencia que le gusta discutir por discutir). Por todo ello, mejor dejar la discusión aquí.

      PS
      En uno de mis mensajes anteriores, en la frase "¿Quién hubiera podido imaginar que en un disco duro externo de 1 Go, que vale 50 euros, se pueden almacenar más de 100.000 ebooks disponibles inmediatamente con 2 o 3 clics de ratón?", hay una errata. Se trata de discos duros de 1 To, claro (1000 Go).

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    16. Tengo mucha paciencia y confío en la inteligencia de mis ocasionales lectores, así que repito los argumentos. Los plagios en un trabajo científico (en una tesis doctoral) nada tienen que ver con que Catulo utilice un verso de Safo o Garcilaso otro de Virgilio (sin indicar autoría). Es a esto segundo a lo que yo me refería. Porque sería insultar la inteligencia de Sebastien dar por sentado que él ha entendido que yo, en mis estudios literarios, utilizo párrafos de los estudios de otros autores sin indicar procedencia (para eso están preparados los mecanismos antiplagios en la universidad). Y tampoco se me ocurre pensar que no ha entendido nada de lo que he dicho, sino que yo me he explicado mal, cuando dice que yo no encuentro las citas en Google porque utilizo la Búsqueda sencilla en lugar de la Búsqueda avanzada. Qué cosas. Lo que yo digo (no se entera porque no lee poesía) es que, para saber que un verso concreto de un determinado poeta repite el de otro poeta, primero, gracias a mi memoria lectora, tengo que individualizar ese verso. Que poner en el buscador la obra completa poética de Celaya (más de cien mil versos) para averiguar que en uno de los primeros poemas utilizó (sin citarlo, y como homenaje, no como plagio) un verso de Jorge Guillén no es empresa factible, aunque seguramente posible con un equipo de investigadores trabajando a tiempo completo no sé durante cuánto tiempo. Eso es todo. El que quiera entender, que entienda. Y el que no, pues que siga pensando que es un atraso (y una chifladura de las editoriales) pagar a los traductores para publicar la nueva novela de Paul Auster, por citar un ejemplo, como si no existiera el traductor automático de Google. Informe, informe, señor Sebastien, a Anagrama, Planeta y Alfaguara. Con sus conocimientos de informática les va a hacer ahorrarse mucho dinero.

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    17. Creo que no hay nada que hacer. Además de ser de generaciones y culturas diferentes el acuerdo es imposible porque usted se empeña en hablar de temas de los que yo no he tratado en absoluto (la traducción automática, por ejemplo) y en no responder a mis argumentos. Además no comprende que para un ordenador plagio o utilización de un verso ajeno es exactamente igual. Si se meten en un ordenador los más de 100.000 versos de Celaya (un 10 % de los que escribió V.Hugo, por cierto) y a ellos se añaden los miles de Jorge Guillén y se le dice a un programa anti-plagio que encuentre los versos semejantes o parecidos, el ordenador lo hará en cuestión de segundos. De la misma manera, si todos los versos de todos los poetas que en el mundo han sido se metieran en el mismo ordenador y se le pidiera al programa anti-plagio que encontrara los versos semejantes o parecidos, lo haría en cuestión de minutos. Y entonces podría verse que usted ha utilizado un verso de Villamediana y uno de Blas de Otero. Es tan fácil como buscar en el ordenador los archivos repetidos con un programa como Anti-Twin, que yo utilizo y que revisa en unos minutos lo cientos de miles de archivos que tengo en varios discos duros y me dice cuáles están repetidos. Encontrar versos ajenos o semejantes en la obra de un poeta es muchísimo más fácil que encontrar contraseñas informáticas. Y sin embargo los piratas informáticos lo consiguen utilizando programas que cualquiera puede conseguir en internet.

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    18. Sí, es inútil. "Si se metieran los cien mil (o doscientos mil, no los he contado) versos de Celaya en un ordenador, etc, etc." Muy bien, hágalo. Y luego hablamos. Ya me dirá si lo consigue y compararlos con toda la obra de Guillén. En teoría todo es fácil, tan fácil como escanear todos los libros del mundo (¿sabe los miles que aparecen cada día, sabe la cantidad de personal que sería necesario, sabe lo difícil que es obtener el permiso de los propietarios de los derechos de autor, sabe el dinero que costaría?). En la realidad es otra cosa... En los poderes mágicos de Internet, solo creen los que no utilizan Internet. Busque, busque (y de esto sí que hablamos) un verso mío que repite sin citarlo otro de Blas de Otero y luego me cuenta. De eso se trata y no de lo que es posible en teoría en Internet.
      Y lo de la traducción es el mismo caso. Hay quien cree (me alegro que usted no) que con la traducción automática sobran los traductores humanos.
      Me gustaría que probara sus hipótesis. Que lo intentara, simplemente. Repito: los buscadores ayudan, pero lo primero que hace falta es saber qué se quiere buscar (y lo segundo, saber discriminar entre los resultados).
      En fin, usted no, pero los lectores (hipotéticos) de estos comentarios ya saben a qué atenerse.

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    19. Una precisión: no digo que usted no utilice Internet en general, sino que no lo utiliza para analizar los casos de "intertextualidad" en literatura (que es de lo que yo he hablado desde el principio). Ese análisis es el que debería hacer, que no es lo mismo que comprobar si uno tiene archivos repetidos.

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    20. Sigue usted sin entender lo que yo digo. Encontrar dos frases iguales o parecidas en un texto (en nuestro ejemplo el texto gigantesco de todos los libros de poesía publicados) es muy fácil. Lo que no comprende usted es que yo no tengo toda la poesía de Blas de Otero, de Villamediana y la suya entera digitalizada en un solo archivo. Si la tuviera, me harían falta unos segundos para encontrar los versos que usted ha utilizado de esos dos poetas. Como a mi programa Anti-Twin encontrar en mis discos duros (el equivalente del texto de su poesía, la de Blas de Otero y la de Villamediana juntas) dos archivos semejantes.

      Usted no se da cuenta, porque conoce mal la informática, que no hay nada más fácil que buscar repeticiones en un texto, por muy grande que sea. Hasta Word sabe hacerlo (si son exactas). Los programas anti-plagios saben encontrar las repeticiones incluso disimuladas con sinónimos, variantes verbales, pasos de activa a pasiva, etc.

      PS

      Si tiene usted la poesía completa de Celaya, de J.Guillén, de Blas de Otero, de Villamediana y la suya en ebook ou pdf, es decir, digitalizada, pásemela y le demostraré que no hay nada más fácil que encontrar las citas de unos en las obras de los otros.

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    21. Estos comentarios son como una pesadilla recurrente. Cada uno piensa que el otro no se entera. De lo que no se ha enterado el bueno de Sebastien es que el "texto gigantesco de todos los libros de poesía" es como la biblioteca de Babel de Borges: una fantasía. Ni existe ni existirá en un futuro cercano (¿Y dentro de cincuenta años? Ni lo sé ni probablemente estaré allí para verlo). Tampoco tengo digitalizados toda la poesía de Celaya ni, por supuesto, la mía. Ni las tiene nadie, como la de tantos otros poetas clásicos y contemporáneos. De donde se deduce que de la informática --y de la realidad-- en este punto concreto, no en otros, sé algo más que Sebastien, porque constituye mi trabajo, no el suyo.

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    22. En resumen, que usted cree que Google no podrá resolver nunca los problemas de derechos de autor con las bibliotecas nacionales que aún no le han dejado digitalizar sus libros, y yo creo que lo hará muy pronto y que dentro de unos años (muy pocos) los 150 millones de libros únicos que hay en el mundo se encontrarán en una sola base de datos.

      Usted tiene una visión de la informatización del mundo propia de su generación y yo de la mía. Yo leo los libros en un "reader" que pesa 180 gramos y contiene 5 000 volúmenes y usted sigue leyendo los libros de papel.

      Para acabar, le invito a recordar la profecía de Heidegger, confirmada tantas veces desde hace un siglo: cuando la Técnica logra algo, nada ni nadie puede impedirle aplicarlo. Ahí están los armamentos nucleares más sofisticados o los vientres de alquiler de las mujeres en India, por ejemplo, para probarlo.

      PS

      Erratas: en mi mensaje anterior escribí " y la suya en ebook ou pdf", cuando quería decir "en epub o pdf".

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    23. Mire lo que se hace hoy con los grandes autores: se digitaliza su biblioteca para que se puedan consultar las anotaciones que hacían en los libros que leían. Aquí la Beckett Digital Library, 761 libros escaneados de los que se puede consultar gratuitamente una muestra:

      http://www.beckettarchive.org/ldemo/Author/A

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    24. Así me gusta, Sebastien. Inasequible al desaliento. Se digitalizan los autores importantes, pero no todos están digitalizados. Es labor costosa. Y siempre quedarán libros por digitalizar. ¿Para qué repetir el número de libros nuevos que se publican cada año? Pero las cabezas no tienen arreglo, ya lo veo. Yo hablo de problemas concretos. De revistas literarias, por ejemplo, que no solo no están digitalizadas, sino que ni siquiera hay una colección completa en la biblioteca nacional ni, que se sepa por ahora, en ninguna biblioteca, y el bueno de Sebastien sigue con la tabarra de que hay no se cuántos millones de libros en el mundo (ni uno más ni uno menos) y que dentro de algunos años estarán todos en la base de datos de Google porque él "cree" que se van a solucionar los problemas con los derechos de autor (y supongo que también encontrar todos los libros que se guardan fuera de las bibliotecas nacionales). En fin, que de momento, hoy por hoy, no hay manera de localizar "automáticamente" (mediante un programa de Intertet) el verso o el pasaje que yo he citado (sin indicar autor ni poner comillas) en alguno de mis libros, salvo que intervenga la buena memoria de algunos lectores como mi amigo José Cereijo (yo he citado a algunos cientos de autores, se lo aseguro). Y no soy un caso único, por supuesto. Es de eso de lo que yo hablaba.
      Y ya no lo repito más, qué aburrimiento. Le dejo al invitado decir la última palabra (si yo fuera más cortés, debería habérsela dejado hace varios comentarios).

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    25. Veo que no ha entendido usted el sentido de la noticia que he enlazado. No sólo se digitalizan las obras literarias sino las bibliotecas de los autores para que puedan verse las anotaciones o los subrayados en los libros que han leído. Nada escapa a la voracidad de la informática.

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    26. Qué pesadilla, Sebatien, dicho con todos los respetos. Se digitalizan los papeles y las bibliotecas de algunos autores. Quedan miles y miles que está sin digitalizar. Sin ir más lejos, mi correspondencia donada a la biblioteca de Asturias. No hay tiempo ni dinero para digitalizarlo todo. Qué cabeza, Dios mío. Unos textos están digitalizados y otros no, no es tan difícil de entender. ¿Que en un futuro lo estarán todos? Del futuro ya hablaremos cuando llegue.

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    27. ¿"Que pesadilla"? No, ¡ qué maravilla ! ¿No le parece a usted fascinante poder ver que Beckett ha subrayado esa excelente frase de Proust en "Le Temps retrouvé"?

      (Haga clic en "Available scans" y luego en la pág. 30)
      http://www.beckettarchive.org/ldemo/PRO-ALA-16.html

      O el primer verso del poema "The travail of passion" de Yeats:

      (Id. y luego pág. 52)

      http://www.beckettarchive.org/ldemo/YEA-WIN.html

      O las anotaciones de la pàg. 8 y 211 del "Journal" de Renard:

      http://www.beckettarchive.org/ldemo/REN-JOU-1.html

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    28. Qué mal me explico. La pesadilla no es que se digitalicen o no los papeles de este o el otro autor (claro que eso es una maravilla). La pesadilla es la persistencia de Sebastien en no entender, en seguir insistiendo en obviedades que no vienen a cuento. Claro que es una maravilla que podamos consultar desde casa los manuscritos de determinados escritores y revistas y libros. ¿Alguien puede dudarlo? (Ahora, por favor, le pido a mi interlocutor, que haga un poco de esfuerzo para tratar de entender cuál es el asunto del que aquí se trata). Eso no quiere decir que todos los libros, todos los manuscritos, todas las revistas estén disponibles en Internet. Si se dedicara a la investigación literaria (y lo mismo da que sea sobre un poeta barroco como Bocángel que sobre un poeta actual como Francisco Brines), en seguida se daría cuenta de que necesitaría visitar bibliotecas, revisar manuscritos que no están digitalizados ni a veces catalogados, hacer comparaciones con otros autores (lo que se llamaba antes antes análisis de fuentes) que no son posibles consultando solo Internet. Desde el principio, me he referido a eso. Solo a eso. Lo otro lo daba por supuesto. Pero hay cabezas que solo piensan en Blanco y Negro. Hay libros digitales --piensan algunos, no sé si Sebastien--, luego los libros en papel son una reliquia, cosa de viejos, destinada a desaparecer.
      ¿Me habré explicado por fin o me mandará Sebastien algún enlace a no sé qué biblioteca para que vea que se pueden ver los manuscritos de no sé quién? ¿No se ha enterado aún de que un investigador no es un curioso que se distrae mirando originales y que lo que a él le interesa no siempre está al alcance de un clik y que con frecuencia necesita de su memoria y de su ingenio para localizarlo?

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    29. Escribe usted: "Eso no quiere decir que todos los libros, todos los manuscritos, todas las revistas estén disponibles en Internet." Nadie ha dicho eso. Yo he dicho que una gran parte de los libros que existen están digitalizados ya y que un día todos los libros, las revistas, los manuscritos y los papeles diversos que se conservan hoy en las bibliotecas y archivos lo estarán (y el 99 % de los que están fuera acabarán en ellos). Entre otras cosas, por razones de seguridad, para conservar copias en caso de incendio, por ejemplo. Y no sólo se digitaliza todo lo escrito, sino también las obras de arte de los museos y las iglesias (una gran parte ya lo está).

      Para mí es evidente que el investigador literario del siglo XXII podrá hacer todas las investigaciones que necesite sentado delante de su ordenador. Además, dentro de 100 años (y de menos) nadie escribirá a mano ni utilizará libros o revistas de papel. Se vivirá (para bien o para mal) en un mundo totalmente digital en el que toda la información del pasado podrá consultarse sin moverse de casa. Usted eso no lo cree. Yo sí. Y es normal: en todas las épocas las generaciones diferentes han tenido una visión diferente del futuro.

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    30. Yo de creencias no discuto. Allá cada uno con las suyas.

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  7. Miguel el Entrerriano5 de septiembre de 2017, 21:48

    Afortunado usted que puede permitirse un fantasma propio, doméstico, si bien algo impertinente e indiscreto. No se va por ahí preguntando a la gente por qué no se ha casado, o por qué no tiene hijos. Demasiado personal. Menos mal que el maleducado recibe las respuestas que merece.

    Tampoco yo creo que la manifestación de Barcelona haya tenido el menor efecto en cuanto a combatir el terrorismo. Como mucho, habrá servido a los asistentes para sentirse falsamente unidos y falsamente solidarios. Entre ellos irían algunos de los que alquilan pisos turísticos y han puesto imposible vivir en BCN, y también algunos de los otros, de sus víctimas. "La sociedad". Como si hubiese una.

    Parece haber perspectivas favorables para el nacimiento de la nueva República, sin que se haga uno grandes ilusiones. Tengo noticia de que algunos (de los que no soportan pertenecer a mayorías que sistemáticamente premian la corrupción en las urnas) hacen cola ya para nacionalizarse en el nuevo ente. Sin grandes esperanzas, pero con el beneficio de la duda.

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  8. Braulio Esquivias Bodilón6 de septiembre de 2017, 9:22

    De acuerdo, Martín: pocas cosas se hacen en este país que respondan a las motivaciones confesadas. Nos hemos acostumbrado a vivir en la mentira y la falacia nos acompaña desde el café de la mañana al chupito de orujo de las noches. Y los comparsas se encuandran en legiones que no saben si tiran contra Éfeso o contra Londinium, si son tirios o troyanos. La consigna, en el telediario de La 1.

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  9. Manifestarse es como decir “te amo”. No hace falta pero sí hace falta. Aunque cada quien vive el amor (y el duelo, en este caso) a su manera, eso sí.

    La democracia es mucho más que un voto, eso está claro, aunque se intenta simplificar así cuando conviene. Y manifestarse es mucho menos que una solución, sin duda. Pero por algo se empieza y significa dar la cara. Como hace y debe hacer el rey, mientras sea rey.

    Lo demás es darle vueltas cínicas (y anónimas, como aquí)

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    Respuestas
    1. Ejem, ejem, Bonifacio. Hay muchos tipos de manifestaciones y no todas se hacen para conseguir lo que aparentemente se pretende conseguir. Criticar una manifestación concreta (la de Barcelona, de efectos contrarios a los pretendidos), no es criticar cualquier manifestación, por lo que sobra una defensa de las manifestaciones en general.
      Y por cierto, los jefes de Estado dan la cara de otra manera que encabezando una manifestación de protesta (en España no lo habían hecho nunca hasta el otro día, y fuera me parece que hay pocos ejemplos, si es que hay alguno).

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    2. Intenciones hay tantas como personas, eso es inmedible.

      Los gorilas siempre se palmotean el pecho triunfalmente (hasta que les toca a ellos). Se trata de demostrar unión cuando golpean, como ya se ha dicho. Aunque sea dentro de un avispero ideológico, dar la cara es justo eso. Ya sea detrás de una (tímida) pancarta como el rey y entre abucheos. O haciendo uso de un megáfono para arengar a la plebe que sí que aplaude tu presencia entre las ruinas. Tal como hizo Bush Jr. tras el 11 S.
      Antes de vestirse de uniforme con medallas para darse un baño de multitud en un portaviones, como colofón de su “dar la cara” propio (aparte de la pertinente geoestrategia y diplomacia, eso se da por hecho).

      No hace falta decir qué ocurriría si el rey se atreviese a hacer ese público teatro…

      Cada país tiene sus ritos, de cualquier manera. No hay que imitar a nadie. En España somos más discretos, por fortuna. Pero también mucho más fríos, salvo para poner pegas a cualquier gesto de cambio o masacrar al oponente. En eso sí ponemos toda la energía, nunca en entendernos. De ahí la desunión y la actual fractura, es triste.

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  10. Excelente blog y reflexiones de actualidad.

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