domingo, 14 de mayo de 2017

Sin trampa ni cartón: No tengo enmienda


Sábado, 6 de mayo
UN PREMIO

Mientras paseo por el parque Ferrera, en Avilés, me llama Xuan Bello para preguntarme qué me pareció el acto de ayer, la entrega del Primer Premio Nacional de Lliteratura Asturiana en el Campoamor.
            “Recuerda que eres mortal, habría que decirte como a los emperadores romanos cuando recorrían la ciudad en apoteosis. Estuviste muy bien. Fue un acto sobrio y emocionante. A mí me alegró que citaras a la tertulia Óliver como una de tus influencias, allá por los primeros ochenta, porque resulta que yo acababa de dejar la tertulia para asistir al acto y a las nueve y media en punto dejé el teatro para regresar a ella. Sentí que el tiempo, que ni vuelve ni tropieza, había algo que respetaba. Una ilusión, ya lo sé. Pero que por un instante –solo por un instante– me sentí como favorecido por el don de la perpetua juventud. A ti te dieron un premio solemne y merecido, pero a mí sin que nadie se enterara me dieron otro mejor”


Domingo, 7 de mayo
PERDIDO Y ESPERÁNDOTE

Veo Z. La ciudad perdida, de James Gray, con la misma emoción con que en mi adolescencia leía las novelas de aventuras geográficas de Julio Verne. Qué bien suenan los versos de Kipling: “Hay algo oculto. Ve y descúbrelo. Ve y mira tras las montañas / Algo hay perdido tras las montañas. Perdido y esperándote. ¡Ve!”
            Percy Fawcett, el explorador que vuelve una y otra vez al Amazonas en busca de una ciudad soñada, hasta no regresar jamás, es el hombre que yo hubiera querido ser.
            Yo también tuve un sueño, como él, como tantos, pero me rendí al primer fracaso.
            Quizá aún hay tiempo, quizá aún hay algo que está perdido y esperándome detrás de las montañas. ¿Algo o alguien?


Lunes, 8 de mayo
UN BANCO EN LA PLAZA

Tengo tendencia a pasarme de listo, ya lo sé. Mi amigo Hilario Barrero, durante la presentación de su libro Educación nocturna, lee un poema que se titula “Plaza de San Marcos, Venecia”. El primer verso dice así: “Sentados en un banco, bajo los soportales”.
            Yo, de inmediato, replico: “Bajo los soportales de la plaza de San Marcos no hay ningún banco, solo las mesas del Florian y del Quadri. Quienes no tienen dinero para pagar sus abultados precios se sientan en los escalones de mármol que separan el paseo soportalado del pavimento de la plaza, a menudo apoyados en alguna de las columnas. Yo mismo lo he hecho muchas veces, esperando encontrar a alguien que me ayudara a no pasar la noche solo”.
            Hilario Barrero me responde: “Pues tengo fotos, si quieres te las enseño”.
            Y yo, cuando las veo: “¡Pero esos son los arcos del Palacio Ducal! Esa no es la Piazza de San Marco, sino la Piazzeta”. Como si eso tuviera alguna importancia.
            En sueños vuelvo muchas veces a quedarme solo, ya bien entrada la noche, en la Piazza de San Marco o en la Piazzeta, esperando el encuentro con alguna otra sombra solitaria. Como aquella vez.
            Que no ha vuelto a repetirse, aunque yo vuelva una y otra vez, y no solo en sueños.
           

Martes, 9 de mayo
CINE Y LITERATURA

“Mi amado enemigo” me llama Juan Manuel de Prada cuando agradece mi presentación a su conferencia en la Cátedra Alarcos. ¡Hombre, tampoco hay que exagerar! Ni una cosa ni otra.
            Habla de cine y de literatura durante algo más de una hora y las dos únicas ideas que yo encuentro en la larga charla son: 1/ que se trata de dos actividades artísticas que tienen mucho menos en común de lo que la gente cree porque adaptar una obra maestra de la literatura al cine rara vez da como resultado otra obra maestra, y 2/ que la literatura copia cada vez al cine desvirtuándose así como literatura y no logrando el éxito de masas que pretende. Bueno, también formuló otra idea, pero esta era tan falsa que no valía la pena rebatirla: que la palabra (o sea la literatura) tiene que ver con la razón mientras que la imagen (el cine) tiene que ver con el sentimiento y el mito.
            Naturalmente, muy en mi papel de telonero, no le repliqué en el coloquio final, pero como soy tan maleducadamente transparente, a la salida se me acercó alguien del público: “Se le veía en la cara que no estaba de acuerdo, debería haber dicho algo”. Y yo: “Se lo diré luego, en la cena”. Y él: “Mejor lo cuenta el domingo en el diario y así nos enteramos todos”.
            Durante la cena, en el Club de Tenis, un escenario que no debería faltar en una nueva versión de La Regenta, apenas si tuvimos ocasión de hablar de estas cuestiones. Pero yo, ya al final, no pude reprimir la tentación de reprocharle que, en su último artículo de XL Semanal, volviera a repetir, aplicada esta vez a Alex de la Iglesia, la frase que le dedicó, como supuesto elogio, a Mel Gibson: “Preparaos, patulea, porque vuelve Alex y os va a partir la jeta a pollazos”. Partir la jeta, pase, pero lo demás… Da un poco grima leerlo, suena a porno cutre gay.
            ´”Qué delicado eres, Martín” fue toda su respuesta. Parece que se siente muy orgulloso de tal aporte a la crítica cinematográfica.


Miércoles 10 de mayo
HIJA Y NIETA DE CAMBORIOS

Cena con algunos amigos, y amigos de amigos, en un restaurante vasco de Barcelona. En estos casos, siempre conviene evitar el tema político, si queremos tener la fiesta en paz. Pero quienes me tocan cerca son votantes socialistas desencantados y no podemos evitar aludir a las primarias. Yo digo que estoy muy ilusionado con la posible victoria de Pedro Sánchez.
            ––¿Y tú crees que eso va a cambiar algo? ¡Pero si tenemos a Rajoy presidente porque Sánchez no se atrevió a pactar con Podemos!
            Lo más educadamente que puedo, que no es mucho, les explico que ese pacto no fue posible porque, para empezar a negociarlo, Pablo Iglesias exigió primero que se rompiera un pacto anterior, el de Ciudadanos, y porque, antes de nada, exigió que a él se le diera el puesto de vicepresidente. “Algo que se puede pactar, pero no exigir, porque, según la constitución, ese nombramiento es una competencia exclusiva del presidente del Gobierno”.
            En fin, que doy la tabarra durante una hora sobre ese tema y sobre los candidatos a liderar el partido y al final Xaime Martínez, que también asiste a la cena, me dice:
            ––En conclusión, que para ti Susana Díaz es el Pablo Iglesias del PSOE, el candidato preferido por Rajoy, y Pedro Sánchez es el Íñigo Errejón.
            ––Algo de eso hay, salvado las distancias intelectuales –infinitas– entre Susana Díaz e Iglesias. La andaluza se parece más a Esperanza Aguirre: es lista y simpática en las distancias cortas, pero nada más. ¿En todas las declaraciones políticas de estos días alguien ha sido capaz de encontrar una sola idea?
            ––Pero las dos ganan elecciones. Sí, la una con dinero de la Gurtel, que financiaba bajo cuerda las campañas…
            ––¿Y la otra?
            ––-De la otra prefiero no hablar.
            ––Para no hablar de los ERE, ¿no? ¿Os habéis dado cuenta de que “el mayor escándalo de la democracia” ha desaparecido de los periódicos? Ahora ya las noticias que tapan la corrupción del PP son exclusivamente las del caso Pujol.
            ––No te preocupes, que si Susana Díaz, hija y nieta de Camborios imputados, es elegida secretaria de los socialistas, al día siguiente volverán  los ERE a primera plana y servirán de réplica cada vez que “el primer partido de la oposición” saque el tema de la corrupción a Rajoy. Ese olvido momentáneo, para ayudar a la candidata, no es casualidad.


Jueves, 11 de mayo
LOS PAPELES DE ALEIXANDRE

Soy la persona más torpe del mundo. Cuando hablo con algún amigo siempre trato de evitar los temas que le pueden molestar, pero al final, no sé cómo me las arreglo, no hablo de otra cosa. Quedo con Alejandro Duque Amusco, a quien aprecio y admiro desde hace cuarenta años, en la cafetería del hotel 1898, que está en La Ramblas, en lo que fue sede de la Compañía de Tabacos de Filipinas, donde trabajó Jaime Gil de Biedma.
            Con Duque Amusco no quería hablar de su antología última sobre Francisco Brines ni, muy especialmente, del tema catalán.
            Sobre ese asunto yo trato de no tomar partido y, cuando me preguntan, siempre respondo lo mismo: “España será lo que quieran los españoles y Cataluña lo que quieran los catalanes. Si los catalanes, en unas elecciones libres y sin coacciones, deciden seguir formando parte del Estado español, contarán con todo mi apoyo, exactamente igual que si toman la decisión contraria”.
            Pero esa postura mía irrita a muchos. Parece que no tomar partido y atenerse al sentido común democrático ya es tomar partido.
            Duque Amusco, el mayor experto en la vida y en la obra de Aleixandre, sabe mucho del asunto de sus papeles y del pleito entre Ruth Bousoño y los herederos del poeta (fue incluso testigo en el juicio).
            Ese pleito (que finalmente ganó la viuda) daría para una fascinante novela. Yo me entero de algunos detalles que desconocía: muchos de esos papeles los tenía Bousoño en su casa porque se los había prestado o regalado Aleixandre para sus estudios, pero otros estaban en carpetas que se llevaron después de la muerte del poeta. Y en esas carpetas había de todo: cartas, borradores, viejos certificados médicos e incluso facturas de la luz.
            Hablamos de literatura y de la vida erótica de algunos poetas admirados (en ese aspecto todos somos un poco contertulios de Sálvame), pero de pronto, no sé cómo, surge el tema catalán y yo siento luego el mal rato que he hecho pasar a Duque Amusco, profesor de Instituto que vio como su materia –la lengua y la literatura española– iba perdiendo peso, hasta casi desaparecer.
            “Aunque tú seas como un robot, como una máquina que razona en el vacío, los demás tenemos sentimientos”. Y yo me esfuerzo en respetarlos, aunque no lo consiga. La mentira abriga, pero yo prefiero morirme de frío.





8 comentarios:

  1. (Aprovechando que te gusta hablar de política y que andas animado) Martín, en este momento tan duro y complicado para la República Bolivariana de Venezuela y tu (quizás) todavía admirado Maduro, debieras arrimar el hombro y verter un poco de luz sobre ese ensombrecido asunto. Tú, que te quejas tanto de las “medias verdades” acerca de Venezuela seguro que puedes contarme (aunque sea aquí en secreto) algunas verdades enteras sobre el gobierno y la oposición de ese país. Bueno, en realidad con que me cuentes una me conformo. Me da igual que me hables de la ministra cesada por publicar estadísticas que de cuál es el real apoyo del Maduro en tantos por ciento (hay quien dice no pasa del 10 o el 20) o que me argumentes porqué hay que endosar a la oposición los muertos a manos de la policía y sus grupos de apoyo. En cualquier caso, te agradeceré que no te vayas a hacer turismo por los cerros de Úbeda.

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  2. Lo siento, amigo Abelardo, pero sobre Venezuela no tengo ninguna información fiable (es lo malo de solo leer El País). De verdad que lamento no poder ayudarte a ver las cosas claras.

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  3. Qué envidia me dan vuestras tertulias ovetenses. Ojalá yo pudiera ir todos los viernes, para disfrutar y aprender de tan buena compañía. Por ahora me contento con la "tertulia" de Pessoa, que tampoco está mal. Cheers!

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  4. Demetrio Cárdenas16 de mayo de 2017, 19:54

    Quién iba a decir que Venezuela llegaría a ser la referencia universal del periodismo, que muchos días estaría en portada en una multitud de periódicos, y casi cada día en El País.
    Debe haber en el mundo como una veintena de países en los que suceden cosas muy parecidas a las de Venezuela, pero esos no interesan. La noticia es, o quizás TIENE QUE SER, Venezuela. Qué fuerza tienen algunas consignas. Ay, si los desempleados tuviesen el mismo "poder de convocatoria".

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    1. ¿una veintena de países en los que suceden cosas muy parecidas a las de Venezuela? Aquí mismo, sin ir más lejos. No creo que el partido de Maduro sea mucho más corrupto que el que gobierna aquí.

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    2. Pero la oposición es bastante más democrática y respetuosa con los resultados electorales y las decisiones judiciales.

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    3. Si. eso, si.

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  5. Qué cosa, Martín... Hace unos días salía yo del MUCBA barcelonés y al llegar a la esquina-chaflán del carrer de Tallers con el de de les Ramelleres (muy cerca de la Facultad de Filosofía y de la Plaça de Vicenç Martorell, en el Raval), me di de cara con ese grafitti que publicas ahora. No está pintado directamente sobre el muro, sino en papel y posteriormente encolado sobre este. Tiene los mismos desgarrones que aparecen en la foto, no han ido a más. El mundo es un pañuelo.

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