domingo, 18 de diciembre de 2016

Sin trampa ni cartón: Tender Stories


Viernes, 9 de diciembre
EN EL GRAN TEATRO

En el gran teatro del mundo todo resplandece si lo miras con amor y con curiosidad: eres tú quien enciendes y apagas las luces que iluminan el escenario.
            (En mi caso podrá faltar el amor, pero nunca la curiosidad.)
           
Sábado, 10 de diciembre
QUÉ PREFIERES

¿Y tú qué prefieres, estar junto a gente a la que admiras o estar rodeado por gente que te admira?
            (Si escoges lo segundo –que es lo que a mí me gustaría–, nunca serás digno de ser admirado.)


Domingo, 11 de diciembre
POESÍA, POESÍA

Hablar mal de lo que todos hablan bien es un placer al que resulta difícil resistirse. Veo Paterson, de Jim Jarmusch, y por un lado me alegra que en una película que se estrena en salas comerciales la poesía resulte protagonista, pero por otro....
            ¿La poesía? Bueno, el protagonista escribe versos a menudo en un cuaderno escolar, pero su poema favorito –y el de su mujer– es uno de Williams Carlos Williams que dice así: “Solo para decirte / que me he comido / las ciruelas / que había en / la nevera / y que / probablemente / guardaba / para el desayuno / Perdóname / estaban deliciosas / tan dulces / y tan frías”. (A mí se me ocurre un estrambote: “Y además / últimamente / ando / algo estreñido”.)
            Como quien contempla en un museo el cuadro blanco de Malévich  y dice “¡esto también lo hago yo!”, al bueno de Paterson, conductor de autobús de no muchas luces, se le ocurrió que si eso era poesía él también era poeta y en un cuaderno de anillas, y sin tachar jamás una palabra, nos describe las cerillas que usa y otros acontecimiento de su vida de similar interés. Un día se encuentra a una niña de diez años que también escribe poemas en un cuaderno y le pide que le lea uno. Queda admirado: comparado con los suyos es casi una obra maestra.
             “¿Conoces a Emily Dickinson?”, le pregunta luego la niña. Y él: “Por supuesto, es uno de mis poetas favoritos”. Y ella: “¡Qué pasada! Un conductor de autobús que conoce a Emily Dickinson”.
            Otro días, mientras contempla las cataratas de Paterson (se llama como la ciudad de New Jersey), un japonés le pide permiso para sentarse a su lado en el banco. Hablan de poesía. “Leer poesía traducida es como ducharse con chubasquero”, dice el japonés, que también es poeta. Luego mencionan a Frank O’Hara y a la escuela de Nueva York, un guiño para entendidos.
            Se supone que debería interesarme mucho una película en la que la poesía es protagonista. Me aburre más o menos como al resto de los espectadores, aunque hay algo de hipnótico en la rutinaria sucesión de días iguales y distintos (como los de mi propia vida) que se reflejan en la pantalla. Y no dejo de sentir simpatías por el par de pánfilos que la protagoniza: el conductor poeta y su mujer artista que decora con el mismo arte las cortinas del cuarto de baño que sus indigestos cupcakes.
            El bueno de Paterson no quiere tener teléfono móvil (eso sería sentirme atado, dice) y ha de pedirlo prestado cuando se le avería el autobús; tampoco utiliza el ordenador. Todo muy de acuerdo con la imagen que los no poetas tienen de los poetas.
            Lo mejor de todo es el final: su perro destroza el cuaderno con los poemas, de los que su autor no tenía copia, a pesar de la insistencia de su mujer. Ese perro gruñón resultó ser un excelente crítico literario. Pero no cantemos victoria: en cuanto se lo proponga, y aprovechando las paradas del autobús, puede volver a llenar otro cuaderno similar. Son poemas los de Paterson que le salen de un tirón (jamás se le ve tachar siquiera una palabra): “Hoy / cuando ya arrancaba / he visto venir corriendo / a una niña / con un impermeable amarillo / y a una anciana / con un paraguas rojo / he frenado / de golpe / para dales tiempo / a subir / al autobús”.
            Poesía, poesía, cuántas tonterías se cometen en tu nombre. Seguro que Jim Jarmusch filmó está película, tan aclamada en los festivales, solo para dar a conocer los malos poemas que sigue escribiendo a escondidas.


Lunes, 12 de diciembre
PERDER AMIGOS

“¿Cuántos amigos has perdido este año, Martín, cuántos? Seguro que llevas las cuenta”, me pregunta un joven poeta, más joven que poeta, en Los Porches, mi oficina matinal de Las Salesas..
            Una cuenta fácil de llevar. Este año solo he perdido a dos, un profuso escritor y un veterano librero de viejo, y en los dos casos sospecho que la amistad ya se había perdido bastante antes. Siempre ando presumiendo de ser más listo que nadie y en realidad no me doy entero de nada. El librero estaba deseando librarse de mí, que hacía tiempo que había dejado de ser un buen cliente (en realidad nunca lo he sido, no colecciono primeras ediciones ni tratados de tauromaquia o cosas así) y que tenía la rara habilidad de sacarle de sus confortables casillas: nada me gusta más que discutir, que darle la vuelta a las evidencias, que poner patas arriba el tópico; hace falta una cierta agilidad mental para aguantarme y eso se pierde con los años (el librero tiene mi edad y como casi toda la gente de mi edad es mucho más viejo que yo). Lo de que  le llamara “facha”, medio en broma y en una conversación informal, fue solo un pretexto para la ruptura. Ya no paso un rato al caer la tarde por la librería y seguro que su salud y su equilibrio han mejorado. Quien no mejoro soy yo: tardo en darme cuenta de que lo que a mi me divierte, debatir sobre esto y lo otro, ejercitar los músculos de la mente, a otros no les hace ninguna gracia, aunque a veces lo disimulen por educación. Ahora tengo mala conciencia por los malos ratos que le hice pasar a mi benemérito librero.
            Con el escritor me pasa lo mismo. No siento que hayamos dejado de ser amigos, sino no haber dejado de serlo hace unos cuantos años cuando comenzó a ser un exitoso escritor profesional.
            Un escritor profesional no publica obras literarias, sino productos que hay que comercializar adecuadamente. Las reseñas que se les dedican en los suplementos culturales no son parte de la crítica, sino de la promoción. Andrés Trapiello fue siempre muy generoso conmigo –me editó varios libros en La Veleta, me invitó a comer a su casa– y yo me he portado siempre con él como no se porta un amigo: comenté cada uno de sus libros como comento los de cualquier otro autor, sin tratar de engañar a los lectores, más amigo de la verdad que de Platón. A pesar de que en su caso esa verdad fue casi siempre elogiosa, él fue incubando un resentimiento al que dio salida en la presentación de uno de mis diarios. Ingenuo de mí, creí que ese desahogo habría sido suficiente. Pero solo era el principio de la supuración de la herida. Bien mirado, tuvo mucha paciencia. Aprendí la lección: no se puede jugar con dos barajas. Si eres crítico de literatura contemporánea, procura guardar la debida distancia con los autores y jamás aceptes un favor suyo. Sobre todo si son profesionales y temen –injustificadamente– que cualquier reparo les pueda, ni no echar abajo el negocio, sí hacerles disminuir las ganancias.


Martes, 13 de diciembre
DÍAS HERMOSOS

Una sucesión de días hermosos, anticipados regalos de Navidad. Como tiendo a ser pesimista, a profetizar lo peor (con la esperanza siempre de equivocarme), temo la tormenta que se estará fraguando en remotas regiones (o en el interior de mí mismo) y que estallará de pronto llevándose en fangosa riada tanta dicha.


Miércoles, 14 de diciembre
EN LA PARADA DEL AUTOBÚS

Un café de los de antes, de los que todavía existen en el centro de Europa, en Praga por ejemplo. Dos clientes que coinciden cada mañana sin ni siquiera verse, aunque están hechos el uno para el otro, sus dos perros que ladran al unísono, un pendiente que rueda por el suelo y los pone en contacto…
            Mientras espero el autobús para ir a la Corredoira a ver qué me cuenta mi más joven amigo  (pronto cumplirá tres meses), me fijo en el anuncio de una de las marquesinas. Gwyneth Paltrow, vestida de azul, sonríe con un vaso en la mano; “Check it out on Tous.com” si quiere conocer una de sus “Tender Stories”, leo al pie. Es lo que hago y durante unos pocos minutos –los que tarda en llegar el autobús– dejo que me cuenten la historia de Kate y Peter y sus perros Robin y Hood, una hermosa historia –azar y destino– que transcurre en uno de esos cafés con espejos que cantó Aquilino Duque: “Aún existen cafés en el centro del mundo / con salón de fumar y con globos de luz / y espejos biselados donde el tiempo es profundo / y al que mira devuelven toda su juventud”.
            Guardo luego el teléfono  y pienso en el poeta tontorrón protagonista de Paterson que no quería tener teléfono móvil “para no sentirse atado”. Yo lo llevo como si llevara una diminuta máquina de hacer prodigios guardada en el bolsillo. Y no quisiera parecer demasiado presuntuoso, pero creo que la razón está más de mi parte que de la suya y la de tantos intelectuales apocalípticos sobre los riesgos de las nuevas tecnologías.


Jueves, 15 de diciembre
SIGO CALLADO

––¿Sigues empeñado en no hablar de política?
––Sigo.
––¿Y no crees que darles la espalda es facilitar que sigan haciendo de las suyas?
––Todo está atado y bien atado y hasta que no haya nuevas elecciones no hay nada que hacer; desahogarse en la calle acaba reforzándoles.
––¿Y serás capaz de estar cuatro años sin hablar del tema, con el parlamento ganando una votación tras otra contra un gobierno que se pasa lo que decide ese parlamento títere –gracias al buen hacer de vuestro Javier Fernández– por debajo del puente colgante?
–-Seré capaz. Me siendo humillado y ofendido y me retiro a un rincón hasta que se me pase el cabreo.
––¿Ofendido y humillado por quién?
––Por los políticos a los que voté, pero no por el político al que voté. Y no digo más. No me hagas incumplir mi promesa.



96 comentarios:

  1. El riesgo de ser un crítico inmisericorde, está en morder también la mano al dueño del block, al mismo tiempo que el papel. Aunque es cierto que un amigo de verdad no deja de serlo por un triste block (ni por una sola dentellada dolorosa).

    Lo que pasa es que hay algunos con la piel finísima. Y no porque “se la cojan con papel de fumar”. Sino porque su piel es el papel mismo, ya que en él ponen su vida (y la de otros, a veces…). Sea como profesión o no. Y en ese caso el papel no sólo rompe fácil: también corta.

    El riesgo con las tecnologías lo corren los llamados “nativos digitales”, porque no conocen otra cosa y se pueden idiotizar con su poder (como sí les pasa a muchos con el móvil). Para ellos no es que haya “doble filo”. Es que sostienen una espada enorme con las manos cuando aún no saben andar bien.

    Para los no nativos con buen pulso (y sin prejuicios) lo digital es un chuchillo grande por fin, después de haberse tenido que apañar toda la vida con una triste navaja de llavero.


    ResponderEliminar
  2. Te equivocas, o mientes (en tu caso no sé qué es más bobo, porque eres de los que incluso cuando mientes te equivocas): no te guardo el menor rencor, porque no tengo motivos, qué fantasía, y menos aún por razones literarias: pocos habrán escrito de mis libros mayores elogios, aunque siempre tuve la sospecha de que eran bastante exagerados. Los reparos que les has puesto los he considerado poco más o menos, exagerados. Te los he agradecido por igual, aunque a menudo no haya estado de acuerdo ni con unos ni con otros. ¿Cómo podría incubar resentimiento? En la presentación de marras no hice nada que tú no hayas hecho mil veces a todo el mundo, incluido a mí, pero se ve que nadie lo había hecho hasta entonces contigo, darte a probar tu propia medicina. Se ve que no te gustó. Vaya, lo siento. De veras, creí que te divertiría. Repites a menudo eso de que eres más amigo de la verdad, etc. Desde la famosa presentación (la verdad es que fue cómica, reconócelo, tú aguantaste relativamente bien, con tus nervios, eso sí, y yo me lo pasé en grande –y la inmensa mayoría del público también: gracias) no has vuelto a escribir de ninguno de mis libros. Esto lo tomo más que como una represalia, como una atención, que agradezco. Aunque echo de menos aquellos comienzos tuyos de tus reseñas: "Espera uno que AT se diera con este nuevo tomo un estacazo…" (Te lo señalé en su día, porque te delatabas en esa palabra: uno de los amigos o de los escritores que admira no "espera el estacazo", en todo caso "lo teme"). Quiero decir que al final has sido más enemigo de Platón que de la mentira. En fin, excepto en que ya no te ocupas de esos libros, yo, la verdad, contigo noto poca diferencia entre ser amigos o no serlo. Te lo dije hace un año en correo privado: ¿que quieres ser amigo? Bien ¿Que no? También bien. No vamos a notarlo mucho ninguno de los dos. Estamos, como ves, en el grado cero, con un largo camino por delante, en uno y otro sentido. Y una pequeña puntualización: tu idea del éxito literario, al menos cuando te refieres a mí, me confirma también un par de cosas: que sabes de literatura, de la mía al menos, lo mismo que del éxito. En fin, ya echaba de menos también estos correos. Sigue como dices que estás en estos escritos dominicales tuyos (que sigo puntualmente, como ves, y con mucho provecho), aunque me gusta desearle a todo el mundo lo mejor. Saludos, A.

    ResponderEliminar
  3. P.D (Una oportuna ocurrencia, sacada de mi blog):

    ¿Qué hace un conductor de autobús cuando se aburre?

    Leer entre líneas...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menudo chiste más malo. Dan ganas de ir corriendo a su blog, sí.
      ¿Usted antes no era poeta? ¿Qué pasó, se le fue la musa con Marianico el Corto?

      Eliminar
    2. Mejor no corra, hombre (o mujer), vaya en autobús. Cualquier malhumorado anónimo puede colarse en uno a meter ruido (o meter mano) bajo la capucha, y eso sí que es un mal chiste...

      La poesía es más de ir en bicicleta (o tándem) a cara descubierta. Y eso no se olvida, dicen. El humor sí que se pierde cuando lo enturbia la amargura (piense eso).

      Marianico el Corto fue profesor antes de ser cómico, por cierto. Quizá pueda aprender usted algo de él. Por ejemplo a dar la cara, aunque sea con una boina en la cabeza.

      Eliminar
  4. Bueno, lo de usted con Trapiello viene de antiguo. Para ser buenos amigos hacen falta frecuentes desencuentros, y este es el enésimo y no será el último. Cuando se anuncian rupturas definitivas casi siempre se sabe que van a ser temporales. Nunca más es hasta luego.

    ResponderEliminar
  5. Góngora y Quevedo en su mínima expresión. Patético.

    ResponderEliminar
  6. Don José Luis, le propongo la tarea de traducir las obras completas de Andrés Trapiello al español actual. Saludos.

    ResponderEliminar
  7. "Escritor profesional"... Vamos a ver. Tú escribes y publicas diarios. Yo también, en número y frecuencia parecida y desde hace igual número de años. Escribes y publicas libros y antologías de poemas. Yo también, quizá en menor número que tú (cierto que al libro llega en tu caso la mitad de lo que sale en los periódicos, no sé bien por qué razón). Publicas en la prensa cada semana desde hace cuarenta años. Yo, semanalmente, desde un poco menos de tiempo que tú, pero también. Haces crítica literaria. Yo también, aunque infinitamente menos que tú (aunque desde luego no he incurrido en antologías de otros poetas contemporáneos, en lo que has sido un campeón). Escribes prólogos a libros de otros. Yo también. Eres editor de libros de literatura. Yo también. Diriges revistas literarias, algunas, Clarín, desde hace treinta años, cientos de números. Yo sólo una, que duró dos números. Has dirigido un montón de editoriales; yo sólo dos: Trieste y La Veleta. Has escrito ensayos de literatura (aunque has preferido el ensayo corto y yo he tenido que escribirlos un poco más largos, como Las armas y las letras, y por encargo, como he contado, en efecto). Has traducido a otros autores. Yo también (el Quijote, ha sido lo último). Dicho de otro modo: no te veo menos profesional que yo. Es verdad que mis libros se venden algo más que los tuyos, pero yo a eso no le doy demasiada importancia, y tú no debieras dársela tampoco. Además participas en un gran número de jurados de no pocos premios institucionales, como el Príncipe/Princesa de Asturias. Yo de este apartado oficial no he hecho gasto. Ni gusto. Eres profesor universitarios con una importante carga docente desde hace también cuarenta años. Yo en esto he estado liberado, pero para compensarlo he sido y soy tipógrafo y me he ocupado de un gran número de catálogos y diseños tipográficos de colecciones. Has dado cientos de conferencias por todas partes, igual que yo, y presentado cientos de libros en actos públicos, como yo (alguno tuyo; y tú alguno mío). ¿Cuál es pues la diferencia entre un escritor profesional del que no lo es? Puede que algunos vean en tu afición a publicarse una foto personal diferente cada dos días en internet desde hace años un ejercicio narcisista. Yo no, a mí me ha parecido siempre un alarde de gran profesional. El criterio que he empleado en esta comparativa era cuantitativo. Se puede hacer también desde un punto de vista cualitativo, pero es mejor que no. Yo sé que a ti te gusta ser juez y parte, pero esto último es mejor dejárselo a otros. A mí personalmente me gusta que esto sea así y que tú publiques mucho también, porque a la gente le gusta comparar. Si no me equivoco, pues, la diferencia entre un escritor profesional del que no lo es, es una sencilla: el profesional puede vivir de sus libros y el no profesional, no. Aunque en tu caso no será por falta de libros. Saludos de nuevo y gracias por tu paciencia. A.

    ResponderEliminar
  8. Lectora Géminis de dos Géminis18 de diciembre de 2016, 20:26

    García Martín y Trapiello: dos Géminis.

    "Géminis está regido por el planeta Mercurio, asociado con las comunicaciones y el intelecto, y que dota al nativo de este signo de una gran habilidad para comunicarse y expresar sus ideas. Los nacidos bajo el signo de Géminis tienen énfasis por saber y quieren estar al día en lo que a últimos acontecimientos se refiere. Están interesados en gran variedad de cosas a la vez. Muy sociables, pueden adaptarse a cualquier tipo de personas y les gusta conocer gente y lugares nuevos. Les encanta leer y suelen ser bastante autodidactas, compartiendo sus ideas con los demás mediante el diálogo, la escritura o las artes. Les gusta llevar la contraria y cambiar de opinión constantemente solo para demostrarse a sí mismos que pueden encontrar argumentos para afirmar o desmentir cualquier opinión. Son personas a las que les agrada estar en movimiento, en una búsqueda constante de estímulos en el mundo que les rodea. A riesgo de dispersar demasiado su energía debido a sus variados intereses, tienden a un conocimiento superficial de las cosas y pasan rápidamente a interesarse por otras antes de profundizar en ellas. Lo que podría ser una estrategia para evitar enfrentarse a las facetas más profundas de su personalidad. Representa la dualidad de la mente, la capacidad de ver las dos caras de una misma moneda y la versatilidad."

    "El signo de Géminis evoca la frescura, el espíritu alegre y despreocupado de la juventud. La infatigable curiosidad que mueve al nativo lo mantiene eternamente joven, constantemente al día, preparado para captar cualquier señal de novedad que se avecine. Deseoso de conocer cuanto más mejor, y de vivir las experiencias más dispares, de espíritu alegre y sociable, se desenvuelve con habilidad ante cualquier persona y en cualquier ambiente. Dotado de una mente rápida y ágil, capta inmediatamente los aspectos esenciales de cada situación, a la que se adapta con la máxima facilidad. La naturaleza de Géminis es fundamentalmente cerebral: la mente, el centro de su personalidad, es el filtro de todo estimulo o acontecimiento externo, e incluso de sus mismas emociones. Si bien es un conversador brillante y un amenizador divertido, se advierte en el cierto alejamiento intimo, una voluntad de mantenerse desvinculado de todo compromiso emotivo real. Es dado a racionalizar incluso el sentimiento, y se abandona gustosamente a largas charlas más que a impulsos apasionados. Intelectualmente es despierto y rápido, original y versátil, posee una aguda perspicacia y sentido crítico, así como dotes literarias, pero peca de superficialidad, debido tanto a lo voluble de sus gustos y su carácter como al hecho de ser reacio a asumir compromisos concretos que podrían limitar su libertad de experimentar nuevas vivencias. Su cultura es a menudo amplia, pero superficial, debido a su aversión a lo que es ‘fijo’, a llevar a cabo iniciativas o proyectos. Al faltarle constancia y cansarse en seguida, frecuentemente cambia de idea atraído por estímulos nuevos que mantienen alejado el fantasma del aburrimiento. Con el fin de explotar sus óptimas dotes intelectuales, el nativo debería fortalecer la voluntad y ejercitar la tenacidad, proponiéndose objetivos precisos y evitando que episodios causales lo distraigan. Del mismo modo, debería moderar su sentido crítico y dejar hablar más al corazón, aprender a callar y a escuchar al prójimo manteniendo la boca cerrada. Su gran fantasía unida a su curiosidad natural le confieren un atractivo especial y su necesidad de independencia genera un aura de misterio que suele ser irresistible."

    ResponderEliminar
  9. Lectora Géminis de dos Géminis18 de diciembre de 2016, 20:28

    "En el amor, como en todos los aspectos de su vida, al Géminis le gustan las cosas rápidas. Poco dado a sentimentalismos excesivos, sobrevolará las relaciones sin profundizar demasiado en ninguna de ellas. Le gusta coquetear, llamar la atención, por lo que no dudará en aceptar cualquier oportunidad que surja sin medir las consecuencias y sin detenerse a pensar si esta realmente enamorado. Géminis es un maestro en la conversación y ello unido a una fértil imaginación, hacen de estas dos cualidades un arma prácticamente infalible a la que
    pocos amantes pueden resistir. La superficialidad con que encara sus relaciones puede hacer que estas se conviertan en un mero juego en el que siempre quiere ser ganador sin importarle el daño que con esto pueda causar. Su imaginación le dictará palabras y promesas no siempre verdaderas con tal de llegar a sus fines; pero él mismo puede caer en la trampa al creerse sus propias palabras. No es que mienta, es que se trata de la verdad en ‘esos’ momentos. Aquellos que se acercan a un Géminis con sentimientos amorosos, suelen quedarse desconcertados por sus cambios extremos; así, a una noche de amor, puede responder al día siguiente con una sensación de frialdad. En el fondo, aunque empeñe en mostrar lo contrario, Géminis sueña con el gran amor, perfecto y duradero. De ahí, su constante huida, su probar y buscar más allá. Pero también su temor intrínseco a perder su libertad, le impide concretarlo. Su miedo al compromiso le hace ser reservado sobre sus sentimientos."

    ResponderEliminar
  10. ¿"Escritor profesional?", "¿profuso escritor?". Veamos: Escribes y publicas diarios, más o menos los mismos que yo (lo que no te impide hacer reseñas sobre los de tus colegas). Escribes y publicas poemas en libros, antologías y, creo, obras más o menos completas (lo que tampoco te impide reseñar los de tus colegas). Y en esto también más o menos igual que yo. Has publicado y publicas semanalmente desde hace cuarenta años en toda clase de periódicos (cierto que muchos de estos son de circulación comarcal) miles de páginas. Has dirigido docenas de revistas literarias, alguna, Clarín, desde hace treinta años, centenares de números, no por minoritarios menos trabajosos. La que yo dirigí duró dos números. Has escrito literalmente miles de reseñas literarias con un gran empeño. Incluso novelas, esas de los aparecidos y presencias fantasmáticas, que metes en tus diarios. Has escrito ensayos de literatura, decenas de prólogos para libros de otros, y participado en centenares de presentaciones. Has dado cientos de conferencias, y formas parte de un gran número de jurados literarios, algunos relevantes, como el Príncipe/Princesa de Asturias. Durante cuarenta años has sido profesor con una gran carga docente. No los he contado, pero andan por el mundo cuarenta o cincuenta libros con tu nombre y muchos más si contamos aquellos en los que apareces como editor, prologuista o antólogo (afición muy tuya). En que cuelgues cada semana uno o dos retratos tuyos diferentes, en poses interesantes, yo no veo el narcisismo de un hombre que se tiene por guapo, como alguien pudiera maliciar, sino el compromiso de quien se encuentra en una permanente campaña de sí mismo: o sea, el sacrificio de un gran profesional. ¿Qué diferencia hay entonces entre un escritor profesional y profuso y tú? Seguramente esta: el profesional cuenta con lectores y puede vivir de lo que escribe, y tú no. Yo, sin embargo, no le doy ninguna importancia ni a la cantidad ni a las ventas, que no explican gran cosa. Y si tenemos que hablar de la calidad, es mejor dejárselo a otros, para no ser jueces y parte. Si no he leído mal, parece que te gustaría que yo publicara menos. A mí, al revés: querría que tú publicaras más todavía, y más de todo. Es cosa que gusta mucho a los lectores, amantes siempre de las comparaciones. En fin, disculpa el abuso y gracias por la hospitalidad. Saludos. A.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por una vez, y sin que sirva de precedente, debo darle la razón a mi contradictor favorito: soy el escritor no profesional más profesional del mundo.

      JLGM

      Eliminar
    2. Y si se zanja una polémica que solo va a servir para postureo y nos felicitamos todos las Navidades? Lo digo porque estos partidos de tenis aburren y siempre queda la sospecha de que están preparados
      Por ejemplo, que Martín vuelva a las andadas con lo ocurrido en aquella presentación no viene a cuento ni el 28 de diciembre.

      Eliminar
    3. Te agradezco que me des la razón tan fácilmente, pero no me hago ilusiones. Dentro de un año, cuando se publique en libro tu diario, la entrada que ha dado lugar a estas tres intervenciones mías aparecerá tal cual, sin variar una coma, y por supuesto sin la menor alusión a ellas. Aunque, dado el número de lectores, eso no debiera preocuparnos gran cosa, por respeto a ellos deberías recordarles allí 1: que te hacía una gran ilusión enemistarte conmigo, y que no has parado hasta conseguirlo a base de toda clase de impertinencias más o menos afrentosas (lo cual, por cierto, ha tenido una consecuencia positiva: has dejado de reseñar mis libros tal como venías haciéndolo últimamente). y 2: que has escrito, publicado y hecho más que ningún escritor profesional para tener reconocimiento y lectores, y que si no lo has logrado, tampoco es culpa mía. Ahora, como te conozco bien, seguirás diciendo que 1: te guardo un grandísimo rencor (cuando lo único que te he pedido en privado y en público, ¡y por tu propio bien!, es que trates siempre con respeto aquello que criticas (porque a menudo la insolencia no es más que la máscara de un complejo o, peor, de una carencia, y que aunque el crítico no sienta el respeto hacia aquello de lo que se ocupa, debe fingirlo, sin dejar de criticarlo), y 2: que soy un escritor al que lo que tú llamas éxito (¿en serio crees que el éxito es eso?) ha estropeado. Supongo que seguirás diciendo esto mismo eternamente, porque no he visto a nadie tan… cerril (no veas en esta palabra nada personal), quiero decir, que estos tres correos míos han sido una vez más inútiles. Pero, qué quieres, yo soy así

      Eliminar
    4. ¿Te doy la razón? Más bien parezco dártela. Pero ningún inconveniente tengo en seguir dándotela de la misma manera: vendo poco (y lo siento, pero no por mí: por Abelardo Linares), no tengo premios, no me reseñan en Babelia ni en ningún otro suplemento, no me tienen en cuenta en los recuentos anuales... Ya sé qué debería ir de víctima y de ninguneado por la vida. Pero no me va. Estoy donde quiero estar. Y me alegran mucho tus premios y tus éxitos. De verdad.

      JLGM

      Eliminar
  11. Anónimo que no eres tú18 de diciembre de 2016, 23:22

    En este texto hay aún más erratas que en el del otro blog, que ya es decir.

    En cuanto a la polémica del día, digamos con la mayor objetividad posible, que como poeta y diarista es bastante mejor García Martín que
    Trapiello. El Diario de este último, a mí, que soy muy aficionado al género, se me ha caído varias veces de las manos. Tengo tres o cuatro volúmenes de "El salón..." y he sido, cada vez que he intentado leerlos, incapaz de hacerlo, quizás a causa del hecho incomprensible de que su autor no dé los nombres de la gente de la que habla, lo cual le quita el 90 % del interés y les da un tono de cobardía que resulta muy desagradable. Imagina uno mal los Diarios de los Goncourt o de Léautaud, por ejemplo, sin los nombres de la gente de la que hablan. Perderían casi todo su interés. Para que un Diario sin nombres conserve su interés hay que ser Pepys, Amiel, Bloy, Jules Renard, Mihail Sebastian, Gombrowicz o Julien Green. En ese sentido el Diario de García Martín es mucho más sincero y por ello bastante más interesante que el de Trapiello. Aunque no cuente todo lo que vive, en lo que cuenta es claro y da la cara.

    El único libro de Trapiello que se seguirá leyendo dentro de 50 años es, para mí, "Las armas y las letras". Del resto, poesía, novela, ensayos y artículos, no quedará nada. Mientras que de García Martín una antología de su poesía y su Diario se seguirán editando y leyendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. señor Pablo75: Que ha leído usted usted unos cuantos diarios tenidos por importantes puede ser cierto. Ahora que eso no le convierte en autoridad de nada. Para empezar ni siquiera se ha dado cuenta que lo que usted tiene por un diario, el de Trapiello, es una novela. Se lo podría explicar tomando un café y no le cobro nada. Con respecto al asunto de la sinceridad usted puede valorarla tanto como quiera, ahora literariamente que es de lo que estamos hablando su valor es exactamente "cero". Si: cero. Y también se lo puedo explicar gratis y pagándole el café.
      Comentaba usted en el blog de Compostela, en una entrada que el autor elimino, que era usted también de León y que le vio una vez allí en una librería. Y que desde entonces no le ha perdido la pista. Se entiende que con el único propósito de combatirlo con sus bien pequeños medios, dicho sea de paso. Porque como crítico debería decir su nombre aunque nada nos vaya a significar. Y como anónimo lector, si su salud es buena, debería ocuparse de alguno de los cientos de escritores que le gusten y estén a su alcance.
      Por último siento decirle que sus predicciones tienen el fundamento del calendario zaragozano: AT es el eslabón de una cadena, una cadena que une a Emily, Cunqueiro, Chejov, Azorin, Baroja, Tolstoi, Pla, Cervantes,Rosalía, Dinesen,Ginzburg, Susana Benet... Si,está ahí y ahí nadie puede echarte ni meterte. Se está sin más y todos los autores verdaderos pequeños y grandes están siempre ahí...pero no para todos, sino para quien se los merezca, para quien llegue a ellos.
      Del señor GM no quiero decir nada malo. Que por favor me publique el comentario enviado el lunes a las9.57.Nieves

      Eliminar
  12. Siempre tuve el resentimiento por rasgo capital del carácter de Andrés Trapiello, tal como se deduce de sus artículos y columnas, de sus broncas escritas con colegas y de su estilo, más adusto que grave, más seco que sobrio, con muchas reminiscencias de aquel "salmantino de luto" al que se refirió Neruda. Con frecuencia transmite (a mí, casi siempre) esa impresión del escritor celoso que no cesa de espiar el trabajo de los demás y está permanentemente instalado en el agotador y pernicioso pensamiento comparativo. Un resentimiento seguramente inmotivado, pues ha recibido reconocimientos varios y no parece que venda pocos libros. Pero quizás está inseguro de la calidad de su prosa, o teme haberse quedado satelizando al Quijote a perpetuidad. Me desagrada su ramplona expresión "darte a probar tu propia medicina", como si la crítica consistiera en mafioso intercambio de favores o ataques, y tuviese relación secundaria con lo escrito. La sintaxis de Trapiello con frecuencia se desmanda y descarría (aquí mismo, en su primer comentario, "uno de los amigos o de los escritores que admira", omite un par de comas nada ornamentales, no se iba a molestar en eso, y hace descarrilar el sentido) y su uso del pronombre "uno" en sustitución de "yo" ("ha oído uno", "piensa uno que") suele ser abusivo y desmañado. Pero probablemente el fastidio de fondo que trasluce en casi todo lo que publica Trapiello tiene orígenes políticos: el público lector ha acertado al suponer que está justamente donde está. El muy divulgado "planchazo de Cáceres" tuvo valor de prueba.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo que no eres tú19 de diciembre de 2016, 11:26

      Ha dado usted en el clavo, Antonio P, escribiendo a propósito de Trapiello: "Con frecuencia transmite (a mí, casi siempre) esa impresión del escritor celoso que no cesa de espiar el trabajo de los demás y está permanentemente instalado en el agotador y pernicioso pensamiento comparativo." Una prueba más de ello es la entrada de su blog dedicada a su polémica con Juan Manuel de Prada, a raíz de lo que publicó en su Diario sobre él. Son dos textos escritos con muy mala leche, que rezuman envidia por todas partes, pero todo ello disimulado con un tono falsamente neutro que no engaña a nadie:

      http://hemeroflexia.blogspot.fr/2016/12/el-artista-y-la-mama.html

      Y tiene usted también razón escribiendo que "su uso del pronombre "uno" en sustitución de "yo" ("ha oído uno", "piensa uno que") suele ser abusivo y desmañado". Y no hablemos ya de la estupidez, indigna de un escritor que conoce la gramática, de poner "x" en los plurales masculinos que pueden ser también femeninos: "Cada año el Ministerio de Cultura concede unos cuantos premios nacionales a escritorxs y artistas" (primera frase del último texto publicado en su blog).

      En resumen, que Trapiello, no sólo no tiene un estilo propio, reconocible, sino que escribe con demasiada frecuencia mal.

      Eliminar
    2. Totalmente de acuerdo con Antonio P. y Anónimo que no eres tú.

      Eliminar
  13. Lo que no hace el señor García Martín en su blog, don AT, es censurar a los que le comentan algo que le desagrada. Usted en el suyo, por el contrario, si le mientan con despego a alguno de sus amigos de la ultraderecha (a cuyo distinguido club usted pertenece con la mayor impavidez: las solitarias murallas de Cáceres dan cuenta de ello), o le critican más de lo debido la peregrina idea de resobar el diáfano Quijote con su desgraciada iniciativa de hacer una versión para vagos, tira sin contemplaciones de la podadera. Una paradoja para quien se tiene por tan íntegro y salvapatrias.
    Quede con Dios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo que no eres tú19 de diciembre de 2016, 11:40

      Exactamente, Armando. Trapiello abusa de la censura en su blog. Es en eso, como en general, bastante menos inteligente que García Martín y mucho menos sutil.

      Además censura por envidia. A mí me censuró hace 2 o 3 años un mensaje sobre hallazgos en el Rastro y tardé en comprender por qué lo había hecho.

      Eliminar
    2. Anónimo que no eres tú19 de diciembre de 2016, 19:05

      Perdón, no Armando sino Amate.

      Eliminar
  14. Antonio P, que Trapiello no es una persona precisamente agradable es evidente, que sus muchas escamas delatan una cierta paranoia también, pero el tono y las contestaciones que con frecuencia dedica Martin a sus contertulios en este blog, sean anónimos o no, sean educados o no, sean positivos o no, es de una impertinencia rayana a menudo en la insolencia. Él esgrime que le encanta la polémica y que es aficionado a la discusión, pero para polemizar no hace falta acritud, sobre todo cuando se pretende establecer que se tiene el ego hiperdesarrollado y además se mira a la humanidad por encima del hombro.
    Por eso decía yo anteriormente que ellos dos son tal para cual: se buscan, están imantados, se necesitan porque ya se han pasado de moda las escupideras de salón.
    En cuanto a "Las armas y las letras", se trata, en efecto, de un monumento literario nacional. A mi modo de ver, se mueve mejor AT en el ensayo que en la novela. "Ayer no más" me resultó inconsistente, mal trabada, de escaso interés.

    ResponderEliminar
  15. Anónimo que no eres tú19 de diciembre de 2016, 11:49

    En resumen, que Trapiello es un escritor muy antipático que, por comparación, hace casi simpático a García Martín.

    ResponderEliminar
  16. No pensaba comentar nada, pero la reiteración en atacar a AT por parte de algunos contertulios me incita (casi me obliga) a ello.

    Andrés es un gran escritor, acaso el escritor español vivo al que más y con más gusto he leído; JLGM es el único que, en mis preferencias lectoras, podría competir con él. De ambos he aprendido muchísimo, y sigo haciéndolo; y si no he aprendido más, la culpa es mía, no de ellos, dos maestros excepcionales.

    Lamento la polémica entre ellos, que espero que no dure; pero, ocurra lo que ocurra, seguiré admirándolos, y agradeciendo en lo que pueda lo mucho que les debo. Sé que no pocas cosas que he escrito (particularmente, pero no sólo, en el campo del ensayo) serían distintas, y peores, sin esas lecturas.

    Y esta nota (no podría ser de otra manera) tengo que firmarla.

    José Cereijo

    ResponderEliminar
  17. Anónimo que no eres tú19 de diciembre de 2016, 12:01

    "...la imagen que los no poetas tienen de los poetas." ¿... la imagen que quienes no son poetas tienen de los poetas", querrá usted decir?

    ¡ Qué prueba de indigencia literaria ese "no poetas" ! No sé en qué blog literario un comentador criticaba recientemente esa nueva manía de los periodistas (y de los malos escritores, añadiría yo) citando entre otros muchos ejemplos estos dos, alucinantes, encontrados en la prensa: el no sueño y los no muertos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "La imagen que los no poetas tienen de los poetas" es una frase que se puede citar en cualquier gramática de la lengua española, amigo cien pseudónimos y una sola pedantesca ignorancia verdadera. Por cierto, ha acertado: "los no poetas" equivale a "los que no son poetas" y "habitaciones de fumadores y de no fumadores" a "habitaciones para las personas que fuman y para las personas que no fuman".
      ¡En qué cosas pierde uno el tiempo! Bueno, eso es señal de que me sobra y en algo hay que entretenerse.

      JLGM

      JLGM

      Eliminar
  18. Señor Amate, si le mientan a usted a su madre no se inmute, porque mentiroso viene de mentar, que es echar menta en polvo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quien diga que Trapiello no censura lo que le sale del forro es un falaz.
      El señor Amate dice que no sabe lo que es echar menta en polvo, pero si polvo en manta (zamorana).

      Eliminar
  19. Siento alzar una pequeña voz en medio de los cuchillos que vuelan. Creo que la entrada sobre “Paterson” está mal contada. No he visto la película, así que no puedo hablar mucho por ahí. Pero “Paterson” es la obra poética cumbre de William Carlos Williams, un extensísimo (varios tomos) y fragmentario poema épico que trata de reflejar el habla y la idiosincrasia americanas; y sin esos datos es difícil entender la necesidad del poema de los melocotones (recuerdo los grandes elogios que le dedicaba Denise Levertov a ese poema en concreto) y el resto de cosas que dices de la película, que, repito, no he visto (aunque si leído “Paterson”: quien se defienda en inglés, está disponible en la red).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está disponible en inglés y traducido al español, pero la pelicula no tiene que ver con el poema "Paterson", sino con los poemas que escribe el conductor de autobús (que tienen más que ver con el poemilla de las ciruelas que con el empeño de "Paterson"). Yo no crítico la poesía de William Carlos Williams ni el cuadro blanco de Malévich.

      JLGM

      Eliminar
    2. Mira tú, pensaba que sólo había fragmentos traducidos. Insisto en que está mal contado, ya que es evidente que la película (sin verla) remite directa y esencialmente (desde el mismo título) al mundo del “Paterson” de Williams, y sin esa referencia hay cierta cojera.

      Eliminar
    3. Un poco aventurado decir que algo está mal contado sin saber a qué se refiere. El titulo alude a la ciudad de Paterson, New Jersey, y al conductor de un autobús cuyo nombre es también Paterson. No se habla de ese poema de William Carlos William, sino del de las ciruelas. No está mal ver la película antes de decir si la he contado bien o mal.

      JLGM

      Eliminar
    4. He dicho hasta la saciedad que no la he visto. Pero la película se titula “Paterson”, el protagonista se llama Paterson, la ciudad es la misma del libro de Williams. Pues remite directamente a Williams, ¿no? Aparte de que ese poema es de Williams (está en “Paterson”), no es un poema cualquiera. Quise decir que estas explicaciones eran quizá necesarias en la entrada para una mejor comprensión de la entrada y de tu crítica.

      Eliminar
    5. Qué empeño en sostenella y no enmndalla. Pareces discípulo mío. Williams escribió un poema-libro extenso, complejo, experimental que se titula "Pateson", pero de ese poema no se habla en la película. El único libro de Williams que toma de su biblioteca el protagonista es "Collected Earlier Poems" y de él le lee a su mujer el poema famoso de las ciruelas. ¿Tan difícil resulta entender que, si en la película no se menciona determinada obra de Williams no era necesario aludir a ella en el comentario de la misma?

      Eliminar
    6. Sí, eso de sostenella y no enmendalla es un feo defecto; menos mal que tú no lo tienes.
      Pero OK, no quiero seguir discutiendo, te doy la razón: la película se titula “Paterson”, el pueblo se llama “Paterson”, el protagonista se llama “Paterson” y es poeta y aparecen poemas de William Carlos Williams pero es absurdo hacer mención al libro “Paterson” de William Carlos Williams. No problem.

      Eliminar
    7. No es absurdo, simplemente no es imprescindible en mi comentario. Te pasó lo mismo cuando hablé de la Praga de dos escritoras y tú dijiste que debía haber hablado de la Seifert. Hombre, uno escoge, para eso es el autor del artículo.
      Y me parece que lees demasiado deprisa. Yo nunca descuido la falsa modestia y por eso comienzo diciendo que en lo de "sostenella y no enmendalla" pareces discípulo mío (o sea, que en esa absurda terquedad yo soy maestro).

      JLGM

      Eliminar
  20. En cuanto a la polémica (aunque ya expuse mi punto), creo que escribir las cosas en vez de usar la voz (literatura aparte), enturbia más que aclara. Porque los que discuten por escrito se suelen poner algo “estupendos” (no sé si aplica aquí).

    Yo usaría el teléfono para algo tan sensible, en todo caso (o la presencia, si se puede). Ahí lo dejo.

    Tengo una duda para el señor Martín (y sin afán alguno por mi parte): ¿lo que se necesita comercializar adecuadamente, deja por ello de ser literatura?

    Lo pregunto porque eso me chocó (quizá lo entendí mal).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entendiste mal, Bonifacio. El ser un escritor profesional (los poetas no suelen serlo si no escriben también novelas, como Felipe Benítez Reyes o Juan Bonilla) no indica nada sobre la mayor o menor calidad de la escritura. Tan profesional era Corin Tellado como García Márquez.

      JLGM

      Eliminar
    2. Sí, ya entendí el punto, gracias.

      El sentido sería algo como :

      "Las obras literarias que publica un escritor profesional, en su caso son también productos que hay que comercializar adecuadamente"

      Aunque sí estaba correctamente escrito, fui yo quien lo leí muy literalmente. Mea culpa.

      Eliminar
  21. Este comentario sigue siendo para Anónimo que no eres tú. ( el que firmaba en el blog Compostela como Pablo 75)En el último tomo del Salón aparece una reflexión sobre las personas que se embozan en internet como anónimos refiriendo que la auténtica tragedia de estas personas es que si firmasen con su verdadero nombre sería igual de insignificante y desconocido para todos. No me cabe la menor duda de que aunque firmase con su nombre,AT (fíjese que bastan dos letras) nunca recordaría haberle visto en una librería de León ,hace cuarenta años!! .Nieves

    ResponderEliminar
  22. Le gusta Prada, le gusta García Montero, es normal que no le guste Trapiello y que se guste tanto a sí mismo. No me extraña que en los diarios sólo aparezcan fantasmas. La vida y la decadencia.

    ResponderEliminar
  23. Alguien decía en este mismo blog no hace mucho que había tanta literatura buena que no íbamos a tener tiempo de leer, que nos podíamos permitir el lujo de ignorar la de aquellos escritores que detestáramos como personas. Por lo mismo, he decido no prestar ojos (ni mucho menos billetera) a los productos made in Trapiello, del mismo modo que me privaría de asistir a una exposición de las aseadas acuarelas de un Sánchez Dragó, o de un Jiménez-Losantos, o de un Arcadio Espada, o..., en el caso de que la Providencia les hubiese dotado de don para ello. Antes bien, sacaría billete para Madrid o Londón para gozar de las pinturas de Turner (pongamos por caso) y estoy persuadido de que no iba a empobrecer mi vida por aquella ocasión despreciada.
    Al señor Trapiello le miramos mal en mi masía por sus malas compañías (pareado asonantado) y por la inquina que ha demostrado tener a este pueblo nuestro, digamos mediterráneo.

    ResponderEliminar
  24. Gracias por el enlace, "Anónimo que no eres tú". Pues sí, El Artista y la Mamá es un monumento megalítico a la envidia reconcentrada, escrito con todo el agrio resentimiento de quien sabe que nunca va a alcanzar el frescor, el vigor expresivo, la precisión léxica y la pasión que parecen manar de Prada con toda facilidad y soltura. (Y que conste que me irritó el reciente y brutal desafuero de Juan Manuel sobre Mel Gibson; pero un desliz no eclipsa su obra). Tendría que saber Trapiello muy poco de literatura para no comprender la altura narrativa lograda por Prada. Y no es el caso. Trapiello es un "conocedor" y por eso no ignora que Prada es... otro planeta.

    ResponderEliminar
  25. Es curioso cómo la España futbolera sale siempre la esperes o no. Aquí echan mano al florete JLGM y AT y enseguida las cloacas del internete se alistan de un lado o del otro. Y se juzgan cosas muy raras todas, que no están en los libros, que es al cabo, de los escritores, lo único que debiera importarnos. A mí me resulta tan exótico que AT sea candidato de UPD como que JLGM sea el último defensor de Pedro Sánchez. Me es exótico y me da igual, porque si me interesaran sus veleidades políticas me interesaría qué piensan de esto concreto o de aquello abstracto, no a quién votan, cosa que, al contrario que las ideas, es personal y poco importante. Por cierto, que a mí me parece muy bien si es verdad que AT censura en su blog, porque a menudo los comentaristas se piensan que cualquier blog es su casa, y no lo es; es la casa de quien lo escribe y que te invite a entrar no quiere decir que te puedas poner a insultarle, con o sin razón. También JLGM tiene instaurada la censura previa y es imposible saber cuánto la practica. Pero igual de bien me parece.
    Lo que no tiene sentido es este debate de escoger a AT o a JLGM; ¿Por qué hacerlo, pudiendo elegirlos a los dos? ¿O es que nos hemos vuelto todos periodistas?
    En sus diarios, ambos tratan a las gentes que por ellos pasan más como personajes que como personas. Es inevitable; es lo que pasa en los libros. Lo que pasa es que los personajes basados en hechos reales son muy unamunianos y reclaman derecho a réplica. Da igual que se escriban los nombres reales o que se pongan X, porque habrá quien no se entere de quién es X, pero X se va a enterar siempre de que hablan de él. AT es famoso por algunos retratos crueles que ha hecho, muy divertidos, sí, pero no menos crueles. Grandes piezas de literatura, sí, pero crueles al cabo.
    JLGM también trata a AT como personaje en estos diarios suyos. Que se parezca más o menos a la realidad es asunto que no nos es dado dilucidar. En la caricatura de JLGM, AT es un pesetero que sólo busca el triunfo literario. ¿Es eso verdad? ¿A quién le importa, salvo a AT? Lo mismo ocurre con los retratos de los diarios de AT. ¿Nos debe importar ese parecido como lectores? No. Yo puedo reírme con esa caracterización de AT sin asumir que AT es así, por supuesto. O con la que AT hace de PG, digo, de X. Y luego, ¿qué más da los motivos que haya tras la escritura? Lo que importa es lo que está en los libros. Tal vez la versión en castellano actual del Quijote de AT sea un oportunismo, pero para este lector es un alivio; por primera vez he leído el Quijote sin tener que ir a ver las notas, porque soy de los que no me salto una palabra si no sé lo que es, ni la “deduzco del contexto” como los que así creen que leen sánscrito. Seguiré leyendo el Quijote a saltos o seguido y a veces lo leeré en el original y a veces en el español de AT, que es el mejor prosista, al humilde juicio de este no menos humilde lector, que tiene el español hodierno. ¿Seguiría publicando JLGM sus diarios si no tuviera la página del periódico en la que escribirlos semanalmente? Si la respuesta es que no, y me temo que lo es, el origen de su escritura no es menos crematístico. E igualmente los echaría uno de menos.

    Caléndulo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo dicho: ahora ya existe un Quijote para vagos, que prefieran las mistificaciones a tener que leer unas notas al margen. Está claro.

      Eliminar
    2. Sea pues, y llamémosle Quijote para vagos; o para quienes aceptan, de otro modo, que los clásicos nuestros, que tanto se traducen a otras lenguas, también pueden traducirse a la propia, y del mismo modo que no hay desdoro en leer a Tolstoi en español de hoy, no lo hay tampoco en leer a Cervantes. Y menos aún, don W. C., lo hay en leer cada uno lo que le venga, como le venga y cuando le venga en gana, sin querer aplicar a otros los cerrilismos que nos tienen corta la mente. Claro está.
      Caléndulo

      Eliminar
    3. Quien siendo hispanoparlante necesite que le traduzcan el Quijote original a sus entendederas, no estará capacitado para emitir juicios sobre la calidad de tal o cual escritor en castellano. Solo un ignorante (de la buena letra) hallaría inconvenientes de peso si leyera el texto de Cervantes sin afeites.

      Eliminar
    4. La lengua de Cervantes es casi la misma que hablan hoy los españoles de cierta cultura; las palabras caídas en desuso, como son las de los oficios venidos a menos o extinguidos, el menage, el ajuar doméstico y los tratamientos están todos o casi todos en el diccionario de la RAE. La vagancia de muchos es la que hace árida la lectura del Quijote genuino, por no molestarse en hojear las páginas del mamotreto aquel. Y las glosas que sirven para describir el contexto, enriquecen muchísimo aquella lectura. Un ejemplo:

      aqueste, ta
      Del lat. eccum iste.
      Neutro aquesto.
      Pl. aquestos, aquestas.
      1. adj. dem. poét. este2. U. t. c. pron.

      Eliminar
    5. Totalmente de acuerdo en que esto es una cloaca. Pero no todos estamos en ella por los mismos motivos. Yo compre el primer libro de AT por esta frase de JLGM "Uno de los dos o tres libros que se seguirán leyendo cuando la mayor parte de la literatura de este fin de siglo no sea sino envejecido pasto de eruditos" Por otra parte si AT publicó libros de JLGM era seguro porque le parecían dignos y siempre que le he oído referirse a la obra de JLGM lo hacía con consideración y respeto...
      Periódicamente cuando GM ve que su blog languidece saca a pasear el nombre de AT y esto empieza a echar humo. A mí me parece normal que a AT le moleste que le llamen escritor profuso o profesional. Le dicen esto porque no pueden decirle ninguna otra cosa sin desacreditarse. El mismo GM le dio la razón a AT ...
      Luego se va sumando gente a la trifulca y aquí estamos. Uno que no tiene el más mínimo interés en AT pero que lo lleva leyendo 40 años porque lo vio una vez en una librería de León y yo que consideró a AT es el mejor escritor del siglo y tengo un esguince y estoy harta de estar en casa.
      Con respecto a la crueldad de AT con PG daría para hablar largo y tendido. De todos modos considere que PG no era un inocente escritor sino un hombre muy poderoso e influyente etc etc. A estas alturas de PG se ríen en todas partes y solo le falta que se guasee algún cómico en la tele. Y no creo que sea culpa precisamente de A T. Tenga en cuenta que si todos pensamos en PG en el viaje a Toledo es porque reconocemos el parecido. Es decir, la verdad asoma...
      Nieves

      Eliminar
    6. No confunda, Josefa-Nieves, el número de comentarios con el número de visitas a cada entrada del blog. Eso solo puedo consultarlo yo. Y le aseguro que las entradas con menos comentarios no son las menos leídas. Este blog no es más que una manera de dar a conocer los textos que primero publico en un periódico y luego en libro, no un foro de debate, aunque a veces pueda parecerlo.

      JLGM

      Eliminar
    7. Para ustedes la perrona, amigos míos; no está en mi mano replicar a quien no responde a lo que digo, sino a lo que le parece. Si entienden ustedes el Quijote tan bien como han entendido mi comentario, esto es más un diálogo de besugos que otra cosa, y no soy yo el que huele a pescado rancio.
      Caléndulo

      Eliminar
    8. No se disguste, compañero. Please.

      Eliminar
    9. De verdad que uno no entiende qué les molesta tanto, a quienes leen el Quijote en su original, en que exista una adaptación al castellano moderno para quienes prefieran leerlo así. Qué daño les hará a ellos, para que algunos se pongan como se ponen. Como ya recordé aquí en su día, de los Ensayos de Montaigne, por ejemplo (y era sólo 14 años mayor que Cervantes), existe versión al francés moderno, sin que nadie, que yo sepa, se haya rasgado las vestiduras. Que exista, a nadie le impide leer el original.

      Eliminar
    10. Lo malo es que quien necesite que le "traduzcan" el Quijote a una versión "moderna" difícilmente va a perder el tiempo volviendo a leerlo en la versión original, con lo que se moriría sin degustarla: así de sencillo, así se comportaría, presumiblemente, ese lector a quien tan trabajosa se le hace la lengua culta del Siglo de Oro. Y los que nos tenemos por benefactores de la Humanidad no queremos dejar -si está en nuestra mano evitarlo- que se produzca semejante desperdicio, además de cierto aborrecimiento porque la sociedad actual española se vaya dejando deslizar por el resbaladero de lo fácil y mascado, en lugar de emplearse en el desarrollo de las facultades más nobles del cacumen.
      El que se conforme, a este respecto, con la prosa de Trapiello que lo haga, es su derecho, pero que no quiera convencer a los críticos con monsergas tan endebles. En fin: cuestión de finura de paladar.

      Eliminar
    11. El problema son los paladares tan finos que prefieren que entre leer el Quijote en castellano moderno o no leerlo en absoluto, se opte por la segunda posibilidad.
      Yo leo, por ejemplo, al Arcipreste en su lengua medieval; pero las versiones modernizadas de Castalia en su colección "Odres Nuevos" (allí fue donde lo leí por primera vez) no me parecen ningún disparate, ni me han impedido, todo lo contrario, llegar al original. Y para quienes no lleguen, me parece una alternativa completamente válida.
      En resumen: entre el original y la versión moderna, el original, sin duda; entre la versión moderna y ninguna versión, la moderna, también sin duda. Lo demás me parece, con perdón, cogérsela con papel de fumar.
      Y no creo que ni Odres Nuevos ni la modernización francesa de Montaigne sean signos de que las sociedades española o francesa "se vayan dejando deslizar", etcétera. Me pregunto qué pensaría usted de la época en que la ópera se traducía (quiero decir, que Die Zauberflöte, por ejemplo, se cantaba no en su original alemán, sino en la lengua del país donde se representara), o de aquella (la costumbre desapareció en el siglo XIX) en que las tragedias de Shakespeare, por ejemplo, se representaban en la misma Inglaterra no sólo en versiones adaptadas, sino con happy end añadido (por ejemplo, Cordelia no moría y todo terminaba felizmente). ¿Es ése el bendito tiempo que echa de menos?

      Eliminar
    12. Hombre, yo no echo de menos aquel tiempo en absoluto, qué tendrá eso que ver. Lo que echo de menos es cierto afán por el trabajo bien hecho, por la opción de lo mejor que requiera cierto esfuerzo en detrimento de lo menos bueno pero fácil: así de sencillo.
      El ejemplo del Arcipreste no es adecuado, dado que en este caso se trata de un castellano más arcaico, nada que ver con el de Cervantes, perfectamente entendible para un español leído. Por cierto: alguien decía por aquí que también se traducía al español la obra de Tolstói... Qué cosas se llegan a decir. Así que estimo que el Quijote, para degustarlo, no precisa que se le trasvase a ningún odre de nueva factura, sirve perfectamente el que lo atesora desde que fue escrito.
      En cuanto a la Flauta Mágica... Pues que se trata de una partitura musical, en la que los valores supremos están contenidos en el pentagrama, siendo los literarios de menor importancia, aun en el alemán original. Nada que ver con una obra literaria.
      Y los estropicios que hayan podido cometerse con la obra de Shakespeare eso serán: estropicios. Nadie niega aquí la realidad de su existencia, lo que hace uno es maliciar de su calidad si se la comparara con el original. Es tan evidente...
      Presumo que quien deseche el Quijote original y sin embargo se incline por el de Trapiello parte de un prejuicio extendido pero infundado, como es el de la presunta dificultad de comprensión de aquel. Si así ocurriese, el sujeto se iba a encontrar con algo interesante de leer, pero no habría leído el genuino Quijote. ¿Importa mucho ello? A mi me importaría; no digo si mucho o poco, pero me importaría. Por eso cito lo del paladar de cada cual. Y, desde luego, creo que es poco probable que quien así eligiese volviera algún día a beber del odre original.

      Eliminar
    13. Lo de Montaigne en Francia lo olvidamos, diga usted que sí. Y también que usted ha hablado de, le cito, la sociedad "se vaya dejando deslizar", etcétera (¿dónde está ese tiempo mítico anterior al "deslizamiento"? No, como ya he mostrado, en el siglo XIX. ¿En el XX? ¿En la época de Franco quizá? ¿O en el primer tercio, con un porcentaje de analfabetos, por ejemplo, superior al 50%?). Yo me temo que usted, por lo que dice, sea de aquellos que no aceptan, por ejemplo, traducción alguna, de los que dicen que a Homero o se le lee en su original griego o no se le ha leído. Algunos de los mejores, de los más hondos y perspicaces, lectores que ha tenido el Quijote no conocían el español. Claro que tampoco tenían su sutilísimo paladar, váyase lo uno por lo otro.

      Eliminar
    14. Dil, no hace falta remontarse muy arriba por el resbaladero de la Historia para detectar que la caída empezó a hacerse progresivamente acelerada digamos...desde hace veinte años o quizás algo más (¿acaso soy el contable de las taras de mi hermano?). Pero te equivocas si piensas que me estoy refiriendo a un decaer de la cultura libresca o de la tasa de analfabetismo, fetén o funcional. No, es algo más genérico. Me refiero al punto de inflexión a partir del cual ciertos valores objetivamente valiosos para el desarrollo humano empezaron a perderse, a ser sustituidos por otros que venían inducidos por intereses ideológicos, mercantiles en la mayor parte de los casos: la frondosa lengua española una de esas cosas. Y aquel carácter que era común a casi todos, aquel estar en la vida con su miajilla de estoicismo, su adarme de reflexión, su azumbre de rebeldía (podrías consultar con AT y que te tradujera estas palabras al cristiano actual) y algunas otras entelequias que, probablemente, avergonzarían a un adolescente de hoy (ya sabes, hasta los treinta y nueve) si se las atribuyeran, decayeron y en ello estamos. Y en ese contexto decadente critico lo poco sufrido que ha llegado a ser el lector indígena, que valora como bueno que exista una versión del Quijote traducida (traicionada, a mi ver) al castellano actual.
      Salute.

      Eliminar
    15. Como dice Borges ("Nueva refutación del tiempo", en "Otras inquisiciones"), "le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir". La tendencia a idealizar el pasado, próximo o remoto, por contraste con la grisura y mediocridad del presente, es casi connatural al hombre. El ejemplo de Manrique es obvio; pero lo que realmente dice, y a menudo no se repara en ello, es "cómo, A NUESTRO PARESCER, / cualquiera tiempo pasado / fue mejor". Yo ni creo que estemos tan mal, ni que antes estuviéramos tan bien. Y sigo pensando que la modernización del Quijote, que no he leído ni probablemente leeré, no hace daño a nadie (el original siempre estará ahí), y puede ser útil a algunos. A los que no se me ocurre despreciar: cada uno hace lo que puede, o lo que sabe.

      Eliminar
    16. ¿Despreciar? En absoluto: ¿cómo hacerlo con alguien que quiera acercarse a la obra de Cervantes?
      En cuanto a las traducciones a otras lenguas -ya no del Quijote sino de cualquier obra literaria-, decir que existe la distorsión insuperable, de modo que -por poner un ejemplo en otra parte citado- las personas desconocedoras del español pero que leyeron el Quijote con gran aprovechamiento, leerían algo muy meritorio, pero desde luego que no lo mismo que escribió Cervantes. Y en literatura importa más el cómo que el qué; ciertas sutilezas y la belleza formal del idioma se han de perder necesariamente en una traducción.
      Se han dado casos especiales, como el de Sigmund Freud, que al parecer aprendió español para leer esta obra señera en la lengua original (se ve que este gran hombre reconocía que aquella era la única manera de captar todas las esencias que contiene el texto cervantino). Porque, se mire como se mire, en poesía o en literatura en general, la barrera del idioma hace que solo podamos aprehender algo aproximado -en mayor o menor grado- al original escrito en otra lengua y traducido a la nuestra. Por eso los hispanoparlantes nos tenemos que congratular de tener el privilegio de poder leer el Quijote genuino sin intermediarios. Y no hacerlo me parece una pena. Nada más que eso.

      Eliminar
    17. A cambio de esa congratulación, tan justa, habremos de perdernos la gran mayoría de la literatura universal, a no ser que dominemos las respectivas lenguas. Yo he leido a Homero, a Virgilio, a Shakespeare y a tantos otros en buenas traducciones (conozco varias en cada caso), y creo poder decir que, en efecto, los he leído.

      Sostenía Pound que una gran época literaria es siempre una época de traducciones. Y creo que eso es obvio. Baste pensar en Garcilaso y Bécquer, para Cernuda iniciadores de la poesía moderna y la contemporánea, respectivamente, en nuestra lengua, y lo que debieron a la literatura italiana y a la alemana, respectivamente. Para Bécquer, en particular, fue decisiva la lectura de Heine, sobre todo en las traducciones de Eulogio Florentino Sanz.

      Eliminar
  26. y II:

    Ahora se vienen aquí con sus cosas de escritores: JLGM caricaturizando al escritor AT y AT chuleándose de que el escritor JLGM no tiene la fama que le gustaría. Qué más dará todo ello, por más unamuniano y entretenido que sea. La pena sería que de verdad dejaran de ser amigos por no ver o no aceptar que el otro se niega a verse reducido a personaje y responder caricaturizándose mutuamente aún más. Se les podría pedir una tregua, pero a JLGM, AT es un personaje que le gusta demasiado y no le va a dejar escapar. Y saltando del diario a la realidad, AT no hace más que darle gusto y animarle a seguir y a pincharle más aún. La verdad es que de todo esto deduzco -y perdón por ello; no quería hacerlo- que JLGM y AT siguen siendo amigos. No se dan igual. Aunque se lancen pullitas de ancianos que, en el fondo, es su manera de decirse que se quieren (en eso se parecen los ancianos y los niños). Cosas del ego, supongo.

    Caléndulo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Quién será "Caléndula"? Dice cosas muy sensatas. Debería firmar con su nombre. Y yo no voy a desmentir lo que dice de mí, salvo en un punto, que indica que me ha leído menos de lo que quiere dar a entender (no se lo reprocho). Dice que soy tan "pesetero" como Trapiello porque si no publicara mi diario semanalmente en el periódico no lo escribiría. Ignora que los primeros tomos se publicaron solo en libro y que así seguirían publicándose si no hubiera tenido la suerte de que me pidieran anticiparlos primero en un diario y luego en otro. Mi admirado Trapiello tiene mucho más éxito que yo, pero le parece poco; a mí el que tengo me parece suficiente. Yo soy un hombre muy modesto. Mi lema es en cuanto a premios y honores: no recibir ninguno, pero merecerlos todos.

      JLGM

      Eliminar
    2. Si no firmo con mi nombre, amigo Martín, es porque no siendo yo de los que usan del anonimato para insultar, me sirvo de él para que no me insulten; como en esta misma serie de comentarios se ha visto, es costumbre bastante extendida, y al decir mis cosas con máscara, las ideas buenas serán tenidas por tales y las malas rebatidas, lo que ha de darme más gusto aún, pues no soy de los que pierden ocasión de aprender algo; y todo ello sin prestar atención a mi persona. Dicho lo cual, te pido disculpas, pues es evidente que no supe explicarme. No quise yo llamarte pesetero, pues bien sé que no lo eres; sólo señalar que podría decírsete tal casi con los mismos argumentos que tu usas para caricaturizar a AT. Más de una vez te he leído -u oído; para que veas que te escucho tanto como te leo- que la mejor musa es el encargo. No creo yo que AT sea más profesional que tú en ese sentido; y de encargos han venido algunas cosas tuyas que de otro modo no hubieran existido, aunque las más de las veces hayas sido tú el simulado encargador de lo escrito. En cuanto al éxito, es de sabios contentarse con el que uno tiene, y aun diría más, saber que el éxito no es cosa de contar los que a uno le siguen hoy, sino de repasar el número de los que le recordarán mañana; y siendo esto de todo punto imposible, bueno es contentarse con lo que el hoy nos traiga. Mas, conformándose alegremente con lo que uno tenga, más sabiduría hay aún en no envidiar el número de los que siguen a otro, ni las oportunidades que de ello surjan en forma de musas encargadoras o similares. Por último, bien sé que hay poco de fiar en tus modestias, y que cuando ahora dices "Yo soy un hombre modesto" dejas sin decir la otra parte de esa frase que tanto te gusta: "como todos los grandes hombres". Cargue cada uno con la fama que le toque en suerte, y sigamos todos encontrándonos en los libros, que por algo empezamos por ir a ellos, y por algo nos sentimos tan raros al salirnos, costándonos tanto entender y que nos entiendan. Salud.
      Caléndulo

      Eliminar
    3. Muy bien el comentario. Una apostilla, sin embargo. No necesitaba añadir "como todos los grandes hombres" porque añadía otra cosa: que no quería recibir premios, que me bastaba con merecerlos todos (¿hay vanidad mayor?). Mi deporte favorito es burlarme de la falsa modestia (sobre todo, de la mía).

      JLGM

      Eliminar
    4. Cómo eres, Martín; hasta para darme la razón antes tienes que quitármela. No me extraña que te gusten los gatos.
      Caléndulo

      Eliminar
  27. Perico el de los palotes20 de diciembre de 2016, 12:22

    Trapiello va por ahí de humilde obrero de la literatura, de hombre discreto dedicado plenamente a su Obra, de modesto gran erudito literario, pero en realidad es alguien con mucha ambición que soporta mal el éxito de sus colegas contemporáneos (sobre todo cuando es merecido) y que ha sustituido su falta de talento literario evidente por una excelente organización del trabajo y la tenacidad típica de la gente devorada por la megalomanía íntima. Un artesano obstinado más que un artista inspirado. Un periodista literario más que un escritor de verdad. Un curioso de la literatura más que un autor con mundo propio, con pensamiento propio, con visión de la vida propia.

    Para él la literatura en un negocio familiar que hay que gestionar bien, una empresa cuyas mercancías hay que promocionar bien, un pequeño comercio cuyos productos hay que vender bien. Ha escogido la literatura pero igual hubiera podido escoger cualquier otra rama de la economía, cultural o no.

    Por el contrario, García Martín es sencillamente un escritor. Bueno o malo, la posteridad lo dirá. Pero que es un escritor puro nadie puede negarlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy amable, Perico, conmigo y muy poco con Trapiello. Para administrar bien el talento, lo primero que hace falta es tener talento. Y el de Andrés Trapiello yo he sido uno de los primeros en reconocerlo y de los más constantes en aplaudirlo.

      JLGM

      Eliminar
    2. Por mucho que se vaya cambiando el alias Pablo75 no deja de ser un pobre hombre de nombre y trayectoria insignificante corroido por la envidia hacia un escritor de su pueblo al que vio ! hace cuarenta años! en una libreria!Nieves

      Eliminar
  28. Anónimo (Veneciano)20 de diciembre de 2016, 17:59

    Madre mía, don Jose Luis, que dificil debe ser su oficio. De crítico, me refiero. Y me quejo yo de la mecánica. Ya ve el pitote que hay montado por admirar a uno o admirar a otro. Los que odian a Pepito no perdonan que otros no lo odien. Los que adoran a Juanito no perdonan que otros no lo adoran. Dios cómo somos! Es que es todo personal y va en gustos? O hay de verdad buena y mala calidad y cómo los distingue? Cómo se sabe que son malos los versos del del autobús? A mi me gusta mucho la biografia, la memoria, y el diario. Pero los diarios a veces son ajustes de cuentas que no se atrevieron a ajustarlas en caliente. Tiene que estar muy bien lo suyo, tener la habilidad de separar lo que es grano de la paja. Y sin despeinarse. Lo que me ha parecido un poco pijo es eso de nombrar por iniciales, MJ, HQ, y tal, o sea, que yo soy AV. Me ha mandado un enlace a su web un amigo que tambien le gusta leer. Entretenida sí que es la web. Hasta pronto y que ponga un poco de orden en este zifostio, que usted puede.

    ResponderEliminar
  29. Caléndulo es... ¿Fernández Tresguerres? Yo creo que sí. Estaría por apostar mi indiscreción a que sí lo es.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Don Julián; ¿y qué más dará quién yo sea? Cuando el sabio señala a la luna, el tonto mira el dedo. Dicho sea sin intención de faltar.
      Caléndulo

      Eliminar
    2. No. No es él. Impensable de Alfonso que vaya a dilapidar su ingenio de esa manera tan vanal. Con sabios, dedos, tontos y lunas.

      En cualquier caso, animo a todos los lectores de este gran blog a que les den un repaso a sus artículos en el Catoblepas.

      Un saludo navideño para todos. Incluido ese dedo que señala la luna en el que tanto me gusta, a mí, fijarme.

      Eliminar
    3. Banal, don Julián; banal.

      Eliminar
    4. Pido disculpas por el error ortográfico en el que he incurrido porque es estratosférico. Lo siento. ;-)

      Eliminar
  30. Si Martín se refiere a la presentación habida en La Alberti, a la que asistí, diría que resultó tan amena y chispeante que no pocos interpretamos amsño entre él y Trapiello para conseguir una velada diferente de los habituales ladrillos en que se suelen convertir estos actos. Cierto que Trapiello estuvo vehemente y no paró de interrumpir, pero jamás se podría pensar que lo hacía buscando reventar el momento, sino jugando con la pimienta y la sal ante un Martín que tampoco estuvo precisamente soso ni derrotado.
    Por eso no entiendo esta crítica extemporánea que ahora lleva a cabo recordando aquella sesión, desde luego mucho más divertida que las frecuentes en La Alberti, donde presentador y presentado se limitan a cumplir el trámite de forma aburrida. Lo dice quién acude a Los Encuentros al menos una vez a la semana y por tanto opina con pleno conocimiento de causa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La memoria engaña, Blas Paredes: no es que Trapiello no parara de interrumpir, es que estuvo hablando, sin permitir que se le interrumpiera, durante tres cuartos de hora (y la presentación duró una hora escasa). Yo lo llevé bien, pero luego vi que la cosa iba en serio. A mí me gusta mucho pelear con los amigos, pero sin que la sangre llegue al río. Pero ya hemos firmado el armisticio y reconocido cada uno, como buenos países vecinos, sus fronteras naturales.

      JLGM

      Eliminar
    2. Perdone mi insistencia, Martin, la velada de ustedes resultó amena como pocas. He dicho antes que he asistido a casi todos "Los Encuentros", los martes, y, salvo su presentación y otras cuatro, protagonizadas respectivamente por Muñoz Molina con un veterano poeta cordobés, por García Montero, por Luis Landero, y la reciente de David Trueba, el resto resultaron soporíferas por la propia insulsa personalidad de los convocados. Yo aquel martes "de autos", me divertí muchísimo con el ingenio y la chispa de los dos. Y ya digo, a mi alrededor, en la incomoda sala, se extendió el convencimiento de que el guión estaba preparado porque costaba admitir el espectáculo de un atasco continuo con improvisación. En cuanto a usted, si me lo admite, recibí la impresión de tener delante a un magnífico boxeador dialéctico que esquivó tantos golpes como propinó. Y continuando con respetuosas sugerencias, no creo que aquel pellizco (tal vez inoportuno o inconveniente) se deba convertir en una herida sin cura. Risas hubo muchas, quedémonos con ese recuerdo.

      Eliminar
    3. Pues muchas gracias por ese buen recuerdo. Voy a desvelar un secreto, aunque no debería. El enfrentamiento real ocurrió luego cuando el domingo apareció mi diario y en él discrepaba de la "traducción" del Quijote: fue entonces cuando recibí cartas desagradables que no eran ninguna broma. Pero dejemos eso. Lo que ocurre entre bambalinas que se quede entre bambalinas.

      JLGM

      Eliminar
    4. No soy nada amigo de practicar el buenísimo, pero el resquemor no es una virtud y, en cambio, el perdón y el olvido agigantan. Jurar rencor eterno y mantenerlo nunca me ha parecido el mejor desenlace para los conflictos, sobre todo porque el paso del tiempo los devalúa y al advertirlo cometemos el error de exigirle a la memoria que nos refresque lo ocurrido, ante el miedo de resultar blandos a los espectadores.
      Término pidiéndole disculpas si mis palabras le han parecido un sermón. Monja no quiero ser, pero los años le ayudan a uno a quitarle importancia a lo que tiene poca. Otra vez disculpas

      Eliminar
    5. Miguel el Entrerriano21 de diciembre de 2016, 11:19

      Lejos de mí la intención de hurgar en la llaga o añadir leña al fuego, pero sería muy oportuno saber en este punto preciso (pensando en los que no estamos en el ajo de la polémica) qué rayos le dijo usted al autor de la traducción, o cuán desatinada la juzgó, para que este le dirigiese cartas desagradables, sabiendo que usted es una bella persona sin dobleces ni aviesas intenciones, sólo que de sinceridad inquebrantable. Supongo que no querrá reproducir en su blog la crítica de nuevo, no sea que las malas pulgas del traduttore eleven a cruz y raya lo que por el momento sólo parece aspereza en el trato, pero podría usted al menos indicar a los curiosos donde encontrar la citada opinión inadecuada (digamos), ya sea libro, artículo o enlace de la Red.
      No, qué va, si no es morbo, sino sólamente que su opinión interesa, y seguro que es instructiva, tanto para nuestra mejor formación literaria como para nuestra perfección moral, pues sin duda nos ayudará a medir y limitar lo que es permisible decir a un amigo sin herir su amor propio (aunque hay amores propios tan frágiles e impropios que se quiebran por nada).
      Es gracias que espero alcanzar de su reconocida bondad cuya... Etc.

      Eliminar
    6. No es ningún secreto. Las cartas ya las publico AT en su blog en aquel momento. Supongo que seguirán allí. Nieves

      Eliminar
    7. No sé si publicó sus cartas. Lo que es público es lo que yo dije de su versión del Quijote en Café Arcadia y en Crisis de Papel. Cualquiera puede consultarlo.

      Eliminar
  31. Creo que ese mal llamado “Quijote para vagos” es más bien como unas gafas de farmacia para la presbicia. Para gente a la que cansa leer. Pero sí se esfuerza en ello, y necesita algo de aumento. Para gafas graduadas, cualquier óptica.

    (Hoy me ha dado por las gafas).

    ResponderEliminar
  32. Cinco días y setenta comentarios después, sedimentada la polémica, que no ha sido precisamente una tender story, si algo me queda finalmente claro es el buen carácter y la magnanimidad de Martín, siempre lejos de enconamientos y rencores. Cuando entré por primera vez en este blog me sorprendió que algunos se dirigieran al autor como "buen Martín". Ahora lo entiendo perfectamente. El desapego, el lírico distanciamiento de Martín de premios y honores, del éxito mundano, traza una imagen suya de gentleman muy acorde con la idea popular y romántica del poeta. Claro que eso no basta para hacer un escritor. Pero sí que basta el haber sido capaz de escribir, por ejemplo:

    "Déjame hacer un fuego con mi vida,
    deja que ardan todos estos años,
    también los libros de mi biblioteca,
    versos, amores, tardes, desamparo.
    Que el viento lleve toda la ceniza
    lejos, muy lejos, a un rincón sin nadie,
    a una cumbre con nieve, al negro mar.
    .....
    El tiempo ya es ceniza entre mis manos,
    son ceniza mis manos en el viento,
    en esta noche, en el jardín sin nadie,
    con sólo un árbol donde Dios se ha ahorcado."

    Gracias, Martín. O mejor: Gracias, buen Martín.

    ResponderEliminar
  33. A mí me gustan los diarios de García Martín porque siempre te descubre cosas nuevas. Hay mucho de poético en ellos. Como en las historias que intercala, que parten de la realidad pero terminan como piezas independientes. Creo que es en “Fuego amigo” donde interpone una más extensa, con muchos planos de realidad, y en la que llegamos a encontramos con un muy verosímil y encantador Cernuda. Pero sin engañar nunca al lector, al contrario de lo que ocurre con la tramposa novela histórica, o historia novelada. Y también me parecen muy didácticos. Hay escritores actuales que yo no he leído pero que me son familiares gracias a esos diarios. Y los trata siempre con respeto. Ahora bien, como él mismo dijo en la famosa presentación, las personas no somos ángeles, no vamos por ahí levitando. Somos humanos, y ese es el material con el que trabaja el escritor. Aun así, y a pesar de su fama, a mí me parece muy delicado. No se deja llevar por el ruido y la furia de la actualidad literaria, tan tendente a la caricatura y a la burla, ni por el cuchicheo de salón. Y lo mismo opino de sus críticas. No me parece a mí que disfrute cuando tiene que hacer reseñas negativas, pero es su deber para con sus lectores y él lo cumple a la perfección. Es al escritor en cuestión al que le corresponde aprender o rebatir los argumentos. Como con sus alumnos, García Martín es a la vez escéptico y optimista con los libros que se propone reseñar. En resumidas cuentas, estamos ante un escritor que no descree nunca del mundo. Antes bien, lo convierte en una inagotable maravilla.

    ResponderEliminar
  34. Lo que no me parece nada claro en GM es esa confusión de su rol como crítico y como escritor. Si es crítico, no debería ser amigo de otros escritores, como AT en este caso y pedirles favores como que le presenten sus libros. Todo este toma y daca no me parece nada ético. Es como si un árbitro es amigo y se va a cenar con futbolistas. Por no hablar de que sacar (ahora como escritor) a AT en su blog es hacer subir las acciones de los diarios de GM escritor. En fin, todo muy confuso, por lo que se me hace más que sospechosa su (tu) labor de crítico. O lo uno, o lo otro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué cosas. Pero en algo estoy de acuerdo: este anónimo tiene la mente muy confusa.

      JLGM

      Eliminar
  35. Vaya jauría de hienas. Primero unos ociosos despellejan a Andrés Trapiello y ahora llega el turno de hacer lo propio con García Martín. Toda una demostración a favor de la selección de las intervenciones en los blogs.

    ResponderEliminar
  36. No olvidemos que el hielo también quema. Ese es el problema con la crítica. Pero mientras haya fuego dentro (y eso es lo que importa), todo bien.


    "Con azul de minutos y oleaje de instantes
    en una hora cabe todo el mar
    -infancia, lejanía y cielo
    de verano; en tu sonrisa
    de cien puertas y de cien ventanas
    mi vida cabe y Cartago y Roma
    y esta súbita lluvia rencorosa
    que negra y terca me persigue
    por las calles vacías de febrero
    y no es capaz con su furor helado,
    no de extinguir, de hacer temblar siquiera
    las altas llamas de mi corazón".

    ResponderEliminar
  37. Le agradezco mucho que diga cada dos por tres que las críticas de los suplementos culturales no son críticas sino propaganda. Es el único crítico al que se lo leo y, por eso mismo, el único que para mí tiene credibilidad.

    ResponderEliminar
  38. Que "las críticas de los suplementos culturales no son críticas sino propaganda" es afirmación que no he visto hacer a JLGM, y que me resultaría bien extraño que hiciera: sus propias críticas se han publicado en ellos desde hace muchos años. Que "algunas críticas" de las que en ellos se publican sean pura propaganda, no digo yo que no; que lo sean todas (JG no hace distinciones), me parece un disparate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Propaganda, promoción, relaciones personales... Si no le ha leído usted eso a JLGM es que le ha leído muy poco. Y busque una crítica de cualquiera de sus numerosísimos libros en -qué sé yo- 'Babelia'. No la encontrará pese a que salen un montón de libros de autores muchísimo menos importantes que JLGM.

      Eliminar