Sábado, 5 de marzo
SEA USTED PREMIO NOBEL PARA ESTO
Recuerda Vargas Llosa su última conversación con la
más famosa agente literaria de todos los tiempos: “Carmen, te advierto que lo
que no voy a permitir es que aproveches mi relación con Isabel para promocionar
mi novela”. Pero la página del periódico en que recuerda esa advertencia
reproduce una fotografía suya: “Mario Vargas Llosa en el despacho de su pareja,
Isabel Preysler”. O sea que la frase real no parece que fuera como nos quiere
hacer creer el gran novelista, sino algo así como: “Carmen, no te preocupes que
aprovecharé al máximo mi relación con la ex de Julio Iglesias para vender mejor
mi novela y, si lo crees necesario, en la próxima la cambio por Belén Esteban,
que también tiene mucho tirón mediático”.
(El
despacho lleno de libros de Isabel Preysler parece más bien el de Miguel Boyer
y la casa que utiliza Vargas Llosa para promocionar su libro aquella con
infinitos cuartos de baño que sirvió de munición contra los socialistas en la
primera legislatura de Felipe González. Pero esa es otra historia.)
Domingo, 6 de marzo
MANOS ARRIBA
Aunque no soy de esos listillos que, cuando van al
cine, se entretienen en ir descubriendo los fallos del guión como los malos
lectores las erratas de un libro, me sorprende uno al comienzo de Cien años de perdón, la película de
Daniel Calparsoro. Cuando se están cerrando las puertas del banco con los
atracadores dentro, un cliente tratar de entrar y uno de los atracadores le
dice algo así como que pase si quiere pero mejor que se largue. A la vista del
panorama, escapa corriendo. Poco después, ya las puertas cerradas, uno de los
empleados aprieta el timbre de alarma. Los atracadores lo advierten, le golpean,
gritan: “Ahora tendremos a la policía rodeándonos”. Pero ¿es que pensaban que
el cliente al que dejaron marchar no se lo iba a contar a nadie?
Hay
otros descosidos, pero no importan demasiado porque la historia resulta eficaz.
El que se sitúe en Valencia y se entremezcle con la corrupción política actual (hay
un alter ego de Bárcenas y una
especie de Rajoy femenino) es un punto a
su favor.
No
gustan las películas que solo nos hagan pasar un buen rato. Algo de
trascendentalismo o un poco de denuncia siempre vienen bien.
Los
ladrones somos gente honrada, vendría a ser la moraleja a lo Jardiel; al
contrario que banqueros o políticos, no engañamos sobre nuestras intenciones.
Lunes, 7 de marzo
RIDÍCULA COSTUMBRE
Habla
Fernando Pessoa, en La educación del
estoico, de esa ridícula costumbre de convertir en tragedias del universo
las comedias tristes de la propia intimidad.
Martes, 8 de marzo
UN PERRO VIEJO Y ALGUNOS TONTOS ÚTILES
Me preguntan, primero Ana Vega y luego Inés Illán,
en la grata penumbra del Vetusta, que cómo veo la situación política. “Prefiero
no hablar de ello. Ahora nos queda medio año de parálisis y de marear la perdiz”.
Mi
desánimo es total. Trataré de dedicarme, en estos largos meses de interregno, a
cuidar mi jardín, como el personaje de Voltaire. Tanto burlarnos de la
inteligencia de Rajoy y resulta que es al que mejor le ha salido la jugada. Se
ocupó de tener aprobado los presupuestos del 2016 (sabía que no iba a ser fácil
formar gobierno), al no aceptar el encargo del rey consiguió así retrasar las
siguientes elecciones… Por muy bien que vayan las cosas, nadie nos libra de
tenerle un año en funciones. Y él sabe, es perro viejo, que la opinión pública
tiene memoria de pez. Los casos de corrupción de su partido pronto serán
historia antigua. A finales de este año, o a comienzos del siguiente, tendremos
un nuevo gobierno, con o sin Rajoy, pero del Partido Popular y quizá con nueva
mayoría absoluta.
Claro
que nada de eso habría sido posible sin contar con la entusiasta participación
de Podemos. Fue el único que supo ver lo que se podía esperar de ellos. En el
2011, el afamado 15-M, desalentando al electorado de izquierdas y enardeciendo
al de derecha, le dio la mayoría absoluta que le permitió hacer de su capa un
sayo durante cuatro interminables años; ahora, los herederos de aquellos
indignados, le sostienen hasta que la corrupción se olvide y los votantes
vuelvan al redil.
Mis
amigos de Podemos, no Ana ni Inés, se irritan cuando les cuento esto: “¡Rajoy
se iría si Pedro Sánchez abandona la amistad peligrosa de Rivera y forma un
gobierno de izquierdas!”
Menos
mal que esa opción no es posible (necesitan a los independentistas que han decidido
no participar en el gobierno de España), pienso yo. Un gobierno de izquierdas
con Pablo Iglesias dedicándose a hacer sus gracietas en el Parlamente y a
meterle el dedo en el ojo a su socio, no solo tendría los días contados sino
que sería la mejor garantía para una vuelta de las derechas con mayoría
absoluta.
En
fin, que para no desesperar, no hablaré más del tema. Me dedicaré a cultivar mi
jardín, ya dije. Lo mismo tendrá que hacer el jefe del Estado. Me imagino que
no estará muy contento por tener que empezar de esta manera, en punto muerto,
su reinado. El puntapié a Arias, con que comenzó el anterior, ahora ya no es
posible.
Miércoles, 9 de marzo
LECTOR Y AMANTES
Hojeaba distraído una revista de moda masculina, cuando
de pronto me sorprende el rincón de una librería que conozco bien. Un joven que
luce jeans de Jacob Cohën hace como
que lee junto a la puerta que da al canal
Habíamos
quedado a media tarde en el campo de Santa Maria Formosa. "Te voy a
enseñar una librería que no conoces", me dijiste. "Se anuncia como la
más hermosa del mundo, pero yo creo que es solo la más pintoresca".
Caminamos
por la Calle Lunga S. M. Formosa, larga y estrecha, y en seguida dimos con ella
en un recodo a la izquierda. Sobre los puestos de libros y postales de la
entrada, sesteaban varios gatos. En cuanto yo me puse a hojear una vieja guía,
uno de ello se acercó y clavó sus grandes ojos verdes en mí. "Vigila para
que no te vayas sin pagar", dijiste tú. Yo le llamé el guardián de los
libros y él se acercaba en seguida a saludarme, ya sin temor a que robara nada,
cada vez que me acercaba por allí. Lo hacía siempre que volvía a la ciudad
porque aquel lugar me traía buenos recuerdos. Casi nunca encontré ningún libro
interesante, pero me gustaba pasearme por aquel laberinto, rodear la góndola
cargada de libros, pasar al patio donde viejas enciclopedias que se habían
fundido por la humedad en un único bloque formaban una especie de escalera que
permitía asomarse al muro, y me gustaba sobre todo aquella salida de incendios
abierta espectacularmente sobre el canal cuyas aguas oscuras en ocasiones
parecían querer pasearse por la tienda como un cliente más.
Cuando
entramos la primera vez, éramos solo amigos; al salir... Es curioso como de
pronto se enciende una luz y como vuelve a apagarse de la misma rápida manera.
La última vez que estuve en la librería Alta Acqua, me extrañó no ver a mi
amigo, el guardián de los libros. Tuve un presentimiento, que un cartel escrito
a mano y pegado en la pared confirmó de inmediato: había desaparecido y se
ofrecía una recompensa a quien diera noticias de él. Había desaparecido el gato
y algo más con él.
Nunca
conté esta historia en la que una vez más hice lo que mejor sé hacer: el
ridículo. En la última carta tuya, me invitabas a tu boda. Me excusé, por
supuesto, muy educadamente. No me podía quejar: fui yo quien de inmediato
levantó espinosas defensas para que las cosas no fueran demasiado lejos. Y no
fueron.
A la
librería no volví, por si acaso seguía deambulando por allí tu fantasma. Vuelvo
ahora por la puerta del canal que me abre un joven lector en las páginas de una
revista de moda masculina.
Jueves, 10 de marzo
COMO EN LA ANTIGUA UNIÓN SOVIÉTICA
Caricaturiza Miguel d’Ors, en su último libro, la
conferencia de un teólogo progresista y termina con la siguiente afirmación:
“Tengo clarísimo que con esta clase de personas no merece la pena ponerse a
discutir. Ha elaborado durante años un sistema propio de pensamiento y se les
ha cerrado hasta tal punto que no tiene salida”.
Pero
es exactamente lo que yo pienso de él y quizá lo que muchos otros piensan de
mí. En Todavía más virutas de taller, notas
de varia lección escritas entre 2009 y 2014, insiste Miguel d’Ors en lo que
estamos cansados de oír en ciertas tertulias: la maldad intrínseca de los
nacionalismos, los desvaríos de la memoria histórica, las estupideces de la
corrección política, la propensión al ridículo de los progres… No me indigna
leerle (estoy acostumbrado), solo me deprime. ¿Seré yo un Miguel d’Ors de
izquierdas? ¿Estaré yo viendo el mundo con el mismo simplismo ideológico,
aunque de sentido contrario? A fin de cuentas, los dos estamos igualmente
convencidos de tener más razón que nadie.
Pero
leo alguno de sus comentarios y suspiro aliviado: “Fijémonos en la situación de
la España actual; el César de este momento, de apellido Rodríguez, impone a
todos los niños el aprendizaje del uso del preservativo y el de todas las
modalidades de la sexualidad según las distintas ‘opciones’; trata de forzar a
médicos y enfermeras a provocar abortos…”
Suspiro
aliviado, ya dije. Algo se diferencia mi sistema de pensamiento del de Miguel
d’Ors: a mí no me lleva todavía a incurrir, o eso espero, en la desinformada
calumnia. Y si lo hago sin darme cuenta, que me lo adviertan, para rectificar
de inmediato.
Como
soy tan vanidoso –al contrario que él, humilde por naturaleza, según nos aclara–,
lo que más me ha divertido es mi aparición estelar. “El Malvado, como viene
siendo habitual en él, reseña mi último libro”. Comienza el capitulillo que me
dedica.
¡El
Malvado con mayúscula, el malvado por antonomasia! Creo que, aparte de mi, solo
Hitler, Stalin y quizá Bin Laden han merecido tal honor. “Ese individuo –o sea
yo– primero da la coz que le pide el cuerpo y luego busca motivos para haberla
dado”. ¿Y en qué consiste en ese caso la coz? Pues nada menos que en haberle
puesto algún reparo a un poema en el que rima “degustar” con “Aznar”, “coplero”
con “Zapatero” y “mirlo blanco” con “Franco”.
Con
el Malvado, que se permite tales objeciones, todo razonamiento resulta inútil.
“En casos así –concluye– es la Psiquiatría la que debe tener las competencias”.
Como en la antigua Unión Soviética, añado yo.
En el pensamiento político, creo que lo que te diferencia de Miguel d'Ors es que él piensa como piensa porque es un reaccionario: lo tuyo es mera ingenuidad, cierta ignorancia. Tienes salvación, pero él no.
ResponderEliminarCreo que intelectualmente estamos obligados con nosotros mismos a rechazar el "impasse" que nos están imponiendo los políticos, sobre todo porque es muy probable que la margarita ya esté deshojada y la tarta repartida. Yo les aconsejaría a Inés y Ana que disfrutaran de la juventud y no se preocuparan del futuro. En realidad el determinismo no es un pensamiento tan extraviado si aceptamos que de lo que nos ocurra apenas somos protagonistas. Para disfrutar de esta sabrosa receta es necesario haber vivido la mayor parte de la vida y comprender que la humildad es una de las compañeras más leales.
ResponderEliminarMiguel d'Ors me recuerda a Ignatius Reilly, y no, tú no te pareces en nada. Tú eres un conversador nato, un epicentro literario que se preocupa de las voces que le rodean para sacar el máximo partido de ellas, criticando o encomiando, según sea necesario, como bien demuestra la revista que diriges, la tertulia con tantos jóvenes a los que has apoyado, tu labor crítica y, en fin, toda tu generosa dedicación literaria.
ResponderEliminarPor supuesto que mi comentario sobre MD no se refiere a él personalmente, sino a su forma de escribir, que a veces parece que regaña al lector.
EliminarDe hecho me han dicho que es una persona muy agradable.
Eliminar“Mario Vargas Llosa en casa de su pareja, Isabel Preysler”
ResponderEliminarSolo es un pie de foto, y el entrevistado no lo escoge nunca. Y sería raro que escogiese el titular (si es que lo hay en este caso).
Vargas Llosa no necesita "posar" para promocionarse a estas alturas, si es que lo hizo alguna vez. Lo digo como hecho, calidad como escritor aparte.
No se contradice al pedir que no se use a su novia para hacerlo, otra cosa es que sea ingenuo al pedirlo.
De hecho, lo de su romance con la "socialité" filipina le perjudica. Justo porque suscita comentarios rebuscados e insidiosos como el de esta entrada. Pero no es su culpa.
Otra cosa es lo de "a la vejez viruelas", y que su todavía esposa debe estar haciéndole vudú, pero allá él.
"SEA USTED PREMIO NOBEL PARA ESTO"
Ni él escribe para ser Nobel, ni ser Nobel deja de ser un premio como otro (aunque importante). Ni tampoco es un "título de santidad" que defender.
Se ha metido usted en un jardín, como en el título del post.
Leonardo de Pisa.
Iba a firmar "Leonardo Deprisa", que suena más a periódico y no es mal juego de palabras. Pero fue eso mismo, las prisas.
ResponderEliminarVargas LLosa ha dado todas sus entrevistas promocionales desde el mismo lugar y en todas (comenzando por la primera con JUan Cruz) ha hablado de su relación y en muchas de la posible influencia de su relación actual con el erotismo de su novela. Y si lee a Manuel Sánchez Rivero (en el mismo suplemento en que aparece la entrevista) descubrirá que, dando el anticipo recibido, necesita vender medio millón de ejemplares para que la novela resulte rentable. No me parece que haya duda sobre el uso de su vida privada para vender un poco más ya que ha cobrado más que nadie y neceita vender más que nadie.
ResponderEliminarJLGM
Qué fea es la envidia en general, y las de JLGM en particular...
ResponderEliminarA ver si vuelve por aquí el lector que corregía las erratas y los errores de gramática del propietario de este blog para que podamos leer textos sin faltas.
ResponderEliminarEl lector que corregía las faltas, etcétera, somos varios, me temo. Pero a mí cada vez me cansan más quienes, como "E. s.", se dedican a mirarse al espejo con auténtico placer sexual, carecen de la más mínima sombra de autocrítica y de la más ligera voluntad de aprender, y se creen el Mismo Centro del Mundo, privilegiada posición desde la cual pueden (y deben) descalificar a todo lo que se mueva. Ni siquiera me divierten ya: son tan parecidos todos, y tan cansinos, que ya ni eso. Y por esa triste razón uno comenta cada vez menos: por fatiga.
EliminarUna vez más golpea usted en el vacío, señor "Malvado" (sus anónimos son transparentes).
EliminarPiensa el tal que todos son igual. Él es el que se descubre una vez más con esa vieja obsesión de que yo estoy detrás de cualquiera que le pone algún reparo. Ni siquiera se imagina que existen personas que no necesitan ocultarse para decir lo que piensan (o para desahogar su mal humor).
EliminarJLGM
El "exótico" señor, empeñado en demostrar su ignorante suficiencia. No, mire, yo -métaselo de una vez en esa estrechísima cabecita que tiene- NO SOY JLGM; sólo alguien a quien su empecinada vanidad aburre.
Eliminar@ Miranda
ResponderEliminarSus palabras merecen ser repetidas para que puedan ser releídas: "Tú eres un conversador nato, un epicentro literario que se preocupa de las voces que le rodean para sacar el máximo partido de ellas, criticando o encomiando, según sea necesario, como bien demuestra la revista que diriges, la tertulia con tantos jóvenes a los que has apoyado, tu labor crítica y, en fin, toda tu generosa dedicación literaria."
@ Miranda
ResponderEliminar"Miguel d'Ors me recuerda a Ignatius Reilly", escribe usted. Curiosa manera de insultar al autor de "Curso superior de
ignorancia", que contrariamente a JLGM es un verdadero poeta, que quedará en la Historia de la literatura española - como lo prueba este poema suyo:
"Otro poema de amor
Qué dicha no ser Basho, en cuya voz
florecían tan leves los ciruelos,
ni ser Beethoven con su borrasca en la frente
ni Tomás Moro en el taller de Holbein.
Qué dicha no tener
un bungalow en Denver (Colorado)
ni estar mirando desde el Fitz Roy el silencio
mineral de la tarde patagónica
ni oler la bajamar de Saint-Malo
y estar aquí contigo, respirándote, viendo
la lámpara del techo reflejada en tus ojos."
"¿Seré yo un Miguel d’Ors de izquierdas? ¿Estaré yo viendo el mundo con el mismo simplismo ideológico, aunque de sentido contrario? Pues sí, es exactamente eso. Y D'Ors tiene razón de llamarle "el Malvado", porque lo es usted - como lo sabe usted muy bien.
ResponderEliminarY además de Malvado con mayúscula, "encebollado":
ResponderEliminarhttp://hemeroflexia.blogspot.fr/2016/03/encebollarse.html
Especulativo totalmente. Llosa siempre vende mucho, y su “target” no son los lectores del Hola. Nadie tiene la fórmula del “récord”, además. Bueno, quizá sí J.K Rowling.
ResponderEliminarLo de “sea usted premio Nobel para esto” me sonó a un feísimo defecto, de esos que usted presume de tapar subrayando otros que tiene. Espero equivocarme, y creo que me entiende…
Lo que sí proclama usted es que se empeña en tener la razón siempre. Pero nunca dice que rebusca a veces para eso, como en este caso (eso sí lo tapa). Como sea, el tono de su entrada es chabacano, ahí está el error.
No digo que Llosa no se “haga querer algo”. No lo sé. Yo no hablo sin pruebas. Pero no me parece que sea un mercachifle, otra cosa son los que le rodean. Su defecto es otro, creo.
Más bien es un elitista acartonado, a quien “se le cae el monóculo” con la “degradación cultural contemporánea”, pero niega toda culpa a los excesos del capitalismo que él defiende. Y subrayo: a los excesos. No soy comunista.
P.D:
Sé que le gustan los elogios engolados, como el de Miranda. Yo le elogiaría con sinceridad, no solo tiene usted defectos. Pero me sentiría como el Principito, aplaudiendo al Vanidoso para que se quite el sombrero una y otra vez. Y hasta el Principito se aburrió de eso.
Temo que usted no. Y eso le pierde, como rey semidesnudo que usted es y somos todos.
Saludos cordiales.
Donde puse "niega toda culpa al capitalismo", quise poner "niega que el capitalismo tenga alguna culpa"
ResponderEliminarPerdón por el error, que quien edita esto lo corrija si quiere. Aunque se deduce del contexto.
Estimado Leonardo, lea lo que dice Rodríguez Rivero en Babelia sobre el anticipo que ha cobrado Vargas Llosa por su novela. Es tan desmesurado que necesita vender medio millón de ejemplares para que la novela le resulte rentable a la editorial. No puede desperdiciar ni un lector de Hola (aunque luego no lea la novela, lo que importa es que la compre). Ni a los lectores de 50 sombras de no sé qué, por eso insiste en lo del erotismo, y lésbico para más morbo. Todo vale.
ResponderEliminarY no se fíe usted mucho de lo que la gente dice de sí mismo: hay que sospechar tanto del que continuamente repite que es muy honrado como del que repite que es vanidoso. No se crea todo lo que oye.
JLGM
En su caso lo de la vanidad es cierto, no lo niegue. Le conozco. Y siendo justos, lo de la honradez también, ya que la nombra. Me constan ambas cosas.
ResponderEliminarLo dicho: rey semidesnudo. Y no le ayudan los palmeros. Como tampoco a Llosa por cierto, de cuyo “erotismo lésbico” para aumentar ventas no hablo, porque aún no he leído la novela.
Pero justo pone usted un mal ejemplo. Pues lo importante no es lo que uno cuente, sino el cómo. Y es notorio que Llosa sabe contar las cosas bien… (No sé el dinero)
Así que a él le concedo la duda. Y me anima a hacerlo Rivero, a quien usted me dirigió y llena el libro de elogios:
“Lo primero que pensé es que, en estos tiempos recortados, sería muy difícil que la editorial llegara a vender los ejemplares necesarios para cubrirlo (el anticipo) y, además, ganar dinero. Pero (…) pasando sus páginas me di cuenta de mi error de apreciación”.
También dice que será viable cubrirlo si no piratean el libro, no si Llosa “vende su vida privada” para ello. Y que calculó “a ojo” las ventas necesarias para cubrir el préstamo.
Y aunque esté bien hecho el cálculo, Llosa vende lo que escribe, no su vida privada, a fin de cuentas (hasta ahora).
Su empeño por rebuscar en eso, le delata.
Saludos.
Tonterías, Leonardo, si me permites ser preciso. Aquí no se ha hablado de si la novela es buena o mala, de si Vargas Llosa es o no un gran escritor, sino de la promoción que se ha hecho, que se está haciendo de ese libro. Y lo del "amor lësbico" en la primera escena ha salido en todas las entrevistas y es el fragmento que se ha anticipado en diversos medios (y el que Aitana Sánchez-Gijón leyó al presentar la novela).
EliminarPara replicar, lo primero que hay que hacer es enterarse bien de qué se está hablando.
Y no olvide que un escritor crea siempre un personaje, incluso cuando se llama como él. No confunda la persona con el personaje, aunque el escritor juegue a confundirlo.
A mí nunca se me ocurriría presumir de honradez (eso lo dejo para los corruptos) ni proclamar mi humildad (eso lo dejo para los vanidosos).
JLGM
Soy un sectario, no lo puedo reprimir: veo a Vargas Llosa y solo me fijo en el viejo reaccionario en que se ha convertido. Y no desconozco su mejor obra, no, y bien que la disfruté. Pero, como soy visceral y rencoroso, no le perdono la maldad que le sale de la cabeza. Y no me gusta que venga a soltarla a mi país, que se quede en el suyo.
ResponderEliminarLe tengo en monigote de fieltro clavaíto con agujas malasias que compré en Port-au-Prince, en el trinchero de ama Sagrario entre boltellas de pisco, haciendo compañía a otro similar de Camilo J.C., este de estameña de Lugo rellena de arena del Sar y espinones dorsales de pez escorpión, que guardo entre tiliches que traje de Tlascala, pero ya no está operativo e igual lo tiro. Porque no es una colección al uso: cumplido el conjuro se va el material a la basura.
Y es que a la gente mala, aquella que pasa por la vida a lo suyo, advenediza y arrimada a los ricos y a los arzobispo barrigones no la puedo ver, me cisco en que atinen a colocar palabras en retahila (mismamente que hago yo ahora y a veces con peor maña), ellos o sus negros que esa es otra, y solo percibo seres avejentados, pellejudos, que no se resisten al cuestabajo y que dan sus últimos estertores en brazos de fámulas arteras o presos de filtros de amor ultramarinos.
Los desprecio como seres humanos y no me fijo en las letras. Sectario que es uno.
Permítanme decirles a ambos que olvidan la venta al extranjero de los derechos de la novela de Vargas-Llosa, autor tan caro como conocido en todos los países cultivados del mundo. Y seguro que vende mucho menos dentro que fuera de España (donde nadie sabe quién es la Preysler ni lee el Hola).
ResponderEliminarPor otro lado, el pirateo de "Cinco esquinas" ha comenzado ya. Ayer pregunté y me dijeron que desde hace unos días se podía encontrar su versión digital en los principales sitios sudamericanos de ebooks gratuitos.
El Hola es una de las revistas españolas más difundidas fuera de España. Incluso cuenta con una versión inglesa.
ResponderEliminarJLGM
Todo eso está muy bien, pero lo que yo digo es que, en la historia de España (un tontibobo diría Estado Español), la única persona que realmente consiguió crear empleo y revertir la situación hasta el punto de equiparar España con la tasa de paro de la U.E., creando millones de puestos de trabajo..., esa persona, como todos sabemos, fue el señor Zapatero. Y por eso la gente, el pueblo en general, desea con todas sus fuerzas el regreso a la presidencia de Zapatero y de sus políticas económicas generadoras de cientos de miles de puestos de trabajo.
ResponderEliminarComo me tuviera que “enterar de lo que se está hablando” por usted, lo tendría crudo. Porque, en realidad, usted no explica nada. Solo vagas menciones a la promoción normal de un superventas. De todos modos, baje el tono.
ResponderEliminarY si tiene información privilegiada dígalo, no agreda. Pero más bien creo que ha leído una cifra en un periódico (“medio millón”) y se ha agarrado a eso para ilustrar una intención previa. Bueno, y a las lesbianas tórridas esas (qué pillín el peruano, y además les saca rédito).
Creo que, en su opinión, Llosa “se vende” porque solo así le pueden salir a usted las cuentas, y no a él. Y si Llosa mismo no lo dice, no hay problema: lo pone usted en su boca. Eso es bajeza.
“Llosa es como la Esteban y degrada el Nobel” viene a decir usted. En letra gorda, muy arriba y donde se ve bien. Y en los comentarios (donde se ve peor y pasado cierto tiempo, y bajo mucho texto y fotos) lo suaviza convenientemente, y solo cuando obtiene réplica: “usa su vida privada para vender un poco más”, dice usted. Solo un poquito, claro. Un pecadillo, después de hacerle sangre. Y además "no le parece que haya duda". No le parece. Pero igual lo afirma, y lo afirmó primero con saña. Qué tierno.
Quod scripsi, scripsi, señor mío. Lo escrito, escrito está. Y lo sabe usted mejor que nadie. Triste táctica.
P.D
La persona se trasluce bajo el personaje cuando es noble. Yo no le niego eso del todo, pero se le ha pegado a usted la máscara.
Lo que dicho, dicho está. No le demos más vueltas. El que quiera entenderlo, lo lee y lo entiende. El que no, de nada vale volver a explicarlo. Uno confía siempre en la inteligencia de los demás.
EliminarY, por cierto, para mí calificar de "tontería" una tontería no es ser agresivo, sino preciso (yo mismo, por supuesto, digo a veces alguna tontería y en cuanto me doy cuenta me disculpo). Y una tontería es hablar de la calidad de una novela o de un escritor cuando solo se habla de la utilización de la vida privada (su relación con una Belén Esteban, pero más sofisticada) para vender más un libro. Y yo no creo que eso degrade el Nobel, simplemente el titular aludía a que uno en su ingenuidad creía que si uno es premio Nobel ya no tenía que recurrir a ciertas técnicas promocionales.
JLGM
En definitiva, señor GM, sería de sumo interés que en este lindo espacio escucháramos la justificación de su engreimiento. ¿A qué se debe?, ¿de qué peculiaridades especiales está revestida su persona? Físicamente pasa absolutamente desapercibido, por no decir que tiene usted un físico vulgar, ¿o se siente alto y guapo?. Intelectualmente se bandea, pero hay muchísimos pensadores de mayor nivel que no presumen ni se jactan, tal vez porque su talla es alta. Y literariamente tampoco destaca, practica la poesía sin alcanzar el notable y en la prosa nadie lo incluiría entre los 40 principales. Díganos entonces si en realidad neutraliza sus complejos con arrogancia provinciana o es admirador de esos trileros que si pueden engañan a los ingenuos.
EliminarSi me convence de mi error, rectificaré y como penitencia le prometo presentarle otra Preysler, aunque no sea cortesana ni tenga la nariz aplastada de una tagala.
A mi favor, frente a tantos anónimos: no me tapo la cara para decir lo que pienso; argumento lo que digo; rectifico cuando me equivoco.
EliminarEn contra: no tengo demasiada paciencia con según qué gente; soy de los que llaman al pan pan y al memo memo.
JLGM
¡ Pobre JLGM ! Dan ganas casi de defenderlo, cuando se leen bofetones como el de ese cruel anónimo que, mal informado, se propone presentarle "otra Preyler".
EliminarEntre anónimos anda el juego. ¿A quién pueden ofenderle desinformados denuestos anónimos? Pero yo siempre acabo replicando, soy casi peor que ellos. Pero en algo hay que entretenerse.
EliminarJLGM
Pero ¿cómo explicas tú que en los blogs de Muñoz Molina o Trapiello nadie les ataque y el tuyo atraiga a tanta gente agresiva contra ti? ¿Tantos enemigos tiens? ¿O ellos son mejores personas que tú, más amables y pacíficos?
EliminarNo sé si ADT es ingenuo o se hace el tonto. En los blogs existe la moderación de los comentarios. Solo se publican lo que quiere el que administra el blog. Yo dejo pasar los ataques, incluso los más descerebrados a pesar de mi alergia a los anónimos. Otros directamente los eliminan. A Antonio Muñoz Molina se le ataca (y bastante más que a mí) en otros blogs, no en el suyo.
EliminarJLGM
Pues yo no veo ataques contra Muñoz Molina por ningún lado - y conozco muchos blogs literarios.
EliminarY hablando de ataques, ¿no piensas hablar del libro de Ignacio Sanchez Cuenca "La desfachatez intelectual. Escritores e intelectuales ante la política"
1. Que Santa Lucía le conserve la vista.
Eliminar2. De ese libro habla la reseña de esta semana en "Crisis de papel".
JLGM
El blog de M.Molina es algo así como el club de fans de Karina:campeonato por ver quien es más radical y más afecto al patrón. Los disidentes no se admiten. En el blog de GM hay que reconocer que la libertad es total, como debe ser un foro democrático.
EliminarEs verdad lo que dices del blog de Munoz Molina (a mí me echaron de él y allí vi desaparecer uno a uno a todos los comentaristas más acerbos, aunque eran los más interesantes, los que más información aportaban y más animaban el lugar, sobre todo uno que ponía muy buena música y muy buenas citas). Y no es cierto lo que dices de este blog: JLGM también prohibe a gente. Yo he asistido aquí a discusiones que han acabado con la supresión de todos los comentarios. Y he visto desaparecer de aquí a gente que se quejaba de censura. Digamos que JLGM tiene mucha paciencia y que es mucho más demócrata que Muñoz Molina y Trapiello (el que menos tolera la contradicción de los que yo conozco) pero aqui la libertad no es total, ni mucho menos. Antes lo era, puesto que no había moderación. Pero ahora hay que pasar por las hordas claudinas de su censura.
EliminarModeración no es censura. Bajo el manto del anónimo (o de cambiantes pseudónimos) se cuelan a veces agresivos chiflados. Y entonces lo mejor es corta. Yo reconozco que lo hago poco, debería practicar más eso que algunos llaman censura (se conoce que no la han conocido). Cualquiera puede crear un blog y exponer allí sus ideas. Es lógico admitir la contradicción de lo que aquí se enuncia. Se resulta absurdo que opinen sobre la persona del autor quienes ni le conocen personalmente ni, muy probablemente,conocen su obra.
EliminarJLGM
Por cierto:
ResponderEliminar“…eso lo dejo para los vanidosos”
No me entendió. Y lo de la honradez era un elogio.
Aunque lo niegue, es usted tan rebuscadamente egocéntrico que, a veces, cuando oye hablar a alguien de usted, piensa usted que, en realidad, ese alguien está hablando de que usted habla de sí mismo.
A ver si eso lo entiende.
A Dios pongo por testigo que el señor Trapiello censura lo que le sale de la real gana con más frecuencia de lo saludable. Y no porque se emplee en los textos un lenguaje procaz o desconsiderado, o se emitan opiniones calumniosas u ofensivas, sino simplemente por contradecirle, sobre todo en lo que toca a sus escarceos con la política. Y también si le afeas la desdichada iniciativa que ha tenido de perpetrar una versión del Quijote para vagos.
ResponderEliminarVuelvo a invocar al Altísimo para dar fe de que Martín jamás (bueno, casi jamás) ha osado cercenar los ataque más aviesos que se le han hecho en este su blog: a la vista está.
No llevo mucho tiempo en este blog, pero tengo la sensación de que el filtro de la censura (si la hay) permite el paso de muchos exabruptos contra su propietario que otros no toleran. Y esa tolerancia debe reconocerse. Tampoco detecto la presencia viscosa de corifeos pretorianos que lapidan a los disidentes, como el anónimo localiza, con razón, en el blog de M. Molina.
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