Jueves, 29 de octubre
EL MAGO BIENVENIDO
El local se llama la Judería, pero al ser un nombre de uso
demasiado frecuente en Hervás se le conoce como Los Cordobeses, por la
procedencia de sus dueños. El camarero, de poco más de veinte años, es mago y
cuando le apetece entretiene a los clientes con algún truco. Durante nuestra
cena, se limita a los juegos de mano con la baraja, pero como también adivina
el pensamiento yo me lo imagino trayéndoles a los clientes lo que desean comer
antes de que estos se lo pidan.
Tardo en
dormirme. Decido salir un rato a la terraza de mi habitación, en el Jardín del
Convento, a pesar del frío de la noche, y entretenerme con la fosca silueta de
las montañas que cierran el horizonte y co el cielo cuajado de estrellas. Paso
un rato abstraído en mis pensamientos y de pronto noto algo extraño, vuelvo la
cabeza y veo al mago Bienvenido (ese es su nombre) apoyado en el otro extremo
de la barandilla, sonriente, fumando y bebiendo de un gran vaso con un extraño
licor verde que parecía tener una luz y todo lo volvía de ese color.
––¿Qué haces
aquí?
––En
realidad no estoy aquí, pero como soy mago puedo estar donde no estoy. He
venido porque adiviné que algo te preocupaba. Dime qué es.
––No es
algo que se pueda arreglar con ningún truco.
––Yo soy un
mago de verdad, no un ilusionista. No engaño a la gente haciéndoles creer que
ven lo que no ven. Si no fuera un mago de verdad, ¿cómo iba a estar aquí?
––Pues te
voy a contar lo que me pasa, seas un mago o no. A menudo tengo la impresión de
que no soy real, de que nada es real.
––La vida
es sueño, ya lo dijo Calderón.
––O más
bien de que yo soy real, pero no es real nada de lo que me pasa. Solo soy un
actor que interpreta un papel que han escrito otros.
––Como
todos. El gran teatro del mundo, también lo dijo Calderón.
––Y otra
cosa peor. Que hubo un error de casting,
que mi vida es un desastre porque el papel que me asignaron no era el que más
me convenía.
––“A debida
distancia, / cualquier vida es de pena”.
––¿También
has leído a Brines?
No me
respondió, bajó hasta el jardín e iluminado por la luz verde de lo que me había
parecido un vaso y era una lámpara, desapareció caminando por la huerta.
Viernes, 30 de octubre
DE LA MANO DE LA
MELANCOLÍA
He venido a Extremadura como pregonero del “Otoño Mágico”
que se celebra los fines de semana de noviembre en el valle del Ambroz, el río
de mi pueblo. Afortunadamente el pregón es en Hervás, donde siempre me
encuentro a gusto, y no en Aldeanueva del Camino, donde no hay un rincón que no
esté lleno de viejos fantasmas, de punzantes esquirlas..
Salgo del
paso como puedo, con recuerdos de infancia, vagos elogios y verdadera emoción.
Hablar de estas tierras ya no es para mí hablar solo de estas tierras, sino de
otras cosas demasiado importantes como para hablar directamente de ellas.
Termino con tres sonetos. El verso siempre ayuda a decir las cosas de la manera
más memorable y con las menos palabras posibles.
De
las cuatro estaciones de la vida,
la
fama se la lleva primavera,
pero
para pasar la vida entera
sin
duda es la mejor la que hoy convida
a
gozar de los frutos y los oros
de
este valle, estos bosques y este río.
Más
dulce el fruto cuanto más tardío,
el
tiempo nunca agota sus tesoros.
Baños,
Hervás, Segura y Abadía
donde
aún dialogan Lope y Garcilaso,
Garganta,
Gargantilla, paso a paso,
de
la mano de la melancolía,
hasta
Casas del Monte, hasta un camino
que
en Aldeanueva marca mi destino.
CORRIENTES AGUAS, PURAS, CRISTALINAS
Hablé del valle del Ambroz y luego recorrí los pueblos al
norte de mi pueblo: Gargantilla, Segura de Toro, Casas del Monte. En todos
ellos, lo que más me sorprendió fue el insistente rumor de las aguas, la banda
sonora de los arroyos que bajan de la montaña. Parecían ponerle música a los
versos de Garcilaso que una y otra vez volvían a mi memoria:
Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde Prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
yedra que por los árboles caminas
torciendo el paso por su verde seno...
Un
virgiliano edén, pienso. Pero si a Adán no le hubieran expulsado del paraíso,
¿cuánto tiempo habría continuado siendo un paraíso?
Domingo, 1 de noviembre
LA MÁS ANTIGUA COSTUMBRE
“Morir es una costumbre / que sabe tener la gente”, escribió
Borges en una de sus milongas. Y a veces pienso que no es una mala costumbre,
siempre que se practique a su debido tiempo.
Si yo
pudiera escoger el mío, ¿qué tiempo sería ese? Cuando dejara de interesarme por
lo que pasa en el mundo, cuando pensara que todos los políticos son iguales,
que ya no se publica nada que valga la pena, que los jóvenes hablan cada vez
peor, que ya no se respeta la ortografía, que a dónde vamos a ir a parar…
Cuando escuchara cualquier tópica tontería (la diga quien la diga, incluso un
buen amigo), y no me dejara llevar por las maleducadas ganas de rebatirla de
inmediato.
Antes
pensaba que cuando dejara de ser capaz de enamorarme, pero ya he aprendido que
sin estar enamorado se vive bastante mejor..
Sin estar
enamorado de otra persona, quiero decir. Porque sin estar enamorado de mí mismo
creo que no podría vivir ni medio minuto.
Martes, 3 de noviembre
A TODO HAY QUIEN GANE
El próximo viernes, Andrés Trapiello presenta una obra mía
en la librería Alberti. “Es una librería pequeña –me advierte un amigo–, quizá
no quepan en ella dos egos tan grandes”.
Llevo
discrepando de Andrés Trapiello desde hace más de treinta años. No hay libro
suyo que no haya elogiado públicamente (salvo quizá sus novelas) ni del que no
haya discrepado. Lo último, su versión del Quijote,
que a mí me parece muy atinada cuando pone en lenguaje contemporáneo lo que hoy
no se entiende de la novela para que podamos leerla como los contemporáneos de
Cervantes, y un completo disparate cuando le quita innecesariamente su sabor y
su color a la prosa cervantina, como un aplicado y poco ducho corrector de
estilo.
A pesar de
todo, sigue siendo amigo mío. Yo creo que es el que más tiempo me ha resistido.
Me gusta discutir, ponerlo todo en cuestión, no aceptar tópicos y eso supone
demasiada tensión para la mayoría de la gente, sobre todo a partir de cierta
edad. De vez en cuando, algún amigo se harta y no quiere saber más de mí (el
último, mi librero favorito). Lo lamento, claro, pero no demasiado: mientras
queden otros con los que entretenerme llevándoles la contraria..
Yo, en
cambio, no me canso de nadie, por muy dogmático, pesado y de derechas que sea.
En realidad, cuando menos se parezca a mí una persona más me gusta hablar con
ella; me fascina la infinita variedad de la mente humana.
Siempre
recuerdo lo que me dijo Martín López-Vega: “Tú no trabajas, juegas a que
trabajas”. Es verdad. Y también que yo no me peleo con la gente: juego a que me
peleo. Pero todo tiene una excepción. Esta vez, esta única vez, he sido yo
quien se ha cansado de colaborar con una vieja amiga, de tratar de ponerle
razonables compuertas a su desmedido afán de imponer a toda costa su voluntad.
Recuerdo
una cena con Ángel González, Luis García Montero, Jon Juaristi y creo que
Aurora Luque. García Montero, medio en broma, dijo que Josefina Martínez y yo
nos parecíamos bastante. Respondí de inmediato que no teníamos nada en común,
que no podíamos ser más opuestos, que yo no, que yo nunca, que etc., etc. Por
entonces, ya era en sus últimos años, Ángel González hablaba poco; se sentaba
en una esquina de la mesa, escuchaba y sonreía. Yo me sentaba a su lado. En voz
baja le escuché decir: “Algo os parecéis; sois los dos igual de cabrones”.
“¿Cómo?”, “Que sois los dos igual de cabezones”. “Ah, qué susto. Creí oír otra cosa”. Pero
sigo creyendo que la primera vez oí perfectamente.
Por una vez
he sido yo el que no ha tenido paciencia. ¿Quiere eso decir que por fin he
encontrado a alguien todavía más tercamente insoportable que yo o solo que me
estoy haciendo viejo?
Miércoles, 4 de noviembre
CADA VEZ MENOS
Lo que de verdad nos mantiene vivos es tener un buen enemigo
que combatir. Yo voy teniendo cada vez menos enemigos (ventajas de no ser
importante), pero para compensar sospecho que los amigos se fían cada vez menos
de mí.
Un buen amigo suyo dice que a veces, antes de defender una postura, espera usted a ver cuál es la de su interlocutor para tomar la opuesta.
ResponderEliminarPero solo para equilibrar. Contra los excesos del nacionalismo, reacciono en contra. Contra los excesos del antinacionalismo, soy nacionalista.. Siempre (o eso intento) a favor de la razón y el justo medio.
EliminarJLGM
Una curiosidad: ¿dónde habla de los excesos del nacionalismo catalán, y particularmente del independentismo? No lo pregunto porque yo dude de que lo haga, sino porque, sin duda por puro azar, no ha coincidido que yo lo lea. Lo mismo podría preguntarle respecto a los excesos del bolivarianismo. Porque, no habiendo ocurrido (como digo) que yo lo leyera, mi impresión personal no confirma precisamente lo de "la razón y el justo medio", ni lo del "equilibrio". Y de verdad que me gustaría confirmarlo.
EliminarYo no hablo de esos excesos en ningún sitio. No me parece necesario. Lo hacen por mí, y mejor que lo haría yo, el País, el Mundo, el ABC, La Razón, Televisión española, casi todas las emisoras de radio españolas y hasta mi programa de televisión favorito El intermedio. ¿Todavía no tiene bastante con eso? ¡Qué insaciable es Franz Isco! Le aseguro que yo no podría añadir nada al bombardeo constante de todos los medios españoles. Por eso tímidamente tiro de la cuerda hacia el otro lado. Para equilibrar (soy así de iluso).
EliminarJLGM
¿Puedo entonces interpretar que los excesos de aquello con lo que simpatiza, prefiere que los vean otros? Porque, si es así, lo del equilibrio lo sigo viendo algo problemático.
EliminarPues yo lo veo muy claro. Si todos hacen de fiscal, alguien tiene que hacer de abogado defensor, sin prejuzgar la culpabilidad o inocencia del acusado.
EliminarJLGM
Se ve que lee poco cierta prensa catalana, o escucha menos aún las declaraciones públicas de multitud de independentistas, politicos y no políticos; si lo hiciera, eso de que "todos" hacen de fiscal le resultaría tan raro como a mí (o como a cualquiera).
Eliminar"Llevo discrepando de Andrés Trapiello desde hace más de treinta años."
ResponderEliminar¿Qué pueden hacer dos Géminis dedicados al mismo oficio sino discutir y contarlo sin preguntarse si sus polémicas interesan a alguien? Hoy publica en su blog Trapiello "Una carta a JLGM, con réplica".
Y así hasta los 90 años, como Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz...
Me recuerda usted a Bach. También él siempre quería tener razón. Cuando sus superiores no se la daban tocaba armonías extravagantes en el órgano de la iglesia y finalizaba los corales de golpe en la dominante, lo que debía ser tremendamente doloroso para los oyentes.
ResponderEliminarNo digo que tenga usted mal perder. Eso lo desconozco. Me recuerda a Bach sólo porque siempre quiere tener razón.
"Lo que de verdad nos mantiene vivos es tener un buen enemigo que combatir."
ResponderEliminar¡ Cuánta mentira (literaria) en los Diarios de JLGM ! Casi tantas como repeticiones sobre su prurito de llevar la contraria...
Por este blog han aparecido "buenos enemigos" a los que combatir y han desaparecido víctimas de la censura. Como ha desaparecido de los blogs de los muy demócratas Trapiello y Muñoz Molina la gente que osaba llevarles la contraria.
Se mire como se mire, el "quijote" (sic) de Trapiello es un disparate, una devaluación de valores bursátiles seguros, empujándolos (espero que no lo haya conseguido) hacia el rincón de la lonja en donde se negocian los "chicharros".
ResponderEliminarEl buen perfume no debe ser atenuado en la fragancia porque las pituitarias de los ciudadanos haya perdido sensibilidad y esnifabelios a causa del smog y la rinitis, ni añadir aditivos cuasi cáusticos para impresionar aquella membrana sensitiva atrofiada.
Por lo mismo no hay que restar primores a la obra bien hecha para que no espante a los que se cohiben ante lo magnífico o que huyen si han de pisar la pulcra moqueta de las Academias, por la proximidad de aquello que sienten que les empequeñece por donde más les duele.
En la obra literaria cada palabra tiene un valor significante, independientemente de la sinergia que procuran las que le vienen asociadas: una perla cada una, un collar la frase entera. Si en un dije quito perla y pongo barroco abollonado, estaré perjudicando la herencia de la familia.
Vale, sí. Depone usted llamativas comparaciones para pintarnos el crimen, queda claro que tiene ese don...
EliminarDe todos modos yo he disfrutado muchísimo con la versión de AT. La obra no le ha costado nada al erario público, lleva no sé cuántas ediciones, en las librerías siguen encontrándose multitud de ediciones anotadas. Aparentemente usted no ha leído, ni espiado siquiera, la calidad de la versión que combate....
Y le digo más, está muy equivocado y sabe muy poco. La obra verdadera admite todo lo que se haga bien hecho con ella.
Por el contrario su manera de escribir sí que no admite traslación a ninguna lengua. Lo que dice y cómo lo dice le retratan perfectamente.
Con todo el respeto. Nieves
Estoy de acuerdo con usted, Nieves, cuando dice que -por ejemplo- "el rincón de la lonja donde se negocian los chicarros" iba a ser peliagudo para un traductor al inglés. Claro, es slang de los patios de operaciones bursátiles, un casticismo un poco casposo, lo sé... Pero su prejuicio respecto a lo demás viene -y perdone la maldad- de que usted debe de ser una de esas personas que ha perdido el gusto (quizás también el olfato: somog, rinitis, ya sabe) por el rico idioma de Cervantes y es de las personas que necesitan de versiones mulinex que se lo den bien molido para consumo propio; si no, no tragan. Qué le vamos hacer.
EliminarY, ya que lo dice, le agradecería que me describiera ese retrato que tan bien me retrata. Soy de selfies, pero de vez en cuando me gustan otros puntos de vista.
A sus pies, Nieves.
Yo, que no admiro a Trapiello ni como diarista (muy aburrido), ni como poeta (muy mediocre), ni como articulista (muy del montón), ni
ResponderEliminarcomo novelista (las pocas novelas suyas que he comenzado a leer se me han caído de las manos), ni como conferenciante (las
conferencias suyas que he podido oír en Internet me han parecido muy pesadas - con una sobre Juan Ramón Jiménez (escritor que me interesa mucho), dada en la Fundación March, estuve a punto de dormirme a causa de lo mal que la leía), no entiendo muy bien las críticas que se le han hecho por su versión moderna del Quijote (en el blog de Muñoz Molina las había feroces, y él mismo escribió un texto tan duro como irracional contra esa "moda" de modernizar los clásicos).
A mí su idea me parece tan genial como sorprendente el hecho de que a nadie se le hubiera ocurrido antes. Y yo que he leído el Quijote varias veces en ediciones muy serias (salvo la primera vez a los 18 años en una edición de Austral que apenas tenía notas) he comprado su versión para leerla en cuanto tenga un poco de tiempo.
Todos los argumentos que he visto que se le han hecho me han parecido nulos. La mayoría de los reproches parecen dirigidos a alguien que hubiera decretado que el Quijote sólo puede leerse en la versión moderna. Sigo sin entender por qué la gente está contra el hecho de que haya nuevas versiones de ese libro genial (la de Reverte también me parece una excelente idea). Mientras se sumen versiones, ¿dónde está el problema? El problema sería que se restasen. En cuestión de versiones de clásicos de la literatura, cuanto más surtido, mejor, ¿no?
Las críticas a ese Quijote son tanto más extrañas cuanto que aquí en Francia yo no he oído o leído la mínima crítica (bien au contraire) cuando se han publicado versiones modernas de las obras de Rabelais o de los Ensayos de Montaigne (la publicada en la prestigiosa colección Quarto de Gallimard, "traducida" por André Lanly, es uno de mis libros de cabecera desde hace un par de años). ¿Por qué en Francia se elogian las versiones modernas de los clásicos franceses del siglo XVI y en España la gente pone el grito en el cielo porque hay gente que quiere facilitar la lectura de los clásicos españoles a los lectores poco preparados a ella? Misterio... La única razón que yo veo es la de siempre en España: envidia, incultura, cainismo.
No leer es lo que tiene, le permite a uno hacer afirmaciones rotundas sobre algo que ignora. ¿Por qué no espera el señor Lisandro (o como quiera que se llame) a leer la versión de Trapiello para defenderla? Porque la cuestión no es si se pueden hacer o no versiones de los clásicos (en España tuvimos la maravillosa colección "Odres nuevos"), sino si una versión concreta está bien o mal hecha. De eso se trata. Lea, y después opine. Es una buena norma. O límitese a corregir erratas, que lo hace muy bien.
EliminarJLGM
"Lea, y después opine. Es una buena norma."
EliminarPues resulta que el mismo día que compré el libro leí en el metro sus cinco primeros capítulos. Tiene usted razón diciendo que leer antes de opinar es una buena norma. Pero hay otra, excelente también, a la que usted no parece haber obedecido: comprender lo que se lee. Y una tercera, derivada de la segunda, indispensable también para poder discutir: responder a lo que el otro ha dicho, no a lo que se cree que el otro ha dicho.
Yo he escrito que cuantas más versiones haya del Quijote, mejor. Inluidas, pues, las que a cierta gente hipercultivada como usted le puedan parecer mal hechas (por razones discutibles en las que prefiero no entrar). Una vez más, cuanto más surtido, mejor. Si alguien que nunca ha leído un clásico quiere comprarse el Quijote y en una librería le proponen una docena de versiones y la persona escoge la de Trapiello, ¿dónde está el problema? ¿O es mejor que esa persona no lea el Quijote? Y si alguien quiere regalar el Quijote en castellano a un extranjero que lee el español actual pero no el de los clásicos, y que ya ha leído ese libro en su lengua y le ha gustado mucho, ¿dónde está el problema? A mí esa idea me parece una idea tan excelente que yo voy a hacerlo en las próximas Navidades con un amigo.
Lo cual me recuerda que aquí en Francia se publicó hace unos años una traducción moderna del Quijote (para mi gusto demasiado libre), hecha por Aline Schulman, que yo regalé a mis hijos, entonces adolescentes, y gracias a la cual leyeron ese libro, que se les había caído de las manos en la traducción de Miomandre.
Por cierto, a propósito de leer antes de juzgar, ¿ha leído usted realmente el Quijote de Trapiello? Porque él lo duda en su blog:
Eliminar"andrés trapiello 9 de noviembre de 2015, 14:12
Hasta hoy, la verdad, los argumentos en contra me han parecido poco o nada relevantes, dictados a menudo por los prejuicios. Los de JLGM también; estos además vinieron a las pocas horas de publicarse el libro, que él no leyó. Como mucho lo espió."
Los reparos que yo puse están en mi reseña y no son afirmaciones generales fruto de prejuicios (como los juicios sumarísimos de mi pertinaz comentarista), sino basados en ejemplos concretos. Quien quiera saber cuáles son, puede releerla y rebatirlos si se siente con fuerzas. Sigo pensando que conviene leer antes de opinar.
EliminarJLGM
Para mí, humildemente, el "problema", L.T., es que Trapiello considera el lenguaje del Quijote disuasorio (eso dijo en el programa de Dragó), cuando es la sal de ese libro y de cualquiera que merezca ser leído.
EliminarPero no me parece mal que se utilice en las lecturas escolares.
Pacho.
La verdadera cuestión del Quijote moderno de Trapiello es que no está justificado. Se puede entender que se modernice un texto medieval. Pero el castellano de Cervantes es prácticamente el nuestro. El Quijote no se entiende por un lector vulgar porque está escrito en una lengua culta, no en una lengua antigua (esta diferencia sutil entre lo antiguo y lo culto no lo entiende el lector vulgar).
ResponderEliminarPor otro lado, creo que no es Trapiello el primero que se le ocurre esa quijotada de enmendarle la plana a Cervantes.
Me interesa sobremanera esa distinción, que parece ser evidentísima, entre el lector culto y el vulgar. No la había oído nunca. ¿Podría decirme, si no es mucha molestia, cómo podría saber a qué clase de lectoras pertenezco yo? Y esto se lo pregunto suponiendo que la clasificación sirva también para las mujeres.
EliminarPor las dos patadas que le atiza a la gramática en cuatro líneas ("no se entiende por" y " no es Trapiello el primero que se le ocurre") cualquiera podría sospechar que es usted más bien poco leído. Con todo el respeto. Nieves
Sí, confieso que soy poco leído y escribido, y muy mal hablado. En cuanto al lector vulgar, tiene usted una prueba fácil para detectarlo: el que no soporta leer el Quijote (el de verdad, se entiende).
EliminarGracias, comprendo.
Eliminar¿Y usted a Cunqueiro lo lee en gallego?
Si hubiese de leer a Cunqueiro, lo leería en gallego, sí. Leo en gallego a Rosalía, y a Pessoa en portugués.
EliminarNieves, parece que aquí no entiende ni dios lo que objetamos algunos. Nadie pone reparos a que el Quijote sea traducido a cualquier otro idioma que el castellano (solemne imbecilidad sería) porque fueran a perderse calidades por el camino. No; aquí lo que sostenemos algunos es que NO es cierto que lo opaco del lenguaje de Cervantes justifique una traducción (!)... a su propio idioma (!!!). ¿Y qué tiene de malo que algún desinhibido acometa esta empresa que vengo criticando? Pues que está remando a favor de una corriente muy actual: la que hace que muchos elijan la vía del menor esfuerzo, aquella que ahorra a uno tener que pararse unos segundos a reflexionar sobre lo que lee (o ve, o escucha); lo que se dice una actitud light, descafeinada, floja. La misma que ha hecho posible que en este país casi solo se vea cine en versión doblada al castellano. Y como servidor es muy crítico con algunos vicios de la raza (veremos si siendo más libres e iguales nos corregimos) pues que le revientan los argumentos de los que abogan por lo fácil en lugar de estimular lo laborioso pero sustancial.
EliminarMal que le pese a quien le pese, una persona de mediana formación entiende (con la ayuda de algunas notas explicativas o un prefacio que informe del contexto en que fue escrita la obra) perfectamente la obra señera de Cervantes.
Saludos, Nieves.
¿Ha leído también Nas beiras do Sar y O cabaleiro das botas azuis de Rosalía en gallego?
EliminarYo a los tres los leería en castellano y el Quijote lo he leído en su maravilloso original. Creo que es mejor hacer un esfuerzo al principio hasta que, como dice JLGM en su reseña, sin que nos demos cuenta ocurre el milagro [...] enseguida nos atrapa. Autores como Cervantes, Borges, Virgilio o Góngora no son fáciles al principio, especialmente si no se es lector experimentado, pero merecen que les dediquemos nuestro tiempo.
EliminarPongo aquí enlace al editorial que hoy mismo publica La Vanguardia, el principal periódico de Cataluña. Dice en él que la votación de ayer, para la "desconexión" con España, fue un clamoroso error, que lo que llama "independencia exprés" no era lo que "Junts pel Si" ofrecía a sus votantes, y, en resumen, que lo de ayer ni tiene sentido ni tiene apoyo en Cataluña, en España o en Europa, y que debe ser rectificado. Véase: http://www.lavanguardia.com/opinion/20151110/54439704455/por-la-rectificacion.html.
ResponderEliminarY lo pongo porque me temo que algunos se han creído el cuento de que un parecer como éste es cosa sólo de "España", y se debe a oscuros intereses o pretensiones más o menos imperialistas. NO. El problema está ahora mismo, y el editorial lo muestra bien, en Cataluña, donde una minoría radical está intentando (y hasta ahora, consiguiendo) imponerse a la mayoría de la sociedad, y embarcar a todos los catalanes en una aventura que, sin apoyo de nadie sensato, sólo puede terminar mal. Eso dice La Vanguardia, y eso creo yo y muchísima gente más. Por lo menos, que se sepa.
Más a mi favor. Si hasta "La Vanguardia" se opone a los nacionalistas, ¿por qué tengo que hacerlo yo? Sus errores ya tienen quien los resalte.
EliminarJLGM
Nada de envidia en mi caso, don Sandro: me cansé de elogiar su "Al morir don Quijote", y lo estimo como notable poeta. Como articulista, efectivamente del montón; como diarista prefiero a Martín. Y como político diletante, encuentro abominable el partido (?) que ha tomado.
ResponderEliminarAsí que cada cosa en su sitio y Dios en casa de todos.
Me apresuro a afirmar que quien firma Joaquín no es la misma persona que el mal F. Lo hago porque difícilmente iba yo a quitar una coma a lo que él argumenta: punto por punto es lo que yo pienso del "quijote" de A.T.
ResponderEliminarSeguimos, mucho me lo temo, con las mismas. Cuántos hay aquí que descalifican la versión de Trapiello sin haberla leído. Supongo que, con iguales (o peores) argumentos descalificarían, sin ir más lejos, los "Cuentos basados en el teatro de Shakespeare", de los Lamb, que a tantos jóvenes ingleses, y de otros sitios, han servido de iniciación shakespeariana; y, en general, cualquier pretensión de poner los clásicos al alcance de la gente que normalmente no accede a ellos. ¡¡No pasarán!! El hecho de que nadie impida a tan escrupulosos lectores enfrentarse directamente al texto de Cervantes no les importa; es para ellos, supongo, una cuestión de principio, como la de quienes consideran que la autorización del matrimonio homosexual (¡o del divorcio, y juro que lo he leído!) devalúa irremediablemente su propio matrimonio tan heterosexual, canónico e indisoluble como lo deseen. Intolerable, diga usted que sí.
ResponderEliminarLo que pasa, Cerezo, es que los españoles tenemos el glorioso privilegio de poder (ya lo creo que podemos) leer el Quijote en su versión genuina: a tan glorioso idioma, tal gloriosa oportunidad. Si servidor fuese inglés o alemán (apenas un luso-hispano) no iba a poner la menor objeción a leer una traducción a mi lengua. A W.S., encantado por leerlo en una buena traducción. Pero a Cervantes ni falta que le hace.
ResponderEliminar¿Qué tal andas, C.?
Muy bien, F.anático amigo. Los "servidores" que han leído desde que se publicaron los "Cuentos" shakespearianos de los Lamb también eran, en buena parte, ingleses, lo que nunca ha sido obstáculo para el éxito del libro en su país (y en los demás de lengua inglesa), o la alta consideración en que se lo tiene. Pero la Inquisición de F no lo hubiese permitido, como está mandao, o al menos lo remitiría al Index. Para qué hablar (entre otras cosas, ya lo ha hecho el propio JLGM) de la colección "Odres Nuevos", de Castalia, y tantos otros ejemplos, aquí y fuera. Pero para algunos es demasiado difícil comprender, por lo que veo, que todas éstas son posibilidades que se añaden a la ya existente de leer los originales; que no quitan nada, sólo suman. ¿Por qué será tan difícil entenderlo, con lo claro que está? Misterio.
ResponderEliminarAnónimo Cereijo, aludir a los cuentos de los Lamb no viene a cuento. Se trata de una adaptación, como la que Casona hace de la historia de Sancho Panza en la Ínsula y tantas recreaciones cervantinas, no de una traducción de Shakespeare del inglés al inglés. Y el problema no es si resulta lícito hacer una versión o no (eso no lo discute nadie razonable), sino si una concreta versión está bien hecha o no. Actualizar la lengua de Cervantes solo tiene sentido en los casos en que es incomprensible para el lector medio actual (ni erudito ni ágrafo), no en otros usos muy característicamente cervantinos y perfectamente inteligibles. Eso es pasarse, como en la famosa restauración del "Ecce homo" levantino. Y de eso es de lo que se trata. No se si se pueden hacer o no versiones de un clásico.
EliminarPero esta discusión resulta ociosa: el Quijote se ha convertido en un libro para regalar y hojear y ese parece el destino de la nueva versión en Destino, tan elegantemente editada (es un libro que da gusto tenerlo en la mano).
JLGM
Exacto: el problema es si una versión determinada está o no bien hecha. Por eso digo al múltiple F y a los demás que no aceptan, por principio, la posibilidad de una versión moderna del Quijote, que esa negativa es irracional. Si el ejemplo de los Lamb no vale (yo lo discutiría, pero bueno), más arriba cita LT ejemplos de clásicos franceses, o tú mismo has citado el de Odres Nuevos. Y les recuerdo, a esos Guardianes de la Pureza, que el que exista todo eso no priva a nadie de la posibilidad de leer los originales, a los que no pocas veces acaba remitiendo (así me ocurrió a mí con Odres Nuevos, donde leí por primera vez, siendo adolescente, el Libro de Buen Amor, por ejemplo); sólo da, a aquéllos para quienes el acceso a esos originales es demasiado difícil, alternativas más o menos plausibles. La idea de que es mejor no leer a Juan Ruiz que hacerlo en Odres Nuevos (o no leer un clásico, el que sea, que hacerlo en una versión modernizada) me parece intolerante y absurda. Lo mejor es leer los originales; pero es mejor una versión modernizada (si es buena, claro) que ninguna versión. Que eso no lo discuta nadie razonable, no lo sé; aquí hay más de uno que sí lo discute. Pero quizá es que no son razonables.
EliminarO quizá es que no es lo mismo una versión modernizada del libro del Buen Amor que del Quijote. ¿Para cuándo una versión modernizada de Pereda? O, puestos a ello, ¿por qué no de las novelas de Pérez de Ayala?
EliminarLa necesidad de modernizar también tiene un límite.
JLGM
Todo lo tiene, un límite, o debe tenerlo. Pero más arriba hablaba LT de la versión modernizada de los Ensayos de Montaigne (nacido en 1533, sólo catorce años antes que Cervantes). No es precisamente medieval su lenguaje. Y a mí me parece bien que se haga, si se hace bien.
EliminarRepito, y termino: la existencia de una versión, o de cuarenta, no impide leer los originales a quien desee hacerlo; y puede ser una puerta de entrada a ellos. No veo el problema.
Estamos de acuerdo. El hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Y la función del crítico es leer y opinar razonadamente no solo sobre el acierto, sino también sobre la inutilidad de ciertos esfuerzos. Benet es, con frecuencia, más difícil para un lector medio que Cervantes y a nadie se le ocurriría hacer con su obra lo que se ha hecho con la de Cervantes: eliminar hiperbatos, cambiar de lugar los pronombres átonos ("le dijo" por "díjole"), poner en español actual lo que él deliberadamente quiso pone en un arcaico lenguaje inventado, etc, etc.
EliminarJLGM
Bien; creo que las respectivas posturas ya han quedado claras. Esta última objeción, pienso, sería igualmente aplicable a la modernización, de la que hablábamos antes, de los "Ensayos" de Montaigne. ¿Es ilegítima, o innecesaria? Los franceses no parecen creerlo; yo tampoco. Cuestión de opiniones.
EliminarEl ejemplo de Benet, en cambio, no me parece pertinente, porque la dificultad en su escritura es deliberada, no añadida por el tiempo. Más cabría compararlo, quizá, con la limpieza de un cuadro. Reescribir a Benet es buscar una claridad que él no pretendía, y por tanto traicionar sus intenciones; pero las versiones de Montaigne o Cervantes son posibles desde el respeto, y con la idea de poner al lector de ahora lo más cerca posible de las condiciones en que el de entonces se hallaba frente al texto. En otras palabras, quitar oscuridades que es el tiempo, no el autor, quien las ha puesto.
Lo mismo, a lo que puedo juzgar, que ocurría en "Odres nuevos". A mí, ese propósito me parece, en general, legítimo; otra cosa es cómo se haga en cada caso concreto.
Te remito, amigo C., a lo que le acabo de escribir a Nieves: que no se combate un hecho concreto (el de "versionar" una obra), sino la falacia sobre la que se sostiene semejante empresa. Cosa bien distinta es escribir derivadas, secuelas, versiones de determinada obra (en la línea de "Al morir don Quijote", por ejemplo) y otra adulterar el artículo para hacerlo asequible a unos presuntos incapaces..., con lo que se estaría apostando por la incapacidad perpetua.
ResponderEliminarAlgunos piensan que leer es imitar al azor, que vuela veloz, en lugar de a las sesudas gallinas, que beben un sorbo y se detienen para mirar al cielo, preguntándose qué es eso de la sed, el agua, el cielo...
Saludos, C.
Borja queda en la provincia de Zaragoza, Martín.
ResponderEliminarSeñor JLGM: la realidad es tozuda, incluso más que usted. Efectivamente nadie razonable discute si se pueden hacer versiones de los clásicos.
ResponderEliminarY tampoco nadie razonable dedicaría sus esfuerzos a combatir un libro que, por muchas razones, nadie podría hacer mejor.
Puede elevar lo que quiera el nivel de sus insultos. Pero, como el niño que patalea, no podrá cambiar la realidad: la versión del Quijote de AT es tan rigurosa como amena.
Claro que no todos los libros que se compran se leen; ni siquiera los suyos. Ahora, eso de dictaminar que este libro es un adorno, ¿en qué fundamento empírico se sustenta? ¿en la mala baba, quizá?
Nieves
Lee mi reseña a ese libro, Nieve, por favor, y luego habla. Qué cosas hay que leer. Pero para eso estamos. Cada uno puede decir lo que quiera, pero siempre hay lectores que nos juzgan y ponen las razones y las sinrazones de cada uno en su lugar.
EliminarJLGM