domingo, 11 de octubre de 2015

El arte de quedarse solo: Siempre y ahora


Viernes, 2 de octubre
A MÍ CONMIGO

 “No me puedo sufrir a mí conmigo” es un verso de Villamediana que me gusta repetir. Pero no recuerdo que alguna vez fuera exacto: siempre me he llevado conmigo bastante bien, aunque a veces haya fingido otra cosa para hacer un poco de literatura (eso que queda tan mal en la literatura).
            Lo que no comprendo algunos días es cómo me aguantan los demás. Me temo que hoy ha sido uno de ellos: me he comportado como un viejo cascarrabias.
            Vuelvo de la tertulia, después de haberme metido con todo el mundo, los ausentes y los presentes, bastante descontento conmigo mismo. Esta ha sido una semana especialmente ajetreada. Y a una persona tan maniáticamente rutinaria como yo nada le altera más que el que le cambien sus horarios. Eso me saca, literalmente, de mis casillas.
            Menos mal que  he tomado la precaución de vivir solo y en mi casa nadie tiene que aguantarme. Salvo yo que, afortunadamente, me aguanto bastante bien..


Sábado, 3 de octubre
NECESARIO, PERO IMPOSIBLE

Nada me gusta más que el espectáculo de la inteligencia y hoy lo encuentro donde menos pensaba, en un debate sobre teología. No en el habitual de cada sábado con mi amigo José Manuel Feito, sino en la entrevista que Carlos Eymar le hace a Javier Gomá en El ciervo. Eymar se muestra seducido desde el comienzo: “Javier Gomá me recibe en su amplio y luminoso despacho, decorado con magníficos cuadros de arte abstracto. A sus cincuenta años, apolíneo, en mangas de camisa y corbata, parece encontrarse en el cénit del poder y del prestigio, como un Aquiles insustituible de la polis hispánica”.
            La experiencia religiosa no puede para Gomá calificarse de tal: “Porque por experiencia yo entiendo aquellas actividades de la subjetividad que cualquier persona comparte, con independencia de sus creencias, de su ideología, de la época y de la geografía en las que vive. Y en lo que se refiere a la experiencia de Dios no podemos pretender que sea una experiencia inherentemente humana de tal manera que quien no la tenga pueda ser llamado hombre no integral”.
            Las ideas sobre la resurrección y la inmortalidad del alma le parecen “anticuadas, poco convincentes, piadosas, vienen bien para un funeral o una homilía. Pero si uno se pregunta con seriedad cuál es la esencia de la individualidad y ve que es la mortalidad, entonces tendrá forzosamente que pensar en una mortalidad prorrogada”.  Incluso Cristo, después de muerto, ya “no es el mismo, pero es él mismo”.
            A Javier Gomá, católico, en otros tiempos le habrían llevado a la hoguera y es raro que en estos tiempos los guardianes de la ortodoxia no le hayan dado algún sonoro aviso: “¿Dios es amor? Eso es lo que dice San Juan. Pero el evangelio de San Juan es literatura suya. En boca de Jesús la palabra amor apenas la encontramos”.
            A Javier Gomá, creyente, como a mí, ateo, le interesa especialmente la figura del Jesús histórico, del Galileo (como él prefiere llamarlo), desligada de las interpretaciones posteriores. Por eso le defraudó tanto como a mí la obra del papa Ratzinger, supuesto gran teólogo, sobre Jesús: “En su introducción habla del Jesús histórico y en su desarrollo lo ignora por completo. Y razona sobre Jesús en tres libros, ignorando enteramente cualquier resultado que tenga que ver con el Jesús histórico. Es un libro edificante, piadoso, en una línea completamente antigua, siendo así que en la introducción se siente en la obligación de integrar el método exegético, histórico”.
            Para Javier Gomá, creyente, como para mí, ateo, el Jesús histórico “murió fracasado y equivocado”. Lo que él anunciaba –un reino de Dios inminente, que va a transfigurar las bases de la realidad– no llegó y además es un “concepto que después desaparece prácticamente de la teología del cristianismo”.
            Ni siquiera está claro, por lo que sabemos del Jesús histórico, que él pensara que era Dios. No lo afirmó claramente nunca y lo más probable es que se hubiera espantado ante semejante idea.


 Domingo, 4 de octubre
CRIMEN Y CASTIGO

Como soy tan fiel a mis costumbres, no dejo de ver cada nueva película de Woody Allen. Pero la magia que tuvo un tiempo, y que perdió para mí con Vicky Cristina Barcelona, no ha vuelto a recuperarla nunca: ahora, cuando más serio se pone, más risa me da. Desde entonces (quizá desde mucho antes, pero yo entonces no lo veía) no rueda más que naderías, encantadoras en algunos casos, como Magia a la luz de la luna, y chapuceramente pretenciosas en otros.
            Me cuesta tomarme en serio Irrational man, esa reescritura de Crimen y castigo. No me creo nada. Las alusiones filosóficas que suelta en clase el barrigudo y borrachín profesor de filosofía (Joaquin Phoenix) no muestran precisamente conocimientos filosóficos (¿qué es eso de que, según Kant, si escondemos a un judío en casa y un nazi nos pregunta por él tenemos que decirle dónde se encuentra?) y el que se decida a matar a un juez porque, según oyó en una conversación de cafetería, le otorga la custodia de los hijos al marido y no a la mujer, no plantea ningún problema moral: solo ejemplifica su tontería. ¿Ni siquiera se le ocurre escuchar al marido antes de dar por buena la versión de la mujer? ¿Ignora que, en cualquier pleito, y más en uno de pareja, hay que oir a las dos partes? Me gustaría saber que habría hecho ese Abe Lucas, presunto genio de la filosofía en crisis existencial, si hubiera leído en Facebook lo que cuenta una conocida poetisa, ganadora del premio Hiperión, colaboradora de ABC: “Una noche llego a casa y me tropiezo, porque no veo por un ojo y tiene a bien estar prácticamente a oscuras, con una maleta que ha ha puesto en el pasillo. Me hago mucho daño y lloro y él cenando en el salón con la indiferencia del psicópata;: ni una sola palabra, ni siquiera una mirada. Ya tenía mucho miedo, pero entonces me quedo helada de terror. Casualmente, empiezan a aparecer por el suelo trozos de cristales, cáscaras de plátano, helados a medio comer… un día le digo que nos divorciemos y que me pase una pensión hasta que yo me recupere del ojo y me contesta que ni hablar, yo le digo entonces que de qué voy a vivir, y él me dice que me meta a puta, bueno, ni de puta, añade, porque eres vieja y fea”.
            Y la historia continúa con vaciamiento de cuentas bancarias y cuantas sevicias se pueda uno imaginar.: Y no es un cuento, sino una confesión abierta en Facebook.
            ¿No escucharíamos la versión de esa pareja que parece hacer luz de gas con cáscaras de plátano, y al psiquiatra de la poeta, por supuesto, antes de tomar una decisión sobre lo que pasa? El personaje de Woody Allen decidiría asesinarlo sin entras en más averiguaciones y luego resulta que ese hecho le soluciona todos sus problemas existenciales, y los de erección mejor que cualquier dosis de viagra.
            Pero lo peor no es eso, sino que haya críticos y psicólogos que tomen en serio los presuntos problemas éticos que plantea este último disparate de Woody Allen, entretenido por cierto, sobre todo en su segunda mitad, si se prescinde de pretensiones culturetas, un poco a la manera de aquellos “Alfred Hitchcock presenta” de la televisión en blanco y negro..


Lunes, 5 de octubre
AMANECER EN CENTRAL PARK

¿Hay fórmulas para escribir un best seller? Sí, pero no siempre funcionan. En caso contrario, la mayoría de las editoriales, y de los escritores, no se dedicarían a otra cosa.
            A mí me gusta la que emplea Guillaume Musso en Central Park, que es la misma de las películas y las series de televisión que más me entretienen (pero que no son las que elogian una y otra vez los entendidos). Un comienzo insólito: Tras una noche de marcha por los Campos Elíseos, la inspectora de policía Alice Schäfer aparece esposada a un desconocido en medio de un bosque. No sabe cómo ha llegado hasta allí. Lo último que recuerda es el momento en que, unas horas antes, abrió la puerta de su coche en el aparcamiento subterráneo de la avenida Franklin Roosevelt. El desconocido tampoco recuerda nada, solo que es músico de jazz y la noche anterior actuó en un local de Dublin. Pronto descubren que lo que creían un bosque es el Ramble, la parte más agreste de Central Park.
            Un comienzo intrigantemente absurdo y luego el más detallado realismo. Yo disfruto siguiendo sus andanzas por Nueva York: salen del parque junto al Dakota, roban allí un teléfono a un adolescente que forma parte de un grupo de “ruidosos españoles”, bajan luego hasta el Lincoln Center, roban un coche en la esquina de Amsterdam Avenue con la calle Sesenta y uno, utilizan los iPad a disposición del público en la nueva tienda de Grand Central (yo estuve allí el día que se inauguró), llegan hasta Red Hook, el antiguo barrio de estibadores al oeste de Brooklyn… Y en medio (la accción transcurre en pocas horas) los traumáticos recuerdos de la inspectora (que trabaja en el 36 del Quai des Orfèvres, como Maigret) en París: “Rue Réaumur, después rue Beaubourg: cruzo el Marais por el oeste y desemboco frente a la plaza de l’Hôtel-de-Ville, repleta de luces. A lo lejos, la silueta de las dos torres macizas y la aguja de Notre-Dame se recortan en la oscuridad”.
            Me gusta entrar con los protagonistas en la FAO Schwarz, la más hermosa juguetería del mundo, frente al hotel Plaza, con sus porteros disfrazados de soldados de plomo. Me llevó a ella por primera vez  Hilario Barrero y la he visitado luego siempre que pasaba por Nueva York para sentir nostalgia de una infancia que nunca tuve. No podré hacerlo más: los alquileres de la zona la obligaron a cerrar el pasado julio.
            No sé si lo que yo busco en un best seller es lo que busca todo el mundo: una historia enigmática y trepidante situada en escenarios reales en los que uno ha estado y a los que le gustaría volver. La realidad haciendo verosímil la ficción y la ficción añadiéndole un toque de magia a la cotidianidad. Y que no pase de trescientas páginas.

            
Martes, 6 de octubre
FOREVER NOW

Termino la novela de Guillaume Musso. Nunca debería haberlo hecho. Qué absurda explicación del problema inicial. Cierra uno el libro con la sensación de que le han tomado el pelo. Por eso a mí no me gusta acabar esta clase de libros. Mejor quedarse con el enigma inicial y el escenario y luego imaginar el resto.
            De Central Park me quedo también con las citas que inician cada capítulo: “Un buen enemigo es el mejor maestro” (Lao Tse), “El destino nos persigue como un demente armado con una navaja de afeitar” (Tarkovski). Y mi favorita, de Emily Dickinson: “Forever is composed of nows”. El siempre está hecho de ahoras.






38 comentarios:

  1. ¿Quiere eso decir que Gomá en realidad no es creyente o más bien que él y usred son los auténticos creyentes?
    El Papa Benedicto sería un ignaro y ustedes dos los verdaderos gnósticos (=enterados) entonces ¿no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No. Solo quiero decir que me pareció muy sugerente la entrevista. Y que buscaré el último libro de Javier Gomá (que no he leído) y también las más recientes investigaciones sobre el Jesús histórico, una figura que, como la de Sócrates (otro ágrafo) me ha interesado siempre.

      JLGM

      Eliminar
    2. Lisandro Torreblanca13 de octubre de 2015, 8:19

      Visto el tono imperioso, por no decir agresivo, del sr. Ángel Ruiz me pregunto si no es un cura. Y en su blog veo que es algo bastante peor: ¡ un numerario del Opus !

      Todo se explica.

      Eliminar
    3. El tono imperioso no caracteriza a los curas, me parece. Autoritarios los hay en cualquier profesión. Y el ser o no del Opus no descalifica a nadie intelectualmente: lo que importa son las razones, no las creencias.

      JLGM

      Eliminar
  2. Fausto Briz Azuqueca12 de octubre de 2015, 18:52

    El Galileo "histórico" no ha existido nunca, está fuera de la Historia. Lo más llamativo es que se haya construido una pirámide inmensa sobre semejante entelequia. Pero lo desconcertante es que todo haya sido tramado sobre una criatura inexistente, con lo fácil que hubiera sido recurrir a algo o alguien con existencia real. Lo que no deja de ser milagroso... Y, si es milagroso, pues que a uno bien que pudiera atosigarle alguna dudilla...: pero ni con esas.
    Aquí, Martín pone su granito de arena para que la farsa continúe... Se ve que el ansia de infinito, de belleza, no se ve colmada con el prodigio que nos rodea y que "vemos". Y así algunos recurren a los divino porque tienen un no confesado desprecio por el mundo material..., que -y eso les debiera constar- es el mismo soporte de sus ideas, a veces sublimes ideas.
    Pero qué, si preferimos vivir de quimeras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy seguro estáis. Del Jesús histórico se sabe poco, salvo que no fue una ficción: se parece a Sócrates, no a Sherlock Holmes.

      JLGM

      Eliminar
  3. ¿Y eso de que no haya quedado la menor huella de él entre el pueblo judío contemporáneo? Lo de Josefo..., ya son ganas.

    ResponderEliminar
  4. Tiene aquí el Incansable referencia de las alusiones no judías a Cristo; como verá (si tiene interés en ello), Tácito, Suetonio o Plinio el Joven lo aluden. Se incluyen además, como también puede ver, textos de historiadores modernos. Yo me temo muy seriamente que, en esto como en tantas cosas, se deje usted llevar no de ningún razonamiento o posible evidencia histórica, sino meramente de sus prejuicios. El enlace: http://www.celtiberia.net/es/biblioteca/?id=1684

    ResponderEliminar
  5. Lisandro Torreblanca13 de octubre de 2015, 8:22

    Hay una mejora clara en las erratas esta semana, don José Luis (o quizás yo haya leído menos atentamente):

    "Rue Réamur". Rue Réaumur.

    "FAO Schwartz". FAO Schwarz.

    ResponderEliminar
  6. Lisandro Torreblanca13 de octubre de 2015, 9:03

    690 (en las antiguas ediciones, como la Johnson, 624)

    Forever – is composed of Nows –
    ‘Tis not a different time –
    Except for Infiniteness –
    And Latitude of Home –

    From this – experienced Here –
    Remove the Dates – to These –
    Let Months dissolve in further Months –
    And Years – exhale in Years –

    Without Debate – or Pause –
    Or Celebrated Days –
    No different Our Years would be
    From Anno Dominies –

    Emily Dickinson

    La traducción de Silvina Ocampo (Tusquets, 1985, p. 180) es, como de costumbre, lamentable:

    "Siempre - está hecho de ahoras -
    es el mismo tiempo -
    salvo para el infinito -
    y el inmenso espacio -
    de nuestra experiencia aquí abajo -
    a aquélla - saquen las fechas -
    que los meses se fundan en meses -
    que los años - en años se exhalen -
    sin luchas - ni detenciones -
    sin días de fiesta -
    y nuestros años serían iguales
    a los del Señor -".

    Sobre todo al lado de la excelente francesa de Françoise Delphy - quien, tras 10 años de trabajo, ha hecho una magistral edición de la poesía completa de la "Dama blanca", la primera en francés (Poésies complètes. Édition bilingue. Flammarion, 2009, pp. 641-642):

    "Pour toujours - est composé de Maintenants -
    Ce n'est pas un temps différent -
    Sauf qu'il est Infini -
    Et que la Maison est très Vaste -

    À partir de cette expérience - faite Ici même -
    Supprimez les Dates - jusqu'à l'Intemporel -
    Que les Mois se dissolvent dans les Mois qui suivent -
    Que des Années - s'exhalent d'autres Années -

    Sans Débat - sans Pause -
    Sans Jour de Fête -
    Alors Nos Années ne seraient pas différentes
    De l'Anno Domini -".

    ResponderEliminar
  7. Lisandro Torreblanca13 de octubre de 2015, 10:18

    "Del Jesús histórico se sabe poco, salvo que no fue una ficción".

    Fausto Briz Azuqueca tiene razón: "El Galileo "histórico" no ha existido nunca, está fuera de la Historia."

    Desde hace casi 20 años, cuando en Arte pasó el muy interesante documental en 12 partes "Corpus Christi", de Gérard Mordillat y Jérôme Prieur, y unos años después (en 2003) los 10 episodios de "Les origines du Christianisme" y más tarde, en 2008, los 12 de "L'Apocalypse", de los dos mismos autores, documentales acompañados de los tres libros que sobre el tema ambos escribieron ("Jésus contre Jésus", "Jésus après Jésus : L'origine du christianisme" y "Jésus sans Jésus : La christianisation de l'Empire romain") el tema me interesa mucho y he leído sobre él todo lo que he podido.

    Mi conclusión es que el cristianismo en general y la figura de Jesucristo en particular, son un mito, construido, muy inteligentemente, por gente con conocimientos espirituales y esotéricos muy grandes, a partir de otros mitos anteriores, como el mazdeísmo y el esoterismo egipcio, con figuras como Osiris o Zoroastro de las que la del Cristo tomó muchas características (como la muerte y la resurrección, por ejemplo).

    El tema es, por supuesto, muy complejo, pero de él puede decirse que no hay ninguna prueba indudable (valga el pleonasmo) de la existencia real de Jesucristo (hay, eso sí, varios personajes históricos candidatos a ese papel, pero ninguno totalmente convincente).

    Esa ausencia de pruebas, dicho sea de paso, es un hecho esencial para que el mito funcione, puesto que si se pudiera probar la existencia histórica del Cristo, la fe, en la que se basa el mito, no servivría para nada. Casi podría decirse que para un cristiano esa ausencia de pruebas es la prueba de que el cristianismo es verdadero, puesto que es ella la que permite esa íntima certeza absoluta, ese sentimiento místico de plenitud que hace feliz, que es la fe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Remito al capítulo "En busca del Jesús histórico" del libro de Javier Gomá Lanzón titulado "Razón.portería" para el tema (cita toda la bibliografía pertinente). No es asunto para discutir aquí. Y no es cuestión de creencias,

      JLGM

      Eliminar
    2. Lisandro Torreblanca13 de octubre de 2015, 20:50

      En los 20 DVD (en los que son entrevistados decenas de expertos) y los 3 libros (que resumen decenas de libros sobre el tema) de Gérard Mordillat y Jérôme Prieur (que todos ellos pueden comprarse en amazon.fr), imagino que el tema es tratado mucho más exhaustivamente que en el capítulo del libro de Gomá.

      Eliminar
    3. Pues piensa mal. En estos casos no es la cantidad lo que importa.

      JLGM

      Eliminar
  8. Perdonadme la crudeza, pero estar a estas alturas discutiendo sobre la existencia real del "Galileo" causa cierto sonrojo. Los que afirman suelen ser los mismos que, con una impavidez asombrosa, sostienen -o por lo menos dudan- la autenticidad de la sábana santa de Turín (que está más que archisabido que es medieval), llegando para ello a creer los embustes más esperpénticos, ignorando las enseñanzas de la ciencia y hasta el sentido común más elemental. Evangelios que surgen décadas después de la presunta muerte de Cristo, vacío documental absoluto de sus contemporáneos (pese a los esfuerzos de los partidarios por establecer nexos inconsistentes con lo escrito por algunos). Y todo ello inmerso en un magma de invenciones mutantes, de dogmas a la carta, de una inmensa impostura que se desacreditaría por sí sola a poco que uno reflexione con racionalidad. Con la esperable en personas que viven en sociedades evolucionadas y que usan (?) el ya viejo método científico para discurrir.
    De vergüenza, la verdad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La existencia de Cristo no tiene nada que ver con la autenticidad de la sábana santa ni otras patrañas. Tiene que ver con que los escritos que hablan de él se basan en fuentes orales y recogen incluso datos que contradicen los dogmas del cristiano (algo imposible si fuera una figura inventada para justificar esos dogmas). De los datos que los evangelios nos ofrecen sobre Jesús no se deduce que él se considerara Dios ni que ninguno de sus primeros discípulos le considerara así. Y se equivoca en muchas de sus afirmaciones, como la inminente llegada del reino de Dios (los primeros cristianos creían que el juicio final estaba próximo).
      Lo científico es considerar el género literario de los evangelios, que tiene que ver más con una crónica basada en fuentes orales que con la fabulación del mito (aunque incluya elementos míticos, como las historias de Herodoto). Otros documentos no podía haber porque entonces no había periódicos ni registros notariales (al menos para la gente común); al igual que Cristo hubo otros muchos predicadores en aquel tiempo (Cristo, en vida, fue uno más, la importancia le vino después)..

      JLGM

      Eliminar
    2. Que nuestro Galileo fuera uno de tantos alucinados como existían en aquel tiempo ("...dijo Jesús a sus discípulos"), cabe dentro de lo POSIBLE, pero ello carece de documentación fehaciente que lo atestigüe. Salvo la ambigua cita de Josefo parece ser que no hay nada a qué agarrarse. ¿Que los Evangelios recogen una crónica oral? ¿Y dónde está la de los pragmáticos romanos, que apuntaban hasta el rancho de los guardias de la torre Antonia? Ni el menor rastro, señores.
      Claro que pudo haber un Cristo histórico (lo extraordinario del caso es que no lo haya habido), independientemente de la red de patrañas urdida a sus expensas con posterioridad, eso lo entiendo perfectamente.... Pero el panteón grecolatino también surgió de la nada sin que cada deidad fuese un mortal que supiera hacer carrera.
      Aquí lo que se argumenta es que nada PRUEBA que Jesucristo haya existido en realidad. Lo otro, especulaciones sin base consistente alguna.

      Eliminar
    3. Lisandro Torreblanca15 de octubre de 2015, 11:08

      "La existencia de Cristo [...] tiene que ver con que los escritos que hablan de él se basan en fuentes orales y recogen incluso datos que contradicen los dogmas del cristiano (algo imposible si fuera una figura inventada para justificar esos dogmas). [...] Lo científico es considerar el género literario de los evangelios, que tiene que ver más con una crónica basada en fuentes orales que con la fabulación del mito".


      Permítame decirle que creo que usted, además de conocer muy mal el problema de la existencia de Jesuscristo (es decir el problema, muy complejo, de las fuentes históricas que hablan de él - todas copias de copias de copias realizadas por monjes posteriores al siglo IV), no ha comprendido ni lo que es un mito ni lo que es el cristianismo. Si el tema le interesara realmente sabría usted que lo inverosímil es una de las características esenciales del mito, definido por el gran especialista Joseph Campbell como "lo que es más real que la realidad".

      Eliminar
    4. Lisandro Torreblanca15 de octubre de 2015, 11:30

      @ F.

      "una inmensa impostura que se desacreditaría por sí sola a poco que uno reflexione con racionalidad".

      "Perdona la crudeza": tienes una visión muy primitiva, por no decir adolescente, del tema.

      Con tu visión simplista y maniqueísta de él, ¿cómo explicas tú que docenas de científicos del siglo XX, de la talla de Max Planck, Niels Bohr o Louis de Broglie, por ejemplo, (por no hablar más que de Nobel de Física) hayan sido fervientes cristianos?

      Eliminar
    5. Vaya, vaya..., así que nuestro farragoso y enciclopédico Lisandro Floridablanca se pasa del libro gordo de Petete a la cofradía de los teósofos, zoroástricos, güijeros y fervientes cristianos de mucho pedrigrí...
      Claro, si lumbreras como Niels Bohr o Max Planck dice él que se declararon "cristianos fervientes"..., pues que mirusté qué prueba más irrebatible de que el Galileo existió. Eso me recuerda tiempos pasados, cuando alguien quería zanjar una discusión sobre numismática (es un suponer) y lo hacía con un campanudo y displicente "a mí me lo va a discutir usted, que soy ingeniero agrónomo").
      Que yo sepa, trabajar entre ciclotrones, barras de uranio o en la ardua empresa de incrementar la tabla periódica de los elementos no capacita ni tanto así para opinar con ventaja sobre nada que tenga que ver con la Historia o con las Humanidades en general, sean los opinadores Niels Bohr, Lord Rutherford, Enrico Fermi o el mismísimo Isaac Newton. Y no voy a traer aquí a otros físicos como Stephen Hawkings, un tal Albert Einstein y nuestro Severo Ochoa (este por el bando de los bio, y que sabía tanto de las bolitas esas de los nucleótidos), todos ellos convictos y confesos de ateísmo radical, porque sería contradictorio con lo que vengo sosteniendo: que un físico puede ser tan lerdo como cualquiera en lo tocante a "humanidades". Y que el Galileo haya o no existido se estudia en este campo del saber, ¿O no, Floridablanca?
      Razonar como tú, camarada, después de tratar de enredarnos en una malla de datos pretendidamente eruditos (¿o sera cosa de la Wiki y Lisandro es más piernas de lo aparenta?) es calderilla de niquel.
      Primitivo your way, colega: "Es verdad porque lo dice el señorito".
      Toma ya...



      Eliminar
    6. Lisandro Torreblanca16 de octubre de 2015, 11:59

      @ F.

      Tu mensaje es muy tonto y no merecería respuesta, pero te voy a contestar, porque me divierte.

      Varias cosas (bien estructuradas para que no hagas el ridículo de nuevo confundiéndolas con "calderilla de niquel"):

      1.- En el caso de que no seas un vejete renqueante que se aburre (que es lo que yo creo), abandona tu vocación de cómico. Como humorista, ni para una fiesta de barrio vales.

      2.- Yo he contestado a una frase tuya muy concreta: "una inmensa impostura que se desacreditaría por sí sola a poco que uno reflexione con racionalidad". No he escrito que el hecho de que Max Planck, Niels Bohr o Louis de Broglie sean creyentes constituya una "prueba irrebatible de que el Galileo existió". De manera muy poco racional, tú intentas rebatir, pues, algo que yo no he escrito (y ello por la sencilla razón de que no lo pienso). Conclusión: para discutir, hay antes que aprender a leer bien e intentar comprender lo que se lee.

      3.- Tú has escrito "a poco que uno reflexione con racionalidad" y yo te he puesto 3 ejemplos (te hubiera podido poner cientos y no sólo de de grandes científicos, sino también de grandes escritores, artistas o filósofos - del siglo XX y anteriores) de gente que sabía reflexionar y que a pesar de ello no sólo no desacreditó la "inmensa impostura" del cristianismo, sino que creyó en ella. Es decir, gente mucho más inteligente que tú y que tenían un cerebro que sabía razonar mucho mejor que el tuyo, creyeron en el cristianismo y lo practicaron.

      4.- De ahí puede deducirse fácilmente que tu proposición, según la cual la Fe es incompatible con la Razón, es totalmente falsa. Ese era mi único propósito al contestarte.

      5.- Tu idea según la cual Einstein era un ateo radical es tan falsa como tu razonamiento anterior y demuestra una contradicción total entre lo que predicas y lo que haces. Tú, que propugnas "el ya viejo método científico para discurrir", te comportas de manera anticientífica haciendo afirmaciones perentorias sin haberlas verificado antes - cosa muy fácil hoy, con Google.

      "Dios no juega a los dados."
      (Einstein)

      "No tengo sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un legislador."
      (Einstein)

      "Cualquier persona que esté seriamente involucrada en la investigación científica acaba convenciéndose de que un espíritu, muy superior al espíritu del hombre, se manifiesta en las leyes del Universo.".
      (Einstein)

      "El sentimiento religioso de los científicos toma la forma de un extasiado asombro ante la armonía de la ley natural, que revela una inteligencia de tal superioridad que, comparada con ella, todo el pensamiento sistemático y la actuación de los seres humanos es un reflejo absolutamente insignificante."
      (Einstein)

      "No soy ateo y no creo que me pueda llamar panteísta. El ser humano se halla en la misma situación que un niño que entra en una biblioteca enorme llena de libros escritos en muchos idiomas. El niño sabe que alguien debe de haber escrito esos libros. No sabe cómo. No entiende las lenguas en las que fueron escritos. El niño presiente oscuramente un orden misterioso en la disposición de los libros, pero no sabe cuál es. Tal es, me parece a mí, la actitud de hasta el más inteligente de los seres humanos ante Dios. Vemos un universo maravillosamente ordenado y sujeto a ciertas leyes. Nuestras mentes limitadas intuyen la fuerza misteriosa que mueve las constelaciones."
      (Einstein)

      "Mi religiosidad consiste en una humilde admiración hacia el espíritu infinitamente superior que se revela en los leves detalles que somos capaces de percibir con nuestras frágiles y débiles mentes. Esa convicción profundamente conmovida de la presencia de un poder razonador superior, que se revela en el universo incomprensible, constituye mi idea de Dios."
      (Einstein)

      "El fanatismo del ateo es para mí casi tan divertido como el fanatismo del creyente."
      (Einstein)


      "Toma ya..."
      (F.)

      Eliminar
    7. Lisardo, eres un tipo desagradable. Ya lo venía pensando antes, en vista de tu comportamiento con Martín... Por cierto: JLGM es un hombre tan ecuánime y tan paciente (servidor no hubiese consentido tus desplantes sin arrancarte alguna pluma de la cola) que sufre estoicamente los embates de sus contradictores sin impedir que se publique ninguno... Pero si estima que alguien profiere palabras gruesas contra un tercero en este su blog, pues que corta por lo sano y censura la diatriba. Lo sé. He ahí un ejemplo de hombría de bien y, a la postre, de inteligencia. Por eso me voy a morder el cálamo y no te respondo en los términos que creo que merece tu conducta en este blog.
      Cuando incluí a Albert Einstein entre los ateos confesos, era consciente de los resbaladizo del terreno en que se asentaba esta afirmación. Porque conozco de antiguo cómo han tironeado de sus reliquias tanto los ateos como los creyentes (judíos, cristianos...). Lo cierto es que él a lo más que llegó fue a tener un concepto "cósmico" de la religión; algo en estado difuso (nunca se cansaba de decir que el cerebro era una pobre herramienta para intentar comprender el Universo), a sabiendas de que se movía en el terreno de la especulación filosófica (de andar por casa, sea dicho). Jamás concedió el menor crédito a ninguna religión concreta (lo que le acarreo la inquina de bastantes judíos creyentes, que "no esperaban eso de él") y - además de esas citas suyas entresacadas por ti que, por cierto no desmienten para nada lo que vengo diciendo- también dijo cosas como esta:
      - "Era, por supuesto, mentira lo que se lee sobre mis convicciones religiosas, una mentira que se está repitiendo sistemáticamente. No creo en un Dios personal y nunca he negado esto, sino que lo he expresado claramente, Si hay algo en mí que pueda llamarse religioso es la ilimitada admiración de la estructura del mundo en la medida en que la puede revelar nuestra ciencia". (Carta fechada en marzo de 1954, que fue incluida en el libro Albert Einstein: su lado humano, editado por Helen Dukas y Banesh Hoffman y publicada por Princeton University Press.

      De modo que traer de avalista a don Alberto para que justifique la credulidad de Bohr y Planck en la irrisoria fe cristiana..., carece de fundamento. Porque estos dos señores, al parecer, SÍ que creían a pie juntillas los embelecos vaticanos.
      Bueno, confieso mi acérrimo ateísmo, y pienso que creer en una determinada religión (y no hablo de un sentimiento difuso de lo divino), con su aparatoso entramado de dogmas, mandamientos, preceptos y liturgias..., forma parte de las disfunciones cerebrales, solo comparables con la histeria o la paranoia.
      A tu disposicion; Leandro.

      PS.- Floridablanca (el conde) era un ilustrado que tampoco veía de buen grado a los curas, cosa que pagó con infinitos quebraderos de cabeza. Así que bien me podías agradecer la homologación.

      Eliminar
    8. F, evidentemente, ha sacado su inicial de la palabra "fanático". Que sea practicante de un "ateísmo acérrimo" es cosa que le compete sólo a él; pero que diga que "creer en una determinada religión (y no hablo de un sentimiento difuso de lo divino), con su aparatoso entramado de dogmas, mandamientos, preceptos y liturgias..., forma parte de las disfunciones cerebrales, solo comparables con la histeria o la paranoia", a mí, que no soy creyente, me parece una tan delirante como
      "irrisoria" barbaridad, y una demostración muy clara de que no es del todo cierto lo de que "si estima -JLGM- que alguien profiere palabras gruesas contra un tercero en este su blog, pues que corta por lo sano y censura la diatriba. Lo sé. He ahí un ejemplo de hombría de bien y, a la postre, de inteligencia"..., a no ser que crea que las suyas contra millones de creyentes en diversas religiones son un ejemplo de "palabras finas". Y no me extrañaría que lo creyese: el fanatismo tiene esos disparates.

      Ya le dijo el propio JLGM de su incapacidad de ver la viga en el propio ojo, él que tan agresivamente censura las (supuestas) pajas en los ajenos. Se puede ser razonablemente ateo, como razonablemente creyente, igual que se puede ser enloquecidamente tanto lo uno como lo otro. Y es demasiado obvio a qué grupo pertenece el muy inquisitorial F: al de los incapaces de respetar a quien no piense (o lo que sea eso que él hace) de la única manera aceptable, esto es, la suya. El Dios en quien ni él ni yo creemos nos coja confesados, si alguna vez llegaran a mandar fanáticos de su calaña.

      Eliminar
    9. Señor sacristán, lo que queda en evidencia es su ideología, pues entiende que los clérigos han tenido derecho a martirizarnos el cerebro generaciones enteras que hemos vivido bajo el terror de Franco y, sin embargo, las víctimas no tenemos derecho a manifestar nuestra repulsa por semejantes hechos. Es como si los descendientes de los indígenas americanos hubiesen de cuidar el vocabulario a la hora de referirse al genocidio cometido contra ellos y que, si se diera el caso de que viniesen a Madrid se les censurara por no acudir a la plaza de Colón madrileña a envolverse en el banderón. Y que encima algunos se quejarán porque insultan los sentimientos de los patriotas españoles. Lo mismo, lo mismo.
      Tú, amigo, no sorprendes a nadie, eres coherente con el pensamiento cripto-reaccionario que vienes acreditando aquí desde el comienzo. Y perdóname la gracieta de llamarte "sacristán", pero es que tienes unas maneras tan sinuosa, oblicuas, amaneradas..., que me recuerdan las de algunos acólitos que pretenden imitar los ademanes y la "voz" impostada de sus superiores "jerárquicos". Y no creo que te esté insultando si te digo esto, por lo mismo que no insulto a los creyentes de cualquier credo si digo lo que honestamente me parecen las religiones. Además es mi derecho.
      Repito que soy un damnificado de ellas (por lo menos tanto como el Arco de Palmira o Giordano Bruno) y tengo TODO el derecho del mundo a afirmar que han traído mucho dolor y desgracia al género humano. A mí me los han traído.

      PS.- Martín no ha censurado mi opinión al respecto, porque no es tan necio como para no saber del derecho de los hombres a manifestar lo que piensan, si con ello no se agrede a los demás. Suponer que tiene algo de peyorativo que se compare algo con la histeria o la paranoia parte del prejuicio de que quien lo hace se burla de los enfermos o los tiene por seres humanos inferiores.
      Lo dicho: tengo derecho a abominar de una religión que me procuró males irremediables.

      Eliminar
    10. Obviamente no tanto como Giordano Bruno... Pero si "esto" cambiara en la "mala dirección"..., no estoy tan seguro de que no terminara como él (por decir lo que digo).Y no quiero dar ideas...

      Eliminar
    11. Uno no pretende "sorprender" a nadie; eso se lo dejo al amigo F... anático, a quien le encanta intentarlo. No, mira: aunque tu evidente incapacidad para razonar no te permita verlo, al decir que, vuelvo a citar, "creer en una determinada religión (y no hablo de un sentimiento difuso de lo divino), con su aparatoso entramado de dogmas, mandamientos, preceptos y liturgias..., forma parte de las disfunciones cerebrales, solo comparables con la histeria o la paranoia", no estás criticando las malas consecuencias de la religión, que ciertamente las hay (como las hay excelentes), sino menospreciando e insultando a los creyentes, del mismo modo que si yo te dijera a ti que defender las ideas que tú defiendas es una muestra de retraso mental (cosa que no pienso hacer, ya hay demasiados "F" en este mundo para que uno se sume) no estaría criticando dichas ideas o sus consecuencias, sino insultando a quienes las tengan. Tú no razonas: no quieres o no sabes. Y no, no es "tu derecho" insultar a quien no piense como tú (y a mí no me afecta en lo personal: como ya he dicho repetidamente, no soy creyente), es sólo una muestra de tu falta de educación y tu incapacidad de respetar ideas distintas de las tuyas. Ya digo, Dios nos libre de caer en manos de gente tan intolerante como tú muestras ser a cada paso, absolutamente incapaz de distinguir entre el razonamiento y la agresión, y perfectamente dispuesto además a no hacerlo. La religión, las religiones, serán lo que tú quieras (para ti, se entiende); pretender, como tú, que son "una forma de disfunción cerebral" sólo te descalifica a ti mismo.

      Eliminar
    12. Cambia el rollo de la pianola, Ano nimio, por tus antepasados te lo pido. Aburres a las ovejas, compañero... Qué prosa la tuya, qué alegría de la huerta, qué donaire, qué chispa de la vida te dio Natura (que diría el vejete emboscado que malicia don Lisardo).
      A mejorar.

      Eliminar
    13. Estimada oveja, que te aburra a ti recordándote una vez más tu tendencia a sustituir el pensamiento por el exabrupto, es perfectamente lógico. Desbarra un poquitín menos, y te ahorrarás tus propios berridos y mis reconvenciones. Ya ves cuánto saldrías ganando.

      Eliminar
  9. Lisandro Torreblanca14 de octubre de 2015, 12:04

    ¿Se refiere usted a este artículo de Gomá?

    "En busca del Jesús histórico"

    http://www.lavanguardia.com/cultura/20120328/54277856669/jesus-cristo-ejemplaridad-historico.html

    Si es el caso, la comparación con los 20 DVD de entrevistas a expertos (católicos, protestantes, judíos, musulmanes, agnósticos y ateos) y las mal de 1000 páginas de los 3 libros de Gérard Mordillat y Jérôme Prieur es sencillamente ridícula. El resumen que hace el muy católico Gomá es muy parcial y muy poco exhaustivo (lo cual es normal para un artículo).

    ResponderEliminar
  10. No, no me refiero a ese artículo, sino al incluido en el libro citado. La verdad de una tesis no depende del número de páginas dedicadas a aclararla ni menos aún del número de DVD dedicados a ella.

    JLGM

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lisandro Torreblanca15 de octubre de 2015, 11:05

      Se confunde usted: en la página 12 de ese pdf de presentación del libro de Gomá se afirma que el artículo en cuestión es el de La Vanguardia que yo he enlazado:

      http://www.galaxiagutenberg.com/media/91513/razon_porteria_web.pdf


      "La verdad de una tesis no depende del número de páginas dedicadas a aclararla ni menos aún del número de DVD dedicados a ella".

      La verdad de una tesis, no. Pero la búsqueda de esa verdad, sí. Y que yo sepa, en el tema de Jesucristo, se trata de la búsqueda de una verdad, no de la explicación de LA verdad.

      En cuanto a Gomá, me extraña mucho que en su artículo no cite el trabajo colosal hecho, durante más de 12 años, por Mordillat y Prieur.

      Eliminar
    2. Cierto es el mismo artículo, la verdad es que no había entrado en el enlace. Un artículo que remite a las diversas investigaciones sobre el tema.

      JLGM

      Eliminar
  11. Lisandro Torreblanca17 de octubre de 2015, 12:39

    @ F.

    "De modo que traer de avalista a don Alberto para que justifique la credulidad de Bohr y Planck en la irrisoria fe cristiana..., carece de fundamento."

    Difícil discutir con alguien que no sabe leer o que sabiendo leer comprende lo que lee al revés. Fuiste tú, y no yo, quien "trajo de avalista" a Einstein para justificar tus ideas, diciendo que era un "convicto y confeso de ateísmo radical".

    En cuanto a "la irrisoria fe cristiana", era la que tenían, además de Max Planck, Niels Bohr o Louis de Broglie, San Agustín, el Maestro Eckhart, los constructores de catedrales, Dante, Nicolas de Cues, Copernic, Montaigne, Kepler, Cervantes, Tomás Luis de Victoria, Palestrina, Monteverdi, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, Góngora, Lope, Vivaldi, Fray Luis de León, Quevedo, Gracián, Descartes, Haendel, Pascal, Bach, Mozart, Haydn, Beethoven, Blake, Goethe, Baudelaire, Dostoievski, Chopin, Liszt, Wagner, Pasteur, Bruckner, Marconi, Verlaine, Tolstoi, Wittgenstein, Claudel, C.Th. Dreyer, Werner von Braun, René Girard o Arvo Part, entre muchísimos otros.

    Pero ¿qué son los miles de grandes espíritus que durante 2000 años han tenido esa fe cristiana "irrisoria" al lado de tu opinión sobre ella?

    (Veo que haces progresos y que ya no intentas hacerte el cómico. Algo es algo).

    ResponderEliminar
  12. Lisardo, es cierto que fui yo quien trajo de la melena a A. E. (además a sabiendas de que ibas a replicar, porque era consciente de la controversia que existe sobre si era "creyente" o no). Pero este científico distaba mucho de creer lo que, al parecer, Niels Bohr o M. Planck creían (si tú mismo parece que no crees que el Galileo existió... ¿te parece que estos dos físicos tenían una fe fundamentada en algo más que en una superstición? Porque ser cristiano supone asumir que Cristo existió en la realidad, ¿no? ¿O se puede ser cristiano y no creerlo? ¿Sí? Coño, antes quemaban en la hoguera al que sostuviese semejante herejía.
    Te entiendo perfectamente, Lisardo; cosas más enrevesadas estoy obligado a entender por imperativo profesional. Lo que pasa que no me gusta secundar el criterio flojo de muchos, que es el de reata.
    Contra la nómina de talentos que aportas y que aseguras que fueron todos "creyentes", podría servidor (si no fuese laborioso) aportar otra tan nutrida, por lo menos, de personas de acreditado cacumen que son ateos. Para no enredar más el asunto, bastarìa con hacer una encuesta en nuestras universidades y ver el panorama. Todo el mundo debiera saber que los descreídos son legión en aumento galopante.
    Haces algo muy común con lo que no estoy en absoluto de acuerdo: confundir un talento específico con la capacidad universal de opinar con acierto sobre todo. Por ejemplo, Mózart fue un artista excelso (lo prefiero a todos), pero no acreditó ninguna otra cualidad que sobresaliese de los demás contemporáneos (de hecho, su vida fue bastante poco ejemplar en muchos aspectos). Von Braun tenía poco presente a Dios cuando enfilaba sus cohetes contra la población civil de Londres (habría que ponerle el polígrafo a ver lo que de verdad creía o dejaba de creer); los constructores de catedrales está por ver si veían los relieves de los capiteles y de las portadas con la misma devoción (o espanto) que el pueblo devoto (el que hace el muñeco le suele guardar poco respeto); Juan de la Cruz y Teresa de Jesús eran dos queridos místicos a quienes seguro todos amamos..., pero no me consta que tuvieran ningún don especial para interpretar el mundo en el que vivían: bastante tenían con ensimismarse en su Dios y en su letra.
    Y no me río del creyente porque halle irrisorias su creencias.

    PS.- Tú también parece que te has moderado en las formas, Leandro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lisandro Torreblanca18 de octubre de 2015, 10:24

      @ F

      Tu problema es que confundes el cristianismo con su aplicación. Para mí el verdadero cristianismo es el de sus místicos, no el de sus teólogos y sus inquisidores (que han excomulgado, encarcelado y hasta quemado a los místicos). Y menos aún el de sus curas, que conozco bien por haber estado 4 años interno en los Jesuítas y haber salido de su colegio definitivamente asqueado de la diferencia que existe entre el Evangelio y su aplicación 2000 años después, diferencia que el famoso teólogo heterodoxo Alfred Loisy resumió en su célebre frase: "Jésus annonçait le Royaume, et c'est l'Église qui est venue".

      Confundir la Iglesia y sus grupos o sectas (Opus, jesuitas, dominicos, maristas, agustinos, cuáqueros, adventistas, presbiterianos, Testigos de Jehová, etc, etc) con el cristianismo primigenio es como confundir un botellón con una reunión de degustación de vinos "Chateau Yquem".

      Eliminar
    2. Pero, Lisandro, la noticia que tengo del cristianismo, la "buena nueva", me viene dada precisamente por esos señores tan poco fiables que dices y que acreditaron bien pronto (en la Historia) que son poco de fiar... A un servidor no se le reveló Dios, ni vio de propio ojo los milagros del Galileo. Además conoce la historia de la llamada por alguien P. de Babilonia y se estremece leyendo lo que fue capaz de hacer en nombre del bondadoso hombre-dios de Galilea. Si mi padre me comunicara un prodigio inaudito y estuviese claro que no había sufrido una alucinación, lo creería..., porque mi padre habría de contar con toda mi confianza sin reserva alguna. Pero..., ¿cómo creer a quien se ha acreditado como falsario, simoníaco, sacrílego, cruel y oportunista? Porque dices de la Iglesias primitiva...: poco tardó en unir su suerte a la del Emperdador.
      No vale la pena que sigamos porfiando, colega; existen diferencias radicales entre lo que pensamos ambos.
      Saludos.

      Eliminar
  13. A la “Iglesia sin Cristo” de Hazel Motes, pues.

    ResponderEliminar
  14. Ay, las redes. ¡Cuánta flor malograda! ¡Cuánto desparramado!

    ResponderEliminar