Viernes, 15 de mayo
LA GRAN PREGUNTA
¿Qué harías tú si te enteraras de que te
quedaba solo una hora de vida?, me pregunta el filósofo Roger-Pol Droit desde
el título de su último libro “Beber para olvidar que me quedaba solo una hora
de vida”, me apetece responder. El problema es que yo no bebo. Lo más probable
es que me fuera a dar una vuelta por las librerías a ver qué novedades hay. Y a
encargar algunas para que me las enviaran al otro barrio.
Sábado, 16 de mayo
NI UN PASO MÁS
Hay un interlocutor que
nunca me falla y que nunca cansa. Cuando no tengo con quien hablar, suelo
recurrir a él. La noche del 21 de marzo de 1825 ardió el teatro que había
fundado en Weimar: “El escenario de casi treinta años de esfuerzo ha quedado
reducido a cenizas. Casi no he podido dormir en toda la noche. Desde mi ventana
veía cómo las llamas ascendían hacia el cielo. Me ha pasado por la cabeza más
de un recuerdo de los viejos tiempos, de mis años de esfuerzo conjunto con
Schiller, de la llegada y formación de más de un querido discípulo y todo eso
me ha conmovido profundamente”.
Nunca me canso de escuchar a Goethe conversar con
Eckermann, conversar conmigo. El disgusto por la destrucción del teatro le ha
afectado tanto que ha tenido que acostarse. En el dormitorio rememora sus
experiencias como autor y director teatral. “Debe ser difícil mantener en el
debido orden a una criatura de tantas cabezas”, le dice Eckermann.
Y yo escucho a Goethe hablar de los dos enemigos a los
que tuvo que enfrentarse y sonrío con melancolía. A los dos los conozco bien, mutatis mutandi. “Uno de ellos era mi
apasionado amor por el talento, que podría fácilmente inducirme a la
parcialidad. El otro prefiero no nombrarlo, pero seguro que lo adivinará. En
nuestro teatro no faltaban mujeres hermosas y jóvenes y con un alma
encantadora. Hubo algunas que me atrajeron apasionadamente, y tampoco faltaron
casos en que alguna que otra me salió al encuentro. No obstante, yo me contuve
y me dije a mí mismo: ¡Ni un paso más! Conocía cuál era la posición que ocupaba
y sabía que me debía a ella. Yo no obraba como persona sino como jefe de una
institución cuyo buen desarrollo valía para mí más que la mera felicidad de un
instante. Si me hubiera involucrado en algún lío amoroso, me habría convertido
en una brújula con un imán a su lado, incapaz de señalar la orientación
adecuada”.
Domingo, 17 de mayo
NO SIRVE DE NADA
Cuando escribe poemas de amor, el enamorado no suele
hacer literatura, sino el ridículo.
Las opiniones sinceras son armas de destrucción masiva.
Saberlo todo no sirve de
nada.
Entre una revelación y una tontería a menudo solo media
el canto de un aforismo.
Lunes, 8 de mayo
NEGRO FUTURO
No se lo digo a nadie
porque resulta un tanto ridículo, pero la verdad es que a mí si me preocupa saber
si lo que escribo seguirá o no vivo después de yo haya muerto. Ya sé que
resulta absurdo que me preocupe por lo que ocurrirá cuando yo ya no esté aquí
para verlo. Pero eso es algo que preocupa a todo el mundo, y por eso antes de
irse procuran dejar las cosas en orden. Como escritor, no me importa la eternidad,
que es demasiado larga, sino el tiempo en el que todavía vive alguien que nos
ha conocido.
No es lo mismo el centenario del nacimiento de un escritor
que el de su muerte. En el primero todavía viven quienes le habían conocido y
guardan sus cartas y sus libros dedicados y escriben artículos con sus
recuerdos y se lamentan de no haberle prestado más atención (y el escritor
disfruta en vida imaginando ese lamento de los que ahora no le hacen demasiado
caso); en el centenario de la muerte ya solo discursean profesores y políticos,
gentes sin ninguna vinculación personal con el escritor.
A mí me fastidiaría más que llegara el año 2050 y nadie se acordara de mí, solo algún
viejo poeta que quizá se preguntaría: “¿Cómo se llamaba aquel crítico cascarrabias
que también escribía versos y hablaba mal de todo el mundo y que se creía un
genio? ¿García Pérez o García Martínez? ¡Pobre! No podía imaginarse que, que
después de muerto, sus libros los leería todavía menos gente que cuando estaba
vivo”.
Ya sé que cuando eso ocurra nada podrá herir mi vanidad, pero
me fastidia imaginarlo ahora. Claro que todavía podría ser peor, que no me
recuerde nadie de los que me habían conocido y un erudito me dedique un
artículo en la revista de las fiestas de Avilés equivocando los títulos y las
fechas de mis libros, confundiéndolos quizá con los de cualquier otro José Luis
García.
Miércoles, 20 de mayo
CONTRA EL ANONIMATO
“Ya veo que tú también te
has enredado en las redes sociales, amigo Martín, y cansado de la libertad que
reina por esos pagos has decidido implantar por tu cuenta la censura”.
----¡A cualquier cosa llaman
censura! De lo que me cansado es de quienes utilizan el anómimato para decir lo
primero que se les viene a la cabeza. Mi rechazo del anonimato no se debe, o no se debe solo,
a manías personales. El emisor forma parte del mensaje, un texto anónimo es siempre un
texto incompleto.
----¿Y
qué más te da que firme o no alguien a quien no conoces de nada? ¿Qué más da no
firmar que poner, por ejemplo, Juan Pérez Martínez? ¿Le pides el nombre a
alguien que, al final de una conferencia, levanta el brazo y te hace una
pregunta?
----No
firmar en un comentario en un blog es como
hacer una pregunta en una conferencia con el rostro enmascarado; eso es propio
de los terroristas, de los atracadores de bancos o de los policías que no
quieren ser reconocido. El rostro ya es una firma y la voz ("soy yo"
nos dicen por el telefonillo del
portal y abrimos la puerta porque sabemos de quién se trata sin necesidad de
que nos diga su nombre). En el texto no escrito a mano todos esos rasgos
desaparecen (por eso los anónimos de las viejas películas se hacen pegando
palabras recortadas de los periódicos). Y el nombre sirve además para
distinguir a un interlocutor de otro. En mis blogs se establecían a veces
discusiones bastante surrealistas entre una panda de indistinguibles anónimos.
Y yo los dejaba hacer y entraba al trapo porque me apasiona discutir. Pero
conviene controlar las adicciones. De quien se dirige a ti tapándose la cara,
no te fíes. Y el equivalente en Internet es ocultar el nombre. El anonimato y el fingir una identidad me parece
perfecto para los delincuentes, siempre al acecho, o para quienes se arriesgan
a hacer públicos secretos oficiales que nos perjudican a todos.
----O sea que a partir de ahora,
censura previa.
----Exacto.
Primero presentarse y luego opinar. Quien no quiera hacerse responsable de sus
opiniones que se desahogue con los amigos en un café.
Jueves, 21 de mayo
PARA NO ABURRIRME
Para no aburrirme,
necesito hacer dos o tres cosas al mismo tiempo, como cualquier niño
hiperactivo que no ha recibido el tratamiento adecuado. Mientras escucho a
Elena Medel hablar de la poesía en general y de la suya en particular (me gusta
el recuerdo que dedica a poetas hoy bastante olvidadas, como Ángela Figuera, a
quien conocí en Avilés, o María Elvira Lacaci), picoteo acá y allá en los
aforismos de Manuel Neila (Pensamientos
desmandados) y en los de Eliana Dukelsky (La lengua o el espejo), le hago alguna foto y las subo a Facebook o
anoto en mi moleskine algunos
posibles aforismos propios.
A la poesía le gustan muy pocos poetas.
Los poemas comienzan en el punto final.
La poesía solo se diferencia de la locura en que los
poetas no suelen estar locos y los locos no suelen ser poetas.
Aprender a escribir es más fácil que aprender a leer.
Para no leer novelas hace falta mucha imaginación.
¿A nadie se le ha ocurrido crear clínicas de
desintoxicación literaria?
Escribir deja poco tiempo para leer.
Leer no vale la pena si lo que leemos no vale la pena.
Los escritores siempre hablan de lo mismo, pero cada vez
de distinta manera.
Los estudiosos de la literatura no suelen leer literatura.
Los malos poetas siempre tienen varios libros inéditos.
La amistad más peligrosa para un crítico literario: los
malos poetas que son buenas personas.
Entre poeta y crítico no hay amistad posible, son lobos
de la misma camada.
Se pasó la vida leyendo para llegar a la conclusión de
que muy pocos libros merecen ser leídos.
Uno se cansa de leer como se cansa de la vida.
Viernes, 22 de mayo
GANE QUIEN GANE
"Todo lo que amenace con cambiarme /
me limita y oprime", escribió Ricardo Reis en una de sus odas. A mí me
pasa lo mismo. Cualquier cambio lo veo como
una amenaza. Hacer cada día exactamente lo mismo, cumplir el rito que me he
impuesto hasta en los mínimos detalles, lo veo como una armadura que me protege de lo
desconocido, que me impide ser devorado por las tinieblas exteriores. Y sin
embargo el próximo domingo cambio mi voto, por primera vez en más de treinta
años. Ninguna señal mejor de que algo
se mueve en esta España nuestra que el que hasta yo me mueva.
Nada volverá a ser como antes. ¿O sí? Quizá
solo ha llegado el momento de que algo cambie para que todo siga igual. A fin de cuentas, seguro que gane quien gane
pierden siempre los mismos.
Desde el anonimato que quizá impida la publicación de estas palabras, yo reconozco que soy más ambicioso, literariamente hablando, que JLGM. No aspiro, como él, a ser leído pasados equis años, sino a algo más difícil: a merecer serlo, lo sea o no. Lo primero, merecerlo, puede depender de uno mismo; lo segundo más bien no.
ResponderEliminar"Aspirar a merecer serlo", depende de uno; "merecer serlo", no.
ResponderEliminarJLGM
¡Qué plaga lo de los anónimos! Haría falta un buen psicoanalista para descubrir por qué tanta gente se avergüenza de su nombre o se siente tan temerosa a la hora de decir que piensa lo que piensa, aunque sea una nimiedad.
Leo, en dos sitios distintos, referencia a una resolución presentada por Bildu a la eurocámara hace poco, y en la que se acusaba a España de "genocidio del pueblo vasco". Y que los eurodiputados de Podemos apoyaron en bloque dicha resolución. ¿Alguno de los simpatizantes de Podemos que por aquí se asoma sabe algo, o tiene algo que decir al respecto? Gracias.
ResponderEliminarYo, simpatizante de Podemos, no tengo nada que decir al respecto, Nónimo. No es este lugar adecuado para desmentir interesados rumores.Tampoco nos ocupamos aquí de la sección "Mentiras sobre Venezuela" (en realidad, medias verdades: tampoco hay que exagerar) que cada día, sin faltar uno, publica El País.
EliminarJLGM
Me habían recomendado este blog. Después de haber leído dos docenas de páginas, resumo mi impresión en una frase: qué aburrida es la egolatría.
ResponderEliminarGracias, Adelina. Nada tan útil como la impertinencia para bajarle los humos a un vanidoso y aburrido ególatra.
EliminarJLGM
«(...) Lo imposible es como una muralla de piedras. ¿Qué piedras son éstas? Las leyes de la Naturaleza, las inducciones de las ciencias naturales, las matemáticas, sin duda. Luego que, por ejemplo, te han demostrado que desciendes del mono, no hay que hacer remilgos: es preciso aceptar las cosas como son. Luego que te demostraron que, en realidad, un sólo átomo de tu propia grasa debe ser para ti más preciado que cien mil semejantes tuyos, demostración que acaba de cuajo con todas las virtudes y deberes y demás zarandajas y supersticiones, no te queda más remedio que asentir, porque dos y dos, cuatro; son las matemáticas. ¡A ver si podéis objetar algo a esto!»
ResponderEliminar(Dostoievski, “Memorias del subsuelo”)
Poco se puede objetar, esa es la verdad, y “sabiéndolo” no queda otra que actuar siempre con la mejor voluntad, de la manera más benévola posible, con uno mismo, con los demás..., para que nada cambie, sí, pero sabiendo el "porqué", que ya es algo.
¿Estás contento con el resultado de las elecciones en tu pueblo de adopción y laburo, Martín? ¿Soñaste alguna con que la vieja emperifollada y bastante cursi deviniera en esta lozana moza que es el asombro -y casi la envidia- de todas las Asturias, que ahora, con gusto, se reivindican "de Oviedo"?
ResponderEliminarSalud Oviedo, congralutaciones compatriotas míos; qué regocijante es para los gijoneses de bien bajar la guardia, sacar el cartucho de la recámara, dejar el colmillo oculto entre los pliegues del belfo... si alguien menciona Oviedo. Ahora no existe motivo alguno para no ver a esa ciudad (mejor a sus buenas gentes) como compañera leal de ese viaje que tenemos que hacer y que nos urge. Creo que podemos.
No hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. No olvides, F., lo que tus correligionarios hicieron en Extremadura (afortunadamente recibiern su merecido).
EliminarJLGM
Mis correligionarios son hoy los de Podemos, Martín; todos tenemos derecho a evolucionar ante la evidencia (eso hace una persona razonable ante el peso de los hechos), tú mismo has dado algún que otro golpe de timón, me parece evidente... ¿No es sierto? que diría el buen Borges.
EliminarMe temo que los anónimos han hallado subterfugios para seguir siéndolo. Qué jartura... No merece la pena contestar a emboscados.
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