Sábado. 22 de marzo
NO QUIERO SER FELIZ
Como me gusta llevar cuenta de todo, repaso mis apuntes y
llego a la conclusión de que perder la cabeza, lo que se dice perder la cabeza
por amor, solo la he perdido siete veces. Las otras veces jugaba solo a
perderla, hacía literatura, buscaba únicamente tener algo que contar.
Y ahora me
miras, y sonríes, y qué ganas me entran de arrojarme de nuevo al agua. Pero
recuerdo a tiempo que no sé nadar. Y además, a cierta edad, da un poco de
pereza ser demasiado feliz.
Domingo, 23 de marzo
TINTÍN EN ZUBROWKA
Juguetona, tintinesca, con su inteligente mezcla de parodia,
nostalgia y folletín, El Gran Hotel
Budapest, de Wes Anderson, me recuerda que sigo siendo un niño al que nada
le gusta más que el que le cuenten una buena historia.
Una
historia de iniciación, que son las que a mí más me gustan, la historia de cómo
llegar a ser un hombre cabal.
Yo también,
como Zero, el joven huérfano, el aprendiz del Gran Hotel, he llegado a ser el
que soy porque en el momento justo conocí a Monsieur Gustave. O quizá solo lo
soñé, como lo soñó Wes Anderson mientras leía a Stefan Zweig.
Lunes, 24 de marzo
ABDUCCIÓN
Las charlas de los sábados en Avilés con mi amigo José
Manuel Feito –a veces incluso comentamos el sermón que ha preparado para el
domingo, siempre lleno de inteligentes citas literarias– me han aficionado a la
lectura de libros de teología, esa rama de la literatura fantástica. Releyendo
hoy las cartas a los Corintios de San Pablo me encuentro con lo que no sería
demasiado aventurado tomar como el relato de una abducción: “Yo sé de un hombre
en Cristo que hace catorce años, si en cuerpo no sé, si fuera del cuerpo no sé,
Dios lo sabe, fue elevado al tercer cielo. Y yo sé de este hombre, si en cuerpo
o fuera del cuerpo no sé, Dios lo sabe, que fue elevado al Paraíso y oyó
arcanas palabras que al hombre no está concebido escuchar”.
Quizá fue
el encuentro con un ovni lo que hizo a San Pablo caer del caballo; quizá toda
su doctrina no es más que una reelaboración de lo que escuchó en aquella nave a
la que fue llevado, no sabe si en cuerpo y alma o fuera del cuerpo.
Miércoles, 26 de marzo
CHARLA EN LA
CORTE
“Yo creo que la capacidad de decir tonterías del ser humano
aumenta exponencialmente con la edad y con la cultura”, afirmo con mi
rotundidad acostumbrada tras dejar a un lado el periódico.
–-Ya sé por
qué dices eso, Martín. Has vuelto a leer otra diatriba contra la decadencia de
la ortografía de algún profesor.
––No, no.
Se trata de otra descerebrada profecía apocalíptica. El profeta, en este caso,
es Dan Dennett, filósofo al parecer de cierto prestigio. Te leo el titular:
“Internet se vendrá abajo y viviremos oleadas de pánico”.
––¿Y no lo
crees posible? ¿No crees que dependemos demasiado de la Red ?
––Y del
agua corriente y de la luz eléctrica. Y vaya si fastidian las averías, sobre
todo cuando te estás duchando. Y no digamos los apagones, recuerda los famosos
de Nueva York. Con frecuencia hay averías en Internet, pero son parciales. En
casa de uno o en la Intranet
de la Universidad. Pensar
en que se pueda venir abajo en un momento la Red en todo el mundo es no saber como funciona
Internet, y eso es grave para un filósofo. Pero además Dan Dennett da la
impresión de que hace tiempo que ha perdido cualquier contacto con la realidad.
Su mentalidad apocalíptica es todavía más infantil que las de los que
predijeron el famoso efecto 2000. Mira su profecía: “En Estados Unidos todo se
vendría abajo en cuestión de horas: te levantas y la tele no funciona.
Obviamente no tienes línea en el móvil. No te atreves a coger el coche porque
no sabes si ese va a ser tu último depósito de gasolina y los únicos que se han
preparado para ello son todos esos chalados que construyen bunkers y almacenan
armas. ¿De verdad queremos que ellos sean nuestra última esperanza?”. Resulta que
ni siquiera recuerda que la telefonía y la televisión existían mucho antes que
Internet y pueden seguir existiendo al margen de ella. Según Dan Dennett, es cuestión
de tiempo que la Red
vaya a caer. Debemos prepararnos para esa catástrofe, reconstruir lo que hemos
perdido: “Antes solía haber clubes sociales, congregaciones, iglesias, etc.
Todo eso ha desaparecido o va a desaparecer. Si tuviéramos otra red humana a
punto… Si supieras que puedes confiar en alguien, en tu vecino, en tu grupo de
amigos, porque habéis previsto la situación, ¿no estarías más tranquilo?”.
Luego añade: “¿Quién compra música ahora? ¿Y libros? Lo mismo puede decirse del
cine o de cualquier otra actividad artística”. A Dan Dennett, filósofo, parece
que nadie le ha enseñado a razonar, que el hecho de que ahora se vendan menos
libros no es sinónimo de que nadie compre libros. ¿Y qué es eso, cuando tanto
auge alcanzan los más varios fanatismos, de que han desaparecido las iglesias?
La gente, mucha gente, amigo Dan Dennett, sigue reuniéndose los viernes, los
sábados o los domingos, en sus mezquitas, sinagogas o como llame a sus templos,
para rezar en común, con Internet o sin Internet, y sigue habiendo clubs que reúnen
multitudes, como los de fútbol, y seguimos confiando en los vecinos (en algunos
vecinos) y tomando cerveza con los amigos… Pero ¿por qué digo yo estas
obviedades? Pues porque un periódico serio publica esas declaraciones apocalípticas
de un filósofo presuntamente serio y no las tira directamente a la papelera,
como debería haber hecho.
–-Bueno,
hablemos de otra cosa, qué emocionante el funeral de Suárez, que bueno que los
españoles nos pongamos de acuerdo en respetar a alguien. Necesitamos ahora
políticos como Suárez.
–-Qué
historia la mitificación de Suárez, amiga Catarina; se estudiará pronto como un
caso de interesada manipulación o de alucinación colectiva. Yo viví todo ese
período y guardo periódicos y toda la documentación que he podido encontrar.
Suárez como político no era más que una cara bonita. Fue el último presidente
de gobierno de la Dictadura ,
tras Arias Navarro, nombrado por el rey con las leyes franquistas para
facilitar el cambio a unas leyes nuevas que le permitieran seguir siendo Jefe
del Estado. Hizo lo que le mandaron, ganó las primeras elecciones democráticas,
organizadas por él mismo desde el poder, con el control total de la televisión
pública, la única que existía, y de la antigua cadena de prensa del Movimiento
(que solo desapareció con los socialistas). Y cuando terminó el encargo se
creyó un estadista, pero era incapaz de gobernar; sin ideas, sin partido, sin
el apoyo del rey. Por eso se vio obligado a dimitir. Todos los partidos
políticos estaban de acuerdo con que España no podía seguir así. El descontento
generalizado ante la ineptitud de Suárez alentó el golpe de Estado. Él seguía
pensando que el cambio había sido cosa suya (creía que no era el figurín que
ponía la cara, sino quien manejaba los hilos) y fundó otro partido político.
Fracasó elección tras elección. Luego vino la enfermedad y su desaparición de
la escena política. Y fue entonces cuando se convirtió en una figura
manipulable por unos y por otros.
–-Pero eso
que tú dices no lo dice nadie, amigo Martín.
–-Si no lo
dicen ahora, lo han dicho, y lo volverán
a decir, no te preocupes. Lee, o relee, Anatomía
de un instante, de Javier Cercas, un libro al que no se le puede acusar de
estar escrito en contra de Suárez, y verás cómo era la España de 1980, y verás
cómo trataba el rey a una creación suya que se había creído la ficción de que
era un estadista. La mitificación de
Suárez no es más que un intento de santificar la Transición , ahora tan
cuestionada. Veremos si lo consiguen. La gente no es tonta, dicen. Pero le
gustan demasiado los cuentos de hadas, añado yo. Y abundan en exceso los que
tienen alergia al pensamiento, y no ya entre la gente de la calle, sino entre
los presuntos intelectuales, como Dan Dennett.
Jueves, 27 de marzo
QUIEN MANDA MANDA
Aunque se exilió a Argentina a comienzos de la guerra civil,
y allí continuó hasta su muerte, Ramón Gómez de la Serna se mostró siempre
decidido partidario del régimen de Franco. Desde Buenos Aires siguió
escribiendo en periódicos españoles, como Arriba,
que era el que más generosamente pagaba. Hubo un cambio de dirección en el
diario falangista y, a los pocos días, Gómez de la Serna recibió una carta del
nuevo director que le conminaba a que sustituyera sus “frasecitas”, que no
interesaban a nadie, por artículos “como Dios manda” o se vería obligado a
prescindir de su colaboración.
¡Que dejara
de escribir “frasecitas”! Gómez de la
Serna leyó una y otra vez aquella carta. No se la podía
creer. ¡El nuevo director del periódico ni siquiera había oído hablar de las
greguerías, ese invento del que él se sentía tan orgulloso, esa creación genial
que le concedía un lugar de honor en la literatura del siglo XX! Estuvo una
semana deprimido, sin ser capaz de escribir una línea. Pero había que comer… Y
poco después reanudó su colaboración en Arriba
con artículos como Dios manda.
He
recordado esa historia al recibir un ukase de la dirección del periódico
señalándome la conveniencia de que las entradas de mi diario hablen menos de
libros. Yo no soy Gómez de la Serna ,
evidentemente, y la sugerencia me divierte. He respondido de inmediato: “Tomo
nota”, pero lo que me habría gustado responder sería: “A sus órdenes”. Siempre
he tenido el complejo de no ser un escritor como Dios manda, de no ser más que
un aficionado. Nunca he tenido jefes, nunca he estado sometido a la tiranía del
editor, siempre me he reído de las exigencias del mercado.
Me encanta
jugar a ser un escritor profesional, a tener que aceptar las sugerencias del
jefe si no quiero ser despedido. Y me alegra que, de momento, no me haya
“sugerido” que hable menos de política, que es lo que más me divierte
últimamente. Y lo que más lectores me resta, para qué nos vamos a engañar. Cada
vez que defiendo algo tan obvio como el derecho de los catalanes (o de los
asturianos) a opinar sobre su futuro político (tan obvio que hasta el Tribunal
Constitucional ha tenido que admitirlo y recordar a los más papistas que el Papa
que la Constitución
no es inamovible), unos cuantos seguidores, españoles a machamartillo, deciden
dejar de leerme. Creo que bastantes más que si hablo de libros, que a fin de
cuentas es lo que mejor sé hacer. Pero quien manda manda. No soy yo nadie para
llevarle la contraria a la superioridad, no vaya a ser que me despidan (claro
que ya he tomado la precaución de cobrar unos honorarios simbólicos para que no
resulte demasiado traumático).
Viernes, 28 de marzo
FRENTE A LA CATEDRAL
Entro por primera vez en el palacio de la Rúa , frente a la catedral, y
paseo por el jardín en que Ana Ozores se sentaba a soñar mientras el Magistral
la observaba desde lo alto de la torre. Mañana leeremos allí poemas y me gusta
pensar que van a venir a escucharnos don Fermín de Pas, que no tendrá ojos más
que para las modelos que nos acompañan, la Regenta , tímida y cabizbaja, y el catedrático don
Leopoldo Alas, que convirtió a esta ciudad y nos convirtió a todos en un sueño
suyo.
"La gente no es tonta... Pero le gustan demasiado los cuentos de hadas".
ResponderEliminarEs porque necesitamos admirar a alguien. Por eso se mitificó al Cid, al Che Guevara, a Nelson Mandela... Pero cuando admiramos a alguien, admiramos sólo trozos de alguien: los fragmentos que conocemos o que nos cuentan. Y claro, si fuesen así (y sólo así), por supuesto que serían admirables.
En la mitificación no hay tanto de mentira como de parcialidad. O sea, no hay tanta invención de caracteres como ocultación de aquellas facetas no admirables.
Probablemente el Cid fue valiente, el Che fue abnegado e idealista, Mandela fue capaz de perdonar su encarcelamiento de por vida... Pero seguro que hubo otras facetas de su personalidad nada edificantes. En ellos y en todos ("Hasta el Sol tiene manchas", dice el proverbio).
Con todo, no recuerdo haber oído nunca a Suárez dirigir ningún insulto ni descalificación personal. En un tiempo en que todo el mundo insultaba (y a él mismo le dedicaron mil exabruptos -uno de ellos, "tahúr del Misisipi", ha quedado para la historia universal de la infamia-), Suárez nunca devolvió ningún insulto. Al menos esto hay que reconocérselo.
Como también habría que reconocer que en los años de gobierno de Suárez (1976-1981) no se produjo ningún fenómeno de corrupción institucional comparable con lo que vino después en España con PSOE (1982-1994) y PP (1994-2002) y en las CCAA y ayuntamientos por ellos gobernados.
Sólo una pequeña matización para Aitor Suárez : el PP ganó las elecciones, sin mayoría absoluta, en 1996, y ya con mayoría absoluta en el año 2000. Perdió el poder en 2004, cuando volvió a ganar las elecciones el PSOE.
ResponderEliminarGracias. Es muy conveniente que haya rigor en los datos. Las opiniones son libres, pero los datos son sagrados. El cuadro creo que viene a quedar así:
ResponderEliminar-1976 a febrero 1981: Adolfo Suárez (UCD)
-febrero 1981 – octubre 1982: Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD)
-fines de 1982 – 1996: Felipe González (PSOE)
- 1996 – marzo de 2004: José Mª Aznar (PP)
-marzo de 2004 – noviembre de 2011: J.L. Rodríguez Zapatero (PSOE)
-desde fines de 2011: Mariano Rajoy (PP)
¿No hubo ningún caso de corrupción en esos años, Aitor? Veníamos del franquismo y todavía la corrupción estaba institucionalizada, hubo que irla destapando poco a poco. Recuerde el batallón franco-español y tantos antecedentes de los Gal (y Martín Villa y el atentado contra Cubillo, el independista canario: fue organizado por el gobierno español, según los jueces). En fin, que la memoria es corta; convendría investigar esa época (en la que, por cierto, salieron amnistiados presos de Eta con graves delitos de sangre para cometer continuos asesinatos, sin que Suárez fuera según creo al entierro de ninguna víctima). Pero no vamos a entrar ahora en detalles. Queda claro que Suárez no fue el gran estadista que nos quieren hacer creer, sino el recadero de otros, el político nombrado a dedo, el ganador de unas elecciones organizadas por él con el control de los medios públicos y el perdedor de todas las elecciones a las que se presentó por sus propios medios. Y en cuanto a insultar... Habría que definir el término, pero está claro que no tenía el ingenio de Alfonso Guerra para la réplica verbal; él se limitaba a leer lo que le escribían.
ResponderEliminarJLGM
"...sin que Suárez fuera según creo al entierro de ninguna víctima".
ResponderEliminarCierto. Fue un gran error, pero estaba extendido en la política de entonces. Y aunque Eta asesinaba un ser humano por semana (muchas veces más), TVE y los periódicos daban la noticia sin realce, perdida en la hojarasca de otras informaciones. Y sin utilizar la palabra “asesinato” sino “atentado”. (Muñoz Molina, en “Todo lo que era sólido”, denuncia esta aberración.)
Yo entonces era muy joven, pero aquello me chirriaba.
El primer presidente que empezó a acudir a los funerales de los asesinados por Eta fue Aznar. A mí Aznar no me va, pero la verdad es sagrada y hay que decirla.
La sociedad pudo acabar con la pesadilla de Eta si hubiera querido, como se vio décadas después cuando el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Muchos años antes debimos ocupar pacíficamente las sedes de Herri Batasuna y herrikotabernas, y llamarles “asesinos” en su cara. Pero no estuvimos a la altura.
La estrategia de Eta era provocar un golpe de Estado y retrotraernos a la dictadura, pues con ello (“a río revuelto…”) esperaban obtener ventaja para la secesión. (A Eta la democracia siempre le importó un pito. Sólo quería la separación del País Vasco/Navarra e instaurar allí un régimen estalinista.) El 23 febrero 1981 estuvo a punto de salirse con la suya.
(Prometo no intervenir más pues no es mi propósito monopolizar el debate. Saludos a todos.)
A Muñoz Molina hay que leerlo con mirada crítica, amigo Aitor. La referencia a la famosa portada de El País de la que saca sus conclusiones no es enteramente exacta (la portada se puede encontrar fácilmente en Internet). Te dejo aquí un enlace a mi reseña de su libro, por si quieres curiosear.
EliminarJLGM
http://crisisdepapel.blogspot.com.es/2013/03/antonio-munoz-molina-las-trampas-de-la.html
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSea ucase, sea sugerencia, lo de su periódico es para llorar, incluso de risa. Claro que sólo a usted se le ocurre escribir sobre libros con alguna frecuencia en un diario. Así no hay quien venda ni compre (periódicos). Y además, escribir sobre libros ¿para qué? Siempre quedará una columna para hablar (más) del fútbol local y de los cocineros universales. Seguro que pudo haber quien le dijese aquello de "haga como yo, Martín, no se meta en literaturas"; en este caso, la humorada sería creíble.
ResponderEliminarPD Quede claro: es un placer leerle.
La verdad, Pablo, es que no me puedo quejar de cómo me tratan en el periódico: una página entera todos los domingos desde hace años. Soy un privilegiado. Y no escatimo mi gratitud. Muchos, dentro y fuera del periódico, están deseando que me echen. Y lo harán cualquier día. Pero mientras tanto en mi diario mando yo.
ResponderEliminarJLGM
De LNE se pueden decir muchas cosas, buenas y malas, pero entre las primeras no se encuentra el alentar la "libertad creativa" de sus colaboradores. Eso sí, si algún día te dan un premio o reconocimiento importante (fuera de Asturias), no dudes que serán los primeros en apuntarse las medallas. Un saludo y, por favor, sigue escribiendo sobre lo que te apetezca, aunque algunos de tus lectores no estén de acuerdo ni tampoco tu periódico. Hay más lectores, hay más periódicos.
ResponderEliminarBueno, no es que Dan Dennett sea un profeta (porque esto mismo lo dice mucha gente); no sé si los ha habido de verdad en la historia. Pero no podemos negar la información y todo el trabajo que hay acumulado en estas redes sociales. Me he visto varias veces es apuros cuando he ido a alguna oficina y me he venido esperando a que los ordenadores funcionen. En el banco sin ir más lejos, me ha pasado varias veces y los trabajadores sin poder hacer absolutamente nada.
ResponderEliminarMe acuerdo entonces de aquella oficina donde mi amiga Manoli trabajó durante años y todo estaba sobre papel y si se cortaba la línea telefónica por algún motivo, sus clientes se presentaban allí para hacer sus encargos.
Ahora si todo se apaga ¿qué hacemos?, o puede que ser que esto sea un imposible como el fin del mundo de Notredame.. No pensemos tan rápidos que vamos muy-muy deprisa y somos todavía muy-muy lentos. ¿Sí o no, no o sí?
Saludos
No, L.N.J., no. No se trata de que pueda haber averías parciales (se puede ir la luz, faltar el agua, interrumpirse la línea telefónica o Internet), pero no es posible que eso ocurra a la vez y en todo el mundo y que entonces volvamos a la vida en las cavernas y al sálvese quien pueda. Y esa fantasía apocalíptica es la que afirmaba Dan Dennett. Eso es lo que es una tontería, lo diga solo él o lo diga mucha gente. Y lo mismo pasa con que ya no confiamos en los vecinos, ni se compran libros ni etc,, etc. Estamos demasiado acostumbrados a dar por buenas todas las opiniones, al todo vale, al pensamiento, por decirlo así, algodonoso. Yo creo que hay que ser rotundo en algunas cuestiones, no tragarlo todo.
ResponderEliminarSi L.N.J me da alguna razón para cambiar de opinión, yo cambiaría con mucho gusto. Ahora eso de que en su tiempo, cuando se estropeaba al teléfono, los clientes se presentaban para hacer un encargo, no me vale. Es una tontería, con perdón. Los clientes de un banco pueden residir en el otro extremo del país o del mundo. Y además tampoco era de lo que se estaba hablando.
JLGM
José Luis, no quiero dar razones a nadie para confirmar nada. Tampoco creo en nada alarmante como para llegar a tales extremos ni del pasado ni del presente.
ResponderEliminarAqui se hablan de muchas cosas y si haces referencia a lo que dice D.D pues tampoco hay que ponerse así la verdad. A mi no me resulta una tonteria poner el ejemplo que pongo, pero sí tener que ir a los sitios y ver más de una vez que sin ordenadores no se hace nada.
No era de lo que se estaba hablando, pero sí hacía referencia a lo que pones en tu post. Pero bueno...
No quiero que nadie cambie de razones, es más, es que yo, tampoco quería tenerla.
En fin.
Ya he leído por encima de lo que estaban hablando. Con Antonio Muñoz Molina he tenido la ocasión de comentar con él por correo electrónico sobre sus libros, a mi abuela le encantaba Suárez porque decía que era quien le había dado la paga y me alegra saber que tienes carácter para hacer todo lo que hace y dice. Pero si has creido que he venido aqui para contradecir una opinión tuya sin tener la oportunidad de tener la mía propia por muy tonta que le parezca, sinceramente, te has equivocado.
ResponderEliminarAhora, sigan por favor.
Y el error del tú o usted es porque me he puesto nerviosa.
ResponderEliminarDisculpa, L. N. J., reconozco que soy un poco bruto en las polémicas. Trato de atenuarlo, pero a veces me puede la vehemencia del carácter. La furia española, que dirían algunos.
EliminarJLGM
No, Martín, no fue "el descontento generalizado ante la ineptitud de Suárez (lo que) alentó el golpe de Estado"..., fue precisamente su aptitud y su voluntad (sobrevenida o no) para hacer algo más que cambios cosméticos lo que le procuró la inquina (de su real mentor entre otros) de las fuerzas más reaccionarios de este país.
ResponderEliminarHay quienes, para referirse a su evolución política, emplean una figura que empieza a hacerse manida: la de asimilarlo a un cierto general della Rovere abulense. Y no deja de haber en ella un fondo de verdad: llegó a creer que él debía de comandar el cambio que necesitaban los españoles para romper los grilletes de la dictadura.
Otros políticos de relumbrón de aquellos días (pienso prioritariamente en el cada vez más aborrecido por mi don Felipe González) acreditaron una "aptitud" para la simulación y la maniobra oportunista (además de una presencia de ánimo incomparablemente menos "gallarda" que Suárez cuando las balas golpistas empezaron a hacer desconchones en los frescos del Congreso, cosa esta de la valentía que no suelo celebrar en exceso en el prójimo, pero que existió indiscutiblemente en el político extinto), más que evidente. Los mismos que (a Javier Cercas hay que citarlo también cuando no convence lo que dice) jugaron a aprendices de brujo y tramaron y conspiraron para expulsar a Suárez con artimañas innobles, además de acreditar una escasísima perspicacia cuando pretendían instalar al frente del Gobierno nada más y nada menos que a un general del franquismo(!!!). Se ve que no estaban suficientemente hartos de generales al timón.
Probablemente uno de los factores decisivos para el acoso y derribo de Suárez haya sido su escaso entusiasmo porque España se integrara en la OTAN, cosa que con la llegada del "rojo" PSOE de González cayó como fruta madura. Puede que la legalización del PC tuviera mucho que ver... Y aquí conviene que se recuerde (o que se enteren por primera vez quienes lo ignoran) que unos pocos meses antas de las primeras elecciones convencionalmente llamadas democráticas, cuando aún no estaba claro que Suárez tuviese el cuajo de legalizar al anatemizado partido ( las descalificaciones le llovían de ambas formaciones, aquellas que iban encarriladas hacia el tramado bipartidismo) y cuando por principio democrático se imponía aquella legalización, porque no hacerlo supondría un vicio de nacencia y un descrédito para el nuevo régimen.., pues que don Felipe se descuelga en unas declaraciones a la prensa manifestando que no se iba a considerar mediatizado porque se legalizara o no el PC para concurrir a los comicios: todo un síntoma de lo que se podía esperar del personaje. Y así se desarrollaron las cosas en el futuro, cuando estos rojos accedieron al poder (?): entrada en la OTAN tras un vergonzoso referendum; entrega incondicional a la ideología liberal, con la dilapidación de buena parte del sector público; sumisión a los poderes fácticos indígenas y foráneos..., con la excepción del valiente gesto de Zapatero para sacarnos de lodazal irakí, casi inexplicable a la luz de cómo siguió operando después con una política tan desastrosamente entreguista.
Pues bien: esa laya de políticos insensatos, falaces y oportunistas son los que hoy
pontifican como "hombres de estado" que viven apartados (?) de la cosa pública aparentando que están muy por encima de esta mísera situación (moral, ética, material)..., que ellos tanto contribuyeron a traer. Y son los que derraman duelos y quebrantos en la capilla ardiente de quien tanto hubo de soportar sus insidias cuando no vergonzosas calumnias, como aquella que tenía que ver con cierto caballo del señor Pavía.
Por eso pienso que Adolfo Suárez, con sus limitaciones y contradicciones de todo tipo, fue más honesto y más demócrata que la mayoría de sus contemporáneos.
Y estas cosas no debiera hacer falta explicárselas a un poeta, ¿eh, Kurtz? Solo hace falta un poco de sensibilité intelectual para saberlas. O sea, presentirlas.
Perfecto ejemplo de desinformación. El PC que se legalizó estaba a la derecha del partido socialista de entonces. Yo estuve en el primer mitin de Carrillo en Gijón y vi cómo defendía la bandera rojigualda (el PSOE todavía no había dejado a un lado la tricolor). Y en l libro de Pilar Urbano (tan denostado por los que no lo han leído) viene un documento excepcional: lo que se comprometió a decir Carrillo en su primera aparición tras la legalización; entre otras cosas, la aceptación de la monarquía.
EliminarEn fin, amigo F., que conviene enterarse un poco más antes de hablar. Suárez, tras hacer lo que se le había encomendado, no sabía qué hacer on el país y, sin embargo, se creía un estadista. Se fue por inepto, ¿para qué nos vamos a engañar? Fue el chico de los recados del monarca y se creyó otra cosa (no tenía poder propio porque había ganado unas elecciones dominando los resortes del poder; desde abajo, desde la oposición, el primero en ganarlas fue Felipe González). Cuando quiso volver, ya sin la ayuda del rey, Suárez fue rechazado por los electores.
JLGM
JLGM
Pienso que el comentario de F., y su problema, se resumen en las últimas palabras: "O sea, presentirlas". De eso se trata, me temo. De que hay gente que va por ahí armada con sus "presentimientos", y no sólo los confunde con certezas, sino que pretende que los demás incurramos obligatoriamente en la misma confusión, y que si no lo hacemos sólo puede ser o por ignorancia, o por tontería, o por oscuros intereses. Se equivoca.
ResponderEliminar¿Que el PSOE estaba a la izquierda del PC, caro Kurtz? ¿Otro que se deja sugestionar por la músiquilla oportunista de laboratorio? ¿Me lo dices en serio, sin reparar en la descomunal maquinaria demagógica que desplegó el primero para descolocar -cara a las elecciones- a un PC que salía de la clandestinidad y de la cárcel? ¿Estaban a la izquierda aquellos jóvenes sevillanos que se movían con total impunidad en el franquismo terminal, que tenían el visto bueno de la poli en sus idas y venidas a través de las fronteras, con órdenes expresas de que no se les impidiera el paso? ¿Ignoras que bastante antes de morir el dictador ya se estaba preparando (en los altos puentes de mando en donde se pueden muñir semejantes proyectos) el papel que "debía" representar el nuevo (digo nuevo porque poco tenía que ver con el antiguo partido de Pablo Iglesias: felipismo le llamaban los enterados que no se dejaban enredar por las etiquetas).
ResponderEliminarQue me vengas, buen Martín, diciendo que nuestro Horacio F. Inguanzo, o que Simón Sánchez Montero, o tantos recién salidos de la carcel tras largas penas de prisión y tortura estaban a la "derecha" de esta galaxia de recién llegados a la lucha por recuperar la democracia es un injusto sarcasmo; estoy seguro de que ellos lo percibirían como un insulto. Será una metáfora poco elaborada, pero yo vería la gráfica de la "izquierdura" de unos y otros considerando la morenez que los rayos del sol imprimieron en el rostro nazarí de don Felipe, comparado con la color verde-luna de Sánchez Montero, recién salido de la trena.
Lo que querrás decir, buen Martín, es que la oratoria incendiaria del PSOE hacía que pareciese que se iban a comer a los curas crudos y que términos como proletario, autogestión, socialismo, etc., no se apeaban de los carnosos labios sevillanos y de los más lineales castellanos, castellano-manchegos y algún que otro revolucionario líder minero (luego simple conseguidor de prebendas corporativas). Lo de siempre: uno son las palabras y cosa bien distinta los hechos. Por mucho que se envolviese en la tricolor el PSOE y por mucho que el PC dejara de lado (qué remedio) el asunto de la bandera sólo los necios son capaces de confundir quiénes eran (son) unos y otros. Hoy, el PSOE es un acendrado defensor de la monarquía (léanse o visiónense las cortesanas declaraciones del Peces-Barba poco antes de fallecer) y, en el espectro político, se ha escorado vergonzosamente a la derecha. Tiene la enorme suerte (aunque malicio que le va a valer de poco) de tener enfrente al partido más derechista (franquista sin pudor) de Europa. Pero ello no le hace mejor a los ojos de los que de veras aspiramos que en España exista un partido de veras socialista.
Martín, amigo, continúas con tu flojera analítica... Menos mal que te compensa (en la estima) haber escrito algo tan bueno como Línea Roja, del cual he de hacerte otro día algún comentario y consecuentes preguntas.
Pero en lo otro, no cedo ni tanto así. Que lo sepas, tronco.
Cuánto bla bla bla. Como sí las opiniones de hoy pudieran desvirtuar los hechos de ayer.
ResponderEliminarJLGM
Bla, bla, bla, te daba yo... Qué fácil sois de engañar los profes que apenas salís de vuestro gabinete...; aunque simuléis ser muy viajados (tu caso), pecáis de cierto aldeanismo intelectual. A mi no me engañas, buen Martín; viajas menos que Prometeo encadenado: de la clase al café, del café a la librería de viejo, de la librería a la rebotica... Y el mundo desplegándose como un inmenso mantel recamado en pedrerías y quicalla... Y tú en tu torre fantaseando (o tratando de embaucarnos), sin apenas desviarte del triángulo bermudiano de la Astúrica Central. Y venga bla, bla, bla sobre si el café Westkingermutherdingen de Göttingen y tal y tal... Y yo venga a creérmelo, que soy un panoli blablabláfilo.
ResponderEliminarYa tóyí, colibrí.
PS.- Las opiniones de hoy son más atinadas, porque la distancia hace que
veamos mejor. Algunos.
Reconozco que F. es para mí personaje un poco incómodo. No me resigno a descartarle, sin más, como irremediablemente tonto. aunque la chulería perpetua de su tono (más precisamente, su aferrada convicción de que esa chulería tiene algún sentido, añade algo a lo que a veces dice, en lugar de restárselo) bastaría de sobra para hacerlo. Me temo que la verdadera solución del enigma sea tan simple como que se trata de una persona no carente por completo de conocimiento e inteligencia, pero irremediablemente (o, esperémoslo, remediablemente) estropeada por su enamoramiento de sí mismo, o por su convicción de que debe fingirlo. Lástima, en todo caso.
ResponderEliminarEs Dr.EBHOSE usted puede email él si necesita su ayuda en su relación,
ResponderEliminarprometen you.Your problemas se resuelven de inmediato. Después de estar en
relación con él durante siete años , él me dejó , yo hice todo
posible traerlo de vuelta atrás, pero todo fue en vano . Yo quería que él la espalda
por el amor que siento por él, le suplicó , pero él se negó hasta que
explicado mi problema con alguien en línea y ella me sugirió que debería
más bien por correo un lanzador de hechizos que podrían ayudarme a un hechizo que le trajera
espalda, pero yo soy el tipo que nunca creen en hechizos , no tuve más remedio que
Pruébalo, envié el lanzador de hechizos , me dijo que no había problema que
todo va a estar bien antes de tres días, que mi ex se vuelve a mí
antes de los tres días, él lanzó el hechizo y, sorprendentemente, en el segundo día ,
eso fue alrededor de las 4:00 de la tarde. Mi ex me llamó , yo estaba tan sorprendida, me contestó el
llaman y lo único que dijo fue que estaba tan mal por todo lo que pasó ,
que quería volver a mí, que me encanta tanto. Yo estaba tan feliz y
sorprendido. Desde entonces, he hecho una promesa de que todos los que conozco se
nunca tener un problema de relación , que me voy a referir a el hechizo
lanzador de ayudarlos. Cualquiera podría necesitar la ayuda del hechicero , su
ebhodaghespell@gmail.com email
Él también lanzó tantos sortílega ,
( 1 ) quiere que su ex atrás .
( 2 ) Usted siempre tiene pesadillas.
( 3 ) Para ser promovido en su oficina
( 4 ) ¿Quieres un niño.
( 5 ) ¿Quieres ser rico.
( 6 ) que desee mantener su esposo / esposa sea sólo suya para siempre.
( 7 ) la necesidad de asistencia financiera.
8 ) ¿Quieres estar en control de que el matrimonio
9 ) ¿Quieres que atraerán a la gente
10 ) La falta de hijos
11 ) ¿NECESITA UN MARIDO / MUJER
13 ) CÓMO GANAR SU LOTERÍA
14 ) PROMOCIÓN HECHIZO
15 ) HECHIZO DE PROTECCIÓN
16 ) HECHIZO DE NEGOCIO
17 ) HECHIZO DE TRABAJO BUENO
18 ) cura para cualquier enfermedad.
Póngase en contacto con él hoy en : ebhodaghespell@gmail.com
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