sábado, 30 de marzo de 2013

Nada personal: Nadie se atreve


Sábado, 23 de marzo
QUÉ POCO ME CONOCES

Aunque no soy nada patriotero, me temo que tengo todos los defectos del español típico: hablo a gritos, no me gusta dar mi brazo a torcer, opino con rotundidad sobre cualquier asunto y conozco tan pocos idiomas que hasta podría ser presidente del gobierno. No sé si de vivir en otros tiempos sería de los españoles que llevan a la hoguera a quien no piensa como ellos, pero sospecho que, como Miguel Servet, sería de los capaces de morir en la hoguera con tal de no renunciar a su verdad.
            Discutía esta tarde con un amigo sobre la situación política cuando de pronto me dice: “Deberías hacer un poco de autocrítica. Buena parte de la culpa la tiene la Constitución que votasteis en el 78; yo, afortunadamente, no había nacido por entonces”.
            ––¿Y qué culpa tiene la Constitución?
––Consagra el principio de que hay cargos públicos al margen de la ley, y no cualquier cargo público, sino el más importante. Si el rey podía hacer de su capa un sayo, sin que nadie le pidiera cuentas, ¿qué iban a hacer los demás? Pues seguir el ejemplo. ¿Tú votaste a favor de la Constitución? Pues fuiste uno de los que le dieron patente de corso al monarca. No te quejes ahora de lo que está pasando.
            ––En efecto,  voté sí a la Constitución. Y antes de votarla, me la leí cuidadosamente. Unas cosas me gustaron más que otras, pero no vi que autorizara a nadie a actuar al margen de la ley.
            ––Pues relee el artículo sobre la corona. Bien claro lo afirma. El rey es irresponsable. Haga lo que haga. Aunque fuera un violador (como ciertos príncipes saudíes) o un asesino en serie, no se le podría llevar ante la justicia. Esos son los privilegios medievales que tú y tu generación votasteis en 1978. No te quejes ahora.
            ––¡Yo no he votado tal cosa!
            la Constitución. Busco el título II, “De la corona”, y enseguida mi amigo señala con el dedo.


Me gusta tener razón, pero siempre dando razones. Enciendo el iPad y con dos o tres toques en la pantalla ya tenemos ante nosotros el texto de
––Ahí lo tienes bien claro, artículo 56, punto 3: “La persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”.
            ––Pero no te quedes ahí, sigue leyendo: “Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2”. Y lo que nos dice ese artículo 64 es que los actos del rey han de ser refrendados por el Presidente del Gobierno o por los ministros. Y la única excepción, según indica el artículo 65.2, es que “nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”. De todo esto se deduce que lo de “inviolable y no sujeto a responsabilidad” se refiere solo a sus actos como rey, de los que es responsable no él, sino el gobierno de turno. De su vida privada nada se afirma; en lo que a ella se refiere, ha de respetar el código penal como cualquier otro ciudadano.
            ––Eso es lo que tú dices. A la hora de interpretar la Constitución la única opinión que vale es la del tribunal constitucional que ni se ha pronunciado ni se pronunciará nunca sobre tal asunto. Desengáñate, amigo Martín, el rey podrá tener una gran fortuna de origen desconocido, como dice el New York Times; podrá haber intervenido en los negocios ilegales de Urdangarín, como afirman los correos del propio Urdangarín; podrá haber recibido costosos regalos de intermediarios que tienen tratos con la administración española… Te recuerdo que la propia Casa Real afirmó que la famosa cacería africana fue una invitación de alguien que intermediaba en no sé qué negocios, algo que, después de los trajes de Camps, todos los españoles han aprendido a calificar como cohecho impropio. El rey podrá tener muchos más secretos en el armario. Pero todo eso, gracias a la Constitución que aprobasteis en el 78 y de la que estabais tan orgullosos, jamás se podrá investigar y para siempre quedará impune.
            ––Pero tú pareces dar por sentado que el rey ha cometido delitos. Y eso está por ver, no por ser rey deja de tener derecho a la presunción de inocencia.
            ––Y yo se la concedo. Tiene tanto derecho a la presunción de inocencia como José Blanco, Oriol Pujol y tantos otros imputados con indicios bastante menos claros.
            ––Pues si hay esos indicios y nadie hace nada, échale la culpa a jueces y a fiscales y a los diputados, también a los de tu partido (mi amigo es militante de Izquierda Unida), que no cumplen con el papel que tienen encomendado, no le eches la culpa a la Constitución, que es muy clara en ese sentido.
            ––¿Bromeas?
            ––No bromeo, y afortunadamente la tenemos delante y podemos comprobarlo. Te leo el artículo 61, punto 1: “El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”. El código penal nos obliga a todos, pero al rey doblemente. Para ser rey ha tenido que prestar juramento comprometiéndose a “guardar la leyes”. Si las incumple, comete perjurio y queda incapacitado para ser rey. Entonces entraría en función el artículo 59, punto 2, que habla de lo que ocurriría cuando el rey “se inhabilitare” para el ejercicio de su función. En ese caso, y previo reconocimiento de las Cortes, “entrará a ejercer inmediatamente la Regencia el príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad”.
            ––¿Entonces tú crees que si aparecen evidencias de que el rey ha incumplido la ley, de que ha cobrado comisiones o pagado sus gastos privados con dinero público, queda automáticamente incapacitado para ser rey?
            ––De acuerdo con la Constitución, sí. Habría cometido perjurio
            ––Pues estas cosas nadie se atreve a decirlas en público.
            ––Conste que solo hablo en hipótesis. En absoluto se me ocurre pensar que quien ha jurado “guardar y hacer guardar las leyes” puede incumplir su juramento, y menos todavía que, si lo hiciera, jueces y fiscales y políticos, por conveniencia, por mantener los intereses creados, miraran para otra parte. Yo solo hablo en hipótesis, ya te digo. Y para defenderme. La Constitución de 1978 no permite la impunidad de nadie. ¿Tú crees que yo la habría votado en caso contrario? Qué poco me conoces.


Domingo, 24 de marzo
A LOS MAESTROS

Para entender lo que está pasando ahora, nada mejor que echar la vista atrás. Leo a Galdós y sus novelas de “la locura crematística”, las novelas de la otra Restauración, cuando unos pocos especulaban en Bolsa y hacían grandes negocios mientras el país se hundía en la miseria. Me sorprende la dedicatoria de La desheredada: “Saliendo a relucir aquí, sin saber cómo ni por qué, algunas dolencias sociales, nacidas de la falta de nutrición y del poco uso que se viene haciendo de los beneficios reconstituyentes llamados Aritmética, Lógica, Moral y Sentido Común, convendría dedicar estas páginas… ¿a quién?, ¿al infeliz paciente, a los curanderos que llamándose filósofos y políticos le recetan uno y otro día? No; las dedico a los que son o deben ser los verdaderos médicos: a los maestros de escuela”.
            ¿Sigue teniendo valor hoy en día esa dedicatoria? Yo creo que más que nunca.


Lunes, 25 de marzo
ENSEÑANZAS DE LA EDAD

Tener amigos jóvenes, ¿le hace a uno más joven o más viejo? Pues no sabría decirlo. “¿Se aprende algo con la edad?”, me pregunta Luis hoy. “Aprende uno a soportarse, que no es poco”, le respondo.
No le digo, para no desanimarle, que yo todavía no he aprendido.


Miércoles, 27 de marzo
HILOS DE ORO

Cierro las Hojas de almanaque, el breve cuaderno que me envía Jesús Rubio Jiménez, estudioso de Bécquer y secreto poeta, y en el intermedio entre las clases de la mañana y las de la tarde, mientras tomo un café en el Centro Cívico (allí, en 1994, me enseñó Víctor Botas los poemas que acababa de escribir después de tiempo sin hacerlo) continúo la música de sus haikus con otros de cosecha propia.

En aquel álamo / se cuentan sus amores / pájaro y fuente
Los locos grillos / y la ventana abierta / toda la noche
La liebre escribe / un urgente mensaje  / sobre la nieve
La noche oscura / no brilla ni una estrella / salvo en tus ojos
Viento del sur / déjame irme contigo / a cualquier parte
Pasan los años / aún hay leña bastante / para un buen fuego
Tras breve sueño / el día se despierta / tan sonrosado
En las tinieblas / guíame con la luz / de una sonrisa
Ya no te sirve / mi corazón de nada / juguete roto
De pronto el aire / se ruboriza y tiembla / vuelan perdices
Perder cometas / no le importa a la tierra / siempre regresan


Cuántas luciérnagas / y en el cielo tan negro / ni una estrella
Nadie se atreve / a adentrarse en el bosque / salvo la luna
Pronto se borran / mis pasos en la nieve / y yo con ellos
Hermosa tarde / para mí y ese pájaro / Dios se ha esmerado
Arde en la rama / esta tarde de agosto / todo el verano
El surtidor / nos regala diamantes / y tú sonrisas
Cuando despierto / me miras y sonríes / sigo soñando
Qué oscura noche / pero si me sonreís / qué claro día
En la pizarra / de la noche palabras / que no comprendo
Un corazón / cometa que alta vuela / manos de niño
La noche en vela / y no se escucha el canto / del ruiseñor
Mira el otoño / enreda y desenreda / hilos de oro
¿Qué cotillean / esos álamos blancos / junto al arroyo?


Viernes, 29 de marzo
TRAS LA TERTULIA

Se habla de aforismos y alguien cita a Chamfort: “Los eruditos asfaltan el camino que lleva al templo de la gloria”. Y yo recuerdo entonces el final de la nota biográfica que acompaña a la edición de sus Máximas en Aguilar: “Intentó suicidarse y, pese a que no lo consiguió, murió a consecuencia de las heridas que se produjo”.
            –-¡Un finiquito diferido!, dice Almuzara y nos reímos un rato con los disparates de los redactores de solapas y con los otros, más graves, de la vida nacional.
            Cuando regreso solo a casa, tras el concurrido bullicio de la tertulia, me vienen de pronto a la memoria unos versos de Espronceda: “Y nuestro pie, que nunca se detiene, / recto camina hacia la tumba fría”.  Y se me ocurre pensar que eso es lo que nos entregan a todos en el mismo momento de nacer: un finiquito diferido.



20 comentarios:

  1. Prefiero mil veces una monarquía socialdemócrata o de fundamentos sociales constitucionalizados, a una república conservadora. ¿ República, para qué ? Lo que cuenta es el grado de bienestar de una nación, los estudios políticos y sociales de desarrollo humano y calidad de vida ( esperanza de vida,
    redistribución de la renta, progresividad fiscal,
    igualación social, acceso universal a educación y sanidad, etc ) Noruega, Suecia, Países Bajos, Dinamarca, etc son países monárquicos y no tan paradójicamente tienen altísimos niveles de desarrollo humano e igualdad social. No se trata de proclamar el Reino de Dios en la tierra o el país de Jauja, sino de apuntar a los verdaderos problemas de un país empobrecido ( relativamente ) y en crisis. Utopías han sido la abolición de la esclavitud, el sufragio universal no censitario, la seguridad social, cierta igualdad social irrenunciable, la alfabetización y el acceso a la sanidad universal,la presencia y poder representativo creciente de las mujeres y otros colectivos, la clarísima mayor esperanza de vida que alcanza a todos los sectores sociales merced a los avances médicos sin exclusiones, la integración y promoción de todos los grupos sociales minoritarios en igualdad de condiciones,la superación de concepciones de la vida marcadas por el temor constante, la ignorancia y las miserias,
    el avance patente de los partidos políticos votados por jóvenes y mujeres, clases trabajadoras clásicas y nuevas clases medias progresistas, la lucha y superación del racismo y los derechos humanos, etc. Usted, humildemente, me parece un conservador pero ¿qué más da república o monarquía, si la república no se preocupa por lo esencial: el bienestar de sus ciudadanos, la dignidad humana, el prestigio de las instituciones democráticas, etc?
    Yo sólo he conocido a Juan Carlos, Rey, y ha dado estabilidad, paz, concordia y progreso a España y me parece accidental en ese sentido la forma de jefatura de estado. Lo importante es la nación en un sentido liberaldemócratico, socialdemocrático, mejor dicho.
    Un saludo a un maravilloso escritor.

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  2. Siempre me ha fascinado el funcionamiento de la mente humana. Qué curiosa manera de razonar. En primer lugar, en este entrega de mi diario no se dilucida el régimen político, sino si le está permitido al jefe del Estado (rey o presidente) delinquir. He oído defender que la constitución española no permite el enjuiciamiento del rey, se comporte como se comporte. Y yo disiento de eso. No entro en cuestión de si los indicios sobre el comportamiento del monarca son ciertos o no. Yo lo que digo es que la constitución tiene mecanismos para destituir a quien falta a su juramente de "cumplir y hacer cumplir las leyes". Y, ojo (tomo precauciones), no digo que este sea el caso. Hablo en hipótesis.
    Y en cuando a su defensa de la monarquía frente a la república, se basa en sofismas poco convincentes. Pues claro que es mejor una monarquía democrática que una república totalitaria o dictatorial (que las hay). La comparación tiene que hacerse en igualdad de condiciones. Y en esa igualdad de condiciones siempre será preferible un régimen que permite a los ciudadanos elegir a su jefe del Estado que otro que lo deja al albur de la genética (y además le otorga el cargo de por vida).

    JLGM

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  3. Qué bien sabes inventarte, Martín, un interlocutor desinhibido para que él diga las osadías que la corrección política aparta de tu boca... Pero bastante haces, buen Martín, bastante haces. En vista de tanta deserción de la intelectualidad en la condena de lo que tú tienes a bien denunciar, tiene su valor lo tuyo, lo tiene. Máxime viniendo como vienes del confortable nirvana de la bienpensancia de mantel puesto y despensa proveída.
    El último párrafo de tu soflama con sordina es un prodigio de disimulo mal disimulado: ocultas la ropa sucia pero dejas aposta que asome del capacho la esquina de unos calzoncillos fuera de revista.
    Pero creo que sí, buen Martín, creo que hubieses firmado la Constitución del 78 pese a las fundadas cautelas. Lo harían hasta los huéspedes de Carabanchel. Otra cosa es que nos quieran convencer ahora de que hemos elegido en libertad. Y va siendo hora de que este asunto quede meridianamente claro.

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  4. Con ese y otros temas acerca de la Corona lo que sucede es que la Constitución preveía regularlas mediante una ley orgánica de dicha institución, y aún no se ha aprobado. Tampoco se ha planteado en el Tribunal Constitucional, por lo que tampoco hay jurisprudencia de ese órgano acerca de ello. Es un limbo en el que cada uno puede tener su propia interpretación. A mí me parece lo más razonable estudiar la inviolabilidad de los jefes de Estado de otros países europeos. Chirac, Sarkozy y el presidente de la república alemana gozaron de ella ampliamente durante sus mandatos, pero luego se les exigieron responsabilidades penales. Desconozco cómo se plantea exactamente el tema en esos países, pero creo que por ahora es lo que podemos tomar como referencia, a la espera de esa ley o de jurisprudencia constitucional.

    Vicente García

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  5. Me han gustado las entradas.Pues sí, los maestros como siempre se antojan fundamentales y las materias que proponía Galdós parecen suficientes. Nos falta cultura democrática y respeto al discrepante.
    Javier

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  6. Yo creo que en nuestros días habría que tener la osadía de matizar un mínimo las cuidadas palabras de Galdós para que pueda seguir vigente su dedicatoria. Quizás tendría más valor en nuestros días un "a los que deberían ser los verdaderos médicos". Tristemente no lo son, al menos la mayor parte. Muchos nunca han estudiado ningunas de las ramas de la "medicina"(algo esencial para ser médico)sino una especie de "mitología moderna" como es la pedagogía, que inunda las facultades de magisterio y educación, como buenos hijos que somos del pensamiento políticamente correcto. La mayoría se han convertido en una especie de adoctrinadores de la moda del momento, y no hacen más que crear acólitos de los más maravillosos lemas por la paz o contra el hambre, en lugar de ser profesores que forjen las bases para que el alumno llegue con el tiempo al pensamiento autónomo. Estos últimos, que existen, sí merecen dedicatorias. Más allá de esta tontería que se me ocurrió al leer el texto, la dedicatoria es sorprendente y muy avispada. Seguro que tuvo todo el sentido en su momento.

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  7. La libertad de elección es siempre relativa. Pero yo, que voté "sí" en el referéndum del 78, no me sentí al hacerlo coaccionado o forzado. Cosa distinta es que mucha gente (aún hoy) piensa que no se puede votar (o pensar), o no al menos con honestidad e inteligencia, de un modo distinto al que ella misma piensa; y por tanto tiende a buscar justificaciones ajenas a un pronunciamiento libre, honesto e inteligente, pero distinto del propio (eso, sospechan con vehemencia, no existe, es una contradictio in terminis). Parece que F. está en ese caso. Por eso quiero dejarle "meridianamente claro" que yo sí voté lo que quise, y conozco a no poca gente que también lo hizo. Que él no pueda concebir semejante posibilidad, es únicamente una limitación suya, no de la realidad.

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  8. Estimado Anónimo (¿por qué no se pone un pseudónimo, hombre? Estoy en condiciones de ofrecerle alguno que me sobra): no dudo de que usted sea honesto cuando escribe su post, pero lo que es inteligente..., pues que bien poco.
    Como suele decir Kurtz, no puedo por menos que admirarme de la peregrina manera que tienen de discurrir algunos que, por sus modos, se les supone que han ido a la secundaria. Pero no es menos cierto que en las aulas no se enseña a tener sentido común y mucho menos se adquiere el cartesiano método hipotético-deductivo de razonar, que eso es cosa de las luces de cada cual.
    Si usted reduce mi alegato a una rabieta porque haya "salido" el SÍ en el referendum constitucional, dado que un servidor era furibundo adversario del NO, es que usted no entiende nada de nada. Le he de aclarar que voté con un SÍ esperanzado..., pero -pese a ser un joven inexperto- nunca perdí de vista que era lo único razonable que se podía hacer, dada la coyuntura: sólo los ingenuos o los perezoso podían y puede creer que la LIBERTAD (y la Constitución se nos ofrecía como la llave de la esperanza democrática) es algo que puede otorgarse graciosamente desde las torretas de los tanques. Usted, que parece tan liviano a la hora de emitir juicios, no debiera desconocer algunos de los hechos previos a la consulta popular y que son determinantes a la hora de conocer la calaña de quienes detentaban el poder y la fuerza y, consecuentemente, considerar qué garantías había de juego limpio y cuál era el proyecto de futuro que se nos ofrecía graciosamente. Porque eso de acostarse fascistas y levantarse demócratas vocacionales...
    Como le decía unos pocos botones de muestra:
    -Cuando se convoca el referendum, Juan Carlos llevaba tres años como rey por la gracia de Franco. Tres largos años trufados de violencia fascista y de impunidad total de los malhechores.
    -En 1976, siendo Fraga ministro de la policía, fueron asesinados a las puertas de una iglesia de Vitoria cinco trabajadores que hacían huelga. Otros ciento cincuenta (!!!) resultaron heridos de bala. Fueron vilmente ametrallados por las fuerzas represivas del gobierno.
    -Fraga era una de las "esperanzas blancas" del régimen respecto de una eventual apertura "democrática" (cómo serían los otros...).
    -En 1977, sólo un año antes del referendum, fueron asesinados por pistoleros fascistas cinco abogados laboralistas en su despacho de Madrid.
    -Quienes tengan (yo la tengo) prensa de la época pueden releer lo que decían los prohombres del régimen, aquellos que habían de dar paso a la "democracia": fascismo puro y duro.
    Pregunto yo: ¿hay alguien en su sano juicio que sostenga que no se hizo violencia sobre la conciencia de los españoles para que aceptaran la Constitución que se les invitaba a refrendar, REY INCLUIDO?
    Usted, amigo Anónimo, con un simplicidad (no voy a decir simpleza) pasmosa, confunde su buena disposición previa hacia la Constitución de 1978, con que haya habido una real posibilidad de elección. No se moleste pero usted me da pie para pensar que bien podría ser uno de esos personajes ambiguos y despolitizados que tanto abundaban (hoy, más aún) y que nunca se planteaba (hoy parece que tampoco) conflictos éticos y le produce jaqueca ir al fondo de las cuestiones.
    Diga lo que diga, usted NO votó lo que quiso sino lo que "ellos" le ofrecieron. Y si de veras usted estaba entusiasmado con la nueva Constitución, debiera sentirse estafado a día de hoy, porque en papel mojado quedó buena parte su articulado. ¿O no?

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  9. Pues yo sí estaba entusiasmado y emocionado con la nueva Constitución en 1978, amigo F. Las elecciones se hacen en un tiempo concreto, y yo creo que entonces era la mejor opción de las posibles. Y ha dado de sí todo lo que podía dar. Ahora necesita algo más que unos remiendos.
    Y otra cosa es mi afirmación concreta: ¿Ha cumplido el rey el juramento que hizo de "guardar y hacer guardar las leyes"? Porque si no lo ha cumplido, y diversos indicios apuntan a ello, seguirá siendo rey de hecho, pero ya no está legitimado para serlo. En esas estamos. Otra cosa es que miremos para otro lado porque bastantes problemas tenemos ya. Pero si no le pedimos cuentas y ejemplaridad al rey, carecemos de legitimidad para pedírselas a ningún político.

    JLGM

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  10. Lo importante de la transición fue que se empezó a superar lo de "las dos Españas ", fue crucial la intervencion de lo que se llamaba en aquel tiempo la trilateral, pagada por Rockefeller, el capitalismo internacional nos quería hacer socios del mercado común, con ajustes y desmantelamientos, modernizaciones y absorciones, los socialistas fueron los verdaderos liberalizadores capitalistas tal vez antitradicionalistas un poco, pero casi nada socialdemócratas ( un invento de Billy Brandt )¿ Por que remontarse 35 años atrás, cuando lo importante es que ha habido el período de paz y estabilidad democrática, democrático recalco, con sus penurias, más dilatado, relevante y crucial de la historia eviterna de Las Españas?
    A F. decirle que es cierto que existía terrorismo ultraderechista activo, y Fuerza Nueva, pero también la extrema izquierda era terrible e insensata, con numerosos atentados sangrientos del Grapo, y numerosas organizaciones maoístas, marxistas leninistas, grupos disidentes del partido comunista más revolucionario y con odio por la democracia liberal pluralista, y el posibilismo constitucionalista preñado de todas las esperanzas, para un pueblo hartísimo de totalitarismo, extremistas, " odios guerracivilistas trasnochados " e intolerancia.

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  11. Corrección: Willy Brandt. Willy, no Billy. líder socialdemócrata por excelencia, de la izquierda democrática en un país pluralista, junto con otros creadores del " Estado de bienestar ", y defensores de un socialismo gradualista.

    Cuando se habla de la izquierda hay que hablar con propiedad, aunque haya evolucionado claramente hacia posiciones centristas, que en España, suenan " bolcheviques,insensatas,demagogas, populistas o totalitarias ", por ser España, un país eminemente conservador, con lo que tiene de bueno y de malo ésto. Sigo diciendo que lo del Rey es accidental, y proclamo la importancia civilizatoria del pacto constitucional.

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  12. Gracias a F. por otorgarme al menos "un poco" de inteligencia; no sé qué haría sin él. Pero en fin, con esa actitud suya sólo confirma lo que yo le decía en mi nota anterior: la imposibilidad de algunos para aceptar la idea (vade retro!) de que alguien pueda pensar de un modo honesto, inteligente... y distinto del propio. Poseedores exclusivos (y excluyentes), como se juzgan, de la verdad, semejante posibilidad les resulta un absurdo. En eso, F. se parece a los intolerantes y fanáticos de toda laya. Yo, precisamente porque no lo soy, no pongo en duda la inteligencia del propio F.; sí, en cambio, su capacidad para aceptar como posiblemente valiosos puntos de vista distintos del suyo, y por tanto de enriquecerse con ellos. Porque ése es el problema del intolerante: que, como ya sabe todo lo sustancial de lo que hay que saber, puede en todo caso matizar eso que ya conoce, pero difícilmente adquirir conocimiento nuevo. En cambio uno, precisamente por su "poca inteligencia" (de nuevo, gracias) procura siempre aprender. Y eso, si no sirviese para otra cosa (que sí sirve), es al menos una manera de pasar la vida más amena, y diría yo que creativa, que la de admirar la propia condición monolítica. Uno no pasará con ello de jugar intrascendentemente al pie de la Gran Estatua; pero se divierte más que subido al pedestal de la propia certeza, allí inmóvil y posando (¿para la Historia?). Y eso que salimos ganando.

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  13. F. contemporizador31 de marzo de 2013, 22:44

    Bueno, hombre, no se me ponga melancólico ni victimista tan sólo porque le haya dicho que no andaba fino de entendederas. Eso no supone que le considere menos inteligente que cualquiera de los ministros de Rajoy. Posiblemente pudiera darme usted lecciones de multitud de cosas, que no soy una lumbrera (verbigracia como el buen Martín, que es zorro pero sabe).
    Pero no me gusta el descafeinado, y la democracia la quiero en vena y sin adulterar.
    Salud.

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  14. Es un alivio, eso de que le atribuyan a uno una inteligencia francamente ministerial. Yo no tiendo a juzgar de la inteligencia de nadie, sino de sus opiniones; o sea, no de la persona, sino de las ideas. Lo otro me parece utilizar lo que se llama argumentos "ad hominem", o sea, decir no "estoy en desacuerdo con lo que usted dice, por éstas y éstas razones", sino "usted es...", y a partir de aquí todas las lindezas que a uno se le ocurran. Eso me parece abusivo e ilegítimo. Primero, porque F. no sabe cómo soy yo, de la misma manera que yo no sé cómo es él. Y segundo, porque un tonto o un mal sujeto que afirme, digamos, que dos y dos son cuatro o que París es la capital de Francia, tendrá sin embargo razón en eso frente a la más admirable persona del mundo que pretenda que dos y dos son treinta y siete o que la capital de Francia es Dublín. De modo que a las opiniones es razonable y legítimo responder con otras opiniones, no con descalificaciones personales. Eso me parece algo del todo obvio; quizá lo que ocurre es que la superior inteligencia de F., precisamente por serlo, desdeña (y se pierde) matices tan triviales.

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  15. A Martín: no es que un servidor hallara detestable la propuesta de Constitución, no, máxime viniendo de donde veníamos. Se trata de que habías planteado la cuestión de la legitimidad (para ti actual, que no de origen) del rey. Y he querido poner de manifiesto que esto fue un trágala que no hubo más remedio que aceptar, porque estoy de acuerdo en que lo sensato fue votar sí en el referendum. Tampoco olvido quiénes fueron los "padres" de la Constitución. Pero si no atendemos al decorado, al ambiente de fondo de la época, no vamos a entender lo fundamental: que hubo coacción de parte.
    Y eso por no entrar en el asunto de los mantenidos privilegios de la Iglesia o de la impunidad para los crímenes del franquismo (esto último independientemente de que debiera ser la Carta Magna quien lo afrontara).
    Y a este señor tan afectado porque haya puesto en duda los quilates de su caletre, decirle que, en desagravio, le concedo que pueda ser más inteligente (que no listo, que eso iba a ser difícil) que la mayoría de los ministros de Rajoy.

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  16. No, intolerante amigo F.: a mí no me afecta nada lo que alguien pueda o no pueda poner en duda. Como decía mi madre, porque a uno le llamen vaca no van a salirle cuernos. Trato simplemente de hacerle ver que su Superior Criterio neglige o desdeña indebidamente cosas (como el responder a las opiniones con opiniones, no con descalificaciones personales, como ya dije) que ni siquiera son cuestión de inteligencia, sino de simple educación. Acaso piensa que está por encima o al margen de la condición de persona civilizada; mala cosa. Recuerdo, al propósito, lo que contaba Borges acerca del señor al que en una discusión alguien arrojó a la cara el contenido de un vaso de vino. Sin inmutarse, el agredido dijo: "Esto, señor, es una digresión, espero su argumento. Y sigue Borges: "El protagonista de esa réplica, un doctor Henderson, falleció en Oxford hacia 1787, sin dejarnos otra memoria que esas justas palabras: suficiente y hermosa inmortalidad". Es obvio que esperar el argumento de F. es inútil: él prefiere ser el que arroja el vino a la cara. En fin, es cuestión de (mal) gusto.

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  17. F. que se impacienta1 de abril de 2013, 16:02

    Sí que le afecta, anónimo amigo, ya lo creo que le afecta... No hace otra cosa que ponerse a la defensiva, haciendo protestas porque este servidor haya tenido la osadía de poner en duda el voltaje de su cacumen. ¿Qué más puedo decir para resarcirle que aceptar que usted, con probabilidad altísima, me iba a dar sopas con honda en sabe dios cuántas cosas? ¿Le parece mal que no dude ni por un momento en sus capacidades de eventual ministro de Rajoy?
    A mí, en aciaga ocasión, mosén JLGM me llamó bobo. Pues resulta que no (o apenas no) le guardo rencor porque, como en su caso, no tenía él información fidedigna de cuáles fueran los laureles que me pudiesen adornar la frente marchita (el laurel es cómodo de llevar pero se amustia y deja manchas indelebles en el frontal).
    Así que le ruego que no insista con su melopea victimista, que uno no es de piedra y sufre en su autoestima si le hacen verse cruel, injusto o botarate.
    Salud.

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  18. Lamento haber perjudicado, siquiera mínimamente, la autoestima de F., e incluso su paciencia. No era mi intención. Digamos que simplemente no es capaz de entenderme, o que yo (respetemos su frágil autoestima) no he sabido explicarme, y dejémoslo ahí. Él prefiere otras cosas a los argumentos; dado que no es mi caso, en el futuro procuraré no tratar de dirigirme a él, ya que hablamos lenguajes tan distintos, o tenemos un concepto tan distinto del mismo lenguaje. Sería, me temo, y como en esta ocasión, fatigosamente inútil.

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  19. "... opino con rotundidad sobre cualquier asunto y conozco tan pocos idiomas que hasta podría ser presidente del gobierno".

    Si se me permite la frivolidad, ¿por qué será que "con rotundidad" a mí me suena tan mal? Hablando de presidentes del gobierno, Felipe González fue uno de los primeros a quien oí usar sevillana y frecuentemente "con rotundidad". Pero eso no tiene nada que ver.

    "Con rotundidad"... Tampoco me entusiasma "rotundamente", pero bien que lo prefiero por mucho que al señor Borges le horripilara todo adverbio en -mente: otra pulla de las suyas al castellano que él mismo sobre todo, no se creía. Me parece, don José Luis, que usted nunca llevaría a un poema suyo ninguna de las dos expresiones. Tal vez porque en ambas, hay lo que podría llamarse una secundariedad o hasta "terciariedad" que arruina lo poético: lejanía de las fuentes de la lengua; secundariedades que no tienen ni "rotundo", ni "redondo", ni "rueda", ni "rondar"... ni, por supuesto, "Ronda".

    Difícil hasta el misterio este asunto de lenguas y poesía. Pero no mucho más fácil si bajamos al escalón de la prosa, en el que estábamos al principio:

    ¿Por qué demonios si yo hubiera tenido que construir una frase parecida a la suya, sin dudar un momento hubiera elegido "rotundamente" y jamás "con rotundidad" como usted?

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  20. Hay que ver en qué minucias nos entretenemos. Pero todo tiene su importancia, amigo Manuel.

    JLGM

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