Sábado, 9 de febrero
LO CUENTO TODO
“Pero tú ¿nunca te callas nada? ¿Siempre lo cuentas todo?”,
me pregunta un amigo.
Sí, siempre
lo cuento todo, salvo lo que de verdad me importa.
Domingo, 10 de febrero
VOCES EN LA NOCHE
Nunca pienso en ello, y cuando pienso es de manera
impersonal, como si se tratara de una historia que le ha ocurrido a otro o de
algo leído en un libro. Pero esta noche soñé que estaba otra vez allí, entre
aquellas cuatro paredes, y la angustia y la falta de aire era la misma de
entonces.
Corrían los chirriantes cerrojos
de las celdas y se hacía el silencio. Todo el mundo trataba de dormir, a solas
con sus fantasmas. Y de pronto una voz se ponía a cantar, una voz fuerte, poderosa,
desafiante, y era como si estuviéramos en campo abierto, en lo alto de la
montaña, en medio de los bosques.
Se oían luego los pasos del
funcionario y un estrépito de oxidadas cerraduras, pero antes de que se abriera
la puerta de la celda aquella voz callaba y comenzaba otra, en el extremo más
distante de la galería. Y se repetía el juego y volvía repetirse. No todas las
voces eran como la primera, la más desafiante. Las había débiles, alguna casi
inaudible, pero ninguna dejaba de cantar hasta que los pasos del funcionario se
acercaban a su puerta. Y la angustia de mi sueño fue, como entonces, poco a
poco calmándose.
Era en los meses finales de 1974 y
en la séptima galería de Carabanchel. Los que cantaban y jugaban al gato y al
ratón con los carceleros eran presos vascos que habían comenzado una huelga de
hambre y estaban incomunicados en celdas de la planta baja.
Aquellas
voces eran en la noche del franquismo un símbolo de libertad. Pero esas cosas
ya no se pueden decir. Por eso yo no las digo.
Pero todo lo vivido sigue ahí,
escondido en el sótano, y a veces vuelve en sueños. Como esta noche.
Lunes, 11 de febrero
AHÍ QUEDA ESO
Ya sé que no debería decirlo, pero el único cargo que, si me
lo ofrecieran, aceptaría con gusto es el de Papa.
En ese caso,
No tendría inconveniente en creer todo lo que hubiera que creer. El Vaticano
bien vale una misa.
Claro que,
si yo fuera Papa, sin duda acabaría dimitiendo. Ni siquiera sé si aguantaría
tanto como el último. Qué placer dejarlo todo y retirarse a un caserón con
biblioteca y huerto y buen servicio y en el centro de Roma.
Qué
curioso. A mí me habría gustado ser poderoso, como el Papa, y al Papa lo que le
gusta es llevar una vida como la mía, sin mayores preocupaciones, dedicado solo
a sus libros, a la charla con amigos y a elucubrar sobre los misterios del alma
y del universo.
Tengo la
sospecha de que, si yo fuera Papa, diría pronto, como el sabio Benedicto XVI,
“ahí queda eso”, para dedicarme a llevar una vida lo más semejante posible a la
que llevo.
Martes, 12 de febrero
NI LO UNO NI LO OTRO
No solo me callo las cosas importantes que tienen que ver
conmigo. También otras que podrían perjudicarme. Una curiosa red de relaciones
y casualidades me ha hecho enterarme de quien ha sido la persona que filtró a El País los papeles de Bárcenas, esas
famosas fotocopias de fotocopias, como repiten los damnificados.
Y no voy a
decir quién fue, por supuesto. Pero no puedo resistirme a la tentación de dar
una pista. O dos. Ha sido diputado del PP. Ha sido muy amigo de Bárcenas.
Si yo me
dedicara al periodismo de investigación, qué libro podría escribir con esa
historia. Si me dedicara al periodismo de investigación y si fuera valiente.
Pero ni lo uno ni lo otro. Lo mío ver,
leer, oír y callar.
Miércoles, 13 de
febrero
FUNERAL EN IBIAS
Se habla en clase de las incestuosas relaciones entre
literatura y periodismo, de las novelas que fingen ser una investigación
periodista y de las noticias que solo son un cuento mejor o peor contado.
Hablo de Soldados de Salamina y luego de las leyendas urbanas, la última de
las cuales habla de no sé qué sustancia que, disuelta en tinta, y solo con
acercártela a los ojos (para leer una dirección en letra pequeña a un
desconocido que se te acerca en la calle) basta para que pierdas memoria y voluntad
y hagas todo lo que se te pida –el amor o vaciar tus cuentas corrientes– sin que luego recuerdes nada.
Un alumno, a la salida, se me
acerca: “¿Puedo contarle algo? No quería hacerlo en clase como si fuera una
leyenda más, porque no es una leyenda, hay testigos. Mi compañero de piso tuvo
que acompañar a su novia al funeral de su abuelo, en una aldea cercana a San Antolín, en Ibias. Ella apenas había tenido trato con el abuelo porque su madre
se marchó de casa, o la echaron, cuando quedó embarazada sin estar casada. No
sentía demasiada pena. El viaje hasta allí es largo, el autobús tuvo una
avería, cuando llegaron ya había cerrado el tanatorio. Fueron a la casa del
difunto y allí se alojaron en una especie de buhardilla. El entierro sería al
día siguiente a primera hora. Por la noche mi amigo se levantó para ir al baño.
No lo encontraba en aquel viejo caserón laberíntico; bajó y subió la escalera y
de pronto entró en un salón que tenía la luz encendida. Había una especie de
catafalco en el centro y, sobre él, un ataúd con la tapa abierta y vacío. Se
quedó asustado, sin saber qué decir, cuando de pronto vio aparecer a un hombre
viejo, vestido con un anticuado traje negro y con corbata, que se metió dentro
y, antes de cerrar la tapa, se limpió con el dorso de la mano las manchas de
sangre que tenía alrededor de la boca. Mi amigo volvió aterrado a contárselo a
su novia, pero la encontró profundamente dormida. Él no fue capaz de dormir. Al
día siguiente no se atrevió a contarle nada. Fueron hasta el tanatorio en el
coche de unos parientes, enterraron al difunto y regresaron a Oviedo. Mi amigo
se levanta cada vez más cansado, ha ido al médico, dicen que tiene anemia. Una
vez que nos quedamos solos, su novia intentó besarme y vi, o creí ver, cómo le crecían los
colmillos. No lo consiguió. Esto no es una leyenda urbana, profesor, es algo
que está pasando”.
Jueves, 14 de febrero
SI ESTOY CONTIGO
El amor no se cuenta, se canta. O se calla.
Cada día un sorbo, o dos, de felicidad.
En sueños he sido el rey del mundo; despierto, si estoy
contigo, lo soy.
Viernes, 15 de febrero
PERIODISTA, HISTORIADOR
El grato azar de las librerías de viejo trae a mis manos una
curiosa obra de Juan Ignacio Luca de Tena, A
Madrid: 682. Se subtitula “Escenas de amor y de guerra” y es la obra de un
periodista y de un autor dramático: “Periodista, traigo a estas páginas la
información directa y vivida de la
España trágica, vergonzosa y anárquica, anterior a la guerra
y de once meses de guerra en los frentes de Madrid”.
Veamos cómo
cuenta, con su información directa y vivida, el asesinato del teniente Castillo.
En el despacho del ministro, con la gorra de plato en la mano izquierda, un
oficial de la Guardia
de Asalto. “Estoy a sus órdenes”. “He pensado en usted porque conozco sus ideas
extremistas. Para bien de la
República es preciso suprimir a un pez gordo del campo
contrario”. “Si es una orden, estoy dispuesto a cumplirla. Solo pido que se me
dé por escrito”. “¿Por escrito…? ¿Por qué?”. “Porque me acuerdo de Casas
Viejas”. “Retírese inmediatamente”.
En cuanto
el teniente deja el despacho, el ministro abre una puerta secreta y entra un
hombre muy malencarado. El ministro le hace una seña significativa y el hombre
sale detrás del teniente. Se ve al teniente caminar por las calles, cruzarse
con una camioneta llena de obreros que gritan “U. H. P.”, saludar con el puño
cerrado, siempre seguido por el hombre mal encarado. Dobla una esquina, suenan
dos tiros y cae muerto. Pronto se arremolina gente. “Han sido los fascistas”,
dice un golfo. “¿Lo has visto tú?”, pregunta un guardia. “No, pero me lo
imagino”. Llega un capitán. “¡Han sido los fascistas!”, grita el golfo. “¡Los
monárquicos!”, una mujerzuela. Y el capitán: “Las ideas que el pobre tenía lo
hacen suponer así. Pero yo juro, y que me muera ahora mismo si no cumplo mi
juramento, que antes de que amanezca el día de mañana será vengado. ¡Lo juro!”
Se ve luego
–A Madrid: 682 es el guión de una
película– cómo sacan a Calvo Sotelo de su casa, le pegan cuatro tiros y arrojan
su cadáver a un descampado. Suena una marcha fúnebre y con voz de ultratumba se
escuchan sus palabras en el Congreso: “Yo tengo anchas espaldas”, “Me doy por
notificado de la amenaza de Su Señoría”, “La vida podéis quitarme, pero más no
podéis”, “Es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio”.
Es curioso
cómo, tras las mentiras de la propaganda, todavía se transparenta la verdad:
que el asesinato de Calvo Sotelo no fue ordenado por el gobierno, sino una
venganza de los compañeros de un teniente de Asalto muerto en atentado poco antes.
Para Luca de Tena, asesinado por una de los sicarios que Casares Quiroga tenía
escondidos tras una puerta de su despacho para acabar de inmediato con quien se
negara a cumplir sus órdenes.
Junto al
libro del director de Abc, encuentro
otro de Jesús Pabón, prestigioso historiador. Es de 1939, se titula 10 figuras y retrata a los políticos
europeos de entonces. “Un judío” se titula el capítulo dedicado a Leon Blum.
Con su gobierno, Francia se convierte en “una colonia judía”. Eso pensaba él y
eso pensaban muchos franceses. Por eso aplaudieron la llegada de los nazis que
venía a regenerar el país y a hacer el trabajo sucio.
Detrás de los
mayores crímenes siempre hay mucha buena gente dispuesta a creerse cualquier
cosa si confirma sus prejuicios.
Sábado, 16 de febrero
CONTRA EL DESÁNIMO
¿Sálvese quien pueda? No. Salva a quien puedas.
Qué cerca está lo peor de lo mejor, y qué lejos de lo
mediocre.
Señor García Martín:
ResponderEliminarLa Burundanga no es ninguna leyenda urbana. Las comisarias están llenas de denuncias con nombres y apellidos, las cámaras de seguridad de las entidades bancarias han registrado no pocos de esos casos “legendarios” y la Policía está haciendo denodados esfuerzos porque la población esté alerta ante lo que NO es un simple mito viral.
Lo que, por desgracia, no es ninguna leyenda urbana son las voces de los centenares y centenares de víctimas de ETA S.A., asesinadas por la chusma etarra cuyos cantos de “libertad” usted tanto añora. Son las voces de las víctimas de ETA S.A. las que oímos en pesadillas la inmensa mayoría de los españoles. Con ETA S.A. ya no cuela ni la coartada franquista, salvo con los “ilusos”.
Atentamente.
En 1974 las cosas se veían de otra manera; no digo yo que lo fueran.Es un tema delicado, ciertamente. Simpatía por asesinos, sean de la ideología que sean, yo nunca he sentido ninguna.Y las víctimas siempre me tienen de su parte, sea cual sea la coartada o excusa de los criminales.
ResponderEliminarJLGM
Luis Eduardo Aute escribió la canción "Al alba" como homenaje a los presos de Eta fusilados en Burgos ("Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga..."). Suponía que era un movimiento guerrillero antifranquista y no podía imaginar que luego esa estirpe asesinaría a Gregorio Ordóñez, a Miguel Ángel Blanco, a Ernest Lluch y a tantos otros, incluidos niños como la bebé de Santa Pola. Tampoco imaginó el zulo de Mondragón en que fue recluido bajo amenaza de muerte Ortega Lara durante 500 días (lo que ni siquiera hizo Hitler con sus reclusos). No le culpo a Aute. La vida da muchas vueltas, sin duda más de las que él creía, pero la maldad humana no tiene límites.
ResponderEliminarUna pijería errática (de errata): en la historia más o menos vampiresca se habla de "un ataúd con la tapa abierta y vacía". Se entiende, digo, que lo vacío no era sin embargo la tapa, sino el ataúd.
ResponderEliminar-Me llama la atención el comentario de JLGM referido al antisemitismo de buena parte de los franceses. No sé si fue por ese antisemitismo o por otras lacras del carácter de nuestros vecinos del norte, pero lo cierto es que muchos de ellos vieron, si no con abierta simpatía sí con cierta permisividad, la ocupación de Francia por la Alemania nazi.
ResponderEliminarDa fe de ello "Suite francesa", obra póstuma de Irène Némirovsky, asesinada en Auschwitz en 1942, que cita el compadreo y laisser faire entre los franceses de Vichy y los ocupantes germanos. La acogida que el gobierno francés hizo a los republicanos españoles que cruzaron la frontera huyendo del fascismo vencedor, ilustra bien de esa componente reaccionaria, que no logran opacar los otros indudables méritos de este pueblo tan civilizado.
-No dejan de sorprenderme los reflejos de algunos a la hora de maldecir de ETA, teniendo como tienen tantas dianas disponibles donde dirigir sus dardos justicieros. Qué duda cabe de que lo que en su inicio fue un grupo terrorista (con notable apoyo de la sociedad vasca, no hay que olvidarlo) y que era percibido por el resto de los españoles como prioritariamente empeñado en combatir el régimen franquista, desaparecido (?) este, continuó operando -con mayor saña si cabe y con mayor letalidad, dado que aprovechó las "debilidades" democráticas para moverse con mayor soltura- lo que procuró la condena y la repulsa de todos los demócratas, que no encontraban justificación a semejante violencia criminal.
Pero los árboles no han de taparnos el bosque. Cuantitativa y cualitativamente los crímenes del franquismo (y bastantes del postfranquismo) fueron aún más horrendos. Y quedaron impunes. A los de ETA el estado de derecho (?) los persiguió y los llevó a la cárcel; muchos de los asesinos del franquismo vieron cómo el nuevo régimen de terror no sólo no les pedía cuentas por sus delitos sino que muchos medraron dentro de él... Sí, pienso que muchos de aquellos despóticos funcionarios de bigotillo recortado y gafas de sol que tanto abundaban en la burocracia del Régimen, seguro que habrían hecho méritos previos muy poco confesables. Y, hasta no hace muchos años, bastantes de ellos, apacibles jubilados que daban de comer a las palomas en los parques públicos, vivieron descuidados e impunes hasta que su dios los llamó a capítulo: me imagino que para sepultarlos en el Infierno.
Pues, aunque alguien pueda objetar que hablo de acontecimientos remotos, le diría que toda esta tragedia cabe en la vida de un hombre. Y de estas cosas se habla muy poco. Por eso me incomoda que se carguen las tintas en la parte y se silencie el TODO. Y tan todo es que a veces me parece que no se han ido, que están merodeando a nuestras espaldas, dispuestos a reeditar sus artes, corregidas y aumentadas. Así que un poco de proporción no estaría mal.
-Ese pistolón de cañón anudado, ¿es de Claes Oldenburg? ¿Se puede saber en dónde está la pieza?
-
La pistola del cañón anudado está en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
ResponderEliminarComparto muchas de las anteriores reflexiones.
JLGM
Yes el meyor, faes de la to vida una obrina d'arte bien curiosa y prestosa. Cuantayá que diste un emburrión a la llingua y lliteratura asturianes. Amigu de los tos amigos dafechamente,les tos obres y fechos suponen ñidiamente un cantu a la vida y a la gayola de vivir. Gracies por viaxar, escribir, ser tan sensible y bona persona, yes el meyor de la redolada y el to compromisu cimero, el arte, rescampla nes tos manes como testimoniu exemplar. Yes imperfectu, pero les tos zunes son muy perdonables .
ResponderEliminarVaya, estas cosas son las que a uno le gusta escuchar, aunque no sean verdad.
ResponderEliminarGracias, anónimo amigo asturiano.
JLGM
Descubierto por casualidad este blog de un hombre con el que a buen seguro me cruzaría en el Oviedo de hace veinticinco años, cuando terminaba mi carrera universitaria, e incluso con el recuerdo de la librería de viejo de Valdés en el Campillín -en el que dejé buena parte de mis ahorros de juventud - que aparece mencionada y hasta fotografiada aquí, sólo puedo decir que seguiré con atención cuanto el autor vaya diciendo en estas páginas.
ResponderEliminarPues gracias por esa atención. Y si vuelves por Oviedo podemos charlar un día.
ResponderEliminarJLGM