EL MILAGRO DE CASTAÑEDA
Decía Antonio Machado que el ser humano es una criatura paradójica, “un animal absurdo que necesita lógica”. Pero también vale lo contrario: un animal racional y lógico que necesita el absurdo para sobrevivir.
Visitando la colegiata de Santa Cruz de Castañeda, en Socobio, Cantabria, me sorprendió un bajorrelieve en el que fuera retablo del altar mayor que representaba la última cena. Cristo abraza tiernamente a su discípulo predilecto y a un lado, sobre la mesa, volcado, está el Santo Grial. Una gota de vino o de sangre parecía brotar de él. Alargué la mano y la toqué con el dedo. No, no se trataba de una ilusión óptica.
Como los niños, instintivamente llevé el dedo a los labios: era vino del color de la sangre. Miré en torno mío para contar aquel descubrimiento, pero mis compañeros habían ya salido de la iglesia y estaban camino del autobús. Corrí tras ellos. El sol de fuera me deslumbró y me hizo ver lo absurdo de la situación. ¿Qué iba a decirles? ¿Que había sido testigo de un milagro? Miré mi dedo: seguía manchado.
Recordé el Cristo de Donatello que está en la iglesia de Santa Maria dei Servi, en Padua. Se trata de un Cristo que hace exactamente seis siglos, en 1512, comenzó a sangrar por sus heridas. Aquel hecho prodigioso sirvió para acrecentar la fe de los creyentes y para animarles a perseguir con más saña a los herejes. Me dio un poco de miedo la cara del crucificado cuando, al azar de un paseo por Via Roma, lo vi por primera vez hace unos días. Parecía un extraterrestre, una sombría y siniestra criatura de otro planeta.
Manuel Lozano Leyva, en El fin de la ciencia, un libro de divulgación científica, arremete con muy buenas razones contra la astrología, la homeopatía, la ufología y otras pseudociencias. Con muy buenas razones y alguna ingenuidad. ¿Por qué nunca podremos entrar en contacto con extraterrestres?, pregunta. Y esta es la respuesta: “Admitamos que se logren construir naves casi tan veloces como la luz, el caso es que hay que acelerarlas. Un sencillo cálculo muestra que para acelerar una nave de la masa de un coche hasta un tercio de la velocidad de la luz, frenarla después (si no, ya me dirán), y hacer lo mismo al revés una vez que haya terminado la visita a unos vecinos situados a quince años luz, indica que se necesita la misma energía que consume Europa en veinte años. A ver qué Parlamento aprueba unos Presupuestos Generales del Estado que contemplen semejante partida. Y los extraterrestres para venir aquí seguramente tienen el mismo problema, porque sin duda son democráticos, ya que son tan listos”.
Hombre, si admitimos que somos capaces de construir naves casi tan veloces como la luz, ¿qué nos impide admitir que somos capaces de acelerarlas y frenarlas?
Pero los dioses y los extraterrestres que nos asustan y nos deslumbran no vienen de más allá de las estrellas, sino de lo más profundo de nosotros mismos.
Al dejar sobre la mesilla de noche el libro de Manuel Lozano que he estado leyendo, me sorprende ver que ha quedado nítidamente impresa la huella de mi dedo manchado con el vino y la sangre del Santo Grial, a pesar de que me lo había lavado concienzudamente al llegar a casa.
Un hecho inexplicable. Pero no me quita el sueño. A fin de cuentas, lo más inexplicable es que algunas de las cosas que nos pasan tengan explicación. O creamos que la tienen.
Domingo, 9 de septiembre
EL ÚLTIMO EN ENTERARSE
“Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una de las buenas costumbres que nos quedan”. Con esta cita de Borges comienza Sherlock & Watson. Madrid Days, la nueva película de Garci. Pero al verla en lo que menos piensa uno es en Sherlock.
Tenía las peores referencias, pero pudo más mi curiosidad. ¡Sherlock y Jack the Ripper y Galdós! Hasta un niño haría algo interesante con esos ingredientes.
El Sherlock de Garci no es Sherlock sino un pasmarote al que a veces llaman así; Jack es un enviado del futuro o el poder o qué se yo que indigesto galimatías; Galdós es un actor recitando un papelito como en una función de colegio. No lo hace ni mejor ni peor que Ruiz Gallardón, con su barba postiza, o que Luis Alberto de Cuenca, escuchando muy serio un discurso que viene tan poco a cuento como el resto.
Los actores no hablan, parecen leer lo escrito en un teleprompter (haciendo a veces, como los malos locutores que se fían demasiado de las comas, pausa donde no deben).
Fui el único espectador que resistió las dos horas largas de metraje. Pero yo tenía un interés adicional: ver qué nuevo disparate se nos ofrecía tras cada fundido en negro. Quizá me quede con Watson, en el tren, defendiendo las corridas de toros como si recitara un editorial del Abc o mejor, ya al final, explicándole a su señora, en el dormitorio y con todos los ingredientes a la vista, antes de hacer el amor, las maravillas del cocido madrileño.
Salí pensando en cómo se puede hacer de esa manera el ridículo. ¿No tiene Garci ningún amigo que se atreva a decirle la verdad? Son los riesgos de ser guionista, director y productor.
Luego pensé que yo también soy el guionista, el director y el productor de mi propia vida. ¿No me pasará a mí lo que a Garci que haciendo lo que creo que debo hacer, con total libertad, sin tener demasiado en cuenta las opiniones ajenas, esté en realidad haciendo el ridículo? ¿Será mi vida, como Sherlock & Watson. Madrid Days, ni siquiera mal cine (aunque cuente con buenos profesionales, si prescindimos del director y guionista), sino solo mala literatura impostada y pretenciosa? Si ocurre eso, espero no ser, al contrario que Garci, el último en enterarme.
Martes, 11 de septiembre
SIEMPRE AMIGA
En China me consideraban el típico español, pero yo creo que, como español, resulto muy poco representativo. Por ejemplo, no soy nada anticatalanista. Me alegra el éxito multitudinario de la manifestación de hoy en Barcelona.
Para que se forme una pareja, hacen falta dos síes. Para que se rompa una pareja, basta un no. El verbo amar no admite el imperativo. “Libre te quiero, pero no mía”, dice el poema de Agustín García Calvo que canta Amancio Prada. Cataluña, libre te quiero: española, si tú quieres; no española, si así lo deseas. Pero siempre amiga.
Miércoles, 12 de septiembre
ALIENS
Miro el mundo desde muchos lugares, y uno de los más ilustrativos es la ventana de la televisión, a la que me asomo cada noche. Hace tiempo que me fascina un programa del canal Historia titulado Aliens. Todo –desde las pirámides hasta la mitología griega– lo explican por la visita de seres extraterrestres en los orígenes de la humanidad.
Al principio me parecían un timo esos documentales, llenos de presuntas “evidencias” que no resisten el menor análisis científico. Hasta que me di cuenta de que no eran programas de divulgación científica, sino programas religiosos que disimulan su condición de tal (las verdades religiosas siempre gustan de presentarse como verdades a secas). Detrás de la serie Aliens, como detrás de la película Prometheus, de Ridley Scott, está la Iglesia de la Cienciología predicando su evangelio. Ni más ni menos absurdo ni más ni menos dañino que el de las diferentes sectas cristianas, mahometanas o judías (menos dañino, en realidad, que el de bastantes de ellas).
No basta la razón, no basta la ciencia. El hombre, como los niños, necesita que le cuenten cuentos. Y gracias a esos cuentos es capaz de lo mejor y lo peor. ¿Esperar la llegada de los extraterrestres o esperar la llegada del Mesías? No hay ninguna diferencia. Mitos que ayudan a explicar lo que no tiene explicación ninguna.
Jueves, 13 de septiembre
OTRO COMIENZO
La emoción del primer día del nuevo curso. Antes de esta mañana, ya he entrado cuarenta veces por primera vez en un aula ante la atenta mirada de los alumnos. Y no se ha convertido en rutina, ni se convertirá nunca, por mucho que se repita.
Hasta este momento todo fue barullo administrativo. Ayer por la tarde todavía no estaban asignadas las aulas, y hacía falta un cursillo especializado para entender los horarios, con sus clases explicativas, seminarios, tutorías grupales, Mayor y Minor. La Universidad , como el país, a ratos da la impresión de una pesada barcaza que ha perdido el rumbo o un boxeador noqueado que por milagro se tiene en pie.
Pero comienzan las clases y esa mala impresión desaparece, al menos en mi caso. Ha pasado el tiempo, cuarenta años o cuarenta siglos, y la situación sigue siendo la misma. Alguien que habla, alguien que escucha, preguntas y respuestas, enseñar lo que se sabe y tratar de aprender juntos lo que no sabe. Y resignarse a que haya cosas, las más importantes, que no sabremos nunca. Y el miedo a no estar a la altura de lo que los alumnos merecen.
Sócrates lo haría infinitamente mejor, pero no hacía una cosa distinta de lo que hago yo. Y eso me basta para sentirme orgulloso. Y agradecido.
Viernes, 14 de septiembre
ES ASÍ
Leo Canon heterodoxo, un “manual de literatura española para lectores irreverentes”, de Antonio Enrique, para ver si cambio de opinión sobre el libro y el autor. Pero no pasa de un bien intencionado batiburrillo en el que buena parte de las páginas se dedican a una vieja guerra literaria, la que enfrentó a los llamados poetas de la Experiencia y de la Diferencia. En esa guerra yo también participé e hice toda la sangre que pude (entonces era joven y cruel, ahora ya no soy joven).
En el apéndice (la edición original es del 2003), el autor mira a los alumnos que inician el nuevo curso: “Pero de pronto me sobreviene una turbación, una certidumbre que me deja triste para el resto del día: estos muchachos nunca leerán el Quijote íntegro. Es así. Estoy ante la primera generación que no va a leer el Quijote”. Yo sonrío, como ante las “evidencias” que catedráticos de raras universidades presentan en Aliens. Los escolares de ahora, como los de hace cien años, unos leerán el Quijote y otros no; así ha ocurrido siempre. Pero las nuevas ediciones definitivas de Francisco Rico (hasta la edición siguiente, también suya) se seguirán vendiendo cada vez más.
Sonrío. Sigo siendo cruel con la estulticia ajena y sigo siendo joven. Cada nuevo curso es para mí un nuevo nacimiento. Los alumnos tienen siempre veinte años y yo también. No me pidan que lo explique. Es así, aunque no sea así.
Buena idea lo de mezclar, en cierta forma, misterio incomprehensible con ciencia ya explicada. Los cientistas -esa tendencia reduccionista y frecuentmente totalitaria- olvidan con insistencia idiota que antes de saberlo todo, como creen tanto ; un saber absolutista y terminal; sabían poco o nada. Ni siquiera se acuerdan de las miles de veces que tuvieron que rectificar y desandar camino o contradecirse con la explicación parcial de los fenómenos naturales. Si partimos de la Tierra hacia otro Sol, distante más de 4 años luz, esto se sabe; sólo para llegar a cerca de la velocidad luminosa, es preciso estar acelerando, al límite de lo soportable por el hombre y animal, la aceleración de la gravedad terrestre de 9,8 metros por segundo al cuadrado, un tiempo de :
ResponderEliminar3*10^8 m/s / 9,8 m/s^2 = 30.581.040 segundos =
354 días: un año. Y otro año para frenar con la misma desaceleración. Dos años gastados sólo en desplazamiento; que es mucho tiempo sólo para ver a otro sol igual u a otro hombre parecido si lo hubiera.
Cataluña, Extremadura, Alsacia o China no quieren nada. Sólo las personas -y quizá los animales- quieren cosas. Cataluña y España no son una pareja, sino que la primera es una región -geográficamente hablando- o una Comunidad Autónoma -desde el punto de vista administrativo- de la segunda, y sus relaciones las regula la Constitución de 1978, que no debe estar al albur de manifestaciones de uno y otro signo y que prevé -en términos muy claros- las condiciones de su modificación. Por lo demás es muy difícil separarse amistosamente de quien te llama ladrón todos los días durante décadas, aunque supongo que habrá a quien le guste.
ResponderEliminarCuriosa mentalidad legalista la de mi anónimo comentarista. Geográficamente, Cataluña no es una región de España, sino varias regiones, según cómo se defina el término, de la misma manera lo es que Portugal o Andalucía. Y la historia no comienza en 1978. En 1976, el actual jefe del Estado era jefe de un Estado muy distinto, que se basaba en los nada democráticos Principios Fundamentales del Movimiento, que había jurado defender.
ResponderEliminarLo que Alsacia, Cataluña, Extremadura quieren es lo que quieren la mayoría de sus habitantes. Y si la mayoría de los catalanes no quieren formar parte de España, más pronto o más tarde no formarán parte de España. Incluso si el resto del Estado se muestra cerril y saca el ejército a la calle (Dios no lo quiera) será un territomio militarmente ocupaco, con un gobierno en el exilio, pero no formará parte de España. La Constitución de 1978 refrenda una realidad; si la realidad cambia, también ha de cambiar la constitución. Allá van leyes do quieren reyes, se decía antes. Las leyes van hoy, en los países democráticos, donde quieren los ciudadanos.
El argumento formalista y leguleyo de este comentario me recuerda al que de aquellos que decían que el matrimonio homosexual no se podía llamar "matrimonio" porque este era definido en el diccionario de la Academia como la unión entre un hombre y una mujer... Pues ya se ha ampliado la definición del diccionario (que no "impone", sino que "recoge" el significado de las palabras en la sociedad actual).
JLGM
Creo recordar que allá por mayo quedamos en que en Cataluña existe libertad y por tanto los versos cantados maravillosamente por Amancio Prada no los veo apropiados al caso.
ResponderEliminarEl respeto a la legalidad- en una sociedad democrática- es esencial sin que eso signifique que las leyes deban ser eternas.
No comprendo la alegría por el éxito de la manifestación a no ser que se esté todavía prendido del hechizo antiespañol y buenista ante todo lo que huele a anticentralista de parte de la izquierda después de la muerte del dictador-su españa era abonimable- pero han pasado 35 años.. y sabemos que antes de la barbarie los había rabiosamente españoles: Azaña, Machado ,Juan Ramón ..
Javier
El anónimo comentarista está muy sorprendido. Primero, se defina 'región' como se defina Cataluña es una región de España, lo que no quita que pueda constar a su vez de otras regiones, aunque lo que aquí importa naturalmente es el aspecto administrativo. Segundo, no veo en qué modo se infiere de mis afirmaciones que la historia empieza en 1978, ni veo en qué afecta el que no empiece ese año a la vigencia de la Constitución, ¿o es que la Grundgesetz alemana carece de validez por haberse promulgado después de la Segunda Guerra Mundial o porque buena parte de los funcionarios nazis siguieron en sus puestos? Tercero, respecto a la voluntad de los territorios, es una mera cuestión de reglas de juego, sólo cuenta la expresada por aquel conjunto de ciudadanos en los que resida la soberanía popular (cosa que garantiza un texto legal). Una opinión en la que estarán de acuerdo todos los independentistas catalanes a los que les pregunte si en un hipotético estado catalán los ciudadanos de la provincia de Tarragona, o de la veguería que sea, serían soberanos para decidir su futuro. Le contestarán, como es lógico, que en un hipotético estado catalán la soberanía residiría en el conjunto del pueblo catalán, y no en cualquier subconjunto de él. Cuarto, las constituciones no refrendan realidades, no tienen, ni por asomo, la misma función que los diccionarios. Las constituciones, una vez aprobadas por la población, prescriben, regulan el marco legal dentro del que han de moverse los legisladores de los distintos niveles (estatal, autonómico, municipal). Las constituciones no son eternas ni inamovibles, y por eso fijan las reglas de su modificación. No me opongo a que se modifique nuestra Constitución, sí a que se haga fuera del cauce legal. Y por último, respecto al hecho de que durante años políticos de diversos partidos hayan estado repitiendo, en el Parlamento de Cataluña, no en bares o en columnas de prensa, el consabido “España nos roba”, hasta el punto de que el partido “Ciudadanos” tuvo que pedir, desconozco con que éxito, que se prohibiera decir tal cosa en el Parlamento, veo que no comenta nada. Estoy de acuerdo, eso sí, en que pase lo que pase hay que dejar de lado cualquier tentación militarista como modo de resolución del problema. No es que yo sea leguleyo, es que las leyes hay que tomárselas en serio hasta cuando las queremos cambiar.
ResponderEliminarkehre
Respuesta a Kehre, pues claro que hay que tomarse en serio las leyes. Como se las tomó el rey Juan Carlos en 1975 para encontrar (con ayuda de buenos leguleyos) la forma de modificar las que había jurado y que no le gustaban ni a él ni a nadie y que no permitían una España con partidos políticos y con comunidades autónomas. Si hay volumtad de cambiarla, porque ya no refleja la realidad española, también se cambiará está constitución sin romper la "legalidad" más que lo que se rompió en 1977.
ResponderEliminarLas "regiones" como unidad administrativa creo que ya no existen en el actual ordenamiento del Estado español; es un término que tiene validez geográfica y hay regiones que forman parte de más de un Estado.
Lo de que España nos roba es una expresión desafortunada para referirse a una realidad: que Cataluña aporta fiscalmente más al Estado español de lo que recibe (eso es lo que yo tengo entendido, pero puedo estar equivocado). Pero expresiones de esa índole, y aún peores, contra Cataluña se repiten continuamente en el resto de España, por parte de políticos, periodistas, gente de la calle.
Es difícil, ya lo sé, ponerse de acuerdo en estas cosas.
Cada uno tiene su concepto del patriotismo.A mí, precisamente porque soy español, nada catalán me es ajeno. Y quiero para Cataluña lo que quieran los catalanes, sin perjuicio de los legítimos intereses de otros. Lo de un Estado o dos me tiene sin cuidado. La patria es cosa del corazón, la administración estatal tiene que ver con el bolsillo y la cabeza; lo mejor es lo que más conviene.
JLGM
Respuesta a Javier: Pues claro que en Cataluña existe libertad, por eso precisamente una amplia mayoría de catalanes ha dicho, sin miedo, lo que pensaban y lo que querían. Y yo estoy orgullo de vivir en un país en que eso es posible. Y ahora esperemos del buen sentido de todos que haya forma de cuantificar ese deseo y de llevarlo a la realidad sin prisas y de común acuerdo, si es verdadera y amplíamente mayoritario.
ResponderEliminarYo no soy "rabiosamente" (qué miedo) español. Yo soy español a secas. Y creo que ser español es un honor que no se le debe imponer a nadie.
JLGM
El argumento de Khere me parece impecable y no es una cuestión de "leguleyos" la de respetar las leyes- insisto en un estado democrático-
ResponderEliminar¿ Se imagina que todos los que están obligados a pagar impuestos decidiesen no hacerlo porque no les conviene? cosa que por cierto hacía creo recordar que el citado Agustín García Calvo a mediados de los 90 o asesinar a su vecino porque no le deja dormir, etc.
Por tanto, si no se pretende entrar en un escenario revolucionario los políticos catalanes tienen todo el derecho a plantear su derecho a la independencia pero por los cauces legales. Ruiz Soroa proponía en un número de Claves una solución que me pareció razonable y que desembocaba en la celebración de una consulta popular.
La metáfora de la pareja tampoco me parece acertada porque los implicados son unos cuantos ,cada uno con sus propios intereses.
Lo de "rabiosamente" aplicado a los escritores que citaba no creo que sea para meter miedo, pero en fin lo dejaremos en "a secas" todo menos mentar el término españolista tan desprestigiado por contraposición a catalanista , por ejemplo.
Por cierto, si dedidimos cambiar la Constitución se abre la caja de pandora- no es que pase nada... pero en esto días leo las Meditaciones de Gaziel y da un poco de miedo con el nivel de la clase política.
Javier
Estimado Javier, las leyes se pueden cambiar desde el respeto escrupuloso a las leyes. Solo hace falta voluntad política para ello. Es lo que ocurrió entre 1976 y 1978. Y yo creo que no hay que preocuparse por un estallido revolucionario (como ocurrió en 1808, cuando el rey legítimo era José Bonaparte). Los políticos catalanes han demostrado siempre ser bastante sensatos. Y lo serán ahora, que se juegan tanto (que nos jugamos tanto). Yo creo que lo que harán será articular una consulta rigurosa (aunque sin valor legal) para ver qué porcentaje del pueblo catalán es partidario de la independencia. Si esa mayoría es significativa (yo creo, pero puedo equivocarme, que ahora está cerca del 80 por ciento y que con la campaña actual anticatalana en el resto de España puede superar esa cifra), se llegará a un acuerdo político para que, dentro de la legalidad, se pueda convocar un referendum con carácter vinculante.
ResponderEliminarEn cualquier caso, mi opinión es que, si todo se hace con inteligencia y buena voluntad, no hay que preocuparse. Forme o no forme parte del Estado español, Cataluña será siempre de alguna manera española o ibérica o como queramos llamarlo (esa unión cultural es la que a mí más me interesa, y quizá peligra más en una unión política forzada que en una separación de común acuerdo).
JLGM
Por supuesto, se puede muy razonablemente también pensar de otra manera.
Amigo José Luis, estamos todos contaminados por tópicos y mitos, los catalanes aportan más de lo que reciben y eso es una realidad, le dice Vd. a Khere y a mí mismo que no ahy que tmer estallidos revolucionarios porque los políticos catalanes han demostrado siempre ser bastante sensatos.
ResponderEliminarPues bien , es necesario repetir por enémisa vez que los únicos que pagan impuestos son las personas y las empresas y que además no son un fin en sí mismos sino un medio para sufragar gastos a veces con carácter redistributivo.Por tanto, su denuncia de que los españoles nos roban la podrían realizar los de Madrid respecto a los de Córdaba y los de Barceloan respecto a los de Lérida.
Habíamos quedado en que no es un problema de dinero sino identitario, pero claro como lo identatario no es últil para llegar a ese 80 por 100 de independentistas pues vale todo.
Respecto a la sensatez de los políticos catalanes no sé que decir,para no irnos muy lejos y teniendo en cuenta el breve pero inmenso, si lo comparamos con nuestra historia, perídodo democrático vemos que Pujol es un señor con un discurso racista- lo tiene dicho por escrito- y que estuvo a punto de ser condenado por Banca Catalana y según denunció Pascual Maragall es público y notorio y además ha quedado acreditado en al gunos procedimientos judiciales que los políticos catalanes han estado cobrando comisiones al ajudicar contratos, el famoso 3 por ciento; de Ezquerra Republicana que podemos decir, dan la sensación de ser una gente impulsiva con un discurso violento parecido al de la Falange de la época de la República; pero es que la sociedad civil no se queda atrás : en los últimos años las manifestaciones más violentas se celebran en Cataluña y en el pasado es donde había mas anarquistas y pistoleros a sueldo de la patronal, cada dos por tres queman banderas, retratos- se imagina lo que pasaría si en el resto de España se quemase senyeras-.
En fin , son personas y por tanto muy parecidas al resto de los que integran la raza humana-incluidos el resto de españoles- ni mejores ni peores , pero eso sí sus élites se permiten calificar de vagos e inferioes a andaluces, extremeños, de ladrones a los madrileños.
Por contra, en los círculos en los que ,me muevo oigo no críticas despectivas o actitudes racistas hacia los catalanes sino simplemente opiniones mayoritarias de gente que no le importa que se vayan.
Javier
Vamos a ver, Javier, yo no digo que sea una realidad que los catalanes aportan más de lo que reciben, sino que creo que lo es, y que si estoy equivocado se puede demostrar fácilmente, simplemente con la publicación de las balanzas fiscales. Y eso de que los impuestos lo pagan las personas y las empresas, pues muy bien. Pero lo hacen a una administración (autonómica o estatal) que lo devuelve en forma de servicios. Quiero decir que, si una comunidad tiene transferida la educación pública, ha de recibir del Estado central, que ha recaudado en esa comunidad, el dinero necesario para costearla. En fin, me estoy metiendo en un asunto complejo y no sé si vale la pena esforzarse en explicar algo qeu necesita ser matizado. Con otras palabras: si el Estado recauda 100 en Cataluña y devuelve 70 y con esos 70 no se pueden pagar los servivicios transferidos (educación, sanidad) pues parece lógico que se solicite más dinero y que se diga que ese dinero es de los catalanes. Otra cosa es la solidaridad, que no se niega, ni el pago de los servicios comunes... En fin, de cualquier comunidad o de cualqueir nación se pueden encontrar los peores ejemplos. Con mala intención, o mirando con escasa simpatía, todo es posible. Los partidos catalanes cobraron comisiones (unas demostradas y otras sin demostrar), como el resto de los grandes partidos estatales (muchas demostradas y otras sin demostrar). Y los catalanes, muchos catalanes, tratan con amabilidad y deferencia al resto de los españoles; y buena parte del resto de los españoles (o yo vivo en otra España que Javier)desprecian, insultan continuamente a los catalanes (reviste cualquier hemeroteca, escuche las conversaciones de la calle). Pero muchos, como Javier y yo, no sentimos ninguna animadversión hacia Cataluña. Por eso será posible el entendimiento. Pero (permíteme este desahogo) mucho van a tener que aguantar los catalanes... Se pondrá a prueba su paciencia. Otros dirán que ellos ponen prueba la nuestra. Todo es según el color con que se mira.
ResponderEliminarJLGM
Y en cuanto al racismo de Pujol... Seamos serios. No utilicemos cualquier expresión periodística. ¿Racista Sabino Arana? No más que Unamuno (tengo ejemplos) y bastante menos que Pío Baroja.
Del racismo de Unamuno no puede opinar por falta de lecturas, conozo algunos bellísimos pomas y su actitud en Salmanca en el acto con Queipo de LLano para tenerlo en alta estima.
ResponderEliminarDe Baroja sí he leído bastante y, efectivamente, se puede decir que era bastante racista, el tipo vaso para él era muy superior al que denominaba mediterráneo, esas bellezas vascas ¡rubias!, eso cráneos únicos, aunque lamentaba que quedasen pocos vascos auténticos por la mezcla, ya a principios del XX. Sin embargo no sé si debido a que era médico ya intuía algo que los conocimientos actuales sobre genética y estudios de siólogos como Pinker confirman: las personas no nacemos como una tabla rasa que se moldea socialmente sino que la genética es determinante en el comportamiento humano y de aquí que cuanto memos mezcla exista las personas tenderán a ser más parecidas, sin que esto signifique- y en esto se equivocaba Baroja -que unas razas sean superiores a otras porque la superioridad no se mide por el coefeciente intelectual o el cráneo , sino por la capacidad de adaptación a la evolución- algunas tortugas viven casi 300 años y tienen un cránero pequñisimo- y ,en mi opinión, por valores morales .
Pero en fin, respecto a Pujol me remito a la entrada de los diarios de Arcadi Espada de 12 de junio de 2010 que cita un escrito de Pujol de finales de los 50 y publicado en 1976-cuando ya era mayorcito y se supone que maduro en sus opiniones-, en el que se se refería de manera denigratoria y racista a los andaluces.No he podido consultar la entrada entera del diario porque en la actualidad debe uno estar suscrito.
Hace dos días me comenta un compañero de trabajo , barcelonés de apellidos catalanes que deben venir como mínimo de 1714 que creo que es cuando comienza el expolio español de Cataluña , que no es catalanista , que se siente como un judío en la Alemania nazi¿exageración? Bueno, no se lo he dicho a él porque no creo que hubiese apreciado la ironía pero yo no me preocuparía porque lo que le puede pasar es que se tenga que reeducar y se convierta en un magnífico y tranquilo payés con una vida mejor que la urbana que lleva ahora.Todo esto me confirma la impresión de que está viviendo en un ambiente totalitario- no hay más que ver lo que escriben los periódicos que se publican en Cataluña, televisión y radios de allí, equiparación entre buen catlán= catalanista= seguidor del Barça, ect., pero quizás para ellos es necesario para cohesionar su sociedad en torno al proyecto de construcción nacional.
Fianlmente, para el análisis, esta frase de Artur Más que leo en El País " Con una mejora de la finnanciación Cataluña no puede cubrir sus aspiraciones como país, como sociedad y como pueblo".Suena un tanto confuso y totalitario ¿No? y por supuesto nada sentimental y romántico.
Javier
¿No sería más bien que unos y otros, no "unos u otros", van a tener que armarse de paciencia? Yo leo habitualmente La Vanguardia en internet, y lo que allí se ve (y no sólo en los foros de las noticias, sino en las declaraciones de políticos o figuras públicas de primer nivel) en relación con España, desanima; y no sólo por la frecuencia del insulto, o de la apreciación despectiva tan generalizadora como absurda, sino por el poquísimo deseo que parece existir de ponerse en el lugar del otro, de tratar de comprender al menos (aunque no se compartan) sus razones. De que eso ocurra por ambos lados, no tengo yo dudas; pero veo más voluntad hacia esa comprensión mutua, por poner un ejemplo, en El País, o en una parte al menos de la izquierda española (de la derecha tengo más dudas) que en equivalentes catalanes que conozca.
ResponderEliminarY, respecto a lo de Sabino Arana, no creo que tenga mucho sentido lo del "y tú más" en actitud tan condenable como la racista; y eso dejando aparte que SA es considerado por muchos "el fundador de la patria vasca", al menos en lo moderno, mientras que en ese terreno las opiniones de Unamuno o Baroja no tienen más trascendencia que la de ser suyas. De todas formas, permítaseme citar un par de frases de SA, y asegurar que yo no conozco nada equivalente por parte de ninguno de los dos:
"El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, apartamiento total, en una palabra, del fin de toda humana sociedad. Y muerto y descompuesto así el carácter moral de nuestro pueblo, ¿qué le importa ya de sus caracteres físicos y políticos?"
"Les aterra el oír que a los maestros maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz...! Es la más digna del odio de los patriotas".
¿De veras uno y otro pretendían que el "roce" del pueblo vasco con el español causaba "inmediata y necesariamente" el "apartamiento total del fin de toda humana sociedad", o que la gente "amiga de la paz es la más digna del odio de los patriotas"? Sólo puedo asegurar, en ese caso, que yo lo ignoraba, y que de todas formas las burradas equivalentes de Unamuno o Baroja, caso de existir, de ningún modo podrían justificar éstas (y otras muchas).
Acabo de regresar de un viaje por tierras de Aragón y Valencia. Estuvimos en la Aljafería de Zaragoza y ante la evidencia insoslayable de que hace unos siglos esta ciudad era capital de una pujante taifa mora, no pude por menos que ironizar con los amigos porque a poca distancia de este palacio musulmán se elevaran los minaretes de la Basílica del Pilar, uno de los símbolos más queridos de la España cañí.
ResponderEliminarQué quiebros da la Historia, ¿verdad?
Templos paganos erigidos sobre dólmenes de la edad del cobre, basílicas sobre los templos, mezquitas encima de estos, templos góticos que las fagocitan o simplemente las destruyen...
Y los terrones, los guijarros del río, o las sabinas milenarias tan panchas viendo pasar ese carrusel de pueblos y de civilizaciones diversas... ¿Quién es el guapo que define lo que es un pedazo de territorio? ¿Son Zaragoza, o Ágreda o Granada menos moras que cristianas?
Presenciaba el pasado viernes un montaje de moros y cristianos que los vitales levantinos escenificaban en la antojana de Benedicto XIII, (que lo oteaba todo desde su trono de bronce, adusto y a un tiempo paternal). Di en pensar en qué fuerza tiene aún el sustrato cultural musulmán en estas tierras. Me cuentan que hay familias que son del bando moro por generaciones y que no consideran desdoro esa su condición frente a los vecinos que les ha tocado en suerte pertenecer al bando cristiano. A veces existe una lectura positiva en los ceremoniales ancestrales: no todo va a ser el horrible suplicio del toro de Tordesillas.
En estas cosas queda patente lo inconsistente que resulta definir lo que es una "patria".
Y que les conste a los antiseparatistas redomados que lo que un pergamino dice otro pergamino lo puede desdecir. Lo que ha de contar es la VOLUNTAD de los hombres y de las mujeres, no la geografía, ni la geología, ni mucho menos la teología.
Copio unas líneas de una artículo de Pío Baroja "El problema catalán. La influencia judía", publicado en El Mundo, el 16-XI-1907 (puede verse en Obras completas, XVI, publicadas por el Círculo de Lectores): "No sabemos cómo sería hoy el fenicio; pero sabemos cómo es el judio, raza afín a él, y el catalán de la costa se le parece. Los caracteres generales de la intelectualidad judía snn en todas partes la habilidad, la tendencia internacionalista, el odio a la guerra y a todo lo violento y el amor al lujo. El catalán vulgar no tiene la tendencia de emigración del judío; ama su ciudad y su tierra y no quiere salir de ella. Pero el catalán intelectual es emigrante, y se desnacionaliza pronto, y en esto asoma el judío".
ResponderEliminar"Casi podría servir como piedra de toque la simpatía o el odio por los españoles para conocer a un extranjero. ¿No tiene idea segura sobre España o siente simpatía? Puede ser alemán, inglés, ruso, escandinavo o de cualquier país del norte. ¿Tiene odio por España? Entonces es portugués, es americano, es judío o es catalán".
En su ensalada mental Baroja mezclaba el antisemitismo con el anticatalanismo.
Pero no se trata de poner ejemplos de quién es mejor o peor (ejemplos, bien buscados, hay para todos los gustos).
Se podrá discutir si los catalanes tratan bien o mal o resto de España o si son bien o mal tratados por el Estado central, lo que me parece más difícil discutible es que si la mayoría de los catalanes (como en su día la mayoría de los portugueses) no quieren ser españoles se logre impedir la independencia sin ocupar el país militarmente. E incluso en ese caso, más pronto o más tarde (pensemos en Marruecos, en Argelia) y tras mucho dolor, sería independiente. O sea que confiemos en que ese sentimiento no sea tan mayoritario como parece, o en que se imponga la sensatez (que no consiste precisamente en decir la estupudez de que un no catalanista se siente en Cataluña como un judío en la Alemania nazi: quien se sienta así debe leer algo de historia o recurrir a un psicólogo).
JLGM
La exacerbación actual de los nacionalismos hay que entenderla dentro de la crisis del sistema capitalista. La exasperación que producen ciertos comportamientos de la derecha "centralista" (que es el exponente de cómo las clases privilegiadas defienden a mordiscos el botín acumulado, que ahora ven en peligro) da pie a que se active el chip nacionalista como válvula de escape de un malestar indefinido pero de alto voltaje. Hay indudables elementos de irracionalidad en todo ello, claro. Como los hubo cuando el pueblo se desangró por instalar a Fernando VII en el trono, apelando a un patriotismo chusco y amigo de las cadenas.
ResponderEliminarCuando uno se ve desbordado por calamidades de todo tipo tiende a dar coces a ciegas..., y a pensar en que cualquier cambio es para bien.
Pasa con la quimera de los que piensan que "diluyéndose" en Europa las cosas se resuelven porque sí. Y a Europa (un poco más tarde que a nosotros) la va arrastrar el huracán, más pronto que tarde.
Todo nacionalismo es quimérico (pero por distintas razones que las que apunta Juanca, que lo ataca desde uno tan o más reaccionario que los otros). Además de reaccionario ...antihistórico. Lo que pasa es que la Historia es tan lenta que a veces nos exaspera.
Es evidente que sentirse catalán , vasco epañol, asturiano o dos o tres cosas a la vez, depende de cada persona y es algo intuitivo e irracional , es decir,lo contrario a meditado y racional.
ResponderEliminarContraponer el sentimiento identitario a un concepto intelectual y abstracto como el de ciudadanía - más amplio que podría acoger a catalanes, andaluces,etc- y hacer recaer sobre este último el principio por el que se articula un Estado parece hoy una tarea imposible en España,y reservado a lugares como Francia.
Además , en neurociencia se impone la idea, en principio sorprendente, de que el instinto precede a la acción.
Por tanto, si el sentimiento e instinto mayoritario en el territorio catalán es el identitario que para ellos conlleva ineludiblemente tener un Estado propio-esto ya algomo menos intuitivo y más relacionado con tener poder- habrá que articular un procedimiento para que este sentimiento se manifieste en las urnas y no en la calle, pero sin chantajes, mentiras, manipulaciones,y respetando las leyes y cambiándolas como parece necesario para reconocer el derecho a la secesión.
Respecto a mi compañero catalán no puedo interpretar exactamente su estado de ánimo y me limité a exponer lo que me había dicho; por lo demás creo que sabe algo de historia y lo del psicólogo no lo veo buena solución- supongo que su instinto de supervivencia y evolutivo/adaptativo- le pertimitrá comulgar con los futuros vencedores , cosa que la historia nos demuestra a cada paso que ocurre con las personas, instinto evolutivo que podría explicar como el sentimiento catalanista se extiende como la pólvora en la sociedad catalana y como van saliendo las multitudes del armario.
Javier
De acuerdo enteramente en el deseo de que, sea cual sea el resultado final, se imponga la sensatez (y el respeto al otro, añadiría yo). El problema aquí es, me parece, que creo advertir cierta tendencia de JLGM a considerar que las barbaridades están ante todo del lado, digamos, españolista, y la prudencia y algo así como un paciente sufrimiento, del de los catalanistas; cosa perfectamente falsa, a mi entender. Por citar sólo un ejemplo equivalente al que él pone, no hace mucho leía en la prensa el caso de alguien que, tras un acto público en que intervenían unas personas hablando de lo ocurrido en los campos de extermininio nazis, replicó otra desde el público considerando equivalentes la cuestión allí tratada y la "opresión genocida" que según él conocía la cultura catalana. Gentes necesitadas de algo, y más que algo, de conocimiento o de atención sicológica la hay en todas partes, aquí y allá. Y, ya digo, mi impresión es que el punto de mira de JLGM tiende ligeramente, o no tan ligeramente, a desviarse en una dirección determinada. Creo, en fin, que es asunto, como dije, de "unos y otros", no de "unos u otros" o sólo de unos.
ResponderEliminarCierto que quizá me desvíe algo en una dirección determinada (la simpatía hacia Cataluña), pero es en parte para contrarrestar a los muchos más españoles no catalanes que se desvían en dirección contraria.
ResponderEliminarJLGM
Yo me temo que el problema no está en "una simpatía hacia Cataluña" (que yo siento igualmente), sino más bien en lo que parece "una simpatía hacia ciertas tesis del INDEPENDENTISMO catalán" (que, recuerdo, NO ES toda Cataluña). Una simpatía que le lleva a lo que, a mí al menos, me parecen afirmaciones bastante discutibles. Como la de que "buena parte del resto de los españoles desprecian, insultan continuamente a los catalanes (reviste cualquier hemeroteca, escuche las conversaciones de la calle)". Revisando la hemeroteca de La Vanguardia, el periódico catalán más leído (y con gran diferencia), se puede ver que bárbaros y malhablados los hay EN AMBOS LADOS, no sólo en uno. Por otra parte, los bárbaros y los malhablados son afortunadamente una minoría, aquí y allá; decir que esos insultos y desprecio son cosa de UNA BUENA PARTE DEL RESTO DE ESPAÑA es, ésa sí, una auténtica barbaridad (con perdón), como lo sería decir que son cosa de "una buena parte" de los catalanes (lado del asunto que JLGM sistemáticamente pasa por alto, como si no existiera). Además de que, vuelvo a recordarlo, el independentismo es sólo una parte (no la totalidad) de Cataluña. Y decir que "una amplia mayoría de catalanes ha dicho, sin miedo, lo que pensaban y lo que querían" es poco claro; pero si se refiere, como supongo, a la manifestación del 11-S, La Vanguardia rectificó al día siguiente su información inicial, que cifraba los asistentes a ella en 1.500.000, para atenerse a la estimación, más razonada y prudente, de unas 600.000 personas. Una cifra muy a tener en cuenta, desde luego, pero francamente lejos de que se la pueda considerar "una amplia mayoría". Yo, repito, siento también simpatía hacia Cataluña, donde tengo excelentes amigos; pero mi simpatía por la verdad es todavía mayor. Y en ella no entra, por ejemplo, esa visión de "una buena parte de España" insultando malvadamente a la muy paciente y sufrida Cataluña, por la excelente razón de que semejante manera de ver las cosas tiene más que ver, en mi opinión, con la literatura fantástica.
ResponderEliminar¿Pocos o muchos? Cuando se vote, y será pronto, lo sabremos. Mientras tanto quedémonos con que hay gente sensata en Cataluña y fuera de ella. Y confiemos en ser mayoría.
ResponderEliminarJLGM