domingo, 23 de agosto de 2020

El bazar de las sorpresas: Este placer de alejarse


  
CUESTIÓN DE HIGIENE

En el escaparate de El escribano, una singular tienda leonesa dedicada al arte de la escritura medieval, veo un grabado en el que un escribiente le pregunta a otro: “Escribano, emérito ¿es con hache o sin hache?”. Y la respuesta: “Mejor con ch de chorizo”.
            Qué pronto cambian las connotaciones de las palabras. Basta el caso de un personaje que encima ni siquiera es emérito (aunque así le llamen los periodistas), sino “rey a título honorífico”, para que los profesores universitarios que sí lo son tengan que aguantar sonrisitas y chistes cuando mencionan esa condición.
            Ese señor –por llamarlo de alguna manera-- ha manchado algo más: el nombre del cargo que detentó durante cerca de cuarenta años y el de su país.
            Hermosas palabras a desinfectar: emérito, rey, España.



Plaza del Grano.
La lluvia cae ahora
en otro siglo.

Decimonónica
la lluvia silenciosa
en esta plaza.

Habla en romance
y en sílabas contadas
la lluvia hoy.

Cómo te odiaba
en las tarde de infancia,
amiga lluvia.

Gente que pasa
por mi vida un instante
como esta lluvia.

Calla conmigo.
Deja que el agua diga
lo que no pasa.

La lluvia y tú
que me miras tan triste
desde tan lejos.



MISÁNTROPO EN EL BIERZO

El sigiloso murmullo del río Oza no interrumpe el silencio en el Valle del Silencio, sino que lo acentúa. Peregrino, en una fresca mañana de sol, hasta la cueva de San Genadio, un presunto eremita, hijo o pariente de reyes, que fue obispo de Astorga, fundó varios monasterios, tenía una gran biblioteca y gustaba de jugar al ajedrez.
Ni era un eremita ni oficialmente es santo, aunque se le atribuyan muchos milagros y también el nombre de este valle. Por unos momentos, yo también sueño con hacer vida de eremita. No vivir en una amplia cueva como esta, a la que hoy no le concederían la cédula de habitabilidad, pero sí construirme una diminuta cabaña, camuflada con el paisaje, en las alturas del monte Aquilano, y retirarme allí sin más compañía que la aves y los árboles y el sucederse de las estaciones.
            No me vendría a estas hermosas soledades, al contrario que San Genadio, para estar más cerca de Dios, sino para estar más lejos de mis semejantes. Cada día que pasa los siento menos semejantes. Mis compatriotas –hay excepciones, claro-- me han defraudado ahora tanto como cuando fueron complacidos cómplices de las trapacerías del anterior jefe del Estado.



RETRATOS AL MINUTO

En una librería de viejo, entre saldos sin interés, encuentro un libro de Manuel del Arco, 101 interviús por las buenas, de 1963, y quedo fascinado por esta especie de comedia humana en la que alternan escritores y toreros, actrices y niños prodigios, curas y visitantes ilustres de la España franquista.
Retratos al minuto que acostumbran a dar en el clavo: Montgomery Clift le da la impresión de ser “un mortal cansado de todo”. “¿Ha conocido muchas artistas inteligentes?”, le pregunta. Responde con solo un nombre: Marilyn Monroe. Acababan de rodar Vidas rebeldes, la actriz se suicidaría poco después, el actor cansado de sí mismo llevaba años suicidándose en diferido.
Un libro lleno de gente y de pequeños detalles exactos para reconstruir una época. “¿Qué es lo que ha aprendido en estos dos meses?”, le pregunta a la mallorquina Maruja García Nicolau, reciente Miss Europa. “A saber comportarme como una señorita; antes no estaba en ambiente”.
También aparecen por el libro algunos de los golpistas argelinos, como el capitán Roger de Saivre, diputado de Orán, ex jefe del Gabinete del mariscal Petain. Su respuesta cuando le preguntan por la solución del problema argelino me recuerda a la que muchos daban a finales de 1981: “Mi opinión es la misma que la de toda la población de Argelia, musulmana y cristiana. El pueblo quiere ser francés y no quiere un gobierno sin autoridad. La cuestión de Argelia no es una rebelión contra las instituciones republicanas, pero sí un gesto desesperado contra la idea de separar la patria. La solución es un gobierno de salud pública del general De Gaulle, o de otro, que mantenga la unión definitiva de Argelia y Francia, que permita el progreso social y político”.
Ya sabemos cómo acabó lo de Argelia y cómo acabó la solución Armada contra un gobierno sin autoridad –el de Suárez-- y para mantener la unidad de España. A pesar del impulso soberano, la sobreactuación de Tejero salvó la democracia, o algo que se parecía.



FLORES DE SOLEDAD

Paseo, temprano en la mañana, por el parque Gil y Carrasco de Ponferrada y a la memoria me vienen de inmediato unos versos: “Yo te buscaba orillas de la fuente, / yo te adoraba tímida y gentil, / porque eras melancólica y perdida  /y era perdido y lúgubre mi amor; / y en ti miré el emblema de mi vida / y mi destino, solitaria flor”.
            El encanto y el aroma de una de esas florecillas escondidas a la orilla de un camino tienen la breve obra y la breve vida de Enrique Gil y Carrasco, muerto en Berlín a los treinta años tras haber sido uno de los jóvenes románticos fascinados por la figura de Espronceda. No recuerdo entero ni un solo poema suyo, pero sí versos sueltos que hablan de que “hay belleza en los pesares” y de que a las mentiras de la gloria prefería “las verdades del no ser”.
            Su amigo González Bravo –también protector de Bécquer-- le dio un puesto diplomático en Berlín. Siguió el consejo de Cavafis y antes de llegar a Ítaca se entretuvo todo lo que pudo por el camino. Tardó cuatro meses y paseó sus melancolías por Marsella, Lyon, París, Lille, Bruselas, Gante, Brujas, Ostende, Amberes, Roterdam, La Haya, Ámsterdam, Frankfurt, Hannover, Magdeburgo y Potsdam. Y en Berlín Alexander von Humbolt, el mayor sabio de Europa, le tomó bajo su protección; el rey de Prusia, Federico Guillermo, leyó su novela El señor de Bembibre y le otorgó una condecoración. Muere joven aquel a quien los dioses aman, como decían los clásicos.
            En este parque solitario, a primera hora de la mañana, siento junto a los míos otros pasos amigos.  Y yo le susurro al querido fantasma que ha venido a acompañarme los versos que él le dedicó a Espronceda: “Gloria, entusiasmo, juventud, belleza, / ¿cómo no defendieron tu cabeza / de la guadaña impía? / ¿Qué tengo yo para adornar tu losa, / flores de soledad, llanto del alma, / hiedra que sube oscura y silenciosa / por el gallardo tronco de la palma”.




21 comentarios:

  1. Para saber de la vida apartada es muy recomendable la película “El gran silencio”.

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    1. La vi en su momento y en una sala de cine vacía. Me pareció hermosamente reconfortante.

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  2. ¿Se puede saber qué libros te llevarías a ese lugar?

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  3. Buen sitio para gastarse un pastazo en aburrimiento y calefacción.
    Yo leí "El señor de Bembibre", en su momento, y no me acuerdo de nada. La volveré a leer.
    Vete para Napoles mejor, bajo el volcan

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Hola Ángel, no se si con lo emérito te refieres a mi. No lo merezco. Si no me acuerdo de Gil y Carrasco es que entonces, en mi adolescencia, no me llamo la atención.
    De todas formas intentaré estar a la altura de tan honorífico título.
    La dicotomía naturaleza/cultura es, por no decir falsa, confusa. Proviene de la más rancia teología, impregnada después por la Ilustracion, buen ejemplo es el "Emilio" de J.J. Rousseau; el mito del "buen salvaje", etc.
    Entenderíamos por "cultura", las grandes obras de la música, la literatura, el arte... La naturaleza casi estaría en manos de "hechizeros", o brujas, siempre bajo sospecha.
    Para no alargarme, creo que esta dicotomía ya está superada. Puedes llegar a la selva o al bosque gracias a las letras. A mi me lo enseño Kipling primero, y Ernst Junger después (no se donde esta la diéresis aqui).
    Sin más, buen día y un saludo.

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  7. Disculpa Ángel, ya se a quien te refieres por "emerito".
    De todas formas, el anterior comentario no está de más
    Saludos

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  8. Rotas están las cuerdas de mi lira,
    no quiero más fantasmas de placer:
    que del vivir las glorias son mentira,
    nás valen las verdades del no ser.

    (Gil y Carrasco)

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  9. Bueno, no escribe nadie, escribo yo, si JLGM me lo permite.
    No se si seguisteis la serie de Miguel Silvestre, en la 2 de tve, sobre aquella moto, "la gorda", que más parecía un tanque de gasolina. Cruzando todas las repúblicas caucásicas.
    Estaba bien, a mi me hacía gracia. Aquellas carreteras eternas, rectas, llenas de baches y camiones. Con los problemas de pasaporte y cambio.
    Viene a cuento porque no siempre la aventura y la naturaleza son amables.
    Estando en Pola de Somiedo, daba paseos, largos, cuando el tiempo lo permitía. Es una maravilla, ves a las afanosas ardillas, en los primeros días de octubre, recolectando frutos.
    Habia un perro en el pueblo, que se junto a mi, cuando salía a pasear. Me seguía durante kms. Era viejo y estaba lleno de arañazos. Yo no sabía si buscaba mi protección o me protegía a mi, o ambas cosas.
    Pregunte a los vecinos porque estaba tan magullado. Se había peleado con un jabalí.
    En fin, sensaciones y amigos que en la ciudad no encuentras

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  10. No he de callar por más que con el dedo,
    ya tocando la boca o ya la frente,
    silencio avises o amenazas miedo.

    ¿No ha de haber un espíritu valiente?
    ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
    ¿Nunca se ha de decir lo que siente?

    EL FASCISMO QUE VIENE
    Por medio de una dictadura sanitaria y educativa, se elimina cualquier discrepancia.
    Escucho las noticias, expedientan a los médicos "negacionistas". ¿Por discrepar?
    Esto es peor que la peor pesadilla.
    Más lejos que Napoles me voy a ir yo. No hace falta que me echen.
    Un saludo

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  11. Con esto, no quiero decir que comulgue con Miguel Silvestre, que colaboro en La Nueva España. Nada más que me gustaban sus aventuras en moto.

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  12. No es mal destino Nápoles para un exilio, de ningún modo, aunque le disputan mucho la prerrogativa Palermo y Atenas. En "ambos tres" sitios se podría vivir una vida antigua, serena y soterrada.

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  13. Pero criatura, ¿cómo no van a expedientar a los médicos negacionistas? Suponte que vas a urgencias con un fémur fracturado y te dice el de turno que él es un "negacionista de las fracturas". También expedientan a los arquitectos negacionistas del cemento, que sostienen que los edificios se sostienen sólo con arena. Y a los negacionistas de la limpieza que te venden la botella de leche con moscas dentro.

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  14. TOUR DE FORCE

    No llevo plano ni pregunto a nadie.
    Me las sé de memoria. Ni Abbey Road
    ni la mirada de ningún turista
    hacen el poema, sino tú cuando pasas.
    Ni la Quinta Avenida: tacón va y tacón viene
    por los escaparates donde me dices «¡Mira!».
    (Tus pechos regalados, a estrenar,
    la lana puntiaguda del jersey,
    son un recuerdo de lo que aún no existe).
    Ni la Via Veneto ni el portón de un palacio
    ni la aldaba del sol —¡pum, pum!— saben que gritas
    llamándome «¡Alessandro!, ¡Alessandro!, ¡Alessandro!»,
    como diciéndome, mejor dicho, diciéndome
    —travesura infantil, burla inocente—
    «¿Qué? ¿Me atrevía o no? Quererte es un escándalo».
    Ni los Campos Elíseos: mírame bien las gafas
    —mueves con picardía las pestañas— con nieve,
    y tu risa más blanca que tu mano...
    Ni las Ramblas de noche: «La luna, algo obscena,
    bajo la lencería de los árboles»,
    me dices y bromeas —ay— con tu pintaúñas:
    los dedos como gajos de naranja.
    «Un decálogo del amor platónico».
    No me voy a mentir.
    _____________________Cuántas veces la vida,
    no sé si te has fijado, trabada en nuestras manos,
    en silencio o felices, quién sabe de qué modo,
    nos pone a ti y a mí por estas calles
    que no pisaron nunca, nunca, nunca,
    nuestros pasos diciéndoselo todo.

    Pero todas me hablan de lo mismo:
    ___________________________________de ti.

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  15. Me ha bloqueado este Matin. Bueno esta en su derecho. De todas formas, Ander, la comparación entre el covid19 y la fractura de fémur, no me vale.
    La gente no se muere de covid19, sino generalmente de neumonía o pulmonía, cosa que ningún médico niega.
    Lo que se critica son las formas de atacar la pandemia, y ahí cualquier doctor puede decir lo que quiera.

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  16. Pongo un ejemplo, me llega la noticia de que en Asturias los alumnos no empiezan hasta finales de septiembre.
    Yo el día 1 tengo que estar allí. Nos harán PCR a todos los docentes.
    ¿Acaso piensan que las cosas van a cambiar en 15 días? Están perjudicando, desde el estado de alarma, a los más necesitados: niños y ancianos.
    He hablado con el sindicato, van a llover denuncias.

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