domingo, 18 de septiembre de 2016

Sin trampa ni cartón: Confesiones inconfesables


Sábado, 10 de septiembre
LA MITAD DE MI VIDA

He pasado la mitad de mi vida buscando pareja y la otra mitad tratando de escapar de ella en cuanto la encontraba.

Domingo, 11 de septiembre
UNA PARADOJA

“Algunos psiconalistas –leo en un libro de Pierre Bayard– han hecho hincapié en la profunda ambivalencia que mantenemos con quienes nos ayudan, a veces hasta el extremo incomprensible de llegar a odiarlos. Una paradoja que no sorprende a quienes están familiarizados con la vida inconsciente. Contraer deudas con otro nos remite a situaciones infantiles de dependencia y nos recuerda la impotencia de la infancia, que tratamos de olvidar en nuestra vida adulta”.
            Quizá por eso, para evitar odios futuros, yo procuro no hacer favores a nadie. Salvo que me divierta hacerlos, porque entonces el favor me lo hago a mí mismo.
            El más beneficiado en un intercambio de favores suele ser el que lo da, no el que lo recibe.
            Hacer favores es un placer por que el que nunca nos mostraremos suficientemente agradecidos; necesitar el favor ajeno, una humillación involuntaria que debemos aprender a perdonar.


Lunes, 12 de septiembre
LAS NOVIAS DE CARLOS BOUSOÑO

Una frase que estoy harto de oír y que me irrita un poco: “No se puede discutir contigo”. Reconozco que discutir me gusta tanto como jugar al ajedrez y que en un caso y otro pongo todo mi esfuerzo en ganar la partida. Pero siempre respetando las reglas y sin hacer trampas. De lo contrario, ¿qué mérito tendría la vistoria? Y pongo mucho cuidado en no debatir sobre cuestiones opinables, en las que cada uno tiene su parecer. Solo polemizo cuando existen datos objetivos y argumentos lógicos para confirmar o desmentir una afirmación.
            Comento con mi amigo Abelardo Linares, en una de esas interminables llamadas telefónicas suyas que tanto me divierten, un artículo de Ruth Bousoño, “abogada del ICAM, filóloga y letrada del Tribunad de la Rota”, como figura tras su nombre (no vaya a creer alguien que es solo la viuda de un escritor). Lamenta en él que una reciente biografía de Aleixandre, La memoria de un hombre está en sus besos, de Emilio Calderón, haya dado una imagen deformada de la sexualidad de su marido y que ese hecho haya recibido en los medios un tratamiento propio de los programas de cotilleo de la televisión. Le digo que ese artículo es un ejemplo de error argumentativo y que demuestra exactamente lo contrario de lo que pretende;  él, como de costumbre, no está de acuerdo. Me froto las manos. Será una victoria fácil.
            –-Vamos a ver, Abelardo, el artículo se titula “La imagen deformada de la sexualidad de Bousoño” (La Nueva España, 31 agosto 2016). Y uno de sus párrafos dice así: “Los que han armado ese circo esperpéntico alrededor de un hombre de la talla intelectual y moral de Carlos Bousoño parecen desconocer –o hacen como si no lo supieran– que la trayectoria heterosexual intensa e ininterrumpida de Carlos Bousoño es conocida de todos los que lo trataron. Y hay pruebas contundentes en su extraordinario archivo personal de ello: cartas y fotos muy explícitas, de muchísimas de las novias y amantes que tuvo a lo largo de toda su vida, desde los diez años”.  Y no se conforma con eso. Enumera minuciosamente esas novias (el catálogo mozartiano de las “mille e tre” se queda corto), a muchas de las cuales conoció personalmente: el poeta las invitaba a cenar con él y con Ruth.
            ––¿Y qué hay de extraño en ello? Eran relaciones anteriores a su matrimonio.
            ––Cierto, nada agrada más a un marido que el que su mujer invite a comer a su antiguo novio, o a una mujer encontrarse a su pareja tomando una copas amigablemente con su exmujer.
            ––¡Que sabrás tú de parejas si, que se sepa, nunca has tenido ninguna!
            ––No es mi vida privada la que está en cuestión, sino la de Carlos Bousoño que su viuda se ha encargado de airear en página y media de un periódico más impúdicamente que las novietas de este o aquel famosillo en ningún programa de cotilleo. Pero toda esa heterosexualidad “variada e intensa” no desmiente las primicias documentales de Emilio Calderón: unas cartas de amor entre Vicente Aleixandre y Carlos Bousoño que, si ahora se hacen públicas, es porque antes Ruth Bousoño las aportó a un pleito en el que se disputaba la herencia del premio Nobel para confirmar la estrecha relación entre ambos. Afirma que esas cartas son propiedad de ella y de sus hijos, y tiene toda la razón, pero fue ella quien las dio a conocer en sede judicial por razones económicas y son cartas que no dejan ningún lugar a dudas. Bousoño fue uno de los grandes amores de Aleixandre y Aleixandre uno de los grandes amores de Bousoño. Una historia de amor siempre es hermosa y en nada hace desmerecer a sus protagonistas. Nada impide que ambos pudieran vivir otras historias (en la mayor parte de las vidas, por cortas que sean, caben varios amores eternos), con hombres o con mujeres. Pero la retahila de novias que Aleixandre le recita de vez en cuando a José Luis Cano en sus cartas y en los Cuadernos de Velintonia resulta más que sospechosa (no queda prueba documental de ninguna de ellas); tanto como el catálogo de las “mille e tre” conquistas de Bousoño que enumera su viuda en el artículo citado, que sirve así para llevarnos a suponer exactamente lo contrario de lo que ella pretendía. No habría bisexualidad: las novias eran solo escudo y escaparate.
            –-Lo que importa es la obra, la vida privada no debería importarnos.
            ––Pues a su viuda le importa mucho airearla. Cualquier día hasta es capaz de dar a conocer esas fotos muy explícitas a las que alude. A la obra no deberían afectarla estas revelaciones. Pero afectan de alguna manera. La cobardía vital, la continua y deliberada impostura no salen gratis. Recuerda los versos de Cernuda: “Pero el aplauso humano tú nunca lo buscaste  / y menos cuando fuera su precio una mentira”.
            ––No estoy de acuerdo con nada de los que dices. Bousoño tuvo muchas novias y su viuda hace bien en recordárnoslo, frente a ciertos biógrafos desinformados. Pero tú te empeñas, como siempre, en llevar la contraria. No se puede discutir contigo.
            Después de un rato más de vapulear dialécticamente al paciente Abelardo, que se empeña en defender lo indefendible, cuelgo el teléfono con una sonrisa. Pero al rato siento un poco de mala conciencia. De Bousoño, a quien conocí personalmente y con quien me escribí durante un tiempo, aprendí mucho. Y no fui nada agradecido con él: al maestro, cuchillada. Pero al menos no he contribuido a su desprestigio actual. Sospecho que Ruth Bousoño no podría decir lo mismo.


Martes, 13 de septiembre
ORGULLO SIN GLORIA

Siempre me hace ilusiòn la primera clase de cada curso, siempre me alegra el día. Luego las cosas no salen a menudo como uno había planeado. No consigues conectar con los alumnos, tienes la sensación de hablar en otro idioma, piensas que no estás haciendo bien tu trabajo. Pero nada de ello empaña el regalo de ese momento en que abres por primera vez la puerta del aula, te acercas a la mesa, miras las caras expectantes de los alumnos y sabes que un poco gracias a ti serán mejores que tú y que ninguna de las grandes creaciones de la humanidad –desde la obra de Shakespeare hasta las últimas teorías sobre el origen del universo– habría sido posible sin la labor paciente y anónima de gente como tú, aunque también cometieran errors en su trabajo. Por un momento, al abrir la puerta del aula, al comenzar a hablar, te sientes orgulloso de formar parte de ese heterogéneo colectivo, tan menospreciado a veces, de los profesores.

Miércoles, 14 de septiembre
ACERCA DEL ÉXITO

“Si no te hubieras dedicado a la crítica, o si hubieras sido un crítico más amable, menos Martín y más Morante Martín, habrías tenido mayor éxito como poeta”, me dicen de vez en cuando los amigos.
            Yo no sé si tengo como poeta menos éxito del que merezco (no faltará quien piense que tengo más, por poco que sea). Lo que sí sé es que tengo todo el que necesito. E incluso podría vivir perfectamente con menos.
            A Carlos Edmundo de Ory le horrorizaba haber escrito una obra maestra (o eso creía él) y vivir desconocido. A mí me parece la mejor manera de vivir. Para conseguirlo ya solo me falta escribir una obra maestra.



Jueves, 15 de septiembre
OTRA PARADOJA

¿Hay algo más políticamente correcto que la expresión “políticamente no correcto”? Un escritor ha arremetido con reiterada contundencia contra los homosexuales, contra los inmigrantes, contra las mujeres, contra la literatura actual (en conjunto, sin más excepción que algún mediocre amigo), contra el islam; ha declarado que la prohibición de fumar en los locales públicos es un atentado a las libertades individuales más grave aún que las leyes antisemitas de los nazis. Pero en lugar de calificársele como homófobo, racista, desinformado, proclive al ofensivo disparate, se dice de él que era “políticamente no correcto”. Un eufemismo muy “políticamente correcto”.

Viernes, 16 de septiembre
SALVO A MÍ MISMO

A veces pienso que si yo nunca he sido capaz de odiar de verdad a nadie es porque nunca he sido capaz de amar de verdad a nadie.






25 comentarios:

  1. Los lectores agradecemos que escribas con inteligencia y sinceridad. No se puede discutir contigo porque se puede hablar contigo.

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  2. Prefiero su tono sarcástico y soberbio al tono pelota de José Luis Morante, quien mendiga la aprobación constante. Un placer leerle, aunque a veces le estrangularía, Sr. García Martín.

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    1. Desconozco a qué tono pelota te refieres, innominado amigo; solo leo, leo y leo, desde hace treinta años y comento a mi modo lo que leo; no sé si eso es tono pelota o tono lúcido y repleto de argumentos incuestionables como el tuyo. No sé hacerlo mejor, pero seguro que de ti aprenderé muchísimo siempre. Un saludo cordial desde Rivas.

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    2. Los anónimos son así, amigo Morante. No lo tomes demasiado en serio. A mí me llama soberbio y sarcástico (sospecho que no se equivoca mucho) y dices que a veces tiene ganas de estrangularme, lo que ya me gusta menos.No te tomes demasiado a pecho estas observaciones.

      JLGM

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  3. Supongo que el mismo impulso exploratorio y descubridor que ha llevado a los humanos a dar con nuevos continentes, con remotos fondos oceánicos y con recónditas cimas veladas por la niebla les conduce también a explorar apasionadamente los cuerpos y las almas de las personas cercanas. Cuando una relación ya establecida se hace demasiado excluyente, se convierte en obstáculo para seguir descubriendo y explorando, y de ahí puede surgir el deseo de deshacerse de ella. Creo que se trata de una inquietud muy frecuente y, desde luego, me ha sonado familiar en cuanto he leído lo que Martín dice de ella. Lo que quizás no sea tan frecuente es encontrar la decisión, el valor, o la vía libre para la huida, eludiendo (o evitando levantar) tantos posibles obstáculos: miedo, dependencias, ataduras sociales o económicas...

    En cuanto a las clasificaciones y definiciones de la sexualidad (homo, hetero, bi, tri, tetra), la de Bousoño o la de quien sea, casi siempre me han parecido artificiales y ficticias. Lo que observo es una capacidad genérica, indiferenciada, de gozar del propio cuerpo y de los ajenos, que luego las circunstancias y la "educación" (?) van dirigiendo y moldeando.

    Climaco Acosta

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    1. Lo triste --era otra época-- es tener que andar exhibiendo novias para que no piensen mal de uno.

      JLGM

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  4. La pretendida y tan elogiada (r)evolución sexual en España queda en evidencia al comprobar la importancia que se le sigue dando al tema de la homosexualidad: que se escriba tanto sobre asuntos -como este que les ocupa- que debieran quedar en la penumbra, lo parece demostrar: demasiada caspa en el suelo de esta barbería.
    Y sobre que solo polemizas "cuando existen datos objetivos y argumentos lógicos para confirmar o desmentir una afirmación"..., ni te da ni te quita lustre alguno, buen Martín, porque precisamente si esos datos objetivos fuesen interpretados por ti de manera sesgada y a contracorriente de esa Razón que dices tener en una peana en tu apartamento (¿de Avilés?), pondrían en mayor evidencia que te faltaba aquella. Precisamente es más grave errar cuando existe "datos objetivos" y nos ciscamos en ellos con tal de aparentar que tenemos razón. Y eso pasaba. a veces, cuando se te ocurría comentar este esperpéntico drama nacional, digno del aguafuerte más corrosivo de Goya.
    Tus apuestas por el bizarro borbón y una casi incondicionalidad para con un partido agónico que vive sus peores horas -y no solo por las insidias de la ultraderecha patria sino a consecuencia de sus corruptelas y abandonos- no es como para ufanarse de clarividencia full time.
    Al expulsar de la opinión el tema de la política (qué noble es esta palabra) hace que no participes de la epopeya que se está escribiendo ante tus narices y de la que, voluntariamente, te has apartado. Era tiempo de compromiso de los buenos, no de hablar del sexo de los ángeles (o de los Carlos, o de los Vicentes, o...).
    Salute y compromiso, que nos brean.

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    1. Tonterías, Z. Y persona que sea tan directo: soy español y un poco bruto. Que yo no hable de política en mi diario (como no hablo de tantas otras cosas: escribir es elegir) no significa que me desentienda de lo que está pasando y que no haga lo posible, dentro de mis escasas posibilidades, para que no caigamos en la trampa de sostener a Rajoy. Si va a seguir gobernando que sea porque le apoyan los suyos, no por acción u omisión los contrarios.
      Y si crees que lo que se debate en mi anotación es la sexualidad de este o de aquel, no te has enterado de nada. Se combaten las mentiras: uno puede callar en ciertos temas (que a fin de cuentas no interesan a los demás), pero si miente sobre el asunto se arriesga a ser desmentido.

      JLGM

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    2. No me he expresado bien... No era una crítica al tratamiento que le das al affaire Bousoño (que me parece adecuado, correcto), sino a ciertas conductas y opiniones que se dieron referidas a él en ciertos círculos (y no precisamente de PODEMOS). La caspa no blanquea este blog tuyo, a Dios gracias.
      Lo de la política, mero tirón de la lengua a ver si desembuchabas. Ya sabes...

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  5. Lo que parece decir Climaco Acosta es que a todos nos puede gustar de todo, pero no es así. Hay personas que tenemos clara nuestra orientación: quien escribe este comentario, por naturaleza, que no por circunstancias ni por "educación", no podría disfrutar del cuerpo de un hombre. Eso se descubre en la infancia.
    En cuanto al tema de Bousoño, lo triste, en mi opinión, no es sólo andar exhibiendo novias (cuestión que desconozco y que no quiero conocer), sino hablar tanto de ello los demás, encima después de él haberse muerto. Es decir, que tu comportamiento al respecto, Martín, es tan de otra época como el hecho de andar exhibiendo novias. A la gente verdaderamente moderna no le interesa cotillear sobre las preferencias sexuales de cada cual. Así que quizá debiéramos plantearnos, en lugar de creernos a la última, en qué época vivimos realmente, porque hoy en día es el cotilleo, más que nunca, lo que está a la vanguardia.

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    1. Completamente de acuerdo con el primer párrafo: en materia sexual no se trata de que a todos nos guste todo, sino de que todos respetemos los gustos de todos (siempre que no hagan daño a nadie).
      En el segundo párrafo, no puedo estar más en desacuerdo. Si una persona habla en público de un tema (y ampliamente, en página y media de un diario), cualquiera puede replicar. Sobre todos los personajes destacados se escriben biografías y ninguna biografía deja de lado su historia amorosa (se trate de Napoleón o de Lord Byron). ¿Es eso chismografía? íues muy bien. Otros lo llaman curiosidad intelectual. A mí me importan las personas y me reservo el derecho de desmentir a un biógrafo cuando tengo, o creo tener, motivos para ello. Y acepto ser desmentido con razones, no con prejuicios.

      JLGM

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    2. Mi primer comentario no tenía ninguna pretensión de dogma. Se trataba más bien de una afirmación de base empírica, pues he conocido algunas personas no estrictamente definidas en materia de inclinaciones eróticas que, con motivo de un viaje, de una reclusión voluntaria, de una estancia en otro país, o de un contratiempo emocional, han modificado su comportamiento sexual o lo han "diversificado".

      Admito sin ningún esfuerzo que otros estén nítidamente definidos en este aspecto de su conducta, pero también parece algo dogmático presuponer que ninguna circunstancia imaginable pudiera alterarla.

      Es cierto que hemos vivido en este país décadas de descomunal impostura en que había que fingir para sobrevivir. En muchos ámbitos. Lo singular y terrible es que los herederos ideológicos de quienes ejercieron aquel terror mantengan aún tanto poder. Que aspiren todavía, por ejemplo, a enviar a la cárcel a las mujeres que no se pliegan a sus concepciones medievales sobre... la concepción.

      Climaco Acosta

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    3. Totalmente de acuerdo. Algunos cambian de orientación sexual, pero mi impresión es que la mayoría la mantienen de la cuna a la sepultura (y tan respetable es un caso como el otro).

      JLGM

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  6. Lo de la diversificación sexual gracias a los viajes es una interesante hipótesis, releeré las memorias de Miguel de la Quadra Salcedo en busca de algún dato objetivo;aunque es verdad que viajar-dicen- abre la mente.
    Es una lástima que siga escandalizando la condición sexual mientras la violencia, física o verbal, hace sonreír al espectador.
    Evidentemente no hay que pensar que esto ocurra, sólo y principalmente, en el país de la "epopeya" en marcha –y no es la Mongolia de Chinghis Jaan, o Gengis Khan-, pues el prejuicio se expande como el esperanto y la pólvora y no conoce fronteras ; aunque,obviamente, de ser desdeñado a lapidado va un grado.
    El intento de la viuda es triste al querer rehabilitar no tanto la memoria del finado como la imagen propia de cara al gusto de cierta venerable y académica sociedad, esa que cuando viene de paso una hispanista extranjera la llevan a tomar calamares mientras les llenan la cabeza con la magnífica españolidad de don Quijote y don Juan. Me temo que la señora de Bousoño no ha viajado tanto como Agatha Christie y quizás haya podido tener algún contratiempo emocional.
    Por último queda por saber en cuántas manos caerá ese romántico libro, cuyo máximo interés consiste en saber si se amaban de verdad y se decían cosas como Carlos y Camila de Inglaterra-vaya un hurra por la realeza- o si lo hacían a golpe de poema y estilo, es decir, de cara a su íntima y retórica galería.
    Doy la bienvenida a F. , el anacoluto es ese contratiempo que surge al querer contar el mundo con la exhaustiva mirada del cronista de indias.

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    1. El libro de Emilio Calderón, que yo he reseñado, se ocupa de bastantes cosas más que de la relación entre los dos poetas citados.

      JLGM

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    2. Lo primero, compañero Anacolutus, felicitar(me)te porque la labor de zapa de este cronista de Indias haya rendido sus frutos: tu prosa luce hoy pulcra y desenguedeyada. Felicidades.
      A perseverar.

      PS.- Mira, anacoluto es aquello en que incurría Cantinflas cuando trataba de explicar algo y las ideas (generalmente con un puntín de enfado) se le colapsaban y no lograba mantener el hilo hasta el final:
      "Pos, señor juez, a poco que el abogado de la otra parte dise que el maloso este tan grandote es inosente...; si se le encontraron las huellas vegetales en el arma homisida...Ay, nooo...Pos qué, si el güevón, como quien dise, va y se viene como si la cosa no fuera con él y nos trata de meros mensos..., pos que así ni moooodo. Hombre, no hay dereeeeeecho..."

      Salud, compañero.

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    3. Claro, hombre, el lenguaje hablado es de natural anacolútico salvo para los que hablan como un libro abierto, que no son pocos pero sí bienaventurados.Sin embargo,al lumpenproletariado escriturero,el cuadradito de "comentario" nos permite garabatear, sólo,como el tallador rumano apostado en un semáforo; o más bien,acoplar o hacer palpaciones con ese nuestro flujo de pensamiento-es un decir-, y al hacerlo, como tampoco lo damos a la imprenta, nos queda a veces como Cantinflas, otras como Herrero de MIñón y las más como un guiñapo.Lo importante es pasarla bien.En cualquier caso, además de por la monarquía , la psicoesfera y los roces vaya mi brindis por el gran cómico mejicano, ese coherentísimo incoherente, como el gallo Claudio, otra alma anacolútica y cándida-y de la que no sabría decir si era gallo,gallina, o todos sus contrarios-.Salud!

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  7. El artículo de la viuda de Bousoño me hizo llorar de risa literalmente. Me recordó a Paca de Carmona, personaje de Martes y Trece, cuando decía: "¿Tú qué quiere, hundimme o sacamme a relusí?".

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    1. jajaja no me lo perderé, José Luis.

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    2. La verdad es que se sale totalmente del tiesto. Se ve que no está acostumbrada a leer críticas equilibradas, con las cosas buenas y las cosas malas. Que tribuna tan desaprovechada.

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  8. "Yo contengo multitudes".- Walt Whitman
    Cualquiera un poco sensato sabe que su YO de hace 5, 10, 20 años no tiene nada que ver con su YO actual. El YO no existe, salvo como instantánea. No te puedes bañar dos veces en el mismo río y no te puedes topar dos veces con el mismo YO.
    Hipostasiar la tendencia sexual de uno o una es como hipostasiar el YO. Congelarlo, petrificarlo, hacerlo rígido y perpetuo. Qué disparate. Clasificar las orientaciones como homosexuales o heterosexuales es de una tosquedad mostrenca y de un primitivismo narcotizante. No atraen "machos" o "hembras". Atraen ACCIONES. Ciertas palpaciones, determinados acoplamientos, roces o intercambios precisos. Excita presenciar la excitación del otro o de la otra. Todo lo que se dice sobre estas materias está mixtificado por concepciones bíblicas, judaicas, añejas, de un directivismo desvergonzado, asimilado sin rigor por la gente acrítica. Usado para clasificar, dividir, estigmatizar y castigar. Los pueblos más sabios han sido los griegos y romanos de la antigüedad. Por algo descubrieron TAMBIÉN la geometría.
    Salud y República. -LuxAeterna-

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  9. Pues no es cierto, Luz Eterna. Hay hombres a los que les gustan las mujeres y solo las mujeres y mujeres a las que le gustan las mujeres y solo las mujeres. Y hombres a los que les gustan solo los hombres (aunque en otro tiempo se vieran obligados a fingir otra cosa). Y aquellos a quienes les gustan ambas cosas. El mundo es muy variado, pero estadísticamente esas diversas preferencias no se dan por igual. Y en esto nada tiene que ver la tradición judaica o cristiana. Pero una orientación sea más frecuente que otra, no quiere decir que sea más "normal" o más "natural".

    JLGM

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  10. En Efesto: no se vaya a pasar uno de rosca con eso que todo depende de la coyuntura (aunque casi siempre se trate de eso mismo). Que la homosexualidad es una variable de las opciones sexuales, tan "normal" como las otras, es algo que debiera convenir cualquier persona evolucionada. Pero también que es minoritaria. No hace falta recurrir a la estadística para concluir que la gran mayoría de las personas optan sexualmente por alguien del otro sexo.
    La condición sexual de cada quisque viene, en muchos casos, determinada al nacer. Todos conocemos casos de niños que desde su más tierna edad fueron "distintos" y casi siempre preocuparon mucho a los papás, tan tradicionales ellos. Niños que pudieron desarrollar en plenitud todas las demás facultades intelectuales y corporales. Llama la atención la cantidad de artistas que pertenecen al partido que nos ocupa, como si cierta genialidad y finura de intelecto fuese ligada a tal condición homosexual. Y también existen bujarrones intratables, claro está...
    Creo poco en la capacidad de modelar la pulsión sexual que tiene el medio ambiente; los casos de intercambio homosexual tan frecuentes entre reclusos (tampoco es lo habitual es esas circunstancia) o entre las comunidades cerradas del mismo sexo (conventos, seminarios), parece ser que cesan en cuanto se sale a vivir entre el común de la gente. Que el factor cultural influye en algunos casos parece confirmarlo lo que sabemos de los griegos (que dan nombre a una de las variantes de actividad heterosexual (?) más en boga... al parecer). He leído cosas tan curiosas como que una parte importante de los homosexuales tienen el dedo anular tan o más largo que el medio..., lo que establecería una diferenciación incluso orgánica, física. Y queda el asunto de los escarceos adolescentes, la busca de la identidad -en esto como en tantas cosas-, que no deja de ser eso... Ya se ve que el tema da para mucho.

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  11. Nunca creí que una tertulia dizque literaria en clave «Sálvame» pudiera ser divertida. Ahora, tras leer el primer tranco del Post y los comentarios que de él y, sólo de él, cuelgan, tengo que reconocer que estaba en lo cierto: es mucho más que divertida, desternillante. Y también ilustradora de lo mucho que se parece la condición humana en todas partes. Por lo demás, comentarios como el de Piquero o la cita de Cantinflas deberían figurar en letra bastardilla en algún rincón del blog. Saludos cordiales.

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  12. Don Alfredo parece hablar con lengua de serpiente; es tan sinuoso en el palique que uno no sabe si le elogia o le mienta los muertos.
    A participar, si tanto mola.

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