Sábado, 5 de septiembre
ME BASTA CON POCO
––¿Sabes por qué acaban enfadándose contigo todos tus amigos?
Como supongo que
se trata de una pregunta retórica, no respondo nada. Antes me ha preguntado, al
encontrarme cerca del Campillín, si vengo de la librería de Valdés. Le he dicho
que ya no voy por allí
––Porque la
amistad es una relación entre iguales y tú lo que buscas es alguien que te
admire, te ría las gracias y que no te lleve nunca la contraria, aunque tú se
la lleves a él continuamente.
––Pues ahora que
lo dices... Pero la verdad es que a mí, que me conformo con poco, para
encontrarme a gusto con una persona, me basta con la primera de esas tres
condiciones.
Domingo, 6 de septiembre
EL MAYOR DE LOS MILAGROS
Como todo lo convierto en rutina, ahora he añadido un libro
a la película de los domingos. Antes de Un
día perfecto, de Fernando León de Aranoa, le toca el turno a Complosphère, de Raphaël Josset, que
lleva el subtítulo de “L’esprit conspirationniste à l’ère des réseaux”. Las
teorías conspirativas, en la era de las Redes, gozan de buena salud, como todo
el mundo sabe. Josset se remonta más atrás y habla de la conspiración de los
Illuminaten contra el oscurantismo y de los masones y del Protocolo de los
Sabios de Sion y de las sectas satánicas y de Aleister Crowley, el viejo amigo
de Pessoa al que ciertos cantantes de rock pusieron de moda.
Interntet
no cambia nada, solo ayuda a la difusión instantánea de las paranoias, y a su
temprano olvido, sustituidas por otras. Cuenta Josset que, a propósito del
atentado a la revista Charlie Hebdo, se
habló de la implicación de los servicios secretos franceses, de órdenes venidas
de Washington, de manchas de sangre que no
se correspondían con el impacto de las balas, de fotos trucadas…
Pero esas
hipótesis, tan provechosas para la literatura y el cine, solo llegan a los
periódicos serios cuando se cruza la pasión política. Es lo que ocurrió con la
muerte del fiscal argentino Nisman, utilizada como arma arrojadiza contra el
gobierno de Cristina Fernández. Todavía periódicos como Clarín y El País siguen
sacando a relucir en sus titulares nuevas pruebas que confirmarían el
asesinato, pero basta leer sus propias informaciones para darse cuenta de que
no son tales. Apareció en su cuarto de baño, recostado contra la puerta, muerto
con un disparo de la pistola que le había prestado un día antes su asistente y
amigo Diego Lagomarsino (que tenía acceso, por cierto, a las cuentas
clandestinas en el extranjero del fiscal), nadie forzó las puertas ni las
ventanas del piso, el portero no vio subir a nadie extraño, las cámaras de
seguridad no recogieron nada, el informe acusatorio contra la Presidente,
supuesta razón del asesinato, no había sido destruido… Y sin embargo hasta mi
amigo el poeta Pablo Anadón da pábulo a la teoría del crimen de Estado.
Como “un
animal absurdo que necesita lógica” definió Antonio Machado al ser humano. No
sé si esa definición vale para todos, yo creo que su característica es más bien
la alergia al pensamiento racional. Por eso, que exista la ciencia y no todo
sea religión y magia me parece el mayor de los milagros.
Lunes, 7 de septiembre
POR QUÉ SOY TAN INMODESTO
La modestia, si es verdadera, nunca se nota; todo lo demás
es falsa modestia.
Martes, de septiembre
TEMO ACABAR COMO ELLOS
¿La pasión política nos vuelve enteramente idiotas? Como yo
soy más apasionada que nadie y tengo ideas muy firmes sobre determinados
asuntos controvertidos, temo estar incurriendo, sin darme cuenta, en ello.
Pero por
mucho que la pasión política me ciegue el entendimiento, no creo que llegue
nunca al extremo de los editorialistas de mi periódico favorito, El País.
En respuesta
a un artículo de Felipe González, publicó el pasado domingo otro firmado por
Artus Mas y algunos destacados catalanistas. Temiendo, sin duda, que sus lectores
se dejaran convencer, lo demonizó con un editorial en el que afirmaba, entre
otras lindezas, que “su argumentación –que reproducimos literalmente– no resiste
el más ligero análisis razonado o una crítica literaria por benévola que sea”.
Curioso que
nos indique que un artículo de réplica a otro “lo reproduce literalmente”;
suponíamos que era su obligación. Pasemos lo de que “su argumentación no
resiste el más ligero análisis razonado” (yo pensé lo mismo de la de González),
pero lo de que tampoco resiste “una crítica literaria por benévola que sea”,
eso ya se le atraganta a cualquier lector por benévolo y patriota que sea.
No a Pedro
Álvarez de Miranda, madrileño, de quien hoy se publica una carta al director.
Da por sentado los incumplimientos anteriores y añade que tampoco cumple “la
mínima corrección (cuando no calidad) lingüística”, ya que contiene “tres
gruesos errores de acentuación”.
Esos
errores (“ésta búsqueda”, “naturalídad”) antes solían llamarse erratas y se
achacaban al periódico (cada vez ahorran más en correctores), pero ahora parece
que sirven para deslegitimar ideas políticas.
Me aterra
pensar que algún día pueda yo acabar disparatando obsesivamente como el anónimo
editorialista o como el benemérito lector que lo apoya. Claro que a lo mejor ya
he acabado así, como piensa la única lectora fiel que tengo en Cataluña, mi
admirada Rosa Navarro Durán.
Miércoles, 9 de septiembre
LOS PASOS CONTADOS
Soy una de esas personas (seguro que psicólogos y psiquiatras
tienen algo que decir al respecto) a las que les gusta contarlo todo: el número
de escalones que hay hasta el cuarto piso en que vivo, el número de pasos,
siempre el mismo número de pasos, que llevan desde mi casa hasta las Salesas,
donde tomo un café cada mañana, o hasta la librería en que suelo comprar un
libro cada tarde.
Por eso, lo
primero que pienso al entrar en clase esta primera mañana del nuevo curso es en
el número de veces que he repetido en mi vida ese acto, en apariencia trivial,
pero para mí siempre emocionante. No son muchas: exactamente cuarenta y cuatro.
Pero las que me
quedan son todavía menos: solo cuatro, y eso en el mejor de los casos.
El reencuentro
con los alumnos se nubla de melancolía: “Si para todo hay término y hay tasa /
y última vez y nunca más y olvido, ¿quién nos dirán de quién, en esta casa, /
sin saberlo nos hemos despedido?”
Jueves, 10 de septiembre
EN MI RINCÓN DE TRABAJO
“¿Cuál es su lugar de trabajo favorito?”, me preguntan en una de
esas entrevistas que luego no aparecen en ninguna parte.
Primero tengo que
decidir cuál es mi trabajo, que no lo tengo muy claro. Suponiendo que sea
escribir, tengo un lugar preferido para la mañana y otro para las tardes. El de
la mañana es en casa, en lo que yo llamo la biblioteca (aunque toda la casa
está llena de libros y más que una biblioteca parece una librería de viejo).
Tras el desayuno, enciendo el ordenador y escribo más o menos durante una hora
todos los días, antes de ir a clase si tengo clase. Por las tardes, mi
escritorio está en Il caffè di Roma del
centro comercial Los prados (en él tecleo ahora estas líneas, tras haber
pergeñado un posible poema). Me gusta esta esquina extrema de la cristalera, este
no estar ni dentro de un local ni al aire libre; no me importan las
conversaciones ajenas ni el ruido de los niños que corretean: me distraen menos
que los muchos libros que me rodean en casa con su continua tentación..
¿Un trabajo que
te ocupa dos horas escasas al día es propiamente un trabajo? Lo dudo mucho. A
veces pienso que me gustaría ser un escritor de verdad, de los que pasan horas
y horas ante el ordenador, cavilando sobre el ritmo de una frase o el adjetivo
adecuado.
En realidad, yo
solo escribo cuando no escribo, cuando duermo, fantaseo o discuto con los
amigos. Lo complicado es que a uno se le ocurra algo interesante que decir, eso
me angustia a menudo. Escribirlo nunca me ha supuesto ningún problema.
Viernes, 11 de septiembre
LA CLÁUSULA ETCÉTERA
Leo en un viejo número de la Revista
de Occidente la “colección de instrucciones” de Aaron Cicourel, afamado
sociólogo, fundador en los años sesenta de la Sociología Cognitiva o de la
Etnometodología, sobre el enamoramiento.
Una de esas
instrucciones recibe este enigmático nombre: "la cláusula etcétera".
La explicación que da de ella es la siguiente: “Cumple la importante función de
hacer aceptables aspectos implícitos, vagos, cuya ambigüedad es interpretada
como un indicador de redes de significación de mayor amplitud”.
Esta visto que no
hay como el rigor de la ciencia para aclarar los misterios del comportamiento
humano.
"Esos errores (“ésta búsqueda”, “naturalídad”) antes solían llamarse erratas y se achacaban al periódico (cada vez ahorran más en correctores), pero ahora parece que sirven para deslegitimar ideas políticas."
ResponderEliminarComienzo del articulo de Arcadi Espada sobre la carta de Mas:
"De ese tipo, todo.
Pocos aciertos habrá tenido El País como el de haber transcrito sin mayor edición el artículo A los españoles, que firma Artur Mas. La respuesta más devastadora a esa inmundicia intelectual y política es la de mantener la forma exacta en que se ha vertido. El presidente Artur Mas ha avergonzado a los ciudadanos de muchas maneras; pero ninguna como con la escritura bárbara e infantil de este artículo de 1021 palabras, donde se exhiben más de 70 agresiones, de todo tipo, a la morfología, a la sintaxis y a la semántica. Hay que agradecer a los profesores del Liceo Francés y del colegio Aula los esfuerzos que hicieron en su día por domesticar a semejante anacoluto andante. Pero hay que reconocer que los resultados han sido inciertos."
[La demostración aquí]
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/1714-diario-del-ano-de-la-peste/2015/09/07/de-ese-tipo-todo-actualizado.html
Creía yo que nadie podía superar al anónimo articulista de El País, pero Arcadi Espada le supera. ¡A tales extremos llega el fanatismo ideológico!
EliminarJLGM
Qué tiquismiquis son algunos fachas... Pretenden que nos escandalicemos de la sintaxis de algunos y creen que así nos olvidamos de la barbarie de sus propios escritos. A mí me avergüenza más ser compatriota de Arcadi que de Más (por lo menos de momento).
EliminarLo que demuestra el deficiente castellano de Mas es que los extranjeros suelen hablar mal la que no es su lengua materna. Al ridiculizar al político catalán estos talentos ultras tiran piedras contra su tejado.
EliminarLa doble vara de medir quedaría en evidencia si en El País publicara algo de cierto extremista desestabilizador venezolano, que acaba de ser condenado por actos de terrorismo, y que supusieron la muerte de 43 personas. Si este fulano, digo, hubiese enviado a aquel periódico un escrito lleno de giros caribes, seguro que los ecuánimes correctores de texto y los editores lo hubiesen maquillado. De modo que -y es solo un ejemplo- donde escribiese "ahorita" los del periódico corregirían por "ahora"..., conscientes de que el adverbio no admite diminutivo.
La vergüenza que supone escuchar o leer la mayoría de los medios españoles carga la escopeta independentista más si cabe.
Yo soy un modesto ganadero batueco, y cuando veo ponerse el sol sobre las crestas de la Sierra de Gata me entran unas ganas irrefrenables de ser portugués.
Si Arcadi Espada es un "fanático ideológico", un "facha" y un "bárbaro", ¿qué son entonces Mas, Junqueras, Romeva, la Forcadell, David
EliminarFernández y el resto de "archidemócratas" que intentan dar un golpe de Estado en Cataluña cuando no representan todos juntos más que
un tercio del censo electoral de esa región?
La respuesta la dan todos los países serios no respondiendo a las cartas que los independentistas catalanes les envían. En Europa o en los
Estados Unidos, Mas es un apestado al que nadie recibe a pesar de lo mucho que lo solicita.
Visto desde el extranjero, lo que está sucediendo en Cataluña recuerda cada vez más a lo que sucedió en Alemania en 1933. Quien lo
dude que lea el "Diario" de Victor Klemperer, que no sé si está publicado en España.
Queda aquí la opinión de Lisandro Torreblanca. Que cada cual se forme la opinión de ella que crea conveniente, pero, por favor, no entremos en debates que no llevan a ninguna parte.
EliminarJLGM
También está claro lo que piensa Prometeo. Dejémoslo también así y, si es posible, cambiemos de tercio. No entremos en bucle, como decía la buena de Ana Pastor tratando de llevar a su molino a Artur Mas (quien la rspondía, por cierto, en un perfecto español).
EliminarJLGM
Lástima que discutir con usted (de política o de complotismo en este caso) sea tan inútil. Porque hay muchas cosas que decir sobre la estúpida estrategia de Mas (sobre todo vista desde Francia - Hollande ni siquiera se dignó a contestar a la carta que el presidente de Cataluña le envió hace unos meses) o sobre la trágica chapuza de los atentados contra Charlie-Hebdo y el supermercado judío (hay muchos videos hechos con teléfonos por gente anónima desde varios lugares de los dos barrios donde sucedieron esos hechos que prueban de manera incontestable que la versión oficial es falsa). Las contradicciones entre el relato final del procureur de la République de París y las imágenes filmadas son tan abundantes como alucinantes. Y el silencio oficial sobre ellas, ensordecedor.
ResponderEliminarAcababas de publicar, Martín, un post sobre tus viajes a Ginebra. Aún en el de hoy aparece una foto con una esfera dorada que refleja en el casquete un trozo del lago Lemán.
ResponderEliminarPues resulta que acabo de leer un cuento de Carlos Fuentes, "Un alma pura" (Cuentos naturales, Alfaguara), en el que la ciudad suiza es el escenario principal de la acción. Es un relato espléndido, lejos de esa opacidad que Fuentes acostumbra en otros. Un morbo subyugante de principio a fin de la lectura: una inclinación incestuosa presentida zigzaguea como un bajo continuo todo el tiempo. Qué maravillosa destreza la del autor para describir los meandros de ese "alma pura" femenina, capaz de escribir una carta letal a otra mujer..., rival sin duda de su inconfesado amor, no se sabe si platónico o consumado.
"De la seguridad en el país de los puñales ensangrentados a la anarquía del país de los relojes de cucú. Dime si no tiene gracia. Perdón. Ya pasó. Trato de calmarme viendo las cumbres nevadas de los Jura, ese enorme acantilado gris que ahora busca en vano su reflejo en las aguas que de él nacieron. Tú me escribiste que en verano el lago es el ojo de los Alpes: los refleja, pero los transforma en una vasta catedral sumergida y decías que al arrojarte al agua buceabas en busca de las montañas".
Hermoso.
Después de tantos años sin ir por Asturias y lo único en lo que he podido pensar, aparte de los recuerdos asociados a sus tres ciudades principales, ha sido en que estaría en Los Prados García Martín tomando un café antes de ir al cine cuando pasaba por allí. No sé sí leerlo estos dos últimos años me ha sentado bien.
ResponderEliminarPues a mí me sienta muy bien tener lectores así. Gracias.
EliminarJLGM
Ay, mi Toro de la Vega,
ResponderEliminarqué poco ta defendío
Pedro Sánchez estratega
por unos votos jodíos.
La soledad de Kurtz no es soledad, es multitud. No mira para atrás (los maderos pesan y le traban la cerviz) y no ve la procesión infinita de nazarenos de por libre que van con su cruz a cuestas, pues , con la mirada absorta en el terruño cananeo, cree que trastabilla solo en los mojones de Tiberio. Y se cree solo en medio de una multitud de solitarios. Pero si con el relevo del forzado de Cirene, liberado así del peso de sus lucubraciones pesimistas, yergue el busto, voltea y repara en la aguerrida masa de penitentes solitarios..., llegará a la conclusión de que este magma hirviente de solitudes engarzadas no es otra cosa que la propia Humanidad, ahora por primera vez esclarecida.
ResponderEliminarPS.- Fastidia saber un día que uno no es singular, excelso, una reliquia; que hay un troquel que no da abasto en acuñar moneda con nuestra misma efigie; que no somos importantes y que hasta los mejores pensamientos nacidos de nosotros, que creemos exclusivos e ingeniosos, los piensan en el mismo segundo algunos miles de cerebros: de abogados, mercaderes, clérigos, menestrales y quién sabe si hasta ganaderos de las Hurdes.
Pero lo que se pierde en vana ilusión se gana en compañia.
Salute.
No, no fue el pulpo mariscado el que me provocó anoche la vomitona y el consiguiente roe-roe del esófago. Así que la pobre Felicia no tuvo la culpa y ahora tengo mala conciencia por haberla hecho diana de mis improperios entre espasmo y espasmo, yo agarrado a la taza del váter.
ResponderEliminarFelicia (y su hija Cuqui) tienen un pulcro restaurantito en la falda del Aramo y siempre dan buen artículo al cliente. Fue esta mañana, al leer en Público. es una reseña de la "airada" reacción del ala izquierda (marxista-leninista) del PSOE cuando comencé a atalantar el porqué de aquel acceso de nausea incoercible que me amargó la noche del viernes. Después de cenar, había visto en la tele "Missing", la película de Costa-Gavras, y para no acostarme con el mal sabor de boca que siempre me deja esta tragedia tan bien contada, le eché el último ojo del día a los periódicos digitales de la Red. Y allí estaba ÉL. Ampuloso, retorcido, vano y mentiroso como siempre, Felipe González me asqueaba por enésima con su lauda a Pinochet. Y ahora todo ha quedado claro. Y, lo único bueno del desenlace es que no me voy a privar de volver a casa de Felicia a degustar sus pulpo magistral de aquí a quince días. Pero aunque ahora vomite, sigue con el cosquilleo de la náusea. A ver si con lo de Grecia de hoy se me quita.