domingo, 13 de septiembre de 2015

El arte de quedarse solo: Los enemigos de la razón


Sábado, 5 de septiembre
ME BASTA CON POCO

––¿Sabes por qué acaban enfadándose contigo todos tus amigos?
            Como supongo que se trata de una pregunta retórica, no respondo nada. Antes me ha preguntado, al encontrarme cerca del Campillín, si vengo de la librería de Valdés. Le he dicho que ya no voy por allí  
            ––Porque la amistad es una relación entre iguales y tú lo que buscas es alguien que te admire, te ría las gracias y que no te lleve nunca la contraria, aunque tú se la lleves a él continuamente.
            ––Pues ahora que lo dices... Pero la verdad es que a mí, que me conformo con poco, para encontrarme a gusto con una persona, me basta con la primera de esas tres condiciones.


Domingo, 6 de septiembre
EL MAYOR DE LOS MILAGROS

Como todo lo convierto en rutina, ahora he añadido un libro a la película de los domingos. Antes de Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa, le toca el turno a Complosphère, de Raphaël Josset, que lleva el subtítulo de “L’esprit conspirationniste à l’ère des réseaux”. Las teorías conspirativas, en la era de las Redes, gozan de buena salud, como todo el mundo sabe. Josset se remonta más atrás y habla de la conspiración de los Illuminaten contra el oscurantismo y de los masones y del Protocolo de los Sabios de Sion y de las sectas satánicas y de Aleister Crowley, el viejo amigo de Pessoa al que ciertos cantantes de rock pusieron de moda.
            Interntet no cambia nada, solo ayuda a la difusión instantánea de las paranoias, y a su temprano olvido, sustituidas por otras. Cuenta Josset que, a propósito del atentado a la revista Charlie Hebdo, se habló de la implicación de los servicios secretos franceses, de órdenes venidas de Washington, de  manchas de sangre que no se correspondían con el impacto de las balas, de fotos  trucadas…
            Pero esas hipótesis, tan provechosas para la literatura y el cine, solo llegan a los periódicos serios cuando se cruza la pasión política. Es lo que ocurrió con la muerte del fiscal argentino Nisman, utilizada como arma arrojadiza contra el gobierno de Cristina Fernández. Todavía periódicos como Clarín y El País siguen sacando a relucir en sus titulares nuevas pruebas que confirmarían el asesinato, pero basta leer sus propias informaciones para darse cuenta de que no son tales. Apareció en su cuarto de baño, recostado contra la puerta, muerto con un disparo de la pistola que le había prestado un día antes su asistente y amigo Diego Lagomarsino (que tenía acceso, por cierto, a las cuentas clandestinas en el extranjero del fiscal), nadie forzó las puertas ni las ventanas del piso, el portero no vio subir a nadie extraño, las cámaras de seguridad no recogieron nada, el informe acusatorio contra la Presidente, supuesta razón del asesinato, no había sido destruido… Y sin embargo hasta mi amigo el poeta Pablo Anadón da pábulo a la teoría del crimen de Estado.
            Como “un animal absurdo que necesita lógica” definió Antonio Machado al ser humano. No sé si esa definición vale para todos, yo creo que su característica es más bien la alergia al pensamiento racional. Por eso, que exista la ciencia y no todo sea religión y magia me parece el mayor de los milagros.

Lunes, 7 de septiembre
POR QUÉ SOY TAN INMODESTO

La modestia, si es verdadera, nunca se nota; todo lo demás es falsa modestia.


Martes, de septiembre
TEMO ACABAR COMO ELLOS

¿La pasión política nos vuelve enteramente idiotas? Como yo soy más apasionada que nadie y tengo ideas muy firmes sobre determinados asuntos controvertidos, temo estar incurriendo, sin darme cuenta, en ello.
            Pero por mucho que la pasión política me ciegue el entendimiento, no creo que llegue nunca al extremo de los editorialistas de mi periódico favorito, El País.
            En respuesta a un artículo de Felipe González, publicó el pasado domingo otro firmado por Artus Mas y algunos destacados catalanistas. Temiendo, sin duda, que sus lectores se dejaran convencer, lo demonizó con un editorial en el que afirmaba, entre otras lindezas, que “su argumentación –que reproducimos literalmente– no resiste el más ligero análisis razonado o una crítica literaria por benévola que sea”.
            Curioso que nos indique que un artículo de réplica a otro “lo reproduce literalmente”; suponíamos que era su obligación. Pasemos lo de que “su argumentación no resiste el más ligero análisis razonado” (yo pensé lo mismo de la de González), pero lo de que tampoco resiste “una crítica literaria por benévola que sea”, eso ya se le atraganta a cualquier lector por benévolo y patriota que sea.
            No a Pedro Álvarez de Miranda, madrileño, de quien hoy se publica una carta al director. Da por sentado los incumplimientos anteriores y añade que tampoco cumple “la mínima corrección (cuando no calidad) lingüística”, ya que contiene “tres gruesos errores de acentuación”.
            Esos errores (“ésta búsqueda”, “naturalídad”) antes solían llamarse erratas y se achacaban al periódico (cada vez ahorran más en correctores), pero ahora parece que sirven para deslegitimar ideas políticas.
            Me aterra pensar que algún día pueda yo acabar disparatando obsesivamente como el anónimo editorialista o como el benemérito lector que lo apoya. Claro que a lo mejor ya he acabado así, como piensa la única lectora fiel que tengo en Cataluña, mi admirada Rosa Navarro Durán.


Miércoles, 9 de septiembre
LOS PASOS CONTADOS

Soy una de esas personas (seguro que psicólogos y psiquiatras tienen algo que decir al respecto) a las que les gusta contarlo todo: el número de escalones que hay hasta el cuarto piso en que vivo, el número de pasos, siempre el mismo número de pasos, que llevan desde mi casa hasta las Salesas, donde tomo un café cada mañana, o hasta la librería en que suelo comprar un libro cada tarde.
            Por eso, lo primero que pienso al entrar en clase esta primera mañana del nuevo curso es en el número de veces que he repetido en mi vida ese acto, en apariencia trivial, pero para mí siempre emocionante. No son muchas: exactamente cuarenta y cuatro.
            Pero las que me quedan son todavía menos: solo cuatro, y eso en el mejor de los casos.
            El reencuentro con los alumnos se nubla de melancolía: “Si para todo hay término y hay tasa / y última vez y nunca más y olvido, ¿quién nos dirán de quién, en esta casa, / sin saberlo nos hemos despedido?”


Jueves, 10 de septiembre
EN MI RINCÓN DE TRABAJO

“¿Cuál es su lugar de trabajo favorito?”, me preguntan en una de esas entrevistas que luego no aparecen en ninguna parte.
            Primero tengo que decidir cuál es mi trabajo, que no lo tengo muy claro. Suponiendo que sea escribir, tengo un lugar preferido para la mañana y otro para las tardes. El de la mañana es en casa, en lo que yo llamo la biblioteca (aunque toda la casa está llena de libros y más que una biblioteca parece una librería de viejo). Tras el desayuno, enciendo el ordenador y escribo más o menos durante una hora todos los días, antes de ir a clase si tengo clase. Por las tardes, mi escritorio está en  Il caffè di Roma del centro comercial Los prados (en él tecleo ahora estas líneas, tras haber pergeñado un posible poema). Me gusta esta esquina extrema de la cristalera, este no estar ni dentro de un local ni al aire libre; no me importan las conversaciones ajenas ni el ruido de los niños que corretean: me distraen menos que los muchos libros que me rodean en casa con su continua tentación..
            ¿Un trabajo que te ocupa dos horas escasas al día es propiamente un trabajo? Lo dudo mucho. A veces pienso que me gustaría ser un escritor de verdad, de los que pasan horas y horas ante el ordenador, cavilando sobre el ritmo de una frase o el adjetivo adecuado.
            En realidad, yo solo escribo cuando no escribo, cuando duermo, fantaseo o discuto con los amigos. Lo complicado es que a uno se le ocurra algo interesante que decir, eso me angustia a menudo. Escribirlo nunca me ha supuesto ningún problema.

      
Viernes, 11 de septiembre
LA CLÁUSULA ETCÉTERA

Leo en un viejo número de la Revista de Occidente la “colección de instrucciones” de Aaron Cicourel, afamado sociólogo, fundador en los años sesenta de la Sociología Cognitiva o de la Etnometodología, sobre el enamoramiento.
            Una de esas instrucciones recibe este enigmático nombre: "la cláusula etcétera". La explicación que da de ella es la siguiente: “Cumple la importante función de hacer aceptables aspectos implícitos, vagos, cuya ambigüedad es interpretada como un indicador de redes de significación de mayor amplitud”.
            Esta visto que no hay como el rigor de la ciencia para aclarar los misterios del comportamiento humano.




14 comentarios:

  1. "Esos errores (“ésta búsqueda”, “naturalídad”) antes solían llamarse erratas y se achacaban al periódico (cada vez ahorran más en correctores), pero ahora parece que sirven para deslegitimar ideas políticas."


    Comienzo del articulo de Arcadi Espada sobre la carta de Mas:

    "De ese tipo, todo.

    Pocos aciertos habrá tenido El País como el de haber transcrito sin mayor edición el artículo A los españoles, que firma Artur Mas. La respuesta más devastadora a esa inmundicia intelectual y política es la de mantener la forma exacta en que se ha vertido. El presidente Artur Mas ha avergonzado a los ciudadanos de muchas maneras; pero ninguna como con la escritura bárbara e infantil de este artículo de 1021 palabras, donde se exhiben más de 70 agresiones, de todo tipo, a la morfología, a la sintaxis y a la semántica. Hay que agradecer a los profesores del Liceo Francés y del colegio Aula los esfuerzos que hicieron en su día por domesticar a semejante anacoluto andante. Pero hay que reconocer que los resultados han sido inciertos."

    [La demostración aquí]

    http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/1714-diario-del-ano-de-la-peste/2015/09/07/de-ese-tipo-todo-actualizado.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creía yo que nadie podía superar al anónimo articulista de El País, pero Arcadi Espada le supera. ¡A tales extremos llega el fanatismo ideológico!

      JLGM

      Eliminar
    2. Qué tiquismiquis son algunos fachas... Pretenden que nos escandalicemos de la sintaxis de algunos y creen que así nos olvidamos de la barbarie de sus propios escritos. A mí me avergüenza más ser compatriota de Arcadi que de Más (por lo menos de momento).

      Eliminar
    3. Prometeo Gabriel y Galán.14 de septiembre de 2015, 9:00

      Lo que demuestra el deficiente castellano de Mas es que los extranjeros suelen hablar mal la que no es su lengua materna. Al ridiculizar al político catalán estos talentos ultras tiran piedras contra su tejado.
      La doble vara de medir quedaría en evidencia si en El País publicara algo de cierto extremista desestabilizador venezolano, que acaba de ser condenado por actos de terrorismo, y que supusieron la muerte de 43 personas. Si este fulano, digo, hubiese enviado a aquel periódico un escrito lleno de giros caribes, seguro que los ecuánimes correctores de texto y los editores lo hubiesen maquillado. De modo que -y es solo un ejemplo- donde escribiese "ahorita" los del periódico corregirían por "ahora"..., conscientes de que el adverbio no admite diminutivo.
      La vergüenza que supone escuchar o leer la mayoría de los medios españoles carga la escopeta independentista más si cabe.
      Yo soy un modesto ganadero batueco, y cuando veo ponerse el sol sobre las crestas de la Sierra de Gata me entran unas ganas irrefrenables de ser portugués.

      Eliminar
    4. Lisandro Torreblanca14 de septiembre de 2015, 9:13

      Si Arcadi Espada es un "fanático ideológico", un "facha" y un "bárbaro", ¿qué son entonces Mas, Junqueras, Romeva, la Forcadell, David

      Fernández y el resto de "archidemócratas" que intentan dar un golpe de Estado en Cataluña cuando no representan todos juntos más que

      un tercio del censo electoral de esa región?

      La respuesta la dan todos los países serios no respondiendo a las cartas que los independentistas catalanes les envían. En Europa o en los

      Estados Unidos, Mas es un apestado al que nadie recibe a pesar de lo mucho que lo solicita.

      Visto desde el extranjero, lo que está sucediendo en Cataluña recuerda cada vez más a lo que sucedió en Alemania en 1933. Quien lo

      dude que lea el "Diario" de Victor Klemperer, que no sé si está publicado en España.

      Eliminar
    5. Queda aquí la opinión de Lisandro Torreblanca. Que cada cual se forme la opinión de ella que crea conveniente, pero, por favor, no entremos en debates que no llevan a ninguna parte.

      JLGM

      Eliminar
    6. También está claro lo que piensa Prometeo. Dejémoslo también así y, si es posible, cambiemos de tercio. No entremos en bucle, como decía la buena de Ana Pastor tratando de llevar a su molino a Artur Mas (quien la rspondía, por cierto, en un perfecto español).

      JLGM

      Eliminar
  2. Lástima que discutir con usted (de política o de complotismo en este caso) sea tan inútil. Porque hay muchas cosas que decir sobre la estúpida estrategia de Mas (sobre todo vista desde Francia - Hollande ni siquiera se dignó a contestar a la carta que el presidente de Cataluña le envió hace unos meses) o sobre la trágica chapuza de los atentados contra Charlie-Hebdo y el supermercado judío (hay muchos videos hechos con teléfonos por gente anónima desde varios lugares de los dos barrios donde sucedieron esos hechos que prueban de manera incontestable que la versión oficial es falsa). Las contradicciones entre el relato final del procureur de la République de París y las imágenes filmadas son tan abundantes como alucinantes. Y el silencio oficial sobre ellas, ensordecedor.

    ResponderEliminar
  3. Acababas de publicar, Martín, un post sobre tus viajes a Ginebra. Aún en el de hoy aparece una foto con una esfera dorada que refleja en el casquete un trozo del lago Lemán.
    Pues resulta que acabo de leer un cuento de Carlos Fuentes, "Un alma pura" (Cuentos naturales, Alfaguara), en el que la ciudad suiza es el escenario principal de la acción. Es un relato espléndido, lejos de esa opacidad que Fuentes acostumbra en otros. Un morbo subyugante de principio a fin de la lectura: una inclinación incestuosa presentida zigzaguea como un bajo continuo todo el tiempo. Qué maravillosa destreza la del autor para describir los meandros de ese "alma pura" femenina, capaz de escribir una carta letal a otra mujer..., rival sin duda de su inconfesado amor, no se sabe si platónico o consumado.
    "De la seguridad en el país de los puñales ensangrentados a la anarquía del país de los relojes de cucú. Dime si no tiene gracia. Perdón. Ya pasó. Trato de calmarme viendo las cumbres nevadas de los Jura, ese enorme acantilado gris que ahora busca en vano su reflejo en las aguas que de él nacieron. Tú me escribiste que en verano el lago es el ojo de los Alpes: los refleja, pero los transforma en una vasta catedral sumergida y decías que al arrojarte al agua buceabas en busca de las montañas".
    Hermoso.

    ResponderEliminar
  4. Después de tantos años sin ir por Asturias y lo único en lo que he podido pensar, aparte de los recuerdos asociados a sus tres ciudades principales, ha sido en que estaría en Los Prados García Martín tomando un café antes de ir al cine cuando pasaba por allí. No sé sí leerlo estos dos últimos años me ha sentado bien.

    ResponderEliminar
  5. Ay, mi Toro de la Vega,
    qué poco ta defendío
    Pedro Sánchez estratega
    por unos votos jodíos.

    ResponderEliminar
  6. La soledad de Kurtz no es soledad, es multitud. No mira para atrás (los maderos pesan y le traban la cerviz) y no ve la procesión infinita de nazarenos de por libre que van con su cruz a cuestas, pues , con la mirada absorta en el terruño cananeo, cree que trastabilla solo en los mojones de Tiberio. Y se cree solo en medio de una multitud de solitarios. Pero si con el relevo del forzado de Cirene, liberado así del peso de sus lucubraciones pesimistas, yergue el busto, voltea y repara en la aguerrida masa de penitentes solitarios..., llegará a la conclusión de que este magma hirviente de solitudes engarzadas no es otra cosa que la propia Humanidad, ahora por primera vez esclarecida.
    PS.- Fastidia saber un día que uno no es singular, excelso, una reliquia; que hay un troquel que no da abasto en acuñar moneda con nuestra misma efigie; que no somos importantes y que hasta los mejores pensamientos nacidos de nosotros, que creemos exclusivos e ingeniosos, los piensan en el mismo segundo algunos miles de cerebros: de abogados, mercaderes, clérigos, menestrales y quién sabe si hasta ganaderos de las Hurdes.
    Pero lo que se pierde en vana ilusión se gana en compañia.
    Salute.

    ResponderEliminar
  7. No, no fue el pulpo mariscado el que me provocó anoche la vomitona y el consiguiente roe-roe del esófago. Así que la pobre Felicia no tuvo la culpa y ahora tengo mala conciencia por haberla hecho diana de mis improperios entre espasmo y espasmo, yo agarrado a la taza del váter.
    Felicia (y su hija Cuqui) tienen un pulcro restaurantito en la falda del Aramo y siempre dan buen artículo al cliente. Fue esta mañana, al leer en Público. es una reseña de la "airada" reacción del ala izquierda (marxista-leninista) del PSOE cuando comencé a atalantar el porqué de aquel acceso de nausea incoercible que me amargó la noche del viernes. Después de cenar, había visto en la tele "Missing", la película de Costa-Gavras, y para no acostarme con el mal sabor de boca que siempre me deja esta tragedia tan bien contada, le eché el último ojo del día a los periódicos digitales de la Red. Y allí estaba ÉL. Ampuloso, retorcido, vano y mentiroso como siempre, Felipe González me asqueaba por enésima con su lauda a Pinochet. Y ahora todo ha quedado claro. Y, lo único bueno del desenlace es que no me voy a privar de volver a casa de Felicia a degustar sus pulpo magistral de aquí a quince días. Pero aunque ahora vomite, sigue con el cosquilleo de la náusea. A ver si con lo de Grecia de hoy se me quita.

    ResponderEliminar