domingo, 12 de febrero de 2017

Sin trampa ni cartón: Los visitantes


Viernes, 3 de febrero
EN EL SAVANNA

Nada más salir de casa, al dar la vuelta a la primera esquina, me acordé de que me había olvidado del libro que un amigo me había pedido que le prestara, las traducciones de la poesía griega de Joan Ferraté, y volví en su busca.
            No habían pasado ni cinco minutos fuera, pero todo lo encontré patas arriba: los libros en el suelo, las sillas de la cocina volcadas, las macetas rotas y con la tierra esparcida por todas partes. Me asusté, volví a salir al descansillo, cerré de un golpe la puerta. Cualquiera que hubiera hecho eso, debía estar todavía dentro.
            Saqué el teléfono para llamar al 091, pero cambié de idea y preferí llamar a un amigo. Dentro no se oía nada y quizá aquel estropicio tuviera una explicación natural. A fin de cuenta soy bastante desordenado y más de una vez un montón de libros se ha venido al suelo con estrépito dándome un buen susto. Pero José Havel, como es frecuente, tenía el teléfono desconectado. Tampoco respondía Marcos. “¡Tenga uno amigos para eso!”, me dije. Bajaba entonces la escalera un vecino y le pregunté si podía entrar conmigo en casa. “He estado fuera un momento y creo que han entrado ladrones”.
            Miramos habitación por habitación: no había nadie. Tampoco me pareció que faltara nada. “Más o menos así suelen dejarme el piso que tengo alquilado a estudiantes cuando se marchan al final del curso”, bromeó. "Lo más extraño es que cuando salí todo estaba perfectamente y no tardé ni cinco minutos en volver".  No me acababa de creer: "Si usted lo dice... Hay que tener cuidado con quien uno invita a beber o a lo que sea a casa; hoy no te puedes fiar de nadie”.
            Arreglé mínimamente aquel desbarajuste y el resto lo dejé para la asistenta, que llegaría en una hora. Cogí el libro de Ferraté y me fui a tomar el habitual café en Las Salesas. No podía quitarme aquel extraño asunto de la cabeza. Llamé a la asistenta para avisarla de lo que se iba a encontrar. Me dijo que no me preocupara, que esas cosas –no sabía yo muy bien a qué cosas se refería– pasan. Comí fuera. Cuando volví todo estaba en su sitio, ordenado y reluciente. Llamé a la asistenta para agradecérselo. Ella creía que le había gastado una broma. "Iba asustada y fue el día de menos trabajo", me dijo.
            Miré los libros. Ni la más mínima alteración del orden alfabético, como a mí me gusta. Desbaratarlos es cuestión de unos pocos minutos, pero volver a colocarlos en su lugar lleva su tiempo. ¿Quién lo había hecho? Estuve preocupado dos o tres días, pero acabé no dándole mayor importancia al asunto. Hasta que volvió a ocurrir y esta vez sí, allí estaban ellos...
            ––¿Quiénes?, preguntaron a coro los contertulios del Savanna.
            ––Ellos, ya sabéis, siempre son ellos.
            Sonrieron mirándose con complicidad. Yo procuré cambiar de tema y saqué a relucir la última antología de la joven poesía española; todos tenían que decir algo al respecto, a todos les parecía un bodrio, salvo al único poeta de la tertulia incluido en ella. A la salida, discretamente, me pasaron una tarjeta con la dirección de un psiquiatra: “Es muy bueno, a mí he ha ido muy bien”.
            Pero en materia de salud mental yo soy de los que se automedican. De vez en cuando me tiendo en el diván y juego a psicoanalizarme. Me va bastante bien y el tratamiento es gratis. Pero no intento comprenderlo todo. Hay cosas que pasan y carecen de explicación. A fin de cuentas, la realidad no necesita ser verosímil.


Sábado, 4 de febrero
UN CUENTO

“¿Pero todo eso que cuentas es verdad?”, me pregunta algún despistado que ignora mi falta absoluta de imaginación.
            Sonrío. Hay cosas de las que solo soy capaz de hablar si consigo que parezcan un cuento.


Domingo, 5 de febrero
TURBINA EN ESTERCOLERO

El último sábado le di un contundente bastonazo al último libro de Jon Juaristi, irritado por el que me parecía desprecio del autor hacia su propio talento y hacia los lectores. Un amigo común, Ángel Gómez Moreno, me cuenta que Juaristi ha tenido que pasar por el hospital como consecuencia de una caída y mi mala conciencia se acentúa. No sé cómo me las arreglo pero siempre acabo dando palos a los libros de los amigos.
            Pero mi mala conciencia desaparece de pronto cuando leo artículo suyo publicado en ABC. Replica a la reedición de La desfachatez intelectual, el libro de Sánchez Cuenca titulado, una obra que yo comenté elogiosamente. Copio algunos pasajes del artículo: “Como después se demostró, dicho libelo formaba parte de una campaña para establecer una lista definitiva de intelectuales reaccionarios y en consecuencia ajusticiables tras la inminente llegada al poder de una gran coalición de izquierdas encabezada por Pedro y Pablo (doble nombre, por cierto, de una famosa cárcel de San Petersburgo). Luego las cosas no salieron como esperaba el autor, pero Sánchez Cuenca no se hizo el harakiri, que habría sido el único gesto honorable en su indecente vida de soplona”.
            Otro parrafito: “Pero lo que parece ya verdaderamente escandaloso es la permanencia de semejante membrillo al frente de un instituto financiado por la Universidad Carlos III y la Fundación Juan March, desde donde ejerce de turbina en estercolero. Ni una ni otra institución necesitan seguir pagando impuesto revolucionario a un detrito tóxico del zapaterismo. Por mi parte, suspendo cualquier relación personal con ambas hasta que cierren el grifo de las subvenciones al chiringuito de marras, e invito a los demás insultados por Sánchez Cuenca (y a la gente decente en general) a hacer lo mismo”.
            Sobran los comentarios. Solo una aclaración para quienes no hayan leído La desfachatez intelectual: los insultos del autor, las delaciones que le permiten a Juaristi hablar de “su indecente vida de soplona”, se limitan a citar párrafos de los artículos de Savater, Azúa, Prada, o Juaristi (el que a menudo resulten sonrojantes no es culpa de Sánchez Cuenca).


Miércoles, 8 de febrero
APRENDO A SER COMEDIDO

Comento el artículo de Juaristi con un amigo y a él no le parece tan grave. “Más o menos, eso mismo es lo que haces tú con el bueno de Javier Fernández. Pero todos vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Afortunadamente, la mayoría no piensa como tú, que de literatura sabrás mucho, pero que en política no das una en el clavo. Mira lo que dicen hoy los periódicos”. Y me alarga El País, últimamente mi monstruo favorito, abierto por una página en la que, en la parte superior, se lee en grandes letras: “El PSOE es el único de los grandes partidos que sube”. Y en La inferior, a la derecha: “Javier Fernández se estrena con nota al frente de los socialistas”.
            “Lee, lee, y cuando vuelvas a hablar de Javier Fernández en tu diario pide disculpas por el mal trato que le diste cuando por el bien de España dio una patada en el trasero al guaperas al que unos cuantos millones de despistados aupasteis con vuestro voto”.
            Y yo leo, leo y me entero de que los cuatro grandes partidos siguen manteniendo, más o menos, el mismo porcentaje de votos que en las últimas elecciones, salvo el PSOE, que del 22.7 ha pasado al 18,6 que le dan ahora las encuestas y de encabezar la oposición a ocupar el tercer puesto. Y este batacazo se debe a una operación –Cebrián y González de por medio– supuestamente motivada por el mal resultado electoral. Parece que les ha salido el tiro por la culata. Los de Podemos hicieron todo lo posible por superar al PSOE en las elecciones y no lo consiguieron. Pero en esto llegó Javier Fernández, y sin que ellos tengan que hacer ningún esfuerzo (están enredados en la guerra interna) les regala ese codiciado sorpasso. No me extraña que esté entre los preferidos por los votantes (salvo los de su partido, por cierto). Ocupa el puesto que durante varios años ocupó Rosa Díez. Pero yo no pienso hablar mal de él. Me respeto demasiado como para convertirme en un insultante Juaristi o en un Azúa. Me limitaré a expresar mi deseo de que cuando, más pronto que tarde, se vaya como Rosa Díez al rincón de los juguetes rotos no se lleve con él, como hizo ella, a su partido.


Jueves, 9 de febrero
EN PIAZZA DEL DUOMO

No sé por qué me acordé de aquel domingo, sin nada que hacer, en la vieja ciudad provinciana, dándole vueltas a la Piazza del Duomo, sentándome algún rato al sol en la gradas de la Fontana dell’Elefante. Se me acercó un hombre que me dijo algo en una lengua que no entendí, luego cambió al italiano. Al parecer había perdido un manojo de llaves. "Debieron caérseme por aquí. Estuve sentado ahí al lado. ¿No las ha visto usted?" Las vi entonces, medio escondidas por un viejo periódico. Se las señalé y, para demostrarme su alegría, quiso invitarme a tomar algo. Se notaba que estaba solo y tenía ganas de charlar. Pero yo me encontraba en uno de esos momentos de misantropía en que no me apetece hablar con nadie, ni siquiera conmigo. Me disculpé amablemente y seguí allí, medio aletargado, como si no hubiera ayer ni mañana. Y entonces ocurrió lo inesperado. Recordé el título de André Maurois: Siempre ocurre lo inesperado. El mimo que con sus aros y su bombín había estado haciendo una función de circo callejero al otro lado de la plaza terminó su función, recogió sus trastos y, cuando me quise dar cuenta, lo tenía plantado ante mí. "¡Quién me iba a decir que le iba a encontrar aquí, profesor!" Llevaba la cara pintarrajeada de blanco. Aunque no la llevara, seguro que no le habría reconocido. No soy muy buen fisonomista. Pero no era un alumno y no tardé en reconocerle. Vivía en un piso compartido en la parte alta de la ciudad. Le acompañé hasta allí y mientras se quitaba el maquillaje y se vestía de civil, yo me dediqué a curiosear los libros que llenaban una de las paredes. Me entretuve hojeando un volumen de cuentos de Giovanni Verga (había estado en su casa-museo, en Vía Santa Anna, muy cerca del Duomo) y al ir a devolverlo a su sitio algo me llamó la atención, medio escondido tras los libros. Era una pistola, o un revólver, yo no sé la diferencia, y no parecía de juguete. Lo tomé en las manos, inconscientemente, sin saber muy bien lo que hacía, y en ese momento apareció Marco en la habitación, recién duchado. La sonrisa que yo conocía tan bien desapareció de inmediato. Con un grito se abalanzó sobre mí y me quitó la pistola. Luego los dos nos quedamos callados, sin saber qué hacer ni qué decir. "La encontré sin darme cuenta", dije yo. "Debe de ser de algún compañero de piso", dijo él. "Aquí es rara la gente que no guarda un arma en casa, declarada o sin declarar, por lo que pueda ocurrir". No se volvió a hablar del tema, pero yo no me encontraba a gusto. Comimos en una trattoria cercana y luego yo tenía que pasar por el hotel, no le dije cuál era, no quise que me acompañara y no le volví a ver. A veces lo lamento.



86 comentarios:

  1. Es lo que tienen los divos: el pelo no les deja ver el bosque.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bromas aparte, estoy muy de acuerdo con lo que dices del PSOE, salvo por un detalle: la culpa fue de Pedro Sánchez. Se autoerigió en libertador de las bases por influencia de los nuevos partidos, con la diferencia de que estos sí que están unidos ("podemos", marea "en comú", "junts" pel sí, etc.), mientras que él fue por su cuenta y dejó al partido "con el culo al aire", como se suele decir. Y fueron Fernandez y Hernando los que tuvieron que dar la cara, mientras el angelito lloraba por los pasillos.

      Aquellos están unidos, sí, pero ¿para qué? Para no respetar la ley e imponer lo que se les ocurra. Para hacer "revoluciones", como dice Juaristi de los nacionalismos. Los podemitas tienen contactos con extremistas marxistas (ahora se hacen llamar trotskistas para disimular) que aceptan la democracia porque no les queda más remedio, pero si pudieran... El PSOE es el único progresismo maduro de ese país, con experiencia de gobierno y que aprende de sus errores. Yo rezo por que superen esta crisis y vuelvan a ser la izquierda enriquecedora que España se merece.

      Eliminar
  2. José Luis, en teoría eres amigo de Juaristi; por lo que recuerdo, incluso te ha hecho dedicatorias públicas en alguno de sus libros. Pero las dulzuras del trato se las reservas, públicamente al menos, al menos que mediocre Ignacio Sanchez Cuenca, al que, por cierto,no conoces de nada. Sanchez Cuenca siempre se las dado de intelectual, pero incoherentemente crítica que dejen escribir en los periódicos a los intelectuales, en especial a los mejores que él. Está a favor de la especialización, de hablar de lo que supuestamente uno sabe. Pero él, que es sociólogo, habla de todo lo que se le ocurre, incluso de lo malos y estúpidos que son los catedráticos de la universidad española, probablemente porque aún no es catedrático. Y en cuanto a lo de escribir, la verdad es que escribe bastante mal y, lo que es igual de malo o peor, no tiene el menor sentido del humor. ¡Lo de verdad sorprendente es que le hayan dejado a él escribir en un periódico! Lo único que puedes admirar en Sánchez Cuenca es que piense igual que tú, no al inexistente escritor, al que, quizás, sólo deberías defender en público si le admirases como escritor. De eso debiera tratarse en tu muy literario diario. Yo admiro al poeta Jon Juaristi, aparte de ser su amigo (e incluso su editor) y lo que cuentas no deja de ser una nadería. Te agradezco por adelantado que publiques mi comentario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya manera de razonar, Abelardo Linares. Yo he reseñado un libro de Sánchez Cuenca (a quien no conozco, como a la mayoría de los autores que reseño) y todo lo que digo está fundado en ese libro (que no sé si tú has leído, quizá no). La réplica insultante de Juaristi (Sánchez Cuenca no insulta) quizá tendría su sitio en un debate de Gran Hermano, no en un diario prestigioso. Si llamar públicamente "soplona" a un escritor que ha discrepado de ti y pedir que le expulsen de su trabajo te parece una nadería, entonces tu escala de valores no difiere mucho de la cierto personaje, que no sé si conoces, llamado Aida Niza.

      JLGM

      Por cierto, el enfado de Juaristi se debe a que Sánchez Cuenca, por error, le atribuye en la reedición de su libro un texto publicado en un blog que es de otro autor. Un error inexplicable: Sánchez Cuenca debería haberse dado cuenta de inmediato de que una réplica tan inteligente y ponderada a sus tesis no podía ser de Juaristi.

      Eliminar
  3. Muy violento tendría que haber sido el bastonazo al libro de Juaristi para acercarse un poco a lo que realmente merece. La Desfachatez Intelectual es una obra excelente y necesaria para conocer bien lo que ha venido en llamarse "la caverna", y contra lo que afirma el tal Abelardo, erigido en bulldog de Juaristi, Ignacio Sánchez-Cuenca no critica que a "los intelectuales" se les permita publicar en la prensa, sino que se les permita mentir, difamar, calumniar y ejercer de cantamañanas, en resumen, ser no-intelectuales, que es lo que sobradamente demuestra ser Juaristi en su rabiosa y grosera acometida a Sánchez-Cuenca. Babelia hizo de La Desfachatez Intelectual una recensión, crítica pero muy respetuosa y más bien positiva, de donde se colige el valor que puedan tener los mordiscos a la yugular de los abelardos en defensa del no-intelectual reducido a navajero.

    "La evolución intelectual" (si nos ponemos trascendentes), o el mero chaqueteo (si nos ponemos castizos) de Juaristi es muy bien conocida en el País Vasco, y tiene una enorme guasa que este sujeto se atreva a calificar a alguien de soplona cuando toda su vida ha ejercido de soplona y acusica ante la Fiscalía, la Policía, los Jueces del Estado, con irreprimible visceralidad, del nacionalismo vasco en sus múltiples vertientes, por legítimas, culturales y democráticas que fuesen. Por ejemplo, contra el demócrata-cristiano PNV, del que se podrá discrepar, pero que es irreprochablemente demócrata.

    Cualquiera que haya leido un par de páginas de Juaristi ya conoce su valor como escritor; y en cuanto a sus críticas al nacionalismo vasco, una de sus grandes "aportaciones" es que ¡se basa en mitos!, qué tío, qué investigador, o sea, como el nacionalismo griego, el germánico, el romano de Rómulo y Remo, el ruso...

    Hablando de Roma, sucede que aquí "Roma paga muy bien a traidores", de donde se ha seguido un currículum de cargos para el deslenguado mitólogo al que es difícil encontrar explicación, por decirlo con mucha mesura.

    ResponderEliminar
  4. Y sin embargo Juaristi es un espléndido poeta y un admirable investigador cuando no le nubla la vista la obsesión nacionalista. Y un gran amigo de sus amigos. Los seres humanos somos muy complejos. Por eso a mí no me gusta hacer juicios generales sobre una persona, prefiero censurar o elogiar aspectos concretos, a ser posible objetivables y cuantificables.

    JLGM

    ResponderEliminar
  5. No he leído el libro de Cuenca, así que en esa cuestión no voy a entrar. Sólo quiero contrarrestar algún comentario gorilesco repitiendo lo que muchos, muchísimos, pensamos: que Jon Juaristi es un gran poeta y un gran ensayista, seguramente el más agudo analista del fenómeno nacionalista vasco. (Y siento tantas rimas internas).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no creo que nadie haya puesto en duda la categoría poética de Juaristi. No es ese el tema que se trata aquí, sino un artículo concreto del ABC, del que se citan unos párrafos poco defendibles, me parece. Pero estamos acostumbrados al blanco y negro: o conmigo o contra mí.

      JLGM

      Eliminar
    2. El ABC y el Blanco y Negro siempre fueron lo mismo. Hay que estar más ágiles, Martín.

      Eliminar
  6. Luego te contesto, por el momento, para abrir abrir boca, de aperitivo, te copio lo que dicen los diccionarios acerca de DESFACHATEZ. Ignacio S.C no es que no insulte, como dices, sino que insulta desde el título...hasta el índice de nombres citados. ¿No será que tú, que eres (sin duda) una de las más claras cabezas que piensan en castellano empiezas a tener problemas de comprensión lectora?


    DESFACHATEZ
    1.
    Actitud de la persona que obra o habla con excesiva desvergüenza y falta de comedimiento o de respeto.
    "¡tiene usted la desfachatez de preguntármelo!; el propio asesino fue quien, con increíble desfachatez, puso el hecho en conocimiento de la policía"
    2.
    Dicho o hecho descarado e insolente.
    "considero una desfachatez los elogios que lanzan ciertos individuos suficientemente letrados a la telenovela de la tarde"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No insulta desde el título. Hay "intelectuales" que se comportan con evidente desfachatez: da nombres y pruebas. Deberías rebatir esas acusaciones concretas. Que no son insultos. Como no es insulto referirse a la desfachatez con que Rodrigo Rato se comportó en Bankia o Miguel Blesa en Caja Madrid.

      Eliminar
  7. "Yo admiro al poeta Jon Juaristi"
    (AL)

    "Juaristi es un espléndido poeta"
    (JLGM)

    "Jon Juaristi es un gran poeta"
    (JLP)

    "no creo que nadie haya puesto en duda la categoría poética de Juaristi."
    (JLGM)

    Pues permítanme discrepar. A mí la lectura de la poesía de Juaristi me dejó un recuerdo de frivolidad y ripio, de parodias ininteresantes y de nostalgias ingenuas, de ironías burdas y de dudosas imitaciones de clásicos. De vez en cuando había algún buen verso ("Sólo espero que nunca la tristeza / te trate como a mí"), pero abundaban mucho más los versos lamentables, como éstos:

    "Y, creo haberlo dicho, París ni lo pisé.
    Nunca pude llevarme
    por delante un adarme
    de gendarme."

    Y había poemas enteros muy malos, como éste de su libro "Diario de un poeta recién cansado" (1985):

    "O dark dark dark

    Let's ask for the bill, decías. No
    querías quedarte. Decidimos, no obstante,
    pedir un último café.
    Nerviosa y aburrida, llamaste al camarero:
    ... and one tea for me, with milk. Please.
    Fuera estaba cayendo mansamente la lluvia.
    Se perdía la gente hacia calles extrañas.
    Let's ask for the bill, now. La pasión de un verano
    yacía moribunda al pie de la tetera.
    Well, see you... y dónde,
    dónde se fue tu amor, Pentesilea."


    O éste de su libro "Los paisajes domésticos" (1992):

    "As man grows older

    Por mi edad turbulenta
    -o sea, de los veinte a los cuarenta-,
    mejor pasar como si sobre ascuas.

    Bebí, amé (es un decir)
    y gasté por encima
    de lo que la prudencia aconsejaba.

    Tú, que me envidias, debes
    saber que cambiaría sin mirarla
    tu juventud oscura por los años
    de la edad turbulenta
    en que trastabillé más de la cuenta."


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hasta en Antonio Machado se pueden encontrar poemas malos: "De un arte de bien comer, / primera lección: / no has de coger la cuchara / con el tenedor".
      Jon Juaristi es un gran poeta y un poeta desigual (está visto que la autocrítica no es lo suyo: debe verla como cosa de marxistas).

      Eliminar
  8. De los muchos poemas que he leído de Juaristi, el único que me impresionó fue éste (de su libro "Suma de varia intención"):

    "Spoon river, Euskadi

    ¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes,
    y por qué hemos matado tan estúpidamente?
    Nuestros padres mintieron: eso es todo."

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es versión de uno de los "Epitafios de la guerra" de Kipling.

      Eliminar
    2. Vaya, para uno que había bueno, es un "plagio"...

      Pregunta capciosa: a mí la poesía de Juaristi me parece muy inferior a la suya (de usted). Si él "es un gran poeta", ¿qué es entonces usted como poeta?

      Eliminar
    3. 1/ No es un "plagio", es una variación.
      2/ Seguro que hay muchos poetastros que piensan que su poesía es superior a la de Juaristi; lo que uno piensa de sí mismo no es una buena vara de medir la importancia de una obra.

      Eliminar
  9. Imagina que alguien escribiera en algún periódico o libro lo siguiente: “El mundo de las letras asturianas es bastante pequeño y los efectos de cuestionar a ciertas figuras pueden terminar siendo fuente de complicaciones. Imaginemos que alguien critica a José Luis García Martín, quizás el más publico de nuestros intelectuales públicos asturianos: No cabe descartar que “El comercio” o “La Nueva España” se sientan ofendidos y consideren un “empecinado” al autor de la crítica, que, a su vez encontrará dificultades para publicar en “Anáfora” o en “Clarín”, dirigida por José Luis García Martín, pero también para que le concedan El Premio Ciudad de Burgos de Poesía, en cuyo jurado ha estado García Martín muchísimos años, o el Premio Príncesa de Asturias, en el que también lleva un tiempo y así hasta el aburrimiento. Lo mismo cabe decir de muchos otros figurones con múltiples y largos tentáculos en los medios de comunicación y editoriales de este país”.
    Dinos, por favor, a mí y a todos tus lectores, qué te parece este “sentido” parrafito. Es literal y es un guiño a la pagina 21-22 de tu admirado I.S.C. No necesita, en mi opinión, de más amplios contextos. Sin duda habla mucho y más de lo que quisiera el propio autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diría que es una exactitud referida a mí, pero no lo sería tanto si se refiriera a otros. No todos los "intelectuales" se comportan igual.

      Eliminar
  10. Anónimo (Veneciano)13 de febrero de 2017, 20:45

    Yo no sé si está tan claro quién es un gran poeta. Estoy seguro de que Gil de Biedma lo es. No estoy tan seguro de que sea un gran poeta Luis Alberto de Cuenca, aunque buen poeta sí me lo parece. Es demasiado subjetivo, como tantas otras cosas. Al comentarista Piquero, por ejemplo, le parecen gorilescos algunos comentarios, pero no dice que le parezcan gorilescos los párrafos citados de Juaristi, que son de Juzgado. Lo que a mí más me llama la atención de Juaristi es qué bien ha sabido instrumentalizar la violencia la ultraderecha española: "una lista de intelectuales reaccionarios y en consecuencia ajusticiables". Nada menos. O sea, quiero CARTA BLANCA, a mí no se me puede criticar, porque si lo haces me declaras ajusticiable y me pones en el punto de mira de ¿ETA? Qué gran chollo se han buscado estos señores con lo de la declaración de "ajusticiable". Declaración que nadie hace hoy, que se sepa. Aparte de ellos, los victimistas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo con este anónimo. Lo mismo podría decir yo, pero yo firmo todo lo que digo.

      Eliminar
  11. Sí, alguno lo ha puesto en duda como escritor en general, sin matices. No he dicho que fueras tú.

    ResponderEliminar
  12. Martín: Me has llegado al alma emparentándome con Aída Nizar. En cualquier caso, 1º. Ignacio Sánchez Cuenca come de ser profesor, lo de "Director de Instituto Carlos III-JUAN MARCH de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III" es una bicoca que no tiene por qué ser eterna. Por lo tanto no tiene mayor importancia que se quiera que le apeen de ese burro en el que no se ha montado haciendo oposiciones. 2º. Habría que ver si eso de "soplona" hace referencia a "que sopla" o a "que da el soplo". En cualquier caso, reconozco que no es expresión bonita, sobre todo dicha por una eminencia como Juaristi. Pero teniendo en cuenta todo lo que suelta por su boquita I.S.C. en "La desfachatez intelectual", tampoco me parece especialmente grave. Sobre todo cuando tú mismo cuentas que Don Ignacio ha vuelto a agredirle, verbalmente, atribuyendole en falso un texto a J.J. en la reedición de su panfletillo. Por lo tanto el artículo de marras bien podría entrar en lo que suele llamarse debate intelectual. 3º Me extraña grandemente que en tu muy literario blog apeles a "valores", es decir a la moral y no a la la literatura. Eso es casi digno del muy llorado Padre Ladrón de Guevara, el de "novelistas buenos y malos". En fin, que te tomo lo de Aída Nizar como cita literaria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vayamos por partes.
      1/ Solo si te parece adecuado el artículo de Juaristi, tu escala de valores es semejante a la de esa señora.
      2/ No todo los trabajos son por oposición. Pedir que expulsen a alguien de su trabajo porque se ha permitido discrepar de mí me parece una conducta bastante reprobable.
      3/ "Soplona" es un insulto y no cabe jugar con las palabras (el contexto deja claro que se emplea como "delator") y ponerlo en femenino dado el machismo de nuestra sociedad también tiene intención insultante.
      4/ Si Sánchez-Cuenca también insulta deberías ejemplificarlo (nada tiene que ver un insulto con opiniones con las que no estemos de acuerdo).
      5/ Un error no es un insulto. Si yo te atribuyo el verso "amo la libertad y mi amada no es fácil", y luego tú me dices que no es tuyo, sino de Fernando Ortiz, no te estoy insultando (todo lo más estoy haciendo un poco el ridículo).
      6/ Si consideras que "el artículo de marras" entra dentro de lo que suele llamarse "debate intelectual", tu idea del debate intelectual es la propia de programas como Gran Hermano (aunque Jorge Javier Vázquez jamás llamaría a eso "debate intelectual").
      7/ "Mi muy literario blog" no es más que la publicación en Internet de las entregas semanales de un diario que primero aparece en un periódico y luego en libro (como "Los tres mosqueteros" y tantas obras por entregas); extrañarse de que en él se hable de valores y se indigne uno de ciertas trapacerías me parece a mí que es no haber entendido demasiado.
      Y ahora al margen de las notas: ¿Tan difícil resulta aceptar que un amigo o un poeta que admiramos puede a la vez ser un articulista sin demasiado escrúpulos cuando se trata de arremeter contra los que considera sus enemigos políticos?

      Eliminar
  13. Señor García Martín, quisiera darle las gracias por todo lo que escribe, que me encanta, también por lo que nos da a conocer de otros escritores.

    No puedo dejar de decirle que su foto de esta semana me parece preciosa, con esa camisa abrochada hasta el último botón y sin corbata, en un estilo vintage popular totalmente Segunda República española.

    Sobre los duendes que revuelven sus libros, desengáñese, lo hace usted mismo en estados de baja consciencia. Sabemos poco de dichos estados, pero son muy comunes. A veces salgo de casa bien espabilada, paso dos horas fuera y a la vuelta no tengo ni idea de donde he estado.

    Muy de acuerdo con usted en su opinión sobre el comportamiento de Javier Fernández. Ahora le quieren lavar la cara pero el hecho es que menospreció a una multitud de militantes. Y resulta que es uno de los políticos mejor valorados en las encuestas, lo que viene a confirmar hasta qué punto España no va bien.

    Un saludo afectuoso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Sandra. Solo una precisión sobre el último punto: nada tiene de extraño que Javier Fernández sea uno de los políticos mejor valorados, lo que ocurre es que no lo es por los votantes de su partido, sino por los de los partidos a los que ha ayudado: todos los demás. Siempre ocurre así. Los del PP no votarían a favor de un polìtico de izquierdas, pero están encantados --cómo no-- con quien les ha permitido conservar el poder.

      JLGM

      Eliminar
    2. Sí, claro, España no va bien porque hay gente que no opina como yo. Propongo profundizar un poco en los conceptos de LIBERTAD y RESPETO (verdaderos).

      Eliminar
  14. Afirma el Escritor, o sea, García Martín, que "los seres humanos somos muy complejos" y que por ese motivo no le gusta hacer juicios generales sobre una persona. Por lo que a mí respecta, no creo haberlos hecho "generales". No dudo que Juaristi sea un gran amigo, ni que socorra indigentes, ni que se preste a ayudar a las ancianas a cruzar la calzada. Hablaba/hablo sólo de lo que hablo. Reconozco que no conocía a Juaristi como poeta, ya que mi masoquismo se ha limitado a (los fragmentos menos estomagantes de) sus textos sobre nacionalismo vasco. Pero ahora que leo algunas "cosas" pegadas por Paseante, me parece que no me he perdido mucho. Ya sé que media docena de poemas no bastan para juzgar una obra, pero también es verdad que ese manojo de textos adelanta ya un "aroma" de lo que se puede encontrar en el conjunto. Y me pasma que los señores Piquero, Linares y el propio García Martín hagan tantos aspavientos de excelencia cuando el aroma que trasciende es más bien vulgar. (Sin que yo pretenda contrariar el juicio de estos expertos, del último de los cuales me fío a pies juntillas). Por Dios, señor Linares, que no tiene usted cien libros, ni mil, sino UN MILLÓN. ¿No deberían bastarle para discernir lo realmente excelso?
    Matiza el Escritor que Juaristi es un admirable investigador "cuando no le nubla la vista la obsesión nacionalista". ¿Y eso cuándo es? ¿Hay fechas, un horario, algún schedule? Porque me temo que tiene la vista nublada a dedicación completa.
    Sí que tiene fuerza, cierto, aquello de "por qué hemos muerto jóvenes, por qué hemos matado estúpidamente. Nuestros padres mintieron, eso es todo". Por desgracia, es una mentira. Eso NO ES TODO, ni muchísimo menos. Perdón, perdón, ya sé que no es un tratado. Lo malo es que es un resumen, reducido a píldora, de lo que nos contaría, prolijo y narcoléptico, en el tratado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A Juaristi no le nubla la vista el nacionalismo cuando habla de otras cosas. Y puedo asegurarle que sabe mucho (y bien) de muy variados asuntos.
      Y en cuando a su opinión sobre su poesía, si no conoce más que los fragmentos que alguien copia en un comentario, mejor abstenerse de opinar. Yo siempre le he incluido en mis antologías (y no creo haberme equivocado). Pero, ciertamente, entre sus poemas incluye de vez en cuando alguna gracieta más o menos en verso.

      Eliminar
  15. Sobre el fondo del asunto: es evidente que el artículo de Juaristi es un texto demasiado violento y paranoico, con un desagradable tono de matón barriobajero que produce el efecto contrario al que pretende su autor: hacer de Sánchez Cuenca una víctima. Tras leerlo y sin conocer el libro en cuestión, yo me pregunto si la violencia que ha producido en Juaristi no proviene del hecho de que "La desfachatez intelectual" ha dado en el clavo.

    "Desfachateces."
    Jon Juaristi.
    http://www.abc.es/opinion/abci-desfachateces-201702060457_noticia.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ha dado en el clavo. Dice cosas que yo he repetido sin que se me hiciera el menor caso (no todos los libros tienen el mismo eco).

      Eliminar
    2. No he leído el libro de Sánchez Cuenca. Pero que en el epílogo que por lo visto ahora le añade hable de unas inexistentes declaraciones de Juaristi, sin haberse tomado el mínimo trabajo de asegurarse de que eran suyas, efectivamente plantea todo tipo de sospechas sobre el rigor de lo que dice. Por lo demás, ya Abelardo Linares ("desfachatez") señalaba que el libro, desde el título mismo, es agresivo, panfletario. Y algunas frases sueltas que he leído de él tienen el mismo tono avinagrado, que hace pensar que, con independencia del dudoso (visto el ejemplo) grado de verdad que contengan, transparentan más alguna clase de (presunto) agravio personal, de resentimiento puramente privado. Triste cosa.

      Eliminar
    3. Conviene leer el libro antes de hablar, Anónimo. No bastan tres o cuatro frases sueltas citadas acá o allá.

      Eliminar
  16. Don Braulio Higgins14 de febrero de 2017, 15:36

    Qué vergüenza..., unos demócratas gastándose la pasta (menos Martín, que lee por la cara) comprando los exudados cerebrales de un energúmeno ultramontano, que es capaz de colar la peligrosa insidia de que si ganaran alguna vez las izquierdas en España, iba a haber ajusticiables entre los intelectuales de derechas (él objetará que uno es un tosco incapaz de entender los divertimentos literarios de un cerebro tan preclaro como el suyo, pero no cuela: conozco el percal y entiendo del pájaro que anida debajo de los chistes de leperos, de mariquitas, de catalanes o de podemitas, por poner unos ejemplos de curso legal). Es peligroso este Juaristi. Sí.
    El Juaristi la diñará y quedará de él un rastro no mayor que el de cualquier mofeta jodedora, y las librerías de saldo verán cómo en sus estanterías se tornan amarillo-cadmio-medio los destilados neuronales del vasco mutante. Pero, en las librerías fetén, seguirán vendiéndose Tirano Banderas y El mundo de ayer.
    Ante casos así, siempre proclamo este mantra/monserga: existen autores notables y tanta poesía de calidad por leer que nos iremos de este mundo sin catarlos, y que habría que prescindir de la lectura de los malvados (este tipo lo es, sin duda, porque es un sembrador de odios del copón) con cierto gracejo, aunque solo fuera por aplicarles una norma no escrita, de justicia, y que creo que no tengo por qué explicitar.
    Al carajo con él tal.

    ResponderEliminar
  17. Vamos a ver...

    Juaristi será lo que sea, pero no es un mono de feria. Ni "el tonto del bote".

    El tono en el que se habla aquí de él, me resulta -y que nadie se me ofenda, que no es mi intención la de tocar los cataplines de manera desaforada- un poquitirrín paternalista ¿O no...? ;-)

    ResponderEliminar
  18. El comentario del autodenominado "don Braulio Higgins" está totalmente fuera de lugar. Aparece aquí para demostrar que la tontería y las ganas de hablar sin haber leído la obra que se juzga sumariamente no es de derechas ni de izquierdas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá el error consista en juzgar la obra sumariamente, cuando en realidad se teme el vis a vis con el ajusticiado y en ese momento la crítica se tornará en amistad.
      Contradicciones muy propias del país de la visceralidad adolescente.

      Eliminar
    2. Barbaridades como la de BH lo único que demuestran es que él, aunque se cree sin duda grandemente capacitado para dar juicios irrefutables y fundados, en realidad está lleno de prejuicios: vive en un mundo de Buenos y Malos, y ni hay quien le saque de ahí, ni él querría. Supongo que sin ellos, sin esa clasificación previa (que tanto trabajo intelectual ahorra) de lo que está bien por definición y lo que en cambio es irredimible se sentiría demasiado desprotegido, demasiado expuesto a tener que pensar por sí mismo, con lo cansado que es eso.

      Eliminar
  19. Quiero decir que la tontería no es exclusiva ni de la derecha ni de la izquierda.

    ResponderEliminar
  20. Miguel el Entrerriano14 de febrero de 2017, 19:33

    Se le ve al bueno de Martín sufriendo y templando gaitas para que Juaristi no quede demasiado por los suelos. A fin de cuentas es amigo suyo. Lo siento, Martín, pero es que Juaristi, en este trance, es indefendible. Suscribo a Braulio Higgins. De cabo a rabo. Para verlo claro lo mejor es leer el articulo completo y no conformarse con los fragmentos copiados aquí. Pongo el enlace otra vez, y por favor no se pierdan ni una coma:


    http://www.abc.es/opinion/abci-desfachateces-201702060457_noticia.html

    Esto es de un patán verdulero o de un rufián de cine de Tarantino. Nivel cero de la escritura. Le veo algo en común con aquella otra agresión, que ya se ha hecho clásica, del recién académico experto en pescaderas de mercado, no hará falta que diga más. Había quejas en este foro hace un mes contra la mala educación de Prada, pero hombre, al menos Prada era osado y procaz como forofo. Este es sólo canino.
    Habría que preguntarse, si no hubiese existido un conflicto entre el Estado y el nacionalismo vasco, ¿habríamos llegado a saber siquiera de la existencia de Juaristi? Hoy está todo muy prostituido, y el ser plañidera supuestamente ajusticiable vende, qué duda cabe, sobre todo si lo sabes airear y menear. Por eso entran muchas dudas sobre cuánto hay de espectáculo en esta movida con el ABC por medio. Cuando además te enteras (lo he oído, no podría confirmarlo) de que Juaristi acaba de convertirse al judaísmo (sic) a sus xxx años, la convicción del show mediático-mercantil gana muchísimo peso. Con lo que habrá ganado este hombre "por sus servicios".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una precisión: Juaristi se convirtió al judaísmo hace muchos años. Y sabe más que nadie de la historia de los judios españoles y de los cristianos nuevos.
      Dos: el artículo es indefendible, pero no permite generalizar sobre el resto de la obra del autor. En cualquier caso, para juzgarla hay que leerla. Sin Juaristi, la literatura española actual sería mucho más pobre.

      Eliminar
    2. D. B. Higgins (elogio de la listeza incomprendida)14 de febrero de 2017, 23:44

      Y sin los bombardeos nazis la catedral de Conventry no estaría hoy como nueva.

      Eliminar
  21. Martín: Eso tuyo de “vayamos por partes” no sé si está dicho con segunda intención... En cualquier caso, 1/. La frase con que cierras tu última intervención, “¿Tan difícil resulta aceptar que un amigo o un poeta que admiramos puede a la vez ser un articulista sin demasiado escrúpulos cuando se trata de arremeter contra los que considera sus enemigos políticos? Te la podría aplicar mejor a ti que a Juaristi; y con un matiz bien singular: que el común de los mortales distinguen, separan y enfrentan las nociones de amigo y enemigo, mientras que para ti, al parecer, los amigos puede ser también , a la vez enemigos, políticos o no, y como a enemigos los tratas. Allá tú. A mí me divierte polemizar, en especial contigo, pero no soy partidario de juzgar, cosas que no tengan que ver con la literatura y no simpatizo demasiado con los autos de fe, coroza incluida ni con los juicios sumarísimos y sin abogado defensor.
    2/. La piel del cerebro la tienes finísima y muy sensible, incluso puede que un poco inflamada últimamente. Llamar a boicotear el puesto que ocupa a dedo o discrecionalmente Ignacio Sánchez Cuenca es exactamente igual o, si quieres, parecidísimo, a pedir la expulsión, la dimisión o el boicot de Javier Fernández, al que tan cariñosamente aludes, citas y descalificas siempre que te viene en gana. Y en mi opinión, aunque tan sólo sea en mi opinión, eres mucho más injusto, extremado y atrabiliario en tus juicios sobre Javier Hernández que Juaristi en sus réplicas al chisgarabís de I.S.C.
    3/ Discutir sobre “la gravedad” del insulto de “soplona” (“¡Huy lo que ha dicho!”) es de patio de colegio, de parvulario. Cosa indigna de ti que siempre has sido un maestro en el arte del insulto, la ironía y el descabello verbal.
    Tus 4, 5, 6 y 7 por lo desmayada y tontunamente pedagógicos que resultan, además de reiterativos, no merecen respuesta. Pero insisto en que tu defensa de Ignacio Sánchez Cuenca, siendo tú quien eres (y tú eres lo que escribes) resulta de lo más penosa. Para este señor I.S.C., al que tanto admiras, quizás porque te miras en él como en un espejo, Javier Cercas, Antonio Muñoz Molina, Jon Juaristi, Fernando Savater, Felix de Azúa y otros grandes escritores en periódicos son sólo unos “figurones” que interpretan “su reconocimiento público como una forma de impunidad” y están llenos “de malas ideas y opiniones infundadas” (pag.13); “frente a ellos lo que domina es una actitud hipócrita”, “casi nadie se toma la molestia de (descalificarles) en público”. Pero no todos son “figurones” en el mundo periodístico e intelectual español. Ignacio Sanchez Cuenca también reconoce en su libro la existencia de sujetos mucho más valiosos. Por ejemplo “dos grandes periodistas, Jesús Maraña y Manuel Rico” y “otro excelente periodista y escritor, Miguel Mora” (pag.23). Aunque son los únicos que salen bien librados. Dado que Sánchez Cuenca es un auténtico polígrafo, me encantaría leer una historia suya de la literatura, el periodismo o el intelecto español. Sería una delicia o, como diría el propio Sanchez Cuenca, una “delicatessen”.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué cosas.
      1/ Cuando comento obras publicadas o comportamientos públicos no tengo amigos ni enemigos. Trato de ser lo más objetivo posible lo mismo con el libro de un amigo que con el de alguien que no me cae bien. Todo esto viene por mi indignación ante un artículo concreto Igual me indignaría si lo firmara, qué se yo, mi mejor amigo o mi peor enemigo.
      2/ Que Javier Fernández es mi monstruo favorito, lo reconozco. Se prestó a poner cara a un amaño (una especie de golpe de mano) que urdieron otros y para beneficio de otros. Si pudo la cara, es justo que reciba las bofetadas.Y si tú no ves la diferencia entre la "culpa" de uno (citar una tras otra las barbaridades de Savater, Azúa, etc) y la del otro (prestarse a encabezar la burla a los votantes de su propio partido), pues yo no puedo hacer nada. Y que yo aplauda que Sánchez-Cuenca se atreva al criticar ciertas cosas no quiere decir que coincida con él en todo, ni mucho menos.
      3/ Un insulto es un insulto. No necesito subrayar eso. Y decir que yo he sido un maestro en el arte del insulto, en fin... Yo soy más cuidadoso cuando empleo las palabras y no confundo la razonada descalificación con el insulto. Insulto sería llamarle a alguien "hijo puto"; demostrar que no tiene ni idea del asunto del que habla (un libro que no ha leído, por ejemplo) no es insulto o yo conozco muy mal la lengua española, aunque al susodicho le moleste.
      Y sí, Fernando Savater, interpreta su reconocimiento público como una forma de impunidad. Y esto lo puedo demostrar. Publicó un libro sobre ciudades y escritores que no solo no había escrito (era la transcripción de una serie de televisión solo en parte suya), sino que ni siquiera había leído (no podía haber dejado pasar los errores que se cometían en la transcripción). Lo comenté en una reseña, no la publicaron en el diario en que entonces colaboraba (dijeron que ya tenía otra: elogiosa, por supuesto), la publiqué en mi blog. Ningún suplemento se hizo eco de las falsedades savaterianas, todos elogiaron el libro. Y los errores eran muy de bulto, no cuestión opinable.
      Frente a eso (me quito el sombrero ante Sánchez-Cuenca cuya denuncia tuvo más eco que la mía), ¿qué importa que a Sánchez-Cuenca le guste Manuel Rico y tú lo detestes?

      Eliminar
    2. Mire Abelardo, mejor es "no meneallo", porque cuanto más lo menea más se pone usted en evidencia y más patente deja su confusión mental, que otros podrían calificar de empanada. Usted sí que mezcla cuestiones éticas con estéticas y demuestra que se puede ser editor o librero y no entender ni lo más mascado de un asunto. Se presenta usted fingiendo una altura que no tiene, una imparcialidad de la que está ayuno y una dignidad impostada, menospreciando los juicios ajenos y tratándolos de nimiedades de parvulario.... para terminar calificando ipso facto de "chisgarabís" (término científico y no-insultante donde los haya, uf!) al muy honesto Sánchez Cuenca, que ha cometido el crimen de airear algunos desatinos que escriben su querido pupilo y otros de su cuerda. No cuela, Abelardo, usted se suicida intelectualmente y no ofrece la menor garantía de coherencia. Y no va a conseguir que su propia confusión se extienda. Hágame caso, no meneallo.

      Eliminar
    3. Sí, Abelardo se suicida, pero lo peor es lo que tarda en suicidarse. Necesita pantalla y media de ordenador, qué desconsiderado. Hay que ver adónde llegan algunos para que les lean un poco.

      Eliminar
  22. D. B. Higgins (elogio de la listeza incomprendida)14 de febrero de 2017, 23:39

    Efectivamente, Entrerriano... Por cierto: este mote tuyo o gentilicio le vendría de perlas a Martín, por aquello de que nada entre dos aguas. Siempre. Porque no es tan audaz ni tan aguerrido ni de criterio tan insobornable como para decir siempre lo que piensa, cosa esta de la que suele jactarse, como también lo hace de una problemática inteligencia: nebulosa debe de ser, porque no acabo de verla con claridad. Y no solo eso, sino que, a veces -como tú bien dices- se escama con lo que algunos soltamos aquí, quizá por temor a ser objeto de la ira del presunto amigo, que vea cómo su compadre aloja en su Café a quien osa zaherirle con injusta saña o simplemente por hacerle un daguerrotipo más o menos atinado.
    Y entonces sucede que el que suelta tonterías asgaya es nuestro polígrafo, aventurando juicios sobre lecturas que el estima como no hechas por el prójimo, y que no justificarían, entonces, juicios tan adversos para con el temido colega, del que pudiera derivarse algún perjuicio indefinido.
    Además, nuestro perspicaz anfitrión cafetero parece ignorar que no haber leído la obra en cuestión no incapacita en absoluto para juzgar al personaje autor, como si no hubiese un filón considerable del que extraer argumentos contundentes.
    Y lo de este señor trasciende a ser de derechas o de izquierdas. Qué haya que explicar estas obviedades a persona tan lista como Martín...

    ResponderEliminar
  23. La mayoría de estos comentaristas hablan de oídas, de tercera mano. No han leído la poesía de Juaristi (salvo algún fragmento), no conocen su extensísima obra ensayística. Sólo conocen un par de clichés. Pero se permiten soltar la primera estupidez que se les ocurren. Este debate está enrarecido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El boxeador-poeta, el camarada Piquero, debe de ser de la línea Llamazares: a la hora de evaluar cualidades, para él la cuestión de la ética progresista está por debajo de la calidad literaria. Y aquí, alguno por lo menos, hacemos hincapié en lo energuménico del personaje. No entenderá el símil con Llamazares, pero yo sí.
      Su comentario es siniestro: es lo que tiene de izquierdista. ¿Otro que flojea?

      Eliminar
  24. La política en un escritor es como la lignina en el papel: forma parte constitutiva de la mezcla. Pero a más proporción de ella, más se oxida el papel y más pronto amarillea (da igual el signo político en eso).

    A un escritor (respondiendo al tal Miguel) la política activa le abre la puerta principal pero le bloquea la trasera, porque le esperan ahí para lincharle.

    Juaristi sí es un buen autor, en cualquier caso. A mí me gusta como poeta. Lo que pasa es que la política para un escritor (o un artista) es una carrera sobre brasas, demasiado corta y furtiva. Aunque a algunos les compensa, si les dan un cargo (o varios).

    El riesgo está en posar mucho la obra propia (que es lo importante) en esas mismas brasas, aunque tú las cruces rápido. Porque entonces la obra dura un fogonazo, antes de amarillear siquiera (no digo que sea el caso).

    ResponderEliminar
  25. A leer o releer:

    jueves, 15 de marzo de 2012
    Jon Juaristi: Suma de varia intención
    http://crisisdepapel.blogspot.fr/2012/03/jon-juaristi-suma-de-varia-intencion.html

    (Texto en el que JLGM nos recuerda ciertos "versos" del judío bilbaíno:

    “Yo me la llevé a la playa
    la noche de Aberri Eguna,
    pero tenía marido
    y era de Herri Batasuna”.

    “Con Barthes
    ni te cases
    ni te embarques”.)

    Y también:

    sábado, 19 de marzo de 2016
    La desfachatez intelectual
    http://crisisdepapel.blogspot.fr/2016/03/la-desfachatez-intelectual.html

    ResponderEliminar
  26. Por cierto, JLGM, ¿ha leído usted el "Unamuno" de Juaristi? Y si es el caso, ¿qué piensa de él? ¿Hay libros recientes, o que se puedan encontrar fácilmente, sobre el rector de Salamanca mejores que ése?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Dónde? Yo lo he buscado con Google en "Crisis de papel" y no lo he encontrado.

      Eliminar
    2. Se puede leer en este enlace

      http://www.lne.es/cultura/2012/10/22/nacionalismo-vasco-nacionalismo-espanol-unamuno-juaristi/1315460.html

      Eliminar
    3. Muchas gracias.

      Buscaba un artículo serio y objetivo (¡qué pocos críticos literarios de los que se pueda uno fiar hay en España!) sobre ese libro que dudaba en comprar y el suyo me ha hecho ver que no es el libro sobre Unamuno que yo busco (una biografía seria, fiable, exhaustiva).

      No creo que Juaristi se haya ocupado en su libro del Unamuno más interesante, el escritor paradójico, el pensador contradictorio.

      Y luego esos errores enormes que usted señala para mí son un signo claro de que el biógrafo conoce mal importantes aspectos de la vida del biografiado, por no hablar de su método de trabajo un tanto ligero (con lo fácil que es ahora comprobar datos y hechos en Internet).

      Eliminar
  27. Martín, al quitarte el sombrero ante el inexistente escritor Ignacio Sánchez Cuenca te quitas también todo lo demás. Lo tuyo es un auténtico streap-tease intelectual que te muestra cada vez más parecido a Manuel García-Viñó y su "fiera literaria". Si lo que más te importa es el éxito de "las denuncias" y te aplicas cada vez más a poner multas y a castigar y "desenmascarar" a los escritores que no concuerdan con tu canon ideológico, por muy buenos escritores o por muy buenos amigos tuyos que sean, por mucho que los admires o los quieras... ¡Ánimo! Te va a hacer falta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más bien striptease.
      Parece mentira, señor editor.

      Eliminar
    2. Parece mentira, Señor Anónimo. Escandalizarse de un error o errata en un comentario escrito a vuela-tecla es, en mi opinión (que muchos no comparten) lo más bajo a que puede llegar una persona presuntamente culta. Y tomarse la molestia de señalarlo, cuando no se puede corregir, una pérdida de tiempo.

      Eliminar
    3. Si fuera a vuela-trcla, con las prisas el Sr. Linares no hubiera dispuesto el guión. Eso es tan evidente como absurda la defensa desproporcionada que usted hace de una simple advertencia ortográfica. Sin darse cuenta pretende usted congraciarse con él blindandolo ante enemigos inexistentes. Una auténtica chiquillada solo comprensible en quien no puedo caer más bajo, de lo bajo que ya es. Los pequeños, en general se revuelven rabiosos.

      Eliminar
    4. Qué bobada, con perdón por señalar. Ahora resulta que el Señor Anónimo sabe en lo que con las prisas puede uno equivocarse y en lo que no.
      Ah, y yo no defendía a nadie: solo me burlaba del fervor ortográfico de algunos (siempre los más culturetas).

      Eliminar
    5. Martín, siempre salta usted sin saber distinguir entre la impertinencia y la simple advertencia de una curiosidad. Y lo hace bordeando la ofensa y el insulto, incapaz de contener tanta vehemencia.
      Lo que yo quise subrayar fue la sorpresa de que el Sr. Linares, pese a ser un conocido editor, invirtiera en el mismo error que muchísima gente ajena al mundo de las letras, asociando la I de strip a un inequívoco streap, igual que la I de tease.
      Eso era todo...

      Eliminar
    6. Se sorprendería usted de los errores en la ortografía de su propia lengua y de las ajenas los más destacados escritores. Por eso existe la profesión de los correctores. Antes de que usted lea un artículo o una novela de Vargas Llosa o de García Márquez ha pasado por una serie de atentos profesionales. Por eso decía yo lo de cultureta (sin ánimo de ofender). Revise usted los manuscritos de Lorca o de la novela Paradiso, de Lezama: ni una sola cita en otro idioma está bien escrita.

      Eliminar
    7. "blindandolo" lleva acento, Señor Anónimo: "blindándolo".

      ¿Errata o ignorancia?

      Eliminar
    8. Hejemplo simplón.

      Eliminar
    9. Haga el favor de copiarme 100 veces: "Antes de mirar la paja en el ojo ajeno debo mirar si no tengo una viga en el mío."

      Eliminar
    10. Sigue usted torpe. El colmo es recomendar pajas en el inocente ojo ajeno. Como le diría el villano Alberti en "El mono azul", paseante, váyase usted a paseo.

      Eliminar
    11. Y usted, a ver si "esdrujulea" un poco mejor...

      Eliminar
  28. Por cierto, en tu primera respuesta me dices, como si fuera cierto: "Yo he reseñado un libro de Sanchez-Cuenca...". Aquello no fue una reseña crítica del libro concreto y realísimo con sus mil limitaciones y defectos (el principal: estar muy mal escrito), sino una glosa entusiasta de los propósitos de Sanchez Cuenca que no son otros que descalificar a un grupo de escritores: Javier Marías, Felix de Azúa, Fernando Savater, Jon Juaristi, Antonio Muñoz Molina con los que en nada se puede comparar y a los que envidia hasta en sueños. ¡Quién supiera escribir! se dirá, homenajeando a tu paisano.

    ResponderEliminar
  29. 1/ Como publico una reseña a la semana desde hace más de treinta años, lo que yo me dedico a hacer está bien claro para quien quiera leerlas, amigo Abelardo, no hace falta que nos lo descubras.
    2/ Hay libros de muchas clases, pertinaz amigo, y del libro de Sánchez-Cuenca lo que destacaba no eran los primores de la prosa, sino que se atreviera a decir lo que tantos callaban. No es el único mérito posible de un libro, pero es un mérito. Y a esos escritores que me citas no necesitas ponderármelos, conozco bien sus méritos (y los he elogiado abundantemente), pero eso no quiere decir que cuando intentan colarnos mercancía averiada (cada vez más frecuentemente) no me preocupe de avisar a los lectores que confían en mi criterio (entre los que alguna vez te incluiste y espero vuelvas pronto a hacerlo de nuevo, "ya recobrada la razón perdida", como dijo no sé si Garcilaso o Campoamor).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imposible encontrar en internet "ya recobrada la razón perdida". ¿No será el "ya recobrados la quietud y el seso"
      de Campoamor?

      ("Habiéndome robado el albedrío
      un amor tan infausto como mío,
      ya recobrados la quietud y el seso,
      volvía de Paris en tren expreso...")

      De Garcilaso es el "vence el dolor a la razón perdida".

      ("Y ahora en tal manera
      vence el dolor a la razón perdida,
      que ponzoñosa fiera
      nunca fue aborrecida
      tanto como yo dél, ni tan temida").

      Eliminar
    2. Una mezcla que hace la memoria de los dos versos. Un juego, Paseante. Así funcionan la citas incorporadas a la memoria en una conversación. Otra cosa es un ensayo.

      Eliminar
  30. Acá el señor Abelardo encontró evidentemente su monomanía y la meta de su vida, que no parece ser sino denigrar al escritor Sánchez-Cuenca a toda costa, repitiendo tantas veces que es mal escritor que parece querer convencerse a sí mismo. Como si los demás no supiéramos ponderar escrituras y necesitásemos la guía obstinada de un recalcitrante y tedioso orientador.
    Y lo peor es que no se limita a este espacio. He visto intervenciones en otros foros del señor Linares, siempre acarreando su obsesión como se arrastra un fardo. Debería quedar agradecido a Sánchez-Cuenca, ha dado un sentido a su vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo sabía, Jalisco, pero algo sospechaba. Algo habrá hecho Sánchez-Cuenca que ha molestado especialmente a mi editor favorito.

      JLGM

      Eliminar
    2. ¿De veras cree JLGM que la crítica a Sánchez Cuenca "ha dado un sentido" a la vida de AL, que hasta ese momento, se supone, carecía de él? Pues vaya.

      Eliminar
    3. Lo que yo sospechaba es que algo le había molestado especialmente, no que había dado un sentido a su vida, Anónimo.

      Eliminar
  31. ¡ Hasta en Ciudad Real se habla de la polémica gorda y de esta sub-polémica !

    http://www.miciudadreal.es/2017/02/14/choque-de-trenes/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conocía ese comentario de José Rivero en su "Periferia sentimental". Muchas gracias.

      Eliminar
  32. Me he hecho la picha un lío. Con tanto trajín, no sé quienes son los que defienden a Juaristi y quienes a Sánchez Cuenca. En lo que sí parecen ponerse todos de acuerdo, más o menos, es en darle algún tirón de orejas rápido -así como el que no quiere la cosa- al señor Martín.

    Martín, a ver si modera usted con más garbo... ¡Ja, ja, ja...!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si quiere aclararse, Julian Bluff, lea lo que se dice en mi blog y en mi reseña de "Los árboles portátiles".

      Eliminar
  33. Martín, no es que no quiera leer tus reseñas y aproximaciones. Cuando son buenas, las leo; cuando son pésimas, las leo y las releo. Incluso con incredulidad.
    Si quieres darle bombo a Sánchez Cuenca, allá tú; pero en mi opinión lo haces por razones ideológicas, no literarias y siendo tú, ante todo, crítico literario extraña “una miaja” que seas tan poco crítico con alguien tan poco literario como Ignacio Sánchez Cuenca. Su libro está mal escrito y sus argumentos son parciales y chapuceros. Tanto que para argumentar que a ciertos escritores de más de cincuenta años se les permiten demasiadas cosas, por EL PAÍS en particular y por la prensa escrita en general, a lo primero que hace referencia es a un programa de televisión, no a un periódico.
    Ya sé que tú y multitudes simpatizan o podrían simpatizar con I.S.C. Como lo harían con una Salvador o lo hacen con Sálvame, pero no me impresiona. ¡Salud!

    ResponderEliminar
  34. En la plaza de Linares prefieren a los matadores tremendistas. Malos, pero que vendan billete. Estos empresarios de puro en boca y sortija en el pulgar no caen en mariconadas ideológicas. Y para una vez que opinan de política lo hacen poniendo en peana a Javier Fernández.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me importa rectificar, amigo Abelardo. Reconozco que no elogié a Sánchez-Cuenca por sus virguerías estilísticas ni por la profundidad de su pensamiento, sino porque, en relación con ciertos ilustres colaboradores de prensa que se aprovechan de su prestigio para hacernos tragar mercancía podrida, dice lo que yo digo siempre sin que se me haga ningún caso. A él se lo han hecho. Le envidio por eso.

      Eliminar
  35. F. (A Miranda Cerezo)17 de febrero de 2017, 15:55

    Ay, libertad, libertad adjetivada...
    Miranda, reina, cuántas tropelías
    se cometen al socaire
    de esa libertad mercalizada...
    Yo, ingenuo por naturaleza,
    creía que el mercado libre era
    elegir entre comprarle a Marieta los boniatos
    de su huerta abierta en la ripa del padre Llobregat;
    o mercarle las pálidas endivias
    a Umar ibn Fatalí, un morito con puesto en el Rabal,
    en la calle de Tallers por más detalle,
    y no a Zoilo el de Carmona,
    personaje un tanto esaborío.
    O comprar unas toronjas o un cucurucho
    de frutas tropicales
    que trocea, envasa y colorea
    Quimo Camprubí -con almacén
    en la Plaça de Cinto Verdaguer-
    en una lonja lateral que tiene,
    según se entra a la izquierda,
    en el mercado de Santa Caterina,
    y pasar del almuerzo, por aquello
    de la imperiosa carestía.
    O hacerme con un pejesapo que amenaza
    a los guiris desde su rampa helada
    en el puesto de Narcís Etxebarría,
    con casa hipotecada en el Eixample.
    Pero no, resulta que el mercado
    a eso trasciende, y nos quiere
    convertir en contable mercancía:
    no somos más importantes para el Amo
    que un manojo de puerros de La Boquería.

    ResponderEliminar