domingo, 20 de mayo de 2012

Razón de más: Elogio de la adulación


Sábado, 12 de mayo
SIEMPRE JUEGO

Como soy bastante infantil, todo lo convierto en juego. Comprar, por ejemplo. Lo hago casi todos los días. No me gusta llenar la nevera y estar pendiente de las fechas de caducidad. Me divierte entrar cada día en un supermercado distinto: hoy en el Mercadona, mañana en El Árbol, Alimerka o Masymás. Todos me salen al paso, según vuelvo a casa tras tomar un café con los amigos o con unos cuantos libros. Los sábados es el día del Carrefour, en Los Prados, tras leer o escribir en el Caffè di Roma. Me gusta comparar precios y productos. Sé dónde venden los mejores yogures, la mejor fruta, dónde tienen la mayor variedad de pan. Me relaja mucho este paseo diario entre las estanterías. Nunca dura más de diez minutos. Y el importe jamás supera los quince euros. Voy sumando mentalmente los precios mientras echo los productos en la cesta y al final, otro juego de niño, me divierte ver la cara de sorpresa de la cajera cuando comprueba que llevo ya en la mano exactamente los, por ejemplo, siete euros con quince céntimos del importe. Me gusta saber el precio de las cosas, y no pagar por ellas más de lo que valen, pero tampoco menos. Si pago menos sé que le estoy robando a alguien o que alguien está intentando comprarme o engañarme.


Domingo, 13 de mayo
AHÍ SIGUE

Las barbaries caducan. ¿Quién se acuerda hoy de la matanza de refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila? A mí me lo recuerda de pronto Jean Genet. En uno de los puestos del Fontán, encuentro por un euro sus Cuatro horas en Chatila, editado por el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe cuando se cumplían veinte años de los asesinatos. Ahora se cumplen treinta. Los ejecutores materiales fueron las milicias de la ultraderecha libanesa. Los israelíes, que custodiaban los campos, de inmediato se lavaron las manos. Begin, en el parlamento, declaró: “Unos no-judíos han masacrado a otros no-judíos, ¿en qué nos concierne eso a nosotros?”. Pero Jean Genet estaba allí para contarlo: “Hay que saber que Chatila y Sabra son kilómetros y kilómetros de callejuelas estrechas –las callejuelas son tan angostas que dos personas no pueden cruzarse a no ser que uno se ponga de perfil–, obstruidas por escombros, bloques, ladrillos, harapos multicolores y sucios. En una noche, bajo la luz de los cohetes israelíes que alumbraban el campamento, quince o veinte francotiradores, aun bien armados, no hubieran logrado hacer esa carnicería. Los asesinos participaron en gran número y probablemente también escuadras de verdugos que abrían cabezas, tullían muslos, cortaban brazos, manos y dedos, arrastraban, trabados con una cuerda, a gente agonizando, hombres y mujeres que vivían aún porque la sangre ha chorreado abundantemente de sus cuerpos”. Los israelíes no estaban a doscientos metros de la entrada del campamento, estaban a cuarenta. La noche de la masacre, ¿a qué altura tuvieron que poner el volumen de sus emisoras de música para no oír los gritos? Algunos seguro que todavía los oyen. ¿Los oye Ariel Sharon, entonces ministro de Defensa y al que todos los indicios apuntan como responsable último del genocidio?
A Ariel Sharon, años después, cuando era primer ministro, un derrame cerebral le dejó entre la vida y la muerte. Y ahí sigue, ni muerto ni vivo, escuchando los gritos de los niños, de los ancianos, de las mujeres masacrados en Sabra y Chatila, y sin poder mover un dedo. Como no lo movió entonces. No me imagino un infierno peor.
 Muertos o vivos, los que propiciaron el crimen, los que no hicieron nada para impedirlo, los que se taparon los oídos o pusieron la música más alta mientras sonaban, seguirán escuchando los gritos de las víctimas por toda la eternidad.  


Lunes, 14 de mayo
MISTERIOS INEXPLICABLES

Termino el curso agobiado por las clases. Pero no me quejo. Según me comunica el director del Departamento, el próximo curso tendré que añadir alguna otra asignatura, y de las que se imparten por primera vez. No me preocupa trabajar más, todo lo contrario. El trabajo es mi terapia antidepresiva. Unos combaten con el juego o la bebida o la comida sus carencias afectivas, yo las compenso con el trabajo.
No me preocupa trabajar más, sino no hacerlo bien. El mejor actor deja de serlo si ha de representar tres funciones el mimo día.
            Lo curioso es que la Universidad de Oviedo, que sobrecarga a unos profesores, a otros les paga el sueldo íntegro para que se queden en casa. Más de una vez me he referido a esas prejubilaciones anticipadas a las que me negué a acogerme. Para mí son un misterio todavía mayor que el que un doce o trece por ciento de los asturianos votara a Cascos en las últimas elecciones. Mientras se debate retrasar la edad de jubilación, la Universidad de Oviedo manda una carta a los profesores que cumplen sesenta años con la siguiente oferta: si se prejubilan, no solo cobrarán la jubilación íntegra, sino que, hasta los setenta, recibirán todos los complementos como si estuvieran trabajando y no les afectará ninguna posible rebaja de sueldo de los funcionarios. Este curso, cinco profesores de mi Departamento aceptaron la oferta (entre ellos uno que acabada de ser nombrado catedrático). Y las clases que ellos no dan tenemos que repartírnoslas los que quedamos, con el consiguiente deterioro de la calidad de la enseñanza.
            Quizá exagere un poco al decir que ese es un misterio superior aún al del voto a Cascos, pero que es un misterio nadie me lo podrá negar. Y lo más curioso es que esa estrafalaria decisión la tomó la Universidad de Oviedo sin escudarse siquiera en las presuntas exigencias de Bolonia, que es la coartada que ahora sirve para esconder cualquier absurdo sin justificación ninguna.


Martes, 15 de mayo
ABRA LA BOCA

Mi amigo Fernando Iwasaki escribió el cuento de terror más breve del mundo: “Abra la boca, dijo el dentista”. Siempre lo recuerdo cuando el dentista, como esta tarde, me dice: “Abra la boca”.
            Cuando nos cansamos de andar un día sí y otro también llevando el coche al taller, cambiamos de coche. Deberíamos poder hacer lo mismo con el cuerpo viejo. Qué maravilla entrar en la tienda y decirle al amable dependiente: “Lo quiero un poco más alto, no demasiado musculoso, una ligera miopía no me parece mal, el pelo castaño y que no se me caiga al poco tiempo”. Luego lo colocamos a un lado de la cabina, nos ponemos en el otro, apretamos un botón, parpadean unas luces y a los pocos segundos, casi a la velocidad de la luz, nuestro cerebro se instala en la nueva carcasa y este cuerpo viejo, que tantos problemas nos da, cae por una trampilla a una rampa deslizante que de inmediato lo lleva a la planta de reciclaje.
            Estas cosas pienso mientras el dentista trajina acá y allá como el mecánico en el taller. Pero tampoco hay que ser injustos. Para los años que lleva funcionando, no ha parado un momento desde 1950, tampoco me da tantos problemas este trasto. No se si lo cambiaría, aunque pudiera. Se le acaba cogiendo cariño.


Miércoles, 16 de mayo
LECTOR Y PERSONAJE

Parece que la pesadilla ha terminado. Yo estaba seguro de que Ignacio Prendes, el diputado de UPyD, no iba a cometer ningún disparate. Entre otras cosas, porque no podía. Eso de que la izquierda y la derecha estaban empatadas en Asturias no pasaba de ser una falacia. Uno de esos dos partidos de derecha había convocado elecciones porque no había sido capaz de llegar a un acuerdo con el otro. Si no habían llegado antes (cuando sumaban la mayoría absoluta), ¿cómo iban a llegar después? A Ignacio Prendes le bastaba abstenerse para que en Asturias gobernara quien había ganado las elecciones. Pero jugó a dejarse querer, a ser reina por un día, a ocupar el centro del escenario. Disculpable vanidad.
Durante la campaña electoral, cuando yo ni había oído mencionar su nombre, en la plaza del Ayuntamiento me alargó un folleto. Vi de qué partido era (me gusta poco, como bien sabe mi amigo Abelardo Linares, simpatizante) y lo rechacé. Entonces dijo: “Le leo, le leo todas las semanas”. Inmediatamente cambié de actitud: recogí el papel y charlamos un rato. Por eso yo, mientras se desarrollaba el vodevil de estos días, no me preocupaba demasiado: a cualquier lector mío, la inteligencia se le supone. Javier Almuzara no las tenía todas consigo: “Tú dirás lo que quieras, pero parece que Prendes va a apoyar a Cascos”. Y yo: “Tranquilo, Almuzara, tranquilo. No le van a votar ni él ni la señora esa que cada vez que entra a ver a su exjefe sale con una propuesta distinta”.
            Tranquilo, Almuzara, tranquilo, le decía. Pero yo no lo estoy aún del todo. ¿Qué última traca hará estallar para despedirse el político más reacio a la lógica, el sentido común o la racionalidad que haya existido nunca? Quizá refugiarse en el búnker con los más fieles y brindar con cianuro. O simplemente hacer lo que está deseando hacer desde hace un año: dejarlo todo, respirar aliviado, irse de caza y prometerse a sí mismo que jamás volverá a meterse en camisa de once varas.
La verdad es que, como político, Álvarez Cascos puede no valer nada, pero como personaje literario no tiene precio. Es digno de Dostoyevski.


Jueves, 17 de mayo
SABER VIVIR

Del libro de Michael Pollan Saber comer me quedo con dos reglas: “Tómatelo todo con moderación, especialmente la moderación”. “Sin un capricho de vez en cuando ninguna dieta es verdaderamente equilibrada”.


Viernes, 18 de mayo
NADIE ME ADULA

Da un poco de vergüenza hablar de ciertas cosas. Confesar que leo el horóscopo, por ejemplo. O peor aún, la razón porque lo hago. Todos necesitamos que de vez en cuando nos adulen un poco. Que nos digan exactamente lo que queremos oír. Lo listos, lo guapos, lo buenos que somos. Y a mí ya, a estas alturas de la vida, el único que me adula es el horóscopo. Soy Géminis. Y raro es el día que no me encuentro con  frases como: “Hoy deslumbrará a todos con el brillo de su inteligencia”, “Su personalidad versátil le permite adaptarse a cualquier situación y sacar el mayor provecho”, “La confluencia de Mercurio y Júpiter acentuará su capacidad de seducción”, “Vencerá en cualquier discusión, nadie podrá resistir el rigor de sus argumentos”.
            El éxito de una persona se mide por la cantidad de aduladores que le rodean. Yo tengo que conformarme con la letra pequeña del horóscopo. No es que me crea lo que dice, pero me gusta que me lo diga. 


13 comentarios:

  1. Eres el mejor y aportas delicadeza, reflexión, sensatez y belleza al arte y el pensamiento.
    Te estás convirtiendo en un personaje literario per se, recorriendo ciudades y lugares con encanto. Eres encantador y particular, a la vez.
    Las fotos, originales.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario seguro que lo ha escrito la misma persona que redacta los horóscopos de "La Nueva España", que a mí me gustan tanto. Muchas gracias. Ya no podré decir que solo me adula el horóscopo.

    JLGM

    ResponderEliminar
  3. La pedrería de los ojos de los Dioses refulge en el estertor húmedo de las selvas quemadas, atravesadas por maltrechas embarcaciones de refugiados.
    Las vistosas danzas son tejidos gestos que representan leyendas guerreras y pasiones encontradas, de mortales y adoratrices de Vishnú.
    Todo arde, como las piras funerarias de las viudas, como la llama encendida del cosmos, tras la gasa de los apegos.
    En las espesuras de la jungla, las efigies del Buda, brotan de cobre y marfil, elevándose sobre la tierra de ríos amarillos;
    templos cuyas cúpulas con mandalas, que cubren esencias de sándalo y especias.

    LA DULZURA ES SIEMPRE MELANCÓLICA, AL MOSTRAR SU ENIGMÁTICO ENCANTO, SIN INTERÉS O EMBUSTE, INTENTANDO QUE SEAMOS CAPACES DE EXTINGUIR LA OSCURIDAD DEL EGO.

    Un saludo a quien es tan perseverante, constante y trabajador.

    ResponderEliminar
  4. Muy buen artículo, rico, variado e inteligente.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Te auguro un paraíso o Parnaso al lado de "las mil y una noches ", del Gog de Papini, de Borges, de Horacio, de Virgilio, de Homero, de Dante; de Plauto, Plutarco, Terencio y Séneca, a Shakespeare,Goethe, Laotsé, San Juan de la Cruz, Tennyson, Lope de Vega, T.S. Elliot, Pessoa , Walt Whitman, Cervantes o Antonio Machado.

    Que tus días sean largos, gloriosos, cubiertas tus sienes por la corona de laurel victoriosa.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias por esta nueva muestra de adulación. Los buenos deseos, aun con punto de ironía, son siempre bien venidos.

    JLGM

    ResponderEliminar
  7. El poeta es un fingidor. Por mucho que aparentemente desvele muchos aspectos de su vida, aparece siempre como un intacto misterio poliédrico. Es inteligente, sagaz, tierno y delicado ( pero no demasiado ), salvo con las personas de confianza probada. Cree en el jardín de los amigos o sociedad de los amigos de Epicuro pero todo con moderación y mesura.
    Es un Sócrates, es un Oscar Wilde, es un Keats,un socialdemócrata liberal avanzado pero también conservador; es un sabio local, amigable y solitario, sencillo y de alta cultura, entrañable y cultísimo, hecho a sí mismo.

    Es usted un pedazo de artista vocacional.

    ResponderEliminar
  8. Nos vemos en Angkor Vat, Nazca, Potala, Macchu- Picchu. Alepo. La Alhambra, Bali, La Alhambra, Mykonos, Sevilla, Petra, Roma, Capadocia, Estambul, Zanzibar, Kyoto, Praga, Alejandría, Nueva York, Luxor, ...

    ResponderEliminar
  9. Sí, soy un "intacto misterio poliédrico", anónimo analizador, o sea, soy una persona como las demás. Esa es la más atinada definición del ser humano que conozco.
    Y en cuanto a "true traveller": más facil será que nos veamos en Oviedo o en Avilés.

    JLGN

    ResponderEliminar
  10. Supongo que, debido a esa disculpable inclinación a las adulaciones, que le vuelve benevolente con quienes se las prodigan, manifiesta en uno de sus apuntes una consideración, a mi juicio, demasiado generosa con el Sr. Prendes. Como en la monocorde canción de Jarabe de Palo, Asturias más que en la incertidumbre, se ha estado debatiendo durante cincuenta días en el “depende”, Y apurando el chiste fácil, incluso en el “deprendes”. Porque lo que después de las últimas elecciones autonómicas constituía una novedad que podía tener, por mor de las cuentas, más influencia que la que los votos parecía otorgarle —la elección de un diputado de UPyD—, se ha ido convirtiendo con el paso de los días en un intento desproporcionado de notoriedad. Para cualquier observador desapasionado, el comportamientode la derecha en esta región ha sido un muestrario vergonzoso de hostilidades y traiciones. El gobierno de Foro, una palmaria manifestación de inoperancia. Las conversaciones para solventar el desacuerdo y promover un gobierno estable entre Cascos y la Sra. Fernández, una escenificación a duras penas camuflable de la inquina. Pues bien, esa era una de la posibilidades que se le ofrecía al hamletiano Prendes para convertir su escaño en trascendente. La otra, por la izquierda, el gobierno del PSOE e IU,que pocos días después de conocerse el resultado de las urnas aunaron fuerzas para constituir un ejecutivo estable. Presentado así el estado de la cuestión, pocas dudas deberían caberle a cualquier fuerza que en la tesitura de inclinar la balanza, y desde una posición ideológica “transversal”,tuviera que decantarse entre el cainismo de la derecha o la predisposición de la izquierda. Es perfectamente entendible que a todo pacto se le exijan condiciones y que se aprovechen las posiciones de ventaja que las circunstancias nos brindan. Ahora bien, lo que parece un despropósito más propio del tarambanismo de una fuerza política pretenciosa, son las condiciones establecidas por UPyD para alcanzar un acuerdo. El documento en que se resumieron sus premisas, una pocas páginas, estaba lleno de buenas intenciones, pero apenas si contenía ninguna medida concreta (véanse por ejemplo, las referencias a la sanidad, despachadas en unas pocas líneas sin enjundia alguna, o las que se le dedicaron a la educación o la función pública, tan retóricas como vacías), y tenía como corolario tres condiciones sine qua non que, a modo de mantra, ha ido proclamando el representante magenta: comisión de investigación del caso Marea, fusión de municipios y modificación de la normativa electoral. En medio del marasmo económico en el que nos manejamos,con la amenaza que pende sobre industrias, sistema educativo, prestaciones sanitarias y amparo social, las líneas rojas impuestas por los de Rosa Díez tenían que ver, sorprendentemente, con un escándalo de corrupción sobre el que la justicia lleva investigando meses y al que no parece que una comisión parlamentaria pueda darle más luz que la que se desprenda del rigor policial y judicial; con una concentración municipal que no es en Asturias donde más urge y con la que tampoco parece que vaya a avanzarse mucho en la recuperacióneconómica de la región; y con la modificación de un régimen electoral al que se llegó tras un pacto unánime de las fuerzas políticas de la provincia y que, de necesitar mejoras, sería apropiado que se reformase en iguales condiciones de consenso. Prendes, más que reina por un día, ha querido ser fallera mayor. Y hasta se ha permitido, en una sobreactuación de figurante crecido, una broma de poco gusto en su discurso inaugural en la Junta General. Eso de "Sr. Fernández no le doy mi confianza... Se la presto". Vamos, que entiendo que dado que se le confesó lector fiel, Vd. le haya prodigado cierta consideración, pero permítale también a este lector impenitente de sus diarios la posiblidad de ofrecer sobre el citado catecúmeno una visión distinta. Gracias y un saludo adulador.

    ResponderEliminar
  11. Distinta, no: eso es exactamente lo que yo pienso. Y algo peor: un partido que surgió, entre otras cosas, para evitar el chantaje de los nacionalistas (condicionar el gobierno con dos o tres diputados), lo primero que hace cuando tiene ocasión es realizar el chantaje que criticaba.
    Pero, como todo podía haber sido peor, como la señora Fernández parecía capaz de dejarse devorar por Cascos, pues digamos que bien está lo que bien acaba. Y ahora que haya suerte: la vamos a necesitar.

    JLGM

    ResponderEliminar
  12. Me ha parecido muy bien el recordatorio terrible de Sabra y Chatila.
    Sin caer malamente en lo panfletario, en el libelo ramplón, se echa de menos un poeta verdadero, no necesariamente social, que cuente y nos refiera el lado oculto de muchas realidades olvidades o semienterradas por la comodidad y los intereses de falsarios.

    Con la que está cayendo, ahora mismo, con los recortes y " contrareformas", no estaría de más un poquito de compromiso, compatible con todas las huellas líricas intimistas de la historia poética universal. Muchas gracias.

    ResponderEliminar