jueves, 30 de abril de 2009

A la sombra del verso

De paso por Mondoñedo, encontré en la librería Alvite, en la plaza de la catedral, un libro de Álvaro Cunqueiro que no conocía, Viajes y yantares por Galicia, recopilación de artículos publicados en la revista Vida Gallega. En el ejemplar que yo compré alguien había incluido una doble página de un viejo número de esa revista, con una serie de poemas en gallego firmados por Benito Soto, el pirata de Pontevedra cuyas peripecias noveló José María Castroviejo. Los versos que siguen pueden ser suyos, aunque yo me inclino más bien a pensar que su autor es Cunqueiro y que utilizó ese pseudónimo como guiño a su fraternal amigo.




EL INVIERNO EN SANTIAGO

Un mediodía frío,
un comedor pequeño y caliente,
cuatro amigos que sepan estar callados
hasta los postres,
que no fumen hasta tomar café.
Por la ventana se verá llover
y se oirá cómo pasan
los hombros del viento
rozando los cristales.


OURENSE

Es mediodía en la puente Barbantiño
Es mediodía en un huerto y en un limonero
al que quemó la helada,
un mediodía de oro.
Sobre mi mesa tengo
un gran fruto amarillo
del limonero resucitado
y quiero saber lo que hay en él,
qué noticias me trae de la muerte.
Lo parto en dos y escucho
una voz tibia y sorprendida
como aquella brisa que en el huerto
en la orilla del Miño
suave acariciaba la mañana.




FÁBULA DE MONFORTE

Monforte es una torre,
una puente y un río
y una alta plaza donde el viento
—entre espinas, crepúsculos pisando—
sabe versos de Góngora.
Erguida geometría,
un abrazo romano
a las célticas aguas del Cabe,
y a los pies del castillo
bíblico olor de higueras medievales.

Monforte es una clara
noche de primavera
en que titilan todas las estrellas,
sonríe Galatea
en brazos del viajero
y el cíclope burlado se lamenta
en el silbo de las locomotoras




TUMBA DE SIR JOHN MOORE

Jardín de enrejadas
ventanas de convento,
cipreses, mirto y rosas,
en donde yace el héroe.

Jardín de soledades
en donde la mañana
lentamente se adentra,
se enclaustra, me reclama..

Los navíos que parten
y la luz que se queda.
Ceniza de los sueños,
el viento la dispersa.

Tan hermosa mañana,
tan hermoso estar muerto.
Solos la luz y yo
y el Jardín de San Carlos.


NOCTURNO TUY

Envuelto en silencio,
abre sus labios de piedra,
hiedra o musgo
a la menuda lluvia primaveral.
Cualquier ruido lejano
se clava en él como una aguja en la carne.
Cuando cesa la lluvia, la luna
ilumina la ciudad y en lo alto
de la torre de Soutomaior
aparece la dubitativa
sombra de un fantasma
que no sabe si teme o desea
que de más allá del Miño
lleguen, a arrebatarle el corazón,
los caballeros de Portugal.




NOSTALGIA DE LUGO

Desde la muralla, por la puerta de San Pedro,
al sol de mayo o junio,
los Ancares cubiertos de nieve.
La nieve azul de los perfiles,
la nieve negra de las sombras
y más allá un país de eterna primavera,
el país donde florece el limonero.
Recorrer una larga, estrecha y antigua calle,
vagar, silbante, con las manos en los bolsillos,
mirándolo todo, oliéndolo todo:
esa pequeña tienda
que solo cuelga en el escaparate
una ristra de cebollas,
ese húmedo portal del gran caserón,
la charlatana barbería,
y al final la plaza porticada
—Rua Nova, Praza do Campo, ensalmo
de los nombres en la memoria
como versos de algún trovador—
donde pasar las horas y los sueños
oyendo caer el agua de la fuente




EL MERCADO DE HIERBA

Si yo fuese pintor
ya habría pintado una y mil veces
el mercado de hierba de San Lucas
en la plazuela de la Fonte Vella
junto a la Porta da Vila,
allá, en Mondoñedo.
No creo que pueda comparársele
ningún mercado del mundo,
ni el de las rosas en el Farfistán
ni el de los tulipanes en Harlem.
Cuando queda desierta la plazuela,
noche ya, se oye caer el agua en la fuente
y se aspira el fino y fresco olor de la amargosa.
Así deben de oler
las infantas de Irlanda y Bretaña,
así huelen las horas del alba
en los prados húmedos de rocío.

1 comentario:

  1. Conocí a Alvaro Cunqueiro siendo yo un niño, ya que era amigo de mi padre. Realmente era todo un personaje, un hombre encantador y alegre, gran conversador y excelente escritor. Creo que no se le conoce lo suficiente. Un saludo.

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