Domingo, 6 de abril
NO ENTIENDO NADA
Leo, en primera página, bajo
un gran titular: “El mundo que ha visto evaporarse billones de dólares en un
par de días afronta el riesgo de una recesión global tras la imposición de los
aranceles más altos en un siglo por parte de Estados Unidos”.
¿Cómo se evaporan billones de dólares por unas medidas
que aún no han sido aplicadas? Me imagino que como las fantasiosas riquezas de
la lechera cuando, al ir al mercado, dio un tropezón y derramó toda la leche
que llevaba en un cántaro.
La escandalera levantada por las medidas económicas de
Trump le da la razón más que la quita. Parece que el bienestar económico de la
mayoría de los países dependía de sus exportaciones a Estados Unidos. Ahora van
a vender menos en ese mercado, porque sus productos se encarecerán allí, pero siguen
abiertos los mercados del resto del mundo. Y tienen además el arma de responder
al desdén con el desdén, de presionar a Estados Unidos dificultando sus
exportaciones.
---Se nota que no entiendes nada de economía, Martín. A
ver si en las próximas tertulias te doy un par de clases y aprendes al menos
las cuestiones básicas –me dice Daniel Rodríguez Rodero, nuestro sabelotodo
favorito.
---Deberías dárselas a los periodistas que informan de
esto. Resulta que, según ellos, Trump toma medidas que dañan gravemente a la
economía de su país, pero los que se lamentan y lloriquean son los otros
países, sobre todo ese belicoso pollo sin cabeza que se llama Unión Europea.
Lunes, 7 de abril
EN CONTRA Y A FAVOR
Qué aburrido sería el mundo
sin la polarización habitual. Cada poco se saca un tema y el personal de
inmediato, sin pensárselo dos veces, se posiciona a favor o en contra. Y siguen
encendidos debates en las redes sociales hasta que llega el nuevo trending
topic.
Todo pasa, todo es verdura de las eras, tanto los Errejón
como los Montoya. Solo Trump parece dominar el arte de monopolizar las
tertulias por los siglos de los siglos.
Martes, 8 de abril
UNA HISTORIA DE AMOR
Que a Susana Rivera le gusta
tirar piedras contra su propio tejado lo demuestra una vez más incluyendo en su
Facebook el enlace a un artículo de Borja Martínez. Aclara ella misma en ese
artículo un hecho fundamental en la vida de Ángel González. En el homenaje al
poeta en la Caja de las Letras llamó la atención la presencia de las dos
“ahijadas” suyas, Cristina y María Gil Bürmann, “de las cuales hasta la fecha
solo tenían noticia algunos allegados”.
“Pocos días después –continúa Borja Martínez--,
en su página dominical en el diario El Comercio, José Luis García
Martín completaba la labor de desvelamiento de las hermanas Gil Bürmann”. Escribía
yo que, en 1990, Emilio Alarcos durante un curso de verano en Laredo, me había
contado que Ángel González tenía dos hijas, “que le llaman tío Ángel y que le
quieren y a las que quiere mucho. La madre estaba casada con un militar y
llevan su apellido. Fue el gran amor de su vida. Cuando se marchó a América, le
propuso a María acompañarle, pero ella no quiso o no pudo o no se atrevió. Llevaba
las fotos de las niñas en la cartera, me dijo Chus Visor".
Esa última afirmación es falsa, según Susana: "Ángel
no llevaba las fotos de las niñas en la cartera, porque desde que yo lo conocí
no llevaba cartera". Pero cuando ella le conoció el poeta tenía más de
cincuenta años y sus hijas ya no eran niñas y a su primera mujer, Shirley
Mangini (todavía en 1980 Shirley Mangini González), quizá no le habría gustado
encontrárselas.
---Es
posible que esa ceremonia sea la traición más grande que le hayan hecho a
Ángel, peor que haberlo engañado con la Fundación y luego haberme difamado a mí.
En el libro que tenía que haberse publicado como sus memorias, y que García
Montero publicó como una 'novela' suya, se dice claramente que Ángel no
quería que se hablara de su vida en Madrid en los 50 y 60. Era una
condición sine qua non que García Montero vulneró y luego
García Martín.
“Te
enamoraste en Madrid y de alguna vecina madrileña”, le dice García Montero en Mañana
no será lo que Dios quiera. Y el poeta responde: “Habíamos quedado en que
no íbamos a contar nada de todo eso. Mejor no acercarse a terrenos pantanosos”.
Pero
esa promesa, si es una promesa, afecta a García Montero. Y él no la incumplió:
nunca dijo públicamente que las ahijadas del poeta fueran en realidad sus
hijas. Hasta la fecha, hasta este artículo de Borja Martínez, solo lo había
dicho yo, que no hice ninguna promesa.
Ahora
quien añade detalles sobre esa secreta, hermosa y dolorosa historia es la
propia Susana Rivera. Ángel González se marchó a Estados Unidos a comienzos de
los 70 huyendo de una relación imposible con una mujer casada: "Ángel no se sentía exactamente culpable
porque creía sinceramente que su huida estaba justificada, pero no estaba
orgulloso de su comportamiento, de haber abandonado a la mujer que amaba –amor
correspondido– y a sus dos hijas". Al parecer mantuvieron el contacto en
la distancia y Ángel González las visitaba cuando volvía a España hasta que fue
dejando de hacerlo. La última vez que vio a María fue después de una lectura en la Residencia de Estudiantes pocos meses antes de morir. “Y se tuvo que
identificar porque no la reconoció", asegura Susana Rivera. Y aún hay más:
en 2021, una de las hijas del poeta contactó con Susana porque quería publicar una
antología de poemas de Ángel González, "me imagino que para destacar los
poemas de amor escritos durante su relación con su madre". Dice que
primero pensó en dar el permiso, pero que se negó al sospechar que “detrás del
acercamiento estaba la mano de García Montero.”
Me
alegra no ser solo yo quien ha hablado en público de las dos hijas del poeta.
Todos lo sabían y callaban, como si de hechos semejantes –un gran amor que da
origen a alguno de sus mejores poemas, ser padre-- se pudiera prescindir en una biografía.
¿Sabrá
también –y lo calla-- Susana Rivera que Ángel González no solo dudó mucho antes
de decidirse a crear una fundación, sino también sobre quién debía gestionar
sus derechos? ¿Sabrá a quién debe que cambiara el testamento en el último
minuto para dejárselos a ella?
Miércoles, 9 de abril
OTRA VEZ, CON
SENTIMIENTO
¿Por qué razón odia tanto
Susana Rivera a los mejores amigos de Ángel González? Ella misma lo cuenta en
el artículo de Borja Martínez. La razón, o la que parece la principal razón,
son los diez mil euros que le “sacaron” a cuenta de la fundación: "Cuando
estaban atormentando a Ángel para que dijera que quería una fundación, le
aseguraron que ellos conseguirían el dinero, pero luego no hicieron ningún
intento, simplemente me lo sacaron a mí. Ángel me lo había prohibido, dijo que
él no se levantaba monumentos a sí mismo. Pero yo, con tal de que se levantara
la fundación, desembolsé".
Sigue la historia: “Según Rivera, el patronato no hizo
nada para conseguir ni una sede propia, ni financiación ni definir los fines y
propósitos de la fundación. Le ofrecieron la cesión de unas exiguas
dependencias en el Archivo Histórico de Oviedo, a lo que ella se negó. En una
reunión en 2009 le propusieron la celebración de un congreso ‘mundial’ dedicado
a Ángel González como una manera de poner en marcha la fundación por la vía de
los hechos”. Para ella eso era levantar la casa por el tejado.
“¿Cómo
podía una fundación todavía inexistente, y sin fondos ni personal, organizar un
congreso?", recuerda la viuda. "Les comuniqué que yo no donaría nada
ni les daría más dinero hasta que la fundación estuviera consolidada,
jurídicamente respaldada, y su solvencia económica garantizada durante 25 años.
Ese fue el detonante para que abandonaran el proyecto de levantar la fundación.
Y digo 'abandonaron' porque nunca dimitieron, como es debido".
¿Pero
cómo puede alguien garantizar la solvencia económica de una fundación durante
25 años? Solo si el fundador tiene una fortuna como la de Juan March. Si
depende de subvenciones públicas, tendrán que ir aprobándose legislatura tras
legislatura.
En
resumen –concluye Borja Martínez--, que “la fundación quedó como un ente
fantasma y Rivera nunca recuperó el dinero”.
Pues
si ese es el problema yo tengo la solución para que lo recupere. De mi parco
pecunio, que no conoce herencias ni subvenciones (“a mi trabajo acudo, con mi
dinero pago / el traje que me cubre y la mansión que habito”), me comprometo a
abonárselos de inmediato si ella a su vez se compromete a no utilizar más la
gestión de la obra de Ángel González –que le corresponde a ella y luego a sus ignotos
herederos hasta el año 2088-- para satisfacer caprichosas venganzas personales.
Viernes, 11 de abril
UN REPROCHE
Peroro en la tertulia sobre
esto y aquello, sobre aranceles y despilfarros de millones de euros en asesores
que los eurodiputados no necesitan para nada y que a Marine Le Pen le van a
costar tan caros, cuando me interrumpen con toda razón.
--Qué
sabrás tú de economía, amigo Martín, si ni siquiera has sido capaz en toda tu
vida de tener deudas.