sábado, 22 de junio de 2024

Coraje y alegría: La verdad

 

Sábado, 15 de junio
LA POETA Y EL REY

---En 1983, asistí a la reunión anual que, con motivo del día del libro, organizaba el rey Juan Carlos en los jardines del palacio de la Zarzuela. Me convenció Blanca Andreu para que la acompañara. Ella estaba loca por ir. Vestida de negro, hacía lo posible por acercarse al rey. En torno a Juan Carlos, estaban Hortelano, Benet y alguno más, los popes; ese era el corrillo principal. Al acercarnos, Benet le dice: “Señor, le voy a presentar a dos jóvenes escritores”. Creo que Blanca tenía más interés en ir a ver a Benet que al rey, o a los dos a la vez. Nos presentó. Yo estaba en segundo plano. Era un marciano vestido con el traje de boda del padre de El Gran Wyoming, porque como no tenía traje y era amigo de José Miguel Monzón me lo prestó. El rey de repente mostró gran interés por Blanca, por mí ninguno. “¿Qué escribes? Me gustaría mucho…”. Todos los demás muy serios. Benet, siempre tan arrogante, estaba muy cortesano. Hubo un momento en que se delató el Borbón: “Un día te voy a llamar para que me enseñes tus poemas, por curiosidad…”. Blanca se creció. Él me miró y dijo: “Si a ti no te importa, claro”.

            Quien habla es Julio Llamazares en la biografía de Juan Benet que acaba de publicar Benito Fernández. No nos cuenta si el rey llamó luego o no a Blanca Andreu, pero deja claro que eso de que don Juan Carlos no tenía ninguna preocupación cultural forma parte de la leyenda negra de tan benemérito personaje. Le interesaba, por lo menos, la joven poesía. 

Domingo, 16 de junio
MIRADOR

“Tú has subido a la torre Eiffel, ¿no, Martín? ¿Y a la torre Gálata, y al Empire State y a la noria gigante de Londres y al campanile de San Giorgio en Venecia y seguro que hasta a la Giralda?”, “Por supuesto, Cristian, por supuesto. Me gusta ver el mundo desde lo alto. Por eso no me pierdo ningún mirador de ningún lugar al que voy, ni siquiera ninguna noria. Las últimas, en Bayona y Florencia”, “¿Y has estado en el mirador de El Fitu?”, “No, ahí, no”, “Pues ya tengo qué regalarte este cumpleaños”.

            Y aquí estoy, temprano en la mañana de domingo, antes de que empiecen a llegar los turistas, como sobre la mano de un gigante que me alzara del suelo y me permitiera ver toda Asturias a mi alrededor, en un mágico diorama.

Trato de poner nombre a las cumbres que me rodean y a las playas y a las villas que diviso diminutas allá abajo. Nubes y claros, niebla y sol. Siento el deslumbramiento de Adán el primer día en el paraíso. Me da la impresión de si, fuerzo un poco la vista, podría divisar sobre las olas la isla de San Barandán o las torres y las cúpulas de Camelot, la capital del rey Arturo. El mugido de unas vacas, al pie mismo del mirador, pone una bucólica banda sonora a mi ensoñación.

            ---Gracias. De verdad. Es el mejor regalo.

Martes, 18 de junio
CANTA Y NO LLORES

Me temo que no estoy a la altura de mi leyenda. Tengo fama de ser un hombre cuadriculado. Quienes me conocen saben dónde voy a estar en cada momento del día. La gente podría poner en hora su reloj, como con Kant, cuando yo paso cada mañana, camino de una cafetería, o cada tarde, camino de otra. No niego que eso no fuera así durante un tiempo, demasiado tiempo. Pero ahora cada vez es menos verdad. Sigo teniendo una agenda precisa, pero no me importa cambiar de planes.

 A las siete llego a la cafetería de los martes. Llevo un libro para leer (en este caso releer), los Gritos del combate de Núñez de Arce, despreciado por la historia de la literatura pero que a mí me fascina por lo que tiene de entrelazamiento entre poesía e historia. Suelo leer hasta las ocho y luego regreso a casa pasando por el supermercado (hago la compra del día, siempre a última hora), pero hoy me llama Dalia Alonso.

---¿Te apetecería ver Don Gil de Alcalá? Tengo una entrada para el ensayo general. ¿Puedes estar en la puerta de la otra vez a las ocho menos cuarto?

Puedo. En Oviedo todo está a un paso, así que cinco minutos después estoy en la puerta de atrás del teatro y, nada más llegar, asoma Dalia con sus hábitos blancos de figurante y me pasa la entrada.

Apenas había oído hablar de Don Gil de Alcalá, pero antes de que se alce el telón, ya me he enterado, gracias a la magia del teléfono, de que esta ópera cómica, de Manuel Penella Moreno, estrenada en 1932, se inspira en El si de las niñas y en Los intereses creados. También de que una hija del compositor se casó con Ramón Ruiz Alonso, el asesino de Lorca.

El comienzo no promete demasiado, pero poco a poco me voy dejando seducir por la música y por esos dos pícaros que se hacen pasar por héroes. Los graciosos tienen gracia, cosa rara en el teatro de ayer visto hoy. Y hay una cierta burla del patrioterismo español. Importó poco que el viejo galán sea tan joven como el joven. La puesta en escena tiene una delicadeza rococó en sus blancos y dorados. Reconozco a Dalia, con su perfil helenístico, que canta en el coro y algo interviene en la acción.

Salgo del teatro con una sensación de ingrávida felicidad. Sigo teniéndolo todo previsto, pero cada día me gustan más las propinas imprevistas. 

Miércoles, 19 de junio
MATIZAR Y ATIZAR

Se habla mucho, con temor y temblor, de la Inteligencia Artificial. Yo, que soy un poco despreciativo del vulgo municipal y espeso, aunque intento disimularlo, confío en ella más que en la inteligencia natural de la mayoría de las personas, incapaces de comprender que se pueda no compartir la ideología de un político y aplaudir una de sus decisiones. El mundo de mis contrincantes intelectuales suele ser un mundo en blanco y negro, como el de todo el mundo, por otra parte.

            ---¡Pero cómo puedes defender a Putin! ¿Es que no ves cómo trata a los opositores, cómo trata a los homosexuales?

            ---Yo no defiendo a Putin, lo que no hago es apoyar a Zelenski. Tampoco defiendo a Hamás, aunque sea un detractor de Netanyahu.

            ---Dedícate a la literatura, que es lo tuyo, y deja la política para los que entienden de esto.

---Eso mismo me dijo Amelia Valcárcel aquella vez en que ella apoyaba a Susana Díaz, como todos los que sabían de política, y yo a Pedro Sánchez. “Ese chico no llegará a ninguna parte”, recuerdo que me dijo. “Tiene menos recorrido político que Hernández Mancha”.

            ---Bueno, entonces tú tenías razón y no ella o el impresentable de Felipe González, pero ahora no.

            ---Ya veremos. El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Te resumo mi opinión. En política interior, prefiero Biden a Putin. En política exterior, Putin a Biden. La elección de Donald Trump será un desastre para los inmigrantes y para las libertades civiles, pero es posible que acabe con algunas de las barbaridades en que anda involucrado Estados Unidos y su descerebrado monaguillo, la Unión Europea.

            ---Qué horror. Qué cosas dices. Tú hasta te alegrarías de que en las próximas elecciones francesas perdiera Macron.

            ---Exacto. Y en las presidenciales norteamericanas me alegraría de que no ganara Trump, pero perdiera Biden.

Viernes, 21 de junio
VAYA CON CHAVES

Parece que Manuel Chaves Nogales no fue siempre el santo patrón de la tercera España, odiado por igual por los dos bandos que se enfrentaron en la guerra civil. A su merecido encumbramiento actual, ha contribuido tanto como su mérito literario una supuesta virtud cívica que Andrés Trapiello, según creo, fue el primero en subrayar con su vehemencia característica.

Se reeditan ahora los editoriales del diario Ahora en el tiempo en que estuvo bajo la dirección de Chaves (los primeros meses de la guerra) y no parece que le dejen en buen lugar. “Hay que fusilar a los que huyen ante el enemigo”, dice en uno de ellos. Y en otro: “¿Qué es eso del canje de prisioneros? ¿Qué es eso de la humanización de la guerra?” 

No era Chaves de los más empeñados en parar la barbarie. Otros clamaron contra los excesos de aquellos primeros meses, contra el tomarse la justicia por propia mano, con más fuerza que él, entre ellos Julián Zugazagoitia, luego entregado a Franco por la Gestapo y fusilado.

            Para Andrés Trapiello, Chaves Nogales fue marginado durante décadas por haber denunciado los crímenes de la zona republicana. Yo le señalé que esos crímenes –paseos, Paracuellos-- fueron reprobados por muchos republicanos y por el propio gobierno de la República. No me hizo ningún caso. Tampoco se lo hará ahora a estos editoriales que rescata Juan Carlos Mateos en Junto al pueblo en armas. A la verdad le cuesta abrirse paso en la ceguera de las ideologías.



             

 

15 comentarios:

  1. No sé bien si viene a cuento, pero vaya con Malaparte y los santos patrones de la humanidad, ejem, ejem, ya que estamos. Leo en el 'Diario de un extranjero en París' de Curzio Malaparte: «Si alguien ha creído de buena fe que también moría por mí, este hecho me hace sonreír sobre las ilusiones humanas, me hace reír el hecho de que sea tan fácil hacerse la ilusión de que se muere por algo o por alguien. En general, los hombres mueren por sí mismos. Tengo alguna experiencia de cómo mueren los hombres y por qué. Hay siempre, en el fondo de la muerte de un hombre durante la guerra o durante una revolución, un pequeño "yo", un pequeño miedo o una pequeña vanidad. Solo se muere por la propia fe o por la propia cruz. No se muere más que por uno mismo».

    Alejandro Lérida

    ResponderEliminar
  2. ¡VAYA CON GARCÍA MARTÍN!. Resulta muy aleccionador que escribas sobre los editoriales del colectivizado diario Ahora en el tiempo en que estuvo oficialmente dirigido por “el camarada director Manuel Chaves Nogales” y digas que “no parece que le dejen en buen lugar”. En mi opinión, y contra tu pregonada costumbre de leer antes de hablar, lo que no parece es que te hayas leído el libro, cosa que tampoco a ti te deja en buen lugar. Lo que sí has hecho es leerte al menos el prólogo en el que se dice justa y a la vez injustamente lo que tú comentas.
    Chaves es responsable de esos editoriales porque para eso -y para otras cosas- era el director. No hay duda de ello. Pero es muy problemático que respondan a su entero pensamiento e incluso a su entera pluma. A fin de cuentas son editoriales -anónimos- que pretenden ofrecer la postura del periódico ante la actualidad histórico-política y no artículos firmados por el propio Chaves. Pero esa es otra larguísima historia de la que me gustaría hablar algún día.
    Si hubieras leído el libro, quizás hubieras podido enterarte de que a la pregunta de “¿qué hacemos con los que huyen?”, que planteaba Ángel Pestaña en el editorial de “El Sindicalista”, el anónimo editorialista de Ahora responde “Fusilarlos. No puede haber otra respuesta”. Aunque también hubieras podido saber que las tres últimas líneas de ese mismo editorial concluían: "Tal fe tenemos en el pueblo que nos atrevemos a pronosticarlo: plateado el problema en sus verdaderos términos, ni un solo fusilamiento sería necesario" (4 octubre 1936).

    ResponderEliminar
  3. En la coyuntura de Madrid y octubre de 1936, hablar de qué había que hacer con los que tiraban las armas y huían, con los desertores, con los traidores, con los de la quinta columna era como acunar una bomba entre las manos. De los muchísimos que trataron el asunto entonces, pudiera ser que al que menos le estalló la bomba entre las manos fuera al anónimo editorialista de Ahora.
    Afirmas también: “Otros clamaron contra los excesos de aquellos primeros meses, contra el tomarse la justicia por propia mano, con más fuerza que él, entre ellos Julián Zugazagoitia”. ¿Seguro, seguro, seguro? En el editorial del 25 de agosto, sin ir más lejos (que se podría), titulado La dura justicia de la guerra, el anónimo editorialista termina diciendo: “Al terror blanco no puede la República contestar con el terror. La República no ampara crímenes ni de ello se vanagloria”
    Si los momentos más duros de esos editoriales de los más duros días de la guerra civil se quieren atribuir exclusivamente, irremediablemente a Chaves Nogales, habría que atribuirle también a él los momentos más luminosos, comprensivos y justicieros de esos mismos editoriales, pues los hay, para quien quiera verlos.
    En tu descargo insistiré en que no te has leído en realidad el libro y no escribes por lo tanto en serio. Además, todos sabemos que a ti te interesa mucho menos especular acerca de Chaves Nogales que traer a colación, siempre que se pueda, a Andrés Trapiello.

    ResponderEliminar
  4. Qué bien me conoces, amigo Abelardo, qué bien me conoces. Casi tan bien como a Chaves Nogales.

    ResponderEliminar
  5. No olvides, sin embargo, que se trata de una entrada del diario, no de una reseña. No se juzga la calidad de las editoriales, sino que se alude a la tesis del prólogo y a los datos que ofrece (parecen desmentir ciertas beaterías sobre San Chaves, Patrón de la Tercera España).

    ResponderEliminar
  6. ¿Preferible Biden a Putin en «política interior» y Putin a Biden en «política exterior»? Y en «política de defensa» (interior y exterior), ¿Kim Jong-un, enemigo declarado de Biden, aliado militar de Putin y todos ellos acólitos financieros de Xi Jinping?

    https://www.rtve.es/noticias/20240618/putin-viaja-corea-norte-sellar-alianza-estrategica-con-kim/16151714.shtml

    Vaya lío...
    https://www.youtube.com/watch?v=pwBA_dly5pA

    ResponderEliminar
  7. "Amelia", nadie entra en los enlaces que se ponen en los comentarios. Mejor que resumas su contenido, si crees que tiene algún interés, y luego los añadas por si alguien quiere ampliar. Y sí, yo digo lo que digo. Ni más ni menos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana. Sr.JLGM: Yo entro en los enlaces y los leo. Todos y cada uno. No es lo mismo resumir que ir a la fuente Saludos

      Eliminar
  8. ¿Será verdad, como asegura el “anfitrión” de este blog, que los enlaces que se ponen en los comentarios no interesan al lector? ¿Y las fotos, algunas ciertamente notables, que acompañan cada entrada?

    ResponderEliminar
  9. "Ana" y "Amelia", los publicistas saben que no es lo mismo poner un QR para que el curioso busque la información que presentársela directamente. Las fotos se ven, sin más; los enlaces, hay que tomarse el esfuerzo de entrar en ellos. Un resumen, "Ana", no te impide entrar en el enlace, pero para algunos les puede servir para descubrir si interesa o no.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana: Sr. JLGM: Yo a Ud. no le respondo entre comillas; es una falta de respeto. Tiene mi dirección de correo, puede escribirme y le responderé con mis documentos, dirección y si así lo desea, con mi número de móvil. Eso de "tomarse el esfuerzo" es lo que se llama "fomentemos la vagancia"; así están las cosas en general, especialmente en los educandos y qué decir de los educadores. Esto lo digo por lo que sucede desde hace muchos años en mi país; no opino sobre el suyo. Esa explicación con lo que intenta justificar tiene un nombre : La ley del menor esfuerzo. ¿Para qué leer un libro de Historia si existen los resúmenes? ¿Para qué leer un periódico si me puedo enterar por la tele? Los adolescentes seguramente lo hacen - claro, con todo el optimismo de que sí leen periódicos o libros de Historia - pero, nosotros los adultos... y que lo diga un catedrático. Saludos

      Eliminar
  10. !/ En un escrito publicado (o que pretende publicarse) no se firma "Ana", como si se tratara de una carta privada entre amigos, sino con el nombre completo, al menos la primera vez: "Ana Pérez Gutiérrez", por ejemplo. "Anas" hay muchas, no identifica a nadie fuera de un circulo de amigos.
    2/ No, no tengo su dirección de correo ni tampoco por qué escribirle en privado. Basta con que se identifique, como en cualquier coloquio para que sepamos quién habla.
    3/ Poner un ascensor, en una casa con varios pisos, no es "fomentar la vagancia"; en cualquier caso, quien quiera siempre puede subir a pie las escaleras. Al que no sabe si Josep Pla es un escritor o un político, le basta con leer lo que él dice en la Wikipedia, no es vago por no leerse las mil páginas de la biografía que sobre él se ha publicado recientemente.
    4/ Quien no sepa las andanzas de Putin en Corea del Norte puede enterarse de ellas en cualquier enlace a un diario digital (le basta teclear "Putin" "Corea del Norte" en Google), no necesita como mi comentarista que "Amelia" le ponga el enlace.
    5/ Esto no es una clase, por lo que sobra la comparación final. Esta de más, como todo su comentario, desconocida y bien intencionada Ana.

    ResponderEliminar
  11. Muchas gracias por tus palabras, Ana. No hacen falta tantos detalles. Mis disculpas por confundirla con los que utilizan el pseudónimo y el anónimo para comentar. Es necesario conocer el contexto en que que se escriben para entender adecuadamente los comentarios. Mis disculpas en lo que pueda haberla molestado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana: Suelo escribir, por escaso tiempo, sin releer, como sucedió con mi primer comentario y luego veo que faltan datos y que se genera confusión. De acuerdo con Ud. Los datos personales los eliminé ya porque eran para Ud solamente. No creo que los lectores de su página los usen inapropiadamente, como puede suceder en otros espacios. ¿No hay correo al que enviarle una foto de mi ciudad y personal? Saludos y gracias Ana Paula Ciccia

      Eliminar
  12. Ana Sr. JLGM Veo que se ha eliminado mi comentario como respuesta al suyo de 27 de junio, 7.58 No he sido yo; eliminé únicamente mis datos personales. Para que no se generara confusión como sucedió con el primer comentario mío lo tengo en word y copio:
    Mi nombre es Ana Paula Ciccia. Mi correo: anapcicia@gmail.com. No sé si debe a la página web, al dispositivo que uso pero como puede ver en la publicación aparece Anónimo.me resulta imposible poner allí el nombre completo, lo mismo si quisiera completar con la dirección de correo. Sr. JLGM, no creo que sean necesarias las comillas para nombrarme; puede solicitar mi nombre completo y es suficiente. Creí que al publicar como lo requiere la página, usted podía ver la dirección de correo desde la que comento; me excuso por el desconocimiento. Le envío en comentario aparte los datos que menciono en el comentario del día 26 del corriente. Si Ud. tiene un correo quisiera enviarle una foto de mi ciudad (Mar del Plata) y una foto mía así el anonimato desaparece. Su página la conocí por una amiga de mi familia; es escritora y recientemente jubilada como docente en Carreras terciarias y universitarias. lo que menciono respecto de la educación y los niveles de formación actuales en mi país, especialmente en lo que se refiere a información general en el alumnado, son los que ella me trasmitió por su experiencia reciente. Adolescentes que se inscriben en una carrera sin examen de ingreso o un previo CBC de muy bajo nivel. Los exámenes de ingreso de hace años desaparecieron, los programas de materias redujeron contenidos y los conocimientos requeridos para la correlativa del curso siguiente pasaron al último año de la carrera. Los que pueden pagar cursan en Universidades Privadas en las que los docentes no hacen paros. la comparación final que para usted sobra, la relacioné con lo de "el menor esfuerzo" que es lo que puede comprobarse hace tiempo en docentes jóvenes y alumnado. Al respecto hubo numerosas notas en diferentes medios de mi país.
    Hace unos años hice una Tecnicatura en Gestión Agraria y trabajo en una pequeña empresa familiar que se dedica al sector agropecuario.
    Leo todos los enlaces, especialmente aquellos de periódicos extranjeros; en los de mi país, los periodistas que comentan sobre política y economía están en radio y tv, con excepción de Cultura. En la radio, ese mismo periodista suma un reportaje al comentario de su nota. Me resulta más accesible en horario de pausa de mi trabajo poder leer un enlace ya que mi visita a su página es infrecuente y no veo tantos enlaces como para tener que recurrir a Wikipedia.
    Respecto de su mención a los ascensores, en un barrio de Mar del Plata, hay una casa de dos plantas que tiene un ascensor que puede verse al pasar por la puerta. Su dueño es el arquitecto que la diseñó. Desconozco si vive allí una persona discapacitada o lo usan como montacarga.
    Cumplo años en mayo como usted, el día 9, con algunos años menos. No es una diferencia que importe, pero sí la hace que ningún comentario está demás para mí. Saludos señor García Martín.

    ResponderEliminar