Sábado, 21 de marzo
ENCUENTRO EN EL ATRIO
Hace dos o tres
sábados, me encontraba yo como de costumbre en la cafetería del Atrio, en
Avilés, tomando un café y leyendo tranquilamente los periódicos, cuando un
desconocido me pidió permiso para sentarse a la mesa. “Por supuesto”, dije.
Estoy acostumbrado a que se me acerquen desconocidos, que han oído que me
dedico a la crítica literaria, para enseñarme sus poemas inéditos o para
regalarme un ejemplar del libro que acaban de autoeditar.
----Usted a mí no me conoce, pero yo
a usted sí. Coincidimos en el Carreño Miranda, aunque yo iba unos cursos por
delante, y más de una vez hablé de usted con el pobre Pendás, que un día decía
que era un manipulador y otras que un genio. Ahora me he atrevido a molestarle
porque quiero contarle algo. ¿Cree usted en los extraterrestres? Yo tampoco,
pero me han contactado. Ya sé lo que está pensando, que estoy más chiflado que
el bueno de Pendás. Pero tengo pruebas. Podría hablar con Fernando del Busto,
fui muy amigo de su padre, para que haga un reportaje en La Voz de Avilés, pero prefiero hablar con alguien sensato antes de exponerme a hacer
el ridículo. Le contaré como fue todo. Paseaba yo por la orilla de la ría un
atardecer oscuro y con mal tiempo, de esto hace como un mes, cuando me senté a
descansar en un banco ya muy cerca de la rula. Me di cuenta entonces de que me
había quedado solo, de que los escasos paseantes habían optado por volver a
casa. Y yo debía hacer lo mismo porque parecía a punto de llover. Fue entonces
cuando ocurrió. No es que viera nada, no. Ni platillos volantes ni hombrecillos
grises de cabeza grande y ojos saltones, como en las malas películas y en las series del canal Historia. Yo no vi nada extraño, solo lo sentí. No estaba solo y el silencio se
había convertido en un zumbido que crecía y crecía y parecía que iba a hacerme
estallar la cabeza. Cesó de golpe, como había empezado, y en el silencio
alguien, que yo no podía ver, me sonría. Me sentí como cuando era niño y mi
madre me ponía la mano en la frente para tranquilizarme después de una pesadilla.
Eso fue todo. Calmado, volví a casa. Qué tontería, dirá usted. Una paranoia,
vaya al psiquiatra, me dirá. Pero a la mañana siguiente, al ducharme, me di
cuenta de que tenía un tatuaje sobre el corazón, una especie de estrella. Y
tuve la certeza de que van a volver, de que algo quieren de mí, de que quizá
quieren advertirnos a todos de un peligro cercano.
Quienes llegaron en aquel momento
fue mi amigo José Manuel Feito y su sobrino, el autor de Memoria de Somiedo, con su mujer. Íbamos a comer juntos, como
tantos sábados. El desconocido se despidió apresuradamente, no sin darme una
tarjeta. Vivía en Salinas.
En estos días de reclusión, he
pensado más de una vez en llamarle, pero ¿para qué? Seguro que me dice que
aquella premonición suya fue un aviso de los malos días que se avecinaban. Las
profecías no sirven de nada: solo sabemos que lo son cuando dejan de serlo.
Domingo, 22 de marzo
PEOR QUE A LOS PERROS
Un domingo que
amanece triste, sin nuevos libros viejos en el Fontán y sin la habitual
ilustración de Alicia Varela en mi colaboración semanal de El Comercio.
No me puedo quitar de la cabeza la situación de gran parte de los
españoles. La de los enfermos en primer
lugar, como todo el mundo, y otra que parece que solo me preocupa a mí: la de
los niños, condenados a vivir secuestrados en casa al menos durante un mes
(hasta hace poco eso era considerado maltrato); la de las víctimas de la
violencia doméstica condenadas a vivir encerradas con sus verdugos las
veinticuatro horas del día; la de los emigrantes en situación precaria o en
situación irregular que apenas si se atreven a salir a comprar las subsistencia
básicas porque saben que, ahora como siempre, son el objetivo favorito de las
fuerzas del orden…
“¡Paciencia, Martín, paciencia! Ya
sé que tú los estás pasando bastante mal porque han roto todas tus rutinas
callejeras”, me dice algún amigo con el que hablo por teléfono.
No, yo no lo estoy pasando demasiado
mal. Soy el hombre más rutinario del mundo, pero también el más capacitado para
crear nuevas rutinas. Los dos primeros días apenas pude dormir y tuve algo que
se parecía mucho a una crisis de pánico, pero al tercer día ya lo tenía todo
pautado y bajo control: levantarme a tal hora, desayunar a tal otra (siempre ni
un minuto antes ni uno después), escribir cincuenta y nueve minutos en el
ordenador (diario o reseña), salir a comprar el periódico (en el quiosco de
siempre, a la hora de siempre, y la sonrisa y el saludo de la dependienta me
alegra la mañana); pasar dos horas en el despacho del Milán (tengo permiso de
la gerencia universitaria, soy el único trabajador en el inmenso edificio), y
comer a las dos en punto, procurando que la primera cucharada coincida con las
señales horarias de Radio Nacional.
En fin, que no lo paso mal por mí.
Ser un maniático obsesivo también tiene sus ventajas. Lo paso mal por la parte
más desfavorecida de la sociedad española: por los niños, por los que no tienen
pisos con terraza, por los sin casa, por los enfermos desatendidos (si no hay
riesgo inmediato de muerte, deben dejar sitio a las víctimas de la epidemia),
por los emigrantes con o sin papeles.
Esta reclusión en casa, en una casa
llena de libros, es para mí poca cosa. He pasado por situaciones peores.
Estaban olvidadas, pero ahora vuelven a mí para hacerme sonreír antes mis
dificultades (no ante las de los demás). Estuve siete días con sus siete noches
incomunicado en una celda de la Dirección General de Seguridad, sin saber
cuándo era de día ni cuándo era de noche, como en el romance del prisionero,
siempre la bombilla encendida, sin ser apenas capaz de dormir ni de comer, no
saliendo más que para ser interrogado, largos interrogatorios poco amables, por
decirlo de una manera elegante. Y luego, en la cárcel (allí por lo menos tenía
contacto con seres humanos: los “funcionarios” que me interrogaban no parecían
serlo), los quince primeros días de período: cuatro desconocidos en una
estrecha celda, el retrete en una esquina y a la vista de todos, y sin poder
salir al patio. Mi memoria ha borrado los detalles, mejor así, ahora todo son
como borrosas imágenes de una película de terror en blanco y negro.
La actual reclusión es para mí una
reclusión de cinco estrellas. Lo que me mantiene en un estado de exasperada
indignación es la estupidez con la que se han tomado ciertas medidas. Es el
ejército en la calle para evitar (hablo solo de lo que he visto) que un anciano
que viene de hacer la compra (un anciano que vive solo como yo, pero en peores
condiciones físicas) se siente un momento a descansar en un banco antes de seguir
el camino a casa.
Me irrita profundamente que no se
permita a los niños pequeños salir de la mano de uno de los progenitores a dar
una pequeña vuelta y a tomar el aire (siempre sin formar grupos, por supuesto,
siempre manteniendo la distancia de seguridad), me irrita que se les trate peor
que a los perros.
Lunes, 23 de marzo
¡VIVA ALEMANIA!
Escucho al ministro
de Sanidad vanagloriarse de que en España se han tomado las medidas de
confinamiento más rigurosas de la Unión Europea y, como ahora he cogido la
costumbre de hablar solo (no tengo con quien hablar), le replico de inmediato:
“No te pagamos para que tomes las medidas más duras, sino las más eficaces y
menos dañinas. Para aplicar las más duras habríamos contratado a un sargento
chusquero (ya no se llamarán así, pero seguro que quedan como en los tiempos de
la mili) que con un par de gritos, ¡Se encierren, coño!, habría conseguido lo mismo y cobrando
mucho menos”.
¡Menudo honor ser los menos
respetuosos con los derechos de los ciudadanos a la hora de combatir la
epidemia, compitiendo en ello con China y Marruecos!
En Alemania también toman medidas contra el contagio, pero medidas sin
los graves efectos secundarios de las españolas (para muchos serán peores que
la enfermedad): “A partir de ahora se podrá salir a la calle, pero como máximo
de dos en dos. Se podrá salir a hacer deporte o respirar aire fresco. Hay que
mantener una distancia mínima de un metro y medio con otras personas”, leo en
el periódico que declaró Angela Merkel. Y Armin Laschet, jefe de Gobierno de
Renania del Norte-Westfalia: “El problema no es salir de casa, el peligro es el
contacto social”.
En Alemania yo no sería un bicho
raro. En Alemania, el miedo a la epidemia no ha impedido que siga habiendo vida
inteligente.
Martes, 24 de marzo
NUEVAS RUTINAS
A las siete y media
dejo el despacho del Milán y me voy a comprar a Hipercor. Es la hora, poco
antes del cierre, en que está más vacío.
Hacer la compra siempre fue para mí uno de los placeres del día. Ahora
lo es doblemente. Paseo entre los estantes como por un jardín. Apenas necesito
nada, pero este recorrido de unos pocos minutos está entre lo que más necesito.
Luego, de camino a casa, dan las ocho y todo el mundo se asoma a las ventanas a
aplaudir. Como soy el único que camina por la calle, sonrío: parece que me
aplauden a mí (mentiría si dijera que me molesta que me aplaudan).
Cuando llego al semáforo de General Elorza, ese semáforo interminable
que yo más de una vez he aprovechado para escribir haikus o contestar algún
correo, en una de las ventanas de enfrente suena un gaita. Toca el “Asturias,
patria querida” y es de pronto lo único que se escucha en el silencio del
mundo. Termina cuando yo ya estoy al otro lado y entonces vuelven a sonar los
aplausos y yo dejo la bolsa en el suelo y me uno a ellos y no puedo evitar que
los ojos se me llenen de lágrimas, por mí mismo, por la precaria condición
humana, por tanta gente que lo está pasando mal.
Incluso mi irritación contra los políticos deja paso a la piedad: si
andan como pollos sin cabeza, dando palos de ciego, es porque están
sobrepasados por una situación para la que nadie estaba preparado.
Miércoles, 25 de mazo
ESCRIBO Y CALLO
Viejos temores –he
visto a media docena de policías rodeando a una pareja de transeúntes de
aspecto latino cerca de Las Salesas, a militares desplegados en la plaza de la
Escandalera-- me hacen tomar la decisión de, a partir de ahora, llevar dos
diarios: uno en que solo haré literatura (en el mal sentido de la palabra) y
otro, que ya tiene título (Cuando
España enloqueció) que se
publicará solo en el momento en que las circunstancias lo permiten.
Ya había tomado esa decisión el viernes pasado, pero solo fui capaz de
mantenerla un día. A ver si a partir de ahora lo consigo, por elemental
precaución y para evitar que mi diario deje de salir en la prensa (puedo meter
en un compromiso al director del periódico: ya se sabe que en una guerra –no sé
qué alto cargo militar ha dicho que estamos en guerra—la verdad es la primera
víctima).
Jueves, 26 de marzo
UNA LARGA DESPEDIDA
Cómo le gustan a la
vida los giros de guion. Llevaba tiempo quejándome de lo mal que lo iba a pasar
en la última clase, de que no podría evitar ponerme a llorar a la salida
sabiendo que, después de medio siglo, no iba a tener más a los alumnos sentados
frente a mí. Y de pronto resulta que esa última clase ya ha ocurrido sin que yo
supiera que era la última clase. El guionista ha sido amable y me ha querido
evitar un mal trago.
En el curso 2020-2021, el antiguo
cuartel del Milán volverá a llenarse de vida, regresarán los alumnos a los
anchos palillos, los profesores irán apresurados del edificio departamental al
aulario, del aulario a la biblioteca, pero sobre el despacho 2501, en la
segunda planta, habrá cambiado la tablilla en la que, desde 1993, el años en
que se trasladó a este lugar el Campus de Humanidades, se leía “Profesor José
Luis García Martín”. Mis vecinos entonces eran Carmen Bobes, Emilio Alarcos,
Josefina Martínez. No se habían generalizado los ordenadores. Todavía recuerdo
el tableteo de la máquina de escribir de doña Carmen.
Desaparecerá el letrero, se
graduarán los alumnos a los que di clase y pronto se borrará mi memoria de este
edificio que durante tantos años fue parte de mi vida. Raro era el día en que
no trabajaba un rato en el despacho, incluso domingos y vacaciones.
Pero el azar generoso ha querido que
pasemos, antes de la separación, unos largos días solos y juntos. Como tenemos
que seguir la actividad docente por vía telemática, y yo tengo todo el material
necesario en el despacho, la Universidad me ha preparado un justificante para
que pueda seguir utilizándolo sin que me impidan llegar a él la policía o el
ejército que patrulla las calles. Y allí estoy, una hora por la mañana y dos o
tres por la tarde, en un cubículo abarrotado de libros y papeles y en un
inmenso caserón vacío. Resuenan mis pasos al subir la escalera, al caminar por
los pasillos. No hay ni un guardia de seguridad. Pero no tengo miedo: el
edificio me quiere. Amor con amor se paga.
Viernes, 27 de marzo
LO RECONOZCO
Siempre he sido
algo envidioso, aunque me esté mal decirlo, pero antes solo envidiaba a la
gente que tenía más talento o era mejor persona que yo. Ahora se ha ampliado el
campo de la gente que envidio.
Me asomo al balcón y lo primero que
envidio son los trabajadores que están arreglando calmosamente la plaza de
Santullano en la fresca mañana de primavera. De vez en cuando se detienen y
charlan, sin inútiles mascarillas, pero a dos metros uno de otro.
Envidio a los trabajadores del
servicio de limpieza (antes se llamaban basureros) que andan con su carrito y
su escobilla de acá para allá y a media mañana se sientan
en un banco, bajo los árboles, a fumar un cigarro o comerse un bocadillo sin
que el glorioso ejército español les conmine a levantarse de inmediato.
Pero a quienes más envidio es a los
empleados de parques y jardines que mientras los niños están encerrados en sus
casas cortan calmosamente el césped y arreglan los parterres en el Campo de San
Francisco, en el Campillín…
¿Cortar el césped es una actividad de primera necesidad? Doctores tiene
la Santa Madre Iglesia, o el Ministerio del Miedo, que sabrán responder a esa
pregunta. Yo envidio y callo.
Buenas noticias: vuelvo a tener encargos de clientes chinos.
ResponderEliminarMascarillas o rollos de primavera?
EliminarHabrá que reconocer, señores, que si esta desastrosa imprevisión y actual gestión de la peste fuera imputable a otros partidos, los gritos, insultos y odios se oirían en Wuhan. Pero la consigna es silencio sepulcral.
ResponderEliminarPor encima de muertos y sufrimientos está mi ideología paletona.Yo soy del Betis y tú del Sevilla, así que...
El silencio, en tu caso, espero que no sea sepulcral. Sepulcral, sepulcral es el de los viajecitos de las residencias gestionadas por el PP en Madrid
EliminarHabrá que reconocer que la actual gestión de la peste algo dependerá de la anterior gestión de la sanidad, recortes en personal y material, privatizaciones (perdón, externalizaciones)...
EliminarNo, hombre, no; si has visto a media docena de policías rodeando a una pareja de transeúntes "de aspecto latino" (nótese la encriptada insidia) no sería por latinos, sino por probables insensatos que se habrían saltado a la torera la cuarentena a que miles de millones de personas están sometidos, estoy seguro de que la inmensa mayoría de buen grado, porque saben que el hombre es una especie biológica y que por encima de cualquier otra cosa está la preservación como especie, la propia vida, sin la cual no existen ni la belleza, ni la cultura, ni los arrecifes de coral, ni siquiera una mesa en el Mscdonalds.
ResponderEliminarCuando se olvidan cosas así algunosc pueden caer en el individualismo elitista (cosecuentemente insolidario) y hacer remilgos porque -imperativos
de fuerza mayor obligan- se vean constreñidos temporalmente para llevar a cabo sus rutinas. Perder un café en una esquina de Macdonads bien vale la salud del conserje del " Milán". Y demás familia.
Me abstengo de opinar ante los exabruptos de este anónimo cobardón (como todos los anónimos, dicho de sea de paso).
ResponderEliminarLa situación que yo describo ocurrió cerca de la entrada del centro comercial Las Salesas (donde está abierto el Hipercor y Rodera), entre gente que entraba y salía. El grupo de policías (no sé que esperaban) obstaculizaba la acera y había que pasarse a la calzada para seguir cada uno su camino.
No opino. Cuento lo que veo. Mirar todavía no está prohibido. Ni pensar tampoco, aunque algunos dejen de hacerlo por si acaso.
¿Por qué dices , "cobardón", Matín? ¿Qué tendrá de cobardía contradecir lo que estimo que es una actitud -la tuya- increíblemente absurda, con palabras en absoliuto ofensivas para una persona competente en entendederas y que no tome cualquier confrontación dialéctica como unas oposiciones que hay que ganar a toda costa? Así te va...
ResponderEliminar¿Exabruptos? ¿Tendré que consultar el diccionario de la RAE por si el térmnino tiene alguna acepción que desconozco?
PS.- Por cierto que el Jefazo Supremo de ese milicato es un señor a quien tienes en la peana. Claro que, como en casi todo, no se debe de enterar...
Cobardón es el que acusa a otros gravemente (de que no respeta las normas sanitarias en el estado de emergencia, por ejemplo) sin dar la cara, como los delatores en todos los regímenes dictatoriales.
ResponderEliminarCríticar ciertas excepciones en el confinamiento (que se pueda comprar alcohol en el Carrefour y no los libros expuestos en el mismo establecimiento), no es saltarse ninguna norma, sino cumplir con un deber cívico (de eso saben poco los acusicas anónimos).
Y por cierto en el Milán no hay portero. Se entra con una tarjeta. Alli estoy solo, sin peligro para nadie, al contrario que tantos confinados en casas llenas de gente que ponen en riesgo a toda su familia.
Debería probar este anónimo pertinaz a hacer uso del pensamiento racional. Le puedo asegurar que no es dañino para la salud.
Con la tragedia que estamos viviendo, y se resalta una y otra vez la anécdota de los militares y la presión del confinamiento. No es un poco frívola esa postura? No hay cuestiones previas de inmensa importancia que criticar?
EliminarRecuerdo la concertada mofa, escarnio, protesta y lamento infinito ante la horripilante catástrofe del Prestige, que iba a asolar las costas gallegas por los siglos de los siglos y que al cabo de muy pocos años recuperó el aspecto que nunca antes había tenido.
Es un asco cuando la política derrite los cerebros y les anula la capacidad de juzgar con ecuanimidad, sea quien sea el irresponsable.
No habría manifestaciones masivas en los hospitales convocadas por el personal sanitario tan vilmente tratado, de estar en el Gobierno un partido que no fuera de izquierdas?
Hubo manifestaciones masivas de militantes del PP (con su presidente o secretario general a la cabeza) para protestar contra el matrimonio de personas del mismo sexo. Y al dia siguiente la mayoría se casaron entre ellos y el presidente o secretario general ofició como padrino ( o madrina, que no está claro). Hipocresía se llama esa figura. Como ahora.
EliminarEl desastre sanitario es más acusado en aquellas Comunidades Autónomas gestionadas por el PP (privatizaciones, recortes, gúrteles, púnicas, latrocinios, ratos, crespos, marido de
Cospedal...) pero se pide cuentas a un gobierno que acaba de llegar. En fin, cansa explicar lo evidente (Dürrenmatt dixit, creo) porque uno da por hecho que los lectores de este blog están informados y son inteligentes. Así que aquí lo dejo que hoy sólo he dado 15 vueltas al pasillo de mi casa
Yo sospecho, Benito, que algunos comentaristas no leen el blog, que lo utilizan solo como percha para sus obsesiones.
Eliminar...y paranoico (bueno, paranoide) es el que sostiene en solitario una opinión no compartida por nadie y que, para más inri, la adopta desde una postura irrisoria de superioridad intelectual. Hay que ver... Paranoia que puede venir favorecida por el enclaustramiento obligado que, en las personalidades flojas y caprichosas, debe de constituir un verdadero calvario. Ese sería un atenuante, no lo voy a negar.
ResponderEliminarY un bocazas. Sí, sí, sí...: bocazas. Solo un bocazas puede asimilar a un soplón de la bofia a un ciudadano tan íntegro como el doctor Higgins (foniatra en cuarentena).
Y por lo que protesta el docto (r) García Martín no es porque no se pueda adquirir libros en Carrefour, no quiera embolicarnos, por favor. Por lo que ha venido batallando desde el principio de la crisis es contra los estúpidos gobiernos que se han tomado con demasiada seriedad eso de las cuarentenas severas y otras zarandajas (el último India, con sus 1300 millones de pasivos borreguetes: no se sabe que haya habido motines ni quema de pagodas) que atentan contra las libertadas individuales (los neoliberales dirán cosas parecidas, aunque solo los más brutos). Y, claro, Martín ve bien que los niños (¿todos?, ¿todos los millones de niños españoles?) salgan a pasear por los parques (¿solitarios o verdaderas romerías como la de la Salud de Lieres?). Y los adultos a estirar las piernas un ratillo en las calles, todos a la calle (porque se trataría de todos, ¿verdad?).
La necedad suprema se da cuando ve el peligro del confinamiento familiar, que en cincuenta metros cuadrados se cuezan como gambas padres, hijos y nietos (sin contar los realquilados)... Pero si el contagiado inicial del grupo, en vez de quedarse en su casa , saliese a estirar las piernas, además del eventual riesgo de contagiar a la familia al regreso (¿acaso no iba a existir ese riesgo aunque saliera de excursión?), además de a los suyos, digo, habría sembrado de virus un espacio público y probablemente fuese la causa de contagio de otros ciudadanos (que a lo mejor no iban a hacer gimnasia, sino al curro obligado, al hospital, al cuartel , a los ALSA (plublicidad).
Menos mal que Martín ya se ha jubilado, que como impartiese cosas tan chuscas como esta a sus alumnos iba a constituir un mal divulgador de lo que es justo. Y necesario.
F, es que dice usted muchas paridas, como todo arrebatado que se precie.
EliminarDice usted con razón "Habría sembrado el virus por el espacio público".
EliminarSe imagina, amigo mío, los virus que de habrán esparcido en la manifestacion del 8m?
Pero mejor silencio, porque si no se habla habla es como si las cosas no hubieran ocurrido.
Es ser facha-asesino denunciar la insensatez e irresponsabilidad de los timoneles del país?
Sensatez, sensatez, sensatez, ¿pero es que nos hemos vuelto todos locos? ¿Qué tendrá que ver dar una vuelta en solitario o sin acercarse a nadie a menos de dos metros con acudir a una manifestación? Yo no sé si quien firma "Higgins" se hace el tonto o no, pero a veces lo parece: salir de casa, con las precauciones adecuadas, no contagia a nadie ni esparce la enfermedad. Y por eso unos cuando cientos de miles de españoles (o de millones) salen todos los días de casa, para ir a comprar o para ir a trabajar. Si nadie saliera de casa, se acabaría radicalmente la epidemia porque moriríamos todos sin agua, sin gas, y de inanición.
EliminarEl problema no es salir o no de casa, como creen los españoles a quienes se les ha machacado el cerebro con ese eslogan, sino evitar los contactos sociales y lavarse las manos después de haber tocado una superficie que pueda estar contagiada (o usar guantes desechables).
Y en cuanto a Antón García y al Anónimo les recuerdo que el problema actual no es de izquierdas ni de derechas que el talibanismo presuntamente sanitario (un atentado contra la salud con el mantra "quédate en casa" llevado a las más disparatadas consecuencias) y la incapacidad de razonar no sabe de ideologías.
José Luis, vivo en Madrid aunque soy ovetense. Verá, saco el perro tres veces al día y no se puede imaginar la cantidad de desobediencia cívica que observo: amiguitos y parejas de novios, señoras volviendo de la compra...y eso que no para de pasar la policía. Usted y muchos, no dudo que sean civilizados, pero el español es rebelde y refractario a normas y leyes. Y si se le deja actuar a su libre interpretación esto sería un caos total. Prueba de ello es que los locales públicos aguantaron abiertos harta que no se les impuso el cierre, pese a constatar que el problema ya se estaba manifestando claramente. Si hubieran sido responsables deberían haber echado el cierre motu proprio, pero ni fue así ni creo que hoy lo echaran.
EliminarCreo que el confinamiento es indispensable.
Qué barbaridades, Antón García. O sea, que usted como tiene perro puede pasear tres veces al día y encima se permite el lujo de criticar a los demás. ¿Y los que no tienen perro, pero sí un niño pequeño? ¿Se imagina lo que es tenerlo todo el día encerrado en casa? Si se lo imagina y lo aplaude, dudo mucho de su capacidad de empatía. No entiendo además su peculiar manera de razonar: se obliga a la gente a quedarse en casa, la policía vigila y sin embargo la gente sigue con su vida,infringiendo las normas (yo no lo creo, salgo menos que usted, no soy tan privilegiado, pero observo y veo un riguroso respeto por las medidas sanitarias, con mínimas excepciones). Entonces, ¿para que obligarnos si no vamos a hacer caso? En fin, que este es un tema muy serio y cada vez me asusta más que haya gente que piense como usted. ¿Los locales públicos deberían haber cerrado antes de que las autoridades lo consideraran necesario? ¿Y de qué iban a vivir los empresarios y los trabajadores? No sigo. Solo le recuerdo el sabio dicho de que el remedio no puede ser peor que la enfermedad.
EliminarMe imagino lo que es tener los niños encerrados en casa porque soy abuelo. Pero también soy capaz de imaginar, no como usted, lo que ocurriría si todas las mamás los sacaran a la calle. Y también me imagino lo que ocurriría si la gente pudiera salir a dar una vuelta. Parece que no es usted español, me asombra su falta de percepción.
EliminarQué clase de respuesta cívica se puede esperar de la ciudadanía que se enorgullece de incumplir sus obligaciones fiscales.
Actúan así, alemanes, belgas y suecos?
Vaya argumento, Antón García. ¿Se imagina usted lo que ocurriría si todos los que tienen perro los sacaran a la calle? ¿Se imagina usted lo que ocurriría si todos los que pueden ir a comprar fueran a comprar al mismo tiempo? Y sin embargo se le permite a usted sacar a su perro y a cualquiera que le apetezca una cerveza ir a comprarla al supermercado, pero no se permite que un padre o una madre saquen a dar una vuelta a su hijo pequeño durante unos minutos al día. La verdad es que lo que no me imagino es que haya una sola persona --abuelo o no, basta que sea un ser humano-- que pueda justificar tal barbaridad. Espero que, cuando esto pase, y volvamos a la normalidad, se exijan responsabilidades, y si es necesario ante organismos internacionales. Y hablar a propósito del sufrimiento infantil gratuito de que hay quien alardea de no cumplir sus obligaciones fiscales, me parece... una solemne salida por la tangente. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Ya se ocupará Hacienda, buena es ella, de los que alardean de tal cosa.
EliminarCorrijo errata: "no saben de ideologías".
ResponderEliminar¡ Qué cosas más extrañas dice J.L.García Martín ! "El problema no es salir o no de casa, como creen los españoles a quienes se les ha machacado el cerebro con ese eslogan, sino evitar los contactos sociales". Pregunta: ¿cómo se evitan los contactos sociales si la gente sale de casa como antes de la epidemia? Y segunda pregunta: ¿cómo explica usted que todos los epidemiólogos del mundo propugnen la misma solución, el confinamiento en casa, y todos los países (salvo Suecia, por el momento) la adopten? ¿Todos los epidemiólogos del mundo son tontos salvo los suecos?
ResponderEliminarNo, Rodrigo, solo es que tú estás mal informado. El confinamiento no es el mismo en todos los países. Lee lo que en este mismo blog se dice sobre Alemania (la noticia está tomada de "El País" de ese día). Hay medidas sensatas y medidas insensatas, además de dañinas. Se cierran los locales en que se concentra gente, se anulan los eventos públicos, las manifestaciones, y se pide a la gente que evite los contactos sociales, para eso lo mejor es quedarse en casa si tu trabajo te lo permite (hay trabajos que no pueden hacerse telemáticamente), pero recordándoles que, para mantener la salud física y psíquica, conviene dar un paseo a solas, ir en bicicleta no en grupo, etc, etc. Eso es lo que recomiendan en Bélgica, donde también permiten que las familias salgan juntas (no pueden contagiarse en la calle más de lo que se contagian en casa). Hay otras maneras de contener la epidemia dañando lo menos posible los medios productivos y la salud de la población (que no solo enferma por el coronavirus). Infórmese bien, no se deje engañar, vea cómo entienden el confinamiento en los distintos países y vea también que no les va tan mal (mucho mejor que a nosotros). Aquí presumimos de ser los más duros de la Unión Europea, yo preferiría que pudiéramos presumir de ser lo más eficaces.
EliminarHay que reservarse para contraatacar a la ultraderecha (que ya asoma), en su ofensiva planeada para imputar al gobierno la culpa de las calamidades de esta pandemia. Habrá quien diga que fue Echenique quien llevó el " frasco" a Wuhan.
ResponderEliminarDe las calamidades, no, pero de la imprevisión y la frivolidad con que las ha gestionado si es culpable.
EliminarEspero que las mareas blancas sean océanos cuando haya que pedir responsabilidades a quienes no han sido capaces de ofrecerles la más elemental protección. Hace años los malos le impusieron salvajes recortes a la sanidad, y ahora los buenos ponen en peligro su vida.
Mal asunto el de la paranoia adolescente. Debe ser terrible que la absurda lealtad a los colores le nuble a uno la razón hasta obligarle a decir excentricidades de rancio delegado de facultad. Cómprese una escopeta y escóndase en una cueva de Cabañaquinta, que ya llega Aranda por Luarca apiolando a pobres mujeres y niños cuando cantaban enfervorizados el himno de Riego.
EliminarPor una vez, y sin que sirva de precedente, voy a contestarle, señor F. El peligro no es la extrema derecha, sino que esta crisis ha demostrado que en España hay el caldo perfecto para una dictadura. Una mayoría social a la que basta asustarle un poco para que renuncia a pensar y a cualquier derecho y se limite a obedecer sin rechistar.
ResponderEliminarDe acuerdo, JLGM. Pero también con lo que ha escrito F y, en esta ocasión, con prosa cristalina y sin afeites. (Ya me he aburrido de caminar por el pasillo)
EliminarYo creo que usted pretende ignorar la palabra disciplina y por eso se ofusca.
EliminarSoy la persona más disciplinada del mundo, Antón García, y por eso cumplo una medidas que me parecen indadecuadas, pero eso no evita que ponga todo mi esfuerzo en señalar sus contradicciones y pedir que se mejoren para proteger de verdad la salud de todos.
EliminarDe lo que no tengo vocación es de delator: no ando por ahí con mis perros vigilando a quienes las cumplen o no (una pareja de novios que se acuestan juntos ni se ponen en peligro ellos ni ponen en peligro a nadie por caminar juntos y lejos de los demás).
Uno ha visto ya muchas reacciones repugnantes, diría que vomitivas, de la ultraderecha intransigente e integrista, pero la "perra" que han tomado ahora con la manifestación del 8-M es especialmente significativa. El mismo día, varios millares de personas utilizaron el Metro y el Cercanías en Madrid, se reunieron en bares, asistieron a espectáculos porque no había una alarma pública y extendida para que no se hiciera, aunque existiesen ya reticencias y sospechas.
ResponderEliminarDe todas las demás formas de concentración y de reunión la derecha conspiradora y resentida no ha dicho ni "mu", porque lo que realmente le importa es QUE LA "MANI" 8M ERA FEMINISTA (muchos de ellos dirán estúpidamente "feminazi"). Que se contagien y contagien puede que sea un efectillo secundario, lo grave para esos añorantes del franquismo es que LA MANIFA ERA FEMINISTA, horror.
Será una sociedad asustadiza pero, en este caso de la cuarentena en casa, tiene razón para tomárselo en serio: que todos los miedos estuviesen así de justificados.
ResponderEliminarDe dos conocidos míos vascos (matrimonio) me avisan esta tarde con que uno está grave en la UCI; ella, en una camilla en Urgencias. Por mucha manipulación que exista con el miedo -inducido o magnificado-, por interés que haya en tapar cosas o distraer de otras, no es razonable desoír a la comunidad científica (no solo política) que avala las medidas que se están tomando. Lo razonable es guiarse de un criterio cualificado, no por sugestiones poco fundadas. Y convendría estudiar un poco qué significa una infección por un virus como éste. Eso sería obrar razonablemente, no opinar por libre.
Bueno, pasando de faltosadas.
ResponderEliminarLa cuestión del coronavirus empieza a ser más que preocupante...y el confinamiento también. ¿Que pasará cuando llegue a Africa? Media humanidad está amenazada.
Aquí ya tenemos el gran problema de las residencias de ancianos, de los hospitales colapsados, del personal médico contagiado...
Si salimos de esta, todo va a cambiar.
Salud.
A mí también me da mucho miedo la proliferación de chivatos y de autoritarios que estamos viendo. Nadie parece exigir que el gobierno explique el por qué de ciertas medidas cuya lógica se me escapa (a las que menciona usted añado la de no poder ir juntas en coche dos personas que convivan, o a salir en bicicleta). O esos alcaldes que no dejan ir al supermercado si se gastan menos de 30 euros, como si las patatas valieran lo mismo que el whisky de marca o todos tuviéramos neveras y despensas enormes o tirar comida ya no fuese un escándalo. Parece que hay que aceptar acríticamente que se nos trate como a niños díscolos que van a hacer trastadas en cuanto el profe se dé la vuelta. Pensaba que vivíamos en una democracia adulta. Qué decepción.
ResponderEliminarMaría, creo que nos estamos emborrachando de sabihondez. Sin más criterio que nuestro sentido común, por supuesto discutible, cuestionamos las medidas adoptadas por el Gobierno, previamente avaladas por la ciencia, y hasta las ridiculizamos.
EliminarNo será más lógico, razonable y civilizado asumirlas con modestia pensando que son imprescindibles? No creo que los gobiernos de todos los países se hayan puesto de acuerdo para imponer sadismo normativo a sus gobernados. No lo creo yo, y usted tampoco. Actuemos como en otros muchos aspectos de nuestra existencia: aceptar que a veces cuando queremos cruzar la calle el semáforo está en rojo y nos tenemos que aguantar.
A situaciones excepcionales, soluciones excepcionales. Otra cosa es que usted también esté convencida de que la situación no es excepcional.
Es que mucha gente hace trastadas. El otro día, por lo visto, en un partido en Italia se contagiaron solo 40.000 espectadores.
EliminarY en el 8m estimo que unos doce o trece, cuando ya hacia dias que habian saltado las alarmas.Segun parece, ante lo inaplazable de la convocatoria se concentraron 120.000 personas. En fin...
María, ese pregunta retórica suya (y de Martín), de qué habría de malo en salir "solos" a pasear en bicicleta es inconsistente por falta de elemental realismo. Porque la "soledad" de cada uno significaría multitud de soledades. Resulta atractiva la imagen de solitarios paseantes por entre los árboles (sicomoros, acebuches y abebays, Benito) del Campo de San Francisco o de Hyde Park, pero la realidad es que aquellas promenades se iban a convertir en romerías multitudinarias a falta de cafés, gimnasios y casas de juegos de a azar que ocuparán los afanes del culto pueblo español.
EliminarLe bendigo la ingenuidad de afirmar que "esto" es una democracia adulta: hasta Martín piensa que somos carne de cañón dictatorial
Respuestas.
Eliminar1/ A Antón García. Es falso, radicalmente falso (debería estar prohibido opinar sin haberse informado antes), que todos los gobiernos de todos los países hayan impuesto las normas que se han impuesto en España. Mire lo que se hace en Alemania, en Bélgica, en Holanda. Creo que ya ha quedado claro que es usted quien no sabe de qué habla y todo lo resuelve agachando la cabeza y obedeciendo. Espero que en la democrática España no haya muchas personas como usted.
2/ Respuesta a Valentín. "El otro día, por lo visto..." Un típico bulo, pero de los más burdos, de los que solo engañan a los tontos. ¿Pero cómo van a contagiarse cuarenta mil espectadores en un partido si están prohibidos los partidos? ¿Y cómo puede saberse si se han contagiado o no? ¿Han hecho cuarenta mil tests? Aterra pensar en qué lectores tiene uno, capaces de creerse y difundir los más absurdos bulos.
3/ F, perdón, pero las tonterías tienen un límite. El confinamiento me hace perder la paciencia, aunque nunca he tenido mucha. La gente va sola a comprar, a trabajar y las calles son seguras, no hay multitudes, no se forman grupos, se mantienen por lo general las distancias. ¿Por qué se iba a formar multitudes si uno, en vez, de ir a la compra saliera un rato a hacer ejercicio? ¿En que se diferenciarían un hombre o una mujer que caminan solo si van a comprar o están defendiendo simplemente su salud?
No voy a seguir insistiendo, repitiendo. O sea, que ya queda clara la opinión de cada uno, Antón, Valentín, F. Hablemos de otra cosa o callemos.
1.El partido entre el Atalanta y el Valencia se celebró en Milán el pasado 19 de febrero.
Eliminar2.La mayoría de los asistentes procedía de Bérgamo, ciudad especialmente masacrada por el coronavirus.
3.Según el alcalde de esta ciudad, al terminar el partido recorrieron las calles de Milán como locos, contaminando bares y restaurantes, y después volvieron a Bérgamo apiñados en autobuses y al dia siguiente sembraron de virus su ciudad.
4.La estimación de 40.000 afectados la hizo el propio alcalde Bérgamo, incluyendo los contagiados en Milán.
Por tanto, Martin, antes de burlarse hay que informarse, si no se hace el ridículo. Veo que usted es muy precipitado y visceral, y eso es malo para la salud
José Luis, no es limpio tergiversar las palabras de los, demás. He dicho que "No creo que los gobiernos de todos los países se hayan puesto de acuerdo para aplicar sadismo informativo".Y usted malintencionadamente me atribuye haber dicho que, esos países han adoptado la norma que se ha impuesto en España, lo cual es escandalosamente falso.
EliminarPor favor no cometa marrullerias, es muy inelegante.
Esto sí que es el colmo del bien razonar: argumenta Martín sirviéndose de un estado idílico de las calles sin decir que lo es precisamente PORQUE SE ESTÁN RESPETANDO LAS NORMAS. Muy distinta cosa iba a suceder si hubiese "suelta" general. Y con los bares cerrados... Las calles son seguras, no hay grupos, se respeta la distancias, no hay multitudes por ese mismo acatamiento de las leyes.PS.- Tu paciencia ( la mía no es menos quebradiza) se cuida no leyendo y, en caso extremo, censurando.
EliminarF. como Piquero, quedas vetado en estos comentarios. No he visto mayor ejemplo de no entender. De lo que se trata no es de que desaparezcan las normas, sino de que se complementen con otras (dejar salir a los niños, acompañados de un progenitor, al menos un cuarto de hora al día, la mitad que a los perros), que serían tan respetadas como lo son estas.
EliminarPero no comento más. Mi paciencia ha llegado al límite. Me he explicado por activa y por pasiva y el bueno de F erre que erre. Si la norma es ir a comprar, la gente la respeta; si es sacar al perro, la respeta; pero si es sacar un rato al niño, no la iba a respetar (lo dice, que es profeta). ¿Pero dónde habrán fabricado ciertas cabezas?
Te he entendido superestupendamente desde el minuto uno, don Martin. Somos varios los que opinámos casi milimétricsmente igual; eso debiera significar algo.
Eliminar¿Censurar Martín? De eso nada, son faroles martinianos. Para eso hay que valer (o malnace). Como para el oficio de Willy el Niño. Cabezón pero honrao.
Más vale equivocarse con la multitud que acertar solo (Del Evangelio de F)
EliminarBenito, sin "afeites" Borges no sería Borges, más bien Bioy Casares, o puede que otro Garcia Martín, que no son poco pero tampoco bastante.
ResponderEliminarLas mejores faenas se hicieron con toros afeitados. Que lo sepas.
No te sulfures, hay que economizar energías. Se puede torear de las dos maneras, sólo levantaba acta. Que te mejores
EliminarSigo atento la polémica, inconcluyente, sobre el mayor o menor rigor en el confinamiento. Ni siquiera todas las "autoridades" están de acuerdo. En Holanda se ha optado por una "protección inteligente" que no implica encerrarse en casa. En Alemania y en Francia se puede pasear, o salir una hora a hacer footing. Ahora bien, no hay razón para pensar que las autoridades holandesas o alemanas estén peor informadas o sean menos cuidadosas que las españolas. Por añadidura, la OMS declara hace bien poco que "el confinamiento no va a detener la pandemia". Sin olvidar los otros problemas de salud que provoca: sedentarismo, masa muscular perdida, colesterol, astenia... más los trastornos mentales propios del encarcelamiento. Tengo tanto miedo como cualquiera, pero creo que están abusando del ciudadano, a la vez que se aprovechan de su carácter sumiso, bien señalado por Martín. Tan sumiso y pelota, que aparece, como dice María Pascua, la figura del "policía de balcón", el desaforado que increpa al que ha visto en la calle, hay ya algunos videos: "¡desgraciado, listillo, quédate en tu casa, que nos pones en peligro!". Todo esto, naturalmente, sin conocer en absoluto los motivos del viandante. Más papistas que el papa y encima renegados y resentidos a causa de su encierro. Muy mal y muy peligroso.
ResponderEliminarCómo me alegra leer esto. Todavía hay alguien que, como en el "If" de Kipling, no ha perdido la cabeza cuando todos la pierden y le acusan por ello.
EliminarTodos estamos informados de que las medidas adoptadas por algunos países centroeuropeos son más laxas que las españolas. La explicación es que conocen de antemano la respuesta respetuosa y civilizada de sus ciudadanos. Si aquí nuestro Gobierno obrara igual, la salida a dar una vuelta se convertiría en una visita a los familiares por la mañana y en una visita vespertina de los amigos a nuestra casa a tomar unas cervezas. Eso es solo un ejemplo, imaginación para burlar la ley no nos falta. Por eso estamos tan orgullosos de defraudar a Hacienda, no como los tontos alemanes y suecos.
EliminarEn cuanto al pernicioso sedentarismo impuesto por nuestro Gobierno al que usted alude, no acierto a sospechar el motivo de tamaña crueldad, con lo bien que se está en una terraza.
Mire, no sea demagogo, la mayoría de los mortificados sale a primera hora de la mañana a la compra, horas más tarde a la farmacia, y después a por el pan. Por la tarde resulta que necesita omeprazol y también unos yogures.
Casi todos hacen esto, menos Martín, que después de observar aterrorizado cómo los soldados del Ejército invasor apuntaban con sus metralletas a un pobre anciano sentado en un banco, decidió no volver a pisar la calle, ante el temor de que la aviación fascista lo bombardee con napalm.
Mal asunto el de la tos con fiebre y dificultad respiratoria, pero hay que ver cómo nos jodemos la convivencia movidos por la discusión histérica y vana. Si estuviéramos más seguros de nosotros mismos no tendríamos ningún inconveniente en aceptar los puntos de vista ajenos.
Quiero ser correcto, pero no puedo. Cuántas tonterías. A Antón García es la última vez que le contesto. Lo de la leyenda negra es poquita cosa comparado con la opinión que él tiene de los españoles. Se les castiga por lo que podrían hacer. Qué barbaridad. Los niños, estimado abuelo, no salen a la calle, no los dejan y ese es el delito al que yo me refería (hasta ayer mismo estaba considerado maltrato, y penado, tener a un niño durante un mes, o siquiera una semana, encerrado en casa).
EliminarEn la otra bobada, decir lo que salgo o no salgo, ya ni entro. Salgo todos los días, entre otras cosas para ir al trabajo, como cualquier ciudadano respetuoso con las normas, como hacemos la mayoría de los españoles, a los que una y otra vez nos calumnia este buen señor.
Decir que el español está todavía bastante lejos del deseable grado de civilización centroeuropeo no es calumnia, sino un reconocimiento responsable. Hemos mejorado pero aún nos queda trayecto.
EliminarPor cierto, hace días leí un artículo muy interesante en el que se explicaba de forma convincente el motivo de que Italia y España estuvieran ahora tan masacrados por el coronado bicho.
Vendría bien a F enterarse de que no hay una opinión unánime de "la comunidad científica", cuando dice:
ResponderEliminar"no es razonable desoír a la comunidad científica (no solo política) que avala las medidas que se están tomando".
Las avala o no las avala, según en qué sitio, según qué médico, según qué epidemiólogo, según qué virólogo. El confinamiento a la española es una aberración para otras mentalidades. No estaría mal que hubiese cosa tal como LA OPINIÓN de la comunidad científica. Sería muy tranquilizador. Por desgracia, no la hay. Por desgracia, se ignora casi todo sobre el dichoso virus. Se está procediendo por analogía con cepas anteriores conocidas, por suposiciones y por lo que es razonable esperar. Todo muy insuficiente para tener a millones de personas bajo llave, ignorando sus necesidades físicas y mentales y aplastando sus derechos sin razón demostrada. Me parece a mí.
Aplastando sus derechos sin razón demostrada. Dramático.
EliminarMe pregunto que sería de usted si no lo aplastaran, más aplastado estaría en un ataúd.
Lo avalan países como Francia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Irlanda, Rumanía, Noruega (está al caer), el estado alemán de Baviera (de momento), la India (con sus 1300 encerrados) y China (últimamente referente de casi todo lo eficaz y novedoso) y una n´çomoina que crece a ojos vista. El caso del avispado premier británico, don Boris Johnson, es para tenerse en cuenta: como buen tory de la pela se resistío en un primer momento a tomar medidas que dañaran la economía y ahora se nos va por la pata y San Jorge y cierra Britania.
EliminarClaro que existen otras democracias ejemplares en su velar por la salud pública de todos sus compatriotas y que desprecian el modelo y optan por no hacer caso de la "gripiña" de nada que acobarda y que hace que renuncie a "pensar" (Martín dixit) a esta Humanidad estúpida.
Si el Cap dice que "se ignora casi todo sobre el virus"..., ¿cómo es tan osado como para descalificar las medidas que se están tomando en España y se pone de parte de los frívolos (ignorantes en realidad) que por comodidad o capricho anteponen presuntos derechos cívicos pisoteados a la cautela imprescindible ante algo desconocido e imprevisiblemente mortífero?
PS.- Martín, como siempre que encuentra un raro ejemplar que secunde sus entelequias, mueve las orejas y llama bobo e irracional al respetable (pero no respetado). Mejor hacía moderando su grosería para con los que se dignan pasar por este café a tomar un brebaje cada día menos bebible.
Doctor F, llamar grosero a Martín sí que es una grosería, y un disparate. En un autor que habla sin paños calientes, y bien que te gusta el brebaje, por lo que se ve. Por lo menos, ya haces más de cinco líneas sin enredarte demasiado. No afeitarte te viene bien. Bueno, un saludo.
EliminarUn saludo, mi buen Castellano. Cuídate, que no eres un chaval.
EliminarAlguien sensato. No todo está perdido.
ResponderEliminarRespuesta a Valentín: el 19 de febrero era otra época, otro mundo. Naturalmente yo creí que se refería a la época del confinamiento. Y con lo complicado que es saber quién está o quién no está infectado a ese alcalde habría que ficharle para ahorrarnos las costosas y lentas pruebas.
ResponderEliminarQuizá se haya lanzado usted demasiado deprisa a desacreditarme.
EliminarLa informacion la obtuve en La Vanguardia, y se ampliaba refiriendo que tanto jugadores y como seguidores del Valencia habían vuelto a casa con un nivel de contagio importante. Creo que los jugadores, en una tercera parte de la plantilla.
¿Qué información será esa que este buen hombre ha obtenido de La Vanguardia? ¿Es que acaso es él el llamado "Valentín"? La verdad es que la gente ya no sabe qué hacer para pasar el rato. Nos estamos volviendo todos un poco chiflados. Y no se preocupe este buen señor, se llame como se llame, que no voy a tomarme la molestia de desacreditarme: se desacredita él solo ante quien se tome la molestia de leerle.
EliminarCualquiera que le eche un vistazo al blog comprobaria en un par de minutos que los contertulios se limitan a comentar y Martín les contesta indignado, ofendido, iracundo, maleducado, como defendiéndose de un ataque colectivo. Incomprensible. Qué malos modos.
EliminarPor cierto, no soy Valentín, admita que la Vanguardia la podemos leer muchos.
Por cierto, también aparecía esa información sobre el partido en ABC y, por supuesto, en diarios valencianos cercanos a la derecha fascista y asesina. Lo pone usted en duda simplemente por dudar de todo como un ejercicio divertido. Cualquier día destrona al Papa Francisco y pontifica a la equivocada humanidad. Que Dios le conserve la lucidez y la buena educación.
EliminarAntón que no es Valentín, pero que lo parece. Dice usted (Antón) "la información la tomé", pero esa información la daba "Valentín", quien literalmente decía "el otro día hubo un partido de fútbol" y resulta que "el otro día fue el 19 de febrero", bien lejos de la cuarenta. Y luego este buen hombre me insiste en que la noticia venía también en el ABC. Por esa fecha se celebraron docenas de actos multitudinarios (partidos de fútbol, por ejemplo) en todas partes. Nadie los había prohibido ni siquiera había pensado en ellos.
EliminarNos veta a todos.
ResponderEliminarPero vamos a ver. Salir el abuelo de la mano del niño no es lo mismo que sacar a pasear al perro.
No se trata de derechos, los niños socializan, salen a jugar unos con otros. Que se sepa no son las mascotas transmisoras del virus, los niños si.
Anónimo, anónimo, cuántas tonterías son capaces de decir los que no se atreven a decir su nombre. Los portadores del virus son los seres humanos, si no se deja salir a tomar el aire a un niño (un ser humano, aunque ahora parezca ignorarse) porque puede portar el virus, tampoco se debería dejar salir a nadie: ni para hacer la compra ni para pasear al perro.
Eliminar¿Ha olvidado este buen hombre que los perros no salen solos que van acompañados de un ser humano, posible portador del virus?
La verdad es que no sé por qué explico esto, tan evidente. Los niños, si salen de la mano de un progenitor (con el que conviven), y conservan las distancias frente a otras personas contagian bastante menos que los policías que patrullan las calles de dos en dos o varios apretujados en un furgón (los he visto) y hasta hace poco sin mascarillas. Métase con los policías, si tanto miedo tiene a ser contagiado, y deje en paz a los niños.
Que no, coño, que Martín no veta.
EliminarSu usted tuviera perro confirmaría que cuando dos perros y sus dueños se cruzan por la calle, la distancia que adoptan no es menor de 3 metros. Eso desde siempre, para evitar conflictos varios entre los animales. Lo digo desde mi experiencia madrileña, iniciada hace más de quince años. Otra cosa es que de forma excepcional los dueños que tengan el mismo tipo de perro los aproximen, circunstancia que no observo ahora.
EliminarSe nota que usted les tiene fobia. Debería saber que uno de los baremos para medir el grado de civismo de un pais es la actitud que tienen sus ciudadanos con los animales.
.
Pues no, señor Luis Candel, no tengo fobia a los perros. Y estoy encantado de que, en este punto, hayamos actuado civilizadamente. Usted habla de lo que ve, yo también. Y por supuesto que quienes sacan a sus perros a pasear procuran hacerlo respetando la distancia prudencial (como todos, hay muy pocos a los que les guste enfermar), pero a veces, al doblar una esquina, o en un momento de distracción un perro se acerca a otro y a los dueños puede costar separarlos. Yo he visto enredarse las correas. Pero mi comentario no iba ni contra los perros ni contra sus dueños ni contra el derecho de sacarlos a pasear, sino contra la prohibición de que los niños paseen de la mano de sus padres, tomando las mismas precauciones (solo que en este caso van de la mano) que los dueños de los perros. ¿Queda claro? Bastantes defectos tengo ya como para que además lectores distraídos me acusen de los que no tengo.
EliminarGracias por responder.
EliminarParto de una base tan ignorante y modesta como para pensar que si se prohíbe salir con los niños, poderosas razones tendrán los que adoptan tan dura decisión. Estarán informados de noticias de contagios frecuentes o temerán que sus madres no los controlen de forma suficiente. Otra cosa creo que razonablemente no se puede pensar, quien más quien menos tiene hijos o nietos, y nuestros gobernantes también. Supongo que todas las prohibiciones habrán pasado previamente por filtros responsables antes de lanzarlas, conocedores de la impopularidad que generan.
No, F, no soy tan osado como para descalificar las medidas tomadas, ya que sé poco del tema, aún menos que los atrevidos "profesionales" que toman decisiones severas para todos. Solamente expongo la contrapartida, los efectos secundarios o "colaterales" que los listos y enterados se niegan a mirar. Hay que ver la cara pero también la cruz para no caer en el fanatismo de A. García, que del modo más simplista basa su discurso en imaginaciones, prejuicios, suposiciones y creencias sin base sobre la conducta de sus conciudadanos. Penoso. Y quiere justificar, como F, el encierro de varios millones de personas en base a esos prejuicios (si uno se fija, racistas en el fondo) .
ResponderEliminarNo caigo en suposiciones sobre mis conciudadanos, se trata de certezas que uno lleva contrastando desde hace muchos años, tal vez desde antes que usted haya nacido. Los ejemplos de actitud incivilizada de los, españoles son innumerables, lo cual no quiere decir que yo no los quiera tanto como usted.
EliminarSin ir más lejos, nos interesa más protestar sobre el confinamiento que admitir sus posibles beneficios. Todos y cada uno sabemos perfectamente lo que habría que hacer, que siempre es justo lo contrario de lo que están haciendo quienes obran con más conocimiento de causa. Por eso, el personaje que mejor representa nuestra idiosincrasia es el taxista que ya en 2008 "tenía muy claro" Lo que había que hacer. En fin...
Psicología profunda de los cívicos, los cumplidores, los ciudadanos fetén, los sumisos a la ordenanza:
ResponderEliminarhttps://elpais.com/ciencia/2020-03-27/el-peligroso-placer-de-insultar-desde-los-balcones.html
A propósito de este tema, una de las preguntas frecuentes del Instituto de Sanidad y Medio Ambiente de los Países Bajos es esta precisamente:
ResponderEliminar- ¿Pueden mis hijos jugar en la calle con otros niños?
Según los datos actuales, los niños no están influyendo mucho en la expansión del COVID-19. Pueden, por lo tanto, jugar con otros niños si no presentan los síntomas propios de COVID-19, como fiebre, catarro o tos. Debe evitarse que se formen grupos grandes.
Referencia: https://www.rivm.nl/en/novel-coronavirus-covid-19/questions-and-answers#039;s%20Novel%20coronavirus%20in%20China
Claro que si, María. Pero habla usted de los Países Bajos, no de Sevilla. Creo que nuestro Gobierno está actuando con la rigurosidad que exige el momento. Y que conste que desde mi "modesto" punto de vista ha obrado con mucha imprevisión y frivolidad, pues las alarmas empezaron a sonar con fuerza a finales de febrero y la primera reacción radical se produjo 2 semanas más tarde. No quiero imaginar la cantidad de contagiados que habrá originado la inacción.
EliminarPero ese reproche lo harán los afortunados supervivientes de la tragedia.
No están los tiempos para no dar lacara y actuar de zapador anónimo.
ResponderEliminarAunque nada más fuera por eso,señor Martín, gracias por ofrecernos donde colgar nuestras miserias.
Ayer hablé por teléfono con una vecina de Barzana, Quiros; comentando el tema, le dije que al menos allí eran afortunados, que tenían los últimos, umbrios y solitarios kms. de la Senda del Oso para pasear.
ResponderEliminar"¡Que va!", fue la respuesta, "te detienen los agentes del Seprona."
Que cada uno saque sus conclusiones
La policía, la Guardia Civil, la UME, el ejército. Santo cielo, Victor, el fascismo no desaprovecha la oportunidad y usted con esos pelos. Salga usted a la calle y proteste por el frívolo confinamiento.
EliminarEl caso es que entre la desastrosa gestión ante la crisis de 2008, el estallido catalan de 2017,y la escandalosa imprevisión del Gobierno actual,la imagen de España está por los suelos, el descrédito en Europa es total (y a mucha honra).
ResponderEliminarBendiga idiosincrasia que ilumina nuestras vidas.
Querido José Luis:
ResponderEliminarAprovecho para excusarme por escribir la nota previa con el teléfono, pues veo regular y rara vez percibo las correcciones (muchas veces, ultracorrecciones) de los procesadores de texto. La "reflexividad" que se ha colado, y no sé cómo, debe quedar en algo más sencillo y correcto, aunque no por ello común: la "reflexión". Si fuese otro el medio, me habría ahorrado este "addendum", pero en este blog hay mucho nivel y sólo me quedo tranquilo si me anticipo a las posibles críticas derivadas de este lunarcillo. De nuevo, abrazos para ti y saludos para todos.
Empiezo por aceptar que ha habido exceso en el tratamiento bloguero de esta pandemia/pandemónium que nos disloca un tanto: mea culpa por lo que me toca.
ResponderEliminarPorque me viene a mientes la Bizancio de los otomanos abriendo brecha en la muralla de Teodosio mientras unos curas barbados y parsimoniosos discutían sobre el sexo de los ángeles.
Dice mosén el Cap que sabe menos que ciertos atrevidos "profesionales" (sic, que las comillas son del Cap). Pues si así de dignos de desconfianza son los profesionales cómo serán los legos, si exceptuamos a la secta de los neo nebrijanos, que además de doctos en Gramática, lo son en Historia, Arte y Oficios, Física, Medicina (y dentro de esta la Frenopatología, Economía, Alta Política y puede que Numismática y Colombofilia (Escobar en el recuerdo).
"Los efectos colaterales" que denuncia el Cap, serán excesivos cuando la Historia acabe por dar cuenta de hasta dónde llego el nivel de las aguas (léase la mortandad). Anticipar el valor de la cruz sin saber qué dios o tirano viene troquelado en la otra cara, es temeridad manifiesta.
La llamada "gripe española", que entre 1918 y 1920 trajo consigo la muerte de unos cincuenta millones de personas, la trajo un bicho que era pariente del que ahora nos aflige y tan jodido de tratar como lo es este, porque al ser los virus elementos pre biológicos (apenas un cordón de ácidos nucleares de RNA, pero no seres vivos aunque muy mandones), ni valen con ellos los antisépticos por vía sistémica ni los antibióticos; solo medicación que atenúa los síntomas y, eso sí, los modernos respiradores que salvan vidas. Poco más se puede hacer si uno resulta contagiado y enferma. Pero se puede hacer mucho para prevenir el contagio. En ello estamos. Pesa a la incomprensión de algunos..., cada vez menos a medida que la nómina cadáver aumenta y aumenta.
¿Que pensarían el Cap y demás celadores de los derechos humanos individuales que ahora ven comprometidos, si la cifra de muertes en España se disparara hasta ..., un par de centenares de miles. ¿Se asusta la peña? Fueron en España 260.000 las victimas mortales que trajo consigo la gripe española.
¿Los nenes a la rúe? No, gracias.
No sé si alguien se entiende en estos comentarios entrecruzados. La verdad es que no. Yo creo que voy a optar por lo contrario de lo que pensaba: dar de paso a todo lo que llegue sabiendo que nadie, salvo el interesado, va a leerlo. Pero es una función terapéutica, en estos días malos, permitir que quien quiera se desahogue. Lo que yo pienso, renuncio desde ahora a los inútiles ejercicios de didactismo, es lo que aparece en las entradas del diario.
ResponderEliminarCon todos los respetos, siembra usted en tierra ávida de opinar y ya se está rasgando las vestiduras porque en todo momento debe ser usted el protagonista absoluto que afea, increpa y corrige.
EliminarTampoco, tampoco...
No, hombre, no hay que dramatizar ni suponer que somos una especie de babuinos que nos complacemos en zaherir o en descaificar airadamente al oponente. Si hasta hay algo de comedia en todo esto...
ResponderEliminar"Aquí" tambien se da la buena gente, don Martín, exponente de lo que es esta sociedad, que tiene defectos exasperantes pero también cualidades muy de valorar, que se ponen de manifiesto en los tiempos difíciles.
Seamos buenos chicos, que estamos encerrados y saltamos como resortes a la mínima. Pero hsy que aguantar, son solo unas semanas y los cafés y las biblio y los cines van a abrir algún día.
Escucho a Pedro y me ratifico en mi confianza en que estamos en buenas manos.
Pax romana.
Estamos en buenas manos.
EliminarSu percepción de la realidad es paupérrima. El ridículo de la compra de las mascarillas inútiles, me recuerda a cuando Rajoy, en el caso Prestige, decía que el petróleo que salió del barco era como un hilillo de plastilina. En aquella época se reiria usted a carcajadas de la estupidez. Yo ahora también me río de la incompetencia y frivolidad de Sánchez, solo que con amargura.
Pues mire vuesa merded que más me duele la venta que la compra. Y que más daño hace a la doliente grey de braceros, escribanos y menestrales la venta en almoneda que hicieron los Esperanzas, Ignacios, Botellas y Rajoyes de nuestros hospitales de peregrinos y leproserías a los ávidísimos fondos buitre de las Indias Occidentales, que la fallida compra de unos antifaces. Crimen aquel de lesa patria que solo un cínico perverso -que Lucifer acoja en sus calderas- puede mirar de soslayo como quien ve llover.
EliminarNo voy a discutir, pero mi socrático amigo caes en una contradicción.
ResponderEliminarSi los niños son seres humanos (y lo son) deberán cumplir las mismas normas que el resto. No te quepa duda que esto pueda ir a peor, que no podamos sacar al perro ni ir a la compra.
¿Se respetan en las guerras los derechos de los niños?
Ay amigo, no sólo vas a pasar a la posteridad como poeta, narrador, etc., sino también como santo. Paciencia infinita. Hoy leí que Pepe Reina, futbolista, también está preocupado por los niños que viven en 70 m2, incluso casi pidiendo perdón por ser un privilegiado con casa amplia y jardín. El presidente Sánchez hoy en su discurso también se acordó de los niños hacinados, compasivo pero sin soluciones reales. En el sur de Italia esta olla a presión está empezando a estallar. Y eso de que en un pequeño pueblo rural no puedan salir de sus casas, es una torpe manera de aplicar la ley. Bueno, gracias por dejarme descargar en este tu café.
ResponderEliminarMira por dónde..., esa faceta del buen Jesús, un tantito aduladora y pelín acusica no me gusta nada, lo hace desmerecer a mis ojos garzos. Pero nadie es perfecto.
EliminarTristán, me hiciste recordar dos frases célebres de dos autores distintos: "Si no te gusta esta faceta, tengo otras" y "Cultiva aquello que te critican, porque eso eres tú". No sé si cambiar de faceta o seguir cultivando ésta. Un saludo.
EliminarLlegaremos a los 10.000 muertos y todavía se seguirán considerando innecesarias y crueles las medidas que se adopten. Y eso que provienen de un gobierno de izquierdas, de ser otro le costarían las próximas elecciones. País, el nuestro, tan civilizado como maduro.
ResponderEliminarDe ser otro no le cuesta las elecciones ni siquiera cuando atraca a los ciudadanos (a los que considera clientes) y destroza una Sanidad que impide que se luche contra la pandemia. Como vivo en Madrid, lo padezco. Como diria JLGM, lo que hay que oir
EliminarBenito, quiere decir usted que la denigrante situación que vive la sanidad, sin mascarillas ni respiradores ni material imprescindible, se debe achacar a los recortes impuestos hace años por la pérfida derecha. Ahora creo que lo he entendido bien, por un momento dudé de que la enemistad disciplinada le estuviera carcomiendo las neuronas.
EliminarLee usted demasiado el BOE y eso le desquicia.
Fíjese, sin ir más lejos, en una noticia de ayer. Se denunciaba en grandes titulares que la sanidad privada estaba acometiendo recortes (maldita palabra sindical). Y cuando se interesa por el detalle, se encuentra sorprendido con que esos RECORTES se concretan en los servicios de fisioterapia, odontología y estética. Veneno y más veneno cochino. Da pena que tantos panolis identifiquen El País con la Biblia que guía sus tristes pasos desde que se levantan hasta que se acuestan.
No es que "la privada" esté empezando a hacer recortes, es que la tal nació ya recortada, como las luparas de los mafiosos napolitanos. Algo tendrán en común.
EliminarQuiero decir exactamente lo que he dicho. Y no por sus malos modos y epítetos más propios de otros foros tiene usted razón. "Qué tiempos éstos..." etc. Me aburre repetirme
EliminarMi comentario iba dirigido a uno de los anónimos (no se ya si al 1 o al 2 o al 3) no a Rogelio. Así situado podria llevar a confusión. Si así fuere, mis disculpas
EliminarMás siniestro, más terrorífico me parece a mi que los niños salgan a jugar con una mascarilla.
ResponderEliminarRespuesta de César Rendueles en El País a una gran parte de los comentaristas de este blog:
ResponderEliminarhttps://elpais.com/elpais/2020/03/27/opinion/1585301613_468266.html
Salud, y que disfruten el artículo.
Con todos los respetos, el artículo de Rendueles me ha parecido un perfecto panfleto de los años setenta, cuando todas las opiniones presumiblemente cultas estaban mediatizadas por la paranoia. Rendueles reivindica el derecho infinito a hacer lo que le de la gana, y yo reivindico que Rendueles no me contagie. Él, demócrata, y yo facha. Esta sería la conclusión de dos taxistas mientras toman unas cañas. Oiga, y qué tiene usted contra los taxistas?
EliminarNoto con preocupación que muchos comentaristas, aunque no entienden qué tendrán que ver con el combate contra la enfermedad ciertas medidas (que no niños no puedan salir a la calle con un progenitor, que no se pueda caminar solo por razones de salud, sin necesidad de sacar un perro ni de ir a la compra) las apoyan a ciegas porque, si las adopta el gobierno, sus razones tendrá. Pues en esos casos concretos no las tiene y esto que ahora casi solo me atrevo a decir públicamente yo lo demostrará una investigación rigurosa, cuando la alarma termine, y se pueda analizar todo seriamente.
ResponderEliminarNo va a haber ninguna investigación rigurosa, ni de lo que se hace ahora ni de lo que se dejó de hacer a finales de febrero, cuando se veía el lobo llegar y se ignoraba lamentablemente. La mayoría parlamentaria la bloqueará en el Congreso y listo. Esa misma estrategia la adopta el satánico Trump.
EliminarY a no sé quién que más que tener los niños secuestrados en casa dice que le alarmaría verlos con mascarillas en la calle, le digo que las autoridades no recomiendan ir con mascarilla por la calle (dan una falsa sensación de seguridad), que solo son necesarias si estas contagiado o te acercas a un contagiado. En su casa, es donde algunos niños deberán usar mascarilla ya que si un familiar con el que convive muestra síntomas leves de la enfermedad (o son asintomáticos) no se le aísla en un hospital, sino que se le deja en su casa con los familiares sanos a los que la policía impide abandonarla salvo en casos muy contados y por breve tiempo.
ResponderEliminar“Crisis Sanitaria
ResponderEliminar¿Alguien piensa en las criaturas?
25/03/2020 | Esther Vivas”
https://vientosur.info/spip.php?article15753
"Este partido... Esta guerra la vamos a ganar". Cómo cansa lo bélico-deportivo, sobre todo a los viejos. Encantado anda el virus con este su lenguaje. ¿Do la cuita, el cuidado, el “cudio” aquel?
https://elpais.com/elpais/2020/03/27/opinion/1585332878_757134.html
Cuánta razón tiene, a mí también me asquea ese triunfalismo bobo de "Todos unidos vamos a ganar", puro eslogan de libro de autoayuda. Vamos a ganar o no, según. Los que ya han ido cayendo no van a ganar nada. Veremos si lo ganan los que aún quedamos.
EliminarDoy la razón a Ana Peláez y a Antón García cuando dicen que los españoles somos un pueblo inculto e indisciplinado, si se nos compara con otros paises de nuestro entorno. No estoy pensando en Suiza ni en Holanda, pienso en el digno y comedido pueblo portugués.
ResponderEliminarEste factor diferencial importa muchísimo para que algunos encontremos adecuadas las medidas restrictivas que está tomando el gobierno de España.
Un saludo, F, pero a metro y medio por lo menos.
EliminarComo decía Jeanette, los españoles somos rebeldes porque el mundo nos ha hecho y así. Y cualquier intento de acatar leyes y normativas nos produce gran complejo de inferioridad. Una pena, porque potencial tenemos el suficiente como para conseguir el respeto que ahora nos niegan.
Yo calculo que para que llegue ese momento hacen falta como mínimo dos generaciones.
Que se mejore, en este momento es lo primordial.
A F.
EliminarSubestimamos a Portugal y paradójica mente cuando surgen las crisis salvajes las abordan con más racionalidad y civismo que nosotros.
Es un PIGS muy digno y aplicado.
Leo ahora la columna de J.Marias en El País y me deprime su ofuscacion y su nula capacidad para prever. Parece mentira que quien escribe tan mal sea tan considerado. Lo peor es que cobra por sacudirle al PP cada domingo, y ese ejercicio de matonismo barato lo denigra. Qué poca dignidad hay que genera para venderse por tan poco.
ResponderEliminarHe leido dos veces la columna de Marías (haciendo un esfuerzo, porque a mi también me cansa su prosa) y no veo por ningún lado que "sacuda" al PP. Lo que sí veo es que los troles de derechas que infectan las redes han llegado hasta aquí. Quizá en eso consista el triunfo, admirado JLGM
EliminarMe he liado con los anónimos; he contestado más arriba lo que quería contestar a otro. Ya hace tiempo que propuse que los anónimos se numeraran como en la mili: anónimo1, anónimo2, ... Uff! Espero que el bicho no dure demasiado
EliminarA Benito.
EliminarDigo que Marías cobra por sacudirle al PP cada domingo. Como hoy excepcionalmente no lo hace, debería haber dicho, en el 99% de los casos. De acuerdo?
Su obsesión con la Aguirre era patológica. Y sus protestas por lo que sufre de molestias en su enorme casa de la calle Mayor, aburren.
Cierto que aburren sus quejas pero también se quejaba de Carmena; "sacude" a todo el mundo. Luego no es cierta la primera premisa. En fin, dejémoslo
EliminarTiempos magníficos y magnánimos, magnos y magnéticos aquellos en que usted escribía sobre la literaria ciudad de Turín, y todos podíamos ser descritos en algún momento del día como transeúntes, viandantes, paseantes, peatones o caminantes (no hay camino). Hoy por contra nos han declarado seglares de clausura, y además se puede ver y leer que a muchos les parece lo correcto, aunque los "argumentos" dejan mucho que desear.
ResponderEliminar- Qué más vale encerrado que muerto.
- Que a grandes males, soluciones drásticas.
- Que si se permitiera salir al campo, los espabilados redefinirían "campo" a su antojo.
- Que vale, que sí, que en otros sitios no se hace pero que se terminará por hacer, "ya lo verán".
- Que los ciudadanos son inconscientes, una especie de menores perpetuos, y que no se puede dejar nada a su criterio.
- Que la llamada pandemia se originó, como es indudable, en la manifestación del 8 de Marzo, ergo este es un gobierno de gentuza (así lo sostiene la señora Rosa Díez).
- Que la situación es tan excepcional que justificará incluso prohibir hacer la compra.
- Que los daños causados por la clausura son solo inconvenientes, no enfermedades (veremos cuando empiecen a aflorar las demencias).
- Que todos los científicos están por la clausura, "excepto unos pocos casos".
- Que en las guerras tampoco se respetan los derechos de los niños.
Se desprenden un par de conclusiones:
1) el covid no solo afecta al aparato respiratorio; también a otros ubicados más arriba.
2) Spain, in fact, IS different.
Tiene usted razón, afecta al cerebro y sobre todo a la memoria.
EliminarPor eso los que no son trols ya no recuerdan que un evento de magnitud mundial como el Mobile se suspendió responsablemente en Barcelona en fecha!12 de febrero!, entre el estupor de la Colau y sobre todo de Illa, que no encontraban motivo alguno para la alarma.
Tampoco recordarán que a los pocos días empezaron a llegar de Italia noticias suficientemente alarmantes como para que en España se adoptarán medidas preventivas.
Pero no se hizo nada, y llegó el lobo y nos comió. Italia nos puso delante el guion de la catástrofe y el Gobierno giró la vista a la izquierda, para "no adelantar acontecimientos".
Desde luego, España es diferente, somos alegres, optimistas, alérgicos a la previsión. Por eso los que no son trols votan a quienes votan.
Qué plan propone usted que mejore el actual?
EliminarExpliquenos también, que debemos hacer para superar la crisis económica salvaje que vendrá después. Supongo que nos contestará a las dos cosas porque es de esos lúcidos personajes que "lo tienen clarísimo".
A cualquier persona que le "sacuda" a este aberrante PP carroñero, falaz y ultramontano, se le debe un poco de consideración; es el fascismo el que merece desprecio y fiscales bien dispuestos.
ResponderEliminarMenudo sarpullido.
EliminarDe lo que me quejo, alterado contertulio, es de que un afanado escritor caiga tan bajo como cobrar por criticar cada domingo a un partido político, sea cual sea. Hay que exigirse un poco más de categoría que la de un puerta de discoteca.
No veo que tiene que ver el virus con la izqda. y la drcha. Me temo que nada sabe de palabras e ideologías.
ResponderEliminarEn estos comentarios, no se quien, se refiere al virus como aliado de la palabrería bélica y deportiva. Estoy de acuerdo.
Si algo se sabe de este virus, con miles de científicos de todo el mundo intentando encontrar la vacuna, es su rapidez de mutación. Los virus no son seres vivos, no se reproducen entre sí, necesitan de una proteína para invadir la célula. Pero esa proteína es vital para nosotros.
Cuando veo a Fernando Simon hablar de que estamos a punto de llegar al "pico", y luego todo se "estabilizara", comprendo nuestra ignorancia.
Se sabe también que no sobrevive (o mejor, actua) a altas temperaturas. Así que esperemos un caluroso verano.
Saludos
Según van aumentado los muertos por centenas, más de acuerdo estoy con Martín cuando protesta por la exageración de las medidas adoptadas.
EliminarEl caso es hacer polémica de todo y discutir gratuitamente. En fin...
Si algo se deduce del "Anónimo del Sarpullido" es que lee con poca frecuencia los artículos de Marías. De otro modo, ya se habría enterado de que Marías no tiene adscripción política conocida, sino que reparte por donde puede, y algunas veces con manifiesto desacierto. La adscripción política de Marías es sólo Javier Marías.
ResponderEliminarTodo lo contrario, he leído unas ocho novelas de él y frecuentemente sus columnas dominicales, hasta que me hartó su descarado sectarismo. Otra ridiculez que comete es abusar de los lectores citando constantemente las desventuras de su heroico padre.
EliminarLo suscribo. Usted lo ha dicho mejor que yo. Vayamos cerrando frentes
EliminarLos comentarios de este blog cada vez tienen menos que ver con el blog, son un tablón a disposición de quien lo desee.
ResponderEliminarPero respondo a "Remiggio" por alusiones. ¿No se da cuenta de su contradicción? Si las medidas adoptadas son las correctas, ¿cómo es que van aumentando los puertos por centenares? En buena lógica, más bien demostraría que son incorrectas.
Pero yo nunca he discrepado de las medidas sensatas (aplicación de un estricto distanciamiento social, etc), sino de las estúpidas. Y digo bien: estúpidas. Si no hay ningún riesgo en que vayamos de uno en uno a hacer la compra o a sacar el perro, ¿cómo va a haberlo en que salgamos de uno en uno, y guardando las distancias, a tomar el aire, algo imprescindible para la salud física y mental? Desafío a "Remiggio" a que encuentre alguna razón para que la policía se dedica a multar a quienes cometen el grave delito de pasear solos y a debida distancia de los demás, pero sin perro.
Si los comentarios se apartan de su página del blog, creo que las singulares circunstancias que nos masacran justifican el desvío. En lo que a mi respecta, le pido disculpas.
EliminarDicho esto, con la que está cayendo me sorprende esa excesiva preocupación suya sobre la prohibición de darse un pequeño garbeo. Me recuerda al sofisma dulcinista que plantea si Jesús, que debe ser infinitamente pobre, puede ser propietario de sus ropajes. Gran preocupación que le sume a uno en las tinieblas.
La confirmación de que las medidas son correctas no se puede producir de inmediato. Como en casi todos los aspectos de la vida, necesitan del tiempo que exige el desarrollo irregular de la enfermedad.
EliminarLo que si fue su totalmente incorrecto fue adoptarlas de forma tan tardía, dejándose arrastrar por una mezcla de irresponsabilidad y optimismo infantil. Si se hubieran adoptado simplemente a principios de marzo, el panorama actual sería mucho menos desolador.
Jose Luis, a eso me refería yo el otro día cuando criticaba esa odiosa jaculatoria española:"No adelantemos acontecimientos", que se puede complementar con otras no menos usadas:"No me quiero calentar la cabeza antes de tiempo" o "Cuando llegue el problema ya reaccionaré". Son símbolos perfectos de la alergia a la previsión que históricamente nos ha caracterizado y nos ha arrojado al precipicio.
Respuesta a Remiggio.
EliminarUsted no tiene que pedir disculpas. Se dirigía a mí y criticaba mis opiniones, para eso están lo comentarios.
Más me sorprende a mí que no se indigne ante la prohibición a un ciudadano libre en un país libre de salir de casa sin que existan razones sanitarias algunas que lo justifiquen. Porque no las hay: si salir con un perro no perjudica la situación sanitaria, salir sin un perro tampoco la perjudica. Cualquier persona a la que el miedo no le haya hecho renunciar al razonamiento, entiende esto. Y cualquier ser humano se siente doblemente ofendido: porque se le trata de estúpido, al ponerle como razón para impedírselo que se está muriendo gente, y profundamente ofendido porque se limitan sus derechos ciudadanos (y se perjudica su salud). ¿Me he explicado bien? Yo he vivido en una dictadura y soy muy sensibles a los recortes de los derechos ciudadanos, tomando como coartada una situación excepcional. Si no lo ha entendido, no me importa repetirlo tantas veces como haga falta.
Respuesta a Carlos Mir: La confirmación de que las medidas son correctas (o de que son incorrectas) solo se puede producir si otros países toman medidas menos dañinas para la economía y para la salud de las personas. De momento, la mayoría de las democracias están tomando medidas distintas. El confinamiento de Alemania, Francia, Estados Unidos, Bélgica, Holanda no es como el de España o China (aunque la desinformación y adoctrinamiento masivos a que estamos sometidos pase por alto esas diferencias). Si esos países superan la enfermedad con menos muertes (en relación a su población) que España, o si ocurre contrario, entonces podremos opinar. Hasta entonces, aceptemos que son correctas en general, pero con excepciones. Una excepción es resulta ridículo permitir salir de casa a los dueños de los perros y no permitir (con la distancia social correspondiente en ambos casos) a quienes no tienen perro. Eso no solo es un solo error, es una estupidez. Repito: una estupidez sin justificación alguna. Y poner a la policía a sancionar a quien camina solo por calles solitarias, en lugar de utilizarla en ayudar a las personas, es algo por lo que, cuando todo pase, habrá que exigir responsabilidades.
¿Estas medidas se adoptaron de forma tardía? Pues otros países, grandes países, las están adoptando de forma más tardía y con mayor cautela. Ya veremos quién tiene razón. De lo que no hay duda es que el daño a la economía, y a la salud física y mental de las personas puede ser mayor que el producido por la epidemia, aunque al darse más espaciado en el tiempo creará menos alarma y producirá menos titulares. Pero será un daño causado, no por un virus incontrolable, sino por dejarse llevar por el miedo a quedarse corto y pensar que, cuanta más dureza con los españoles, primero vamos a acabar con la enfermedad. Pero las medidas no son más eficaces por ser más duras. Algunos de los remedios que se están aplicando quizá sean peores que la enfermedad.
En su anotación del día jueves escribe usted:
ResponderEliminar"Desaparecerá el letrero, se graduarán los alumnos a los que di clase y pronto se borrará mi memoria de este edificio que durante tantos años fue parte de mi vida."
Inevitablemente me ha traído a la memoria el conocido texto de JRJ:
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Idealizaciones del poeta, que ve a los pájaros como un elemento perenne del paisaje. Pero la ruptura y la pérdida es todavía más radical. Ni siquiera los pájaros se quedan.
Muy bien traído el poema. También se van los alumnos, sustituidos por otros.
EliminarPues yo tampoco leo a Javier Marias, no puedo opinar sobre su calidad literaria.
ResponderEliminarSin embargo, tengo un escrúpulo o prejuicio, siempre me ha parecido un escritor que aprovecho su apellido. "Un hijo de papa", diríamos vulgarmente. Para mi es suficiente y tampoco creo que tenga mucha credibilidad, escriba donde escriba.
Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, yo voy a tropezar de nuevo con el increíble "Víctor Menéndez". Javier Marías es hijo de Julián Marías, pero su prestigio se lo ha ganado él solito desde que publicó su primera novela, creo que a los dieciocho años. Muy pronto Julián Marías (que ha ido borrándose con el tiempo) pasó a ser el padre de Javier Marías. Hablar de lo que se ignora es una mala costumbre de la conviene irse quitando.
EliminarMartin, yo fui quien hice el primer comentario sobre Javier Marias, criticando la pésima calidad de su columna del domingo (en la que además hizo un pronóstico lamentable sobre el bicho), su interesada censura obsesiva a cierto partido politico (sobre el que yo siento la misma indiferencia que por cualquier otro, nunca me gustó el teatro), su tabarra protestando por las manifestaciones que le impiden el correcto descanso en su imponente mansión (sí, de un tamaño formidable). Y, además, como he leído la mayor parte de sus espléndidas novelas (maravillosa, Corazón tan blanco), me harta su vicio de incorporar casi siempre a su padre al argumento. Cuando en algún coloquio suyo al que he asistido o presentación (casi siempre en la Librería Méndez de la calle Mayor, cercana a su mansión), le han preguntado el motivo, siempre contesta que de joven tuvo muy mala relación con él y que cuando comprendió la herida que le había causado la defenestración franquista, consideró oportuno rendirle un homenaje constante en sus novelas. A mí, como lector suyo, me parece que ese juego con su conciencia no tiene derecho a imponerlo, lo siento como una finta de salón progre.
EliminarNaturalmente, él podrá escribir lo que le venga en gana. Y yo también podré criticar su frivolidad. No dije ni digo otra cosa, lo tengo por un gran novelista que ya no lo va siendo tanto.
Completamente de acuerdo, Anónimo. La colaboración de Marías en El País suele ser bastante deplorable. En mis clases de "Literatura y periodismo" a veces he comentado con mis alumnos una columna suya sobre por qué no utilizaba el ordenador que resulta particularmente descacharrante. Pero eso no invalida su obra, llena de obras admirables: algunas novelas (pocas) y ensayos como los de "Pasiones pasadas" y relatos y retratos de escritores. No somos de una pieza, a pesar de sus artículos en El País, a pesar de su antipatía, Javier Marías es o ha sido (pero un escritor lo sigue siendo siempre) uno de los grandes.
EliminarTotalmente de acuerdo, ya le digo que siento un gran reconocimiento por el Marias novelista, si bien sus columnas se notan escritas aprisa y corriendo para cubrir el expediente. Parece mentira que con la cantidad de buenos escritores que tenemos (lo incluyo) El País tenga que recurrir a este engreído personaje de torpe pluma como articulista.
EliminarPero en fin, la gente también necesita OT.
Por cierto, Trapiello ya no escribe en La Vanguardia...
No sé si estarán de acuerdo los tertulianos, pero me asombra la actitud de los canales de televisión, que considero frívola. En vez de ofrecer una programación, al menos distendida, compiten entre ellos para ver quien da las noticias más duras y espeluznantes y de ese modo mantenernos en estado de angustia permanente.
EliminarEs deliberado, Luis Candel. Es para mantener asustado al personal y que no proteste ante las medidas tan duras como poco eficaces que toman las autoridades.
EliminarJulián Marias no ha ido borrandose, tiene una gran obra. Que a los 18 años ganes un premio a mi no me dice nada.
ResponderEliminarJavier Marias, no le llega a la altura del betún a su padre
Además, si leo a Julian Marias, y merece la pena, o el placer.
ResponderEliminarLas noveluchas y artículos de su hijo me traen sin cuidado.
Doy mi opinión.⁷
Pues mejor callátela, estimado comentarista, que a nadie le importa lo que opine de la obra de Javier Marías quien ni siquiera lo ha leído.
ResponderEliminarY su primera novela no ganó ningún premio, fue el comienzo de un reconocimiento cada vez más generalizado entre quienes sí le habían leído.
"Un hombre con un perro al lado contagia lo mismo que ese mismo hombre sin perro. Por lo tanto, si se permite pasear con perro se debe permitir pasear solo".
ResponderEliminarParece el epítome de la racionalidad, y una muestra del rigor lógico con que suele proceder JLGM. Y sin embargo, el razonamiento es incorrecto. Todas las afirmaciones sobre plagas y contagios son estadísticas, probabilistas. Pongamos que el 10% de los ciudadanos tiene perro. El rastro respiratorio y el reguero de gotículas de tos dejado en las calles y parques por el 10% de la población es muy inferior al dejado por el total de la población. Igualmente la distancia entre paseantes es menor cuando está en la calle el 10% que cuando está el 100%.
Por lo tanto, la medida tiene su justificación tal como está ahora.
Pues no, Alba, su razonamiento se resiente bastante. Ni todos los que tienen perro salen a la vez ni todos los que no lo tienen saldrían a la vez ni pasearían por los mismos lugares. Saldrían espaciados, como hacen ahora, de uno en uno. ¿No le parece España, la España vaciada, lo bastante grande como para que haya sitio para todo el que quiera salir (hay muchos que evitan incluso ir a comprar o compran para un mes a fin de no pisar la calle) manteniendo la distancia social? Y no solo falla la lógica, también la información. El rastro respiratorio deja de contaminar a partir de cierta distancia (o nos mienten las autoridades sanitarias que nos dan normas para ir al supermercado) ni las gotículas de tos transmiten el virus a la adecuada distancia a menos que caigan sobre una superficie y tú pongas la mano sobre esa superficie y luego te la lleves a la cara (ojos, boca, nariz), algo que nadie en su sano juicio haría. En cualquier caso, para evitar eso, no habría que prohibir salir a la calle incluso de uno en uno, sino hacer obligatorio salir con mascarilla y guantes (algo que no ocurre). O sea, que no tiene ninguna razón en su réplica, ninguna repito (conviene insistir), y olvida que no se puede negar el derecho a salir a la calle por mero capricho de las autoridades (o para aparentar con la dureza la eficacia que no tienen). Es un derecho, no un capricho de nadie. Tiene que haber una grave razón sanitaria para una prohibición tal, y no la hay.
EliminarYa son ganas de tener razón cueste lo que cueste y a costa de la aritmética, si falta hace. Porque salgan juntos o espaciados, el 10% siempre va a dejar menos rastro pulmonar que el 100%; y el 10% siempre va a estar menos apiñado que el 100%. Pero si usted no lo ve, tampoco pasa nada. No todo el mundo alcanza lo mismo con la vista.
EliminarQué bobada, Alba, qué inmensa bobada. Diez personas pueden estar apiñadas en una habitación, pero cien mil pueden estar dispersas por el Sahara, sino por la llamada España vacía, sin que se vean siquiera unos a otros.
Eliminar¡Pobre España, con gente como Alba cisneros empeñadas en defender lo indefendible! Y luego dale con el "rastro pulmonar"... Pero ¿no hay más "rastro" en cualquier supermercado cualquier mañana que en una calle vacía con un hombre o mujer solos?
Café Arcadia 134; Crisis de papel 5
ResponderEliminarNi siquiera la NBA contra Andorra lograría estos resultados. JLGM: Una modesta proposición... etc (remember Swif) ¿por qué no volvemos a la literatura?
Se queja con razón Martín de que no se presta atención suficiente al post que nos regala cada semana; la tiene porque este blog iba para literario y fue derivando en tertulia política aunque, eso sí, de un nivel en las formas bastante aseado (a veces hasta afeitado). Pero lo que se resentía y languidecía y amarilleaba era la prosa del buen Martín, sin un elogio ni una objeción que la reanimara.
ResponderEliminarPues le voy a hacer un comentarillo-crítica amigable sobre algo de la última remesa, deteniéndome en ese recurrente (y van ya...) episodio de tipo que se acerca a su mesa del café/se presenta azorado y balbuciente/cuenta una pamema/se esfuma pero deja una tarjeta.... e fine della puntata.
Se deducirá de mi evidente reticencia que le estoy censurando la insistencia en algo ya muy manido en él y flojo para ser una historia de aparecidos. El desenlace de este tipo de cuentos puede quedar abierto (es lo más facilón) pero no tanto como para que el lector se refríe de indiferencia. No es una conclusión afortunada que en el momento crucial nos caiga un amigo encima como si fuera un Deus ex machina y, colorín colorado, el cuento se ha acabado. Y el tipo raro que se va por donde vino; eso sí, dejando su tarjeta de visita (¿prometedora insinuación de que va a seguir una seconda puntata?).
En todo caso un final ligeramente deleznable.
Existe la posibilidad de que JLGM nos haya contado un hecho verídico, que se le acercó un individuo extraño, ya que Martín debe de exhalar feromonas por un tubo, que atraen a su mesa de café a mogollón de paranoicos. En ese caso, la acreditada inteligencia de nuestro autor debiera haberse activado como un rayo y haberle hecho al doliente dos recomendaciones:
-La primera, que se tomara la tensión arterial (la farmacia Gráiño quedaba a dos pasos).
-La segunda, que no llevara más el “pilot” o la estilográfica en el bolsillo pectoral de la camisa.
Confieso que lo que más me gusta de Martín son las crónicas viajeras, su particular cuaderno de vitácora.
De na.
"VITÁCORA", derivado de la mia vita, y que comienza igual que virus. (Vaya si contagia).
EliminarMi autocorrección precedió en minutos a la del Emmanolo ese. Que conste.
Eliminar"Bitácora", claro, aunque a Martín la ortografía le refanfinfle cantidad.
ResponderEliminarNo le doy importancia a las erratas, como hacen los semicultos: el que las ve las señala (a ser posible sin tontas bromas), se corrigen, se dan las gracias y a otra cosa.
EliminarNo es eso, lo que ocurre es que rectificar un lapsus me parece muy pedante e impertinente.
EliminarDepende del tamaño de la erradura (sic, por si acaso). Si se ve fea, no sobra una explicación.
EliminarSupongo que el amigo de arriba distingue entre lapsus y falta de ortografía común, en el sentido de que el primero se comete aun sabiendo lo correcto, y en el segundo es por pura ignorancia. Quien rectifica se supone que estará en lo primero.
Hablando de literatura, las novelas de Javier Marias están traspasadas por el fantasma de su padre.
ResponderEliminar¿Complejo de Edipo? Quizá si.
Es muy difícil superar a tu progenitor. Leopoldo Panero es, para mi, un poeta de escaso interés. Sus hijos fracasaron por el intento de distanciamiento.
Hay muchos ejemplos.
A mi Leopoldo Panero me parece mejor poeta que sus hijos. Yo creo que solo algun poema de Juan Luis esta a su altura. Pero para gustos...
EliminarA mi el primer Leopoldo M. Panero me gusta bastante, antes de caer en el abismo y el delirio.
ResponderEliminarJuan Luis también es un buen poeta.
No hace mucho pusieron por TV la segunda parte de "El desencanto", con Michi de protagonista. Aparecía en la desvencijada casa familiar, tumbado en un ajado sofá, entre polvorientas antologías de poesía italiana.
No fui capaz de verlo entero.