sábado, 3 de octubre de 2020

Después y todavía: Café y compañía

 

Sábado, 26  de septiembre
TORPÓN Y TABERNARIO


¿Afecta la consideración que tengamos a la persona de un escritor nuestra valoración  de su obra? Sí, siempre que esa consideración se desprenda de sus escritos y no de lo que sepamos de él por otros medios. Leo el Diario de mi sentimiento, de Alberto Hidalgo, recién reeditado con elogioso prólogo de Juan Bonilla, y se me atraganta ya en las primeras líneas; releo, no me canso de picotear acá y allá, el Diario íntimo de César González-Ruano, después de todas las fealdades que nos ha contado de él Marino Gómez-Santos (y de todas las que ya sabíamos) y me sigue admirando su malabarismo estilístico, su capacidad para hacer con nada –un comentario sobre el tiempo, otro sobre sus malestares físicos, la mañana en el Gijón, la tarde en algún cóctel-- una página llena de levedad y gracia. Alberto Hidalgo es torpón y tabernario. Su diario, nos dice, “achicará la importancia de todos los diarios que andan por el mundo y en particular el de Enrique Federico Amiel, al cual debe toda su gloria”. ¿Y por qué no vale nada el diario de Amiel?  Pues porque es “la obra de un pajero”, mientras que el suyo “es fruto de un hombre que sabe emplear sus medios genitales en el momento oportuno y que ante la vida reacciona mostrándoselos”.

            “Este tío es tonto”, pensamos de inmediato. Y más cuando nos aclara que él “también se ha masturbado, pero de eso hace más de veinticinco años y, en cambio, el poeta suizo perseveró hasta los últimos años de su existencia”.

            No es ya que la vida sexual de un escritor importe poco para la calidad de su escritura., sino que cierto tipo de afirmaciones resultan indemostrables (¿quién sabe lo que cada persona hace en su intimidad?) y por ello apoyar en ellas una afirmación demuestra poca o ninguna solidez intelectual.
            Sus consideraciones sobre escritoras son de igual brillantez: “La mujer termina siendo mujer, es decir, mandando a paseo la literatura y dedicándose a las cosas que le son propias, es decir, la cocina o las modas”. Por eso no le extraña que Colette cree un negocio de perfumería y se atreve a profetizar que “un día veremos a Alfonsina Storni con una tienda para sombreros de señora en Buenos Aires”, que “Gabriela Mistral terminará de florista de alto rango en Santiago de Chile” y Juana de Ibarbourou “fundando en Montevideo una academia de corte y confección, pues al fin y al cabo son mujeres”.

            Diario de mi sentimiento no se había reeditado desde 1937, en que apareció en edición privada. El gusto por los raros de Juan Bonilla le lleva a rescatar este bodrio que nos demuestra que no todos los escritores olvidados están injustamente olvidados.

            No solo parece Alberto Hidalgo un bruto ajeno a cualquier sutileza intelectual, también es una mala persona. No le gustan los ricos que escriben y por eso les desea lo peor: “Para Godoy aspiro a un cáncer; a Reyles le deseo una lepra; a Larreta solo le ansío un cretinismo agudo, lo cual es satisfacerle el gusto, pues es su ambición desde hace unos años, y a la Ocampo espero que le acontezca una salpingitis u otros trastornos ocasionados por su habituales fellatio o cunniligus”.

Domingo, 27 de septiembre
ACCIÓN

En el cine disfruto con disparates pretenciosos e inconsecuentes que no soportaría en un libro. De una novela con el argumento de Tenet, de Christopher Nolan, no pasaría del primer capitulo. Pero lo que menos importa de una película como esta es el MacGuffin o pretexto argumental (en este caso, una amenaza del futuro que podría borrar el pasado y el presente). A mí me divierte este saltar sin demasiados motivos de un escenario a otro, de Tiflis a Londres, de Bombay a la costa amalfitana (o eso me parece), con un malo muy malo (Kenneth Branagh es el ogro de los cuentos) y con el sufrido héroe (John David Washington) y el ayudante del héroe, que se las sabe todas (Robert Pattinson). Me dejo llevar y durante dos horas largas vuelvo a tener diez o doce años, me olvido de lo que nos pasa (de lo que no acabo de pasar) y sueño con una vida de aventuras que nunca seré capaz de vivir o que nunca he dejado de vivir en mis mejores sueños.

Lunes, 28 de septiembre
ENCUENTRO CASA


Es preciso que algo cambie para que todo siga igual. Cerrados Los Porches, me había quedado sin biblioteca-despacho para las mañanas. La terraza de la sidrería Mieres, frente al colegio Novo Mier y muy cerca del Milán, no pasaba de solución provisional; pronto llegará el mal tiempo y había que pensar en un interior cómodo donde se pueda estar solo en compañía. Lo he encontrado en la Avenida de Torrelavega, que siempre me pareció a trasmano, pero que está al lado de casa, nada más cruzar el parque y el puente sobre la autopista. Un lugar amplio, civilizado (hay un televisor sin sonido), donde venden periódicos a la entrada y es fácil aislarse en cualquier rincón, aunque a mí no me guste aislarme demasiado. Me concentro con facilidad en el libro o en el texto que estoy escribiendo y saco la cabeza de vez en cuando para observar el entorno. Hoy anduve por el norte de Marruecos más desolado de la mano de Umberto Pasti y su Perdido en el paraíso, un libro ásperamente hermoso, con cierto trasfondo homoerótico y colonialista, sobre la construcción de un jardín. También garabateé algún haiku: “La luz de otoño / entra por la ventana / se queda en casa”.
            Los sitios, como las personas, te caen bien o mal al primer golpe de vista. Esta cafetería de barrio, Noor Coffe & Co., me recuerda a otras de Brooklyn o de Cuenca, con clientes que se conocen todos, salvo a ese extraño que lee y escribe en un rincón.

Martes, 29 de septiembre
COMO EL PRESO

Al final del día, tacho con una cruz la fecha y respiro aliviado, como el preso en su cárcel. Pero yo no puedo ir contando los días que me restan porque esta condena, aunque no sea de cadena perpetua, es indefinidamente prorrogable.

Miércoles, 30 de septiembre
QUIJOTE DE LA RAZÓN

No soporto a quien en un debate sobre cualquier tema pierde los papeles en cuando se nota falto de argumentos, pero últimamente quien suele perderlos soy yo. Y no precisamente por falta de argumentos, sino por exceso. Me ha ocurrido esta tarde en el Vetusta y vuelvo a casa enfadado conmigo mismo. Soy un Quijote de la razón, creo que con ella en la mano se puede convencer a cualquiera. “¡Siempre quieres tener razón!”, me reprochan mis amigos. “Pues claro –les respondo—y cuando echo una partida con alguien al ajedrez siempre quiero ganar". Lo que no hago nunca son trampas, ni al debatir ni al jugar. Si me dan jaque mate, en la discusión o en la partida, no tiro el tablero ni pongo en cuestión las reglas del juego. Me fastidia, por supuesto, pero me aguanto. A fin de cuentas, el arte de perder se aprende pronto, como recuerda Elisabeth Bishop en un poema. No acabo de acostumbrarme a esas personas que, cuando no encuentran argumentos, se salen por peteneras y se empeñan en seguir en sus trece. Y eso que, desde que lo leí por primera vez a los catorce años (en el paraíso que fue para mi adolescencia la biblioteca Bances Candamo), tengo muy clara la distinción de Ortega entre ideas y creencias. Las ideas se tienen y se puede debatir sobre ellas y se pueden precisar y se pueden desechar cuando nos damos cuenta de que son erróneas. En las creencias se está, son el suelo bajo nuestros pies. Si se tambalean, es como si sobreviniera un terremoto. Yo puedo debatir racionalmente sobre religión, sobre Cataluña, sobre la monarquía, sobre la pandemia y sobre la tontemia que ha traído consigo. Otras personas también y es un placer charlar con ellas, aunque sus ideas sobre la cuestión sean radicalmente distintas de las mías. Pero para muchos se trata de creencias que resulta sacrílego poner en cuestión. Con estos últimos, mejor no perder el tiempo. O una vez, y no más. Tengo una lista con todos aquellos con los que no puedo tratar determinados temas. Pero a veces me olvido de ella. “¿Cómo una persona tan inteligente puede no darse cuenta de que una unidad impuesta es siempre peor que una separación amistosa?”, me pregunto. Y trato de razonar y acabo perdiendo los papeles ante la estolidez ajena. Y vuelvo a salir de la batalla dialéctica apaleado y maltrecho, como don Quijote.

Jueves, 1 de octubre
AÚN NO

“¿Es que no puede alguien pensar de distinta manera que tú y no estar equivocado?”, me pregunta un amigo. “Puede, pero esa discrepancia dura poco tiempo, porque en cuanto me doy cuenta de que tiene razón cambio y pienso como él?”. “¿Y ya has cambiado de opinión sobre tu admirado Felipe VI?”, “Todavía no, le tengo una cierta simpatía, le agradezco que haya sacado de casa la basura que nadie se atrevía a sacar, pero la verdad es que estoy a punto de cambiar de opinión”.

Viernes, 2 de octubre
SIN COMENTARIOS

“Y de Cataluña, ¿qué?”, me pregunta otro amigo. “Hace tiempo que no nos das las tabarra con el tema”. “No me gusta hablar por hablar. Si yo tuviera poder, convocaría de inmediato un referéndum para que los catalanes pudieran expresar alto y claro lo que los políticos y los medios de comunicación españoles nos repiten una y otra vez: que la inmensa mayoría quiere seguir siendo española. Así se acabaría el problema”.    



66 comentarios:

  1. Unas preguntas para el lúcido Martín, en este momento especialmente oportunas. En caso de ser atacado por el bicho, agresión que no le deseo:
    No permitiría que la ambulancia lo llevara al hospital?
    Maldeciría a los médicos por molestarlo inexplicablemente con pruebas inútiles?
    Impediría que lo intubaran, alegando intolerable restricción de su libertad?
    Idearía haikus mientras lo tienen horas y horas boca abajo?
    Su reacción debe ser obligatoriamente distinta de la de los ingenuos borregos. Pero, ojo, que el diablo anda suelto y según dicen se pasan muy putas, sin olvidar las dulces secuelas.

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  2. Señor Conrado, en caso de contraer cualquier enfermedad iría al centro de salud correspondiente, o a urgencias, o al hospital, y esperaría se atendido adecuadamente, tanto si la enfermedad es esa que ahora parece ser la única como cualquier otra de las que siguen afectando y en algunos casos matando a las personas (pago por esos servicios desde hace medio siglo, con el descuento correspondiente de la nómina: no es un favor que me hacen). Los "borregos" (la expresión es suya) parece que han dejado de temer cánceres, infartos, ictus y tantas otras enfermedades mayores y menores, solo les preocupa una. ¡Benditos de Dios! Y las autoridades sanitarias --y eso es peor, casi delictivo-- solo se preocupan por una y desatienden (o atienden mal) todas las demás (de esto le puedo contar increíbles anécdotas). En fin que sus ironías están un poquito mal empleadas. Y por muy grave que sea la Covid (que lo es) pretender atajarla obligando a los ciudadanos a llevar mascarilla cuando caminan por un lugar solitario (o retirar las servilletas de papel de las cafeterías o cerrar la mayoría de los baños de la Facultad de Filosofía y Letras en la que trabajo) es una estupidez que en nada beneficia a la contención de la epidemia. Eso, y cientos de tonterías más, es lo que yo critico. No critico que hagan su labor las autoridades sanitarias, sino que parecen hacerla al tuntún (y cito caso concretos, no generalidades). Por supuesto que no todo lo hacen mal. Pero bastantes cosas sí. Lo del confinamiento a la española clama al cielo: fue el más duro de la Unión Europea y el menos eficaz. Y el ministro de Sanidad se vanaglorió de lo primero. Y hasta hubo quien le aplaudió por permitir pasear con perro y multar a quien no lo llevaba. En fin...

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    1. Los borregos somos los que disciplinada y civilizadamente acatamos al pie de la letra las normas que establecen las autoridades sanitarias, sin incurrir en rebeldías infantiloides. Un adulto verdaderamente maduro no debe calentarse la cabeza con lijadoras, como usted hace, dejemos a los taxistas que se diviertan con sus criticas tontorronas y nos ofrezcan la solución por el retrovisor.

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  3. Con pijaditas, no lijadoras. Perdón

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    1. Pues no, señor Conrado, no hay que acatar nada al pie de la letra, que no somos reclutas al mando de un sargento chusquero. No se deben imponer manu militari "pijaditas" como las que yo señalo que no contribuyen a contener la epidemia. Recuerde usted que esas mismas autoridades, en lo peor de la epidemia, decían que no era recomendable el uso de la mascarilla, que podía dar una falsa sensación de seguridad. Recuerde, recuerde, mire las hemerotecas. Yo solo critico, no sé lo que harán los taxistas que usted desprecia, las imposiciones arbitrarias, no las de utilidad sanitaria, que cumplo a rajatabla porque soy el primer interesado en mi salud (y no solo en lo que se refiere a la Covid).

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  4. Cuando JLGM se pone a hablar del covid, de Cataluña y del rey, mejor huir.

    Los escritores nunca son más aburridos que cuando hablan de política. Yo nunca entenderá cómo a algunos les gusta tanto, incluso más que la literatura.

    Lo más aburrido de los Diarios íntimos, como el de los Goncourt, por ejemplo, son sus reflexiones políticas, en gran parte porque muy pocos lectores actuales conocen suficientemente la historia de la época para apreciarlas. Si dentro de 50 o 100 años se leen los diarios de JLGM nadie comprenderá lo que dice sobre la pandemia, Cataluña o el rey, y por qué lo discute y lo repite tanto. Mientras que sus reflexiones literarias serán siempre interesantes, porque la literatura, contrariamente a la política, no tiene fecha de caducidad.

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    1. Qué cosas, Baltasar. ¿Así que dentro de cincuenta años, sea Cataluña independiente o no, nadie entenderá las alusiones del 2020 a Cataluña, ni se sabrá quién era el rey Felipe VI (y de quién era hijo) ni que por esas fechas el mundo se paró en parte por una pandemia o con el pretexto de una pandemia? Pues me parece que como profeta es usted igual de apreciable que como crítico literario.

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  5. Hablaba Max Weber del "mezquino vicio de querer tener siempre razón", y de lo fácilmente que eso conduce a menospreciar la postura, y los argumentos, de quien legítimamente disiente de nosotros. Son palabras que acaso JLGM debiera meditar un poco.

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    1. Pues a mí querer tener siempre razón, y cambiar de inmediato en cuanto no se tiene, es algo a lo que deberían aspirar todos lo seres humanos. Tener razón de verdad, o sea pensar adecuadamente sobre cualquier tema, incluso aunque eso nos perjudique. Pero hay que saber distinguir entre la racionalidad y los gustos personales. Si a un señor le gusta más la fabada que la paella, pues yo no me voy a poner a discutir con él. Ahora si pretende, apoyándose en la constitución alemana o checa, que se puede meter a gente en la cárcel por pretender la libertad de su país sin emplear al violencia, pues por ahí no paso. Y no me cansaré de oponerme a los sofismas que se empleen para defender que en una democracia no puedan expresar democráticamente los ciudadanos su parecer sobre un asunto que les concierne especialmente.

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    2. Yo estoy en desacuerdo total con el gobierno que padecemos, pero igual que digo esto estoy convencido de que ningún otro gobierno lo hubiera hecho mejor. Criticar ahora lapla que sufrimos en marzo sobre la necesidad de mascarillas, guantes o hidrogel me parece injusto y ridículo. En aquel momento la desorientación ante la manera de reaccionar contra el nuevo enemigo era absoluta. De igual modo, sigo sin comprender el porqué de la negativa reticente a controlar los nudos de comunicaciones en Madrid, desoyendo las peticiones que al respecto ya se empezaron a dirigir desde el pasado junio. Incluso hoy, con la ciudad confinada, sigue siendo Barajas un coladero formidable.
      Por otra parte, señor Martín, no comprendo cómo un pensador como usted lanza habitualmente protestas ante las situaciones excepcionales que no recoge la ley. Debería entender que no es el momento de incidir en la casuística, pues de lo que se trata, precisamente, es de concienciar a los muchos folclóricos que se resisten a actuar con responsabidad y solidaridad. No soy capaz de imaginar, por ejemplo, que no fuera obligatorio salir a la calle con mascarilla si se pretende pasear de cuatro y diez a cinco menos veinte de la mañana. Si empezáramos con caprichos estaríamos ahora todavía peor.

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    3. 1/ No hay ningún nuevo dato sobre la transmisión del virus, se transmite de persona a persona mediante las gotas de saliva que se expelen al hablar, eso se sabía desde el principio (puede haber otros medios, pero de la principal nunca se ha dudado). Si las autoridades sanitarias no dieron recomendaciones adecuadas en el momento más grave,¿cómo tener una confianza ciega en ellas ahora?
      2/ No puede ser Barajas un coladero formidable porque los vuelos han disminuido y desde mucho antes que en las calles eran obligatorias las mascarillas y los controles de temperatura (las fronteras terrestres se podían cruzar en coche particular, en cambio, sin problemas).
      3/ No hay que concienciar a ningún folclórico, salvo que se refiera a Angela Merkel y a tantos políticos que contralan el virus mejor que nosotros sin necesidad de obligar a la gente a llevar mascarillas lo mismo si son necesarias que si no.
      4/ De la última frase no entiendo nada. Las mascarillas deben ser obligatorias al aire libre cuando no es posible mantener la distancia de seguridad. Solo entonces son útiles. Y mascarillas adecuadas, no como ahora que vale cualquier trapo. Y la gente, o sea los ciudadanos libres de un país libre (eso que éramos antes de convertirnos en borregos), podemos pasear a la hora que nos dé la gana siempre que eso no ponga en riesgo nuestra salud ni la de nadie.
      Se han tomado medidas adecuadas (no las suficientes, no las mejores) y otras no adecuadas y dañinas para la salud física y mental de las personas (a los anciano se los encerró en su habitación de las residencias: buena parte de ellos murieron --aunque quizá no por coronavirus-- o demenciaron). Esas son las medidas que yo critico (en uso de mi derecho), esas son las que usted me reprocha que critique. Critico las medidas que ofenden a la inteligencia, aunque muchos españoles no se sientan ofendidos por ellas. Saque las conclusiones pertinentes.

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  6. Joaquín Irastorza4 de octubre de 2020, 11:50

    Es espeluznante tener que leer determinadas cosas.
    Por ejemplo, la boutade/bobada sobre "el mezquino vicio de querer tener siempre razón". Se debate y se discute en pos de alguna verdad, y se hace presentando argumentos que se tienen por verdaderos para intentar convencer al contendiente. No se hace por cabezonería o mera porfía. Si se persiguen verdades es UNA OBLIGACIÓN querer tener razón, como lo es aceptar que no se tiene cuando los argumentos del contrario resultan ser de mayor peso. El día que no se quiera tener razón habrán terminado las discusiones civilizadas, por no decir, simplemente, el arte de la conversación.
    "Yo estoy en desacuerdo total con" el comentarista Conrado Ron, que muestra una confusión mental como para elaborar una nutrida antología. Se retrata con la perla "no es el momento de incidir en la casística", un punto de vista adorado por los dictadores: nada de casuística, se fusila a todos, y punto. Pero la casuística es lo que cuenta: cerrar parques públicos de la misma ciudad en que se viaja hacinado en el metro es una situación de supina estupidez. Una "casuística" que hay que denunciar una y otra vez. Santificar a "la autoridad competente" es una segura muestra de pensamiento romo cuando dicha autoridad lleva muchos meses demostrando ser incompetente, confundiéndose, rectificando o no rectificando según sople el viento. Con resultado aplastante: mayor cifra europea de contagios per cápita.
    "Disciplinada y civilizadamente acatar al pie de la letra" tiene muy poco de civilizado. Civilización es inteligencia, debate, pensamiento y libre discusión. No sumisión y genuflexión. Griegos clásicos; no persas.

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    1. Disciplinados y civilizados son los alemanes sin que su gobierno los presione, ellos se autorrestringen espontáneamente. Por eso tienen una ratio de contagios anecdótica comparada con la de los alegres españoles. Pobres guiris, qué simplones son, los inteligentes somos nosotros, que entendemos mucho mejor la vida y nos enorgullecemos de nuestra rebeldía.

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    2. Qué bobada, Conrado Ron. Y disculpe el término, pero no se me ocurre otro más preciso. ¿Ha estado usted recientemente en Berlín? ¿Conoce a alguien que haya estado? ¿Sabe que allí no se llevan mascarillas en la calle? ¿Sabe que en Alemania se podía pasear por los parques durante el confinamiento? ¿Sabe que España es el país de Europa en el que está más generalizado el uso de mascarillas al aire libre, en el que más medidas restrictivas se han tomado? Convendría enterarse antes de hablar y hacernos perder el tiempo.

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  7. Me alegra coincidir con un comentarista, Joaquín. No es frecuente.

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  8. En el telediario de hoy, en la 1, si lo habéis visto, se comentaba un manifiesto (a la manera de los antiguos manifiestos firmados por personalidades).
    En este caso bajo el epígrafe "Vosotros mandáis pero no sabeis", 55 (creo) asociaciones médico y científicas, que reúnen a decenas de profesionales, criticaban (voy a usar este verbo) la utilización política de la pandemia.
    La mascarilla no parece proteger de nada. Es absurdo llevarla al aire libre y quitarse la al tomar el café en un local.
    El esperpento de la confrontación entre el Gobierno de España (Sanchez) y el de Madrid (Ayuso), es buen ejemplo del delirio e ignorancia de los poderes públicos.
    Hay casos estremecedores y dramáticos. Los ancianos abandonados a su suerte en las residencias, muertos en soledad...
    El peligro real del colapso sanitario, etc.
    Osea, terrorífico.

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  9. Es un comentario breve e ingenuo, casi de un heterónimos tonto y pelota, pero debo decirle, ya que le gusta tener razón que en lo de la covid, pese a los agravantes de, como madrileño, soportar, además, a Ayuso, estoy de acuerdo con usted desde el principio. Y en lo de Cataluña, que no lo estaba ,casi me ha convencido usted. ( Hasta me ha entrado la curiosidad malsana de leer a Alberto Hidalgo)

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  10. Se me olvidó decir que Tebet me parece un rollo , eso sí

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  11. Tenet es un rollo, pero a mí me distrae, que es a lo que voy al cine (en eso no soy nada intelectual).

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  12. Dice JLGM: ¿Cómo una persona tan inteligente puede no darse cuenta de que una unidad impuesta es siempre peor que una separación amistosa?

    No lo crea, Martín. Se dan cuenta perfectamente. Están al corriente y conocen bien el abismo de desafección insalvable que están construyendo. Pero les da lo mismo, prefieren la unidad por la fuerza bruta, impuesta. Su impulso de dominación y sometimiento es más fuerte que ellos. Recuerda mucho lo que ocurrió cuando la guerra de Cuba. El desastre al que conducían al país era manifiesto, pero la Prensa y la mayoría de los políticos, inflamados de patriotería cegata, clamaban por el suicidio anunciado. Y lo hubo, por descontado que lo hubo.
    Como pasa ahora. Nunca Cataluña vivió más de espaldas a España que ahora. No habrá segregación jurídica, pero la independencia de facto de la mayoría de los ciudadanos y el desprecio hacia el Estado que impone está en un máximo histórico (y no hablo de intenciones de voto, que seguramente también, pero ahí entran otras componendas). Mientras tanto, España se significa internacionalmente como un espacio no fiable jurídicamente, y siempre a la espera de que vengan desde Europa a corregir su descarada deriva neofranquista. Años de cárcel y aplicación del art 155 por actuar con fidelidad al electorado catalán, VERSUS reciente libre absolución de los estafadores bancarios, VERSUS ningún 155 para la Comunidad de Madrid declarada en rebeldía. Marca España, para el que no la conozca. (Y un poco de paciencia, que ya vendrán de por ahí afuera a desfacer los inevitables spanish entuertos).

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    1. Buen análisis. Absolutamente de acuerdo.
      Mi impresión es que los primeros encontronazos Gobierno Rajoy/Generalitat eran más o menos pactados. Les venían bien a los dos para tapar corrupciones. Pero se les fue de las manos como suele pasar cuando se juega con fuego. Pais Vasco, Cataluña, Venezuela, Navarra, las banderas, Barajas...siempre hay que tener un señuelo para que los tontos no vean la luna de la Gürtel, la Kitchen, la Púnica, ... he perdido ya la cuenta

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  13. "¿Así que dentro de cincuenta años, sea Cataluña independiente o no, nadie entenderá las alusiones del 2020 a Cataluña, ni se sabrá quién era el rey Felipe VI (y de quién era hijo) ni que por esas fechas el mundo se paró en parte por una pandemia o con el pretexto de una pandemia?"
    (JLGM)

    Yo no he dicho lo que usted dice que he dicho, yo he escrito que nadie comprenderá las sutilidades que discute y por qué esos temas le interesan tanto. ¿A quién interesan hoy los artículos políticos de Unamuno o de Ortega, aparte de a los historiadores? ¿O las consideraciones políticas de Benjamin Constant, Maine de Biran, Amiel o Julien Green en sus Diarios? Hace unos meses acabé de leer la versión completa en 2 volúmenes de los "Cahiers" de Joubert y estoy leyendo en este momento el "Journal" de Jules Michelet. En el primero, muchas de las reflexiones políticas no se entienden, porque la edición apenas tiene notas; en el segundo las notas sobre las opiniones políticas del autor son enormes y tan aburridas que yo me las salto. En ambos casos se pregunta uno constantemente por qué sus autores perdieron tanto tiempo ocupándose de la situación política de su época, que es muy difícil de entender si no se es un experto en Historia.

    En los dos libros lo más interesante, y de lejos, son las reflexiones sobre literatura.

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    1. A usted no le interesan, que no es lo mismo que decir que no interesan. A mí pocas cosas me interesan más que la historia y la intrahistoria.

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  14. "Las mascarillas deben ser obligatorias al aire libre cuando no es posible mantener la distancia de seguridad. Solo entonces son útiles." (JLGM)

    Está usted muy mal informado: el virus puede "flotar" en el aire durante horas en los lugares donde no hay viento.

    En las discusiones sobre el covid hay dos clases de personas: las mal informadas que juegan a ser rebeldes (o los rebeldes que prefieren no informarse), y las informadas que obedecen no a los políticos sino a los científicos.

    El otro día oí a uno de los principales investigadores del Institut Pasteur, Arnaud Fontanet, decir que si en Francia no se hubiera hecho nada, como preconizan los negacionistas, habría ya más de 250.000 muertos. Y también que "une reunión de 20 personas produce 3 meses después 1.500 contaminados y entre ellos 11 muertos" (puesto que es casi seguro que en Francia uno de cada 20 habitantes está contaminado).

    También decía que todos los días llamaba por teléfono o intercambiaba mails con una docena de científicos de su nivel (europeos, norteamericanos, chinos) especialistas en el covid, para comentar las últimas novedades sobre el tema.

    Evidentemente preconizaba el uso constante de mascarillas por todas partes.

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  15. ¿Mal informado? El contagio por aerosoles (pequeñas gotitas que flotan en el aire) solo se ha detectado, y en muy pocos casos, en lugares cerrados, con aglomeración de personas y sin ventilación (o con aire acondicionado que no se renueva). Busque información fiable, no repita lo que oye (o lo que cree haber oído). Y no me hable de lo que habría ocurrido si no se hubiera hecho nada. ¿Hay alguien que propugne que, ante una grave enfermedad, no se haga nada? Qué tontería. El debate es sobre si tomar solo las medidas sanitarias adecuadas o si tomar además otras basadas en miedos, en rumores, en "por si acaso", meidas que además son dañinas para la salud y la integridad de las personas. Ese es el debate. Y si el virus puede flotar en el aire libre durante horas, ¿cómo se permitió y se animó a salir a los balcones durante el confinamiento para aplaudir o para tomar el aire? Dejarían todas las calles infectadas porque no se salía con mascarilla ni a nadie se le ocurrió que fuera necesario. Se infectarían de balcón a balcón y a todo el que tuviera que salir a trabajar a comprar (durante el confinamiento no era obligatoria la mascarilla en la calle). En fin...

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    1. El contagio por aerosol es una posibilidad por el hecho de la mera existencia de este. El fenómeno físico que supone la aspersión en el aire de microgotas hace que (como alguien apunta más arriba) queden en suspensión partículas de fluidos cuya capacidad de afectar a otros seres "respirantes" está en razón directa al número de emisores y de la concentración o proximidad de los receptores. Negarlo en medio de esta pandemia es propio de insensatos, minusvalorar el peligro otro tanto. Algo tan elemental que no debiera dar pie a discusiones enconadas (y bastante ridículas por parte de una "parte"). Tan ridículas como ese afán por que se le acepte a uno como dechado de inteligencia, siendo el caso que da muestras frecuentes de lo contrario. Pues sostener algo que de no ser boutades( poco afortunadas en su caso), habría de ser vanidad poco justificada, no es para estar orgulloso de una actitud semejante.
      Lee uno al señor Garcia Martín, compara y sonríe para sus adentros.

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    2. "Está en relación directa al número de emisores y de la concentración o proximidad de los receptores". Exacto, por eso se habla de distancia de seguridad (oscilante entre metro y medio y dos metros). ¿Qué sentido tendría hablar de ella si, a cualquier distancia e incluso al aire libre, hubiera riesgo de contagio de "aerosoles"?
      Todo lo demás son divagaciones que dicen mucho de quien las profiere, no de la persona a la que parecen referirse.

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    3. No, no era exacto, porque hasta este enmendador de incorregibles comete errores en la expresión escrita de lo que quiere decir. Pues la "concentración" a la que me quería referir y no lo hice, no era la de los receptores más o menos próximos los unos de los otros, sino a la de particulas por metro cúbico de aire ambiental. Y debiera quedar claro que la distancia de metro y medio es parcialmente protectora, porque cae desde peso que las partículas en suspensión, en circunstancias atmosféricas dadas, pudieran " volar" bastante más lejos. Sólo un crédulo no sabría entender que todas las medidas preventivas que se están tomando vienen mediatizada por el factor económico, y que por evitar un estado calamitoso al respecto, se trasnsige en el rigor que la defensa a ultranza de la salud pública debiera exigir.
      PS.- Sigues siendo el mismo, viejo zorro.
      Pero salute.

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    4. No entiendo nada, Silvano, seas quien seas. Ahí queda eso.

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    5. José Luis, qué medidas propone usted para que científicos, políticos e ingenuos ciudadanos dejemos de hacer el ridículo? Cómo envidio su facilidad para encontrar soluciones a Cataluña y al Covid, es una inmensa suerte hojear este blog y conocer gratis las homilías del oráculo. Cualquier día nos abandona usted subido en el carro de Elías subiendo al cielo. En fin...
      Respuesta típica:" Pues casi mejor deja usted de acompañarnos, me sobran fans"

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    6. No, irónico comentarista, las soluciones a esos problemas las encuentran otros: aplicar el 155, discursito del rey, encerrar a la gente y no dejarla salir a menos que vaya acompañada de un perro, obligar a ponerse mascarilla a quien pasea solo por un lugar donde no hay nadie y otras sabias medidas de las que ya se está viendo el resultado. Cuando las cosas están mal, lo primero que hay que aprender es a no ponerlas peor. El remedio que se aplique no ha de ser peor que la enfermedad. También conviene no renunciar a pensar por cuenta propia, por mucho miedo que nos metan en el cuerpo para que no nos demos cuenta de los desaguisados de las autoridades.

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  16. Sorprende Baltasar, juicioso en muchas ocasiones, hablando de "la política" en un tono despectivo y condescendiente, como si lo equiparara a hablar de la moda, o de la jornada de Liga, o del divorcio de una celebrity.
    Pues no, Baltasar. "La política" es muchas veces la libertad de las personas, o la dignidad de su modo de vivir. A veces, incluso su propia vida. Desde la represión, hasta las epidemias desatendidas, como la de Trump o la de Ayuso.
    Espero, y deseo, que estés más acertado con tu vino.

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    1. "hablando de "la política" en un tono despectivo y condescendiente"... en el blog literario de un escritor.

      Que yo sepa JLGM está escribiendo un "Diario" literario. Y pienso que sus reflexiones políticas son muchísimo menos interesantes que su reflexiones literarias.

      Yo si vengo por aquí es porque me interesa la literatura, no la política. Para informarme sobre esta última leo los periódicos, como para informarme sobre la historia en las épocas de Joubert, de Michelet o de los Goncourt leo a los historiadores.

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    2. "El debate es sobre si tomar solo las medidas sanitarias adecuadas o si tomar además otras basadas en miedos, en rumores, en "por si acaso", medidas que además son dañinas para la salud y la integridad de las personas. Ese es el debate. Y si el virus puede flotar en el aire libre durante horas, ¿cómo se permitió y se animó a salir a los balcones durante el confinamiento para aplaudir o para tomar el aire?"
      (JLGM)

      La respuesta es muy simple: los científicos conocen aún muy pocas cosas del covid 19. Es, pues, normal que se tomen precauciones y que se hagan errores. Pero cada día hay también más certezas. Una de ellas es que más vale usar mascarillas por todas partes que quitársela y ponérsela constantemente según el lugar en el que estemos.

      Lo que el 99 % de los científicos dice hoy es que si todo el mundo hubiera utilizado las mascarillas por todas partes desde el fin del confinamiento, no tendríamos esta nueva crisis que va a ser mayor que la de marzo, y que fue anunciada por muchos científicos en agosto. Y ahí está lo que sucede en Madrid, París o Nueva York para probarlo.

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    3. Pues ya puede ir usted buscándose otras lecturas, estimado Baltasar G. M., porque este diario, que se publica semanalmente en la prensa desde 2005 (en un periódico de información general, no en una revista literaria) ni es ni ha sido ni nunca será un "Diario" literario.

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  17. Pa que se note que vengo del sur. Tremad.5 de octubre de 2020, 15:56

    Abd el Rahman III, caballerizas.

    Un caballo dálmata en campo de gules, un postigo tapiado que empareda el gineceo, el lamento de Laila, un tañer de laúdes, arpegios de salterio, la melopea de un almuhecín lejano, el correr del agua entre los ladrillos.
    Córdoba, califales caballerías de Abderramán el Tercero.

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  18. Fray Máximo de la Arnoya5 de octubre de 2020, 16:40

    Pordiós, Silvano Corda, no me toques el entendimiento con la zarandaja de que el contagio por aerosol es "una posibilidad". ¿Sabes lo que significa una "posibilidad"?
    Mira Silvano, estar encerrado en casa sin ver el campo verde, en atmósfera enrarecida, en sedentarismo forzado, encierra una o varias "posibilidades" de sufrir aterosclerosis, de sufrir un ictus o un infarto. ¿Te preocupan estas enfermedades y estas "posibilidades" menos que la covid? ¿Y eso lo vas a explicar?
    Dos mujeres de mi familia han visto enconado su padecimiento de varices por falta de ejercicio físico y de subir y bajar escaleras, lo que apunta a una "posibilidad" de coágulo o trombo. Mi padre, ya un poco tocado de asma, se ahoga y necesita oxígeno desde que le obligan a la oclusión buco-respiratoria; hay la "posibilidad" de que muera en un ataque de asma. Y mi tío, ya mayor y con hiperplasia de próstata, no puede retozar con su amante (está confinada), actividad que solía aliviar su hiperplasia; con lo que se coloca en una seria "posibilidad" de desarrollar un cáncer en dicha sacrosanta glándula.
    Tu análisis pejiguero y melindroso de las "posibilidades" me parece fetén, Silvano, y de hecho me pone. Pero por favor, no se te olvide que hay más enfermedades y más "posibilidades", joder, que parece que ya no hay en el mundo más que dos poblaciones, COVIDOSOS y EXENTOS.

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    1. Qué mala sombra tiene vuestra reverencia, fray Máximo. Le podría traer del laboratorio un vídeo made in Japan en donde queda ilustrado el efecto pernicioso que puede provenir de un aerosol rico en coronavirus. Vería entonces el comportamiento aerodinámico de una nube de origen estornúdico, cómo evoluciona si tiene el viento de popa, cómo avanza y rodea a confiados terraplánicos de ojos rasgados y cómo la posibilidad indefinida deja de ser baja para escalar la alta probabilidad. Pero qué va a saber un cura relamido y adulón ( de don Pepe Luis) que es tan piernas escribiendo.
      Lo que más me asombra es lo cortos de recursos que resultan sus parientes. Si una buena mujer echa de menos subir y bajar tramos de escalera, bien fácil lo tiene sin salir del portal de su casa. Y ese tío suyo que necesita urgentemente descongestionar la próstata, que un adenoma benigno le tiene maltrecha, pero que por tener a la amante o concubina confinada no se avía... Aunque el pobre hombre pudiera (es otra posibilidad entre las que cito) aunar a su condición de prostático la de ...manco bilateral. Y ya es mala suerte, fray.
      Como yo no lo soy -manco, digo- le acabo de contestar con mucho menos del nítrico que tengo en la redoma y que suelo emplear con bobos redomados. Un gusto.
      PS.- Don Martín, cómo ha bajado esto; cómo echo de menos la sutilísima prosa del inefable F, su primoroso acicate, la tersura del discurso, la extensión pampera de su léxico, el aroma y el tasto de todo lo que hacía...

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    2. Contra F no parece haber vacuna, pero con la que está cayendo sus vacuas virguerías en prosa resultan un mal menor.

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    3. No te saludé y lo hago ahora. Pues resulta que en esa virgueria hay más science (no infusa como la tuya, sino currada) que en esos teoremas sobre la NO transmisión vírica de la que vienes pontificando. No hay que ser científico para intuir que lo que al aire se expele el viento se lo lleva y que si son partículas cuasi microscópicas la gravedad tarda en echarlas a tierra y pudieran volar lejos e infiltrarse en los pulmones de cualquier terraplanista desenmascarado.
      Este verano, en el salón de mi dacha de la Arcadia, era este servidor testigo de un fenómeno tan bello como es contemplar la oblicua luz solar que penetra por una puerta abierta y que desvela un universo de partículas móviles de polvo, inapreciable a plena luz. Pensé qué semejante debía de ser el pulular de las microgotas infecciosas y el de un polvo en suspensión que parecía moverse en la misma dirección que el cañón de luz.
      PS.- Como sabrás, esta primavera he padecido el mal de moda. Puede que esté inmunizado pero no me fío.
      Salud para todos.

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    4. Aunque estoy jubilado (desde septiembre), tengo maneras más agradables de perder el tiempo que debatir temas más o menos sanitarios con el pertinaz F.

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    5. Lástima de viajes previstos, Martín, que se nos van a quedar en el tintero. A mí me contraria esta limitación más que cualquier otra cosa. ¿Volveremos a viajar lejos, muy lejos?

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    6. Ah, la vacua belleza de las piedras preciosas..., quién la alcanzara siempre.
      Y virguerías solo las perpetra aquel que sabe de himeneos. Y no solo de meneos.

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  19. Estoy contigo, Fray Máximo. Se han dejado de atender otras enfermedades.Yo tengo a mi madre octogenaria entrando en el túnel de demencia senil, tiene alucinaciones, elucubraciones todo tipo de fantasías llama a la policía, etc
    Solo quedó yo como familiar directo. Cuando llamo al médico suyo me dice "yo no la veo tan mal", después de 20 llamadas.
    He conseguido, con esfuerzo, la intervención de una Trabajadora Social.
    Y mi madre no está discapacitada, eso lo tiene que decidir un forense.
    Estoy agotado

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  20. Siento tu situación, Víctor. Malos tiempos estos para los ancianos, los niños y los enfermos de cualquier enfermedad que no sea la que da y quita votos.

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  21. Gracias, pero todos llegaremos, Martin

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  22. Tu conoces, como yo, a Antonio Masip. Era muy amigo de mis padres, por su mujer Nelly. Sufrió un ictus, prácticamente quedó parapléjico. Le puede suceder a cualquiera.
    Yo voy a volver a los deportes de riesgo, prefiero morir "con las botas puestas", que es un dicho inglés, no una película americana.
    Salud

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    1. Yo voy a seguir con mi vida rutinaria, que ya el simple vivir es un deporte de riesgo.

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  23. Científicos contradicen a la OMS y al Gobierno con pruebas «abrumadoras» de la transmisión aérea del coronavirus
    En una carta publicada en «Science» expertos han alertado de que el virus permanece flotando en el aire. Esta misma tarde, los CDCs de EE.UU. han coincidido en este sentido y han cambiado sus recomendaciones

    05/10/2020

    https://www.abc.es/ciencia/abci-cientificos-contradicen-y-gobierno-pruebas-abrumadoras-transmision-aerea-coronavirus-202010052109_noticia.html

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    1. Lea el artículo completo, por favor, y no solo el titular ("contradecir", por cierto, va entre comillas). No basta una carta de algunos científicos para contradecir a otros. Lo que queda claro es que resulta más fácil contagiarse en lugares cerrados, concurridos y con poca ventilación. Cosa, esta sí, indiscutible. Y por eso mejor el aire libre y a ser posible pasear lejos de la gente.

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    2. Entre comillas no aparece "contradecir" sino "abrumadoras". O sea, mayor desconfianza aún de esos ALGUNOS CIENTÍFICOS.

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  24. Fray Máximo de la Arnoya6 de octubre de 2020, 11:50

    A Silvano Corda le han enviado desde el país del sol naciente un video de estornudos y aerosoles, lo ha engullido con la fe del carbonero y lo enarbola entusiasta, como un niño con un palo, atemorizando a los no-creyentes con el evangelio silvano de LA POSIBILIDAD, reclamando mucho más la fe que la prudencia. Curiosamente, como socorrido alivio, propone el onanismo bilateral a los prostáticos (sic) privados de pareja por confinamiento.
    Solo que a los de Cipango se les ha olvidado hablarle a Silvano, en el video, de aquello que aprendíamos en el instituto, o sea, la concentración, la molaridad, etc. Que no basta con la mera presencia, sino que importa en qué cuantía se aspira, y que a un par de metros de distancia, al aire libre, la concentración de partículas o de coronas es tan baja que ya no tiene capacidad de infectar. Qué sabe Silvano de molaridades. Silvano, tú que te vanaglorias de bien informado, ¿no has leído que si "la bola" se respira, pero en muy baja cantidad de unidades, no es capaz de causar daño? Hay que enterarse, figura, sólo en sitio cerrado y con gentío corres peligro. En pleno campo, haría falta que te estornudasen en los mismos morros, Silvano, para que te pillara LA POSIBILIDAD. Y no es adular a nadie hablar de la molaridad, aunque Silvano no sea capaz de concebirlo.
    Y es que hay negacionistas de la epidemia, como Trump hasta que la ha pillado, y negacionistas del sentido común, que no tienen menos peligro.
    Suerte, Silvano, y si añoras a F, no se lo digas citando el sabor a podrido y a rancio de lo que produce, que es lo que significa tasto. Puede que no le guste.

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  25. Sugerentes citas. Me sorprende encontrarme con Vicente Luis Mora, encantadora persona, pero al que no aprecio demasiado como "pensador".

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    1. Enric González está bien, si acaso le sobra el tono papal urbi et orbe. Lo malo es que no se dan cuenta de que su pedantería los perjudica, como ocurre con la repostería fina demasiado dulce.

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  26. De las dos traducciones:
    "Now lies he here", no ha hablado de ningún gamo. ¿Por qué no más sencillo?
    "Ahora yace aqui". "Scalding" tiene efectivamente el sentido de "calentar".
    "Su sangre salvaje derrite la nieve"...
    No sigo, que por esto cobro.

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    1. ¿Y por qué no intenta traducir usted el poema, corrigiéndolo? Sería interesante tener otra versión.

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  27. Si, "he" se refiere a un macho. Pero se entiende poco después cuando habla de los cuernos.
    No me gustan las traducciones literales, todo traductor es un traidor. Prefiero las recreaciones "bringing" también podría cambiarse.

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  28. Fungí por años de traductor de inglés y, con todo, el poema aludido me parece difícil. Buck y doe obviamente son el ciervo y la cierva, aquí personificados, de ahí el "he" en lugar de "it", cosa muy frecuente en inglés con gatos y perros y otras bestias domésticas entrañables.
    Hemlock es la cicuta pero también una conífera, the hemlock tree, identificada como el género Tsuga, que suele nombrarse imprecisamente como abeto sin serlo botánicamente.
    Si se quiere traducir más allá del hecho narrado, transmitiendo (conveying) algo de la atmósfera, como sugiere V Menendez, mi opción personal sería algo así como:

    Aquí yace ahora,
    con su sangre templando la nieve.
    Qué extraña es la muerte, que doblegó las rodillas y derribó la cornamenta del ciervo sobre la nieve.
    Y que extraña también la vida --quizás tan solo a una milla de aquí, bajo los abetos pesados que por momentos liberan
    unas hebras de nieve-- la vida que observa, atenta, desde los ojos de la cierva.

    Una escena terrible, sin duda, conmovedora. Agradecido al señor Vizcaíno.

    Mis saludos.

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  29. Martín, más arriba un pseudónimo me confundió con un fray no sé qué, con el cual no comparto siquiera pensamiento, y aprovechó para insultarme sin comerlo ni beberlo.

    Me asomo aquí para leer, comentar y aprender cosas. No para sufrir agresiones arbitrarias, y ya van muchas… No es tu culpa eso, pero deberías decidirte a hacer un filtro serio en pro del buen ambiente en este foro, como tú mismo has sugerido varias veces.

    Te suplico que borres el comentario que me insulta de forma gratuita, y los siguientes. Gracias.

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  30. Borrado, pero no te des por aludido. Yo creo que dijo Bonifacio como podía haber escrito otro nombre (entre pseudónimos graciosillos anda el juego). Yo no creí que aludiera a ti, disculpa.

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