Sábado, 25 de enero
SENTAR CÁTEDRA
Parece que hablo siempre sentando cátedra, pero soy de esas
personas que, en cuanto están seguras de una cosa, comienzan a dudar de ella.
Domingo, 26 de enero
DOS AMIGOS
Admiré a los dos, aprendí mucho de ambos, pero yo solo fui
amigo de uno de ellos. Leo la correspondencia entre Eugénio de Andrade y Jorge
de Sena como una fascinante novela epistolar, tediosa a ratos (¿qué novela no
lo es?), pero abundante en lecciones sobre la vida, y con un protagonista tan
inverosímil que parece de novela: un ingeniero que emigra a Brasil desde el
Portugal salazarista y allí se doctora a los cuarenta y cinco años y se
convierte en catedrático de literatura y en uno de los máximos especialistas en la literatura
clásica portuguesa y española, y en Fernando Pessoa, y en tantas otras cosas.
Con Eugénio
de Andrade me encontré en Coimbra en el verano de 1980. En una librería cercana
al Arco da Almedina, compré el libro nuevo de un poeta que desconocía, Matéria solar. Lo leí de un tirón --era solo
un puñado de poemas breves-- en el Café Arcadia, de la Rúa Ferreira Borges, al
lado de uno de los ventanales cuyos cristales temblaban con paso cercano del
tranvía. Pocos días después, el azar me regaló los dos elegantes tomos de Poesia e Prosa, la primera edición de su
obra completa, aparecida el mismo año. Me deslumbraron esos mínimos textos,
casi toda la página en blanco, a la vez sensoriales y meditativos, herederos de
la poesía oriental y de la lírica arcaica griega, siempre tentados por el
silencio.
De Jorge de
Sena, lo primero que conocí fueron los dos tomos de su Poesia de 26 séculos, la mejor antología de poesía universal que me
ha sido dado encontrar. En ella aprendí yo, y en ella aprendieron algunos poetas
cercanos, como Víctor Botas o Xuan Bello.
Con Eugénio
de Andrade me encontraría luego personalmente en tres ocasiones, una en
Asturias y dos en Oporto. No olvidaré que en la última, tras enseñarme los libros
más destacados de la sección preferente de su biblioteca (La realidad y el deseo dedicado por Cernuda, uno de Marguerite
Yourcenar con poemas autógrafos en las guardas, entre otros), me mostró mi Poesía reunida, que guardaba en lugar
destacado y en la mejor compañía.
A Jorge de
Sena no le conocí personalmente, pero casi. En un viaje a la Universidad de
California en Santa Bárbara visité a su viuda, Mécia de Sena, quien me enseñó
su biblioteca, la máquina en que escribía, sus papeles. Al Departamento de
Estudios Hispano-Portugueses, que Sena había dirigido, le habían dado a su
muerte el nombre del poeta, pero por desavenencias con Mécia habían tenido que
quitarlo.
No debía
ser fácil el trato con Jorge de Sena, cuya ciclópea labor creativa e
investigadora resulta casi increíble. Era un hombre demasiado grande para un
país demasiado pequeño, pensaba él. Y quizá tenía razón. A Eugénio de Andrade
lo tenía como secretario, no hay carta en que no le haga algún encargo a
propósito de sus libros, que siempre se retrasan, que siempre tienen problemas
con los editores y la imprenta.
Cada obra
que publica recibe los correspondientes elogios por parte de Andrade, pero a
Sena nunca le parecen suficientes. “Estoy de acuerdo con que esos están entre
los mejores poemas del libro, entre los más audaces y profundos que se han
escrito en lengua portuguesa, pero también habría que señalar otros que no les
van a la zaga”, le suele responder, y luego enumera casi todos los demás.
Cuando se
trasladó de Madison a Santa Bárbara, tardó en encontrar domicilio adecuado, así
que con su mujer y dos de sus hijos tuvo que “acampar” en un motel, en dos
pequeños cuartos donde se amontonaba el equipaje. “Los otros hijos –añade–
vendrán de Madison, donde quedaron distribuidos por casas de amigos, cuando
podamos ocupar nuestra propia casa”.
Cuando yo
visité esa casa, al pasar al salón, nos encontramos con un bebé de pocos meses
en el sofá. “Disculpad”, dijo Mécia, “es mi nuevo nieto. Ahora viene su madre”.
La familia de Jorge de Sena siempre fue una familia numerosa, como numerosa
–inabarcable– fue su labor creativa.
La
admiración por Eugénio de Andrade ha resistido el paso del tiempo; la de Jorge
de Sena –antipático titán– ha mermado un tanto, quizá injustamente. En algún
libro mío, o quizá solo en las páginas dominicales de El Comercio, entre otros epigramas a escritores portugueses,
aparece el que le dediqué: “¡Tan fanfarrón! / No parecía portugués, / sino
español”.
Lunes, 27 de enero
LENGUA Y DEMOCRACIA
Ando estos días debatiendo con los anónimos comentaristas de
mi blog “Café Arcadia” sobre la corrección sintáctica de tal o cual frase.
No les
entra en la cabeza que, en el lenguaje, los errores son siempre individuales,
nunca colectivos.
El español
no se habla mejor en Valladolid que en Murcia, en Madrid que en Asunción:
simplemente, se habla de otra manera.
El lenguaje
es la democracia perfecta: la mayoría siempre tiene razón.
Martes, 28 de enero
DORMITA HOMERO
Mi memoria para los versos no se limita a los especialmente
memorables. También recuerdo otros más o menos risibles de autores destacados,
desde el “que me voy, que me voy, que me fui”, de Juan Ramón Jiménez, hasta el
Pocholo que rima con gladiolo en un poema de amor de Gimferrer, pasando por
varios de los proverbios y cantares de Antonio Machado: “En esta España de los
pantalones / lleva la voz el macho, / mas si un negocio importa, / lo resuelven
las faldas a escobazos”.
Creo que él
lo eliminó, y con razón, de su poesía completa, pero los editores nos lo siguen
recordando a pie de página. Me viene a la memoria al leer la segunda entrega de
Mediodía, en la que se recupera un
artículo desconocido de Machado, “España y la guerra”. Apareció el año 1916 en
la revista La Nota que se publicaba
en Buenos Aires en apoyo de los Aliados. La dirigía Emín Arslan, druso de
origen libanés que ejercía el cargo de cónsul general de Turquía. O al menos
eso es lo que nos dice la investigadora que comenta el texto, Elisabeth
Delrue, aunque a mí me extraña mucho que el imperio otomano, aliado de
Alemania, financiara una publicación aliadófila.
Pero no se
trata de comentar ahora un desliz erudito, sino de tomar nota de la misoginia
de Machado. Una de las causas del atraso español se debe a que “la mentalidad
rural y femenina no ha sido aún superada plenamente por el elemento varonil y
ciudadano”. Un poco más adelante, anticipa o glosa la coplilla que con muy buen
criterio haría desaparecer después: “Si el hombre no eleva a la mujer, la mujer
degrada al hombre; si el varón no tira hacia arriba, la mujer tira hacia abajo.
Donde el hombre no pretende otro privilegio
–digámoslo en frase vulgar– que el de los pantalones, se da esta cómica
paradoja social: toda cuestión de alguna trascendencia la resuelven las faldas
a escobazos”.
No sé si a
Antonio Machado le haría mucha gracia el rescate de este artículo, que termina
con un elogio de “nuestro rey Alfonso, cuyas tendencias marcadamente liberales
no son ya un secreto para nadie”.
Miércoles, 29 de enero
CADA VEZ PEOR
No soy yo de los que se quejan por ir cumpliendo años. Más
bien me parecen un regalo. Lo que me preocupa es lo que va haciendo con uno la
edad. Yo, optimista siempre, creo que, por lo general, mejoro.
Pero a
veces saltan las alarmas: de pronto me noto más impaciente con los tontos, más
intolerante, más autoritario. Siempre me ha gustado mandar, para qué vamos a
negarlo. Esa es mi secreta vocación. Frustrada, porque nunca he tenido a quien
mandar, salvo a mí mismo.
No me
preocupa cumplir años, me preocupa irme volviendo más insoportable. Menos mal
que he tomado la precaución de vivir solo y así nadie tiene que soportarme por
obligación, salvo yo mismo.
Jueves, 30 de enero
SOY MEJOR
Qué mala es la gente, me digo con una sonrisa (en ese
sentido, yo soy más gente que nadie). Me gusta comprobar las lecturas en
Internet que tienen las reseñas que publico cada semana desde hace años.
Resultan muy similares, entre novecientas y mil (no soy yo de audiencias multitudinarias),
pero de vez en cuando hay alguna que se dispara, que recibe el doble o el
triple de la habitual. La última, el comentario de las memorias de un coetáneo
al que admiré mucho en mis comienzos (y eso que piadosamente me contuve todo lo
que pude ante tal acumulación de patéticos disparates); la penúltima, el libro
sobre Ángel González de Ricardo Labra, aunque en este caso, más que mis
ponderados puntos sobre las íes, lo que creo divierte al personal es su
irritada respuesta.
No sé yo
si, como Mae West, cuando soy bueno soy muy bueno, pero de lo que estoy seguro
es de que, cuando soy malo, soy mejor.
Viernes, 31 de enero
NO ME QUEJO
Somos desagradecidos por naturaleza. Si yo soy el primero en
serlo, ¿a qué quejarme de que lo sean conmigo los demás? Me molesta un poco,
por supuesto, pero se me pasa pronto.
Yo, tan machadiano,
discrepo de mi maestro en un punto, como he indicado más de una vez, en aquello
de “y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito”.
Como él,
como tantos, yo también “a mi trabajo
acudo, con mi dinero pago / el traje que me cubre y la mansión que habito/ el
pan que me alimenta y el lecho en donde yago”. Pero nadie me debe nada de lo
que he escrito. Todo lo contrario: mis lectores, solo por serlo, me hacen el
mayor de los regalos. Incluso los que se indignan con lo que escribo, o sobre
todo ellos: puedo vivir sin admiradores, estoy acostumbrado, pero me moriría de
aburrimiento sin detractores.
Jorge de Sena y Eugénio de Andrade. Ambos autores son gigantes literarios. "Señales de fuego" (Sinais do fogo) de Jorge de Sena, es una gran novela, desgraciadamente poco conocida, para mí fue todo un descubrimiento hace varios años. De la poética de Eugénio de Andrade ¿qué decir sino que se trata de una obra imprescindible? A ambos autores los tengo en gran estima.
ResponderEliminarMuchas gracias por permitirme esta escueta opinión. Su texto abunda con más precisión, testimonial sobre todo, en el tema.
ResponderEliminarhttps://laantorchadekraus.blogspot.com/search?q=jorge+de+sena
Simplemente por curiosidad. Gracias.
El debate sobre la corrección sintáctica me parece que no ha terminado. Por mi parte estoy en la duda de si empleaste bien eso de sujeto léxico. Una frase sin sujeto no tiene ningún sujeto léxico, aunque el verbo, por motivos a veces misteriosos, adopte el plural de otro elemento de la oración. (Habían muchas palomas.) En lo que dices esta semana, lo de si es correcto si lo dice una comunidad y no si lo dice un individuo. También en una misma comunidad hay variantes. Pero en el caso de un individuo, ¿no se ha dado que una posible desviación de la norma haya tenido éxito y se haya impuesto? Creo que casos así hay a montones.
ResponderEliminarOtro asunto distinto es la crítica que pone mal, en parte o en todo, una obra. Me mandaste una vez leer el libro de Labra si quería opinar algo con fundamento. No lo hice. Pero esta vez me dejaste con ganas de leer el libro de Villena.
No te metas en camisa de once varas, Jesús.
ResponderEliminar1/ el sujeto gramatical aparece siempre (viene señalado por los morfemas de persona y número de la forma verbal que constituye el núcleo oracional), pero el sujeto léxico puede aparecer o no (Vinieron a verme / Mis amigos vinieron a verme).
2/ Las variantes no son errores, son eso: variantes. Las lenguas naturales tienen varias formas de decir lo mismo, a veces con distinta connotación (una es la forma culta, otra la popular, que a veces se considera vulgar como la culta puede considerarse pedante). "Habían muchas palomas" es una construcción dialectal no aceptada en la lengua estandard (el sujeto léxico es "muchas palomas", como "libros" lo es en "se venden libros").
3/ Todas las desviaciones de la norma comienzan en un hablante y luego son aceptadas por otros hablantes, cuando se generalizan dejan de ser un error para convertirse en una nueva norma.
Fin de la lección. Y no se admiten preguntas si no se ha entendido bien. Este no es lugar para dar clases particulares.
El libro de Villena te gustará mucho si te interesa saber, por ejemplo, que Ángeles Caso estuvo perdidamente enamorada de Fernando Delgado, pero que ese amor no pudo ser porque él tenía otro tipo de preferencias sexuales. Te apasionará si no te pierdes un programa de Sálvame y otros éxitos de Telecinco.
Bien estándar, mal estandard.
EliminarBien por la fe de erratas.
ResponderEliminarJLGM
Espero no haber sido imprudente.. Y no haberle molestado a usted
EliminarTodo lo contrario. Se agradece. En estos comentarios no se pueden corregir los textos y a veces me apresuro a darle a la tecla de publicar. Veo el lapsus cuando ya no tiene enmienda, por eso hace falta la fe de erratas como en los libros de antes.
EliminarPerfecto
EliminarPero el poeta-poeta era Eugénio de Andrade, no?, mientras que Sena era el erudito. Me gustaron años atrás algunos poemas de Andrade. Siempre me pareció un surrealista tentativo, o un surrealista frustrado porque no se atreve del todo a dar el paso final, demasiado atado a la racionalidad y a una realidad de la que es arduo zafarse. Es solo una impresión personal; mejor dicho, el recuerdo de una impresión personal. Espero no haber dicho bobadas.
ResponderEliminarNo, Salinas de A, poetas eran los dos. Jorge de Sena está considerado uno de los grandes poetas de la lengua portuguesa y ya había publicado libros de poemas antes de dedicarse a los estudios de literatura. También era narrador y su incompleta y póstuma novela "Señales de fuego" es admirable.
ResponderEliminarNo me parece tampoco que Andrade sea un surrealista frustrado ni que ser surrealista sea mejor que no serlo. Andrade es un gran poeta que ha sido bien y abundantemente traducido al español. A Sena le ha perjudicado que publicó mucho y que luego su viuda añadió todo lo que él había dejado sin publicar, incluso borradores y textos de circunstancias.
Gracias por puntualizar y por ser didáctico, Martín. Por supuesto que ser surrealista no es superior a no serlo, en todo caso, inferior, en el sentido de que el surrealista juega con ventaja: una sujeción más laxa a la norma.
ResponderEliminarQuizás no se presta por aquí, en general, suficiente atención a la literatura portuguesa. Yo leo estos días un pequeño volumen de cuentos (librito bolsillo de Aguilar) de Eça de Queiroz, de quien no había leído nada, y es impresionante el talento inventivo y narrativo de este hombre. Casi todos los cuentos son encantadores, por ejemplo, "Civilización", "Fray Junípero", "Adán y Eva en el Paraíso". Y la cultura (mitológica, histórica, geográfica) de Eça está muy fuera de lo común. Lástima haberlo descubierto en mis cincuenta, tan tarde.
Nunca es tarde, eso quiere decir que te aguardan por descubrir muchas maravillas. Se acaba de reeditar en Acantilado una de sus novelas, "La ciudad y las sierras".
ResponderEliminarDice hoy el monarca que "España no puede ser de unos contra otros..."
ResponderEliminarMe pregunto quién le escribirá los discursos, debe ser por lo menos Manuel Rivas.
Solo falta un la, no dramatice.
ResponderEliminarManuel la Rivas?
Eliminar"España no puede ser LA de unos contra otros Tosco pero válido.
ResponderEliminarLas dos construcciones de válidas, Reinaldo. Esta ultracorrección me recuerda a la que le hicieron a Umbral cuando publicó "La noche que llegué al café Gijón". Le dijeron que el título debía ser "La noche en que llegué al café Gijón". También criticaron "Antes que anochezca", las memorias de Reinaldo Arenas, que debían ser "Antes de que anochezca". Esas preposiciones desaparecen a menudo en la lengua hablada y también puede desaparecer en la escrita. A la gramática normativa no le queda más remedio que constatar ese uso acreditado por escritores y hablantes prestigiosos.
ResponderEliminarEso, se entiende.
EliminarPero ¿como cuántos hablantes tienen que ser los que digan "te quiero manque me desobedezcas" para que la frase se dé por válida?
ResponderEliminar¿Un 3%, un 15%, más de mil? Yo creo que eso de que la gramática no es normativa es un poco mito. Abre uno cualquier libro de Lengua y está sembrado de amonestaciones sobre usos incorrectos.
Un libro escolar no es más que una adaptación de la gramática de la lengua, y una simplificación. La gramática normativa no prohíbe nada, hace recomendaciones sobre los distintos usos y dice cuál es considerado vulgar y cuál regional, por ejemplo. Y luego el hablante decide. El hablante culto conoce los diversos registros de su lengua y utiliza el más adecuado para cada momento. Quien solo conoce uno de esos registros (el coloquial, por ejemplo, o el de su pueblo) es como quien no tiene más que un traje y ha de utilizarlo en todas las ocasiones. Pero no por eso hay que multarle o censurarle.
ResponderEliminarMartin, hay que reconocer que la frase del monarca, elaborada para convertirse en el eslogan de un discurso, es muy pobre. Y eso es lo que criticó, no los modismos ni libertades gramaticales.
EliminarEl problema es que si Felipe el Hermoso estaba casado con Juani La Loca, Felipe el Tedioso está casado con Casado y con la momia de Fraga. Y es el rey de todos los españoles...
ResponderEliminara) que no sean catalanes
b) que no sean vascos
c) que no sean pobretones
d) que no sean republicanos
e) que no abominen de los deportes náuticos.
Entre los lectores del HOLA tiene mogollón de súbditos. Eso sí
Pues no estoy de acuerdo, gracioso Corona Virus. El discurso de inauguración en las Cortes fue impecable, el que corresponde a un jefe de Estado, nada que ver con otro discurso de infausta memoria. Yo, republicano, no tengo ningún inconveniente en reconocer que el actual jefe del Estado cumple con sus obligaciones de manera ejemplar (con alguna excepción, claro: errare humanum est).
ResponderEliminarLa indulgencia y tolerancia monárquica de Martín, sus amplias tragaderas coronarias se pueden (si es que se pueden) disculpar por varias razones:
ResponderEliminara) No es un indulgente pelota e incondicional, sino que en ocasiones anteriores ha demostrado ser capaz de ejercer la crítica.
b) Es un indulgente muy moderado si se compara con los babeantes papanatas de la órbita del ABCdario, que celebran cada nueva Áulica Deposición con vítores, alharacas, ojos en blanco y exhibicionistas vahídos, elogiando la creatividad semántica, sintáctica, retórica, prosódica de los regios discursos normalmente pergeñados de encargo por rapsodas a sueldo deportados (con toda razón) de la escena literaria.
c) Como poeta, más o menos chamán y hechicero de la tribu, merece ciertas licencias y concesiones que no serían admisibles en mortales ordinarios.
Dicho lo cual, conviene recordarle que fundamentar la corrección de los comportamientos regios en un discurso consuetudinario (anodino, mustio y muermo) de apertura de las Cortes, no solo es impropio de su talento analítico, sino que sugiere la necesidad de someterse a un escrutinio urgente y especializado en el campo de la Neuropsiquiatría.
En el grupo de babeantes incluya usted a los de Babelia, mucho más descarados y cínicos que los del ABC.
EliminarGracias por avisar, Arturo, y cuidado con Almodóvar que te estás aficionando.
ResponderEliminarJosé Miguel González Soriano e Inmaculada Lergo, como directores de la revista Mediodía, queremos agradecerle su comentario del pasado día 28 a nuestro número 2. Nos gustaría puntualizar, asimismo, que la fuente del texto rescatado de Antonio Machado, como otros de este mismo ejemplar (por ejemplo, las traducciones de dos poemas de Ezra Pound a cargo de Enrique Díez-Canedo) provienen de la biblioteca y archivo de la propia editorial Renacimiento. En ambos casos, tanto Elisabeth Delrue como Miguel Ángel Lama Hernández, autores de los artículos, se han limitado a hacer la presentación de los textos.
ResponderEliminarYa se ha sustituido "ha descubierto" por "comenta", José Miguel e Inmaculada, pero de lo que se trata es de saber si es cierto que el cónsul de Turquía en Buenos Aires publicaba o no una revista aliadófila.
ResponderEliminarGracias de nuevo por su respuesta y por su modificación al artículo. Respecto a Emín Arslán, aunque Wikipedia no sea seguramente la más prestigiosa fuente enciclopédica, la cito porque es muy fácil de localizar y consultar y en este caso su ficha se encuentra especialmente documentada. En ella se indica que Arslán, cónsul general del Imperio Otomano en las ciudades de Burdeos, Bruselas, París y Buenos Aires, «fue partidario originalmente de las ideas de los Jóvenes Turcos, que procuraban reformar el Imperio Otomano», pero «en 1914, desde Buenos Aires, se enemistó con el partido joven turco (ya en el poder a través del Comité Unión y Progreso) debido a la alianza con el Imperio Alemán y la entrada de Turquía en la Primera Guerra Mundial, que Arslán criticaba duramente. Fue también uno de los primeros en denunciar el exterminio de los armenios desde las páginas de su revista, La Nota, en agosto de 1915». Un poco más abajo, se añade que «La Nota, cuya publicación abarca gran parte de la Primera Guerra Mundial, tenía un tono fuertemente hostil hacia la posición alemana. Por ejemplo, el poema "Apóstrofe", de Almafuerte, una verdadera diatriba contra el emperador Guillermo II, apareció en dos oportunidades diferentes: los días 15 de enero y 5 de febrero de 1916 (números 23 y 26, año II)».
ResponderEliminarEn esa misma entrada de la Wikipedia se indica que en 1914 se enemistó con el Imperio Otomano y fue cesado en su cargo de cónsul (que pasó a ser desempeñado por el representante de Alemania) y que fue condenado a muerte en su país. Cuando comenzó a publicar La Nota, publicación aliadófila, ya no era cónsul de Turquía. El enigma queda así aclarado.
ResponderEliminar