Sábado, 1 de febrero
PEROGRULLADAS
Lloriquean los periódicos porque el Reino Unido abandona por
fin la Unión Europea. Puede servirles de consuelo que hicieron todo lo posible
por impedirlo.
––¿Y a ti
no te parece un día triste?, me pregunta Abelardo Linares.
––A mí me
parece un triunfo de la democracia frente a la estupidez.
––Vaya,
resulta que ahora te has vuelto euroescéptico como la ultraderecha.
––Ni
euroescéptico ni todo lo contrario. Pero yo nunca pensé que la Unión Europea
tuviera, como el Infierno de Dante, el lema “lasciate ogni speranza, voi
che’entrate”. Un país, para abandonarla, no debería necesitar más que expresar
su voluntad de hacerlo. A continuación, se negocia discretamente lo que haya
que negociar y santas pascuas. Pero hay que ver la que armaron, contando con la
minoría de dentro, para lograr revertir el resultado del referéndum.
Afortunadamente, los ciudadanos británicos, en las últimas elecciones, les
dieron con el voto en las narices.
––¡Tú es
que hasta eres capaz de defender a la Venezuela de Maduro!
––Lo que no
voy a hacer es ponerme del lado de
quienes estrangulan económicamente a Venezuela mientras aplauden, y hacen
buenos negocios con ella, a la Arabia del Príncipe Descuartizador.
––Y de Cataluña ni hablamos, que ya sabemos lo que piensas.
––En eso soy de la escuela de Pero Grullo,
pienso lo que pensaría cualquiera que se
tomara el trabajo de pensar. Que en democracia Cataluña debe ser lo que decidan
los catalanes. Exactamente lo mismo que pienso de Galicia o de Andalucía.
––Eres de
lo que no hay.
––Ya decía
Oscar Wilde que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Domingo, 2 de febrero
PELÍCULAS
Veo Río Grande, la
película de John Ford, en el Teatro Filarmónica y, como siempre ocurre, veo a
la vez otras películas que yo me invento. Han pasado setenta años desde que se
estrenó, los mismos que yo tengo. ¿Qué habrá sido de los actores? De algunos
–John Wayne, Maureen O’Hara– conozco el final; de otros he de imaginármelo. Un
libro que contara los encuentros y desencuentros de estas vidas sería
apasionante y triste.
Solo uno
tiene posibilidades de seguir con vida: Claude Jarman, el adolescente Jeff
Yorke que busca al padre en el militar que lo abandonó de pequeño.
El móvil
–ese prodigio que cabe en el bolsillo– me indica que nació en 1934, que ahora
tendría 86 años, o quizá 85, los mismos que mi amigo José Manuel Feito, con
quien suelo comer los sábados y debatir de teología. Su carrera como actor fue
corta, diez años, desde 1946, con un premiado papel, hasta 1956. ¿Qué fue de él
los más de sesenta años transcurridos desde entonces? La Wiquipedia solo me
informa que se casó tres veces, la última, que parece la definitiva, en 1985.
Cualquier
vida es un enigma. ¿Es también un fracaso? Quizás, pero todas ellas, bien
contadas, resultan apasionantes.
En estas cosas pienso yo mientras
contemplo en el blanco y negro de la pantalla el ir y venir de la caballería y
su lucha contra los apaches que me devuelve al cine de los domingos de mi
infancia y al cine de los sábados de Antonio Martínez Sarrión: “maravillas del
cine galerías / de luz parpadeante entre silbidos / luego la cena desabrida y
fría / y los ojos ardiendo como faros”.
Lunes, 3 de febrero
BRUMOSO AYER
En una novela de José Carlos Llop, El mensajero de Argel, con hermosa cubierta de Dis Berlin, encuentro dos borrosas fotografías en las que
aparezco en el claustro de una catedral, junto a él, su mujer y Andrés
Trapiello.
No recuerdo
si leí o no en su momento la novela, no recuerdo tampoco cuándo fueron hechas
las fotografías. Me pongo a releerla y, aunque me desilusiona pronto, llego
hasta el final. Como en todas las suyas, lo que importa es la atmósfera, no la
trama, que deja de interesar a los pocos capítulos.
Mientras la
voy leyendo recuerdo otra novela, la de aquel encuentro lierario en Santiago,
el año 2000, en el que coincidí con Llop y con Trapiello. Recuerdo que, cuando
me dirigía hasta allí, en una parada del autobús en Luarca, me enteré de que el
Partido Popular había ganado las elecciones con mayoría absoluta. Aquello me
deprimió mucho y llegué a Santiago esperándome lo peor para los años siguientes.
¿De qué
hablé entonces con dos escritores a los que siempre he admirado, aunque con una
admiración en la que no faltan los peros, como suele ser la mía? No lo
recuerdo, sí recuerdo un paseo por los tejados de la catedral en el que a Llop
le entró un ataque de pánico al asomarse al final de la escalera y se quedó
allí dentro, quieto, aterrado. Trapiello le invitaba a salir y a contemplar el
panorama de la ciudad. A Llop le molestaba su insistencia: “Me trata como a un
niño. Cree que lo hago por gusto”.
“Tengo
cuarenta años y empiezo a no reconocerme en los espejos”, comienza uno de los
capítulos de El mensajero de Argel. “Un
extraño me espía en los espejos” escribí yo algunos años antes.
Las novelas
de Llop son como las de Gabriel Miró: están llenas de páginas admirables que,
sin embargo, no nos animan a seguir leyendo.
Contemplo
esas viejas fotografías ahora recuperadas y pienso que mi vida, cualquier vida,
está llena de imágenes sueltas, de borrosas escenas que no soy capaz de ordenar
para que cobren algún sentido.
Martes, 4 de febrero
REGALO ELECTORAL
“¿Y no te da vergüenza apoyar a un gobierno que hace lo que
le mandan los independentistas?”, me pregunta mi amigo facha. (Él se ofende si
le llamo así. “Yo no soy facha sino liberal”, me dice. “Sí, tan liberal como
Cayetana Álvarez de Toledo”. “Exacto”. Y se queda tan contento mientras yo
sonrío.)
La verdad
es que no me da vergüenza, todo lo contrario. Me alegra que para aprobar los
presupuestos tengan que entenderse con Esquerra. Es la única manera de que,
desde este lado, se pueda aportar algo de racionalidad al conflicto catalán.
No deja de
ser un maravilloso regalo del resultado electoral que, para mantenerse en el
poder, el partido de García-Page, González
y otros demócratas de la misma especie, tenga que apostar por el diálogo y la
sensatez.
Miércoles, 5 de febrero
DISCULPAS PÓSTUMAS
Muere George Steiner, un sabio de otra época, y se publica
su última entrevista. Sorprenden algunas preguntas: “¿Querría pedirles
disculpas a alguien con quien se hubiera peleado?”
Si quería
pedir disculpas, una carta privada o una llamada telefónica parece lo mejor.
Pero él prefiere disculparse en público, y ya desde la otra orilla, con una
persona “cuyo nombre no puede decir”. Se trata de alguien que durante mucho
tiempo fue su amigo íntimo y con el que discutió por un asunto estúpido: “Una
frase mal escrita en una carta hizo saltar por los aires nuestra relación de
años”.
A mí me
ocurrió tres o cuatro veces –quizá alguna más– con personas a las que
apreciaba. Tardé en pedir disculpas, pero siempre las pedí. Unos las aceptaron
y otros no. Los que no las aceptaron pronto dejaron de preocuparme: quien no es
capaz de perdonar un pisotón involuntario, por doloroso que sea, no me parece
que sea alguien cuya amistad merezca la pena.
Sigue
Steiner con otras palabras que también podría haber dicho yo: “He pagado un
precio por mi ironía, a menudo muy mordaz y no siempre bien recibida”.
Yo, tan
vanidoso siempre, durante mucho tiempo he considerado mi ironía como un test de
inteligencia: quien no es capaz de seguir el juego no recibe el aprobado.
Ahora ya no
lo considero así, ni tampoco creo que la inteligencia sea la cualidad principal.
Prefiero la bondad, pero bien entendida, que a nada soy más alérgico que a la
bondadosa bobería.
En
literatura hay mucha gente que no me quiere bien y lo comprendo perfectamente:
a nadie le gusta que le digan públicamente sus fallos, y yo no me he dedicado a
otra cosa, pero a la mayoría ni siquiera los conozco personalmente.
Amigos que hayan dejado de serlo, por mis
comentarios sobre sus versos o sus prosas, hay menos. Y a los que tienen
talento los he recuperado.
Jueves, 6 de febrero
ATENTOS A LA PANTALLA
Hace tiempo que he dejado de estar enganchado a ninguna
serie de televisión, pero cada día soy más adicto a la historia de España, a
los viejos episodios revisitados y a los capítulos de estreno: no hay día sin
su dosis de intriga y emoción.
Me
interesan los protagonistas principales (el galán Sánchez que sale con bien de
cualquier trampa que le tienden sus adversarios o sus correligionarios, el
santo varón encarcelado que perdona a sus enemigos, el rebelde sin causa y con
cartera), pero creo que el mayor acierto de los guionistas está en los
secundarios. Ya he contado cuánto me fascina Cayetana Álvarez de Toledo,
sibilante sirena cuyo canto lleva a la derecha a la perdición. También Ortega
Smith, siempre dispuesto a saltar a la trinchera enemiga y a pegarle cuatro
tiros a cualquier “hijo de puta” del Daesh
o de dónde sea que se le ponga por delante. Me recuerda a los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín, con Pedrín convertido
en entrañable alcalde de Madrid.
Viernes, 7 de febrero
SIGO ENAMORADO
Como la Nochebuena para los que no tienen familia, el
próximo viernes, 14 de febrero, es uno de los días más tristes del año para los
que viven solos o mal acompañados.
No es mi
caso, yo sigo enamorado, y no solo del amor en general o de mí mismo, como
pensarán los mal pensados, sino del amor de las flechas y el corazoncito, del
amor en pareja.
Y mi pareja
es ella y es él, que en eso soy hombre con pocos prejuicios, y mi amor es cada
vez más apasionado, lleno de cotidianos descubrimientos y deslumbramientos.
Mi pareja
se llama Mundo, se llama Realidad, y hace setenta años que nos conocemos. Yo
nunca me cansaré de él o ella y me gustaría que ella o él nunca se cansara de mí.
Con su filosofía provocadora, Martin echa la patera por babor en busca de que se le enganche algún ingenuo calamar. F es continuamente un firme candidato.
ResponderEliminarCalletana, más que sibilante sirena es la estampa actualizada y antipática del Doncel de Sigüenza.
ResponderEliminarMartin, para referirse a Esquerra Republicana alude involuntariamente al mítico Euzkadiko Ezquerra de Bandrés.
Muy bonitas las fotos con los vasos; una buena idea.
ResponderEliminarMe parece fundamental hacer lo que usted hace bajo el título "Sábado, 1 de Febrero": airear, divulgar, recalcar y remachar el caso del Principe Descuartizador, porque ridiculiza y desenmascara de un mismo golpe los aspavientos de esos "grandes demócratas" que no paran de clamar contra "la dictadura" de Venezuela. Estos desvergonzados que apuestan, para Venezuela, por un fulano que no ha sido aprobado por nadie, parecen estar encantados (no protestan) con un régimen esclavista, absolutista y teocrático donde más de la mitad de población, la proletaria más la femenina, vive bajo tutela y privada de derechos elementales.
ResponderEliminarPero ni siquiera hace falta irse a Oriente Medio para desenmascarar el buenismo de los buenos oficiales y la justicia de los justos de plantilla. Hace unas semanas, el Presidente de una supuesta democracia ejemplar y cumplidora de la Ley, ordenó asesinar mediante un dron a un general muy relevante de un país extranjero. No había condenas judiciales ni peticiones de extradición ni causas pendientes contra dicho general. Lo asesinaron por la pura fuerza bruta. Los grandes Defensores de la Ley, del Derecho a la Vida, de los Derechos Humanos y demás grandilocuencias no han dicho esta boca es mía. Yo no he oído ni leído ninguna declaración de Felipe González, ni de Merkel, ni de Macron, ni de Amnistía Internacional condenando la ejecución arbitraria y extrajudicial. Tampoco he leído ninguna condena, por el peligroso precedente, de Asociaciones de Jueces, ni progresistas ni conservadores. No digamos de Asociaciones de Víctimas del Terrorismo. Ni a Savater (escritor sobre ética) ni a la gente de su órbita, esos que consideran "delincuente" al señor Torra, se les ha oído ni un solo comentario crítico sobre este crimen cometido en Irán.
Son silencios atroces, desde luego, pero también muy elocuentes y clarificadores. Dejan en su lugar, explican muy bien, a todos estos demócratas selectivos, a todos los justos "a la carta", a tantas y tantas personas de principios... "pero según".
Hacía tiempo que no leía a alguien tan desquiciado como usted, da pena.
EliminarDesde cuándo decir la verdad es un acto desquiciado?
EliminarYo estoy completamente de acuerdo con lo que dice Anaren Senarra. Lo suscribo de la primera a la última línea. ¿Quién será este buen anónimo que habla de "desquiciado"?
ResponderEliminarPues está bastante claro quién es. Un sujeto que considera un desquiciamiento los casi cuarenta siglos de civilización desde Hammurabi y su código hasta nuestros días. Las leyes, los habeas corpus, las garantías jurídicas, los abogados defensores, las presunciones de inocencia etc, etc son desquiciamientos.
EliminarLo bello, lo civilizado, lo inteligente y lo guay deben ser, para este, los drones bien artillados y los "paseos" ante el paredón. Madre mía, la clase de gente que se nos viene encima.
Lo absurdo es practicar la descalificación maniqueísta. Usted me recuerda a aquellos ridículos delegados de Facultad. Se ve que es una especie perdurable, como los papanatas que los corean.
EliminarPero tampoco importa tanto, desfogar se es necesario.
Hola Martin
EliminarSabes quién soy porque compartimos café, cerveza y amigos. Un comentario, o dos; desde que se aprobó la ley de violencia de género, las víctimas se han incrementado; el asunto de la inmigración no son los que llegan sino los cientos de naufragos; respecto al Título VIII de la Constitucion, que establece el "estado de las autonomias", fue un apaño de Suarez. Calmo a algunos y armo a otros (ETA).
Hay que cambiar algunas cosas para que todo cambie.
Aconsejaría no tomar en cuenta los comentarios de "Anónimo". Ruego que se den por no publicados.
ResponderEliminarPues elimínelos usted, como hace siempre con sus discrepantes.
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Не рано вставать рано или кричать, сэр, они простят вам жестокое обращение с животными
ResponderEliminar'No se levante temprano ni grite, señor, le perdonarán la crueldad animal'
EliminarTraducción según Google de lo que Tatiana escribe en ruso. ¿Mejorable? Buen sábado.