domingo, 8 de marzo de 2015

Nadie lo diría: Diatribas y homenajes


Domingo, 1 de marzo
TODAVÍA

Todavía me levanto cada mañana como si fuera el primer día de la creación. ¿Por cuánto tiempo?

Lunes, 2 de marzo
TONTERÍAS VIRALES

Abro al azar el nuevo tomo de la poesía de José Emilio Pacheco y lo primero que me encuentro es su "Defensa de la eñe". Recuerdo bien el momento en que la eñe se convirtió en símbolo de las esencias patrias, como el toro de Osborne. Fue hace no muchos años. Resulta que la Unión Europea decidió que la prohibición que existía en España de vender ordenadores en cuyo teclado no figurara la letra eñe no se ajustaba a la legislación comunitaria. Esa noticia desencadenó casi un nuevo Dos de Mayo. "¡Europa nos quiere quitar la eñe!", gritaron al unísono todos los periódicos. "A partir de ahora vamos a tener que decir Espana y cono", proclamaron ingeniosos columnistas. Todavía no estaba generalizado Internet, pero ninguna tontería viral se difundió con tanta rapidez. En los programas de radio o televisión se preguntaba a gente de la calle o ilustres catedráticos: "¿Qué opina usted de que Europa nos prohíba usar la eñe?". Y todos respondían llenos de indignación sin pararse a averiguar lo que podía haber de verdad en esa disparatada noticia. A nadie se le ocurrió explicar que –dejando aparte de que lo que se pedía era que en España pudieran venderse ordenadores con el teclado inglés-- una cosa es la grafía "ñ" y otra el sonido o fonema correspondiente, que aunque se escribiera "nh" como en portugués, "gn" como en italiano o "ny" como en catalán, España seguiría diciéndose España y coño seguiría sonando igual de rotundo. Compruebo ahora que José Emilio Pacheco, un poeta al que admiré más que admiro, sigue confundiendo la casual grafía (una abreviatura de la doble ene) que el español adoptó para representar un sonido que no existía en latín con el propio sonido. Su poema dice: "Este animal que gruñe con eñe de uña / es por completo intraducible. / Perdería la ferocidad de su voz / y la elocuencia de sus garras / en cualquier lengua extranjera". Pues no, estimado poeta (ser poeta, diga lo que diga Gamoneda, no deber ser nunca una licencia para no pensar), ese animal gruñiría igual en multitud de lenguas extranjeras, lo único que cambiaría es que su gruñido no lo representaría una ene con sombrero que gracias a esta polémica (quién se lo iba a decir a los apresurados copistas que abreviaban así la doble ene) se convirtió nada menos que en símbolo del Cervantes y de la lengua española.


Martes, 3 de marzo
MÁS DE LO MISMO

Hacía veinte o treinta años que no nos veíamos. Tras contarme su vida en ese tiempo (dos matrimonios, la quiebra de un negocio, una enfermedad grave de la que salió con bien), se interesa por la mía.
            ----¿Sigues tomando café cada mañana en los Porches? ¿Sigues yendo los sábados a Avilés? ¿Sigues peleándote de vez en cuando con tus amigos Trapiello y Abelardo? ¿Sigues con tus clases? ¿Sigues recibiendo media docena de libros al día y reseñando uno cada semana? ¿Sigues con la tertulia de Oliver?
            ----Sigo. Y así me hago la ilusión de que no pasa el tiempo.
            ----Pues no debes escribir tu biografía, sería el libro más aburrido del mundo. Ni mucho menos llevar un diario; cada página parecería fotocopia de la anterior.


Miércoles, 4 de marzo
BREVIARIO POLÍTICO

(Mientras tomo un café, en la mesa del fondo un grupo de jóvenes discuten lo que parece el programa que van a llevar a las próximas elecciones. Yo hojeo el libro que acabo de encontrar en Valdés, el Breviario de política experimental del conde de Romanones, y anoto en el iPad algunas de las frases del viejo cacique. Creo que les vendría bien conocerlas a estos ilusos que confunden queremos y podemos. Hay cosas que nunca cambian, como bien sabía Maquiavelo.)
            El gobernante que no cree equivocarse nunca es el más funesto y peligroso.
            No digas a nadie a dónde te encaminas si quieres llegar a dónde te has propuesto.
            Economiza cuanto puedas consejos y amenazas; si te ves obligado a darlos, procura que no lo parezcan.
            No abras tu corazón a nadie.
            No prometas nada que no puedas cumplir y no olvides jamás una promesa; pero ten en cuenta que hay promesas que no deben cumplirse.
            Para un gobernante, como para un conductor, es necesario conocer la marcha atrás.
            En politica, quien carece de ambiciones no pasa de jefe de Negociado.
            No hay poder sin fuerza que lo sostenga.
            El camino más corto no siempre es el mejor, y casi nunca en política; con frecuencia hace falta dar rodeos para llegar a dónde se quiere ir.
            Los grandes hombres le deben más al odio del adversario que al afecto del amigo.
            A veces se debe perdonar y olvidar; otras, perdonar sin olvidar; algunas, ni perdonar ni olvidar.
            Quien es incapaz de odiar es incapaz de amar.
            No se puede gobernar contra la opinión pública, pero a menudo hay que hacerlo contra la opinión de la calle, mera y fácilmente cambiante vocinglería.
            Un hombre elocuente con inteligencia mediocre es una gran calamidad.
            Los viejos de hoy no son más que los jóvenes de ayer.
            No hay enemistad tan feroz como la de los enemigos íntimos que dejan de serlo.
            En política, todos los hombres son aprovechables; unos, por sus méritos; otros, por sus defectos.
            Para un político, mejor parecer honrado que serlo sin parecerlo.
            Hace falta conocer muy bien la ley para poder saltársela cuando sea necesario.
            En política, solo es fácil hacer profecías cuando se refieren al pasado.
            En política, tener razón no basta para tener razón.

   
Jueves, 5 de marzo
PESSOA Y YO

Han pasado un año y un siglo desde aquel día glorioso de marzo en que nació Alberto Caeiro, para quien ser poeta no era una ambición, sino su manera de estar solo. Nació ya adulto y de un tirón: en una sola tarde escribió treinta poemas de su primer libro. Eso es al menos lo que cuenta quien le sirvió de amanuense, un joven de veinticinco años que había recibido una educación bilingüe en Durban, coqueteaba con el espiritismo y con el futurismo y gustaba de perder su tiempo en los cafés de Lisboa. ¿Hemos de creerle? ¿Fueron así las cosas? Mixtificar, falsificar, crear personajes que se hacen pasar por verdaderos no lo inventó Pessoa. Se dio antes, se seguiría dando después, incluso en quienes nunca lo han leído. En 1975 --tenía yo la misma edad que Pessoa cuando Caeiro--, apareció el primer número de Jugar con fuego, una revista redactada íntegramente por diversos heterónimos: Bernardo Delgado, Alfonso Sanz Echevarría y otros cuyos nombres no recuerdo. Por entonces no había oído hablar de Fernando Pessoa (lo descubriría al año siguiente en el tomo de las poesías de Álvaro de Campos publicado por Ática) y me parecía una gran originalidad que esas ficciones mías escribieran no solo poemas, sino también crítica. Recuerdo que en el primer número Bernardo Delgado, que yo me había imaginado como un dogmático crítico marxista, reseñaba la poesía completa de Francisco Brines y le reprochaba su despreocupación burguesa ante la opresión franquista y la situación de los trabajadores. Mi intención era caricaturizar cierta crítica, pero Brines se tomó muy en serio esos reproches y nunca acabó de perdonármelos, como tampoco que en otro número de Jugar con fuego aparecieran dos presuntos poemas suyos, uno de los cuales, según me contó Bousoño, le había gustado mucho a Aleixandre. Hace tiempo que he abandonado juegos y fingimientos y ahora me irrito mucho cuando, en las redes sociales, me encuentro con quienes se escudan, no siempre para insultar, tras de uno o de varios avatares. A Bernardo Delgado, por cierto, todavía me lo encuentro en alguna erudita bibliografía. Cuando leí a Pessoa, lo que me sorprendió no fue lo que asombró a tantos, su desdoblamiento heteronímico, la convivencia en él de personajes contradictorios. Eso era común y estaba a mi alcance y al de cualquier cantamañanas que bravuconea en la red. Lo peculiar en Pessoa no era el juego de la identidad, tan común, sino el talento. Alberto Caeiro era un gran poeta, lo mismo que Ricardo Reis o Álvaro de Campos. Poetas distintos e igualmente verdaderos. Aunque fueran producto de una superchería eso no les restaba validez. Cuando descubrí a Pessoa me asombraron las muchas cosas que teníamos en común; al escribir su biografía, trazaba en realidad mi autorretrato. O eso pensaba. A los veinte años, incluso me creía un genio como él. Ahora en este día de marzo recuerdo al joven que fui y sonrío. Tampoco es que me avergüence mucho de mis ingenuidades y vanidades de entonces. Quien a los veinte años no se ha creído un genio capaz de cambiar la historia del mundo es que no ha tenido nunca veinte años.


Viernes, 6 de marzo
¿SABÉIS DE QUIÉN HABLO?

Antes de escuchar a María Payeras su conferencia sobre Ángel González, comento con Leopoldo Sánchez Torre no sé aspecto del cartel anunciador. “¿Ahora también das lecciones de diseño? –replica irritado--. ¡Tú es que sabes de todo!”. Ricardo Labra, que está a mi lado, se sorprende de la intemperancia. “Sus motivos tiene”, le respondo. Y luego recito el epigrama que, un poco en broma, un poco en serio, yo siempre digo –se lo dije incluso al autor—que Ángel González escribió pensando en mí: “No le juzguéis torcidamente. / De él se podrá decir lo que se quiera; puede equivocarse, puede incluso acertar. / Pero de lo que no hay duda es de sus intenciones: son siempre malas”.




15 comentarios:

  1. Hay una coplilla sobre la eñe que, si no es como transcribo, al menos así es como mi memoria la ha adaptado:

    Envidia la Gran Bretaña
    de eñe hispana su moño:
    Eñe de leña, de caña,
    de carantoña y de coño.

    Puede que la esencia del espaÑol sea esa ñ, como la de México sea la x de su nombre.

    Me han gustado mucho las frases de Romanones. Hay otra, muy conocida, que dice algo así como “Que otros hagan las leyes. A mí dejadme hacer los reglamentos” (o sea, la letra pequeÑa –y véase que siempre sale la ñ-).

    (Enhorabuena por el alto nivel de la entrada de hoy.)

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    1. No sé si he explicado bien mi argumento: el sonido que en español se representa con eñe podía representarse con cualquier otra combinación de letras (nh, gn, ny, nn) y no cambiaría nada en la lengua española. Lo esencial es el fonema no su representación convencional (que podría cambiar sin que cambiara nada en la lengua) y ese fonema existe en otros idiomas, no es exclusivo del español.

      JLGM

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  2. Explicóse perfectamente. Quiérole decir que, además, tanto el fonema como la grafía ñ existen en otras lenguas españolas (gallego y euskera), y también en lenguas indígenas iberoamericanas, cuya escritura tomó las letras del español.

    Otras peculiaridades de la escritura en español son (como de todos es sabido) los signos de apertura en interrogación y exclamación, y algunos amigos extranjeros me han comentado que les parecen muy acertados, pues al leer textos en sus demás idiomas no siempre se sabe bien cuándo debe empezar la entonación interrogativa o exclamativa. Por suerte los teclados de ordenador tienen estos signos (también tienen la cedilla, que en español antiguo se usó pero ya no, y el acento circunflejo propio del francés y otros idiomas). Y es lógico que la ñ y los signos de apertura en interrogación y exclamación estén en los teclados, pues no en vano el español es la tercera lengua más hablada (y quizá la segunda más escrita) del mundo.

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    1. En los teclados están los signos que los usuarios necesitan y por eso hay distintos tipos de teclados. Pero nada de esto tiene que ver con que todo ese simbolismo y patriotismo de la eñe sea o o una tontería. Yo creo que lo es.

      JLGM

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  3. Los copistas añadían el palo horizontal encima de la n cuando el sonido era el de doble n (nn) castellana, como se explica acertadamente . ¿Cómo llegó la grafía a originar el fideo de doble curva actual?

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    1. Sobre el origen de los signos de interrogación y exclamación, sí hay una explicación, pero advierto que no es segura.

      El signo ¿ y el signo ? serían en su origen dos q con el punto de la i encima o debajo, abreviaturas de "quaestio" (pregunta en latín).

      Y los signos ¡ y ! serían dos íes también con el punto de la i encima o debajo, abreviaturas de "iubilo" (júbilo, emoción en latín).

      Ya digo que la explicación no es cien por cien segura, pero hay que reconocer que, si non è vera, cuando menos è ben trovata.

      Lo que ya desconozco es por qué en todos los idiomas, salvo en español, estos signos pasaron a escribirse sólo al final de frase interrogativa o exclamativa, en vez de abrazarla entera. Sin pecar de chovinismo, creo que la práctica española es la más correcta, en la línea que caracteriza a nuestro idioma de procurar siempre el mayor ajuste posible entre escritura y pronunciación.

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    2. Más que el punto de la i, era una pequeña o, letra por la que terminan tanto quaestio como iubilo.

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    3. Gracias, Copista, por tu precisión. La verdad es que este tema es apasionante.

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  4. "Cuando leí a Pessoa, lo que me sorprendió no fue lo que asombró a tantos, su desdoblamiento heteronímico, la convivencia en él de personajes contradictorios. Eso era común y estaba a mi alcance [...] Lo peculiar en Pessoa no era el juego de la identidad, tan común, sino el talento. Alberto Caeiro era un gran poeta, lo mismo que Ricardo Reis o Álvaro de Campos. Poetas distintos e igualmente verdaderos. Aunque fueran producto de una superchería eso no les restaba validez. Cuando descubrí a Pessoa me asombraron las muchas cosas que teníamos en común; al escribir su biografía, trazaba en realidad mi autorretrato."

    Pessoa nacido un 13 de junio. García Martín nacido un 17 de junio. Géminis: nacidos entre el 21 de mayo y el 21 de junio.

    En el primer sitio encontrado sobre el tema (los hay mucho más serios):

    "Géminis es el signo de los gemelos y como tal su carácter es doble y bastante complejo y contradictorio. Por un lado es versátil, pero por el otro puede ser insincero. Suelen tener elegancia y caer en los errores de los jóvenes. Tienen la felicidad, el egocentrismo, la imaginación y la inquietud de los niños. Los geminis empiezan nuevas actividades y retos con entusiasmo, pero muchas veces les falta la constancia para realizarlos. Consideran que la vida es como un juego y buscan la diversión y nuevas situaciones. [...] La inteligencia y capacidad mental de los géminis hacen que les encantan retos cerebrales y nuevos conocimientos, aunque el proceso de aprendizaje tiende a aburrirles. Tienen gran capacidad analítica. [...] Saben utilizar muy bien el lenguaje, tanto escrito como hablado, y muchos llegan a ser grandes políticos, diplomáticos, oradores, predicadores, maestros, periodistas, abogados, escritores etc. En el amor los géminis vuelven a demostrar su doble naturaleza. Tienen un lado que se entrega emocionalmente pero otro que rechaza el romanticismo. Tienden a tener relaciones de pareja cortas porque les puede llegar a aburrir la estabilidad de una pareja una vez conquistada. Suelen tener muchos amiguetes y pocos buenos amigos. Los Géminis pueden ser grandes tertulianos."

    http://www.euroresidentes.com/Diversion/horoscopos_2005/geminis.htm

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    1. La verdad es que la astrología será una bobada, pero yo me parezco bastante (al menos en lo negativo) a ese retrato de los géminis.

      JLGM

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  5. Admirar a Pessoa como poeta (para mí es el mejor poeta de la historia, pero esto es una opinión muy personal) es perfectamente compatible con desdeñar sus escritos políticos (bastante aburridos, aparte de discutibles) y, por supuesto, con prescindir totalmente de sus digresiones esotéricas y astrológicas. Porque hay que decir que Pessoa era un verdadero experto en horóscopos y creía efectivamente en esta pseudociencia.

    Últimamente asistimos a un triste espectáculo, consistente en entrar a saco en todos los papeles que Pessoa dejó, dentro y fuera del famoso baúl, y publicarlos como si fueran textos de gran valor literario. Por desgracia parece que la mayoría de los inéditos pessoanos que aún se encuentran son extraliterarios y carecen por tanto del valor que quiere dárseles.

    Sandra Suárez

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    1. Estoy muy de acuerdo con lo que dice Sandra. Los últimos libros publicados de Pessoa tienen algo de estafa a los lectores.

      JLGM

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  6. Nota: creo que inadvertidamente borré un mensaje que no acierto a recuperar.

    JLGM

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