Domingo, 8 de septiembre
SUENA UN TIMBRE
¿Podré alguna vez interesarme por algo que no tenga que ver
conmigo mismo? Me parece que no. En El
último concierto, la maravillosa película de Yaron Zilberman que me llena
los ojos de agradecidas lágrimas este domingo, uno de los componentes de un
exitoso cuarteto de cuerda, el de mayor edad, descubre que tiene los primeros
síntomas del Parkinson y que ya no puede seguir tocando en público. Es el
pretexto para que salgan a la luz todas las grietas del grupo. Me veo demasiado
reflejado en la pantalla y por eso procuro distanciarme emocionalmente. Me
entretengo con la localizaciones y reconozco por primera vez en una película,
cosa rara, uno de mis lugares favoritos de Nueva York, el Time Warner, un
centro comercial naturalmente. En el mismo lugar en que a mí me gusta tomar un
café, Philip Seymour Hoffman, el segundo violín de la orquesta, se encuentra
con su amante de una noche y ve cómo se rompe su matrimonio. Otra escena tiene
lugar en las salas y en el patio de la Frick Collection , al otro lado
del parque. Veo los rostros de los muchos amigos que tengo allí dentro, vuelvo
a escuchar el murmullo de la fuente en el tranquilo patio. Y la cámara se
detiene en el autorretrato de Rembrandt viejo, un anciano poderoso, seguro de
sí mismo, que ha hecho lo que quería, que es quien quería ser.
Inevitablemente, como a
Christopher Walken, a mí también me llegará el momento de la despedida. Procuro
no pensar en esas cosas, no pensar en mí, y escuchar el opus 131 de Beethoven
que se ensaya y se explica a lo largo de la película y que suena al final, más
lleno de sentido que nunca, sobre el blanco y negro de los títulos de crédito.
O en los versos de Eliot que una voz en off recita mientras uno de los
personajes corre por Central Park: “El tiempo presente y el tiempo pasado /
están tal vez presentes en el tiempo futuro, / y el tiempo futuro contenido en
el tiempo pasado. / Si todo tiempo es eternamente presente / todo tiempo es
irredimible”.
Pero más
que el conocido galimatías de Eliot, a mí me gustan otros versos. Viajan los
personajes en el metro y de pronto se escucha una voz infantil: “La gente
espera que los viejos se mueran, / nadie en realidad lleva luto por los viejos”.
Me resultan familiares esos versos y de inmediato pienso en mi amigo Hilario
Barrero. ¿No los he leído en un libro suyo? Se amplia el campo de la cámara y
vemos a una niña que está leyendo uno de los breves poemas que aparecen en los
vagones del metro. Acierto a ver el nombre del autor, Ogden Nash, y recuerdo
dónde los he leído antes. Al llegar a casa busco esos versos en Lengua de madera, la antología de poesía
breve en inglés preparada por Hilario Barrero: “La gente espera que los viejos
se mueran, / nadie en realidad lleva luto por los viejos. / Los viejos son
diferentes. La gente los mira / con ojos que se preguntan cuándo… / La gente
los observa con impávidos ojos, / pero los viejos saben cuándo un viejo se
muere”.
En el
teatro hay timbres que anuncian el inicio de la función; en la vida, hay
timbres que avisan que se acerca el final. Y pueden considerarse
paradójicamente afortunados quienes los escuchan: el muro cano del que habló
Jorge Guillén en un soneto, “va a imponerles su ley, no su accidente”.
Lunes, 9 de septiembre
MALA COSTUMBRE
“Denigrar no es mi especialidad”, afirma André Maurois al
comienzo de uno de sus libros. Más de uno pensará que sí es la mía, pero yo no
estoy muy seguro.
He
conseguido curarme por completo de mi mala costumbre de llamar al pan pan y al
memo memo. Ahora no tengo inconveniente, como cualquier crítico literario que
se precie, en elogiar a cualquier escribidor, siempre que sea amigo mío,
publique en alguna editorial importante o esté en condiciones de devolver
favores.
Ahora lo
que más me divierte es denigrarme a mí mismo. O parecer que me denigro, que no
es exactamente lo mismo.
Martes, 10 de septiembre
Leo el prólogo de Alfonso Camín a una antología de poetas
mejicanos, publicada por la colección “Los poetas” en 1929. Cuenta que un
alemán borracho quiso obligar a beber una copa a Salvador Díaz Mirón, quien se
negó a aceptarla. El alemán alzó el brazo y “lo dejó caer como un martillo
sobre el poeta, Díaz Mirón rodó hecho un ovillo entre las sillas de la cantina.
Los separaron como pudieron. Díaz Mirón dijo desde la puerta: ‘Yo lo mato a
usted esta noche’. Sonaron grandes carcajadas, mientras se alejaba el poeta a instancia de sus amigos, que trataban de apaciguarle. No había pasado media
hora cuando Díaz Mirón recorría las cantinas de Veracruz buscando al ofensor.
Cuando lo encontró, sacó la pistola y le vació todo el plomo en el vientre”.
No cabe
duda de que Díaz Mirón era un hombre de armas tomar. Alfonso Camín, que también
tenía lo suyo de camorrista, cuenta otra anécdota. Meses antes de morir,
“siendo como era un gran profesor, el Gobierno no tuvo empacho en separarle de
su puesto, sin respetar su pobreza y el haber prestado la luz de su ciencia a
toda una generación mejicana”. Camín se escandaliza de que el gobierno mejicano
despidiera al poeta por una simple niñería. Resulta que un alumno, “malcriado
en demasía”, le contestó de mala manera, y entonces el poeta le abrió una
brecha en la cabeza con la culata de su pistola.
A Alfonso Camín no le escandaliza
el comportamiento de Díaz Mirón y más bien cuenta esas anécdotas para encomiar
su figura. Yo recuerdo una estrofa del poeta mejicano: “Semejante al nocturno
peregrino, / mi esperanza mortal no mira al suelo: / no viendo más que sombra
en el camino, / solo contempla el esplendor del cielo”.
Parece que la poesía no siempre
amansa a las fieras.
Miércoles, 11 de septiembre
“¿No te preocupa lo que está pasando en Cataluña?”, me
pregunta un amigo.
“¿Preocuparme? Me llena de
esperanza. ¿Será posible que, por una vez, arreglemos nuestras discrepancias
sin recurrir a la violencia? A Blasco Ibáñez lo metieron en la cárcel por
defender la independencia de Cuba, pero todavía la España democrática no ha
metido a nadie en la cárcel por defender la independencia de Cataluña, ni los
catalanes han recurrido a métodos violentos para tratar de conseguirla”.
“¡No compares a Cataluña con
Cuba! Cataluña es España”.
“Cuba también lo era, al menos
legalmente, antes de independizarse. Pero yo no quiero entrar en esas
cuestiones. Solo poner un punto de optimismo. De momento la vía catalana para
la independencia es un ejemplo para el mundo, y la respuesta del Estado
español, dejar hacer, es también ejemplar”.
“¡Es la primera vez que oigo algo
semejante!”
“Si no te parecen ejemplares ambas actitudes,
es que conoces poco la historia de España y la historia universal, hechas ambas
de fango y sangre”.
“¡Solo me falta oírte decir que
los políticos catalanes están a la altura de las circunstancias!”
“Pues te diré más. De momento, y
te subrayo el de momento, también los españoles: Rajoy deja que las cosas sigan
su curso hasta que resulte inevitable aceptar la decisión mayoritaria, libre y
democráticamente expresada, de la sociedad catalana. Yo soy muy crítico con mi
país, pero de vez en cuando me siento orgulloso de ser español. Me sentí así
cuando aprobamos el matrimonio homosexual casi antes que nadie y sin la
contestación de otros países aparentemente más liberales, como Francia. Me
siento ahora orgulloso de cómo los catalanes (para mí siempre españoles, formen
o no parte del mismo Estado, que esa es otra cuestión) han sido capaces de
mantener y de hacer respetar su identidad y su lengua y su derecho a decidir.
Yo todavía confío en que el resto de España (a pesar del guirigay nacionalista
–en el mal sentido de la palabra: el que trata de imponer su nacionalismo a los
demás– de la izquierda y la derecha) seamos capaces finalmente de estar a su
altura”.
Jueves, 12 de septiembre
Desciendo por el pozo vertical, uno de los primeros
construidos en España, de las antiguas minas de carbón de Arnao, cerradas en
1915 y recientemente abiertas al público. Abiertas solo parcialmente: siguen
cerradas las galerías que discurrían por debajo del mar. Ahora es muy fácil
bajar, en un confortable ascensor, y las galerías que recorremos, de ladrillo,
parecen las de una bodega o la cripta de una iglesia. Pero en 1858, cuando las
recorrió Isabel II, la primera mujer que bajaba a una mina, no debieron ser tan
confortables. Fue la vez en que se alojó en el palacio de Ferrera y, ya sola en
sus habitaciones (el rey consorte, que la acompañaba, dormía en habitaciones
distintas) le dio por ponerse a cantar. La hermosa voz se oía a través de la
ventana abierta. Poco a poco se fue juntando gente en la plaza del Parche.
Cuando la canción cesó, sonaron los aplausos. La reina, sorprendida, se asomó
al balcón. No menos sorprendidos quedaron los curiosos al comprobar quién era
la cantante.
Igual de
sorprendidos quedarían los tiznados mineros al comprobar quién los visitaba,
alumbrada por candiles, y sin miedo a mancharse el vestido.
En el fondo
de la mina me encuentro con el fantasma de aquella reina castiza de la que
tanto se burló Valle-Inclán (pero yo me encuentro más cercano a la simpatía que
por ella sintió Galdós) y luego, en la Casona de Arnao, que fue la residencia del
director de la Real Compañía
Asturiana de Minas, con otros fantasmas. Está en un alto, consta de dos
edificios unidos por un corredor volado, delante tiene una palmera, detrás un
jardín, muy cerca el azul deslumbrante del mar, más azul que nunca esta hermosa
tarde todavía de verano. Está abandonada, con el suelo y los techos hundidos,
las paredes llenas de pintadas, parece el escenario propicio para una historia
de terror.
Y yo, de
pronto, me veo reflejado en ella. En mi salud, que siempre ha sido buena,
comienzan a aparecer las primeras goteras, las pejigueras de la edad. Y en este
caserón me veo a mí mismo, si no tal como soy, tal como seré dentro de pocos
años.
Me entra un
sudor frío, se nubla el cielo, el mar se vuelve negro. Me temo que la vida me
tiene mal acostumbrado. Me ha mimado demasiado. Al más mínimo contratiempo, me
vengo abajo.
Claro que
también me recupero con facilidad. Cuando escribo estas líneas, antes de
acostarme, después de ver si hay comentarios nuevos en mi blog, actualizar el
Facebook, leer un libro recién aparecido de Julio Camba, ver un episodio nuevo
de The Big Bang Theory y volver a ver
uno de los que prefiero, ya me he olvidado de mis negras obsesiones. ¿Que la
vejez llama a la puerta? Pues que vuelva más tarde. No pienso abrirla. Tendrá
que echar la puerta abajo.
Buena parte del día la pasé angustiado,
pero ese tiempo queda ya muy lejos, perdido para siempre “como el paso de
Aníbal por los Alpes”, que diría Borges. Yo me caigo de sueño. Creo que voy a
dormir como un bendito.
Quién me diera saber sobreponerme a los avatares como lo haces tú. Ánimo! Nunca le faltará la felicidad al que, como tú, sabe dónde buscarla. Un abrazo de tu amigo Ángel.
ResponderEliminarSolo comento la primera frase de la entrega de esta semana:
ResponderEliminar"¿Podré alguna vez interesarme por algo que no tenga que ver conmigo mismo? Me parece que no."
¿Acaso hay algo de lo humano que no tenga que ver contigo mismo? Recuerde el maestro García Martín, que tan buena memoria tiene y tan buenas lecturas nos proporciona, la famosa frase de Terencio.
Gracias, Ángel, gracias, Antonio, por vuestros generosos comentarios.
ResponderEliminarAunque ya se sabe que a mí lo que más me anima es discutir. A ver si tengo suerte y aparecen por aquí José Luis Piquero,F. o incluso ZuMo de Poesía.
JLGM
¡Qué gracia!, vernos citados. Pasamos por aquí, claro, pues le leemos todos los sábados tarde en la reunión de los Zumos, precisamente cuando se actualiza su Café. Pero esta vez no tengo ganas ni motivo para discutir. He visto las fotos del edificio ruinoso de la Compañía Asturiana de Minas y he recordado mi estancia en Moreda de Aller, hace unas semanas, pues visité instalaciones mineras abandonadas de la comarca (o concejo) de Mieres. Da mucha pena, y no tanto por el abandono de esos edificios y máquinas sino sobre todo por la gente que allí trabajaba y tenía su medio de vida. Se cerraron casi todas las minas porque no son rentables, más que por su agotamiento porque es más barato importar carbón de otros países. Y toda esa gente al paro. Comercios cerrados, casas en venta, decadencia de pueblos que tuvieron prosperidad en el pasado. Y para esas gentes hay algo peor que la pérdida del trabajo: la gran dificultad de encontrar otro. Si se es joven porque no tienes experiencia, y si se es mayor de 50 (o sea, en la flor de la vida) porque supuestamente estás achacoso..., el caso es que el paro es una cadena perpetua. Una no sabe, una tiene sólo sus dudas. Pero a veces me pregunto si no habría que hacer borrón y cuenta nueva: derogar nuestras leyes (laborales, mercantiles, tributarias, administrativas...) y poner en vigor las leyes alemanas u holandesas, de sitios donde apenas hay paro. Se dirá que es simplista, que es desconocer las-profundas-causas-del-problema etc... Bien, es posible, pero seguir así no es la solución, pues creer que algo va a cambiar haciendo las mismas cosas..., eso sí es engañarse. Vale, he largado un gran rollo pero hoy me he levantado con el pie reflexivo. Un cordial saludo a todos/as.
ResponderEliminarSandra Suárez
La situación de Arnao es distinta a la de otros lugares. Las minas de carbón se cerraron en 1915, por su peligrosidad (las galerías se inundaban) y su poca rentabilidad. Pero la empresa continuó dedicada al zinc. Lo único en ruinas es la casona del director. Y la mina se ha restaurado y convertido en museo.
EliminarJLGM
Sí, hoy no toca discutir, buen Martín: ¿cómo hacerlo ante el elogioso comentario que haces al film "El último concierto"?
ResponderEliminarPese a que el Cuarteto número 14 en Do sostenido, op. 131 , de Beethoven es un prodigio capaz de aliviar el tránsito de Shubert ("Después de esto ¿qué más se puede escribir?", dijo al escucharlo cuando se moría), no hay que olvidar que se trata de una película y en este caso hay que destacar el mérito de Yaron Zilberman, el director. Y de los soberbios actores, claro.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con el cine.
Este Opus 131 dura la friolera de 40 minutos sin pausa. En una secuencia del film se comenta la dificultad que ello supone para la afinación de los instrumentos (aquí en Gijón, con la humedad ambiente, sería un suplicio para los músicos). Pero la maestría hace que los dedos de los buenos intérpretes se apoyen a la altura adecuada del diapasón en cada momento.
Cosa harto difícil esa de emitir siempre la nota justa sin férulas ni trastes limitantes. Supongo que en algo así debe de consistir la libertad..., bien entendida.
Salute.
España es un Estado- Nación fallido. Aquí se sigue identificando " España " con tradicionalismo católico intolerante, castellanocentrismo, restos sociológicos coleantes pero fuertes de franquismo, flamenquito, tortilla de patatas, estilo cañí y jazmines en el pelo, toros, siesta y fútbol de " selección nacional ". Los catalanes hablan de su origen en una sociedad civil de diálogo, amplios consensos liberales burgueses horizontales, seny ( sensatez, cordura ) y voluntad democrática frente a una visión jerárquica, autoritaria y por la fuerza de " España".La verdad es que Rafael de Casanova no era un independendista catalán, sino un firme defensor de las libertades confederales ( las que había según la mentalidad del momento )de Cataluña dentro de la corona española española o hispánica,
ResponderEliminarel partidario por excelencia del Archiduque de Austria frente a Felipe de Anjou, y además murió, según se dice, " luchando por las libertades de Las Españas todas ". Sea como fuere, el fracaso territorial del Estado constitucional español del 78 adviene en època de recesión, endeudamiento colosal de la Generalitat, y apoyo masivo a la independencia de un nuevo perfil de secesionista catalán: castellanoparlante, menor de 50 años, afectado directamente por la recesión, cabreado, inmigrante de segunda generación de origen español castellanoparlante, como digo, y que ve en " resto de España " todos los males victimistas.
¿ Ha faltado explicar hasta la saciedad en que consistía la nueva convivencia democrática constitucionalista a partir de 1978: con su funcionamiento pragmático federal asimétrico o cuasiconfederal en los últimos años, su plurilingüismo implementado, desarrollado y ampliamente reconocido, con los privilegios otorgados a Cataluña en función de sus incesantes demandas, con sus " embajadas y delegaciones " ya abiertas en medio mundo ? Lo dudo. Lo que ha pasado es que " España " en plena globalización se fue quedando como una entidad vetusta y neoconservadora, con un paro del 27%, incapaz de tener de sí ad intra una imagen real, auténtica, vivificadora de su complejidad interna plurinacional, con cuatro idiomas que no son el castellano o español, con su propias culturas, etc . Se ha gestionado mal la plurinacionalidad del Estado español; en mi opinión, hasta el extremo de desconocer siempre lo que se ha hecho ( en clave ya centenaria ) y lo que se está haciendo en Cataluña, País Vasco, Galicia o Comunidad Valenciana., " simples accidentes, anécdotas " identitarias para la muy vetusta, tradicional, autoritaria y centralizada visión castellanocéntrica augusta, que nos lleva a la implosión.
España poliédrica, polifónica, pluralista y plurinacional federal legal ya, o no será,....
Sr. García Martín, aun estando cerca de su punto de vista, no puedo comprender cómo se puede " estar contento " de la amputación o secesión catalana, hecha con el dinero de todos, por gentes venidas de todas partes de la " madrastra " Espanya, poniéndose de manifiesto que triunfa la globalización fraccionadora de la naciones estado, el neofeudalismo, la falta de fraternidad ( tan característica ), en suma, de cuantos pueblos o naciones componen Una España que yo creía de suficiente calidad democrática para td@s.
Mi punto de vista es muy claro. La sociedad catalana se ha ganado el derecho a ser lo que quiera ser. Que los catalanes de hoy (pensara lo que pensara Casanova) sigan formando parte del Estado español, si así lo desean, y formen una nación independiente si esa es la decisión mayoritaria. Tan válida es una cosa como la otra. No hay amputación ninguna. Todo lo contrario. Solo se trata de diversas maneras de convivir Cataluña con el resto de España, y la mejor manera de convivir es la que se da sin imposiciones.
EliminarSi las cosas se hacen bien (y Calatuña sigue en la Unión Europea, como quieren Cataluña y Europa), ningún asturiano o gallego o andaluz notará ninguna diferencia cuando visite Barcelona, si llega a ser capital de una nación independiente. Y la lengua española seguirá tan presente como ahora (o más) en Cataluña; será una riqueza más de esa nación, no algo que todavía algunos tratan de imponer.
JLGM
Ya que JLGM desea discutir, pongo aquí enlace a un artículo de Javier Cercas que aparece en el suplemento de El País de hoy, y que expresa, sobre la cuestión catalana, un punto de vista distinto al suyo.
ResponderEliminarhttp://elpais.com/elpais/2013/09/13/eps/1379095000_774993.html
Conozco el punto de vista de Cercas, y obviamente disiento. Si alguna vez nos encontramos, me encantaría darle mis razones.
EliminarJLGM
Ya he leído el artículo de Cercas en "El País Semanal". Se estudiará algún día en las facultades de periodismo y de psicología para comprobar hasta qué punto el antinacionalismo (periférico) no favorece la actividad intelectual.
EliminarQué manera de razonar... Lo releeré porque no acabo de creérmelo. "Uno no puede decidir no pagar impuestos". Pues mucha gente decide no pagarlos, amigo Cercas, pregunta a los inspectores de Hacienda. Y luego, si los descubren, que se atengan a las consecuencias.
No sigo, no sigo. Un artículo de antología (del disparate), y eso no tiene nada que ver con la ideología de cada uno, sino con el simple respeto a los datos de la realidad y a las leyes de la lógica.
JLGM
No estoy muy seguro de entender lo que JLGM dice en esta respuesta. Cierto que uno puede decidir no pagar impuestos. Como puede decidir, por ejemplo, asesinar a su padre. O saltarse un semáforo en rojo, por recoger un ejemplo del propio Cercas. Lo que no puede es hacer todo eso legalmente. Lo que dice Cercas es que, si estamos efectivamente en un "Estado de Derecho" ("aquel que se rige por un sistema de leyes e instituciones ordenado en torno de una constitución, la cual es el fundamento jurídico de las autoridades y funcionarios, que se someten a las normas de ésta), hay que atenerse a los modos y cauces marcados por esa legalidad, y en particular por la constitución, como base del ordenamiento. Que además fue aprobada en su día por un 90,46% de los votantes catalanes, muchísimos más de los que aprobaron, por ejemplo, el actual Estatut, o de los que con toda probabilidad apoyarían la independencia, si se celebrara un referéndum sobre esa cuestión. Olvidarse de todo eso no sé yo si sería muy respetuoso con "los datos de la realidad y las leyes de la lógica"; depende de lo que cada uno entienda por realidad, por lógica y (sobre todo) por leyes.
EliminarNo se olvide -perdidos en la fronda de las leyes y de los prejuicios que no por consolidados dejan de ser injustos- que las leyes se han de acomodar al sentir y a la voluntad de las personas y no a la inversa. El pueblo (y los catalanes conforman uno) es soberano y debe prevalecer lo que ellos decidan.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, F.
ResponderEliminarJLGM
Indiscutiblemente si Catalunya se separa (bien separada) de Restospaña, la más beneficiada sería Aragón, que tendría, por fin, salida al mar.
ResponderEliminarSobre esta cuestión de la independencia de Cataluña, a mí, y de acuerdo con el viejo principio de que "no quieras para los demás lo que, en las mismas circunstancias, no querrías para ti", se me ocurre una manera de que los independentistas catalanes valoren el juicio que puede merecer una actitud suya. Como es sabido (creo que incluso aquí se ha mencionado alguna vez el tema), hay en la Vall d'Aran gente que quiere independizarse de Cataluña. Supongo que ahora mismo serán una minoría, pero eso puede cambiar con el tiempo. Sobre cualquier tema que al respecto se plantee, deberían preguntarse: si esto mismo lo plantearan los araneses para independizarse de Cataluña, ¿me parecería bien? Si la respuesta es sí, no veo que haya problema. Si la respuesta es no, entonces sí que lo hay. Un ejemplo: ¿me parecería bien que los araneses declarasen unilateralmente su independencia de Cataluña? Y así.
ResponderEliminar¿Y qué pasaría si la mayoría de los habitantes del barrio de Salamanca quisiera independizarse de Madrid? Ese el es tipo de razonamiento que emplean los que quieren ridiculizar el independentismo. Si esa situación se diera, ya veríamos como se resolvería.
ResponderEliminarYo no conozco qué pasa en el valle de Arán. No puedo opinar al respecto. Pero, sea cual sea su situación, eso no invalida el derecho de los catalanes (o de los andaluces o de los aragoneses) a decidir sobre su futuro.
JLGM
JLGM
Muchas gracias por la cita. Echaba de menos el Diario. Hilario.
ResponderEliminarNo, no se trata de que la situación aranesa invalide nada. Si JLGM, a quien este asunto parece poner algo nervioso, leyera de nuevo lo que yo decía, verá que simplemente propongo, a quienes tengan dudas sobre cualquier aspecto relacionado con la independencia de Cataluña (en particular si son catalanes, y más en particular si son independentistas), que se pregunten a sí mismos qué pensarían si quien propusiera eso mismo fueran los araneses, para independizarse de Cataluña. Dicho de otra forma, que intenten ponerse imaginativamente en el lugar del otro, para asegurarse así de que su respuesta (la que sea, yo no sugiero ninguna) depende de lo que les parezca justo, no del sesgo que dan, a aquello de que se trate, sus propios prejuicios. Yo, lo repito, no pretendo invalidar nada.
ResponderEliminarDe acuerdo. Siempre es bueno ponerse en lugar del otro.Y a mí no me pone especialmente nervioso este asunto (también propongo leer de nuevo lo que se dice en el blog). Todo lo contrario. Estos conflictos se han resuelto siempre a sangre y fuego, con víctimas y verdugos de un lado y otros. Ahora, a pesar de los excesos dialécticos, estamos siendo, de un lado y del otro, muy civilizados. Que siga así. Que las discrepancias se resuelvan con diálogo y acuerdos. Solo añadiría que los insultos y las descalificaciones a los que quieren irse no es el mejor sistema para que cambien de opinión.
ResponderEliminarJLGN
Tiene JLGM toda la razón. Y, lo que es más, lo que dice es tan importante que, al lado de ello, estas otras discusiones son menores. Civilización, diálogo, acuerdos, y nada de violencia.
ResponderEliminarReconocido todo esto, y repito (para que no haya dudas) que es, con muchísimo, lo más importante, le recordaría a JLGM que tampoco los insultos y descalificaciones por parte de los que quieren irse son el mejor sistema para intentar ese necesario diálogo.
Y que actitudes como la del sr. Mas no ayudan nada. Ya antes de recibir la famosa carta de Rajoy, explicaba cuál sería su actitud (de rechazo) ante "cualquier negativa" (literal) por parte del Gobierno español. Lo que es tanto como decir que no aceptaría, ya de entrada, otra cosa por parte de dicho Gobierno que un "sí, amo. Lo que usted mande". Curiosa manera de entender el diálogo, pienso yo.
Se puede discutir casi todo, pero no todo. Y una de las cosas que no se pueden discutir es la pregunta a los catalanes. Lo que se discute es el encaje de la consulta (que todos quieren que sea legal), no la consulta en si. Prohibir que los catalanes expresen su opinión sobre un tema que les afecta tan radicalmente no está entre las atribuciones del presidente de un gobierno democrático.
EliminarJLGM
Y los insultos descalifican a quienes los lanzan, defiendan la opinión que defiendan.
Ya ve JLGM, por el ejemplo que le he puesto de Cercas, que no todo el mundo piensa igual respecto a eso. Por lo demás, la carta de Rajoy (y la opinión, públicamente manifestada, de diversas personas, pertenecientes o no a partidos políticos) tampoco está de acuerdo; no da por hecho que la consulta sea cosa "indiscutible". (Ni, por cierto, ERC admite que lo sea "la pregunta a los catalanes"; por boca de su representante dijo, hace bien poco tiempo, que su deseo era que se preguntase no sólo a los catalanes, sino a todos los que forman parte de lo que los independentistas llaman los "Països Catalans" -no sé si lo escribo bien). De donde esa afirmación de que "no se puede discutir" es contraria a los hechos. Si, como dijimos antes, hay que ser respetuosos con "los datos de la realidad", no parece ésa la mejor manera. Yo creo, por el contrario, que sí se puede, y se debe, discutir. Por eso no me gustan las declaraciones de Mas que citaba. Haciendo un (malísimo) juego de palabras, yo diría que "están de Mas".
EliminarQuizá me expliqué mal: discutir, se puede discutir de todo, incluso de cualquier tonteria (ejemplos los vemos todos los días). Ahora bien, prohibir que los catalanes expresen su opinión sobre Cataluña es lo que me parece que no cabe en ningún Estado democrático (y si se quiere preguntar sobre Cataluña al resto de España o de los paises catalanes o de Europa o del mundo, pues muy bien, pero la opinión de los catalanes sobre Cataluña solo se puede saber si se les pregunta a ellos).
EliminarFuera de Cataluña se está muy seguro de qué cosa van a responder y por eso se trata de impedir la consulta y los intelectuales afines inventan todo tipo de sofismas para justificar esa injustificable prohibición (los sofismas de Cercas resultan especialmente llamativos).
Otra cosa es el efecto vinculante o no de esa consulta. La independencia (si ese fuera el deseo de los catalanes como en el resto de España dan ya por seguro y por eso tienen tanto miedo de preguntar) es un asunto complicado, que requiere muchas negociaciones y que no se puede llevar a cabo de un día para otro. Hoy en día no tiene encaje legal esa independencia (si es que los ciudadanos de Cataluña optan por ella), pero tampoco lo tenían los partidos políticas en la España que heredó (nunca mejor dicho) el rey Juan Carlos y no tardaron en modificarse las leyes para que fueran posibles. Lo mismo pasaría con la independencia de Cataluña si se optara por ella.
Y para saber que hay gente que no piensa como yo, amigo anónimo, no necesito que me envíes el artículo de Cercas. No soy catalán, no vivo en Cataluña, la mayoría de mis amigos no son catalanes, lo mismo que la mayoría de mis lectores: no es que no sepa que hay quien no piensa como yo, sino que, en este asunto, a veces pienso que soy el único español (no catalán) que piensa como yo.
JLGM
Pero de sobra sé que hay quienes coinciden conmigo: no a todo el mundo los prejuicios patrióticos (la educación recibida) le nublan el razonamiento. Porque todos ven el lavado de cerebro en el cerebro ajeno (la escuela catalana, los medios controlados por la Generalitat) y no en el propio.
Ni una cosa ni otra, como imagino que JLGM sabe de sobra. Ni todos los españoles no catalanes piensan lo contrario que usted, ni el hecho de que algunos lo hagan significa que "los prejuicios patrióticos le nublan el razonamiento".
EliminarEs el problema que yo veo a veces en lo que dice. Aunque parece que le cuesta admitirlo, se puede disentir de usted desde un razonamiento no viciado; su tendencia a creer que sólo el suyo no lo está, sí me parece a mí, en cambio, víctima de un cierto prejuicio. Todos podemos equivocarnos; y esa perogrullada no le excluye, como no me excluye a mí.
Respecto a que el resto de España dé por seguro el resultado, es cosa que yo no sé; ni tengo los medios para poder averiguarlo, ni una certeza como la suya en que lo que yo imagine tiene que coincidir por fuerza con la realidad. Yo, personalmente, no sé cuál podría ser ese resultado. Y Javier Cercas, en un artículo de Enero de este año, dice literalmente que "si en un referéndum celebrado el año que viene hay más de un 35% de votos en favor de la independencia, prometo vestir para siempre de lagarterana".
En todo caso, quienes ahora no están de acuerdo con el referéndum no lo estaban ya hace uno, dos, tres años, cuando ni los más optimistas partidarios del independentismo suponían que pudieran ganarlo si se celebraba entonces. (Mas lo dijo, en una entrevista en El País de hace un par de años). Así que no es sólo el "miedo", en contra de lo que supone, lo que les lleva a ese desacuerdo.
Resumiendo: puede pensar lo que quiera, faltaría más, pero decir que si alguien no piensa como usted es sólo porque "los prejuicios patrióticos le nublan el razonamiento" me parece bien poco democrático. Es de esencia de la democracia, justamente, el aceptar que otros puedan pensar de otra manera, y hacerlo con toda legitimidad.
No todos los que no piensan como yo lo hacen, por supuesto, porque "los prejuicios patrióticos le nublan el entendimiento". No, yo no soy tan tonto como para pensar eso. Todos no, pero bastantes sí (y especialmente en el tema que tratamos y especialmente un escritor tan valioso y tan lúcido en otros campos como Javier Cercas). Y yo tengo mis razones para pensar así. Analizo lo que los otros dicen, lo tengo muy en cuenta y me gusta rectificar. Pero hay cosas en las que es difícil no ser dogmático. Por ejemplo, hay quien puede pensar, aplicando estrictamente la gramática, que es un error decir "los profesores y las profesoras", que basta decir "los profesores" para incluir a los dos géneros ya que el masculino es el género no marcado en español. Yo acepto esa opinión, aunque soy de los que aplican, cuando lo creen conveniente, la duplicación. Pero nunca aceptaría que alguien me dijera que las mujeres tienen que tener menos derechos que los hombres; la igualdad en derechos y deberes entre hombres y mujeres es algo innegociable, al menos para mí. Pues del mismo tipo (no discutible, en democracia) es el derecho de los catalanes a decir lo que piensan sobre cualquier tema y a qué se les pregunte sobre las cosas que les afectan.
EliminarY en cuanto a que lo que piensan la mayoría de los españoles sobre Cataluña, se trata de una hipótesis mía, por supuesto. Pero algún fundamento tiene. Llevo muchas décadas leyendo los periódicos españoles (y las cartas al director en los periódicos, tan significativas del sentir popular) y sé como se ha tratado siempre el tema catalán. Con la boca chica, se dice que es una minoría la que quiere la independencia (ahora se dice menos), pero cuando se pide una consulta para dejar en evidencia a esa minoría se buscan todas las artimañas legales para evitarla. Si de verdad se piensa que se trata de una minoría, ¿qué mejor modo de dejarla en evidencia que preguntar a los catalanes qué piensan sobre el independentismo?
En fin, que mi anónimo comentarista tiene razón. Mis ideas son discutibles, como las de todos, y por eso yo procuro razonarlas de la mejor manera posible. Pero en ciertas creencias estoy bastante firme y me costaría modificarlas: en la igualdad de los seres humanos, blancos o negros, hombres o mujeres, o en el derecho de los pueblos --es decir, de los ciudadanos-- a decidir sobre su destino (de una manera ordenada por las leyes, claro, pero sin que esas leyes obstaculicen ese derecho fundamental).
Porque yo no hablo de Cataluña como un ente abstracto con unos derechos, sino de los ciudadanos que viven en Cataluña, hayan nacido donde hayan nacido y hablen castellano o catalán. Y exactamente los mismos derechos tienen los andaluces, solo que ellos --mayoritariamente, en su conjunto-- no tienen ningún interés en qué se les pregunte si quieren o no formar parte de España. Ellos se consideran España, sin discusión ninguna (aunque puede haber quien piense lo contrario, pero sin significación ninguna electoral).
JLGM
Me alegra ese reconocimiento del derecho del otro a disentir, y a hacerlo sin ser por eso necesariamente tonto o malo. Por lo demás, no creo que podamos convencernos mutuamente. "Los pueblos" son una abstracción; como ya recordé antes, Junqueras querría (y lo dijo públicamente) que los consultados fueran también los valencianos, baleares, etcétera. Y es que su concepto de "pueblo catalán" es ése. Parece obvio, sin embargo, que otros tienen una idea diferente; empezando por los propios valencianos o baleares, que muy mayoritariamente no parece que estén por la labor.
EliminarPor otra parte, ERC por ejemplo de ningún modo quiere oír hablar de otra posibilidad, para el referéndum que piden, que 2014. Entiéndase, el año del famoso "tricentenario". Siga entendiéndose, al final de todo un año de machacar, desde todas las instancias oficiales posibles de Cataluña, y bastantes no oficiales, propaganda independentista, con la excusa de dicho tricentenario. Si se piensa en las discusiones hasta por unos pocos segundos que se producen en la adjudicación de los espacios electorales, se entenderá la importancia que tiene esa propaganda de sentido único, y mantenida no unos pocos días, como en las campañas electorales, sino meses y meses. Yo supongo que a usted le parece que todo eso no tiene importancia. Si es así, ésa es una de las cosas en las que disentimos. Y no por "miedo": me parecería exactamente igual de injusto y antidemocrático si la propaganda de que hablo fuera a favor de la no independencia.
Los pueblos son una abstracción. Sí, como tantas cosas. Pero los ciudadanos de Cataluña no. Y es a ellos a los que se les quiere preguntar (y no dejan).
Eliminar"Junqueras querría que los preguntados fueran también los valencianos, baleares, etc." Yo no sé si lo querría o no, pero si lo quisiera haría un mal negocio: en Valencia y en Baleares está claro que los partidarios de la independencia de Cataluña son minoría (¡Y tan minoría! En Valencia hay mayoría absoluta del PP).
"La machacona propaganda independista". Qué cosas. ¿Y la propaganda en sentido contrario? ¿No se venden ABC, La Razón y todos los demás diarios españoles en Cataluña? ¿No se ve televisión española, no se escucha la Cope? Los catalanes reciben información --y propaganda-- en un sentido y en otro. Y optan, en un sentido o en otro. No los menospreciemos: serán independentistas, pero no son tontos.
Celebrar el tricentenario de 1714 es malo, y el dos de mayo, el 12 de octubre, tantas otras fiestas patrióticas ¿es bueno? Cada comunidad tiene derecho a conmemorar los hechos que considera relevantes de su historia, sea la toma de la Bastilla, la batalla de Covadonga o el descubrimiento de América.
JLGM
A mí no me parece mal que cada uno celebre las fiestas patrióticas que desee. Pero aquí se habló ya de la previsión para organizar, entre otros muchos actos, un simposio de título "España contra Cataluña". La información, a la que copio enlace, lleva los dos subtítulos siguientes: "Las jornadas se centran en describir la “represión” que ha sufrido la comunidad desde 1714 / Una conferencia lleva el lema: ‘La apoteosis del expolio: siglo XXI’". Los otros dos enlaces remiten igualmente a informaciones relacionadas con el tema, aparecidas, como la primera, en El País. Todas ellas son, por cierto, de autores catalanes.
EliminarYo sé bien que los catalanes no son tontos. Pero también sé que la publicidad institucional, y la que no lo es, tienen unos fines muy concretos, y que si en la publicidad, en general (no sólo en ésta), se gasta la millonada que se gasta a nivel mundial, es porque quienes la pagan esperan de ella un resultado de acuerdo con sus intereses.
¿De verdad no ve JLGM ningún sesgo deliberado en lo de "España contra Cataluña"? ¿Ni en lo de la "apoteosis del expolio"? ¿Ha visto que las otras fiestas patrióticas que cita se basen en una revisión de los presuntos agravios por parte del presunto enemigo, y no sólo de entonces, sino de ahora (recuerdo lo de "siglo XXI")?
Sé que cada uno ve lo que quiere ver; pero reconozco que la persistencia en no querer ver algunas cosas, me sorprende un poco.
http://politica.elpais.com/politica/2013/06/06/actualidad/1370549002_706729.html
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/05/05/catalunya/1367774391_057414.html
http://elpais.com/elpais/2013/07/09/opinion/1373398313_112249.html
No tiene sentido seguir discutiendo. La posición de cada uno me parece que está clara y los hipotéticos lectores de estos comentarios habrán formado ya su opinión.
EliminarEl 2 de mayo (fiesta de la comunidad de Madrid) se celebra el levantamiento de una parte de los españoles contra los franceses (que defendían el gobierno entonces legal). Pero los franceses ya no están en España, hace tiempo que desapareció el imperio de Napoleón. Sin embargo, la anómala --al entender de muchos catalanes-- situación de Cataluña continúa, la presusta o no "opresión" de España continúa, de ahí que ciertas celebraciones tengan connotaciones de actualidad.
La publicidad institucional --de cualquier institución, sea el gobierno de España o el de Galicia-- tiene siempre un cierto sesgo: no era la misma con Aznar que con Zapatero. Pero ese sesgo depende del voto de los ciudadanos. La publicidad institucional de la Generalitat tiene un determinado sesgo porque los ciudadanos de Cataluña decidieron votar mayoritariamente a las ideas políticas representas por Mas y Junqueras. Si hubieran votado a Sánchez-Camacho seguro que esa publicidad sería distinta. Y, por otra parte, y visto desde fuera (puedo, claro, equivocarme), da la impresión de que los políticos siguen a la mayoría social, y no al revés. Es lo que ocurre con Mas, por ejemplo, impulsado más que impulsor del actual movimiento independentista.
Y ahora ya dejo a mi amable comentarista, si así lo desea, la última palabra.
JLGM
Sólo para decir que agradezco de veras a JLGM su comprensión y paciencia, contestando una y otra vez del modo que lo hace a un desconocido. Y que, aunque efectivamente en esto nuestras ideas son bien distintas, es un placer encontrarse con alguien que, como él, procura incansablemente entender y entenderse. No sé si tiene razón en lo de que todos "estemos siendo, de un lado y de otro, muy civilizados"; sí sé que si todos, cada cual con sus ideas, fueran como él, ciertamente este país sería un lugar mucho más habitable, y nos hubiéramos ahorrado algunas barbaridades. Gracias.
EliminarPues no me queda más remedio que incumplir mi palabra y añadir: Gracias. Lo mismo digo.
EliminarJLGM
No me extraña que el valle de Arán quiera independizarse, so pretexto de que el aranés es lengua autóctona (en realidad creo que una variedad del catalán, como el valenciano o el mallorquín), porque tienen muy cerca Andorra (éste sí "Estado independiente"), que se las ha ingeniado para gozar de un gran nivel de vida a base de hacer "dúmping" fiscal (por lo que los productos son más baratos y españoles y franceses van a comprar allí; y muchas sociedades mercantiles -y deportistas profesionales- se nacionalizan andorranos para tributar mucho menos). O sea, una inmoralidad.
ResponderEliminarPero ante el sacrosanto derecho de autodeterminación debe postergarse cualquier consideración ética, de solidaridad, de justicia social, etc (¡qué monsergas, por Dios!).
Otro tanto pasa con Gibraltar y otros microestados que por razones históricas hay en el mundo, como Liechtesntein, islas Caimán, Singapur, etc.
Porque a eso lleva, finalmente, el asunto de la autodeterminación.
Es un tema aburrido que ahora se retoma, pero ya en el XIX sufrimos una movida similar, y Cartagena quiso independizarse... de Murcia.
Mis vecinos y yo podríamos declarar la independencia de nuestro edificio, y yo por mi parte me planteo la independencia de mi casita (y, ¿por qué no?, de mi cuarto de estar). Como en el anuncio de Ikea: "Bienvenido a la república independiente de tu casa".
Claro, es una reducción al absurdo, pero sirve para poner a los autodeterministas delante de sus insuperables contradicciones.
Además, a la postre estos argumentos no sirven de nada, pues lo que en verdad quieren es no compartir su riqueza con los demás: "To pa mí".
Es lógico que en conjunto los ciudadanos catalanes paguen más IRPF que los extremeños o manchegos, porque son más ricos y el sistema tributario es progresivo. Pero ¿a los autodeterministas les importa la progresividad, la solidaridad, la cohesión territorial, la justicia distributiva...? No, ellos son mononeuronales y ponen su disco rayado: "derecho a decidir", "derecho a decidir", "derecho a decidir"...
Que la gente de derechas actúe así puede entenderse, pero que supuestos izquierdistas (como Esquerra Republicana de Catalunya) sean independentistas es un insulto a la izquierda y un torpedo en la línea de flotación de la dignidad humana.
Pero, en fin, ya se sabe que el poder no cambia a la gente, simplemente les quita la máscara.
Aitor Suárez
Aitor, crees que José Luís García Martín, por poner un ejemplo que los dos conocemos y que parece estar a favor de que los catalanes decidamos sobre nuestro futuro político,es mononeuronal?.
EliminarVenga hombre, que este blog es extraordinario y no vamos ahora a bajar el nivel.
Un abrazo,
Marta
En otro tiempo, en México ¿ todavía? entre los caballeros aristócratas, incluyo a Salvador Díaz Mirón, había mucho de esa doble moral que describe el escritor Carlos Fuentes en Las Buenas Conciencias, una de sus mejores novelas, breve, pero profunda.
ResponderEliminarLa poesía no amansa a las fieras; ni maldita la falta que les hace..., determinada clase de mansedumbre. Cuando El Cristo dijo aquello de "Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra", a juzgar por su ejemplo, no estaba predicando la corrección política.
ResponderEliminarDíaz Mirón, poeta de armas tomar contra la necedad, si se pasó un pelín, tiene todo el derecho al benévolo juicio de los dioses; y más si en las alegaciones se incluye el hermoso poema: "Semejante al nocturno peregrino"...
Que lo de mononeuronal es una forma de hablar, leches, que todo el mundo sabe que hasta las lombrices tienen muchas neuronas, cuánto más los vertebrados mamíferos superiores. Pero que esto ya se sale de madre y además no lo merece, porque estamos discutiendo de principios casi filosóficos como ¿tiene derecho un pueblo a elegir su destino? etc y nos estamos dejando tomar el pelo.
ResponderEliminarSí, porque estamos favoreciendo que se disfrace de nobles principios dialécticos lo que no es sino un tema de intereses económicos: de que una región más rica que las demás no quiere que su riqueza se comparta y redistribuya, ni siquiera parcialmente. Y eso explica que el señor Mas haya dicho que la salida para dar marcha atrás en su propuesta soberanista es reformar el sistema de financiación (a la vasca, o sea, un sistema de "cupo").
Así que de verdad no merece todo este dispendio de argumentos conceptuales y teóricos cuando al final es una cuestión de pasta gansa.
He escrito antes que nos estamos dejando tomar el pelo, y quizá debería haber escrito la pela.
Y ya no sigo. (Aprendo de mis interlocutores aunque pueda discrepar de ellos, pero renuncio a seguir el debate). Bye bye.
Aitor Suárez
Me encanta tu bitácora, a la que he llegado por casualidad. Un saludo,
ResponderEliminarGracias. Sem. Y no todo es cuestión de dinero, amigo Aitor. Sin que eso quiera decir que el dinero --quién recauda el dinero y quién lo administra-- no sea importante: sin sinero no escuela ni sanidad publicas.
ResponderEliminarJLGM
Sin sinero > sin synero > ¿sin Synera? > ¡sin Espanya!
EliminarHabría que, huyendo de nacionalismos trasnochados, extremistas y anticuados, convertir a " España " en sinónimo de lo mejor. No de topicazos y " leyendas negras ". Ni catalanes ni vascos quieren ser españoles porque, digamos la verdad, les parece una denominación sin categoría suficiente para abrazarles, representarles; algo " inferior " a la propia entidad nacional subestatal de EuskalHerría o Catalunya. Hay mucho de sentimiento de superioridad, desprecio hacia los lazos comunes ( ahora considerados cadenas y grilletes ) e impostación victimista de "opresión". Creo que España no se puede reducir a la lengua castellana o española y sus territorios originarios y de reconquista castellana ( antiguos Reinos de León, por supuesto Castilla, y Andalucía). España, creía yo, que era "la protección de todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones ", todo ello en el marco de " una sociedad democrática avanzada ".No una mera superestructura estatal sobre la primigenia inocencia aborigen de unos pueblos inocentes desde el inicio de los tiempos, sometidos a opresión, exterminio cultural y colonización por Castilla o España: ¿ una invención del 1898, ahora renovado "?
ResponderEliminarUn abrazo fraterno.
Pero hay que respetar, amigo anónimo, los deseos de los demás, aunque no coincidan con los nuestros ni nos parezcan lo mejor para ellos. Si una mayoría cualificada de catalanes quiere dejar de formar parte de España, deberíamos ponernos a negociar la manera de que eso sea posible con el menor perjuicio para ambas partes. Y si pensamos que eso no es lo mejor para ninguna de las partes, hacer civilizada campaña para intentar que cambien de opinión. Amenazar no parece que sea lo que vaya a dar el mejor resultado.
ResponderEliminarJLGM
DEBATES Y LÁGRIMAS. “La gente los mira / con ojos que se preguntan cuándo…” Cerca de las últimas cosas, las lágrimas agradecidas sientan mejor; los debates, más bien para los de “toda la vida por delante”. De nuevo nada naturalmente, el ánimo lo necesitan los más jóvenes, mucho más que los menos; suerte, me temo que también.
ResponderEliminarEs curioso, he leído todos los comentarios, uno a uno, para ver si estaba equivocado. Si bien uno al comienzo hizo referencia al tema de la salud de JLGM por el texto «La reina y yo», me ha llamado la atención que todos los demás se centraran solo en el texto La cuestión catalana lo cual viene a demostrar —según mi humilde opinión— la importancia de dicha cuestión para todos, catalanes o no.
ResponderEliminarEso sí, es de agradecer a los comentaristas, como al “propietario” del blog, que hayan tratado el tema de forma no beligerante, aun no compartiendo las mismas ideas. En mis pequeñas reflexiones me inclino más hacia las ideas y opiniones vertidas por el profesor (“Maestro” para los escribidores, como quien garabatea estas líneas) que las del otro contertulio, anónimo. Si bien, también estaría de acuerdo en algunos comentarios, muy concretos.
Mi duda, pregunta, o súplica —según se mire— está dirigida al “Maestro” por su texto Mala costumbre: ¿Existe o existirá alguna opción de que usted lea un poemario de una autora (escribidora) que no sea amiga, ni haya sido publicada por una editorial importante, ni esté en condiciones de devolverle los favores?
Un saludo,
A vuela pluma
Creo que en "Mala costumbre" no se habla de "leer", sino de elogiar. Lo segundo es una forma de cortesía que no cuesta nada. Yo la practico mucho en privado (en público todavía no soy capaz de elogiar un libro que me parece malo, lo haya escrito un amigo mío, Fernando Savater o el lucero del alba). Leer es otra cosa. Yo por obligación solo leo los trabajos de mis alumnos (o los libros preseleccionados en un premio de cuyo jurado forme parte. no suele ocurrir más que una vez al año). Leer es un placer.
ResponderEliminarJLGM