Sábado, 16 de mayo
VOLVER Y BULOS
Después de más de dos meses, por fin puedo volver a Avilés. Dejé de vivir allí de manera permanente en 1982, pero desde entonces raro es el fin de semana que no he vuelto. Los soportales de Rivero y de Galiana, el esplendor primaveral del parque de Ferrera, el paseo de la ría, un café en una de las terrazas frente al Ayuntamiento… Un paseo solitario en el que tengo la impresión de los rincones de siempre se alegran de volver a verme y me acarician sin importarles las normas para evitar los contagios.
Tras estos dos meses que han durado mucho más de dos meses, sienta bien
una bocanada de felicidad.
Felicidad del reencuentro, a la que
se añade el misterio de un encuentro. Conozco por fin a Coral, mi primera
sobrina nieta, que ayer cumplió un mes. Los bebés siempre me han fascinado, tan
frágiles, tan exigentes, parecen seres de otra especie mejor que la nuestra.“Quien no ha conocido el Antiguo Régimen no sabe lo que es la dulzura de vivir”, afirmó Talleyrand. A mí me dan ganas de parafrasear esa frase, pensando en Coral y en los niños que nacen ahora: “Quien solo ha conocido la nueva normalidad no sabe lo que es la dulzura de vivir”.
¿Te dejarán ir a la escuela, querida Coral? ¿Te dejarán jugar con los otros niños? ¿Te pondrán mascarilla en cuanto pises la calle?
De momento, me entero que el jefe del gobierno ha decidido pedir una nueva prórroga del estado de alarma, esta vez por un mes. “No querías caldo, pues toma tres tazas”, parece decirles a los de la cacerolada
Me cuentan que, como todo depende de lo que decidan los independentistas catalanes, ya le ha dicho a Gabriel Rufián que para conseguir su abstención está dispuesto a todo, hasta a ir a Waterloo a llevarle al president huido un ramo de rosas. Sospecho que será un bulo, que no llegará a tanto, entre otras cosas porque a los de ERC no se les ocurriría pedir tal cosa.
Un bulo parece también lo que me cuentan de Adrián Barbón y las mascarillas. Como está empeñado en dejarse de contemplaciones y, si es preciso, poner un policía en cada portal para que nadie salga a la calle sin ellas, le dijeron que, al menos, para poder consumir en las cafeterías la gente tendría que quitárselas, o ponérselas y quitárselas a cada sorbo de cerveza.
---¡Ya he pensado en eso! --parece que respondió--. Estamos experimentando un prototipo que evitará que los ciudadanos cometan la imprudencia de quitarse la mascarilla para comer o beber en un lugar público. Son unas mascarillas con un tubo flexible de material muy ligero que termina en un pequeño embudo. Se vierte por ahí el café o el licor y ya se puede consumir con todas las garantías sanitarias.
Sospecho que se trata solo de un bulo para poner en ridículo a nuestro presidente, como si él solo no se pusiera ya bastante. ¡La de miles de muerte que hemos evitado –se vanagloria, y esto es rigurosamente cierto-- impidiendo que el rebaño se inmunice!
Domingo, 17 de mayo
ALERTA, LIBROS
Soleado domingo. Subo hasta el Fontán, paseo por la plaza vacía, compro el periódico y me siento a leerlo en la terraza del Dos de Azúcar. Por un momento, mientras leo, me parece que han vuelto los buenos días perdidos.
Pero la realidad no deja que me olvide de que vivimos en el Reino de la Estupidez, como tituló Jorge de Sena uno de sus libros. Un noticia de media página nos informa de que los periódicos no transmiten el virus, que pueden compartirse con la familia, pasárselo un cliente a otro en la mesa del bar. La fuente parece ser la Organización Mundial de la Salud. Muy bien, por eso los periódicos, desde el comienzo del estado de alarma, se venden libremente no solo en los quioscos, también en los supermercados. ¡Ya podrían imprimirse los libros en papel de periódico! Leo que, en las bibliotecas públicas, todavía cerradas pero abiertas ya para el servicio de préstamo, los libros devueltos han de pasar una cuarentena de dos semanas antes de poder volver a prestarse.
No sé si es una ofensa al libro o un homenaje (bueno, de sobra sé que es una estupidez más de nuestras autoridades). Creo que fue Walt Whitman el que, a propósito de sus Hojas de hierba, dijo aquello de “quien toca este libro no toca un libro, toca un hombre”.
Nuestras beneméritas autoridades sanitarias –en qué manos estamos, Dios mío— parece que se lo han tomado al pie de la letra: quien toca un periódico toca tinta y papel, pero quien toca un libro toca a un ser humano, con el inmenso riesgo para la salud que eso implica.
Lunes, 18 de mayo
ME SUMO A LA PROTESTA
Al pasar por la plaza de Evaristo San Miguel, me encuentro a media docena de manifestantes envueltos en la bandera de España y a docena y media de policías en tres furgones rodeándolos a cierta distancia.
No lo comento con nadie, para que no se enfaden mis amigos, pero lo que ellos hacen ahora, yo lo hago desde el principio, aunque mi cacerola sea de papel –pero papel del bueno, del que no contagia, no como el de los libros-- y se oiga poco.
----¡Estás con la extrema derecha!, se escandaliza José Luis Piquero.
----En este punto, en el de la defensa de las libertades conculcadas
gratuita y caprichosamente por el estado de alarma, sí. Y me alegra mucho que
al menos haya alguien que no baje sumisamente la cabeza ante cualquier
ocurrencia de unos políticos a quienes la responsabilidad de gobernar parece
que les ha venido demasiado grande.
Martes, 19 de mayo
CASTRATI
En el Parque de Invierno, rodeado de verdor y con las crestas del Aramo al fondo, tras un largo paseo iniciado puntualmente a las ocho de la tarde, charlo apaciblemente con un amigo que tiene la buena costumbre, que a mí tanto me cuesta adquirir, de hablar poco y escuchar mucho.
----La realidad acostumbra a confirmar nuestros prejuicios. También la prensa, sea la tradicional y presuntamente seria o esas noticias que se difunden por Facebook o WhatsApp sin saber muy bien de dónde provienen. Por eso yo me pongo alerta cuando un artículo me da la razón y lo reviso una y otra vez. ¿Se trata de una noticia o de una opinión que coincide con la mía? Leo esta mañana en El País un artículo con este titular: “La democracia es más eficaz que la autocracia ante el virus”. Como resulta demasiado frecuente, el artículo desmiente al titular, que es lo único que lee la mayoría. El artículo habla de un estudio de la Universidad de Oxford sobre las medidas de restricción de libertad que se han aplicado en los distintos países con motivo de la epidemia. Analizan las medidas sobre la restricción de movimiento creando un índice de severidad (España está en uno de los lugares más altos) y luego comprueban –según los índices de movilidad local que ha publicado Google en 111 países—la efectividad con que se han llevado a cabo esas medidas (España es también uno de los países donde mayor ha sido la efectividad). El propio artículo señala que los autores del estudio han tenido buen cuidado de subrayar que “revisa la eficacia política para frenar los movimientos, no los contagios”. Haría falta otro estudio riguroso que comparara el número de contagios y de muertes en relación con la población. Por lo que sabemos hasta ahora, España ocupa uno de los primeros lugares en Europa (por ejemplo, Francia, uno de los países más afectados por la pandemia, tiene 431 fallecidos por millón de habitantes y España 591). Llevo tiempo repitiendo que a los españoles se nos confinó de la manera más severa posible y se nos protegió de la enfermedad de la manera menos eficaz posible. Los hechos parece que me van dando la razón. Pero no me fío. Digo esto con mucha cautela, a la espera de nuevos estudios desapasionados y rigurosos.
----¿O sea que tú crees que el gobierno de Pedro Sánchez, apoyado en expertos como Fernando Simón, ha fracaso estrepitosamente?
----Creo que ha causado con sus medidas tanto o más daño que la propia enfermedad.
----¡Qué cosas dices, Martín! Pareces Isabel Díaz Ayuso.
----Son las paradojas de la situación. La derecha se ha portado mejor en esta crisis que la izquierda, que no se ha atrevido a alzar la voz contra medidas ineficaces y bárbaras (encerrar a los niños en casa durante mes y medio sin permitirles siquiera asomarse a la puerta, no dejar a la gente pasear sola durante breve tiempo por lugares solitarios si no iban acompañados de un perro), castrada Izquierda Única por Podemos y Podemos por su entrada en el gobierno.
----¿Y tú crees que Rajoy lo habría hecho mejor?
----No sé. Ahora estará dando gracias al cielo por el resultado de la moción de censura y pagando con gusto la multa que le pone Marlaska por haberse atrevido a hacer ejercicio a solas en los alrededores de su casa (por cierto, a este Marlaska ya se le ve menos, parece que lo han escondido avergonzados). Lo que sí sé es que, en esta crisis, la izquierda habría defendido mejor las libertades ciudadanas estando en la oposición.
Miércoles, 20 de mayo
NOS FALLARON
Leo el reportaje de Oriol Güell, tras haber podido consultar las actas:
“El virus se está expandiendo por Europa, pero los sistemas sanitarios no lo
detectan. La razón es que la definición del caso, los criterios que debe
cumplir una persona para que le hagan pruebas, establecen que debe haber
viajado a Wuhan. Esto hace que ninguna persona con síntomas sea sometida a
pruebas. Tampoco los pacientes ingresados en las UCI con neumonías de origen desconocido”.
No se puede culpar a los políticos
de confiar en autoridades sanitarias que luego se comprobó que no eran nada fiables
(la Organización Mundial de la Salud en primer lugar). Pero sí se puede culpar
a Pedro Sánchez de haber mantenido al frente de la lucha contra la pandemia a
un Fernando Simón que no fue capaz de verla venir (ni de verla cuando ya estaba
aquí) y de no tomar a tiempo las medidas necesarias (que no eran, insisto,
encerrar a la gente con un rigor que no se dio en ninguna otra democracia).
Quizá el propio Fernando Simón debería haber dimitido avergonzado.
Jueves, 21 de mayo
VIAJES EN TREN
Todas las noches, antes de irme a la cama, acompaño a Michael Portillo en sus viajes en tren por el nuevo y el viejo mundo. Disfruto cuando ese viaje ya lo he hecho yo y cuando me lleva por lugares que estoy deseando recorrer.
Yo también, como él con su guía Bradshaw, me he hecho acompañar a
menudo con una guía de otro tiempo. Recuerdo que buena parte del norte de
Italia lo recorrí con un Baedeker de 1932, contraponiendo la Italia fascista
con la que yo veía. Me gusta viajar en el tiempo tanto como en el espacio.
Los viajes en tren en la realidad
son bastante menos divertidos que en los libros, en las películas o en las
series de televisión. Pero hasta las tres horas son mi medio de transporte
favorito. Recuerdo el último, en enero de este año, pero que ya me parece de
hace siglos. Amanecí en Praga, un domingo soleado, paseé por la orillas del
Moldaba, recordé a Vladimir Holan en la isla de Kampa, desayuné en el Slavia, tomé
el tren en una estación como las de antes, con sus cariátides y sus alegorías y
sus arabescos modernistas, y terminé el día en Viena.
El tren tenía un vagón
restaurante, donde uno podía sentarse y ser servido por camareros mientras por
la ventanilla desfilaba el paisaje centroeuropeo. “Hacía años que no disfrutaba
de un lujo así”, le dije a los amigos que me acompañaban. “Yo creo que desde
que viajé en el Lusitania Express, aquel tren que unía París con Lisboa y en el
que los portugueses, según cuenta Eça de Queirós, corrían la cortinilla al
dejar Portugal y no la volvía a abrir hasta que no llegaban a Hendaya”.
¡Los viajes en tren! Venecia-Padua
en poco más de media hora, Roma-Nápoles en dos horas, Florencia-Perugia en una
hora… Esos son los que me vienen a la memoria. Cierro los ojos, mientras llega
el sueño, y me bajo del tren en la caótica Piazza Garibaldi. Subo al metro y a
los pocos minutos estoy en Via Toledo. ¿Hacia dónde voy ahora? ¿Hasta Piazza
Dante para hojear los libros viejos de Port’Alba? ¿Hacia el Palazzo Reale y
luego hasta el lungomare y el Castell dell’Ovo? Tengo un día entero
para acariciar la ciudad, comer en la pizzería de siempre en Via dei Tribunali
y luego volver a Roma en el último tren.
En estas cosas me entretengo mientras llega plácidamente el sueño.
Viernes, 22 de mayo
MALA HIERBA
Las malas hierbas tienen mala fama, como su propio nombre indica, pero yo me estoy aficionando cada vez más a ellas.
El césped peinado y repeinado de Santullano, que es el que tengo al lado de casa, contrasta con el alboroto vegetal al otro lado de la alambrada que lo separa de la autopista. Allí las hierbas crecen libres, nadie se ocupa de ellas, y resulta fascinante su inagotable abigarramiento.
Las malas hierbas no tienen nada que ver con la mala gente, son solo las que crecen libres, como a mí me gusta vivir, sin más amo que la voz de mi conciencia.
Si no se puede andar todo lo que uno quiere, siempre cabe la posibilidad de voxear; váyase un ejercicio por el otro.
ResponderEliminarSe comprende.
"Este gobierno ha tratado a los españoles como a niños y a los niños peor que los perros", es una afirmación que yo he repetido una y otra vez. ¿Y a quién se la escucho hoy? No precisamente a ningún dirigente de la izquierda. Indague y sabrá con qué político estoy de acuerdo en ese punto, lo cual no quiere decir que esté de acuerdo en algo más, señor anónimo enmascarado (ya estoy incumpliendo mi propósito de no dejar pasar a quien no se atreva a firmar sus ocurrencias).
ResponderEliminar"Este gobierno ha tratado a los españoles como a niños y a los niños peor que los perros". Esto es una necedad, dígala Armagedón o su porquero.
Eliminar¿Una necedad, don Dionisio? A los niños no se les dejó ni asomarse a la puerta de casa durante mes y medio y a los perros salir acompañados de su dueño varias veces al día. Y no había ninguna razón sanitaria para que los niños, de uno en uno y acompañados de un progenitor, no pudieran salir durante un rato a respirar aire puro, como en Francia, como en Alemania, como en Holanda, como en cualquier país civilizado. Y que a los españoles se les ha tratado como a niños, o peor, como a retrasados mentales, no me parece que haya muchas dudas: en lo peor de la pandemia no se obligó a usar mascarillas (incluso se dijo que eran desaconsejables porque daban una falsa sensación de seguridad) y, cuando esta remite, se declaran obligatorias. Y todo al parecer porque, cuando eran más necesarias, no las había.
EliminarEn fin, que si no nos ha tratado como a niños, nos ha tratados como si todos fuéramos Dionisios García.
"a los españoles se les ha tratado como a niños, o peor, como a retrasados mentales [… y] si no [se] nos ha tratado como a niños, [se] nos ha tratado como si todos fuéramos Dionisios García".
Eliminar¿Cabe mayor villanía en un comentario? No es probable, pero sí posible, aunque reservada a algunos José Luises García Martín.
Si hay ofensa, es involuntaria y pido disculpas. Lo que sí reconozco es que a veces soy demasiado expresivo.
EliminarSe aceptan las disculpas.
EliminarGracias.
EliminarDios mío, eres como los negacionistas del cambio climático, como los anti-vacunas, como los conspiranoicos del 11-S. No te reconozco, Martín. Cómo has llegado a esto...
ResponderEliminar¿Y qué es lo que yo niego, sabio amigo, de qué vacuna estoy yo en contra, en qué oscura conspiración creo? Ya me contarás.
ResponderEliminarEran ejemplos de un modo de pensar, el propio de los conspiracionistas, negacionistas, etc. Te comportas como cualquiera de esos. Peor: haces altavoz a la ultraderecha y su pesca en río revuelto. Evidentemente, todo se pudo hacer mejor y algunas cosas podían haber sido distintas. Pero hemos pasado en un mes y medio de 600 muertos a 60, se han puesto en funcionamientos millones de euros en ayudas, etc. No se han conculcado las libertades de nadie (lee el artículo de Rodríguez Zapatero en El País), porque un estado de alarma está perfectamente regulado en la Constitución y ha contado con las legítimas mayorías parlamentarias. En fin, me aburre ponerme a razonar. Tú estás en plan hooligan porque te han jodido tu café diario y estar con tu ahijado, pero en realidad te has hecho eco de las peores estrategias de la ultraderecha, que hubieran avergonzado al Martín de no hace tantos años. Te has convertido en una especie de jubilado iracundo que se complace en gruñir y llevar la contraria, aunque tu llevar la contraria te una a los buitres que han hecho política con los muertos. No te reconozco y hasta me preocupa, porque tú solías discernir entre la gente que hacía cosas y la gente que procuraba que las cosas fueran mal. A menudo o casi siempre no te reconozco. Me gustaría que recuperases la mirada amplia que tenías. No sé...
EliminarDeberías leerme con más atención, Piquero. Yo no he criticado lo que se ha hecho bien, sino lo que se ha hecho mal, muy mal, estúpidamente mal (encerrar a los niños, no dejar salir a la gente sola y con la distancia pertinente). Y justificarlo con los muertos me parece --con perdón-- una tontería, ya que más bien demuestra lo contrario: en Alemania se actuó como yo propugné desde el principio y en lugar de treinta mil muertos tuvieron tres mil (y con muchos más habitantes). La epidemia, tanto esta como cualquier otra, alcanza un máximo, lo que llaman un "pico", y luego decrece, se confine o no.
EliminarLo de la ultraderecha me trae sin cuidado, ya te dije que si yo soy vegetariano no voy a dejar de serlo porque Hitler también lo fuera. Y te recuerdo que yo no protestaba por mí, que he trabajado fuera de casa todos los días, que he aprovechado todos los resquicios de libertad (ir a comprar diariamente el periódico entre ellos), sino por los demás: por familias encerradas en unos pocos metros cuadrados (y sin luz natural), etc, etc. He protestado por el daño que se ha hecho a la salud de muchos españoles sin por ello disminuir los contagios por la epidemia (la mayoría se produjeron en las residencias de ancianos y en los hospitales por no dar medidas de protección a los sanitarios, no en las calles). Pero no insisto. Ya te enterarás cuando se levante el estado de alarma (de aplicación dudosamente constitucional, ya veremos lo que dice el tribunal) y empiecen a oírse otras opiniones distintas de la papilla oficialista.
Mira, deja en paz Alemania, que ya se sabrá cómo ha sido allí. En Suecia fueron por el mismo camino y están al borde del colapso. Lo que se trata en España es que se siguieron todas las recomendaciones científicas y el resultado es el que vemos: de 600 muertos a 60 en un mes. Si el experto hubieras sido tú hoy tendríamos 1.000 muertos diarios o más. Que el encierro no benefició a nadie ya lo sabemos, que hundió la economía, pues claro, que podía haberse hecho con otras pautas pues a lo mejor. En esta crisis nadie nació sabiendo. Pero tú te has unido a los negacionistas, a los que decían que se tardó en actuar pero que se tarda en aflojar, a los que van a conseguir que haya un rebrote. Dices "el daño que se ha hecho a la salud de los españoles"... Las muertes que se han evitado a los españoles, respondo. La eficacia de las medidas que se tomaron son patentes. Cifras, Martín. Te has vuelto un hooligan de la clase media molesta y enfadada de este país (y la rica aún más molesta y enfadada). Me conmueve la gente que se ha encerrado con responsabilidad y se ha jodido. No los que se sienten molestos porque les han quitado sus pequeñas rutinas y comodidades. Insisto, no te reconozco ni a ti ni a tu trazo grueso, trazo que espero de Vox pero no de alguien que solía ver los matices. Dices que esperas a que se oiga otra versión que no sea la oficialista. ¿Perdona? ¿Se ha censurado? ¡Pero si la ultraderecha y sus medios (con tu aplauso) no han parado! ¿Me quieres decir cuándo se ha censurado otras opiniones? Me parece que no has leído, como yo, el ABC, el inMundo o La Razón. Parece que hablas de un país en estado de sitio. Insisto: lee el artículo de Zapatero sobre el estado de alarma. Nada se ha hecho fuera de la Constitución. Los medios de la caverna se han despachado a gusto (con gente como tú haciéndoles altavoz) y ha sido vomitivo. Si quieres ejemplos los doy. Es que me parto. "ya te enterarás cuando se levante el estado de alarma", como si fuera la suspensión de todos los derechos y libertades y la gente no hubiera podido opinar, criticar, decir, mentir y lo que hubieran querido. Mira, Martín, o mientes o estás obcedado. "Sin por ello disminuir los contagios". De 600 a 60 en un mes, Martín. Estoy muy decepcionado contigo, me cuesta trabajo leer algunas cosas que dices. En fin, ya está. Tú sigue a lo tuyo.
EliminarCasi lo más tonto que dices es eso de que cuando se levante el estado de alarme empezarán a oírse “opiniones distintas” de la "papilla oficialista". De verdad, es que me tengo que reír, después de jartarme de oír las “opiniones distintas” del PP y Vox en el Congreso casi a diario y la demolición programada de los medios de la caverna a diario. ¿De verdad quieres dar a entender que ha habido alguna censura gubernamental amparada en el estado de alarma y los periódicos no han podido publicar lo que han querido? Me meo, de verdad. Te recomiendo, si tienes estómago, leer y buscar hemeroteca de La Razón, el Mundo, OK Diario, ABC. No, tienes razón, no ha habido opiniones distintas, nadie ha levantado la voz, todos han dicho amén... Martín. Estás fuera de la realidad y no te ves.
EliminarAmigo Piquero, tú a mí, en cambio, no me decepcionas. Conozco de sobra tu manera de razonar.
EliminarEn Suecia no fueron por el mismo camino de Alemania. No hicieron cuarentena, y los muertos, incluso en proporción con el número de habitantes, fueron menos que en España. En Alemania sí hicieron cuarentena, pero racional, dañando lo mínimo la salud (se permitía y se alentaba a salir a los parques guardando las distancias) y las libertades. Y los muertos, en proporción, fueron cinco o seis veces menos que en España. Y no digas que ya veremos lo que pasó en Alemania: se trata de una democracia, no es China, ahí los datos son públicos.
Y yo nunca me he metido en política, no he apoyado las críticas del PP ni las de ningún otro partido. He criticado desde la razón. He retado a cualquier especialista a que justifique que se pudiera salir con un perro y no solo, que se abrieran los quioscos y no las librerías (o ahora los bares y no las bibliotecas), que no se permitiera durante mes y medio a los niños asomar la nariz a la calle. Esas cosas he criticado, no si se tardaron en tomar medidas. El PP votó a favor de la primera prórroga. No debería haberlo hecho sin antes exigir que se eliminaran las medidas arbitrarias que acompañaban a las sanitarias. Y yo, que salía legalmente a la calle todos los días, he visto cómo actuaban las fuerzas del orden en las primeras semanas contra quienes no contravenían ninguna norma sanitaria (y cómo ahora no intervienen contra quienes sí lo hacen). De esas cosas hablo yo y no de las peleas políticas. De racionalidad y derechos humanos. Tienes que leer, releer lo que digo, sin anteojeras, procurando entender, o no leer y simplemente no comentar lo que no acabas de entender.
Yo juego en otra liga que tú, amigo Piquero. No soy hincha de ningún equipo, critico las malas jugadas las haga el equipo que las haga.
Y no te preocupes, que no todos los países han actuado igual y cuando esto acabe, dentro de poco, se hará el balance de las medidas que se tomaron y de la eficacia que tuvieron. Entonces hablaremos. No ahora, que tú puedes decir que se evitaron mil, dos mil o cien mil muertos: eso no hay manera de comprobarlo. Solo la comparación nos permite medir la eficacia.
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ResponderEliminarSr. García Martín, ¿no le preocupa a usted el hecho de que la idea central y casi única de sus Diarios sea la de que en todo y siempre tiene usted la razón? Leídos de semana en semana esa idea salta a la vista de cualquier lector medio atento. Leídos en libro debe de convertirse en una idea agobiante para los lectores. Y si un día se publican sus Diarios Completos, podría llegar a ser una idea fatal para ellos.
ResponderEliminarEn cualquier caso, si alguien un día hace de usted una biografía, el título será evidente: "José Luis García Martín. El hombre que tenía siempre la razón."
Pues no, señor, no me preocupa. ¡La de veces que habré yo rectificado desmentido por la realidad! Como ya he publicado más de veinte tomos del diario cualquiera puede comprobarlo. Y en este mismo tomo todavía en marcha no tiene usted más que leer mi alegría, a comienzos de enero, cuando por fin salió investido Pedro Sánchez presidente, y lo que dije de él dos meses después. Me esfuerzo por buscar la verdad, por no dejarme engañar, y cuando me equivoco (errarem humanum est) rectifico nada más descubrir el error.
EliminarEstimado Sr. García Martín,
ResponderEliminarleyendo sus textos me vienen a la cabeza dos frases; una atribuida a Orwell que rezaba: "In a time of universal deceit, telling the truth is a revolutionary act" y otra de Quevedo: "Donde hay poca justicia es un peligro tener razón". Creo que se podrían resumir en una "En tiempos de engaño universal, es un peligro tener razón".
Saludos,
No es cierto que García Martín quiera tener razón a toda costa, se confunden los que lo ven así. Y creo que se confunden porque lo que sí es cierto es que García Martín DA RAZONES de sus puntos de vista (siempre lo hace) y en contrapartida EXIGE RAZONES de las medidas que se ordenan. Y estas últimas razones no existen, en unos cuantos casos. Se empieza a reconocer ahora en entrevistas de TV que se han cometido muchas insensateces, por ejemplo tener encerrados en casa a los lugareños en pueblos pequeños donde había menos riesgo en estar en medio del campo que en estar confinado. A los que están poco acostumbrados a razonar, y mucho a obedecer, les parece una irreverencia esto de "discutir a los expertos", incluso cuando los expertos está diciendo bobadas. Son efectos del largo entrenamiento en la sumisión y en la renuncia a pensar por sí propio.
ResponderEliminarDa igual.
ResponderEliminarHan cesado y ha dimitido dos altos cargos de la Guardia Civil. Si esto hubiese pasado con un gobierno de drchas
estarían manifestándose todo el "agitprop", delante de las sedes del PP, Vox, o quien sea.
La verdad es cruda. Nos han mentido, como consecuencia hay miles de muertos.
No es cierto lo que dice. Lo realmente ocurrido es que el jefe de la Guardia Civil en Madrid, Diego Pérez de los Cobos, ha sido cesado por el ministro del Interior; parece que el motivo es un informe que (véase aquí: https://elpais.com/espana/2020-05-26/la-guardia-civil-a-la-juez-del-8-m-no-se-deberia-haber-celebrado-ninguna-manifestacion-en-madrid.html) estaba lleno de manpulaciones y medias verdades.
EliminarNo sé qué cosa sea, según usted, el "agitprop"; pero yo, mucho me temo que al contrario de usted, no valoro una decisión política porque la tomen los unos o los otros, sino por las motivaciones que la impulsen.
Respecto al otro caso, éste sí dimisión, lo ocurrido es esto:
"El director adjunto operativo de la Guardia Civil, el teniente general Laurentino Ceña, presentó este martes su dimisión al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras conocerse la destitución de uno de sus subordinados, el coronel Diego Pérez de los Cobos, por la polémica del un informe sobre el 8-M. Fuentes del instituto armado detallan que el general decidió abandonar su puesto al no ser informado del cese con antelación por sus superiores".
Y le digo lo mismo. Si esto hubiese pasado con un gobierno de derechas, lo mismo que con un gobierno de izquierdas o con uno a rayas, lo que hay que valorar son los motivos. Lo que usted hace, prescindir completamente de cualquier análisis o siquiera referencia a ello, eso sí es, si algo lo es, "agitprop". De izquierdas o de derechas, que también la hay.
Oye mira, no pluralices. Te habrán mentido a ti, si te has dejado. A mí no me ha mentido nadie, salvo los que sostienen que la enfermedad la ha traído el Gobierno, y no un virus.
EliminarA mí me han contado lo que se sabía en cada momento, y era más bien poco, y se ha estado actuando con conocimiento insuficiente, porque no se sabía más. Los miles de muertos son "en consecuencia" de un virus que afectado al mundo entero, y para de contar. Lo demás es intoxicación, propaganda barata y delirium tremens.
Dice el BOE que según los expertos "la manifestación del 8-m resultó marginal para la pandemia".
ResponderEliminarMenudo descubrimiento, no hace falta ser un experto para darse cuenta de que de los 120.000 asistentes se habrán contagiado cuatro o cinco, a lo sumo.
Además, acabo de pasar por Mercadona y he visto una oferta muy interesante: " Ruedas de molino que no atragantan, a veinte céntimos la unidad".
Otros expertos paniaguados son :Almudena Grandes, Llamazares, Millás, los Trueba, Marta Sanz.
En la derecha no hay tantos y además son mucho menos expertos.
Por alusiones, respondo a pares.
ResponderEliminarC. Nutrio, el mismo Marlaska negó que fuese el informe el motivo del cese, sino una "remodelacion" o falta de confianza.
Además, el dichoso informe era un encargo judicial, luego no tenía, ni debía (es delito), dar cuentas a nadie. Si esta lleno de errores, lo debe decidir la jueza que se lo encargó.
Alguien ha hablado aquí de la intromisión del poder político en el judicial. Valga de botón de nuestra.
Salud, agitprop es un término bolchevique. Acuda a la wikipedia.
Contesto en orden inverso.
Eliminar1) "agitprop". Esto dice, en un artículo suyo, Andrés Trapiello:
"Hubo un tiempo en que la gente empezó a desconfiar de las palabras. Pongamos hacia 1930. Pensaban que o bien eran insuficientes o bien eran excesivas, que tendían al escamoteo burgués o al mesianismo teológico revolucionario. Las consideraban, también, un viejo resabio que apestaba a siglo XIX. Les parecían muy largas. Veamos éstas: agitación y propaganda. Quedó en una:agitprop. La usaron todos los gobiernos autoritarios de entonces".
Opino igual que él.
2) No sé si es usted el anónimo del 26-5. Si lo es, le repito lo que le decía: las decisiones hay que valorarlas no, como usted hace, porque las tomen los Hunos o los Hotros, sino por las razones que las motivan. Justo lo que usted no hace.
Acabo de leer un editorial de hoy mismo en El País, relativo a las barbaridades de Cayetana Álvarez de Toledo y otros diputados, en el que figura una frase con la que estoy por completo de acuerdo, y que me parece plenamente aplicable a lo que le decía en mi punto 2). La copio aquí, con algún comentario mío entre corchetes:
Eliminar"De acuerdo con esta estrategia, la acción de gobierno no debe ser nunca objeto de control por parte de los diputados [o de valoración o crítica por parte de los opinadores], sino de juicios apocalípticos sobre las intenciones que se imputan al presidente o los ministros [o a cualquiera que no coincida con nuestras ideas]. La realidad del país sigue entonces un camino y el debate político otro diferente, en el que las necesidades de los ciudadanos son solo el señuelo para esconder la obscena brutalidad de la lucha por el poder".
Joder, que ignorancia. El cese de Lopez de los Cobos, según Marlaska (que no es tan tonto), no podía venir por el informe. Este provenía de un mandamiento judicial, no del Mtrio. de Interior. Por tanto no podía ni debía (es delito), ser de conocimiento de nadie que no fuera la jueza. Lopez de los Cobos actúa como policía judicial, ya que es funcionario de las fuerzas armadas. Que el informe fuese inexacto y plagado de errores, lo decide la jueza.
ResponderEliminarEnseguida Marlaska desvinculó el cese del informe, hablo de "remodelacion", etc.
Agitprop es un término acuñado por los bolcheviques, léase wikipedia, al menos.
Ah, ya.
EliminarEl problema es de jurisdicciones y de quién decide, que debe ser la jueza y solo la jueza.
Que el informe esté plagado de infundios, de inexactitudes, y que deforme las declaraciones de testigos es baladí, cuestión de poca monta. Qué bien se os entiende.
Al anónimo del 28/05, 13:41
EliminarEn el mejor de los casos: el que el informe no pueda ni deba ser de conocimiento de nadie excepto de la juez que lo encarga no significa delito: el delito sería tratar de hacerse con él, lo cual no está demostrado. Si el ministro tuvo conocimiento del informe dichoso y eso le hizo desconfiar de quien lo había hecho —cargo de confianza— estaría en su perfecto derecho de desconfiar y, si lo considera necesario, destituirlo.
Más.
ResponderEliminarLa gestión de un epidemia es responsabilidad de las autoridades sanitarias.
Cuando se declara el estado de alarma, los contagiados eran innumerables, pero Fernando Simon seguía hablando de casos "importados".
¿Quien es responsable de los fallecimientos en las residencias de ancianos?, ¿de los miles de muertos entre el personal sanitario? ¿de la estafa de las mascarillas?, ¿del duro confinamiento, y de eso presumía Sanchez, de niños y adultos?.
¿Me mienten a mi? No, te mienten a ti.
Anónimo, la responsable es la Ayuso. Y también Rajoy, por la devastación de la sanidad pública.
EliminarLuego está el cuento del Gato con botas, que a mi también me gusta mucho escucharlo a la hora de dormir.
Gran viñeta de EL ROTO hoy en El País:
ResponderEliminar"
--Hemos hecho el test a toda la población.
--¿De Covid?
--No, de obediencia.
"
Gaudium, Ayuso y Rajoy no coincidieron en cargos públicos.
ResponderEliminarPor cierto, el cuento recopilado por Charles Perrault es una maravilla, aunque prefiero "Los músicos de Bremen", de los hermanos Grimm.
El agitprop proviene de Plejanov, utilizado luego por Lenin. Un buen ejemplo es la poesía de Vladimir Mayakoski. La literatura y el arte deben servir al nuevo orden. Puro leninismo. Que Andrés Trapiello lo haya citado, pues no me extraña, fue militante del PTE, creo.
Una vergüenza en lo que se ha convertido la sección de comentarios de este blog.
ResponderEliminarPues mejoralo tu, Sanz.
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